Jorge Corrales Quesada
03/02/2021, 18:25
Nunca es tarde para tener presente aquel mensaje famoso de Lord Acton: “Todo poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente.”
EL 10 DE ENERO FUE EL CUMPLEAÑOS 187 DE LORD ACTON. SU FILOSOFÍA DEBERÍA GUIAR NUESTROS SIGUIENTES DOS SIGLOS
Por Dan Hugger
Acton Institute
10 de enero del 2021
NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis y en rojo, si es de su interés, puede buscarlo en su buscador (Google) como dan hugger acton institute philosophy January 10, 2021 y si quiere acceder a las fuentes, dele clic en los paréntesis rojos.
El domingo 10 de enero del 2021 fue el aniversario 187 del nacimiento de Lord Acton. Esta difícil era de pandemia global, crisis en instituciones y disturbios civiles parecen, de hecho, tiempos extraños como para mirar hacia atrás, a la vida y legado de un historiador victoriano de las ideas ̶ pero, como lo enfatizó el propio Lord Acton, “Si el Pasado ha sido un obstáculo y una carga, conocer al pasado es la emancipación más fiable y era más segura.” La libertad del historiador es la libertad de ver más allá de nuestros tiempos actuales para ver las causas fundamentales de nuestras crisis actuales. En particular, el historiador de las ideas se ubica de forma única para mostrarnos un camino hacia adelante, a través de una crisis de las instituciones. “La historia de las instituciones es, a menudo, una historia del engaño y las ilusiones; pues su virtud depende de las ideas que produce y del espíritu que las preserva, y la forma puede permanecer inalterada cuando la sustancia se ha alejado,” escribió él.
Muchas de las preguntas más cuestionadas y contenciosas de nuestra vida social se centran alrededor de la naturaleza de la libertad, problema que Lord Acton pasó su vida buscando entenderlo. Él creía que, “Ningún obstáculo ha sido tan constante, o tan difícil de superar, como la incertidumbre y confusión referida a la naturaleza de la libertad.”
Preguntas acerca de la respuesta apropiada para la pandemia del COVID-19, agitación civil, deuda pública creciente, corrupción y socialismo y nacionalismo que resurgen, sólo pueden responderse en el contexto de una visión apropiada de la libertad y la responsabilidad. Esta visión apropiada está en el centro de la definición de libertad de Lord Acton: “Por libertad entiendo la seguridad que todo hombre será protegido en el cumplimiento de su deber contra las influencias de la autoridad, las mayorías, las costumbres y la opinión.”
Esta noción de libertad, como el desarrollo de la idea de la dignidad de la persona humana y sus derechos de consciencia en la historia y la política, es profundamente cristiana. Con raíces en los profetas de antaño y la tradición clásica, se revela a plenitud en Cristo Jesús:
“Todo lo que los Estoicos podían hacer era aconsejar al hombre sabio mantenerse alejado de la política, mientras tanto manteniendo la ley no escrita viva en su corazón. Pero cuando Cristo dijo: ‘Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios,’ estas palabras, pronunciadas en su última visita al templo, tres días antes de su muerte, otorgaron al poder civil, bajo la protección de la consciencia, una sacralidad de la que nunca antes había gozado, pero, también, unos límites que jamás había reconocido. Esas palabras representaban el rechazo del absolutismo y la inauguración de la libertad.”
Esto es lo que a mí me gusta llamar la tradición liberal, una tradición que ubica la soberanía final en personas, que son creadas a la imagen de Dios y dotadas por su Creador de ciertos derechos inalienables. Pone a las personas, en particular a las consciencias individuales, en el centro de nuestra concepción del orden social:
“Nuestra consciencia existe y actúa para nosotros. Existe dentro de cada uno de nosotros. Está limitada por la consciencia de otros. Es suficiente para uno, no para otro. Respeta la consciencia de otros. Por tanto, tiende a restringir la autoridad y expandir la libertad. Es la ley de la autonomía.”
Acton deriva bellamente las implicaciones políticas de este punto de vista:
“Entre más la consciencia pasa al frente, más consideramos, no lo que el estado logra, sino lo que nos permite lograr. No es la acción del estado ̶ sus poderes de acción, y su uso de ellos, sino la limitación y división de esos poderes. La Sociedad que está más allá del estado ̶ las almas individuales que están por encima de él.”
Esto no es simplemente un individualismo ingenuo. El poder es limitado, pero, eso no significa que no hay lugar para que instituciones y la comunidad conformen las consciencias de los individuos:
“Consciencia: ¿Decido yo o la comunidad? Si soy yo, no existe autoridad. Si es ella, no hay libertad. Se necesita algún mediador. Ese es la Iglesia. Apoya tanto a la libertad como a la autoridad.”
Vemos la visión de Lord Acton en los principios que guían al Instituto Acton, cuya declaración de misión dice: “El Instituto Acton es un centro de pensamiento cuya misión es promover una sociedad libre y virtuosa, caracterizada por la libertad individual y sostenida por principios religiosos.” Somos un centro de pensamiento dedicado, como Lord Acton, a la propuesta de que las ideas son esenciales. Promovemos la libertad, como lo afirmó Lord Acton, como el bien político más elevado. Nos damos cuenta que la libertad es central, pues es necesaria para la virtud, para que la gente satisfaga sus deberes de consciencia. En tal sentido, cuando hablamos de libertad individual, estamos hablando del reino de la consciencia. La autoridad, mejor encarnada en la religión, es necesaria para formar consciencias, mantener la libertad, y promover el bien común.
A menudo pensamos acerca de Europa, que va desde de fin de las Guerras Napoleónicas hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial, como la era del liberalismo, y en muchas formas lo fue. Pero, las ideas fueron desafiadas en los días de Acton, lo mismo que en la actualidad. Los horrores gemelos del nacionalismo y del comunismo, que dominaron la mayor parte del siglo XX, tuvieron sus semillas sembradas en el propio siglo XIX de Acton. El siglo XXI -que muchos, posterior al colapso del comunismo en Europa Oriental en 1989, creyeron que sería el fin de la historia y el inicio del orden neoliberal- ha visto el resurgir de ideas estatistas en forma de nacionalismo y socialismo.
Debemos darnos cuenta que las distinciones son importantes, tanto entre la iglesia, como en el estado, así como entre el poder y la autoridad. Si colapsan esas distinciones, inevitablemente aplastará a aquellos individuos excepcionales que llevan la imagen de Dios dentro de ellos. Dios creó al hombre. Y ningún estado puede crearlo mejor. Puede sólo retorcer, distorsionar y destruir la naturaleza humana. La visión de Acton es la visión liberal, una visión de la sociedad que está más allá del estado. Mira las almas individuales por encima del estado y que Dios gobierna todo a través de su providencia. La visión de Acton aún vale la pena defenderla y nos ofrece esperanzas en estos tiempos polarizados y en problemas. Tome esto y léalo [Se refiera a su obra Lord Acton: Historical and Moral Essays].
Daniel J. Hugger es bibliotecario e investigador asociado en el Instituto Acton.
Traducido por Jorge Corrales Quesada.
EL 10 DE ENERO FUE EL CUMPLEAÑOS 187 DE LORD ACTON. SU FILOSOFÍA DEBERÍA GUIAR NUESTROS SIGUIENTES DOS SIGLOS
Por Dan Hugger
Acton Institute
10 de enero del 2021
NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis y en rojo, si es de su interés, puede buscarlo en su buscador (Google) como dan hugger acton institute philosophy January 10, 2021 y si quiere acceder a las fuentes, dele clic en los paréntesis rojos.
El domingo 10 de enero del 2021 fue el aniversario 187 del nacimiento de Lord Acton. Esta difícil era de pandemia global, crisis en instituciones y disturbios civiles parecen, de hecho, tiempos extraños como para mirar hacia atrás, a la vida y legado de un historiador victoriano de las ideas ̶ pero, como lo enfatizó el propio Lord Acton, “Si el Pasado ha sido un obstáculo y una carga, conocer al pasado es la emancipación más fiable y era más segura.” La libertad del historiador es la libertad de ver más allá de nuestros tiempos actuales para ver las causas fundamentales de nuestras crisis actuales. En particular, el historiador de las ideas se ubica de forma única para mostrarnos un camino hacia adelante, a través de una crisis de las instituciones. “La historia de las instituciones es, a menudo, una historia del engaño y las ilusiones; pues su virtud depende de las ideas que produce y del espíritu que las preserva, y la forma puede permanecer inalterada cuando la sustancia se ha alejado,” escribió él.
Muchas de las preguntas más cuestionadas y contenciosas de nuestra vida social se centran alrededor de la naturaleza de la libertad, problema que Lord Acton pasó su vida buscando entenderlo. Él creía que, “Ningún obstáculo ha sido tan constante, o tan difícil de superar, como la incertidumbre y confusión referida a la naturaleza de la libertad.”
Preguntas acerca de la respuesta apropiada para la pandemia del COVID-19, agitación civil, deuda pública creciente, corrupción y socialismo y nacionalismo que resurgen, sólo pueden responderse en el contexto de una visión apropiada de la libertad y la responsabilidad. Esta visión apropiada está en el centro de la definición de libertad de Lord Acton: “Por libertad entiendo la seguridad que todo hombre será protegido en el cumplimiento de su deber contra las influencias de la autoridad, las mayorías, las costumbres y la opinión.”
Esta noción de libertad, como el desarrollo de la idea de la dignidad de la persona humana y sus derechos de consciencia en la historia y la política, es profundamente cristiana. Con raíces en los profetas de antaño y la tradición clásica, se revela a plenitud en Cristo Jesús:
“Todo lo que los Estoicos podían hacer era aconsejar al hombre sabio mantenerse alejado de la política, mientras tanto manteniendo la ley no escrita viva en su corazón. Pero cuando Cristo dijo: ‘Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios,’ estas palabras, pronunciadas en su última visita al templo, tres días antes de su muerte, otorgaron al poder civil, bajo la protección de la consciencia, una sacralidad de la que nunca antes había gozado, pero, también, unos límites que jamás había reconocido. Esas palabras representaban el rechazo del absolutismo y la inauguración de la libertad.”
Esto es lo que a mí me gusta llamar la tradición liberal, una tradición que ubica la soberanía final en personas, que son creadas a la imagen de Dios y dotadas por su Creador de ciertos derechos inalienables. Pone a las personas, en particular a las consciencias individuales, en el centro de nuestra concepción del orden social:
“Nuestra consciencia existe y actúa para nosotros. Existe dentro de cada uno de nosotros. Está limitada por la consciencia de otros. Es suficiente para uno, no para otro. Respeta la consciencia de otros. Por tanto, tiende a restringir la autoridad y expandir la libertad. Es la ley de la autonomía.”
Acton deriva bellamente las implicaciones políticas de este punto de vista:
“Entre más la consciencia pasa al frente, más consideramos, no lo que el estado logra, sino lo que nos permite lograr. No es la acción del estado ̶ sus poderes de acción, y su uso de ellos, sino la limitación y división de esos poderes. La Sociedad que está más allá del estado ̶ las almas individuales que están por encima de él.”
Esto no es simplemente un individualismo ingenuo. El poder es limitado, pero, eso no significa que no hay lugar para que instituciones y la comunidad conformen las consciencias de los individuos:
“Consciencia: ¿Decido yo o la comunidad? Si soy yo, no existe autoridad. Si es ella, no hay libertad. Se necesita algún mediador. Ese es la Iglesia. Apoya tanto a la libertad como a la autoridad.”
Vemos la visión de Lord Acton en los principios que guían al Instituto Acton, cuya declaración de misión dice: “El Instituto Acton es un centro de pensamiento cuya misión es promover una sociedad libre y virtuosa, caracterizada por la libertad individual y sostenida por principios religiosos.” Somos un centro de pensamiento dedicado, como Lord Acton, a la propuesta de que las ideas son esenciales. Promovemos la libertad, como lo afirmó Lord Acton, como el bien político más elevado. Nos damos cuenta que la libertad es central, pues es necesaria para la virtud, para que la gente satisfaga sus deberes de consciencia. En tal sentido, cuando hablamos de libertad individual, estamos hablando del reino de la consciencia. La autoridad, mejor encarnada en la religión, es necesaria para formar consciencias, mantener la libertad, y promover el bien común.
A menudo pensamos acerca de Europa, que va desde de fin de las Guerras Napoleónicas hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial, como la era del liberalismo, y en muchas formas lo fue. Pero, las ideas fueron desafiadas en los días de Acton, lo mismo que en la actualidad. Los horrores gemelos del nacionalismo y del comunismo, que dominaron la mayor parte del siglo XX, tuvieron sus semillas sembradas en el propio siglo XIX de Acton. El siglo XXI -que muchos, posterior al colapso del comunismo en Europa Oriental en 1989, creyeron que sería el fin de la historia y el inicio del orden neoliberal- ha visto el resurgir de ideas estatistas en forma de nacionalismo y socialismo.
Debemos darnos cuenta que las distinciones son importantes, tanto entre la iglesia, como en el estado, así como entre el poder y la autoridad. Si colapsan esas distinciones, inevitablemente aplastará a aquellos individuos excepcionales que llevan la imagen de Dios dentro de ellos. Dios creó al hombre. Y ningún estado puede crearlo mejor. Puede sólo retorcer, distorsionar y destruir la naturaleza humana. La visión de Acton es la visión liberal, una visión de la sociedad que está más allá del estado. Mira las almas individuales por encima del estado y que Dios gobierna todo a través de su providencia. La visión de Acton aún vale la pena defenderla y nos ofrece esperanzas en estos tiempos polarizados y en problemas. Tome esto y léalo [Se refiera a su obra Lord Acton: Historical and Moral Essays].
Daniel J. Hugger es bibliotecario e investigador asociado en el Instituto Acton.
Traducido por Jorge Corrales Quesada.