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Jorge Corrales Quesada
13/12/2020, 13:33
Desde que empezó aquí la pandemia, me cuestioné acerca de la forma en que se clasificaban las muertes por el Covid. De hecho, las propias autoridades de salud nacionales nos hablaron al principio de muertes por el Covid; luego, de muertes con el Covid y, últimamente, de muertes relacionadas con el Covid. Las dudas ante las clasificaciones persisten, pero, espero que algún día esto quede totalmente aclarado, aunque sea para la historia, pues para justificar ciertas medidas del momento, en un marco de miedo y terror, podrían haber sido útiles.

MALA CLASIFICACIÓN POR EL COVID- ¿QUÉ SUGIEREN LOS DATOS?

Por Gilbert G. Berdine, M.D.
American Institute for Economic Research
30 de noviembre del 2020

NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis y en azul, si es de su interés, puede buscarlo en su buscador (Google) como gilbert g. berdine institute for economic research misclassification November 30, 2020 y si quiere acceder a las fuentes, dele clic en los paréntesis azules.

Según Worldometer (https://www.worldometers.info/coronavirus/country/us/), las muertes en Estados Unidos por el Covid-19 fueron 272.254 al 29 de noviembre del 2020. ¿Qué son “muertes por el Covid-19”? Una definición sería muertes en las que el Covid-19 fue la causa primaria. Un ejemplo sería un paciente que tiene una reacción positiva a la prueba del virus responsable del Covid-19 mediante la cadena de polimerasa (PCR) y un panorama clínico de hipoxemia, infiltrados pulmonares bilaterales en las imágenes, ninguna otra causa obvia, como influenza o insuficiencia cardiaca congestiva (ICC), y quien muere de un síndrome agudo progresivo de dificultad respiratoria (SAPDR).

Otra definición de muertes sería cuando el Covid-19 fue una causa contribuyente, pero no necesariamente la enfermedad primaria. Un ejemplo sería un paciente con diabetes o enfermedad renal terminal, quien desarrolla una infección respiratoria superior (IRS), quien tiene un examen PCR positivo, nunca se recupera de la IRS, se deteriora por semanas y meses, y finalmente muere.

En este caso, la causa de muerte subyacente fue la diabetes o la enfermedad renal terminal, que debilitan las defensas del huésped y en donde el Covid-19 fue la causa precipitante de enfermedad aguda y, la eventual, muerte. Otra definición sería un paciente que muere, tiene un resultado positivo en la prueba PCR, pero en donde claramente el Covid-19 no tuvo nada que ver con la muerte. Un ejemplo sería una víctima de trauma, quien previo al trauma no tenía síntomas respiratorios y, coincidentemente, tuvo un resultado positivo en la prueba PCR.

Se presenta el gráfico 1: muertes diarias en Estados Unidos atribuidas al Covid-19. Los datos provienen de Worldometer (https://www.worldometers.info/coronavirus/country/us/) al 29 de noviembre del 2020, y puede verse en gilbert g. berdine institute for economic research misclassification November 30, 2020.

El gráfico 1 ilustra la medición de muertes por el Covid-19. Estos datos se basan en certificados de muertes. Si el certificado de muerte incluye al Covid-19, entonces, la muerte es incluida, ya sea o no el Covid-19 la causa primaria o incluso causa contribuyente de muerte. Los problemas con estos datos son las incertidumbres acerca de cuántas muertes están simplemente asociadas con el Covid-19, en vez de ser causadas por el Covid-19.

A estas incertidumbres no les ayuda el hecho de que a muchos de estos pacientes se les cuida en centros médicos universitarios, que los certificados de muerte a menudo se llenan por médicos residentes en entrenamiento y que estos médicos residentes no reciben un entrenamiento formal acerca de cómo llenar esos certificados. A estas incertidumbres no les ayuda el hecho de que el hospital recibe un bono como pago al cuidar pacientes que tienen el código de diagnóstico CIE-10 [Clasificación Internacional de Enfermedades] para el Covid, el cual se incluye en la lista de problemas de cada paciente con prueba positiva PCR. Por tanto, existe un incentivo financiero para llevar a cabo exámenes PCR a todos los pacientes y a marcar cada paciente con un examen PCR positivo como que tiene Covid-19.

Una forma de sortear estas incertidumbres es comparar las muertes en el 2020 con las muertes de años previos. A esto algunas veces se le llama muertes en exceso. Al menos un estudio ha utilizado esta metodología para cuestionar la narrativa acerca de los números de muertes por el Covid. Este estudio miró la totalidad de muertes provenientes de todas las causas. Expandiré sobre este método al ver separadamente categorías de causa de muerte. Los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) separan las muertes en 5 categorías: enfermedades respiratorias, enfermedades de la circulación, neoplasma maligno, enfermedad de Alzheimer y demencia, y otras causas seleccionadas.

Se presenta el gráfico 2: medición de muertes semanales por año debido a causas de muertes seleccionadas. Los datos provienen de la CDC. Las curvas en gris se refieren a datos para los años 2015-2019. Las curvas en café son para el año actual 2020, y puede verse en gilbert g. berdine institute for economic research misclassification November 30, 2020.

El gráfico 2 ilustra las 5 categorías de causa de muerte. El panel de neoplasmas malignos muestra que nada inusual sucedió en el 2020 con esta causa de muerte. Todos los otros paneles tienen un pico que ocurre entre las semanas 15 y 20, que corresponden a la primera ola de pandemia del Covid de alrededor de abril y mayo. También, estos otros paneles tienen formas similares, con una declinación desde la semana 15 hasta cerca de la semana 25, y un pico de la segunda ola entre la semana 30 y la 35. Los datos más recientes, de alrededor de la semana 40, deben considerarse como incompletos pues los reportes están incompletos. Aunque las curvas en estos otros paneles tienen formas similares, el nivel del año actual comparado con el año previo es muy diferente para el panel que ilustra las muertes por enfermedades respiratorias.

A partir de las semanas 18 a 22, las muertes por enfermedades respiratorias parecen ser menos en el 2020 que en años previos. ¿Cómo puede una enfermedad respiratoria como el Covid-19 haber causado menos muertes respiratorias que en años previos y, a la vez, ser culpado del aumento de muertes por todas las causas? El más notable exceso de muertes después de la semana 20 está ocurriendo por enfermedades circulatorias. Las enfermedades circulatorias incluyen muertes causadas por hipertensión, derrame, insuficiencia cardíaca congestiva e isquemia del miocardio.

Es posible que algunas muertes por enfermedad de la circulación deberían atribuirse al Covid-19. Un ejemplo sería un paciente que viene con enfermedad respiratoria por el Covid-19, eventualmente tiene arresto cardíaco después de 30 días en un ventilador mecánico, y que el residente que llena el certificado de muerte sólo se da cuenta del arresto cardíaco y no estuvo involucrado en los 30 días que condujeron al arresto cardíaco. El residente puede recibir una nota pidiéndole que llene el certificado de muerte una semana después del incidente y ni siquiera recuerda el caso, excepto que fue llamado a mitad de la noche por un “Código Azul.”

También, es posible que un caso claro de muerte circulatoria sea mal atribuida al Covid-19. Un ejemplo sería un paciente que tiene un infarto agudo del miocardio e insuficiencia cardíaca, y es llevado al hospital por los servicios médicos de emergencia (SME), tiene un hisopado nasal obtenido en el departamento de emergencia (DE) junto con millones de otras pruebas de laboratorio, y muere en el DE. El médico del DE que una semana más tarde llena el certificado de muerte, ha sido instruido por el hospital que emplea al médico de emergencia médica (DE), para que marque toda muerte con una prueba positiva del examen PCR, como muerte por el Covid, y así lo hace él.

¿Cuántos pacientes son clasificados incorrectamente como muertes circulatorias no por Covid, cuando están claramente relacionadas con el Covid? No lo sabemos, pero los incentivos financieros están en contra de este tipo de error. ¿Cuántos pacientes son clasificados incorrectamente como muertes por Covid, cuando el resultado positivo de la prueba PCR resulta que nada tuvo que ver con la causa de la muerte? No lo sabemos, pero los incentivos financieros favorecen este tipo de error.

¿Por qué habría de existir un exceso de muertes por infarto agudo del miocardio cuando el Covid no fue el responsable? La explicación obvia es la respuesta de la cuarentena al Covid-19 , que hizo que el mantenimiento del cuido de la salud y el cuido urgente de salud estuvieran menos disponibles. En mucho las clínicas estuvieron cerradas. Las visitas por Zoom fueron posibles para pacientes establecidos, pero no para pacientes nuevos. Es muy plausible que las muertes por enfermedades circulatorias en exceso no fueron causadas por el Covid-19, sino, más bien, por las cuarentenas autoritarias en respuesta al Covid-19.

El tema citado arriba de muerte por cuarentena se hace importante al considerar el panel de la enfermedad de Alzheimer y demencia. Mientras que, plausiblemente, el Covid-19 podría ser el factor precipitante para la muerte circulatoria, no es posible que el Covid-19 precipitara un caso de demencia. Habría poca o ninguna razón para que médicos residentes califiquen erradamente una muerte causada por Covid-19 como una muerte por demencia.

Ciertamente, estas muertes son casi debido a la respuesta de la cuarentena ante el Covid-19, que condujo a una reducción del cuido en el mantenimiento de los pacientes con demencia, quienes diariamente requieren mucho cuido de mantenimiento. Incluso durante el pico de abril, las muertes en exceso por demencia fueron mayores que las muertes por exceso de toda enfermedad respiratoria. Esto es muy difícil de explicar por hipótesis alguna, excepto de muerte por cuarentena.

Gilbert Berdine es profesor asociado de medicina interna en el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad Texas Tech ((TTUHSC) y un asociado del cuerpo docente del Free Market Institute. El Dr. Berdine obtuvo sus títulos de Bachillerato en Ciencias en química y en ciencias de la vida del Massachusetts Institute of Technology en Boston y su título de M.D. de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard en Boston. Completó su residencia en Medicina Interna y becado en Enfermedades Pulmonares del Hospital Peter Bent Brigham (ahora llamado Hospital Brigham and Women’s) en Boston.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.