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Jorge Corrales Quesada
06/12/2020, 13:48
Lo último -no significa que no podrían cambiar- es que las autoridades de salud anuncian que no habrá cuarentenas en el país en este fin de año. Pero, siguen las escuelas y colegios cerrados, limitaciones a horas de circulación, límites incluso a reuniones familiares, etcétera, que son formas de cierres de actividades humanas. Tal vez lo que no buscarán hacer es cometer de nuevo el gravísimo error que tanto nos ha costado en el país, como fueron las cuarentenas generalizadas en los primeros meses de la pandemia.

NI SIQUIERA UNA CUARENTENA IMPUESTA POR MILITARES PUDO DETENER AL VIRUS, REVELA ESTUDIO

Por Jeffrey A. Tucker
American Institute for Economic Research
13 de noviembre del 2020

NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis y en azul, si es de su interés, puede buscarlo en su buscador (Google) como jeffrey a. tucker institute for economic research military-enforced November 13, 2020 y si quiere acceder a las fuentes, dele clic en los paréntesis azules.

El New England Journal of Medicine ha publicado un estudio que llega al corazón del asunto de las cuarentenas. La cuestión siempre ha sido si, y en qué grado, una cuarentena, independientemente de cuan extrema, es capaz de suprimir al virus. Si es así, usted puede formular un argumento de que, al menos, las cuarentenas logran algo, a pesar de sus astronómicos costos sociales y económicos. Si no es así, las naciones del mundo se han embarcado en un experimento catastrófico que ha destruido miles de millones de vidas y toda esperanza de derechos y libertades humanas, sin recompensa alguna.

[La versión previa de este artículo estableció incorrectamente las condiciones del grupo de control. Ellos estaban igualmente encerrados con aquellos que participaron en el estudio. La diferencia entre los dos tenía que ver con la frecuencia de los exámenes y la respuesta al aislamiento. Esto no afecta la conclusión de este artículo; de hecho, la fortalece: aun bajo medidas extremas, el virus se diseminó, y más aún con la medida extra que intentaba controlar al virus. Casi todas las infecciones no tuvieron síntomas.]

El American Institute for Economic Research (AIER) por mucho tiempo ha destacado estudios que no muestran ganancia en la administración del virus debido a cuarentenas. Tan temprano como en abril, un importante científico de datos dijo que, independientemente de las políticas, ese virus llegaba a ser endémico dentro de 70 días después de la primera ronda de infección. El mayor estudio global de cuarentenas comparadas con muertes, que fuera publicado en The Lancet, no encontró una asociación entre las exigencias coercitivas y las muertes por cada millón.

Seguir haciendo pruebas adicionales podría parecer superfluo, pero, por cualquier razón, los gobiernos alrededor de todo el mundo, incluso Estados Unidos, están todavía bajo la impresión de que pueden afectar la transmisión viral por medio de un rango de “intervenciones no farmacéuticas” (INFs), como mascarillas obligatorias, separación humana forzada, órdenes de quedarse en casa, prohibición de reuniones, cierres de negocios y escuelas y restricciones extremas a los viajes. Nada como esto ha sido intentado en dicha escala en toda la historia de la humanidad, así que uno podría asumir que, quienes hacen las políticas, han de tener alguna base para su confianza en que estas medidas logran algo.

Un estudio conducido por la Escuela Icahn de Medicina en Mount Sinai, en cooperación con el Centro de Investigación Médica de la Marina, buscó probar las cuarentenas en conjunto con exámenes y aislamiento. En mayo, a 3.143 nuevos reclutas de los Marines se les dio la opción de participar en un estudio de exámenes frecuentes bajo cuarentena extrema. El estudio se llamó CHARM, por sus siglas en inglés, que significan COVID-19 Health Action Response for Marines. Entre los reclutas a quienes se les preguntó, un total de 1.848 jóvenes estuvo de acuerdo en ser conejillos de Indias en este experimento, “que involucró exámenes de prueba de proteína C reactiva (PCR) y muestras de sangre para una evaluación de anticuerpos IgG .” Además, los voluntarios del estudio CHARM que dieron resultados positivos “durante el día de matricula (día 0) o en el día 7 o el día 14, fueron separados de sus compañeros y ubicados en aislamiento.”

¿Qué tuvieron que hacer los reclutas? El estudio lo explica y, como lo verá, enfrentaron un régimen aún más estricto que el existente en la vida civil de la mayoría de los lugares. Todos los reclutas, incluso quienes no estaban en el grupo CHARM, hicieron lo siguiente:

“Todo el tiempo, todos los reclutas usaron mascarillas de tela de doble capa, tanto en interiores como exteriores, excepto cuando dormían o comían; practicaron el distanciamiento social de al menos 6 pies; no se les permitió salir del campus; no tuvieron acceso a objetos electrónicos personales y otros artículos que pudieran contribuir a la transmisión superficial; y se lavaron las manos rutinariamente. Durmieron en habitaciones dobles con lavabos y compartieron baños. Todos los reclutas limpiaron diariamente sus habitaciones, después desinfectaron los baños de cada vez que se usaban con toallas con blanqueadoras y comieron comidas previamente preparadas en un salón comedor, que era limpiado con lejía después de que cada pelotón hubiera comido. La mayor parte de la instrucción y los ejercicios se condujeron al aire libre. Todo movimiento de los reclutas fue supervisado y se puso en práctica un flujo de tránsito en una sola dirección, con puntos designados de ingreso y entrada al edificio, para minimizar el contacto entre personas. Todos los reclutas, independientemente de su participación en el estudio, fueron objeto de tomas de temperaturas y exámenes diarios. Seis instructores asignados a cada pelotón trabajaron turnos de 8 horas y aplicaron las medidas de cuarentena. Si los reclutas reportaban algunos signos o síntomas consistentes con el Covid-19, ellos se reportaban ante el cuido médico, eran objeto de pruebas rápidas de proteína C reactiva (PCR) para ver si había SARS-CoV-2, y eran puestos en aislamiento, en espera de los resultados de los exámenes.

También, los instructores quedaron restringidos al campus, en donde se les exigió usar mascarillas, se les dieron alimentos previamente preparados y fueron objeto de tomas de temperatura y de exámenes de síntomas. Los instructores asignados a un pelotón en donde se diagnosticó un caso positivo, fueron objeto de pruebas rápidas de proteína C reactiva (PCR), para ver si tenían el SARS-CoV-2 y, si el resultado era positivo, el inspector era retirado de su labor. A los reclutas e instructores se les prohibió que interactuaran con el equipo de apoyo del campus, tales como personal de limpieza y servicio de alimentación. Después de que cada clase terminaba la cuarentena, se llevaba a cabo una limpieza profunda con lejía de las superficies de los baños, duchas, dormitorios y salones en los dormitorios, y el dormitorio permanecía desocupado por al menos 72 horas, antes de volver a ser ocupado.”

La reputación del entrenamiento básico de un Marine es que es duro, pero, en realidad, esto lo lleva realmente a otro nivel. También, este es un ambiente en donde aquellos que están a cargo no pierden el tiempo. Ciertamente hubo un 100% de cumplimiento, en comparación con, por ejemplo, una ciudad universitaria típica.

¿Cuáles fueron los resultados? El virus aún se diseminó, aunque el 90% de aquellos que dieron muestra positiva no tenían síntomas. Increíblemente, aun así, el 2% de los reclutas de CHARM contrajo el virus, incluso si todos, excepto uno, permanecieron asintomáticos. “Nuestro estudio mostró que, en un grupo de reclutas militares predominantemente jóvenes, aproximadamente un 2% dio positivo por el SARS-CoV-2, según lo determinó el ensayo con pruebas rápidas de proteína C reactiva (PCR), durante una cuarentena de dos semanas, estrictamente aplicada.”

¿Cómo se compara esto con el grupo de control que no fue examinado ni aislado en el caso de un resultado positivo?

Dele una mirada a este cuadro del estudio:

El cuadro 1: Positividad, Presencia de Síntomas y Compañeros de Habitación Infectados, del SARS-CoV-2 [[I]New England Journal of Medicine], puede encontrarse en jeffrey a. tucker institute for economic research military-enforced November 13, 2020].

Lo que nos dice es que los no participantes en realidad contrajeron el virus a una tasa ligeramente menor que aquellos que estaban bajo un régimen extremo. En cambio, la aplicación extrema de intervenciones no farmacéuticas (INFs), además de exámenes y aislamiento más frecuentes, estuvo asociada con un grado mayor de infección.

Le agradezco a Don Wolf por llamar mi atención hacia este estudio, que, de lo que al momento sé, ha recibido poca atención, si alguna, de cualquier fuente mediática, a pesar de haberse publicado en el New England Journal of Medicine el 11 de noviembre.

He aquí cuatro encabezados reales de medios acerca del estudio, que, del todo, no entendieron la cuestión:

• CNN: “Muchos casos militares de Covid-19 son asintomáticos, muestra estudio”

• SciTech Daily: “Transmisión Asintomática del COVID-19 Revelada por Medio de un Estudio de 2.000 Marines Reclutas”

• ABC: “Amplio estudio de Marines reclutas muestra los límites a la detección de síntomas del COVID-19”

• US Navy: “Hallazgos de Estudio del COVID-19 a Cuerpos de la Marina y de Marines Publicado en el New England Journal of Medicine”

Ninguna historia nacional de noticias que he encontrado, destacó el hallazgo más importante de todos: la cuarentena extrema junto con exámenes y aislamiento frecuente entre militares, no logró detener al virus.

El estudio es importante debido a la estructura social de control que hay aquí. Una cosa es no observar efectos de cuarentenas nacionales. Aquí hay incontables variables que podrían invocarse como notas de precaución: demografía, densidad de la población, inmunidades preexistentes, grado de cumplimiento, etcétera. Pero, en este estudio de los Marines, usted encuentra un grupo casi homogéneo basado en edad, salud y densidades de vida. E, incluso aquí, usted ve confirmarse lo que muchos otros estudios han mostrado: las cuarentenas son inútilmente destructivas. Usted no administra la enfermedad. Aplastan la libertad humana y producen costos asombrosos, tales como 5.33 millones de años de vida humana perdida, debido solo al cierre de escuelas.

Los promotores de las cuarentenas nos siguen diciendo que pongamos atención a la ciencia. Cuando los resultados contradicen su narrativa a favor de la compulsión, ellos fingen que los estudios no existen y avanzan en sus planes atemorizadores para desactivar todo funcionamiento social por la presencia de un virus. Las cuarentenas no son ciencia. Nunca lo han sido. Son experimentos en una administración socio-política de arriba hacia abajo, que no tiene precedentes en costos para la vida y la libertad.

Jeffrey A. Tucker es director editorial del American Institute for Economic Research. Es autor de muchos miles de artículos en la prensa académica y popular y de ocho libros en 5 idiomas, siendo el más reciente The Market Loves You. También es editor de The Best of Mises. Es conferenciante habitual en temas de economía, tecnología, filosofía social y cultura.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.