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Jorge Corrales Quesada
16/08/2020, 16:22
Uno puede diferir de partes de lo que se señala en este comentario, como las razones para comparar pares de países sin ver otras posibilidades de comparación, pero hay datos y conclusiones muy interesantes que valen la pena tenerlas presentes.

EXPERIENCIAS DE OTROS PAÍSES MUESTRAN QUE LAS CUARENTENAS NO FUNCIONAN

Por Ethan Yang
American Institute for Economic Research
9 de agosto del 2020

NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis y en azul, si es de su interés, puede verlo en https://www.aier.org/article/experience-from-other-countries-show-lockdowns-dont-work/

El mundo tiene ahora siete meses de estar dentro de la pandemia global del COVID-19. Los Estados Unidos han dado la peor respuesta en todos los ámbitos, desde la minimización de muertes (minimizing deaths (https://www.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/cases-updates/cases-in-us.html)) a la protección de la economía (protecting the economy (https://www.aier.org/article/u-s-economy-posts-record-decline-during-lockdowns/)) hasta la preservación de las libertades civiles.

Al subir y bajar los casos en todos los estados, muchos gobernadores están considerando, o ya han reestablecido, las medidas de cuarentenas (reinstated lockdown measures (https://www.nashp.org/governors-prioritize-health-for-all/)), llevando a muchas comunidades, listas para reabrir plenamente, de regreso al punto de partida. Algunos expertos y promotores de la salud incluso están pidiendo el restablecimiento total (complete reset (https://www.cnn.com/2020/07/23/health/shutdown-us-contain-coronavirus-wellness/index.html)) de las medidas de cuarentena, abogando por el regreso a las órdenes de quedarse en casa y a la dicotomía entre “empresas esenciales versus empresas no esenciales.”

Irónicamente, muchos de estos proponentes citan los éxitos de países como Taiwán, Corea del Sur, Alemania y Singapur, como respuestas pandémicas modelo, aunque sus propuestas de políticas no reflejan las de esos países. Si aceptamos el hecho de que Estados Unidos tuvo una de las peores respuestas al COVID-19, entonces, no deberíamos considerar tan efectiva a cualquiera de nuestras políticas previas de cuarentena y como que valgan la pena de ser reinstaladas. Más bien, deberíamos ver las políticas de países como Taiwán y Corea del Sur y de otros a través del mundo, para encontrar las cosas en común que hacen que una respuesta a la pandemia sea exitosa.

¿QUÉ HACE QUE UNA RESPUESTA SEA MALA?

El gráfico “Economía [de los Estados Unidos] presenta una declinación récord del 32.9% en el segundo cuatrimestre,” puede verse en https://www.aier.org/article/experience-from-other-countries-show-lockdowns-dont-work/

ESTADOS UNIDOS:
Casos de coronavirus: 4.978.124
Muertos: 161.699
Recuperaciones: 2.541.715
Tasa de fatalidad de casos: 3.3% de muertes por cada 100.000: 47.93

Los Estados Unidos han convertido una enfermedad manejable en una catástrofe. No sólo tiene uno de los números más altos ( largest number (https://ourworldindata.org/covid-deaths)) de muertes, sino que las políticas de cuarentena condujeron a una caída del 32.9 por ciento (32.9 percent drop (https://www.aier.org/article/u-s-economy-posts-record-decline-during-lockdowns/)) en el PIB real. Esto contrasta claramente con Taiwán, cuyo PIB real, al segundo trimestre, se redujo en sólo un 0.73 por ciento (0.73 percent (https://m.investing.com/economic-calendar/taiwanese-gdp-540)), a la vez que nunca instauró medidas de cuarentena draconianas, así como tuvo uno de los totales más bajos en muertes (fewest total of deaths or cases (https://www.wsj.com/articles/a-state-by-state-guide-to-coronavirus-lockdowns-11584749351)) del mundo.

La respuesta de Estados Unidos dejó a sus ciudadanos no sólo con más muertos, sino con menos libertad y una crisis económica paralizante. La respuesta taiwanesa permitió que un país, que está sólo a unas pocas millas lejos de la costa de China, epicentro del brote, continuara la vida con disrupciones mínimas a la cotidianeidad. La minimización de las muertes, la calamidad económica y la disrupción de la vida normal deberían verse como un resultado óptimo. El opuesto exacto, altas tasas de mortalidad, el desastre económico y la desintegración a cambio de medidas draconianas de cuarentena, deben verse como una mala respuesta.

Cuando los gobernadores y los expertos de salud pública en Estados Unidos ponderan la opción de reinstalar medidas de cuarentena, debemos aceptar el hecho de que lo que tenemos ha sido un fracaso absoluto. No sólo tienen medidas, como órdenes de quedarse en la casa y cerrar la economía, que fracasaron en impedir la diseminación del COVID-19 o minimizar las muertes, sino que, también, han devastado al país en otras formas. Una buena política debe ser capaz de encarar y balancear todos los aspectos de la sociedad. Esto incluye no sólo contener el virus, sino respetar la libertad de la gente, mantener la cohesión social y proteger la economía. Los ciudadanos no infectados no están mejor cuando sus formas de vida son destruidas.

El profesor de medicina de Stanford, John Ioannidis, ilustra el problema asociado con las cuarentenas existentes, cuando escribe que
“Uno sólo puede esperar que, así como en 1918, la vida continuará. En cambio, con cuarentenas de meses, si no es por años, la vida en gran medida se detiene, las consecuencias de corto y largo plazo son totalmente desconocidas, y miles de millones, no solo millones, de vidas a la larga podrían estar en juego.”

El COVID-19 puede afectar a millones de personas, pero una cuarentena afecta a todos indiscriminadamente.

LAS CUARENTENAS DRACONIANAS NO SON NECESARIAS

Los cuadros “Asia, Australia y Nueva Zelandia en cuarentena: Fechas y severidad del movimiento interno restringido por país,” “Países europeos en cuarentena: Fechas y severidad del movimiento interno restringido por país,” “Países del África Sub-Sahariana en cuarentena: Fechas y severidad del movimiento interno restringido por país,” y “Países en las Américas en cuarentena: Fechas y severidad del movimiento interno restringido por país,” pueden verse en https://www.aier.org/article/experience-from-other-countries-show-lockdowns-dont-work/

El gráfico “Muertes nuevas diarias confirmadas por el COVID-19: Promedios diarios de varios países” se encuentra en https://www.aier.org/article/experience-from-other-countries-show-lockdowns-dont-work/

Cuando se comparan las respuestas de cuarentenas globales (global lockdown responses (https://www.bbc.com/news/world-52103747)) con los casos de COVID-19 (https://www.wsj.com/articles/a-state-by-state-guide-to-coronavirus-lockdowns-11584749351) y las muertes (deaths (https://coronavirus.jhu.edu/data/mortality)), los resultados muestran poca correlación entre cualquiera de estos factores. Suecia, que estuvo relativamente abierta, calificó mejor que otros países, como Italia y el Reino Unido, que implantaron cuarentenas fuertes. Igual es el caso de Letonia (Latvia (https://foreignpolicy.com/2020/05/13/coronavirus-pandemic-latvia-follows-lead-medical-experts-science/)), que impuso una respuesta moderada al COVID-19, pero tuvo algunos de los casos y muertes más bajos. Gordon Sander escribe lo siguiente acerca de Letonia en la revista Foreign Policy:

“Aquí no hay cuarentena ̶ sólo una desaceleración, y está funcionando. El ambiente en Riga [su capital] ciertamente no es optimista, pero no triste. Es algo distinto: El sentimiento de un país dividido que se está uniendo, tal vez por vez primera.”

Países como Corea del Sur (South Korea (https://ourworldindata.org/covid-exemplar-south-korea)), Taiwán (Taiwan (https://thediplomat.com/2020/04/how-taiwan-battles-the-coronavirus/)) y Japón se señalan como historias de éxito, que no sólo minimizaron las muertes por el COVID y la infección, sino que se mantuvieron relativamente abiertos. La revista The Atlantic (https://www.theatlantic.com/technology/archive/2020/05/how-hong-kong-beating-coronavirus/611524/) reporta que Hong Kong, una ciudad en donde 7 millones de personas básicamente se codean día a día, ha administrado tan bien al virus que

“Recientemente dejó de calcular la temida tasa R(t) -la tasa de transmisión del coronavirus en tiempo real- pues, obviamente, usted no puede calcular las tasas de transmisión sin que haya casos nuevos. Hong Kong ni siquiera en vez alguna tuvo una cuarentena plena (aunque cerró las escuelas, que planea reabrir pronto).”

Mientras tanto, a los países que implantaron medidas de cuarentena draconianas, como Estados Unidos, el Reino Unido, e Italia, les fue peor. Algunos países, como Noruega y Finlandia, también impusieron medidas de cuarentena y les fue relativamente bien. La revista The Diplomat (https://thediplomat.com/2020/06/how-brunei-beat-covid-19/) destacó esta inconsistencia en relación con las políticas de cuarentena, al escribir que.

“Perú, por otra parte, emuló (emulated (https://www.nytimes.com/2020/06/12/world/americas/coronavirus-peru-inequality-corruption.html)) las tácticas proactivas de Brunei, tan sólo para encontrarse que llegó a ser uno de los países más golpeados por el coronavirus.”

PERÚ:
Casos de coronavirus: 447.624
Muertos: 20.228
Recuperaciones: 306.430
Tasa de fatalidad de casos: 4.5% de muertes por cada 100.000: 62.54

BRUNEI DARUSSALAM:
Casos de coronavirus: 141
Muertos: 3
Recuperaciones: 138
Tasa de fatalidad de casos: 2.1% de muertes por cada 100.000: .7

Según el Centro de Recursos para el Coronavirus de la Universidad Johns Hopkins (John Hopkins Coronavirus Resource Center (https://coronavirus.jhu.edu/us-map)), los resultados han sido altamente azarosos incluso dentro de Estados Unidos, cuando algunos estados como Dakota del Sur permanecieron abiertos, a la vez que experimentaron relativamente pocos casos o muertes. Estados como Nueva York, California y Massachussets tuvieron algunas de las restricciones más fuertes, pero, también, algunos de los más elevados casos, así como de muertes.

Estados como Florida y Texas, que permanecieron relativamente abiertos, ahora están experimentando un pico en casos. Aún más, resultados relacionados con reaperturas ( reopening (https://www.businessinsider.com/countries-on-lockdown-coronavirus-italy-2020-3)) han variado de país a país, con algunos países como India viendo un aumento en casos, mientras que otros, como Nueva Zelandia, están regresando a la normalidad. En resumen, existe demasiada inconsistencia asociada con cuarentenas, como para afirmar, con confianza, que ellas son una política efectiva, en especial, dadas las terribles soluciones de compromiso que vienen con ellas.

Al examinar los datos de los Centros para el Control de las Enfermedades (CDC) brindados abajo, vemos poca correlación entre cuarentenas, casos y muertes. El patrón es altamente errático y no brinda evidencia clara de que, a los estados con cuarentenas estrictas, les va mejor que aquellos que están más abiertos. En cierto momento, las muertes en asilos de ancianos totalizaron alrededor de un 40% de las muertes por el COVID-19, aún cuando esos residentes eran menos de un 1% de la población. Estados como Nueva York (New York (https://www.aier.org/article/was-governor-cuomo-responsible-for-the-death-of-thousands-of-nursing-home-inhabitants/)) podrían haber sido capaces de reducir drásticamente su número de muertes si no hubieran obligado a los pacientes con COVID-19 a quedarse en asilos de ancianos, y, en vez de ello, encontrar otras formas de mejorar la capacidad hospitalaria.

Dos mapas de Estados Unidos, uno de ellos de muertes reportadas en los diversos estados y el otro de casos reportados en los diferentes estados, pueden verse en https://www.aier.org/article/experience-from-other-countries-show-lockdowns-dont-work/

Aún más, un extenso estudio publicado en la revista The (https://www.thelancet.com/journals/eclinm/article/PIIS2589-5370(20)30208-X/fulltext) Lancet (https://www.thelancet.com/journals/eclinm/article/PIIS2589-5370(20)30208-X/fulltext) afirma que,

“Nuestros hallazgos proponen caminos para un debate, investigación y exploraciones adicionales, y no dan apoyo a un juicio definitivo acerca de la efectividad de diversas intervenciones de salud pública, puestas a través de diferentes países. Los hallazgos de este análisis a nivel de país, acerca de resultados relacionados con la salud por el COVID-19, sugieren que niveles bajos de preparación, la escala de las pruebas, así como características de la población, como obesidad, edad avanzada y niveles más altos de PIB per cápita, están asociados con casos y mortalidad nacional elevada.”

No existe evidencia significativa que sugiera que cualquier política puede ser vista como efectiva en cuanto a realmente frenar el virus.

QUÉ PARECE HABER FUNCIONADO

La inconsistencia asociada con las medidas de cuarentena debilita la tesis completa para reinstalar esas medidas draconianas aquí en Estados Unidos. Por suerte, tenemos excelentes contrafactuales, que no sólo han mostrado que el COVID-19 puede ser generalmente contenido sin arruinar la economía, sino, también, acerca de qué podía haberse hecho además de un cierre completo.

Hay ciertos temas que se repiten y que conforman una respuesta exitosa al COVID-19, una que minimiza la mortalidad sin cerrar la sociedad. Aunque no podemos estar seguros de que alguna combinación específica de políticas conduce a un resultado en particular, podemos estar confiados en que una buena información, flexibilidad en las políticas y una capacidad hospitalaria incrementada, le dan al país una mejor oportunidad para luchar. He aquí unos pocos países que ilustran estos puntos.

TAIWÁN:
Casos de coronavirus: 477
Muertos: 7
Recuperaciones: 443
Tasa de fatalidad de casos: 1.5% de muertes por cada 100.000: .03

REINO UNIDO:
Casos de coronavirus: 307.184
Muertos: 46.364
Recuperaciones: No disponible
Tasa de fatalidad de casos: 15.1% de muertes por cada 100.000: 69.63

Taiwán ha sido elogiado como la respuesta modelo al COVID-19, pues no sólo ha minimizado sus muertes y casos, sino que, también, lo hizo sin cerrar la sociedad. Christine Chiou (https://thediplomat.com/2020/04/how-taiwan-battles-the-coronavirus/) del Instituto Nacional de la Salud escribe que,

“Taiwán no es sólo un faro de la democracia, sino, también, prueba viviente de que el control de un virus que emerge se puede lograr por medio de la ciencia, tecnología y gobernabilidad democrática. No se requiere de medidas autocráticas draconianas.”

Taiwán y Asia Oriental, en general, se han enorgullecido por sus excelentes respuestas pandémicas debido a su experiencia con la epidemia del SARS. Taiwán marca todas las casillas cuando se trata de mantener exámenes frecuentes, expandir la capacidad hospitalaria y, ante todo, la movilización de una respuesta ágil del gobierno.

Christine Chiou (https://thediplomat.com/2020/04/how-taiwan-battles-the-coronavirus/) escribe que,

“Tan temprano como en enero, el gobierno de Taiwán aceleró la producción de mascarillas y de otros equipos personales de protección (EPP), así como de suministros médicos críticos. Se han mapeado planes sofisticados para los pacientes del triage, para que utilicen mejor los cuartos de presión negativa, en preparación para cualquier surgimiento de pacientes que comunitariamente han adquirido la enfermedad.”

El resultado para cuando ella lo escribe, es que

“Taiwán ha logrado mantener una medición baja de casos a través de medidas de salud pública vigorosas. No ha existido cierre alguno de teatros, tiendas de departamentos y, más importante, de escuelas, aunque las reuniones grandes son desalentadas.”

El profesor de Stanford, Jason Wang, escribe en el Journal of the American Medical Association (https://jamanetwork.com/journals/jama/fullarticle/2762689?guestAccessKey=2a3c6994-9e10-4a0b-9f32-cc2fb55b61a5&utm_source=For_The_Media&utm_medium=referral&utm_campaign=ftm_links&utm_content=tfl&utm_term=030320) acerca de otro eje importante en la respuesta taiwanesa: una información exacta y transparente comunicada al público. Él escribe que,

“Gracias a un reconocimiento temprano de la crisis, informes públicos diarios y simples mensaje de salud, el gobierno ha sido capaz de reasegurar al público, brindándole información a tiempo, exacta y transparente, en relación con la pandemia que evoluciona. Taiwán es un ejemplo de cómo una sociedad puede responder rápido ante una crisis y proteger los intereses de sus ciudadanos.”

En vez de tan sólo quedarse boquiabiertos ante la respuesta modelo que los taiwaneses han montado en respuesta al COVID-19, los Estados Unidos deberían buscar emularla. Poner en práctica exámenes frecuentes, una información transparente, una capacidad hospitalaria ampliada y un empleo ágil de cuarentenas focalizadas, no cierres generales.

COREA DEL SUR

ITALIA:
Casos de coronavirus: 248.803
Muertos: 35.181
Recuperaciones: 200.976
Tasa de fatalidad de casos: 14.2% de muertes por cada 100.000: 58.2

COREA DEL SUR:
Casos de coronavirus: 14.499
Muertos: 302
Recuperaciones: 13.501
Tasa de fatalidad de casos: 2.1% de muertes por cada 100.000: .58

Corea del Sur es otro caso de éxito, alabado como uno de las respuestas modelo ante el COVID-19. Como Taiwán, se sitúa a la par de China, epicentro del brote. Aun así, lo administró para contener la pandemia sin cerrar su economía, aunque el 80 por ciento (80 percent (https://ourworldindata.org/covid-exemplar-south-korea)) de su población vive en áreas urbanas. Su respuesta fue similar a la de Taiwán, en que empleó frecuentes exámenes, expandió la capacidad hospitalaria y utilizó políticas de cuarentena específicas.

Su respuesta en el trato y protección a los vulnerables fue especialmente notoria, cuando definió claramente los grupos de alto riesgo, como los ancianos y aquellos con condiciones subyacentes, a la vez que expandió la capacidad hospitalaria. Our World in Data (https://ourworldindata.org/covid-exemplar-south-korea) destaca un ejemplo, cuando escribe que,

“Durante una escasez de camas de hospital en el epicentro de Daegu, los funcionarios de salud diseñaron un sistema de triage, usando un Sistema Rápido de Puntaje de la Severidad, para clasificar a los pacientes como leves, moderados, severos o críticos. Los pacientes moderadamente enfermos se enviaron a los centros de tratamiento de las comunidades, en donde se les monitoreo estrechamente, los pacientes moderadamente enfermos se enviaron a los hospitales de las comunidades, y los pacientes severa o críticamente enfermos se hospitalizaron en hospitales terciarios, para proveerles el cuidado intensivo.”

Expandir la capacidad hospitalaria es esencial, no sólo para tratar a aquellos quienes hayan contraído COVID-19, así como otras enfermedades. También, reconoce que no podemos eliminar el virus, pero que podemos suavizar el golpe. Las medidas de cuarentena, en general, no se usan para reducir el número de casos; lo son para comprar tiempo para ajustar su sistema de cuido de la salud.

LETONIA

RUSIA:
Casos de coronavirus: 871.894
Muertos: 14.606
Recuperaciones: 676.357
Tasa de fatalidad de casos: 1.7% de muertes por cada 100.000: 9.92

LETONIA:
Casos de coronavirus: 1.275
Muertos: 32
Recuperaciones: 1.070
Tasa de fatalidad de casos: 2.6% de muertes por cada 100.000: 1.66

Letonia es otro caso interesante, que no ha he estado recibiendo tanto atención periodística como Taiwán o Corea del Sur. No obstante, su respuesta al COVID-19 también ha sido excelente, al mantener bajas las muertes, al tiempo que mantiene su economía relativamente abierta. Aún más, Rusia (Russia (https://www.wsj.com/articles/a-state-by-state-guide-to-coronavirus-lockdowns-11584749351)), que se asienta en su frontera, tiene uno de los números más altos de muertes y de casos. También, Rusia es uno de los muchos países que instituyó una cuarentena. La respuesta de Letonia fue más fuerte que la de Taiwán, pero utilizó los mismos principios. Escribe Foreign Policy (https://foreignpolicy.com/2020/05/13/coronavirus-pandemic-latvia-follows-lead-medical-experts-science/) que,

“Uno de los expertos de Letonia es Uga Dumpis, un especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad Clínica Pauls Stradins, y uno de los principales consejeros del gabinete. Dumpis llamó a la respuesta cuidadosamente equilibrada y relativamente no restrictiva de Latvia, “una de las más libres de Europa.”

Un asunto por notar es que,

“Su sistema de salud insuficientemente financiado, que incluye un número de instalaciones de la era soviética, difícilmente puede llamarse de última generación. Aún más, mucho del personal es mayor a los 65 años y hay muy pocas enfermeras…”

La ministra de Salud, Ilze Vinkele, reportó el 19 de marzo que Letonia tenía 450 camas de UCIs, con 1500 camas adicionales que pueden reacondicionarse como UCIs ̶ pero, aún así, eso no está ni siquiera cerca de ser lo suficiente como para manejar un brote del tamaño del de Italia o de España. Al inicio, el equipo para protección médica para el cuerpo médico era escaso, pero el gobierno enlistó la logística del ministerio de Defensa “para expeditar la obtención de tal equipo.”

Aumentar la capacidad hospitalaria le da más flexibilidad a la sociedad y una oportunidad de manejar los casos peores, ya sean de COVID-19 o de otra enfermedad. Las cuarentenas alejan ambos beneficios.

TOMAR DECISIONES CON BASE EN LA EVIDENCIA

La idea de cerrar la sociedad con políticas draconianas de cuarentena es un concepto experimental que no se basa en la realidad. Son herramientas que se toman en cuenta para disminuir la diseminación de casos, de forma que los hospitales se puedan preparar y no deben verse como una forma de eliminar el virus. Nunca antes una pandemia ha sido combatida cerrando a toda una sociedad. Los problemas asociados con tal política rápidamente sobrepasan cualquiera de los beneficios marginales. En adición, prevenir los casos es más difícil que prevenir las muertes. De hecho, puede ser casi imposible, dado lo contagioso que es el virus y de cómo las cuarentenas han tenido un efecto pequeño al tiempo que diezma a una sociedad. Una respuesta mejor sería mitigar las muertes y los casos severos, enfocándose en aumentar la capacidad hospitalaria. Esto es algo que, en realidad, podemos controlar. Intentar controlar una fuerza de la naturaleza no es algo que puede hacerse con facilidad, si es que del todo se puede. Apoye una respuesta apropiada, empoderando al sector del cuido de la salud, no a políticos y burócratas. Es una tontería intentar resolver un problema médico con la política.

Este artículo no debería considerarse como una sugerencia de que países como Taiwán o Corea del Sur deberían ser copiados o imitados en todo. Los acontecimientos diarios continúan cambiando y la eficacia de políticas individuales, como trazado de contactos y restricciones a los movimientos, todavía está sujeta a debate. Cuando los líderes consideran reestablecer medidas de cuarentena a lo largo de Estados Unidos, debemos entender que toda nuestra respuesta completa ante el COVID-19 era fallida. No sólo ha sido contraproducente, sino que tampoco se basó en algún tipo de evidencia. Por meses hemos alabado a países como Taiwán y Corea del Sur por sus respuestas modelos, que mantuvieron alejado al virus, a la vez que se infligían mínimas restricciones sobre la sociedad. Promover medidas draconianas de cuarentena, a la vez que se alaba a esos países, no sólo ser ciegos ante la evidencia, sino que, también, proviene desde una posición de privilegio e hipocresía.

Ethan Yang se unió al American Institute for Economic Affairs (AIER) en el 2020 como pasante en la parte editorial y es graduado del Trinity College. Recibió un BA en Ciencia Política junto con una materia secundaria en Estudios Legales y Organizaciones Formales. Sirve actualmente como Coordinador de la Región Noreste de Estudiantes por la Libertad y como director del Centro para el Estudio de la Libertad Humana en el Trinity College. Previo a unirse al AIER, fue pasante en organizaciones como el American Legislative Exchange Council, en el Senado del estado de Connecticut y en el Cause of Action Institute.