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Jorge Corrales Quesada
03/02/2018, 18:10
Siempre es buen momento para aprender cosas de la economía. La escuela austriaca constituye una tradición académica importante en la disciplina y se encuentra sumamente ligada a la idea de la libertad económica.

LA ESCUELA DE ECONOMÍA AUSTRIACA

Peter J. Boettke
The Concise Encyclopedia of Economics
2008

Nota del traductor: Las palabras que tienen sus letras en un color distinto al negro y entre paréntesis, indican que la información en inglés acerca del tema allí indicado puede ser obtenida desde allí en el sitio de The Concise Encyclopedia of Economics en la red.

La escuela de economía austriaca fue fundada en 1871 con la publicación de Principles of Economics [Principios de Economía Política] de Carl Menger (menger (http://www.econlib.org/library/Enc/bios/Menger.html)). Él, junto con William Stanley Jevons (william stanley jevons (http://www.econlib.org/library/Enc/bios/Jevons.html)) y Leon Walras (leon walras (http://www.econlib.org/library/Enc/bios/Walras.html)), desarrolló la revolución marginalista en el análisis económico. Menger dedicó sus Principios de Economía Política a su colega alemán William Roscher, la principal figura de la escuela histórica alemana, la cual dominaba el pensamiento económico en los países de habla alemana. En su libro, Menger arguye que el análisis económico es universalmente aplicable y que la unidad de análisis apropiada es el hombre y sus elecciones. Estas escogencias, escribió él, están determinadas por las preferencias individuales subjetivas y por el margen en el cual se toman las decisiones (ver marginalism (http://www.econlib.org/library/Enc/Marginalism.html)). La lógica de la elección, creía él, es la piedra angular en el desarrollo de una teoría económica válidamente universal.

Por su parte, la escuela histórica había argüido que la ciencia económica no era capaz de generar principios universales y que la investigación científica más bien debería concentrarse en el examen histórico detallado. La escuela histórica pensaba que los economistas clásicos ingleses estaban equivocados, al creer en leyes económicas que transcendían el tiempo y las fronteras nacionales. Los Principios de Economía de Menger reafirmaban el punto de vista de las leyes universales de la economía política clásica y lo hicieron así utilizando el análisis marginal. Los estudiantes de Roscher, especialmente Gustav Schmoller, se opusieron totalmente a la defensa de la “teoría” de Menger y bautizaron al trabajo de Menger y al de sus seguidores, Eugen Böhm-Bawerk (eugen böhm-bawerk (http://www.econlib.org/library/Enc/bios/BohmBawerk.html)) y Friedrich Wieser, con el nombre derogatorio de “escuela austriaca,” debido a sus posiciones académicas en la Universidad de Viena. El nombre pegó.

Desde la década de 1930, ningún economista de la Universidad de Viena o de alguna universidad austriaca ha llegado a ser una figura destacada de la llamada escuela de economía austriaca. En los años treinta y cuarenta, la escuela austriaca se trasladó a Gran Bretaña y a los Estados Unidos, y los académicos asociados con este enfoque a la ciencia económica se ubicaron principalmente en la London School of Economics (1931-1950), New York University (1944---), Auburn University (1983---) y la George Mason University (1981---). Muchas de las ideas de los más importantes economistas austriacos de mediados del siglo veinte, tales como Ludwig con Mises (ludwig von mises (http://www.econlib.org/library/Enc/bios/Mises.html)) y F.A. Hayek ( f. a. hayek (http://www.econlib.org/library/Enc/bios/Hayek.html)), están basadas en las ideas de economistas clásicos, como Adam Smith (adam smith (http://www.econlib.org/library/Enc/bios/Smith.html)) y David Hume ( david hume (http://www.econlib.org/library/Enc/bios/Hume.html)), o de figuras de principios del siglo veinte, como Knut Wicksell (knut wicksell (http://www.econlib.org/library/Enc/bios/Wicksell.html)) , así como de Menger, Böhm-Bawerk y Friedrich von Wieser. Esta mezcla diversa de tradiciones intelectuales en la ciencia económica, es aún más evidente en los economistas contemporáneos de la escuela austriaca, quienes han sido influidos por figuras modernas en la disciplina de la economía. Aquellos incluyen a Armen Alchian (armen alchian (http://www.econlib.org/library/Enc/bios/Alchian.html)), James Buchanan (james buchanan (http://www.econlib.org/library/Enc/bios/Buchanan.html)), Ronald Coase (ronald coase (http://www.econlib.org/library/Enc/bios/Coase.html)) Harold Demsetz, Axel Leijonhufvud, Douglass North (douglass north (http://www.econlib.org/library/Enc/bios/North.html)), Mancur Olson, Vernon Smith (vernon smith (http://www.econlib.org/library/Enc/bios/SmithV.html)), Gordon Tullock, Leland Yeager y Oliver Williamson, así como Israel Kirzner y Murray Rothbard. Si bien uno podría afirmar que opera una escuela de economía austriaca en particular dentro de la profesión económica de la actualidad, uno también podría aseverar, prudentemente, que la etiqueta de “austriaco” ya no posee significación sustantiva alguna. En este artículo, me concentro en las principales proposiciones acerca de la economía, en las que creen los llamados austriacos.

LA CIENCIA DE LA ECONOMÍA

Proposición 1: Tan sólo los individuos escogen.

El hombre, con sus propósitos y planes, es el inicio para todo análisis económico. Tan sólo los individuos escogen; las entidades colectivas no optan, no eligen. La tarea primaria de un análisis económico es hacer inteligible al fenómeno económico, al basarlo en los propósitos y planes individuales; la tarea secundaria del análisis económico es descubrir las consecuencias no previstas (unintended consequences (http://www.econlib.org/library/Enc/UnintendedConsequences.html)) de las elecciones individuales.

Proposición 2: El estudio del orden del mercado es fundamentalmente acerca del comportamiento del intercambio y de las instituciones dentro de las cuales toma lugar el intercambio.

El sistema de precios y la economía de mercado son mejores entendidos como una “catalaxia” y así la ciencia que estudia el orden de mercado cae bajo el dominio de la “cataláctica.” Estos términos se derivan de los significados originales en griego de la palabra “katallaxy” –que significa intercambio y provocar la amistad de un extraño por medio del intercambio. La cataláctica enfoca su atención analítica en las relaciones de intercambio que emergen en el mercado, la negociación que caracteriza a ese proceso de intercambio y las instituciones dentro de las cuales toma lugar el intercambio.

Proposición 3: Los “hechos” de las ciencias sociales son los que la gente cree y piensa que lo son.

A diferencia de las ciencias físicas, las ciencias humanas empiezan con los propósitos y planes de los individuos. En tanto que la eliminación de los propósitos y los planes de los individuos en las ciencias físicas, condujo a avances para superar el problema del antropomorfismo, en las ciencias sociales la eliminación de los propósitos y los planes resulta en suprimir su materia de estudio a la ciencia de la acción humana. En las ciencias humanas, los “hechos” del mundo son aquellos que los actores piensan que lo son y creen en ellos.

El significado que los individuos les ponen a las cosas, prácticas, lugares y gentes determina como ellos se orientan a sí mismos en lo que tiene que ver con formular decisiones. La meta de las ciencias humanes es la inteligibilidad y no la predicción. Las ciencias humanas pueden lograr esta meta porque somos lo que estudiamos, o porque poseemos un conocimiento desde su interior, mientras que las ciencias naturales no pueden proseguir una meta de inteligibilidad, porque descansan en un conocimiento obtenido desde afuera. Podemos entender los propósitos y los planes de otros humanos, porque nosotros mismos somos los actores de lo humano.

El experimento mental clásico que se invoca para expresar esta diferencia esencial entre las ciencias de la acción humana y las ciencias físicas, es el de un marciano que observa los “datos” en la estación ferroviaria Grand Central de Nueva York. Nuestro marciano podría observar que, cuando la mano pequeña del reloj indica las ocho, hay un movimiento bullicioso cuando la gente sale de esas cajas [puertas], y que, cuando la manecilla señala las cinco, hay un movimiento afanoso de los cuerpos reentrando en esas cajas para dejar el lugar. Incluso el marciano podría llegar a desarrollar una predicción acerca de la manecilla y el movimiento de los cuerpos y las cajas. Pero, a menos que el marciano llegue a entender los propósitos y los planes (de la ida y del regreso del trabajo), su entendimiento “científico” de los datos de la estación Grand Central estaría limitado. Las ciencias de la acción humana son diferentes de las ciencias naturales y empobrecemos a las ciencias humanas cuanto tratamos de forzarlas dentro del molde filosófico-científico de las ciencias naturales.

MICROECONOMÍA

Proposición 4: La utilidad y los costos son subjetivos.

Todos los fenómenos económicos se filtran por medio de la mente humana. Desde la década de 1870, los economistas han estado de acuerdo con que el valor es subjetivo, pero, siguiendo a Alfred Marshall (alfred marshall (http://www.econlib.org/library/Enc/bios/Marshall.html)), muchos alegaron que el lado de los costos en la ecuación está determinado por condiciones objetivas. Marshall insistió en que, tal como un par de hojas de una tijera cortan una pieza de papel, así tanto el valor subjetivo como los costos objetivos determinan el precio (Ver microeconomics (http://www.econlib.org/library/Enc/Microeconomics.html)). Pero, Marshall fracasó en apreciar que los costos son también subjetivos, porque ellos en sí mismos son determinados por el valor de los usos alternativos de los recursos escasos. En efecto, ambas hojas de la tijera cortan el papel, pero la hoja de la oferta (supply (http://www.econlib.org/library/Enc/Supply.html)) está determinada por las valoraciones subjetivas de los individuos.

Al decidir acerca de cuáles cursos de acción tomar, uno debe de escoger; esto es, uno debe proseguir un camino y no otros. El enfoque de alternativas al escoger, lo conduce a uno a definir conceptos dentro de la manera económica de pensar: los costos de oportunidad. El costo de una acción es el valor de la alternativa valorada más alto, a la cual se renunció cuando se tomó aquella acción. Puesto que la acción que se dejó de tomar nunca es, por definición, tomada, cuando uno decide, compara los beneficios esperados de una actividad, en contraste con los beneficios esperados de las actividades alternativas.

Proposición 5: El sistema de precios economiza en la información que la gente necesita procesar para tomar sus decisiones.

Los precios resumen los términos de intercambio en el mercado. El sistema de precios les señala a los participantes en el mercado la información (information (http://www.econlib.org/library/Enc/Information.html)) relevante, que les ayuda a obtener ganancias mutuas derivadas del intercambio. En el ejemplo famoso de Hayek, cuando la gente nota que el precio del estaño se ha elevado, no necesita saber si la causa fue por un aumento en la demanda (demand (http://www.econlib.org/library/Enc/Demand.html)) de estaño o por un descenso en su oferta. Cualquiera que sea, el incremento en el precio la conduce a economizar en su uso. Los precios del mercado cambian velozmente cuando varían las condiciones subyacentes, lo cual conduce a la gente a adaptarse rápidamente.

Proposición 6: La propiedad privada de los medios de producción es una condición necesaria para un cálculo económico racional.

Los economistas y los pensadores de lo social por largo tiempo han reconocido que la propiedad privada brinda incentivos poderosos, para una asignación eficiente de los recursos escasos. Pero, aquellos que simpatizan con el socialismo (socialism (http://www.econlib.org/library/Enc/Socialism.html)) creyeron que el socialismo podía trascender estos problemas de incentivos, cambiando la naturaleza humana. Ludwig von Mises demostró que, aún si tuviera lugar el cambio asumido acerca de la naturaleza humana, el socialismo fracasaría debido a la incapacidad de los planificadores económicos para calcular racionalmente el uso alternativo de los recursos. Sin una propiedad privada de los medios de producción, razonó Mises, no habría un mercado para los medios de producción y, por tanto, no habría precios monetarios para esos medios de producción. Y, sin precios monetarios que reflejen las escaseces relativas de los medios de producción, los planificadores de la economía no podrían calcular racionalmente el uso alternativo de los medios de producción.

Proposición 7: El mercado competitivo es un proceso de descubrimiento empresarial.

Muchos economistas miran a la competencia (competition (http://www.econlib.org/library/Enc/Competition.html)) como un estado de cosas. Pero, el término “competencia” invoca una actividad. Si la competencia fuera un estado de cosas, el empresario no tendría papel alguno en la economía. Sin embargo, debido a que la competencia es una actividad, el empresario tiene un papel enorme como agente de cambio, que incita y mueve a los mercados en nuevas direcciones.
El empresario está alerta a oportunidades no identificadas, a fin de obtener ganancias mutuas. Mediante el reconocimiento de dichas oportunidades, el empresario obtiene una ganancia. El mutuo aprendizaje que se da a partir del descubrimiento de ganancias con el intercambio, mueve al sistema de mercado hacia una asignación más eficiente de recursos. El descubrimiento empresarial asegura que un mercado libre (free market (http://www.econlib.org/library/Enc/FreeMarket.html)) se mueve hacia el uso más eficiente de los recursos. Además, el atractivo de las ganancias espolea continuamente a los empresarios para que busquen innovaciones que incrementan la capacidad productiva. Para el empresario que reconoce la oportunidad, las imperfecciones de hoy en día representan las ganancias del mañana [1]. El sistema de precios y la economía de mercado son artefactos o herramientas de aprendizaje, que guían a los individuos al descubrimiento de ganancias mutuas y a que usen eficientemente los recursos escasos.

MACROECONOMÍA

Proposición 8: El dinero no es neutral.

Al dinero se le define como el medio de cambio comúnmente aceptado. Si la política gubernamental distorsiona la unidad monetaria, igualmente se distorsiona el intercambio. La meta de la política monetaria (monetary policy (http://www.econlib.org/library/Enc/MonetaryPolicy.html)) debería ser la de minimizar estas distorsiones. Cualquier incremento en la oferta de dinero (money supply (http://www.econlib.org/library/Enc/MoneySupply.html)), que no sea compensada por un aumento de la demanda de dinero, conducirá a un aumento de los precios. Pero, los precios no se ajustan instantáneamente en toda la economía. Algunos ajustes de precios ocurren más rápidamente que otros, lo cual significa que los precios relativos cambian. Cada uno de estos cambios ejerce su influencia sobre el patrón de intercambio y de producción. Así, el dinero, por su naturaleza, no puede ser neutral.

La importancia de la proposición se hace evidente cuando se discute acerca de los costos de la inflación (inflation (http://www.econlib.org/library/Enc/Inflation.html)). La teoría cuantitativa del dinero manifestó, correctamente, que la impresión de dinero no aumenta la riqueza. Así, si el gobierno duplica la oferta de dinero, la ganancia aparente de los tenedores de dinero, en cuanto a su habilidad para comprar bienes, es impedida mediante una duplicación de los precios. Si bien, en tanto que la teoría cuantitativa del dinero representó un avance importante en el pensamiento económico, una interpretación mecánica de la teoría cuantitativa subestimó los costos de una política inflacionaria. Si los precios simplemente se duplicaran cuando el gobierno aumentaba al doble la oferta monetaria, entonces, los actores económicos anticiparían este ajuste de los precios, simplemente siguiendo con cuidado las cifras de la oferta monetaria y, de acuerdo con ello, ajustarían su comportamiento. El costo de la inflación sería así mínimo.

Pero, la inflación es socialmente destructiva en distintos niveles. Primero, aún una inflación que es anticipada rompe la confianza básica entre el gobierno y los ciudadanos, porque el gobierno está usando a la inflación para confiscar la riqueza de la gente. Segundo, la inflación que no es anticipada, es redistributiva en tanto los deudores ganan a expensas de los acreedores. Tercero, porque la gente no puede anticipar perfectamente la inflación y, debido a que el dinero es introducido en la economía en algún lugar del sistema -digamos por medio de la compra de bonos (bonds (http://www.econlib.org/library/Enc/Bonds.html)) por parte del gobierno- algunos precios (el precio de los bonos, por ejemplo) se ajustan antes que otros precios, lo cual significa que la inflación distorsiona el patrón de intercambio y la producción.

Puesto que el dinero es el ligamen para casi todas las transacciones en una economía moderna, las distorsiones monetarias afectan todas esas transacciones. Por tanto, la meta de la política monetaria debería de ser la de minimizar estas distorsiones monetarias, precisamente porque el dinero no es neutral. [2].

Proposición 9: La estructura del capital consiste de bienes heterogéneos que tienen múltiples usos específicos que deben de ser alineados.

En este mismo momento, la gente en Detroit, Stuttgart y la Ciudad de Tokio están diseñando carros que no serán comprados sino hasta dentro de una década. ¿Cómo conocen ellos como asignar los recursos para lograr tal objetivo? La producción es siempre para satisfacer una demanda futura incierta, y el proceso de producción requiere de diferentes etapas de inversión (investment (http://www.econlib.org/library/Enc/Investment.html)), que van desde la más remota (la extracción de mineral de hierro) hasta la más inmediata (las agencias vendedoras de carros). Los valores de todos los bienes de producción de cada una de las etapas de producción se derivan del valor que los consumidores le otorgan al producto que está siendo producido. El plan de producción alinea a diversos bienes en una estructura del capital que producen los bienes finales, idealmente, de la manera más eficiente. Si los bienes de capital fueran homogéneos, podrían ser usados en producir todos aquellos bienes que los consumidores desearan. Si se cometieran errores, los recursos serían liberados rápidamente y, con un costo mínimo, dirigidos a producir el producto final que es el más deseado. Pero, los bienes de capital son heterogéneos y tienen múltiples usos específicos: una planta para producir automóviles puede hacer carros, pero no chips para computadoras. La alineación intrincada del capital para producir diversos bienes de consumo está gobernada por las señales que brindan los precios y por los cuidadosos cálculos de los inversionistas. Si el sistema de precios está distorsionado, los inversionistas cometerán errores al alinear sus bienes de capital. Una vez que se revela el error, los actores económicos reasignarán sus inversiones, pero en el ínterin se perderán recursos. [3].

Proposición 10: Las instituciones sociales son a menudo resultado de la acción humana, mas no del diseño humano.

Muchas de las más importantes instituciones y prácticas no son resultado del diseño directo, sino son que se derivan de acciones tomadas para lograr otros objetivos. Un estudiante del Medio Oeste de los Estados Unidos en enero , quien está tratando de llegar rápidamente a clases a la vez que evita el frío, podría hacerlo atravesando la cuadra, en vez de tomar el largo camino a su alrededor. Cruzar la cuadra en la nieve deja huellas; al seguirlas, otros estudiantes harán que se amplíe el camino. Aunque su objetivo es llegar a clases rápidamente y evitar el clima frío, en el proceso crean un camino en la nieve que, de hecho, ayudará a otros estudiantes que les siguen a lograr ese objetivo con mayor rapidez. Esta historia del “camino en la nieve” es un ejemplo de “un producto de la acción humana, mas no del diseño humano.” (Hayek, 1948, p. 7).

La economía de mercado y su sistema de precios son ejemplos de un proceso similar. La gente no intenta crear el conjunto complejo de intercambios y señales de precios que constituyen una economía de mercado. Su intención es simplemente mejorar lo que es propio de su vida, pero su comportamiento resulta en un sistema de mercado. El dinero, la ley, el idioma, la ciencia, etcétera, son todos fenómenos sociales, que trazan sus orígenes no en el diseño humano, sino en la gente luchando por mejorar su situación propia y, en ese proceso, dan lugar a un resultado que beneficia al público. [4].

Las implicaciones de estas diez proposiciones son bastante radicales. Si son verdaderas, la teoría económica estaría basada en la lógica verbal y el trabajo empírico enfocado en narrativas históricas. En relación con la política pública, se plantearía la seria duda acerca de la habilidad de las autoridades gubernamentales para intervenir óptimamente dentro del sistema económico y ni qué hablar en cuanto a administrar racionalmente a la economía.

Tal vez los economistas deberían de adoptar el credo de los médicos, acerca de “en primer lugar, no hacer daño”. La economía de mercado se desarrolla a partir de la inclinación natural de la gente hacia mejorar su situación y, al así hacerlo, descubrir los intercambios mutuamente beneficiosos que lograrán ese objetivo. Adam Smith sistematizó de primero ese mensaje en La Riqueza de las Naciones ([I]The Wealth of Nations (http://www.econlib.org/library/Smith/smWN.html)). En el siglo veinte, los economistas de la escuela austriaca fueron los proponentes más inflexibles de este mensaje, no debido a un compromiso ideológico previo, sino a causa de la lógica de sus argumentos.
ACERCA DEL AUTORPeter J. Bottke es profesor de economía en la Universidad George Mason, en donde también es subdirector del Centro de Política Económica James M. Buchanan y miembro sénior del Centro Mercatus. Es editor de la revista Review of Austrian Economics.