PDA

Ver la Versión Completa : ROBERT P. MURPHY-AYUDA UN TRABAJADOR AL RESTO DE LA SOCIEDAD



Jorge Corrales Quesada
30/01/2018, 13:27
¿AYUDA UN TRABAJADOR AL RESTO DE LA SOCIEDAD?

Por Robert P. Murphy
Library of Economics and Liberty
1 de enero del 2018


INTRODUCCIÓN

Los críticos del capitalismo han formulado muchas objeciones a la economía de mercado. Por ejemplo, los marxistas alegan que los trabajadores son sistemáticamente explotados, porque se les paga menos que el valor pleno de su trabajo. A su vez, los progresistas creen que los ricos deberían “devolver a la comunidad,” la cual ha derramada tales bendiciones y privilegios sobre ellos.

Para estar claros, un economista que desea defender las virtudes de un capitalismo de laissez-faire tiene respuestas bien pulidas para tales críticas. En lo que tiene que ver con la paga al trabajador, literalmente es economía de libro de texto mostrar que, en tanto haya competencia entre empresas, los trabajadores tenderán a que se les pague el “valor de su producto marginal,” dando a entender que hay un sentido concreto en el cual los trabajadores son pagados el “valor pleno” de su trabajo. Cuando llegamos a lo de que el rico “debe devolver,” el economista puede señalar todas los artículos esenciales de la vida moderna –tales como el automóvil, el teléfono, Walmart y el celular. En el ambiente voluntario de un mercado, la forma de enriquecerse es sirviendo a las masas. De hecho, hay un sentido inequívoco en el cual el ingreso de alguien es una medida del grado en que esa persona ya le ha “dado a la comunidad.”

Estas objeciones, y las respuestas correspondientes, son típicas. Aun así, ¿al menos, no aparenta haber una tensión entre ellas? Si es cierto que a un trabajador se le paga una cantidad exactamente igual a lo que él o ella agregan al producto económico total, entonces, ¿cómo puede existir excedente alguno que beneficie a las masas? Específicamente, suponga que una persona increíblemente productiva decido del todo salirse de la fuerza de trabajo. ¿Debe incluso preocuparle eso a la sociedad o se trata de un empate? [1]

Resulta que no hay contradicción entre estos principios: Aun cuando a un trabajador se le paga el valor de su producto marginal, sigue siendo cierto que el resto de la sociedad se beneficia con la contribución del trabajador a la economía. Y, mírelo desde el otro lado: Sí súbitamente los trabajadores altamente productivos decidieran hacerse monjes, el resto de nosotros estaría materialmente más pobre, aun cuando a esos trabajadores se les pagara el valor de su producto marginal antes de hacerse monjes. En este ensayo, reconcilio la aparente tensión entre estos dos principios estándares, al explicar primero el papel de la especialización y, luego, la distinción entre unidades intra-marginales y unidades marginales.

EL TRABAJO SE HACE MÁS PRODUCTIVO CON LA COOPERACIÓN (Y LA ESPECIALIZACIÓN)

De manera que, ¿cómo puede ser posible que un trabajador nuevo se apropie del “valor pleno” de su contribución al producto, al mismo tiempo que otras personas en la sociedad también se hacen más ricas, debido a que el nuevo trabajador apareció en la escena? Primero puedo ilustrar la posibilidad con un ejemplo muy sencillo. Luego, generalizaré para incorporar el tratamiento estándar de las clases de economía.

Imagínese a un hombre que inicialmente piensa que está sólo en una isla tropical. A él le gustaría apear cocos de un árbol, pero no tiene escaleras ni otras herramientas, de forma que le toma una hora recoger 10 cocos.

Más tarde, el hombre se asombra al descubrir que hay una segunda persona en la isla. Los dos hombres son idénticos en sus habilidades para apear cocos. No obstante, al trabajar juntos (tal vez tomando turnos para subirse uno encima de los hombros del otro), los dos hombres pueden recoger 30 cocos en una hora. Si dividen en dos partes iguales lo obtenido, cada hombre disfruta de 15 cocos por hora, lo cual es un aumento del 50% en el rendimiento físico de su tiempo de trabajo, comparado con la situación en la cual cada uno trabaja sólo.

Note, en este ejemplo simple, que ningún hombre está explotando al otro; dado que son trabajadores idénticos, comparten el producto total por partes iguales. Aun así, el primer hombre se beneficia grandemente por la existencia del otro (y viceversa).

Si generalizamos, la productividad del trabajo aumenta con la especialización. Al crecer la población, la gente se puede enfocar en tareas más concretamente definidas: algunos producen sólo servicios dentales; otros producen alimentos; otros construyen casas; etcétera. Aun cuando cada persona puede “extraer” del producto total exactamente lo que él o ella “puso,” el resto de la sociedad puede, aun así, beneficiarse de la cooperación de los nuevos trabajadores, porque la división de trabajo ampliada significa que todos los demás están en capacidad de “poner” -y, por tanto, de “extraer”- mucho más. En otras palabras, cuando un nuevo trabajador ingresa a la economía, el resto de nosotros nos podemos beneficiar no porque le quitamos un poco a lo que él agrega, sino porque, debido a su cooperación, hace que nosotros seamos más productivos.

Así es como la sociedad, como un todo, se beneficia, pero también podemos ver el mismo fenómeno desde la perspectiva del trabajador individual. El hombre que se encuentra a sí mismo súbitamente varado en una isla tropical -aun si ésta estuviera ricamente dotada de recursos naturales- sufriría una tremenda caída en su estándar de vida y estaría deseoso de restablecer el contacto con el resto de la humanidad. Esta observación no significa que el hombre, por tanto, deba estar “explotando” a todos los demás o “retirando más que su justa parte” al reunirse con la sociedad. Por ejemplo, un cirujano del cerebro varado en una isla tropical no es muy productivo, pero puede contribuir grandemente al producto cuando trabaja en conjunto con otros trabajadores y equipo especializados.

Reitero, la mano de obra humana es mucho más productiva físicamente, cuando la gente se especializa en tareas particulares y luego intercambia sus correspondientes producciones. Esta es una de las razones por las que los trabajadores productivos hacen más ricos a todos los demás, aun si se les paga el “valor pleno” de sus propias contribuciones.

LA TEORÍA DE LA PRODUCTIVIDAD MARGINAL: ¿SE LE PAGA EL “VALOR PLENO” AL TRABAJO?

Hasta el momento, hemos visto que el producto incrementado debido a la división del trabajo es una de las razones por las que el resto de la sociedad se beneficia con un trabajador nuevo, aun si a ese trabajador se le paga exactamente lo que él o ella agregó. [2] Sin embargo, otro concepto explica por qué la sociedad se beneficia aun cuando los trabajadores son tratados justamente. Este segundo principio es la distinción entre unidades intra-marginales y unidades marginales; sin embargo, para entender su importancia, debemos revisar primero lo que los economistas dan a entender cuando dicen que los trabajadores son pagados de acuerdo con su “productividad marginal.”

El cuadro 1 presenta las cifras hipotéticas de producción de una fábrica de goma de mascar.

Cuadro 1: Paquetes Totales de Goma de Mascar Producidos en una Fábrica con Distintas Cantidades de Trabajadores



Número de trabajadores en la Fábrica

Producto total (paquetes de goma por hora)

Producto Marginal (paquetes de goma por hora)



0

0

N.D.



1

100

100



2

180

80



3

230

50



4

250

20



5

259

9




Tal como lo indica el cuadro, si ningún trabajador llega a la fábrica, la producción es cero. Si sólo llega uno, entonces se producen 100 paquetes de chicles. Si llegan dos, se producen 180 paquetes, etcétera.

Ahora bien, suponga que, en equilibrio en este mercado, la fábrica contrata a cinco trabajadores. En este caso, el quinto trabajador está incrementando la producción en 0 paquetes de chicle por hora. Esto se debe a que con los cuatro trabajadores originales el producto total es de 250 paquetes, mientras que el producto total aumenta a 259 paquetes de chicle (por hora) cuando el quinto trabajador se une al grupo. Si suponemos que el paquete de chicles se vende en $1, entonces, este trabajador incrementa el ingreso para el dueño de la fábrica en $9 por hora.

Por lo general, los economistas están de acuerdo en que, en el tanto en que el mercado de trabajo es competitivo, el trabajador de la fábrica terminará pagándole (alrededor de) [3] el valor de su producto marginal –esto es, $9 por hora. [4] El razonamiento es muy concreto: Si hay empresas comparables que compiten con nuestra fábrica hipotética, entonces, aquellas estarían obteniendo ganancias si se llevaran al trabajador cuando a éste no se le paga el valor de su producto marginal. Por ejemplo, si la fábrica tratara de pagarle $8 al trabajador, entonces, un competidor le podría ofrecer al trabajador $8.25 la hora y, con esa movida, aun así se quedaría con un ganancia neta de 75 centavos de dólar por hora. Lógicamente, el único momento en el cual se detendría este proceso es cuando a cada trabajador (no sólo “al quinto”) se le paga el valor de su producto marginal.

En este punto, es crucial entender que a todos los trabajadores se les paga la misma tasa de salarios debido a que (dado el supuesto) todos son inter-cambiables. En otras palabras, si tan sólo uno de los cinco trabajadores decidiera llamar a la fábrica diciendo que está enfermo o que renuncia, entonces, el producto total de la fábrica se reduciría en sólo 9 paquetes de chicle por hora. Esto porque los cuatro trabajadores restantes reorganizarían sus actividades para lograr la producción máxima posible con cuatro trabajadores. No importaría si el “primer” trabajador fue el que se declaró enfermo o si fue el que renunció; los otros simplemente asumirían las tareas relevantes.

Definida la terminología, podemos ver la importancia de la distinción entre infra-marginal y marginal. Observe de nuevo al cuadro 1. A cada uno de los cinco trabajadores se le paga $9 la hora, pero sólo el producto marginal del quinto trabajador es de 9 paquetes de chicles. El producto marginal es más alto para los primeros cuatro trabajadores.

En particular, aun cuando el dueño de la fábrica le está pagando a los trabajadores por “el valor pleno” de su producto -en el sentido de que cada trabajador es pagado de acuerdo con su producto marginal- el propietario de la fábrica, no obstante, se vería devastado si todos los cinco trabajadores se declararan enfermos o renuncian. Esto porque, a plena capacidad, la fábrica produce $259 de valor de goma de mascar por hora, a la vez que la paga a los trabajadores un total de 5 X $9 = $45 por hora en salarios. De manera que, si estos cinco trabajadores decidieran hacerse monjes, vemos claramente que “el resto de la sociedad” sufriría. “El resto de la sociedad” en este caso incluiría no sólo al dueño de la fábrica -quien podría estar quedándose con nada de ganancias, considerando todos sus gastos más allá de los costos laborales- sino también a los dueños de la tierra y de las máquinas usadas en la fábrica, así como a los consumidores que compran chicles.

Vale la pena explorar la perspectiva del consumidor en mayor detalle. El principio intra-marginal no sólo se aplica a la productividad el trabajo, sino que, también, se extiende a lo que los economistas llaman el “excedente del consumidor.” En nuestro ejemplo, cuando la goma de mascar se vende a $1 el paquete -punto en el que podemos imaginar que el dueño de la fábrica “apenas sale tablas” en el margen, considerando todos sus costos de producción y que los consumidores consideran que ese último paquete de chicles que compran “apenas vale justamente” el precio de $1- los consumidores de goma de mascar se benefician con la existencia de ese mercado. Aun cuando algunos ávidos consumidores de chicles pueden haber estado dispuestos a pagar hasta, digamos, $10 por su primer paquete de chicles, en equilibrio, ellos pueden comprar muchos paquetes de goma de mascar a $1 cada uno. Esta es otra manera de ver que el “resto de la sociedad” se vería perjudicada si los trabajadores dejaran de ir a laborar a la fábrica de goma de mascar, aun cuando asumimos que ellos estaban siendo pagados el valor pleno de su producto marginal.

He demostrado en esta sección que el dueño de una fábrica se beneficia con la habilidad de contratar muchos trabajadores, aun cuando él les está pagando a los trabajadores salarios “justos,” de acuerdo con su productividad marginal. Del mismo modo, los consumidores se benefician con su habilidad para comprar muchos productos, aun cuando ellos les están pagando a los vendedores el precio “justo,” igual al costo marginal de los bienes. Para entender cómo todo esto es posible, yo consideré la distinción que hay entre unidades de análisis intra-marginales y marginales.

CONCLUSIÓN

Para disipar las críticas típicas al sistema capitalista, los economistas a menudo aseveran que a los trabajadores se les paga un salario igual al valor de su contribución a la producción. A la vez, los economistas también afirman que el resto de la sociedad se beneficia materialmente con el papel que individuos de altos ingresos desempeñan en la economía. A primera vista, parece que estas dos afirmaciones se contradicen. No obstante, una vez que apreciamos la alta productividad bajo la división del trabajo y la distinción entre unidades intra-marginales y marginales, vemos que las dos afirmaciones con compatibles.

Específicamente, al agregar nuevos trabajadores (especialmente muy productivos) a la población existente, eso permite que se amplíe una división del trabajo, lo cual hace a todos más productivos. Por tanto, aún si todo mundo “extrae” del pastel económico exactamente lo que él o ella “han puesto,” la adición de nuevos trabajadores puede hacer que todo mundo esté mejor. Más allá de esta consideración, debemos también apreciar que, decir que un trabajador es pagado de acuerdo con su productividad, es una afirmación acerca del margen, pero no acerca de unidades previas (intra-marginales). Así, si súbitamente desapareciera un agricultor, eso no afectaría tanto a la sociedad. Pero, si todos los agricultores súbitamente se desvanecieran, el resto de la sociedad sufriría enormemente.

Otros economistas han tratado de cuantificar las ganancias provenientes de la innovación que van a dar a diversos grupos en la sociedad, [5] pero en este artículo he usado ejemplos simples para ilustrar el principio básico: Aun si cada participante en la economía es pagado “justamente” de acuerdo con lo que él o ella “agregan,” el resto de la sociedad puede también ganar con esa participación de otros. Aunque al principio parezca paradójico, este es un bello resultado que debería promover la paz y la cooperación en la humanidad.




NOTAS AL PIE DE PÁGINA

[1] De hecho, el premio Nobel Paul Krugman ha estado formulando este argumento por años –esto es, que no debemos estar agradecidos con los empresarios muy productivos por “agregar” a la economía, debido a que ellos ya son pagados de acuerdo con sus contribuciones. Vea, por ejemplo, su reciente posteo, “Why Do You Care How Much Other People Work? Revisited” [“¿Por qué a usted le importa tanto lo que trabajan otras personas? Revisitado”], blog en el New York Times, 25 de setiembre del 2017, y hace cinco años expuso claramente esta posición en su mensaje “What You Add is What You Get” [“Lo que usted agrega, es lo que obtiene”], blog en el New York Times, 9 de julio del 2012.

[2] Escribo que una sociedad puede beneficiarse con un trabajador nuevo, porque la división de trabajo aumentada puede ser compensada por la cantidad limitada de tierra y otros factores de producción fijos. Aunque es claro que a una población global de 100 personas correspondería un estándar de vida menor, por otra parte, una población global (con los recursos y tecnología actuales) de, digamos, 100 millones de millones de personas también significaría la miseria.

[3] Algunos puristas enfatizan que todos los intercambios en el mercado involucran una ganancia para ambas partes. En otras palabras, incluso “en el margen,” en el mundo real un empleador se beneficia estrictamente, al contratar la última unidad de tiempo laboral, mientras que el trabajador, también estrictamente, se beneficia cuando vende esa última unidad de ocio. Sin embargo, debido a que mi punto en el texto es para enfocarse en el enorme rango de unidades intra-marginales, no necesitamos argumentar en torno al caso límite del margen verdadero.

[4] Estrictamente hablando, si la adición del quinto trabajador involucra un uso mayor de otros insumos (tales como el plástico usado para hacer las envolturas de los paquetes de chicles), entonces, el costo marginal de la firma se eleva en más que los salarios del quinto trabajador y, de esta manera, el propietario de la fábrica pagará al trabajador sólo de acuerdo con lo que incrementa el ingreso neto total (costos laborales), no el incremento pleno de los ingresos brutos.

[5] Ver William Nordhaus, “Schumpeterian Profits in the American Economy: Theory and Measurements," National Bureau of Economic Research (NBER) Working Paper 10433, abril de 2004.



Robert P. Murphy es Profesor Asistente de Investigación en el Free Market Institute de Texas Tech University. Es autor del libro Choice: Cooperation, Enterprise, and Human Action (Independent Institute, 2015).