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Jorge Corrales Quesada
30/01/2018, 13:20
CÓMO CREER EN EL SOCIALISMO PODRÁ DEPRIMIRLOS

Por Brittany Hunter y Dan Sánchez
Fundación para la Educación Económica
Martes 23 de enero del 2017

Una filosofía de resentimiento sólo reprime a las personas
En mi ciudad universitaria (la de Brittany), el club de mayor membresía y actividad era la “Unión Estudiantil Revolucionaria,” conocido también como el de los marxistas residentes en la universidad. Aún en aquel entonces, apasionadamente estuve en desacuerdo con el socialismo. Pero, una de las cosas que me impactó fue ver cómo esos estudiantes no sólo estaban equivocados, sino que parecían estar sumamente deprimidos. Siempre llegaron a las clases con el ceño fruncido y siempre quejándose, no sólo acerca de los males del capitalismo, sino también acerca de frustraciones irresolubles e injusticias percibidas en sus vidas personales y académicas.

A menudo me pregunté si existía alguna conexión entre la disfunción en sus vidas y su ideología socialista.

Para estos jóvenes revolucionarios, cada frustración en sus vidas era culpa de alguien más. Si no lograban las notas que ellos sentían eran las merecidas, había que acusar de ello a algún profesor burgués. Si no tuvieron los horizontes laborales que se ajustaban a su alta apreciación de sus propios intelectos, debe ser porque los capitalistas les estaban poniendo obstáculos. Su tendencia era a hacer de chivo expiatorio a los “enemigos de clase,” no de los males de la sociedad, sino también de sus propios problemas personales.

Al trasladar la culpa hacia otros, se liberaban a sí mismos de la responsabilidad ante sus propios problemas. Desperdiciaban su tiempo y energía quejándose, regodeándose en autocompasión y buscando el desagravio, en vez de asumir la propiedad de sus vidas y arreglar sus asuntos. Como resultado, sus frustraciones sólo se agudizaban.

Esta actitud también les robó uno de los mayores placeres de la vida: experimentar una alegría empática en la felicidad de otros. De acuerdo con su mentalidad marxista de suma cero, la prosperidad de otros surgía a expensas de sus propias posibilidades. Así que se sentían ofendidos ante cualquiera que fuera más exitoso que ellos. Y se preocupaban tanto en rebajar a otras personas, que les quedaban pocas energías para lograr levantarse a sí mismos.

Si mis camaradas estudiantes alguna vez lograran imponer el socialismo en el país, eso causaría una miseria profunda y extendida. Y, aún así, un alto grado de depresión en sus propias vidas ya se estaba generando, por la simple idea de que un socialismo reside sólo en sus mentes.
LAS RAÍCES PSICOLÓGICAS DEL SOCIALISMOAun así, a pesar de esto, y a pesar de toda la evidencia y lógica económica que muestra que el liberalismo clásico y el capitalismo enriquecen y liberan a la sociedad completa, en tanto que el socialismo la esclaviza y empobrece, tales jóvenes se atarían rígidamente a su ideología. ¿Por qué?

Según Ludwig von Mises, simplemente, en general, no es un asunto de analfabetismo económico y de error intelectual. Más bien, es un asunto psicológico. Él fue tan lejos como para argüir que las raíces del socialismo yacen en la neurosis.

“... la raíz de la oposición al liberalismo no puede ser localizada acudiendo al método de la razón. Esta oposición no surge de la razón, sino de una actitud mental patológica –a partir del resentimiento y de una condición neurasténica que uno podría llamar el complejo de Fourier, del nombre del socialista francés.”

El marco mental socialista puede resumirse en una sola palabra: resentimiento. Mises escribió:

“El resentimiento se da cuando uno odia tanto a alguien más por sus circunstancias más propicias, que está dispuesto a aceptar graves desventajas con sólo ver perjudicado el objeto de su odio. Muchos de aquellos que atacan al capitalismo saben perfectamente que su situación bajo cualquier otro sistema económico será menos favorable. No obstante, con pleno conocimiento de este hecho, promueven una reforma; por ejemplo, el socialismo, porque esperan que el rico, a quien ellos envidian, también sufrirá bajo él.”

El psicólogo Jordan B. Peterson también caracteriza al socialismo como impulsado tanto por el resentimiento como por ser promotor del resentimiento. En un panel, él dijo del marxismo:

“He ahí a su lado oscuro, que significa que cualquiera que tenga más que usted es porque se lo robó a usted. Y eso realmente resulta atractivo para el elemento Cainita que hay en el espíritu humano. Todo mundo que tiene más que yo, lo obtuvo de una manera corrupta y eso justifica, no sólo mi envidia, sino mis acciones para nivelar el terreno, por así decirlo, y por parecer virtuoso al así hacerlo. Hay una tremenda filosofía de resentimiento que pienso ahora que es impulsada por un espíritu sumamente patológico anti-humano.”

Aquellos que se han sumido por sí mismos en esa espiral descendente de resentimiento, prefieren fracasar antes que tener éxito si eso significa que sus enemigos de clase sufrirán junto con ellos. La frase “la miseria ama la compañía” es particularmente aplicable a la mentalidad socialista.

Como lo explicó Mises, la gente a menudo se adhiere al resentimiento, a la práctica de responsabilizar a terceros de lo que es responsabilidad propia, porque eso ofrece consuelo, sin importar lo pasajero que sea:

“En el caso del fracaso social, que aquí nos interesa, el consuelo consiste en convencerse de que la no consecución de las metas perseguidas no debe atribuirse a su incapacidad, sino al defecto del orden social. El frustrado entonces espera obtener del derrocamiento del orden social existente, el éxito que éste le ha negado.”

Es por esta razón que Mises dice, “... para el hombre moderno, el socialismo se ha convertido en el elixir contra el malestar del mundo terreno.”

Y esta actitud compulsiva e insana es lo que enceguece la mente del guerrero de clases y lo impermeabiliza contra nuevas ideas. Como escribió Mises, el socialismo a menudo equivale a un mecanismo de defensa en contra de un complejo de inferioridad:

“El neurótico se aferra tenazmente al “engaño” que se ha construido con sus propias manos y cuando se encuentra ante la elección entre renunciar a él o al razonamiento lógico, prefiere sacrificar la lógica. Puesto que la vida sería insoportable sin el consuelo que encuentra en la idea socialista, la cual, mostrándole que los errores que han ocasionado su fracaso no dependen de su persona, sino que están inscritos en el curso mismo de las cosas, levanta su autoconciencia y le libera del torturador sentimiento de inferioridad.”
SÓLO TÚ PUEDES CAMBIAR TUS CIRCUNSTANCIASAfortunadamente, este tipo de neurosis puede ser curado, pero requiere esfuerzo de parte del individuo. Mises escribió:

“Uno no puede ciertamente llevar al psicoanalista a todo el que sufra el complejo de Fourier, pues lo impediría, si no otra cosa, el número enorme de afectados. Aquí la única medicina es confiar al enfermo mismo la curación de su enfermedad.”

Y el punto de partida para conducir esa auto-terapia es que cada individuo reconozca el hecho de que el resentimiento, la envidia y responsabilizar a otros por lo que es una responsabilidad propia, sólo le trae a uno frustración, estancamiento y sufrimiento innecesario.

Todos somos responsables de mejorar nuestras propias vidas, no importando lo difícil y el tiempo que puede tomar esa búsqueda. El renombrado profesor de psicología, Jordan B. Peterson, ha edificado su carrera y prestigio principalmente ayudando a que individuos dejen atrás el resentimiento y la autocompasión y que asuman la responsabilidad de sus propias vidas. Él asevera que, mucho mejor que la agitación y discordia política, ofrecer ese tipo de ayuda es la mejor forma de ayudar a los ideólogos a salir de sus tendencias neuróticas, que ocasionan que ellos se aferren al socialismo y otros credos tóxicos. En una sesión de preguntas y respuestas, él aconsejó lo siguiente a esas personas:

“miren, nos encantaría mucho si pudieran prosperar como individuos. Dejen su afiliación a esa especie de culto. Sálganse de las sombras, de las sombras demoníacas de su posesión ideológica, y den un paso hacia la luz allá adelante como personas plenamente desarrolladas.”

El antídoto tanto contra el socialismo como para el resentimiento que debilita, es la reflexión y la acción individual. Si uno hace un esfuerzo por mirar hacia dentro y mejorar por sí mismo, encontrará que el resentimiento empieza a desaparecer, crecerá la autoeficacia y que sus vida mejorará. Y abandonar al socialismo será un efecto colateral maravilloso.


Brittany Hunter es editora asociada en la Fundación de Educación Económica. Brittany estudió ciencias políticas en la Universidad Utah Valley, con una especialización menor en estudios constitucionales.

Dan Sanchez es editor administrador de FEE.org. Sus escritos son guardados en DanSanchez.me (http://www.dansanchez.me/).