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Jorge Corrales Quesada
27/01/2018, 12:15
CRECIMIENTO IMPULSADO POR LAS EXPORTACIONES ES SÓLO UNA FALACIA
Por Donald J. Boudreaux
Fundación para la Educación Económica
Sábado 6 de enero del 2018
Lo que importa en última instancia es lo que recibimos a cambio de lo que producimos.

Nota del traductor: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra en roja y subrayada, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/export-led-growth-is-just-a-fallacy/

Una fructífera discusión esta mañana con mi colega del Mercatus Center, Dan Griswold, me empuja a hacer la observación de que un “un crecimiento impulsado por las exportaciones,” no hace ni hace ni más ni menos sentido que, digamos, “un crecimiento impulsado por las cosas amarillas” o “un crecimiento impulsado por cosas que en los nombres en idioma francés empiezan con la letra ‘T.’”

UN CRECIMIENTO IMPULSADO POR LAS EXPORTACIONES NO ES UNA COSA

El crecimiento económico se presenta sólo cuando, y sólo si, hay aumentos en las cantidades y calidades de bienes y servicios disponibles para la gente común, a fin de que los consuman. (Los individuos son más ricos entre más estén en capacidad de consumir. Si los individuos son más ricos entre más estén en capacidad de trabajar duro con el menor consumo posible, entonces, la historia de los individuos más ricos sería la de ser esclavos).

No obstante, debido a que generalmente en una economía de mercado podemos aumentar nuestra habilidades para consumir, al producir mayores cantidades para que otros las consuman -otros, que, mediante el intercambio, nos dan lo que nosotros deseamos consumir- cada uno de nosotros “crece” económicamente, al producir más cosas (medidas en términos de valor) para que nuestros socios comerciales consuman, pues solo así nuestros socios comerciales harán por nosotros lo que en última instancia buscamos de ellos –esto es, darnos más cosas para que nosotros las consumamos.

Algunos de nosotros producimos bienes para ser exportados. Si, a cambio de nuestros bienes exportados, recibimos más bienes y servicios que nosotros valoramos como ítems de consumo -más de lo que nosotros recibimos a cambio por lo que fuera que previamente produjimos- vamos a estar mejor. “Crecemos” económicamente. Pero, lo mismo es cierto para bienes amarillos. Algunos de nosotros producimos bienes de color amarillo. Si, al producir productos amarillos recibimos a cambio, para nuestro consumo, más bienes y servicios que los que recibimos en el pasado, cuando produjimos (digamos) bienes colorados, “crecemos” económicamente. Lo mismo sucede cuando variamos nuestros esfuerzos hacia la producción de cosas rectangulares.

Lo que importa en última instancia es lo que recibimos para nuestro consumo, a cambio de lo que nosotros producimos. Si esos bienes y servicios de consumo vienen del extranjero -como en la práctica, muchos lo harán- está bien. Pero, no hay nada remotamente especial, mejor o económicamente significativo acerca de un “crecimiento impulsado por las exportaciones.” Todo crecimiento es impulsado por la producción –pero solo en el tanto en que lo que se produce es intercambiado por bienes y servicios para consumir.

He aquí unos ligámenes a posts previos de Cafe Hayek acerca del “crecimiento impulsado por las exportaciones.” (Here are links to earlier Cafe Hayek posts on “export-led growth (http://cafehayek.com/?s=%22export-led+growth%22).”)

UNA NOTA ACERCA DE LAS ECONOMÍAS DE ESCALA

En la sección de comentarios, Craig Walenta formula un punto válido en torno a las economías de escala. Tal como Adam Smith y otros han reconocido, la división del trabajo -esto es, la especialización- está limitada por el tamaño del mercado. Entre más grande sea el mercado, más profunda es la división del trabajo –y, entre más profunda la división del trabajo, mayor la producción total. Debido a que el comercio internacional expande el tamaño del mercado, el comercio internacional profundiza la división del trabajo y, por tanto, aumenta el producto total.

De forma que modifico mi punto: una mayor oportunidad de exportar tiene una ventaja económica real que, digamos, una mayor posibilidad de producir cosas de color amarillo generalmente no la tiene. Pero, esta ventaja se reduce, tal vez al punto de nulidad, si las mayores exportaciones no se intercambian por mayores importaciones. (Si Henry Ford produjo muchos modelos T en su línea de ensamblaje, pero, si él o su compañía rehusaron recibir a cambio otros bienes y servicios, habría sido inútil el menor costo de producción por unidad hecha posible por la producción en gran escala.)

Y, si el gobierno artificialmente promueve las exportaciones, no promueve tanto un crecimiento económico genuino que si artificialmente promoviera la producción de cosas color amarillo.

Apropiarse de las oportunidades de producir en una escala mayor es, de hecho, una ventaja si las economías de escala están disponibles y si son impulsadas por el mercado
Y un mercado global tiene un número mayor de tales oportunidades, que las que tiene el mercado nacional más grande. A pesar de ello, debe recordarse que un crecimiento económico genuino, que de este modo ocurre, se fundamenta no en lo que estás siendo exportado. El crecimiento se logra en lo que es importado. Producir más exportaciones por el hecho de exportar más, no es una receta más apropiada para lograr el crecimiento económico, como lo es producir más cosas amarillas por el hecho de producir más cosas amarillas.

Por “impulsadas por el mercado” doy a entender que hay una demanda genuina de los consumidores por los bienes producidos en una escala mayor. Si, digamos, la Ford Motor Co., regresa a su vieja política de producir sólo carros negros, entonces, esa política -al tomar ventaja de mayores economías de escala en la pintura de los automóviles- bien puede reducir los costos por unidad de la Ford, al producir cada carro. Pero, si suficientes consumidores preferirían pagar precios más altos por carros de otros colores distintos del negro, entonces, esa “economía de escala” no sería “impulsada por el mercado.”

Reimpreso de Cafe Hayek

Donald Boudreaux es compañero sénior del Programa F. A. Hayek de Estudios Avanzados en Filosofía, Política y Economía del Mercatus Center de la Universidad George Mason; es miembro de la Junta Directiva del Mercatus Center, profesor de Economía y ex director del departamento de economía de la Universidad George Mason y ex presidente de la Foundation for Economic Education.