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Jorge Corrales Quesada
07/01/2018, 10:17
Es posible que tengamos divergencias en detalles, pero este es un comentario muy valioso -por eso obtuvo el Premio Hayek que otorgó la Sociedad Mont Pelerin en el 2016- que nos obliga a pensar sobre un tema de enorme actualidad. no sólo en la realidad sino también en campo del análisis político-económico.

UN EXAMEN ACERCA DE SI UN CAPITALISMO AUTORITARIO ES UNA ALTERNATIVA VIABLE A SU VERSIÓN OCCIDENTAL LIBERAL, PARA PROMOVER EL CRECIMIENTO Y EL DESARROLLO ECONÓMICO A LARGO PLAZO
Por Toby E. Evans
Nota del traductor: Este ensayo obtuvo el primer lugar en el concurso Hayek de Ensayos en el 2010, organizado por la Sociedad Mont Pelerin. La figura 1 citada puede ser vista en el archivo adjunto.

Índice:
1.0 Introducción
2.0 El Modelos Liberal Democrático
2.1 El Liberalismo
2.2 Estudio del Caso: Los Estados Unidos y Australia
3.0 El Modelo Capitalista Autoritario
3.1 Estudio del Caso: China
3.2 Estudio del Caso: Singapur
4.0 Conclusión; ¿Es el Capitalismo Autoritario una Alternativa Viable?

1.0 INTRODUCCIÓN

A primera vista, el término “capitalismo autoritario” aparenta ser una contradicción. [1] El concepto económico de capitalismo implica algún grado de libertad de pensamiento y de acción para asegurar una asignación eficiente del capital hacia áreas en que se le demanda. Para observadores occidentales, a cuyos países históricamente se les asocia con el capitalismo liberal democrático, la idea de que el crecimiento y el desarrollo económico puedan ser logrados sin una verdadera libertad o democracia, conduce al enfrentamiento: el propio concepto de autoritarismo aumenta el desasosiego del occidental promedio. No obstante, no se puede negar que los regímenes autoritarios crecientemente están acudiendo al mercado libre como medio para asegurar la prosperidad económica de sus naciones; y que la influencia de un gobierno autoritario eficiente y ampliamente incuestionado, ha permitido que algunos tengan un éxito enorme. Sólo necesitamos mirar los ejemplos de China y Singapur para ver que un enorme crecimiento económico (un PIB creciente) y un desarrollo económico (industrialización, incrementos en el estándar de vida y adopción de una nueva tecnología) son posibles por medio de un capitalismo autoritario. Muchos indicadores, como el Índice de Desarrollo Humano y el Índice de Libertad Económica, también sugieren que hay buenas señales de que ese crecimiento continuará en el largo plazo.

La libertad económica y la libertad política no son la misma cosa. En realidad, las políticas económicas actuales de muchos regímenes autoritarios reflejan la ideología liberal occidental. Tanto Singapur como China han introducido un sistema de neo-liberalismo económico, que valora al empresariado y la interferencia limitada del gobierno con las empresas (diferentes de las empresas propiedad del estado).
Este ensayo demostrará que la liberalización económica de algunos de esos regímenes autoritarios, ha resultado en la creación de un sistema político que promueve la libertad económica, pero no la libertad política: un sistema que promete un crecimiento y un desarrollo económico en el largo plazo, que es comparable con aquellos de sus contrapartes liberales democráticas.

2.0 EL MODELO LIBERAL DEMOCRÁTICO

El modelo liberal democrático ha sido un pilar del mundo occidental por muchos años. En los sentimientos occidentales se le considera como, tal vez, el mejor de los sistemas de gobierno (o, al menos, como el mejor actualmente en existencia). Como su nombre lo sugiere, el liberalismo democrático es una combinación de los ideales democráticos con los liberales y a menudo se le asocia con el constitucionalismo, elecciones libres y justas y el individualismo. El liberalismo democrático es a menudo considerado como mejor que otras formas de gobierno porque, por una parte, brinda un freno a la autoridad y, por la otra, brinda una mayor igualdad social y económica, pero, ¿es éste, en verdad, el caso? [2]

2.1 EL LIBERALISMO

El liberalismo es una idea política que gira en torno a la importancia de la individualidad y de la igualdad. Gran parte de la teoría liberal moderna proviene del ensayo de John Stuart Mill, “On Liberty,” [“Sobre la libertad”]. Mill enfatiza la importancia de la individualidad y la libertad en la sociedad; sugiere que, si la individualidad es reprimida, lo será en detrimento de la sociedad, en el sentido de que a las personas se les impedirá lograr el potencial pleno de sus vidas. [3]

Mill basa gran parte de su discusión del liberalismo alrededor del “principio del daño.” El “principio del daño” de Mill constituye una fuerte defensa de la individualidad, al afirmar que a la gente se le permita actuar con base en sus opiniones, sin tener que encarar una represalia legal por parte del estado o el estigma social proveniente de la comunidad. Mill afirma que la libertad de actuar con base en la opinión no es un derecho abstracto, sino un vehículo importante para estimular la individualidad, lo que va en el interés permanente de la humanidad. Mill sugiere que, a menudo, las personas cometen errores de juicio y mantienen opiniones incorrectas y, por tanto, para el progreso social son esenciales “experimentos de vida” diferentes, pues las personas aprenderán y cuestionarán las opiniones y acciones de cada una de las restantes. [4]

Mill arguye fervientemente en el capítulo “Of Liberty and Discussion” [“De la libertad de pensamiento y de discusión”] que es ilegítimo cualquier intento por limitar la libertad de opinión y de pensamiento de otra persona. De acuerdo con Mill, los intereses generales de la humanidad se dañan al silenciar las opiniones individuales. Mill afirma que ninguna persona está exenta del error y que, aun cuando puede tener extrema confianza en que su opinión es la correcta, silenciar una opinión contraria puede significar que se está silenciando a la verdad y que, como resultado, la humanidad está siendo refrenada, “incluso en el caso en que... se halle respaldado por el juicio público... se impide que esta opinión se defienda, quien así obre, al hacerlo, asume su propia infalibilidad.”

Las ideas de Mill acerca del liberalismo tienen importantes implicaciones para el crecimiento y el desarrollo económico. Mill expone que las personas son más valiosas, tanto para ellas como para otros, al desarrollar su individualidad. Esto se debe a que la gente aprende la una de la otra, particularmente gente que se resiste activamente a conformarse con las normas sociales. Al estimularse la individualidad, permite que surja una atmósfera de originalidad y libertad. Esta atmósfera es esencial en el tanto en que permite a la gente que tome el curso que considera apropiado para llegar a su potencial máximo. Es más, la individualidad nos permite ver los rasgos positivos de otras personas y, por tanto, nuestras propias debilidades; algo que no es posible en una sociedad con una conformidad obligada. De esta forma, una sociedad con libertad de pensamiento y acción se desarrollará más rápidamente que una sin ellas.

2.2 ESTUDIO DEL CASO- LOS ESTADOS UNIDOS Y AUSTRALIA

Muchos académicos, como Francis Fukuyama en su artículo “The End of History” [El Fin de la Historia], vieron la caída de la Unión Soviética como un triunfo de la democracia liberal, comprobándola superior a todas las alternativas. [6] Los sistemas de gobierno estadounidense y australiano son ejemplos claros de la democracia liberal en acción. La Constitución de los Estados Unidos enfatiza las libertades individuales, el gobierno limitado y la separación de poderes, en línea con las ideas de John Stuart Mill; una ideología que ha sido adoptada por Australia. La gente de los Estados Unidos también tiende a protestar vehementemente ante cualquier aumento del poder del gobierno (lo cual, tal vez, se puede ejemplificar por la protesta anti-socialista debido a la reforma al sistema de salud del presidente Obama). [7]

Puede haber pocas dudas de que ambos países, particularmente los Estados Unidos, reflejan el considerable poder económico de Occidente. La economía de los Estados Unidos es la más grande del mundo, con un PIB de alrededor de $14 billones de dólares estadounidenses. [8] En comparación, el PIB de China es de solo alrededor de $4.3 billones de dólares estadounidenses. El PIB de Australia es apenas superior a $1 billón de dólares estadounidenses, una cifra impresionante para un país con apenas 22 millones de personas. [9] También, los militares de los Estados Unidos no tienen un igual desde la caída de la Unión Soviética; el gasto militar de los Estados Unidos equivale al 36% del gasto militar total de todo el mundo. [10]

A pesar del éxito obvio del capitalismo liberal democrático en las economías de Australia y los Estados Unidos, en ninguna forma es un sistema perfecto. A menudo se presume que la democracia promueve la igualdad y la justicia en la sociedad. Sin embargo, en los Estados Unidos y Australia, en donde esas ideas son aceptadas con todo entusiasmo, la desigualdad y la injustica son evidentes. Hay grandes diferencias en la riqueza y el poder de diferentes grupos raciales, así como entre géneros. La desigualdad racial en los Estados Unidos se vislumbra mejor, al contrastar la tasa de arrestos de jóvenes negros con la de blancos. En Connecticut, aproximadamente uno de cada 33 hombres negros irá a la cárcel durante sus vidas, mientras que sólo un blanco en 295 será encarcelado. [11] Una desigualdad racial similar existe en Australia; la esperanza de vida de los indígenas australianos es de alrededor de 17 años menos que la de los australianos blancos. [12] Parece que estas cifras o indican un racismo institucionalizado en los Estados Unidos y Australia o son síntomas de un sistema democrático sesgado, en donde un número desproporcionadamente alto de oportunidades se da a los grupos más ricos de la gente blanca de las clases media y alta.

El coeficiente de Gini, que mide la desigualdad en el ingreso, también brinda una idea acerca de la desigualdad significativa que existe en los Estados Unidos y Australia, a pesar de su democracia liberal. El coeficiente determina la desigualdad del ingreso en una escala de 0 a 1 (siendo 1 la más desigual). En un estudio de 18 países efectuado a inicios del siglo XXI, los Estados Unidos obtuvieron un 0.318, la más desigual en todos los países evaluados. Australia obtuvo un 0.301, que estaba por encima de la media. [13] Es más, la desigualdad en los Estados Unidos es también aparente al examinar la proporción de la riqueza de sus ciudadanos más ricos: el 1% más rico de los Estados Unidos recibe el 16.5% del ingreso total. [14]

Pareciera que la promoción de las ideas liberales puede, en efecto, conducir al estímulo económico por medio del individualismo y la empresariedad, pero los sistemas democráticos de Occidente no necesariamente aseguran que la igualdad y la justicia reinan supremas. Los Estados Unidos, y la mayoría de los otros países occidentales, todavía presentan una extensa desigualdad económica y social. De forma que, ¿los regímenes autoritarios económicamente liberalizados, presentan una alternativa en términos de crecimiento y desarrollo económico y de distribución de la riqueza?

3.0 EL MODELO AUTORITARIO

El “capitalismo autoritario” es la introducción de un sistema de libre mercado en países gobernados por un gobierno no electo y usualmente autocrático. Las políticas son introducidas desde “arriba hacia abajo,” provenientes de una oligarquía política reducida. [15] Estos países han demostrado que el capitalismo no es necesariamente del dominio exclusivo del occidente liberal democrático. De hecho, países tales como China han mostrado capacidad para un crecimiento económico mayor, en períodos en donde los países liberales democráticos han flaqueado y requerido de la inversión de enormes cantidades de capital estatal. En el punto más alto de la crisis financiera global del 2009, el crecimiento del PIB real en los Estados Unidos fue un -2.7%, mientras que el de China fue de 6.3%. [16] En palabras de Laurence Ma, “eso es todo para las políticas de un ‘estado mínimo.’” [17] Dos países que tal vez podrían ser considerados como “historias económicas exitosas” por la utilización del capitalismo autoritario, serán ahora objeto de discusión: nos referimos a China y Singapur.

3.1. ESTUDIO DEL CASO –CHINA

Durante años, el modelo chino de capitalismo autoritario ha estado produciendo incrementos constantes en el crecimiento y la producción económica. La política económica la deciden las jerarquías más elevadas del Partido Comunista Chino (PCC) y de ahí es pasada hacia abajo. Muchos economistas han alabado el uso del “Consenso de Beijing,” como un medio efectivo para introducir la auto-determinación económica, el crecimiento y la sostenibilidad, y como una alternativa al capitalismo liberal democrático. [18]

Antes de la muerte de Mao en 1976, China sufría los mismos problemas de muchos de los otros gobiernos socialistas y comunistas de la época. Esto es, un estancamiento económico debido a una ausencia de incentivos, una maquinaria obsoleta y una gobernabilidad ineficiente. [19] Después de la muerte de Mao, los líderes del PCC decidieron que era necesaria una reforma significativa que impulsara la estabilidad económica de China. Así, se introdujeron muchas políticas económicas neoliberales, a la vez que se conservaba la primacía del Partido. Esto ha conducido a que la economía socialista y sus ineficiencias en mucho hayan sido echadas a un lado, por el paso rápido del desarrollo económico chino y la introducción de un sistema capitalista en el país. El gobierno chino ha introducido el neoliberalismo como un método para obtener un crecimiento económico duradero en el país. [20] Mientras que en un país liberal democrático su política económica se decide con base en cierto grado de consenso y de opinión pública, tal como antes se mencionó, el sistema chino involucra la toma de decisiones por una pequeña oligarquía de gobernantes, cuyas políticas son rápidamente iniciadas por toda la nación. Así, muchas políticas capitalistas han sido empezadas en China, tales como la introducción del mercado libre y la privatización de los elementos de producción, las reducciones en el bienestar social y la atracción de inversión extranjera. [21]

Estas políticas han logrado un éxito enorme en la economía china. Según un reporte al Congreso de la Federación de Científicos Estadounidenses, el crecimiento del producto doméstico bruto (PIB) anual promedio, en el período posterior a la reforma (1979-2005), es de alrededor de un 9.7%, mientras que en el período previo a la reforma (1960-1978), la cifra es tan sólo alrededor del 5.3%. [22] De acuerdo con dicho informe, este crecimiento se logró por medio de un incremento en la inversión extranjera, junto con un aumento en la productividad industrial. Es más, hubo una reasignación de recursos hacia áreas de fortaleza, incluyendo reformas agrícolas, que permitieron que campesinos rurales buscaran empleo en las manufacturas y en otras industrias, así como una descentralización y no interferencia económica en la nueva empresa. [23] Así, podemos observar cómo, por medio de un modelo de capitalista autoritario a expensas del socialismo, China casi que ha duplicado su tasa de crecimiento anual (24].

A pesar de lo anterior, el capitalismo autoritario chino no deja de tener sus fallas. Se ha presentado una seria preocupación acerca del nivel de desigualdad económica y del daño medioambiental que ahora se presenta en el país. [25] Deng Xiaoping, uno de los primeros reformadores económicos de China, afirmó que era importante que un grupo selecto de chinos primero se enriqueciera, antes de que pudiera darse cualquier tipo de co-prosperidad, creando con ello un precedente para proteger los intereses de los “principales jugadores” en la economía, antes de los intereses de la gente, un precedente que ha sido ampliamente seguido por líderes subsecuentes. [26]

Sin embargo, es significativo notar en este tema, que el éxito económico de China en décadas recientes, aunque disfrutado desproporcionadamente por un grupo selecto, de hecho ha incrementado la popularidad del PCC ante los ojos de muchos de sus ciudadanos. Para muchos chinos, la legitimación ha dependido de la habilidad del gobierno para lograr el éxito económico, algo que fue muy claramente logrado en décadas recientes. [27] Aún más, la expansión de la economía china ha significado el logro de poder y prestigio en el sistema internacional, algo definitivamente positivo ante los ojos de muchos chinos, particularmente aquellos de los de educados habitantes urbanos. [28]

Esta expansión de la legitimidad de su gobierno a los ojos de la población puede, tal vez, ser explicado en términos del Índice de Desarrollo Mundial. Este índice “va más allá del PIB,” al tomar también en cuenta el desarrollo de los ciudadanos de un país, con base en la esperanza de vida, la educación y el estándar de vida. [29] Entre 1995 y el 2005, el Índice de Desarrollo Humano de China fue el sexto en crecer más rápidamente en el mundo. Esto indicaría que, si bien en estos momentos mucha de la riqueza del país está en manos de unos pocos selectos, el estándar de vida del resto del país está mostrando signos de mejora, en línea con la idea liberal de que la empresariedad resultará en un flujo de riqueza, desde los empresarios hacia los otros ciudadanos.

Aparentemente los líderes chinos han reconocido el hecho de que una prosperidad económica creciente bien puede resultar en una demanda de mayor participación política. Así, en un “ataque preventivo,” el PCC se ha aliado con muchos intelectuales distinguidos, científicos y capitalistas (gente que, de otra manera, conduciría la marcha en pro de una participación política), con la intención de integrarlos a la clase dirigente. Sin embargo, los ligámenes estrechos entre las élites políticas y sociales tienen un impacto que va más allá de contener la insatisfacción; ha conducido a un grado de “capitalismo de los amigotes,” en donde los capitalistas pueden utilizar sus ligámenes políticos para su beneficio económico. De esta forma, tanto las élites políticas como económicas están trabajando cooperativamente, para asegurar la estabilidad del sistema capitalista autoritario. Aún más, la “clase” capitalista china no es homogénea, algunos descansan en la conexión gubernamental, mientras otros lo hacen en ellos mismos o sus familias; así, ningún frente unido pro-democracia es presentado por los capitalistas. [30]

Por medio de la introducción del “neoliberalismo” económico, a la vez que se mantienen las restricciones políticas, el gobierno chino ha creado un sistema económico que promueve la empresariedad, al tiempo que asegura que la formulación de políticas sigue estando en manos del PCC. Esto ha conducido a un crecimiento económico significativo, así como a un desarrollo humano, que han sobrepasado al de muchos países liberales democráticos.

3.2 ESTUDIO DEL CASO: SINGAPUR

A menudo se asevera que el éxito económico inevitablemente conducirá a que la democracia liberal se adopte por la sociedad. [31] Una clase media en aumento, junto con una desigualdad financiera creciente, inevitablemente, creen algunos, conducirá a la democracia y a un deseo incrementado de políticas de bienestar social. [32] Singapur es un ejemplo brillante por qué éste no es necesariamente el caso. Bajo la guía de Lee Kuan Yew, Singapur ha logrado un éxito económico significativo como un centro de negocios y núcleo comercial y, a pesar de este éxito, parece que hay poca presión para que se introduzca un gobierno liberal democrático de estilo occidental.
Similar a China, Singapur ha adoptado la liberalización económica, a la vez que permanece siendo ampliamente autocrático. Según el Análisis de Países de los Estados Unidos, a Singapur se le dio una calificación de 5 en libertad política (siendo 7 la peor); en comparación, a los Estados Unidos se le otorgó un 1. [33] No obstante, el Índice de Libertad Económica muestra que, en comparación, la economía de Singapur es bastante libre. El índice se calcula anualmente por la Fundación Heritage y el Wall Street Journal, el cual está “basado en las teorías económicas clásicas de Adam Smith y Friedrich Hayek,” convirtiéndolo así en una “fórmula comprobada por el tiempo de un crecimiento económico sostenido.” [34] El índice evalúa a 180 países y les da una calificación sustentada en 10 dimensiones de libertad económica. Luego, separa a los países en cinco categorías, que van desde “libre” a “reprimida.” Los países con la calificación más elevada son Hong Kong y Singapur, en donde ninguno de ellos es una democracia: demostrando claramente que la libertad económica y la libertad política no son la misma cosa. [35]

El PIB per cápita y la tasa de crecimiento de Singapur son más elevados que los de muchos países en desarrollo, logrando un crecimiento constante durante los últimos 6 años (figura 1). También, mantiene uno de los puertos más ocupados del mundo y una de las mejores aerolíneas. [36] El estándar de vida de Singapur es también muy elevado (en Asia, sólo en segundo lugar con respecto al Japón) y también conserva una tasa excepcional de alfabetización en idioma inglés. [37]





(Figura 1: Crecimiento del PIB, Singapur) [38]55

Singapur es un contra-ejemplo efectivo de la idea mencionada anteriormente, de que el éxito económico conducirá a la democracia liberal, pues no sólo su economía ha logrado un éxito significativo, sino que, también, su gobierno muestra pocas señales de colapsar ante presión pública por una reforma. Singapur ha sido descrito como “claramente autoritaria,” si bien el partido gobernante de Singapur, el Partido de la Acción Popular (PAP), es diferente de otros regímenes autoritarios, en el tanto que prefiere la hegemonía a la dictadura. Esto significa que el PAP dirige con el consentimiento de los dirigidos. [39] Las políticas son puestas en práctica “no sólo simplemente mediante la coerción, sino con base en el consenso.” [40] Por esta razón, Singapur fue calificado con el número dos en el programa de eficiencia gubernamental, en un estudio del 2010 del Informe Anual sobre la Competitividad Mundial del Institute for Management Development (IMD). [41]

El PAP fundamenta su gobierno en los “valores asiáticos,” que crean una versión diferente del capitalismo autoritario. Mientras que muchos países occidentales se han visto forzados a “diluir” sus ideologías capitalistas, para poder brindar el bienestar social y la igualdad, Singapur se ha amarrado a lo que puede describirse como el “viejo liberalismo”: un sistema económico fuertemente liberal, en donde las desigualdades sociales pueden ser justificadas como necesarias y la ayuda de bienestar es practicada privadamente, mediante instituciones no gubernamentales, tales como iglesias o grupos comunales. [42] Los así llamados “valores asiáticos” legitiman esa carencia de bienestar gubernamental, diciendo que las comunidades y los individuos deberán ser tan autosuficientes como sea posible y no formular demandas al estado (tal vez mostrado por las leyes de Singapur, que requieren que las personas brinden el financiamiento de sus padres ancianos). [43]

Asimismo, Singapur, para ser un régimen autoritario, mantiene un nivel sorprendentemente libre de exposición ante los medios. Lee Kuan Yew basó esta política del PAP ante los medios, básicamente en aquella de El Vaticano:

“El Vaticano conserva la unidad Católica alrededor del mundo al comunicar claramente su posición oficial o doctrinal... Los católicos pueden leer otros puntos de vista... pero hacen una distinción entre el punto de vista oficial y los otros puntos de vista. Que acepten o no la posición oficial es un asunto diferente y separado. De la misma forma, los gobiernos de Asia requerirán que el punto de vista oficial sea trasmitido en los medios, junto con otros puntos de vista acerca de los cuales ellos no tienen control.” [44]

De esta manera, el PAP brinda el punto de vista oficial sobre un asunto o tema en particular, brindando un “compás moral” en medio de las opiniones diferentes y variadas. Así, la censura del disentimiento es esencialmente innecesaria.

Similar a China, el asunto principal con la versión singapurense del capitalismo autoritario es que entumece las libertades individuales. La sociedad singapurense, altamente competitiva, meritocrática e influenciada por el gobierno, que ha sido creada bajo la práctica del “viejo liberalismo,” ha significado ser un camino altamente rígido determinado para los jóvenes; hay poco espacio para la expresión propia y pocas segundas oportunidades para quienes no tienen éxito. [45]

4.0 CONCLUSIÓN; ¿ES EL CAPITALISMO AUTORITARIO UNA ALTERNATIVA VIABLE?

Mediante un examen de las tasas de crecimiento económico de ambos, los países autoritarios y los liberales democráticos, es claro que, mientras que los países autoritarios carecen de las libertades fundamentales que nosotros tan altamente valoramos en Occidente, el capitalismo autoritario puede, en efecto, presentar una alternativa viable.

Debe notarse que la libertad económica y la libertad política no son la misma cosa. Al examinarse la libertad económica por sí sola, los dos sistemas no parecen ser radicalmente diferentes. Países tales como China y Singapur han iniciado un sistema que puede ser descrito como “neoliberalismo económico.” Este involucra políticas tales como la introducción de los mercados libres y la no intervención gubernamental en la empresa privada, en tanto que se mantienen restricciones sobre la libertad de expresión y de participación política. De esta forma, los gobiernos autoritarios han sido capaces de producir un éxito económico significativo; adoptando algunas de las ideas de Mill acerca de cómo lograr el éxito por medio del empresariado individual, a la vez que reducen otras que pueden desafiar la primacía del estado. Esto resulta en una formulación eficiente de leyes económicas y de administración.

A menudo se ha sugerido que el crecimiento económico resultará en una agitación en favor de la participación política, infiriéndose que la democracia liberal es el “paso siguiente” para los regímenes autoritarios económicamente exitosos. No obstante, como China y Singapur nos han mostrado, tal no es necesariamente el caso. El involucramiento que el gobierno chino ha hecho de élites intelectuales y económicas, que, de otra forma, estarían dirigiendo la carga en favor de la democracia, ha asegurado que el sistema conserve una elevada estabilidad, independientemente del desarrollo económico. Mientras tanto, el énfasis del gobierno singapurense en la hegemonía ha significado que haya poca disensión activa. En una vena similar, la idea de que la democracia liberal promueve la igualdad y la justicia tampoco es necesariamente el caso; con la distribución de la riqueza en la mayoría de los países occidentales mostrando la misma desigualdad que es aparente en China o Singapur.

El asunto principal en torno al capitalismo autoritario parece ser la facilidad con que puede degenerarse, dada la naturaleza corruptora del poder absoluto. La gente correcta debe estar en el poder, de forma que el régimen autoritario evite ser reducido a una pesadilla de corrupción y abuso del poder. Parece que China encontró a ese líder en Deng Xiaoping y Singapur en Lee Kuan Yew (desafortunadamente, otras numerosas dictaduras no han tenido tanta suerte). Dado que existe tanta evidencia en su contra, sería altamente occidente-céntrico afirmar que el capitalismo autoritario no presenta una alternativa viable, cuando la administra la gente correcta. Tampoco debemos asumir que la democracia y el capitalismo deben ir mano a mano porque los capitalistas occidentales usualmente son típicamente pro-democracia. Tanto China como Singapur han introducido sistemas capitalistas que son probablemente más económicamente neoliberales que los Estados Unidos o Australia y muestran pocas señales de aceptación de la democracia.

NOTAS AL PIE DE PÁGINA[1] Ma, Laurence. “China’s authoritarian capitalism: growth, elitism and legitimacy,” en International Planning Development Review, Volume 31, Issue 1, 2009, p. 3.
[2] Sim, Soek-Fang. “Asian Values, Authoritarianism and Capitalism in Singapore,” en The Public, Vol. 8, Issue 2, 2001, p. 46.
[3] Mill, John Stuart. On Liberty. Suffolk, 1974, p. 120.
[4] Ibid, p. 120.
[5] Ibid, p. 84.
[6] Fukuyama, Francis. The End of History and the Last Man. New York, 1992, cited in Sim, Soek-Fang. “Asian Values, Authoritarianism and Capitalism in Singapore,” en The Public, Vol. 8, Issue 2, 2001, p. 46.
[7] Ver: Von Drehle, David et al. “Tea Party America.” Time, Vol. 175, Issue 8, 2010.
[8] “Development Indicators: The United States,” World Bank http://data.worldbank.org/country/unitedstates 2010 [accessed 12/05/2010].
[9] “Development Indicators: Australia,” World Bank http://data.worldbank.org/country/australia 2010 [accessed 12/05/2010].
[10] Gittins, Ross & Tiffen, Rodney. How Australia Compares. Cambridge University Press, 2009, p. 149.
[11] Coppolo, George & McCarthy, Kevin. Crime Rate and Conviction Rates Broken Down by Race. www.cga.ct.gov/2008/rpt/2008R0008.htm (http://www.cga.ct.gov/2008/rpt/2008R0008.htm), 2008 [accessed 19/05/2010].
[12] “Indigenous Life Expectancy,” Australian Government, Institute of Health and Welfare, http://www.aihw.gov.au/mortality/life_expectancy/indig.cfm, 2008 [accessed 29/05/2010].
[13] Gittins, Ross & Tiffen, Rodney. How Australia Compares. Cambridge University Press, 2009, p. 136.
[14] Ibid. p. 138.
[15] Ma, Laurence. “China’s authoritarian capitalism: growth, elitism and legitimacy,” en International Planning Development Review, Volume 31, Issue 1, 2009, p. 2.
[16] “China Country Review,” CountryWatch Inc www.countrywatch.com (http://www.countrywatch.com/) 2010 [accessed 28/05/2010] p. 379.
[17] Ibid. p. 4.
[18] Ibid. p. 1.
[19] Ibid. p. 4.
[20] Ibid. p. 2.
[21] Ibid. p. 3.
[22] Morrison, Wayne. “China’s Economic Conditions.” Congressional Research Service, The Library of Congress, http://www.fas.org/sgp/crs/row/IB98014.pdf 2006 (accessed 15/05/2010), p. 3.
[23] Ibid. p. 4.
[24] Ibid. p. 3.
[25] Ma, Laurence. “China’s authoritarian capitalism: growth, elitism and legitimacy',” en International Planning Development Review, Volume 31, Issue 1, 2009, p. 3.
[26] Ibid. p. 3.
[27] Ibid. p. 5.
[28] Ibid. p. 5.
[29] “Human Development Report 2009: Australia,” United Nations Development Program http://hdrstats.undp.org/en/countries/country_fact_sheets/cty_fs_AUS.html 2009 [accessed 26/05/2010].
[30] Dimitrov, Martin. ”Capitalism without Democracy: The Private Sector in Contemporary China,” en Political Science Quarterly, Vol. 123, Issue 4, 2009, p. 721.
[31] Paul, E. C. “Obstacles to Democratisation in Singapore.” Centre for Southeast Asian Studies, Working Paper No. 78, 1992, cited in Sim, Soek-Fang. “Asian Values, Authoritarianism and Capitalism in Singapore,” en The Public, Vol. 8, Issue 2, 2001, p.1.
[32] Sim, Soek-Fang. “Asian Values, Authoritarianism and Capitalism in Singapore,” en The Public, Vol. 8, Issue 2, 2001, p.1.
[33] “United States Country Review,” CountryWatch Inc www.countrywatch.com (http://www.countrywatch.com/) 2010 [accessed 28/05/2010].
[34] Gittins, Ross & Tiffen, Rodney. How Australia Compares. Cambridge University Press, 2009, p.235.
[35] Ibid. p. 235.
[36] Sim, Soek-Fang. “Asian Values, Authoritarianism and Capitalism in Singapore,” en The Public, Vol. 8, Issue 2, 2001, p. 45.
[37] Ibid. p. 45.
[38] “Development Indicators: Singapore,” World Bank http://data.worldbank.org/country/singapore?display=default 2010 [accessed 3/05/2010].
[39] Lim, Lisa. "Hegemony and Political Dominance in Singapore." Paper presented at the annual meeting of the American Sociological Association, Marriott Hotel, Loews Philadelphia Hotel, Philadelphia, PA, August 12, 2005. http://www.allacademic.com/meta/p21520_index.html , p.1.
[40] Sim, Soek-Fang. “Asian Values, Authoritarianism and Capitalism in Singapore,” en The Public, Vol. 8, Issue 2, 2001, p. 47.
[41] “IMD World Competitiveness Yearbook 1995-2010,” International Institute for Management Development http://www.worldcompetitiveness.com/ 2010 [accessed 19/05/2010].
[42] Sim, Soek-Fang. “Asian Values, Authoritarianism and Capitalism in Singapore,” en The Public, Vol. 8, Issue 2, 2001, p. 49.
[43] Ibid. p. 49.
[44] Ibid. p. 51.
[45] Ibid. p. 60.

BIBLIOGRAFÍA1. Berteaux, John. “What Are the Limits of Liberal Democratic Ideals in Relation to Overcoming Global Inequality and Injustice?,” en Human Rights Review, Vol. 6, Issue 4, 2005.
2. “China Country Review,” CountryWatch Inc www.countrywatch.com (http://www.countrywatch.com/) 2010 [accessed 28/05/2010].
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