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Jorge Corrales Quesada
02/01/2018, 09:13
Es siempre muy apropiado que un economista nos explique errores que frecuentemente se cometen al hablar con cierta ligereza de algunos términos, sin tener bien claro el concepto detrás de la palabra. Monopolio es una de ella. Siempre es momento para aprender.

LA MAYORÍA DE LA GENTE TIENE UNA INCOMPRENSIÓN BÁSICA DE LA PALABRA “MONOPOLIO”

Por Richard M. Ebeling
Fundación para la Educación Económica
Miércoles 6 de diciembre del 2017

Una situación de monopolio sucede en pocas ocasiones y puede significar unas pocas cosas, pero casi nunca es un problema tan grande a menos que el gobierno esté involucrado.

Numerosos malentendidos y mitologías rodean al significado del capitalismo y la competencia, pero pocos se comparan con las confusiones en torno al significado y relevancia del “monopolio” en el funcionamiento de la economía de mercado. Cuando se le mira desapasionadamente, objetiva e históricamente el monopolio casi siempre a ha representado un problema para la sociedad, sólo cuando ha sido creado o protegido por la intervención gubernamental.

Los críticos del capitalismo han propuesto la nacionalización de las industrias “monopolísticas,” para fragmentarlas en firmas “competitivas” más pequeñas o para regular sus políticas de precios e influir el resultado de lo que produce. Una cantidad notable de la crítica ante la existencia de un monopolio, o de supuestas “amenazas” de éste, están conectadas con la forma particular en que los economistas han llegado a pensar acerca de la “competencia” y del “monopolio,” en especial tal como se encuentran en los libros de texto.

EL MUNDO FANTÁSTICO DE LA “COMPETENCIA PERFECTA”

Al estudiante se le dice que el referente para el análisis del mercado es la teoría de la “competencia perfecta,” una concepción en la que hay tantos competidores del lado de la oferta del mercado, que cada uno es demasiado pequeño como para influir en el precio prevaleciente por el bien, que les están ofreciendo a los compradores. Por tanto, cada vendedor toma al precio como “dado” y responde en términos de la cantidad óptima por producir y ofrecer en el margen, dados sus costos (marginales) de producirlos.

Además, en el mundo de la “competencia perfecta,” no existe una diferenciación competitiva del producto, en el sentido del vendedor individual tratando de desarrollar versiones nuevas y mejoradas de su producto, para disponer de una ventaja sobre sus rivales en el mercado en donde él opera.

Se supone que la entrada y la salida de cualquier mercado no requieren de esfuerzo y ni costo alguno, de forma que, cualesquiera sean las utilidades que tienen que lograrse o pérdidas por evitarse, debido a, digamos, un cambio en la demanda del mercado, adecuadamente se ajustan virtualmente al instante, de forma que esas pérdidas o ganancias se eliminan en un plazo aparentemente inexistente.

Y, lo que asegura todo lo arriba expuesto, es el supuesto adicional de que todos los compradores y vendedores, en todos y cada uno de los mercados, tienen conocimiento “perfecto” o “suficiente” de todas las circunstancias y condiciones relevantes, de forma que no se cometan errores o equivocaciones por los compradores al pagar demasiado o de los vendedores al aceptar muy poco, por lo que están, respectivamente, demandando y ofreciendo.

EL ABSURDO LÓGICO DEL CONOCIMIENTO PERFECTO EN LA COMPETENCIA PERFECTA

El economista de la Universidad de Chicago, Frank Knight, formalizó la que es ahora la concepción de libro de texto de la “competencia perfecta,” en Risk, Uncertainty, and Profit [Riesgo, incertidumbre y beneficio] (1921). Sin embargo, cinco años antes, en 1916, Knight enfatizó los absurdos ficticios y lógicos en

“... las condiciones imposibles de la competencia idealmente perfecta, en la cual el tiempo y el espacio eran aniquilados y prevalecía la omnisciencia universal...

Sin embargo, es el hecho de la omnisciencia [conocimiento perfecto], lo que constituye el prerrequisito de la competencia perfecta, y, si de alguna otra manera esto se concretara, ninguna cantidad o forma del cambio disturbaría la operación de la ley económica ideal [el equilibrio óptimo del mercado de ‘competencia perfecta’].”

Una vez que se postula que los individuos en el mercado poseen “conocimiento perfecto,” entonces, se asegura que el mercado estará siempre en un estado de equilibrio perfecto en el largo plazo, porque no puede existir otro estado de cosas.

Jamás cosa alguna podrá estar alguna vez en el lugar equivocado en el momento equivocado, y ningún bien o servicio puede alguna vez ser valorado al precio equivocado. Los “costos” totales siempre y en todo lado igualarán al ingreso total. Nunca podrán obtenerse ganancias y las pérdidas nunca serán sufridas.

Puesto que cada individuo desea “maximizar” su satisfacción subjetiva (“utilidad”) o su ganancia, entonces, al tener un conocimiento perfecto de las circunstancias actuales y futuras, cada uno sólo puede actuar en forma que no sea distinta de la que es “objetivamente” la óptima,” debido a que, actuar de otra manera, sería contrario al objetivo de maximizar la utilidad o ganancia.

El absurdo del supuesto del conocimiento perfecto en la teoría de la competencia perfecta, fue destacado especialmente por el economista austriaco Oskar Morgenstern, en su artículo de 1935, “Perfect Foresight and Economic Equilibrium:”

“Previsión perfecta... debe significar una predicción hasta del fin del mundo...

En consecuencia de la interdependencia de todos los procesos económicos y, dadas las condiciones de uno sobre el otro, y de éste sobre todos los demás hechos, no se puede brindar ejemplo alguno de un sector, no importa qué tan pequeño, acerca del acontecimiento cuya previsión no significa, al mismo tiempo, la previsión de todo el resto...

El individuo que practique una previsión debe así no sólo saber exactamente la influencia de su propia transacción sobre los precios, sino la influencia de cada uno de los demás individuos, y de su propio comportamiento futuro y de aquél de los otros, en especial de aquellas personalmente relevantes para él...

No sólo los individuos tendrían que tener una perspectiva completa de la economía teórica porque, ¿cómo, de otra manera, podrían ellos estar en capacidad de predecir la acción en la distancia?”

Y, tal como el economista austriaco Friedrich A, Hayek lo explicó en sus famosos artículos “The Use of Knowledge in Society” [“El uso del conocimiento en sociedad”] (1945) y “The Meaning of Competition” [“El significado de competencia”] (1946), dicha teoría prescinde de la realidad de todo lo que normalmente pensamos acerca de la competencia: una rivalidad activa entre vendedores, cada uno de los cuales tiene un conocimiento limitado e imperfecto y está intentado descubrir formas y medios de hacer bienes nuevos, mejores y menos caros, para ofrecerlos al público consumidor. Es este activo y dinámico proceso de verdadero mercado competitivo, que opera con precios que aún no están en equilibrio, lo que tiende a mover los mercados hacia un balance coordinado entre la oferta y la demanda, y en donde, con el paso del tiempo, las utilidades pueden desaparecer por la competencia y eliminadas las pérdidas.

La noción de “competencia perfecta” asume la existencia de un equilibrio hipotético del mercado, que es la tarea por lograr de la competencia dinámica del mundo real. Las condiciones reales del mercado son, entonces, juzgadas por un estándar, dijo Hayek, que casi por necesidad condena a cualquier situación competitiva verdadera, en la mayoría de los momentos en el tiempo, como siendo “anti-competitiva” y, por tanto, potencialmente “monopolística.”
LA REPRESENTACIÓN DEL MONOPOLIO EN EL LIBRO DE TEXTOPero, ¿qué es lo que hace que las acciones del oferente en el mercado sean “monopolísticas” en el mundo teórico de la “competencia perfecta”? En esencia, que él es capaz de influir en el precio de mercado al cual vende su producto y hace que su producto sea diferente de aquel ofrecido por cualquier otro vendedor. En las versiones de libro de texto, el “vendedor monopolista” es capaz de seleccionar un precio superior y una cantidad menor que hacen máximas sus utilidades, pero que no refleja el precio menor y la cantidad total mayor que se ofrecería en el mercado, si hubiera una multitud de vendedores.

Los libros de texto muestran en un gráfico de oferta y demanda la situación del monopolista y su habilidad para seleccionar y escoger la combinación de precio-cantidad. No obstante, esa situación de monopolio, tal como se muestra en el diagrama del libro de texto, no tiene ni un pasado ni un futuro. Es una “imagen congelada” de una situación de mercado que está “alejada del tiempo.” En sí, el diagrama no responde a las siguientes preguntas:

¿Cuáles fueron las fuerzas del mercado u otras que en el “pasado” dieron lugar a la situación actual? Dada esta situación, ¿existen algunas fuerzas del mercado que estén operando para que “mañana” ellas cambien las circunstancias de su estado “monopolístico” presente? ¿Existen algunas barreras diferentes de las del mercado -esto es, de cualquier gobierno- que impedirían tal cambio con el paso del tiempo?

En otras palabras, la situación de monopolio pintada en el diagrama, se presenta sin un contexto para analizar razonablemente qué conclusiones de pueden formular en términos de si la significancia “social” de esta situación de monopolio, sugiere la necesidad de una política económica para “corregir” algún “problema” con aquél.

O si, por el contrario, al analizarlo desde una perspectiva de un proceso de mercado en el tiempo y a través del tiempo, del todo puede no haber un “problema con el monopolio,” sino sólo uno de etapas “de transición” por las que los mercados pasan todo el tiempo.

RAZONES POR LAS QUE PUEDE HABER UN “VENDEDOR ÚNICO” EN UN MERCADO

La palabra “monopolio” se origina en la antigua Grecia: “mono,” significando único, y “poly,” que significa vendedor. Pero, hay una diversidad de razones por las cuales puede existir sólo un vendedor en un mercado, en o durante un período de tiempo. Primero que nada, puede deberse a que un empresario creativamente ha desarrollado un producto nuevo o significativamente diferente y, como resultado, es el primero y único oferente de ese bien en el mercado. Después de todo, cada nueva idea ha de empezar en la mente de algún individuo y con la voluntad de esa persona para asumir la tarea de llevarlo al mercado.

En el grado en que él ha anticipado correctamente la demanda futura del consumidor por su nuevo y diferente producto, las ganancias que puede obtener atraerán a los competidores, quienes ingresarán al mercado y, con el paso del tiempo, la competencia diluirá las utilidades que él ha estado obteniendo, ello porque diseñaron formas para hacer versiones similares de su nueva idea, con características más atractivas y ofreciéndolos a precios menores que los que el “monopolista” estaba cobrando inicialmente.

Si, por otra parte, este vendedor único ha valorado mal la demanda futura del mercado de su producto y sufre pérdidas, no sería socialmente deseable que los rivales entraran a su mercado y que desperdiciaran más tiempo y recursos en producir un bien que genera pérdidas –a menos que, por supuesto, ellos vean una forma para hacer rentable aquello que el “monopolista” no pudo hacer.

Segundo, puede existir un vendedor único debido a que la demanda del consumidor es demasiado limitada, como para que pueda ser rentable que exista más de un vendedor en ese mercado. Imagínese al pequeño pueblo rural en donde hay un almacén único. El dueño puede estar obteniendo ganancias, pero, si entrara un rival en el área y abriera un almacén general que compitiera, las ventas e ingresos, ahora divididos entre los dos, no serían suficientes para cubrir sus costos de operaciones correspondientes. El mercado es demasiado limitado para soportar más de un vendedor.

Tercero, puede existir un vendedor único en un mercado debido a su propiedad o control de un recurso vital o materia prima, sin la cual el producto no podría ser producido exitosamente. Esta fue una posibilidad hipotética señalada por los economistas austriacos Ludwig von Mises e Israel M. Kirzner.

LOS FUNCIONAMIENTOS DINÁMICOS DE LA COMPETENCIA DE LIBRE MERCADO

A pesar de lo anterior, si vemos más allá de la situación en un momento en el tiempo, podemos observar fuerzas del mercado compensatorias, que muy posiblemente se pondrán en movimiento si con ello resulta posible obtener ganancias potenciales, que se obtendrían al vender este producto que usa recursos específicos.

Primero, esta situación crearía incentivos para la prospección y extracción de cualesquiera posibles ofertas alternativas de ese recurso, lejos del control del “monopolista,” de forma que los competidores pueden entrar al mercado en algún momento en el futuro.

Segundo, si se trata de un producto rentable, habría incentivos para que competidores mercadeen sustitutos a partir de tipos alternativos de recursos y que ofrezcan sus productos sustitutos a precios menores que el monopolista. Así, con el paso del tiempo, las fuerzas competitivas del mercado eliminarían o debilitarían incluso una posición “monopolista” de esa índole.

El economista nacido en Austria, Joseph A. Schumpeter, sostuvo que la esencia de la economía de mercado dinámica son los empresarios innovadores, quienes introducen los productos nuevos, mejores, así como los nuevos métodos de producción. Para entender lo que Schumpeter llamó el proceso competitivo de la “destrucción creativa,” es necesario ver más allá de la situación aparente de “monopolio” en un momento dado en el tiempo y asumir la perspectiva histórica del mercado, que es de mayor tiempo.

Por tanto, las concepciones de libro de texto acerca de la “competencia perfecta” y del “monopolio” son de relevancia o ayuda menor para entender cómo es que en la realidad funcionan los mercados. Así lo explicó Schumpeter en Capitalism, Socialism and Democracy (1942):

“A la hora de abordar al capitalismo estamos tratando con un proceso evolucionario... que revoluciona incesantemente la estructura económica a lo interno, destruyendo incesantemente a la antigua, creando sin cesar una nueva. Este proceso de Destrucción Creativa es el hecho esencial acerca del capitalismo.

El impulso fundamental que establece y mantiene en movimiento a la máquina del capitalismo proviene de nuevos bienes para los consumidores, de nuevos métodos de producción o transporte, de mercados nuevos, de formas nuevas de organización industrial, que son creados por la empresa capitalista.

En la realidad capitalista como algo diferente de la imagen del libro de texto... El tipo de competencia que cuenta... [es] la competencia proveniente de una nueva mercancía, de una nueva tecnología, de una nueva fuente de oferta, de un nuevo tipo de organización... La competencia que dispone de una ventaja decisiva en costo o calidad...

Es difícilmente necesario señalar que la competencia del tipo que ahora tenemos en mente, actúa no sólo cuando existe sino también cuando meramente es una amenaza permanente. Impone la disciplina antes de que ataque. El empresario se siente a sí mismo como que está en una situación competitiva, aún si es único en su campo.”

LA COMPETENCIA DE MERCADO SE ENTIENDE MEJOR COMO UN PROCESO A TRAVÉS DEL TIEMPO

La economía de mercado, en el grado en que tiene una categoría notable de libertad para competir, es una arena de cambio, transformación y creatividad. Pero, al ojear una presunta situación de monopolio en el diagrama del libro de texto, fácilmente echa de menos a todo eso, al ignorar qué lo precedió o qué le puede seguir.

Suponga que a usted se le enseña una sola fotografía de una película de cine, una que contiene la imagen de una persona colgando de la nada, al borde de un precipicio. ¿Qué conclusiones deberíamos derivar de esta imagen? Todo depende de qué precedió a esa imagen y qué sigue luego. Suponga que la persona estaba arrinconada por un atacante, quien lanzó a esa desafortunada persona al precipicio, con la intención de que las rocas abajo la mataran. Pero, ¿qué si el vio al atacante que venía hacia él y escogió lanzarse al vacío para escapar de su agresor, esperando sobrevivir la caída al desprenderse exitosamente hacia un río que está abajo y nadar hacia la seguridad?

No sabemos cómo evaluar la situación capturada en ese único cuadro tomado de la cinta de la película. Todo depende. Y, de la misma forma, no sabemos cómo evaluar una situación de mercado, a menos que conozcamos los procesos del mercado antes y después de ese diagrama que representa un momento en el tiempo.

Para mostrar la relevancia de tener una visión más amplia de las situaciones competitiva y monopólica, podemos basarnos en un interesante artículo publicado el 20 de octubre del 2017, por el economista Mark Perry, en el sitio web del American Enterprise Institute. Él compara las listas de las 500 empresas citadas en la revista Fortune en 1955, con aquéllas de seis décadas después, en el 2017.

Sólo 59 empresas estaban en la lista en ambos años –menos del 15 por ciento. Muchas de las compañías que estaban en la lista de las 500 de Fortune en 1955, no sólo ya no estaban en la lista del 2017, sino que del todo no existían más. Muchas de las compañías en la lista de ambos años mantenían posiciones relativamente diferentes, con algunas más altas o más bajas en el 2017, en comparación con las de 1955. Y un buen número de compañías en la lista del 2017 ni siquiera había existido sesenta años antes y, por tanto, no podrían haber estado en la lista de 1955.

LA INTERVENCIÓN GUBERNAMENTAL COMO CAUSA DE LOS PROBLEMAS DEL MONOPOLIO

Entonces, ¿cuál puede ser la causa detrás de un “monopolio” que puede ser considerado como “anti-competitivo” y “socialmente dañino”? Eso requiere que apreciemos el papel del estado en crear y perpetuar esa situación.

Puede existir un vendedor único en un mercado (o un número pequeño de vendedores) debido a un privilegio legal otorgado por el gobierno, para que sea el único productor o vendedor de un bien o servicio, dentro de una parte o la totalidad de un área geográfica sobre la cual el gobierno tiene autoridad política. Este es uno de los significados más antiguos de monopolio, frecuentemente usado por los economistas desde que Adam Smith publicó La Riqueza de las Naciones (1776).

En este caso, el monopolista privilegiado puede estar en posición de limitar la oferta y elevar su precio, porque está protegido de cualquier competencia directa en el mercado, pues el gobierno ha determinado que es ilegal para todos los demás competir en él. Este es el único caso en que la “imagen congelada” del diagrama del monopolio en el libro de texto es el más apropiado, debido a que la competencia del mercado no puede cambiar a la “imagen.” El gobierno impide que cualquier proceso de mercado funcione en el curso del tiempo. para generar la competencia que muy posiblemente emergería en un mercado más abierto.

No obstante, sería de esperar que los competidores potenciales puedan todavía tratar de desarrollar y ofrecer diversos sustitutos del producto del monopolio protegido por el gobierno, en el sentido de que podrían hacerlo sin violar la ley. Aún así, todavía podría suceder que los “mercados negros” surjan, si las utilidades son lo suficientemente altas como para hacer atractivo correr el riesgo de ser capturados y apresados por el gobierno.

En la historia estadounidense moderna, fue el gobierno el que principalmente otorgó una posición monopólica a la empresa AT&T durante la mayor parte del siglo XX, en la oferta de servicios telefónicos en todo los Estados Unidos. Fue la regulación gubernamental la que limitó la entrada al mercado y la que controló los precios y las rutas para un puñado de aerolíneas de transporte de pasajeros, desde la mitad de la década de 1930 hasta fines de la década de 1970. Fue el control gubernamental sobre las ondas de radio, lo que restringió la transmisión de radio y televisión a un grupo limitado de compañías, de nuevo, hasta fines de la década de 1970.

Pero, una vez que estas situaciones de cuasi-monopolio y de monopolio creado y protegido por el gobierno, fueron abolidas por medio de una derogatoria legislativa, los mercados de la comunicación, el viaje y la información explotaron en un conjunto vibrante y diverso de proveedores y oferentes mucho más competitivos, que ahora felizmente los damos por descontados.

Tomando el punto de vista del mercado como un proceso de largo plazo, la aparición de vendedores únicos y de situaciones aparentemente de “monopolio” o cuasi-monopolio, se puede mostrar fácilmente que son momentos limitados en el horizonte más amplio de una competencia dinámica y creativa a lo largo del tiempo. En el tanto en que el gobierno asegure y proteja los derechos de propiedad privada, que hace cumplir los contratos efectuados voluntariamente y por medio del acuerdo mutuo, y que asegura la ley y el orden bajo un regla de un estado de derecho imparcial, el “monopolio,” como un problema económico o social, es virtualmente inexistente. Pero, introduzca la intervención gubernamental en el sistema de mercado, y el monopolio inevitablemente se convierte en un mal social y un problema económico.

Richard M. Ebeling es el Profesor Distinguido BB&T de Ética y de Liderazgo de Libre Empresa en La Ciudadela en Charleston, Carolina del Sur. Fue presidente de la Fundación para la Educación Económica (FEE) del 2003 al 2008.