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Jorge Corrales Quesada
29/12/2017, 09:32
Lo publicado por el economista francés Bastiat hace más de 170 años sigue teniendo vigencia: los proteccionistas siempre buscarán empobrecernos, usando al gobierno para que, mediante aranceles, se nos empobrezca al tener los consumidores que adquirir las cosas más caras de cómo podríamos lograrlo en competencia y, por tanto, empobreciéndonos. Y claro, ciertos políticos ven en la imposición de aranceles, un producto político que pueden “vender” a los directamente favorecidos, a cambio de reciprocidad en los favores. Vamos entendiendo ciertos apoyos de gremios protegidos a algunos políticos. Ese apoyo no es gratis: lo terminamos pagando los ciudadanos, usuarios y consumidores con un deterioro de nuestras vidas.

UNA PETICIÓN DE LOS FABRICANTES DE CANDELAS EN LA MODERNIDAD DE HOY

Por Mark J. Perry
Fundación para la Educación Económica
Lunes 18 de diciembre del 2017

NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra en roja y subrayada, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/a-modern-day-candlemakers-petition/

Las objeciones de Bastiat en 1845 contra el proteccionismo comercial son tan relevantes hoy como lo fueron hace 172 años.

En 1845, durante una época en que hubo un marea creciente de proteccionismo en Francia, el economista francés Frederic Bastiat escribió una parábola satírica famosa, conocida como “La Petición de los Fabricantes de Candelas” (The Candlemakers’ Petition (http://bastiat.org/en/petition.html)). En esa afamada fábula económica, Bastiat, con humor, le escribió al Parlamento francés a nombre de los fabricantes franceses de candelas y de quienes hacían linternas e hizo gestiones ante el gobierno francés para que aprobara legislación proteccionista contra la competencia injusta de un rival extranjero –el sol.

Me he tomado la libertad de canalizar mi “Bastiat interior” para revisar y modernizar “La Petición de los Fabricantes de Candelas,” adaptándola al ambiente proteccionista actual, que está siendo promovido por un presidente a quien el Wall Street Journal (Wall Street Journal (https://www.wsj.com/articles/pacific-trade-bust-1478908943)) se refirió como “el primer auténtico proteccionista en ganar la Casa Blanca desde los años de 1920.”

LA PETICIÓN DE LOS FABRICANTES DE CANDELAS DEL 2017

UNA PETICIÓN: De parte de la Asociación Estadounidense de la Iluminación (American Lighting Association (http://www.americanlightingassoc.com/)) (asociación comercial que representa a la industria estadounidense de la iluminación), de los manufactureros de bombillos y luces, incluyendo a AeroTech Light Bulb, American Light Bulb Manufacturing Company, LedRadiant, Morstar Electric y LED-Green y de la Hermandad Internacional de Trabajadores de la Electricidad (International Brotherhood of Electrical Workers (http://www.ibew.org/)) (sindicato que representa a los trabajadores de la electricidad de los Estados Unidos).

Una Carta Abierta al Presidente Trump a nombre de la industria de la iluminación de los Estados Unidos.

Usted está en el camino correcto en cuanto al comercio internacional. Usted rechaza las teorías económicas abstractas acerca del comercio y no tiene tiempo para las afirmaciones de que la abundancia económica y “hacer de nuevo grande a los Estados Unidos” pueden provenir de precios bajos de las importaciones.

Para fines políticos, a usted correctamente le interesa el destino de los productores de los Estados Unidos y el de los trabajadores de los Estados Unidos, e ignora sabiamente a los consumidores de los Estados Unidos. Usted desea proteger a los productores y manufactureros de los Estados Unidos de los rivales extranjeros más eficientes; esto es, reservar correctamente el mercado estadounidense para los productores estadounidenses y sus trabajadores estadounidenses, para “hacer de nuevo grande a los Estados Unidos.”

Hemos venido a ofrecerle una oportunidad maravillosa para su ─¿cómo la llamaremos? ¿Su teoría cerca del comercio internacional? No, nada es más engañoso que una teoría económica. ¿Su doctrina comercial? ¿Su principio? Pero, a usted le disgustan las doctrinas económicas y, en cuanto a principios, usted niega que en la política haya alguno; por tanto, la llamaremos su práctica política –su práctica acerca del comercio internacional sin teoría económica alguna y sin principio alguno.

Puesto en sencillo, la industria de la iluminación de los Estados Unidos está sufriendo por una competencia dañina de un rival extranjero, cuyas condiciones para producir luz son tan superiores a las nuestras, que está inundando al mercado estadounidense con luz a un precio increíblemente bajo e injusto. Esto es, ese productor extranjero está haciendo un “dumping” de luz en la economía de los Estados Unidos, en detrimento nuestro. En el momento en que el rival extranjero se aparece, nuestras ventas de accesorios de iluminación caen precipitadamente, todos los consumidores estadounidenses conscientes de los costos acuden a él y un segmento importante de la industria estadounidense se ve reducido al estancamiento económico, con la pérdida que le acompaña de empleos estadounidenses y el empobrecimiento de nuestro país.

¿Quién es este rival extranjero? Nadie más que el sol, y le está haciendo la guerra a la industria de la iluminación estadounidenses tan inmisericordemente que, sospechamos que injustamente, está recibiendo subsidios que le permiten hacer un dumping de luz solar al mercado de los Estados Unidos, a un precio por debajo del costo de producción. Buscamos su protección ante este rival implacable.

Específicamente, para ayudar a hacer de nuevo grande a los Estados Unidos, le pedimos a la administración Trump que salve nuestra industria, aprobando leyes que requieren del cierre permanente de todas las ventanas, tragaluces, persianas, cortinas y celosías –en resumen, de todas los orificios en los edificios de los Estados Unidos que permiten que la luz natural del sol entre a nuestros hogares y edificaciones, para gran desventaja de la industria doméstica de la iluminación. Por favor, no abandone a una industria importante de los Estados Unidas a manos de un rival que tiene una ventaja tan injusta, debido a tan inequitativa ubicación geográfica natural.

Equipo de Trump, por favor, tome seriamente nuestra petición de proteccionismo y no la rechace sin escuchar las razones que tenemos. Primero, si usted aprueba la protección comercial para cerrar el acceso a la luz natural, gratuita, y, por tanto, crea una demanda de luz artificial, ¿qué industria en los Estados Unidos en última instancia no se verá estimulada?

Si los Estados Unidos producen más artefactos de iluminación y bombillos eso ayuda “hacer de nuevo grande a los Estados Unidos,” al brindar nuevos empleos en la manufactura de los Estados Unidos, en los comercios de los Estados Unidos, en las empresas de transporte de los Estados Unidos y para los trabajadores del sector de la electricidad. Es más, con una mayor iluminación para interiores, habrá un aumento en la demanda de electricidad, lo que ayudará a hacer grande a los Estados Unidos, al estimular nuevos empleos en la industria generadora de energía eléctrica.

No se requiere más que un poco de reflexión, Presidente Trump, para convencerse de que tal vez no hay estadounidense alguno, desde el rico accionista de Amazon hasta el empleado más humilde de una tienda de abarrotes, cuya condición no se vería mejorada con el éxito de nuestra petición, para combatir la ventaja injusta de esa esfera de plasma caliente, conocida como el sol.

Nosotros anticipamos algunas objeciones, Sr. Presidente, pero no hay una sola de ellas que no haya sido reciclada proveniente de los libros obsoletos, anticuados, desacreditados, de defensores del libre comercio, como Smith, Ricardo y Friedman.

¿Tal vez usted objeta que, aun cuando los productores de los Estados Unidos y sus empleados se beneficiarán con esa protección contra la competencia externa, los Estados Unidos del todo no ganarán, pues el consumidor de los Estados Unidos tendrá que sufragar los gastos? Hemos pensado en ello y tenemos una respuesta:

Regresando al período de campaña en el 2016, usted prometió sacrificar a los consumidores siempre que encontrara que sus intereses se oponían a aquellos del productor de los Estados Unidos. Usted así lo ha hecho, al estimular la industria estadounidense e incrementar el empleo y al “hacer de nuevo grande a los Estados Unidos.” Por la misma razón, usted debería hacerlo otra vez, en esta ocasión para “hacer grande de nuevo a los Estados Unidos” al proteger del sol a la industria de la iluminación de los Estados Unidos.

Si usted le otorga a nuestra industria un monopolio para la producción de iluminación durante el día, podemos comprar grandes cantidades de insumos para suplir nuestra industria; y. más aún, nosotros y nuestros numerosos oferentes, habiéndonos enriquecido, incrementaremos nuestro consumo y diseminaremos la prosperidad por toda la economía estadounidenses; esto es, nuestro monopolio ayudara a “hacer de nuevo grande a los Estados Unidos.”

Ahora bien, ¿tal vez haya algunos defensores del libre comercio quienes dirán que la luz del sol es un regalo gratis de la Madre Naturaleza, que es lanzado como dumping diariamente al mercado estadounidense, y que rechazar tal filantropía sería propiamente rechazar la riqueza, bajo el pretexto de estimular los medios para adquirirla?

Pero, si usted toma esta posición, contradirá su propia política comercial que le ayudó para ser electo; recuerde que usted propuso excluir los bienes extranjeros de los mercados de los Estados Unidos, debido a y en el tanto en que se aproximen a ser regalos gratuitos de nuestros socios comerciales, como China, Japón y México.

La mano de obra y la Naturaleza colaboran para producir bienes en proporciones diversas, dependiendo del país y del clima. La parte que la Naturaleza contribuye es siempre libre de costo; la parte contribuida por el trabajo humano es lo que constituye el valor y razón por la cual se le paga. Si las naranjas, tomates y bayas de México se venden a la mitad del precio que tendrían si esos productos fueran producidos en los Estados Unidos, ello se debe a lo que el calor y la luz natural del sol hacen por México, dado que, por supuesto, son gratuitos, mientras que los Estados Unidos tienen que pagar para disponer de calor e iluminación artificial, lo cual necesariamente se refleja en los precios mayores del producto estadounidense.

Así, cuando los tomates nos llegan desde México, uno puede decir que se nos venden a la mitad de lo que cuesta, o, en otras palabras, a la mitad de aquellos de los Estados Unidos. Ahora bien, es precisamente sobre la base de que los bienes mexicanos y chinos son ofrecidos semi-gratuitamente a los consumidores estadounidenses, que usted mantiene que los productores estadounidenses merecen el proteccionismo.

Pero, si productos tales como tomates o bayas desde México, vendidos la mitad de gratis en los Estados Unidos, le conducen a imponer protecciones al comercio para los agricultores estadounidenses y a salirnos del Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA), ¿cómo puede usted permitir que un producto importado que se vende totalmente libre de costo, como es el caso de la luz del sol, ingrese al mercado estadounidense sin aranceles proteccionistas? Para ser consistente, si usted decide retirase del NAFTA o imponer nuevas barreras arancelarias a lo que es mitad gratuito, como los tomates o las bayas mexicanas, debido al daño que causan a nuestra economía, ¿cómo es que usted no puede excluir del mercado estadounidense a lo que es totalmente gratis (la luz del sol es gratuita) incluso con mayor justificación y con el doble de entusiasmo?

Sr. Presidente, cuando se trata de la política comercial de los Estados Unidos, por favor, sea consistente. Porque, en el tanto en que usted planea retirarse del NAFTA y continuar imponiendo tarifas sobre el acero extranjero, los paneles solares, el aluminio, los aviones, las lavadoras y los textiles, en proporción al grado en que su precio se aproxima a cero, qué tan inconsistente sería admitir libremente el ingreso de la luz del sol al mercado estadounidenses, ¡cuando su precio es de cero durante todo el día!

En conclusión, para “hacer de nuevo grande a los Estados Unidos” y traer de regreso los empleos al país, le imploramos, Presidente Trump, que proteja a la industria de la iluminación, al protegernos ante un rival que provee la luz solar natural a un precio tan bajo (cero) contra el cual no podemos competir. Si en algún momento hubo un caso legítimo de un productor extranjero que pusiera en una desventaja injusta a los productos y trabajadores estadounidenses, por medio de prácticas comerciales injustas, que pueden incluir el “dumping” de productos por debajo del costo, recibir subsidios extranjeros o manipular la moneda, el caso en contra del sol por hacer dumping en los Estados Unidos con luz solar gratuita, tiene que ser el caso comercial más fuerte en la historia de los Estados Unidos, y uno que merece su atención. Por favor, protéjanos.
LA RELEVANCIA DE BASTIAT EN EL DÍA DE HOYLas objeciones de Bastiat al proteccionismo comercial en 1845 son justamente hoy tan relevantes como lo fueron hace 172 años. El punto básico que Bastiat formula en “La Petición de los Fabricantes de Candelas” es eterno: Puesto que nunca nos quejaríamos de una abundancia de luz gratuita “importada” desde el sol, entonces, de la misma forma, no deberíamos quejarnos por las importaciones de bajo costo de productores del extranjero.

Realmente no importa si esos productores extranjeros tienen ventajas geográficas naturales, laborales o tecnológicas, ni tampoco importa si reciben esos subsidios generosos de sus ciudadanos, de forma que puedan llevar a cabo un ”dumping” en los mercados estadounidenses a precios en los Estados Unidos por debajo de su costo de producción. Ni tampoco importa si un país manipula su moneda para ventaja nuestra y precios menores para los estadounidenses. Bienes y servicios gratis de los extranjeros son el mejor de los resultados económicos posibles, pero, realísticamente, por lo general, no son posibles (excepto por la luz del sol gratuita); los bienes y servicios vendidos a los estadounidenses a un precio que es inferior al costo de producción, son probablemente la segunda mejor opción; y los bienes y servicios a precios menores al costo de los bienes en los Estados Unidos, es la tercera mejor alternativa.

Para, en verdad, “hacer de nuevo grande a los Estados Unidos,” una regla general es que nunca deberíamos rechazar la ayuda externa filantrópica que transfiere riqueza, que llega a los Estados Unidos mediante bienes y servicios extranjeros a un costo menor.

Reimpreso del American Enterprise Institute
Mark J. Perry es un académico del American Enterprise Institute y profesor de economía y finanzas en la Universidad de Michigan, en el campus de Flint.