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Ver la Versión Completa : KRISTIAN NIEMIETZ-PERO ESO NO ERA EL SOCIALISMO VERDADERO-PARTE 3-VENEZUELA



Jorge Corrales Quesada
04/09/2017, 16:42
Esta es la tercera y última parte de una serie de tres artículos de un conferencia brindada en Inglaterra, sitio de su trabajo, por el economista Kristian Niemietz, en donde desnuda el enorme engaño perpetrado por ciertos intelectuales que, al principio, denominan socialismo cuando se instaura ese sistema en ciertas naciones. Pero, luego, al derrumbarse, dicen que aquel sistema no era el VERDADERO, y que el VERDADERO aún no ha existido. Este se refiere al caso de Venezuela, el producto del SOCIALISMO del siglo 21. Espero que hayan podido disfrutar de estos tres capítulos de un tema tan revelador de la hipocresía de cierto gremio intelectual de la izquierda.

“¡PERO ESO NO ERA EL SOCIALISMO VERDADERO!” (TERCERA PARTE: VENEZUELA)

Por Kristian Niemietz
Institute for Economic Affairs
4 de julio del 2017

Entre el 3 y el 8 de julio del 2017, el Institute of Economic Affairs (IEA) y el Adam Smith Institute llevaron a cabo conjuntamente la Semana de la Libertad, una serie de seminarios dirigidos a estudiantes interesados en el liberalismo clásico, en el St. Catharine’s College, Cambridge. El Dr. Kristian Niemietz del IEA dio una charla acerca del atractivo actual del socialismo. El artículo a continuación, se basa en ella.

Continuación de la Parte 2
El socialismo en la Unión Soviética era el VERDADERO socialismo, hasta que retroactivamente se convirtió en un socialismo no verdadero en los años de 1950. El socialismo de la China de Mao era el VERDADERO socialismo, hasta que retroactivamente se convirtió en un socialismo no verdadero a mediados de la década de 1970. Para un círculo de amigos más específicos, el socialismo de la República Democrática de Alemania (RDA) era el VERDADERO socialismo, hasta que retroactivamente se convirtió en uno no verdadero en el momento en que el Muro de Berlín se derrumbó.

Y eso era todo, por un rato. Durante la década de 1990 y principios de la del 2000, los socialistas se aferraron al mantra de que el socialismo-verdadero-nunca-ha-existido. Tenían que hacerlo así. Todas sus viejas utopías habían colapsado y las pocas que aún cojeaban, estaban totalmente desacreditadas. Pero a mitad de la década del 2000, descubrieron una nueva utopía socialista: Venezuela. Alabar al chavismo -o “Socialismo del Siglo 21,” como lo llamarían aquellos sabedores- se convirtió en algo que era extremadamente de moda en los países occidentales.

He aquí algunos pocos ejemplos. Hace alrededor de unos cinco años, Owen Jones fue en un peregrinaje a Venezuela y regresó diciendo
“Venezuela es una inspiración para el mundo, realmente muestra que existe una alternativa.”

Y poco después dijo:

“Chávez [...] es el primer presidente venezolano que se ocupa del pobre. [...] Bajo Chávez, los pobres se ha convertido en un poder político que no puede ser ignorado. [...] [É]l ha probado que es posible [...] [romper] con el dogma neo-liberal.”

Jones estaba particularmente ansioso de enfatizar que el chavismo no era sólo una enorme historia exitosa por derecho propio, sino un modelo de cual todos podríamos aprender:

“Es muy importante para mí que nosotros no miremos a la América Latina como algo que simplemente está sucediendo en todo lado, sino como algo que a todos nos da esperanzas.”

Logró tener eco en su aquel entonces colega Seumas Milne, quien también fue de peregrinaje a Caracas:

“El éxito de Venezuela [...] en llevar recursos bajo control público ofrece lecciones a cualquiera que esté interesado en la justicia social y en nuevas formas de políticas socialistas en el resto del mundo. [...] Venezuela y sus aliados latinoamericanos han demostrado que ya no más es necesario aceptar un modelo económico fallido, como aún lo creen muchos social-demócratas en Europa.”

Después de la reelección de Chávez en el 2012, el Secretario General de Unir a los Sindicatos, Len McCluskey, dijo:

“Le damos la bienvenido a esto [...] un claro endoso de las políticas sociales progresistas de Hugo Chávez. Venezuela muestra que los gobiernos que ponen de primero las necesidades de la gente trabajadora ordinaria, pueden esperar un fuerte apoyo en las urnas electorales. [...] Europa podría querer aprender de las lecciones obvias de Venezuela.”

Después de la muerte de Hugo Chávez en el 2013, el Secretario General del Sindicato de Trabajadores de las Comunicaciones (CWU), Bill Hayes, dijo:

“Hugo Chávez ayudó a inspirar un nuevo socialismo para el siglo 21 y suplió la chispa que alumbró a todo el continente Suramericano.”

El Secretario General del Sindicato de Servicios Públicos (UNISON), David Prentis, creía que:

“Hugo Chávez será recordado por su lucha constante para levantar al pobre, por su compromiso con la justicia social y su dedicación a la justicia y a la igualdad.”

El Secretario General de la Confederación de Sindicatos (TUC), Frances O’Grady, agregó:

“Hugo Chávez se ocupó de la puesta en marcha de un programa impresionante y altamente progresista, sacando a millones de la pobreza.”

Por supuesto que el aficionado mayor de Chávez fue Jeremy Corbyn [Nota del traductor: líder del partido laborista (socialista) y candidato reciente en las elecciones para Primer Ministro inglés]. Más o menos en esa misma época, dijo, en una manifestación pro-Chávez en Londres, que:

“Chávez [...] nos mostró que hay una forma diferente y mejor de hacer las cosas. Se llama socialismo [...] [E]n su muerte, marcharemos por ese mejor, justo, pacífico y esperanzador mundo.”

Esa era la cúspide de la Venezuelamanía. Hugo Chávez había sido, en un sentido importante, extremadamente suertero. Literalmente desde el momento en que llegó al cargo, los precios del petróleo estaban aumentando de manera constante, eventualmente llegando a los niveles más altos registrados en la historia. Venezuela, una economía de petrodólares, era bañada con dinero petrolero y Chávez no podía creer en su suerte. Gastó cada centavo que llegó a sus manos, y algo más.

Lo que no puede durar, no dura. Cuando finalmente los precios del petróleo regresaron a un nivel más en línea con la norma histórica, la economía de Venezuela implosionó. El milagro socialista había sido construido sobre la arena.

En ese momento, la mayoría de los izquierdistas simplemente del todo dejaron de mencionar a Venezuela. El país simplemente desapareció del mapa. Una de las excepciones fue Corbyn. Hace sólo dos años todavía decía que:

“Cuando nosotros celebramos -y es causa de celebración- los logros de Venezuela en empleos, vivienda, salud, educación, pero, ante todo, su papel en el mundo entero como un lugar totalmente diferente, entonces, lo hacemos porque reconocemos lo que ellos han logrado y cómo están tratando de lograrlo.”

Pocas semanas después, Corbyn escribió en un artículo en su propio sitio en la red:

“[L]a historia está siendo vivida en su máxima expresión en Venezuela, en donde la revolución bolivariana es plena y está brindando inspiración a través de todo un continente entero. [...] Venezuela está conquistando seriamente a la pobreza al rechazar enfáticamente [...] a las políticas neo-liberales [...]

El éxito de las políticas radicales en Venezuela está siendo logrado al proveer ingresos para los más pobres, liberando recursos, pero, ante todo, por la educación y el involucramiento popular. Tal como Cuba, la amenaza para los Estados Unidos por parte de Venezuela no es militar [...] Es mucho más insidiosa, una amenaza por el ejemplo de lo que la justicia social puede lograr.”

Una “amenaza por el ejemplo” es lo que en verdad se ha convertido, si bien no en la forma en que Corbyn lo dio a entender.

Entretanto, la situación se ha puesto tan mala, que incluso Corbyn ya no menciona más a Venezuela. El artículo que acabo de citar ya fue retirado de las redes; tuve que obtenerlo por medio de Wayback Machine, que es un archivo digital que almacena los contenidos de Internet que han sido retirados.

Les conté acerca de los experimentos en socialismo VERDADERO que se han convertido retroactivamente en no verdaderos, al convertirse en una vergüenza para los socialistas. Piensen en una película de ciencia ficción, con múltiples líneas del tiempo paralelas y con gente moviéndose entre ellas, como Terminator Génesis. Así es como funciona el socialismo. Siempre que un país se hace socialista, se crean dos líneas del tiempo paralelas. En la Línea del Tiempo 1, es el socialismo VERDADERO. En la Línea del Tiempo 2, no es un socialismo VERDADERO. Parece como socialismo, pero realmente es capitalismo de estado, o lo que sea. En el tanto en que el experimento parece funcionar, estamos en la Línea del Tiempo 1. Tan pronto como fracasa, nos movemos colectivamente hacia la Línea del Tiempo 2, en donde el experimento en cuestión nunca fue socialista.

Eso está sucediendo ahora, debido al colapso de Venezuela. Actualmente estamos en el proceso de movernos de la Línea del Tiempo 1 a la Línea del Tiempo 2. Todavía no estamos allí. Estamos en un etapa interina confusa entre las líneas del tiempo. Venezuela ya no es más el socialismo VERDADERO, pero aún no estamos en la etapa en que, en primer lugar, nunca fue socialista. Pero, vamos llegando allí.
Tome a Noam Chomsky, el arquetipo del intelectual occidental (y, en mi opinión, un resumen de todo lo que está mal con los intelectuales occidentales). Hace ocho años Chomsky dijo:

“[L]o que es tan excitante acerca de una última visita a Venezuela es que puedo ver que un mejor mundo está siendo creado [...] Las transformaciones que Venezuela está haciendo hacia la creación de otro modelo socio-económico podrían tener un impacto global.”

Chomsky ahora dice:

“Yo nunca describí al gobierno de capitalismo estatal de Chávez como ‘socialista’ o incluso que insinuara algo acerca de tal absurdo. Era muy alejado del socialismo. Permanecía el capitalismo privado [...] Los capitalistas eran libres de socavar la economía en todo tipo de formas, como exportaciones masivas de capital.”

Eso es exactamente de lo que estoy hablando. Este es el VERDADERO socialismo en camino de ser retroactivamente no verdadero. Este es un movimiento de la Línea del Tiempo 1 a la Línea del Tiempo 2. Este es el retiro del certificado de autenticidad, pero con efecto retroactivo. No es que una revolución ha sido “traicionada”. No es que un país es socialista al principio y luego se aleja del socialismo VERDADERO. No: una vez que hayamos llegado a la Línea del Tiempo 2, en primer lugar, el país nunca fue socialista. En la Línea del Tiempo 2 llamarlo socialista es una falacia del hombre de paja, un garrote que los neoliberales como yo usan para golpear al noble ideal del socialismo.

De tal forma, las dos citas de Chomsky no están en conflicto. Es simplemente que la primera cita es de la Línea del Tiempo 1 y la segunda de la Línea del Tiempo 2. De la misma manera, no hay nada de marrullería en Corbyn et al cuando retiran de la Internet sus viejos artículos pro-Venezuela. Al contrario, estos artículos pertenecen a la Línea del Tiempo 1, la cual estamos dejando atrás. Nos estamos moviendo a una Línea del Tiempo en que Venezuela nunca fue socialista, de forma que no pueden haber escrito esos artículos. Esto es equivalente a la escena de la lucha del Arnold -versus-Arnold en el Terminator Génesis, en que Arnold Schwarzenegger lucha contra su yo más joven, el Schwarzenegger de la década de 1980. El Joven Arnold se ha movido entre las líneas del tiempo y aterrizado en la línea del tiempo del Viejo Arnold –y ambos no pueden estar allí.

Este es el significado más profundo detrás del viejo dicho de que el socialismo VERDADERO nunca se ha intentado. Por supuesto que no lo ha sido. Y nunca lo será. Porque eventualmente todo experimento socialista colapsa y cada uno de los experimentos socialistas se convierte retroactivamente en no verdadero, en el momento en que se derrumba.

El Dr. Kristian Niemietz se unió al Institute of Economic Affairs (IEA) en el 2008 como compañero en Investigación sobre Pobreza, convirtiéndose en su compañero sénior investigador en el 2013 y Gerente de Salud y Bienestar en el 2015. Kristian es también un Compañero de la Beca Age Endeavor. Estudio Economía en la Humboldt Universität en Berlín y en la Universidad de Salamanca, graduándose en el 2007 con un Diplom-Volkswirt (Máster en Ciencia de Economía). Durante sus estudios estuvo como interno en el Banco Central de Bolivia (2004), la Oficina Nacional de Estadísticas de Paraguay (2005) y en el IEA (2006). En el 2013 completó un PhD en Economía Política en King’s College de Londres. Kristian laboró previamente como compañero investigador en el Instituto para la Libre Empresa (IUF) basado en Berlín y en King’s College de Londres, en donde dio clases de Economía durante sus estudios de postgrado. Es contribuyente frecuente de varias revistas en el Reino Unido, Alemania y Suiza.