PDA

Ver la Versión Completa : JEFFREY A. TUCKER-ADIÓS A MICHAEL NOVAK, AMIGO Y CAMPEÓN DE LA LIBERTAD



Jorge Corrales Quesada
04/09/2017, 11:36
En una oportunidad -el 11 de enero de 1985- tuve el placer de conocer y conversar con el padre Novak y, en respuesta a algo que le pregunté, me dijo que él se consideraba un social-demócrata, a lo que le comenté que me parecía un viejo liberal clásico, ante lo que, con sencillez, me sonrió. Reiteró en mí el enorme aprecio que tenía por su obra de 1982, El Espíritu del Capitalismo Democrático (la versión en inglés de ella la tengo dedicada por él en aquella fecha), que incluso hizo que luego leyera, con similar aprecio, otro libro suyo Freedom and Justice: Catholic Social Thought and Liberal Institutions, publicado en 1984 (y también amablemente dedicada dos días después –el 13 de enero de 1985. Ambas desataron en mí el aprecio por las instituciones morales del capitalismo liberal y su relación con las de la Iglesia Católica -la de aquellos tiempos- para lograr lo que él denominó como “un matrimonio hecho en el cielo.”

ADIÓS A MICHAEL NOVAK, AMIGO Y CAMPEÓN DE LA LIBERTAD

Por Jeffrey Tucker
Fundación para la Educación Económica
Lunes 20 de febrero del 2107


¡Qué persona maravillosa, dulce, apreciada, brillante! Michael Novak, nació en 1933, murió el 18 de febrero del 2017 y hace ya tanta falta su presencia en el mundo.


Era una figura tan fascinante, una mente adaptable con principios firmes, lo cual lo ubicó en muchos lados políticos diferentes, en el curso de una larga carrera. Pero, piense que, si usted observa cuidadosamente, encontrará un hilo en común en todo su trabajo: el deseo de luchar por la dignidad y la libertad de la persona humana. Y por esto, doy a entender a todas y a cada una de las personas.

Haciendo un barrido a su vida, usted no encuentra ese compromiso consistente, ya sea tanto en la Derecha como en la Izquierda, lo cual es lo que explica sus cambiantes alianzas políticas. Se ha considerado ampliamente que era miembro de la Nueva Izquierda, que luego llegó a ser un Neoconservador, con la implicación de que era él quien había cambiado en su totalidad. En la realidad, esa historia es sofocante y sus principios son más firmes que lo usualmente supuesto.

Cuando yo era más joven y estaba sentado en su sala, le pregunté acerca de su libro prematuro The Open Church, publicado en 1964. Le pregunté acerca de si el compromiso con la libertad encontrado en ese libro -principalmente respecto a temas de libertad religiosa- podría haber sido la base de su compromiso posterior con la libertad económica, de forma que, tal vez, él no habría cambiado su mente, tanto como lo dice la gente.

Se quedó meditando y me dijo, “Hay algo de eso. Me gusta pensar que he crecido intelectualmente con el trascurso de los años, pero nunca he tenido el sentimiento de que, de alguna manera, he cambiado fundamentalmente. ¿Por qué no escribe usted acerca de eso?”

Nunca escribí acerca de eso. La mayoría de mis escritos alrededor de su trabajo han sido ensayos argumentativos, diciéndole que sus compromisos con la libertad no eran siquiera lo suficientemente consistentes, que debería haber ido más allá en su sospecha acerca de la autoridad y convertirse en un libertario pleno. Siempre fue muy bondadoso conmigo en estos debates. Continúo creyendo que él se hizo más libertario de lo que alguna vez supo.

De manera que, permítanme resumir el ensayo que él quería que yo escribiera, al tiempo que dejo que cualquier otro haga el trabajo difícil de probar mi afirmación.

EN EL PRINCIPIO, ESTABA EL CATOLICISMO.

Por encima de todo, Michael Novak era un teólogo y sus primeros años los pasó en un lado de la gran división que existió dentro del catolicismo, a principios de la década de 1960. Había dos lados, ninguno de los cuales existe hoy en la forma que antes lo hubo, de manera que usted debe imaginarse la historia.

Estaban los defensores del viejo orden, que iba tan atrás como a las Altas Edades Medias: una Iglesia poderosa, pero lejana, la liturgia en latín, sospechosa de la modernidad, dudosa de la libertad en sí, atada a formas invariables. Eran llamados “conservadores,” pero serían mejor descritos como Católicos Tridentinos, por su devoción al Concilio de Trento (que el último y más reciente concilio nada hizo por cambiarlo o adaptarlo).

El otro lado creía en la libertad religiosa, la apertura, la renovación litúrgica y un deseo de abrazar la modernidad y la idea del progreso humano –una extensión de un movimiento que, de hecho, había empezado alrededor de la década de 1890. Todo eso suena como un bien absoluto, pero, debido a que eran los años sesentas, y con todo lo que eso implicaba, parte de la mezcla también incluía una medida de heterodoxia, de política estatista e incluso impulsos revolucionarios que querían, tal como dicen, botar el agua de la bañera con todo y el bebé.

Novak estaba firmemente del lado de los liberales, principalmente debido a su adhesión a la idea de libertad religiosa, la cual había sido una controversia dentro de la Iglesia por más de un siglo. Él estaba seguro de que la gente debería ser libre de creer y libre para practicar la fe de su elección, debido a que era un derecho humano. Creía que la Iglesia debería mantener este derecho, aún si eso significaba que se hiciera del Catolicismo, en sí, un asunto de elección, en vez de coerción. Como Lord Acton, él rechazó firmemente “el poder temporal de la espada,” haciendo que sus puntos de vista fueran anatemas para los conservadores. Incluso en aquel momento, en esos años, hubo un movimiento para silenciarlo.

El Concilio Vaticano Segundo abrazó la libertad religiosa con su famoso documento Dignitis Humanae. Novak fue la influencia principal. Fue un momento bello para él y para la fe religiosa, en general. Asimismo, era algo que debería haber sido hecho desde mucho tiempo atrás.

DESPUÉS DEL CONCILIO

Desafortunadamente, esta victoria inspiró una arrogancia y apremio en ellos, lo cual, a su vez, desató fuerzas dentro del Catolicismo que nadie podría luego controlar. Era la tormenta perfecta del cambio cultural y del levantamiento litúrgico y moral –que nada tenía que ver con la libertad religiosa. Los seminarios se vaciaron, los monasterios se derrumbaron y los fieles en las bancas de la iglesia estaban inquietos por los hechos desenfrenados que llegaron hasta allá abajo, al propio nivel de la parroquia.

Todo esto sucedió en el curso de los diez años que siguieron al Consejo, y Novak se unió a las voces que estaban poniendo el grito al cielo, sugiriendo que, lo que había comenzado como una liberalización, del todo se había trasformado en algo más. Se había convertido en algo destructivo. Eso puso a Novak en una búsqueda para descubrir el lugar adecuado y los límites a la idea de libertad humana, como una extensión de sus compromisos tempranos con el liberalismo clásico.

FINALMENTE, EL CAPITALISMOEn 1982 publicó su gran obra, El Espíritu del Capitalismo Democrático. Fue su ruptura total con el anti-capitalismo de la Izquierda –una ideología que él nunca había abrazado, pero ahora estábamos viendo el nuevo amanecer de la concienciación económica. Llegó a darse cuenta -y he aquí el punto crucial- que la libertad económica era una extensión de la libertad religiosa, una aplicación del derecho humano a asociarse, a crear, a inventar, a poseer y generalmente a disfrutar de la libertad.

Este libro impactó a sus viejos amigos. Parecía que él los había traicionado. Desde el punto de vista de Novak, la traición provenía del otro lado: ser un liberal significaba abrazar la libertad con confianza y no tan sólo en un área de la vida. Después de todo, cuando estamos hablando de economía, estamos hablando acerca de una porción gigantesca de la propia vida. Estamos hablando acerca del uso de la mente en un contexto material, que puede hacer la diferencia entre una vida buena y una mala, entre una población que prospera o una pobreza pulverizadora, entre el derecho dado por Dios para la creatividad o un sistema que asfixia a ese don. En resumen, él se había convertido en un liberal consistente en el sentido clásico.

En dicho contexto, empezó a celebrar a la empresariedad como un aspecto de la creatividad humana y a los negocios en sí como una especie de vocación, no diferente de otros llamados en la vida. Celebró la importancia de la productividad y de la riqueza como característica esencial de la buena vida. Luchó por la economía libre en contra de la sociedad planificada.

Sus escritos fueron tan poderosos en este tema, que llegó a influir en la propia enseñanza de la iglesia bajo el pontificado de Juan Pablo II. En esos años, escribió lo que llegó a convertirse en mi libro favorito entre los suyos y, de hecho, uno de mis libros favoritos de todos los tiempos: Personas Libres y el Bien Común (1988). Descansa fundamentalmente en una idea adelantada por Ludwig von Mises, en su libro de 1927, Liberalismo. Mises dijo que el liberalismo es la única teoría social que promueve el bien común, en oposición al bien de tan sólo uno o dos sectores de la sociedad. Novak utilizó esa idea e integró bellamente al capitalismo con el comunitarismo, dándonos una defensa de la libertad, con base en principios, como el mejor sistema para la prosperidad y la paz universal. Para mí, con este libro, Novak logró su máxima altura intelectual.

UNA Y MUCHAS

Siguieron otras notables contribuciones. En la década de 1990, vimos el primer fogonazo del punto de vista de que había un choque de civilizaciones en el mundo, de que Occidente estaba esencialmente opuesto a las inclinaciones culturales de otras partes del mundo y de que la libertad, tal como la conocemos, pertenece tan sólo a un grupo. Novak vislumbró el peligro de esta forma de pensar y respondió con un trabajo muy inspirador: Universal Hunger for Liberty: Why the Clash of Civilizations is Not Inevitable [Hambre Universal por la Libertad: Por qué el Choque de Civilizaciones no es Inevitable] (2004).

Es fascinante comparar este libro con su trabajo de 1972, Rise of the Unmeltable Ethnics [Surgimiento de la Etnicidad no Fundible], en donde abogó por los carismas de gentes en particular y su contribución a la diversidad de cualquier sociedad próspera. El universalismo de Novak, por tanto, no es acerca de imponer alguna forma sobre todo el mundo. Es acerca del derecho universal y del deseo en sí por la libertad, lo cual es, tal como él la vislumbra, una extensión de la naturaleza de la persona humana. ¿Cómo puede una sociedad única ser hogar de tal diversidad? La libertad incorpora instituciones que incentivan la paz de las comunidades, por medio del comercio y el intercambio, a la vez que permite que grupos desarrollen sus propias culturas.

En esto, estuvo sólidamente a favor del liberalismo clásico y en contra del surgimiento de la sociología del conflicto armado, tanto de la Izquierda como de la Derecha. Su perspectiva humana, llena de amor Cristiano y una rigurosa academia, soportarán la prueba de los tiempos. Nos deja un asombroso legado de creación literaria. En cuanto a mi opinión acerca de su biografía intelectual, espero que haya muchos más escritos y comentarios acerca de su vida y su influencia. Su voz hizo una enorme diferencia en el mundo, exactamente en la forma en que él tenía la esperanza de que lo fuera, tanto al inicio como al final.

Jeffrey Tucker es Director de Contenidos de la Fundación para la Educación en Economía [Foundation for Economic Education]. Es también oficial principal de la Libertad y fundador de Liberty.me, miembro honorario distinguido de Mises Brazil, compañero de investigación del Instituto Acton, consejero de política del Instituto Hearthland, fundador de la Conferencia CryptoCurrency, miembro de la junta editorial del Molinari Review, asesor del grupo constructor Factom de la aplicación blockchain y autor de cinco libros. Ha escrito 150 presentaciones de libros y muchos miles de artículos que aparecen en la prensa académica y la popular.