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Jorge Corrales Quesada
04/09/2017, 08:52
Posiblemente un buen consejo de un joven interesado en la lucha por la libertad a través de las ideas y de la evidencia acerca de sistemas económicos fracasados.

CÓMO NO LUCHAR CONTRA IDEAS PUTREFACTAS

Por James Walpole
Fundación para la Educación Económica
Sábado 29 de julio del 2017

En estos tiempos, jóvenes impresionables están recolectando las peores ideas. Vaya a la mayoría de las ciudades universitarias y usted encontrará ideologías no demasiado diferentes del socialismo de la izquierda y no muy distintas del fascismo de la derecha.
Esta generación no es especialmente mala en cuanto a seguir malas ideas. Como la mayoría de los jóvenes, estamos motivados por la novedad y el propósito y la aventura. En ausencia de mejores opciones, encontraremos las peores posibles rutas intelectuales para conseguir esas cosas.

Somos afortunados en tener muchos grandes oponentes intelectuales del fascismo y del socialismo, quienes nos dicen la verdad. Pero, algunas veces es difícil decir que la gente que (debería) conocer más, está haciendo un buen trabajo en cuanto a combatir la atracción de esas ideologías.

La gente que debería conocer más, asume que ideologías como el socialismo y el fascismo siempre hacen que la gente las rechace con disgusto. La evidencia sugiere otra cosa. Las ideas podridas parecen venir reempaquetadas en colores brillantes para cada generación y cada generación parece sufrir otra voltereta sangrienta en la malvada rueda ideológica.

Junto con alternativas buenas e inspiradoras, los buenos argumentos en contra son una de las formas más importantes para frenar el crecimiento de las ideologías podridas. Los sistemas totalitarios y autoritarios usualmente están corrompidos moral e intelectualmente, pero es difícil saberlo sino es hasta que alguien señala una contradicción.

El camino hacia adelante parece ser bastante claro. Pero, ¿cuál es el mejor contra-argumento que usted ha visto recientemente, por parte de oponentes a las corrientes principales de autoritarismo? Rara vez se halla una refutación sólida. En vez de ello, a la gente joven se le dice que las ideas del socialismo y del fascismo son “peligrosas,” “inaceptables,” o “malévolas.” En otras palabras, simplemente se nos dice que las evitemos, sin mucha razón del por qué.

Esto es el equivalente de pedirles a jóvenes pensadores que entierren sus cabezas en la arena. Es una de las peores cosas que los intelectuales pueden hacer para impedir el retroceso hacia nuevas formas de las mismas viejas ideas putrefactas.

Por supuesto que el fascismo y el socialismo y cosas similares son peligrosas e inaceptables. Pero, hemos repetido más de lo necesario en este tema de que la idea “X es peligrosa e inaceptable” y la gente joven continúa moviéndose hacia la extrema izquierda y a la extrema derecha.

Eso no debería de sorprendernos. Después de todo, ¿qué hay acerca de llamar una idea “peligrosa e inaceptable”, para que, en la realidad, la haga menos atractiva para jóvenes intelectuales osados?

Llamar a una idea peligrosa es confesar que usted le teme. Es también confesar que usted no sabe cómo contradecirla con buenos argumentos. Es suponer que las ideas están fuera de límites. Usted se dará cuenta de que ésta no es una buena estrategia, si se acuerda que el fruto prohibido es un manjar favorito de los humanos. Con la total bancarrota de las opciones políticas de la corriente principal, gritos de advertencia de “peligro” o llamados hacia la corrección política, no harán que la gente joven no abrace ideas podridas.

Hannah Arendt nos mostró la banalidad de los seres humanos en su perfil de un nazi como Adolf Eichmann. ¿Qué tal si nosotros mostráramos a las personas -en especial jóvenes- la banalidad de las ideas autoritarias y totalitarias? Después de todo, estas ideologías no son nada realmente nuevo en la historia humana. Son acerca del mismo viejo crimen y manipulación y esclavitud, que no nos han llevado a lugar alguno durante miles de años.

Todos sabemos que ideas como estas serían mejor si estuvieran muertas. Pero, necesitamos mejores maneras de contrarrestarlas que con tan sólo llamados al temor y al trauma y a la vergüenza social. Si limitamos nuestras críticas al fascismo o al socialismo a simplemente llamarlos “peligrosos,” tan sólo estimulamos que la gente joven piense mejor acerca de lo que queremos criticar.

HAY UNA MEJOR MANERAAl surgir nuevas formas de maldad, y sí, “peligrosas,” tenemos que explorarlas más a fondo, desafiarlas más abiertamente y brindar alternativas reales. Podemos seguir el consejo de Friedrich Hayek. Podemos hacer de la prosecución de alternativas justas, el llamado bueno, poderoso e incluso “peligroso e inaceptable,” cual es que:

“Debemos hacer de la edificación de una sociedad libre una vez más una aventura intelectual, un acto de coraje... A menos que podamos hacer de los fundamentos filosóficos de una sociedad libre una vez más un tema intelectual de vida, y su implementación una tarea que desafía al ingenio e imaginación de nuestras mentes más brillantes, los prospectos de la libertad serían en efecto oscuros. Pero, si podemos recobrar esa creencia en el poder de las ideas, que en el mejor de los casos fue la marca del liberalismo, la batalla no está perdida.”

Reimpreso de jameswalpole.com (https://www.jameswalpole.com/dangerous-ideas/)

James Walpole es un joven escritor, un mercadólogo de empresas que se inician, explorador intelectual y aprendiz perpetuo. Escribe regularmente en jameswalpole.com (http://jameswalpole.com/).