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Jorge Corrales Quesada
03/09/2017, 17:07
Sigo en mi esfuerzo por explicar cómo el comercio internacional beneficia a todas las partes que libremente se involucran en él y cómo el proteccionismo daña a todos los que lo proponen como solución para evitar la pérdida de empleos en la economía debido a las importaciones. Por ello con gusto les traduzco este artículo de Donald J. Boudreaux.

LAS IMPORTACIONES GENERAN EMPLEOS Y LOS DÉFICITS COMERCIALES NO IMPORTAN
Por Donald J. Boudreaux
Foundation for Economic Education
31 de enero del 2017

En su libro de 1985, Competing Visions, Richard McKenzie ofreció el siguiente argumento en contra de las restricciones al comercio:

“Los proponentes del proteccionismo sostienen que la protección a las importaciones de hecho sirve al interés público, porque, por medio de aquella, se salvan empleos. Aun cuando podemos estar de acuerdo con que la protección puede salvar empleos en las industrias protegidas, no podemos concluir (tal como lo hacen incorrectamente los proteccionistas) que las importaciones obligan a que haya una contracción en las oportunidades totales de empleo en el país. No debemos olvidar que aquellos países, tales como el Japón, quieren que se les paguen sus exportaciones con algo que nosotros producimos. Como resultado, las importaciones, que con certeza destruyen empleos en el sector interno que también las produce los bienes importados, provocan un aumento de las exportaciones, que, con igual certeza, crean empleos. Es más, el ingreso real más alto de este país (y el de otros países), que surge de un comercio internacional abierto, debería agregar a la demanda de bienes y servicios de los Estados Unidos, simplemente porque un ingreso real más alto se traduce en un mayor poder adquisitivo, para todos los socios comerciales.”

No es una buena objeción responder que el déficit de la cuenta corriente (o “déficit comercial”) de los Estados Unidos, significa que los extranjeros no nos compran tanto como les compramos a ellos. En primer lugar, la inversión que los extranjeros hacen en los Estados Unidos (y lo cual incrementa el déficit comercial de los Estados Unidos) también típicamente involucra una demanda de insumos de los Estados Unidos, incluyendo mano de obra. Cuando, por ejemplo, Ikea pone una tienda en Dale City, Virginia, con ese proyecto se da empleo a trabajadores y a suplidores de insumos de los Estados Unidos.

En segundo lugar, los extranjeros ahorran e invierten por las mismas razones por las cuales usted ahorra e invierte. Y crucial en estas razones está el deseo de incrementar el consumo futuro. Tal como un estadounidense, un no-estadounidense puede escoger entre gastar hoy todo su ingreso en artículos de consumo o ahorrarlo e invertir todo ese ingreso o parte de él, con la esperanza de poder consumir mañana más de lo que mañana podría consumir, si no hubiera ahorrado e invertido todo su ingreso o parte de él.

De manera que, simplemente, es incorrecto interpretar un déficit comercial como si desaprobara el señalamiento del economista, de que los extranjeros nos venden para poder comprarnos. El hecho de que algo de ese comprar de nosotros bienes de consumo se retrase hasta el futuro, no es un problema mayor para nosotros, al igual que como lo es el hecho de que, cuando usted ahorra, algo de su comprar bienes de consumo en la economía doméstica, se vea retrasado hasta el futuro.

Que conste, deseo agregar que el mejor mundo posible para nosotros, sería uno en donde los extranjeros voluntariamente se hicieran esclavos nuestros, usando su propia mano de obra y recursos para producir para nosotros flujos de bienes y servicios valiosos, por los cuales, ellos, esos extranjeros productivos, en verdad no buscan de nosotros algo a cambio. Tal situación sería para nosotros, como nación, ¡parecido a ganar una especie de una maravillosa lotería universal!

Ay de mí, los extranjeros no están interesados en empobrecerse ellos mismos, a cambio de nuestro enriquecimiento, tal como nosotros no estamos interesados en empobrecernos, por nosotros mismos, para el enriquecimiento de aquellos… Ante lo cual, rápidamente debo agregar algo más, cual es que, debido a la extendida ignorancia acerca de la economía y a la habilidad de los políticos hambrientos de poder para aprovecharse de esa ignorancia, muchas de las políticas gubernamentales de la realidad -tales como las “políticas comerciales” actualmente propuestas y proseguidas por un presidente de los Estados Unidos que es económicamente ignorante- de hecho empobrecen a los ciudadanos de este país, a la vez que, algunas veces, enriquecen a los ciudadanos de países extranjeros.

Reimpreso de Cafe Hayek

Donald Boudreaux es compañero sénior del Programa F. A. Hayek de Estudios Avanzados en Filosofía, Política y Economía del Mercatus Center de la Universidad George Mason; es miembro de la Junta Directiva del Mercatus Center, profesor de Economía y ex director del departamento de economía de la Universidad George Mason y ex presidente de la Foundation for Economic Education.