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Jorge Corrales Quesada
28/08/2017, 23:12
Por Jorge Corrales Quesada

En estos días -escribo esto el 8 de mayo del 2017- se ha dado a conocer un vulgar comportamiento en la Municipalidad de Pococí, en donde una alcaldesa, quien no vigiló bien la situación, fue engañada por el dirigente sindical de esa entidad, el cual, con “una estrategia de silencio” le ocultó la fecha de vencimiento de la convención colectiva, para lograr que una serie de privilegios ostentosos se mantuviera en vigencia por más tiempo. El relato puede verse en La Nación del 8 de mayo, en un artículo titulado “Sindicato engañó a alcaldesa para mantener beneficios: Líder de gremio en Municipio de Pococí confesó treta ante Concejo.” [Nota súbita: al escribir “treta” en el párrafo anterior, inicialmente digité “teta’, pero, en realidad, casi que son sinónimos en este caso: una treta para mantener la teta.]

En sencillo, con una movida vergonzosa, producto, tal como lo asevera el líder sindical, del hecho de que “Fue Dios quien quiso que por ese silencio que mantuvimos por esos tres meses, la convención colectiva se renovara de forma automática,” no hay duda que el diablo se trata de meter en las cosas de Dios. Veamos algunos de los privilegios que “Dios” les ayudó a conservar: además del aumento de salarios de un 3.5 por ciento ya aprobado por el Consejo Municipal, otro de un 3%. Es obvio que, sumados ambos e incluso cada uno por separado, es superior al aumento de la inflación acumulada a diciembre del 2016, que fue de menos de un uno por ciento (0.77%). Otro privilegio de la convención mantenido subrepticiamente, es una jornada laboral de 6 horas efectivas de trabajo (yo creía que lo normal eran 8 horas); así como que por las incapacidades se pague el 100% del sueldo. (De hecho, el patrono paga un 50% por los primeros tres días de incapacidad y del cuarto en adelante, el pago lo hace la Caja en un 60%). Finalmente, feriado o no, con la convención la jornada de fin de semana se paga doble.

Esta lucha por privilegios se da también en las mejores familias. Por ejemplo, según un artículo de La Nación del 23 de marzo, que lleva por título “Reforma no impide 3.000 pensiones de lujo en la Corte: Funcionarios con 20 o más años de labores podrán acogerse al beneficio,” la propuesta de los magistrados y empleados judiciales para reformar su régimen de pensiones abre un portillo para tal beneficio extraordinario. Y en este caso, afortunadamente, nadie señala que media la mano de Dios para conservar privilegio alguno...

Recordemos que se estima, por parte de la Universidad de Costa Rica, que el sistema de pensiones del Poder Judicial tiene un déficit de ₡ 5.3 billones. También que la Superintendencia de Pensiones (SUPEN) presentó un proyecto que, si bien elevaría las cotizaciones, hace que los ciudadanos tengamos que seguir aportando para esas pensiones un monto sustancial anual (₡ 1.3 billones). Tal plan fue rechazado por diputados del FA y de Liberación ante presión de los gremios judiciales, sin duda que movidos por simples cálculos electorales.

Resulta que los proyectos presentados por los magistrados y los trabajadores judiciales permiten, “por medio de un artículo transitorio, que quienes tengan 20 años o más de cotizar para el sistema, mantengan sus condiciones actuales para retirarse”. Así, mantendrán el beneficio de la pensión con el promedio de los salarios de los últimos dos años, sin tope alguno, al cumplir con los 30 años de cotizaciones.

Anteriormente, en 1993, la Sala Constitucional había señalado que, en el caso de reformas a pensiones, se mantendrían las condiciones vigentes por 18 meses más, a fin de no dañar a personas que pronto se pensionarían.

Ciertamente hay una diferencia clara entre los casos del engaño en la Municipalidad de Pococí y la propuesta -transitorio de privilegio incluido- que hacen los magistrados y los empleados judiciales. Pero, tienen en común un desprecio elemental a quienes con sus contribuciones impositivas pagan esos privilegios: toda la ciudadanía, en el caso del sistema judicial, y los contribuyentes al erario municipal en el caso de Pococí. Es de ahí de donde en última instancia sale la plata para pagar los diversos privilegios.

Publicado en mis sitios de Facebook, jorge corrales quesada y Jcorralesq Libertad, el 8 de junio del 2017.