Jorge Corrales Quesada
28/08/2017, 18:19
Por Jorge Corrales Quesada
Una auditoría externa llevada a cabo al Fondo de Subsidios para la Vivienda (FOSUVI), programa del Banco Hipotecario de la Vivienda (BANHVI) y encargado de tramitar el subsidio estatal a la vivienda para gente supuestamente de bajos recursos sin capacidad para adquirirla, suministró una información sumamente inquietante al tratarse del uso de recursos públicos.
La Nación del 3 de marzo, publica su artículo “BANHVI ignora cómo se gastaron ₡32.000 millones para bonos: Ausencia de liquidaciones dificulta verificar buen uso de fondos,” con base en el resultado de una auditoría externa de la firma de contadores públicos Lara Eduarte, con corte al cierre del 2015.
FOSUVI traslada los fondos del BANHVI a diversas entidades financieras -bancos, mutuales, cooperativas y fundaciones- para que ellas financien la vivienda de familias de bajos recursos. De acuerdo con la información, el FOSUVI ha trasladado alrededor de ₡65.000 millones al menos desde los años de la década de los noventas (se señala que se giraron ₡1.222 millones antes de 1994) hasta fines del 2015. La mayoría de los proyectos entre el FOSUVI y las entidades financieras “caducó entre el 2008 y el 2015”. De acuerdo con el ministro de vivienda, don Rosendo Pujol, es la primera vez en que se hace una auditoría del FOSUVI, desde que el BAHNVI fue fundado en 1986, lo cual a todas luces, parece increíble que montos de recursos públicos tan elevados y de los que se dispusieron, no hayan sido objeto previo de una auditoría en cuanto su efectiva y eficiente utilización.
El hallazgo más notable, en mi opinión, consignado en el informe del auditor externo, es que, de los ₡65.000 millones entregados, el FOSUVI “no ha liquidado ₡32.000 millones transferidos a entidades financieras,” a fin de que los prestaran a terceros, “mediante contratos cuyos plazos de ejecución ya expiraron,” entre el BANVI y los entes financieros. Esto es, no se han brindado cuentas exactas del uso de esos recursos -es mi interpretación de la palabra contable “liquidar”- en un 49% de los fondos que se prestaron para bonos para ser usados en la adquisición de vivienda.
Señala la auditoría externa que esa ausencia de liquidaciones se debe a razones tales como problemas administrativos dentro del FOSUVI, al igual que “atrasos con permisos municipales, de agua, luz o problemas con la escritura de las propiedades.”
Evidentemente, si hubiera existido una gestión administrativa eficiente, tales cosas no tendrían por qué suceder, e incluso, más allá de la ineficiencia por razones internas, ante esos “factores externos”, pues, tal vez, no deberían de haberse otorgado los recursos, sino hasta que estuvieran debidamente aprobados todos los permisos y requisitos necesarios para que los proyectos se pudieran finiquitar. El hecho esencial es que, a partir de los señalado el informe de la auditoría externa, si se ignora formalmente todo lo que ha sucedido con esos recursos, cualquier cosa, buena o mala, puede haberse presentado. La autoridad del ministerio de vivienda, además de la ya frecuente explicación, de que fue en otros gobiernos cuando se dieron esos descuidos, debe reconocer que, también, ello se da en esta administración, la cual inició sus tareas en el 2014 y el informe del auditor externo alcanza hasta finales del 2015.
Es posible, como dice el señor Pujol, que “los proyectos están ahí, las viviendas están ahí, las familias están ahí,” pero, si no se ha dado una liquidación formal, no es posible afirmar de parte de la entidad responsable dependiente de su ministerio, el FOSUVI, que todo eso es verdadero, real. Es más, no sólo no se sabe si son familias pobres o bien vivazos que se aprovechan del subsidio del estado (esto es, de parte de todos los costarricenses), al igual que tampoco si los agentes contratados para prestar los fondos de FOSUVI lo han hecho debida y plenamente, incluso si ejecutaron a plenitud todo lo que se les entregó y que no haya aún platas dando vueltas. Supongo que una liquidación debería de indicar todos estos detalles y tal liquidación no parece existir.
Es bueno aprovechar la oportunidad de este informe del auditor externo para mejorar las cosas, pero debe de aprenderse que, si no hay rendición plena, clara y oportuna de cuentas, una liquidación de verdad, acerca de lo hecho con los recursos públicos, cualquier cosa es posible.
Publicado en mis sitios de Facebook, jorge corrales quesada y Jcorralesq Libertad, el 27 de abril del 2017.
Una auditoría externa llevada a cabo al Fondo de Subsidios para la Vivienda (FOSUVI), programa del Banco Hipotecario de la Vivienda (BANHVI) y encargado de tramitar el subsidio estatal a la vivienda para gente supuestamente de bajos recursos sin capacidad para adquirirla, suministró una información sumamente inquietante al tratarse del uso de recursos públicos.
La Nación del 3 de marzo, publica su artículo “BANHVI ignora cómo se gastaron ₡32.000 millones para bonos: Ausencia de liquidaciones dificulta verificar buen uso de fondos,” con base en el resultado de una auditoría externa de la firma de contadores públicos Lara Eduarte, con corte al cierre del 2015.
FOSUVI traslada los fondos del BANHVI a diversas entidades financieras -bancos, mutuales, cooperativas y fundaciones- para que ellas financien la vivienda de familias de bajos recursos. De acuerdo con la información, el FOSUVI ha trasladado alrededor de ₡65.000 millones al menos desde los años de la década de los noventas (se señala que se giraron ₡1.222 millones antes de 1994) hasta fines del 2015. La mayoría de los proyectos entre el FOSUVI y las entidades financieras “caducó entre el 2008 y el 2015”. De acuerdo con el ministro de vivienda, don Rosendo Pujol, es la primera vez en que se hace una auditoría del FOSUVI, desde que el BAHNVI fue fundado en 1986, lo cual a todas luces, parece increíble que montos de recursos públicos tan elevados y de los que se dispusieron, no hayan sido objeto previo de una auditoría en cuanto su efectiva y eficiente utilización.
El hallazgo más notable, en mi opinión, consignado en el informe del auditor externo, es que, de los ₡65.000 millones entregados, el FOSUVI “no ha liquidado ₡32.000 millones transferidos a entidades financieras,” a fin de que los prestaran a terceros, “mediante contratos cuyos plazos de ejecución ya expiraron,” entre el BANVI y los entes financieros. Esto es, no se han brindado cuentas exactas del uso de esos recursos -es mi interpretación de la palabra contable “liquidar”- en un 49% de los fondos que se prestaron para bonos para ser usados en la adquisición de vivienda.
Señala la auditoría externa que esa ausencia de liquidaciones se debe a razones tales como problemas administrativos dentro del FOSUVI, al igual que “atrasos con permisos municipales, de agua, luz o problemas con la escritura de las propiedades.”
Evidentemente, si hubiera existido una gestión administrativa eficiente, tales cosas no tendrían por qué suceder, e incluso, más allá de la ineficiencia por razones internas, ante esos “factores externos”, pues, tal vez, no deberían de haberse otorgado los recursos, sino hasta que estuvieran debidamente aprobados todos los permisos y requisitos necesarios para que los proyectos se pudieran finiquitar. El hecho esencial es que, a partir de los señalado el informe de la auditoría externa, si se ignora formalmente todo lo que ha sucedido con esos recursos, cualquier cosa, buena o mala, puede haberse presentado. La autoridad del ministerio de vivienda, además de la ya frecuente explicación, de que fue en otros gobiernos cuando se dieron esos descuidos, debe reconocer que, también, ello se da en esta administración, la cual inició sus tareas en el 2014 y el informe del auditor externo alcanza hasta finales del 2015.
Es posible, como dice el señor Pujol, que “los proyectos están ahí, las viviendas están ahí, las familias están ahí,” pero, si no se ha dado una liquidación formal, no es posible afirmar de parte de la entidad responsable dependiente de su ministerio, el FOSUVI, que todo eso es verdadero, real. Es más, no sólo no se sabe si son familias pobres o bien vivazos que se aprovechan del subsidio del estado (esto es, de parte de todos los costarricenses), al igual que tampoco si los agentes contratados para prestar los fondos de FOSUVI lo han hecho debida y plenamente, incluso si ejecutaron a plenitud todo lo que se les entregó y que no haya aún platas dando vueltas. Supongo que una liquidación debería de indicar todos estos detalles y tal liquidación no parece existir.
Es bueno aprovechar la oportunidad de este informe del auditor externo para mejorar las cosas, pero debe de aprenderse que, si no hay rendición plena, clara y oportuna de cuentas, una liquidación de verdad, acerca de lo hecho con los recursos públicos, cualquier cosa es posible.
Publicado en mis sitios de Facebook, jorge corrales quesada y Jcorralesq Libertad, el 27 de abril del 2017.