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Jorge Corrales Quesada
28/08/2017, 11:25
Por Jorge Corrales Quesada

No hay cosa más sabrosa que recetarse jugosos aumentos de sueldos, cuando es otro el que paga la cuenta: en este caso, la ciudadanía. Por ello, como los beneficiados no son quienes los tienen que pagar de sus bolsillos, ha surgido un pleito interno en la Universidad de Costa Rica en cuanto al aumento salarial para el 2017. La rebatiña en torno a este aumento está entre uno mayor que la inflación y otro que es muchísimo más alto que esa inflación. Para conocer acerca de qué estoy hablando, basta con leer el artículo de La Nación del 21 de diciembre pasado -que posiblemente pasó sin mayor notoriedad por las festividades de la época- titulado “UCR tendrá alza salarial de 3%; SINDEU pide más: Ajuste para 2017 provoca enfrentamiento.”

Entendamos las cosas: la inflación en el 2016 fue de 0.77% -menos de un uno por ciento en el año- sin embargo, el aumento de salarios que se dio en la UCR fue de un 3% (me imagino que aparte de los consabidos pluses). Pero el Sindicato de la Universidad de Costa Rica (SINDEU), pidió que fuera de un 4%. Para el 2017, de acuerdo con información brindada por el rector interino, señor Carlos Araya, el aumento para el 2017 será de un 3%. Resulta que esta última cifra es la tasa de inflación que el Banco Central de Costa Rica estima para este año, por lo que, si la inflación fuera superior a ese 3%, la UCR “reconocerá la diferencia,” según se nos anuncia.

En síntesis, al menos durante estos dos años, los empleados de la UCR habrán recibido aumentos salariales (de nuevo, dejando de lado a los privilegiados pluses) superiores a la inflación -en el 2016- e iguales en el 2017.

No obstante, el sindicato SINDEU no sólo pidió un aumento mayor en el 2016, sino que ahora, en el 2017, sucede lo mismo. Voracidades aparte, ¿cuál es la explicación para ello de parte del sindicato? Sencilla. La de siempre: porque algún acuerdo -obviamente sin que hayamos tenido que ver con él ni usted ni yo- les otorga un privilegio. Veamos: para el 2016, con una inflación de 0.77%, la UCR les dio un 3% y el sindicato pidió que fuera de un 4%. Para el 2017, la UCR definió un aumento de un 3%; la inflación estimada es de ese 3% y el sindicato pide un aumento del 4.2%.

¿Cómo es que cae ese maná del cielo salarial? Porque los ciudadanos, por decisión del estado, tenemos que pagar por un Fondo Especial para la Educación Superior (FESE), de donde sale mucho del pago de esos salarios. De hecho, tal monto ascendió en el 2016 a ₡443.120 millones (casi no caben los ceros). Luego, aumentó en un 8,6% para el año 2017 (con una inflación de sólo el 0,77%), hasta llegar a ₡478.570 millones. (Casi un 1.4% del valor total de la producción de los costarricenses (PIB) estimado para el 2017).

Pero vean el privilegio: de acuerdo con Rodrigo Aymerich, secretario de resolución de conflictos del SINDEU, el sindicato está en contra del aumento del 3% propuesto por la UCR, porque va en contra de la convención (colectiva), por la cual la mitad del aumento del FESE (que para este año es de un 8.4%) debe ser para aumentar los salarios; o sea, que “el incremento para el mes de enero, por ley, es de un 4.2%”, de acuerdo con el sindicato. ¡Aleluya! Así usamos la plata que paga la ciudadanía… y que ahora cae del cielo para el sindicato…

Este reclamo no es nuevo y por ello dice el sindicato que volverá al Tribunal Contencioso Administrativo, pues en el 2016 -¿se acuerdan que hubo una inflación del 0.77% y que aun así se les aumentó el salario en un 3%?- ellos pidieron que debería de haber sido de un 4%, por esa misma razón de que el aumento de salarios debería de ser la mitad del aumento del aumento que se otorgó al FESE en aquel entonces.

Es evidente que, por tan “pequeña” razón, cuando se habla de la importancia de reducir ese enorme aporte de la sociedad a las universidades públicas, en el marco de las penurias fiscales por las que pasa el país, ese gremio lanza, o amenaza con hacerlo, sus huestes a la calle, siempre alegando como razón el que haya “justicia social.” No dudo que lo será para sus sueldos desproporcionados, pero no es justo para una sociedad cuyos ciudadanos tienen ingresos promedios mucho menores e incluso muy lejos de recibir las pensiones de lujo y otros privilegios que abundan en tal universidad.

Publicado en mis sitios de Facebook, jorge corrales quesada y Jcorralesq Libertad, el 6 de febrero del 2017.