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Jorge Corrales Quesada
15/05/2016, 13:27
EL ESTADO INEFICIENTE-FALSAS EXCUSAS DE SU INCAPACIDAD
Por Jorge Corrales Quesada

No hay duda de que siempre que se trata de gastar la plata que no es propia, es muy fácil hallar razones para así hacerlo. Y ocasionalmente uno encuentra justificaciones que más bien irritan por la osadía con que se actúa. En La Nación del 5 de octubre aparece un artículo esclarecedor del tema, bajo el título “MOPT engrosa su planilla por dificultad para realizar obras: Ministerio contratará a 108 trabajadores el año entrante.”
De acuerdo con dicha información, harán dichas contrataciones “para sacar adelante decenas de proyectos de infraestructura pendientes”, que rondan un monto de $3.065 millones. Agrega el medio que “las nuevas contrataciones representan un aumento del 3% en la planilla total del MOPT, la cual es de 3.512 funcionarios.”
Se planea la contratación de “20 ingenieros civiles, 12 operadores de maquinaria, siete abogados, cinco topógrafos y dos sociólogos. También se incluyen economistas, ingenieros industriales, asistentes de topógrafos, oficinistas, administradores y choferes, entre otros”. Bueno, de todo… Se estima que el costo de esa contratación será adicional será de “más de ₡1.183 millones anuales.”
Aquí hay varias cosas. La primera de ellas es que, tal vez, muchas de esas labores podrían ser contratadas externamente, sin tener que ser ejecutadas por empleados propios. En tal caso, se contrataría por una sola vez, mientras que, si se contrata más personal estatal, sucedería igual que pasó en la administración Arias, con el Plan Escudo, en lo que respecta a la mano de obra: todavía están allí, en el gobierno, a pesar de que muchos deberían de haber sido contratados tan sólo para sobrepasar la crisis del 2008-2009, pero aún hoy continúan allí, en la planilla. A esta fecha los seguimos pagando y tenemos, en parte por cosas como esas, un déficit gubernamental sumamente elevado y con posibilidades de que crezca aún más.
En segundo lugar, ese monto no será tan sólo de ₡1.183 en este año, sino que, al ser contratados permanentemente, devengarán ese monto “eternamente” y posiblemente más con los derechos a anualidades, entre muchas otras cosas que ya conocemos. Además que el aumento en el gasto público no es sólo por salarios, sino que ese empleado nuevo requerirá de equipos, oficinas, teléfonos, viáticos para giras, vehículos, horas extras tal vez, entre muchas otras cosas que vienen asociadas cada vez que se aumenta el personal.
En tercer lugar, como bien lo apunta don Ricardo Castro, presidente del Comité de Infraestructura de la Cámara Costarricense de la Construcción, ante el problema de ineficiencia del MOPT, la propuesta no debería de ir por la vía de aumentar el personal: “No es un problema de esta administración o de falta de personal, es un asunto estructural que arrastra desde hace muchísimos años.” Recordemos que este mismo gobierno había anunciado una restructuración del MOPT y del CONAVI, que no redundaría en un mayor empleo sino en un uso más eficiente del personal del cual ya se disponía. Ya vamos viendo que eso no va a ser así y la solución de la ineficiencia del MOPT ahora se centra en contratar más personal. Uno no entiendo cómo no puede reasignarse personal de muchas partes de la estructura MOPT-CONAVI que no parece ser utilizado eficientemente, tal como se haría en una empresa privada. Más bien la propuesta es la de siempre en el sector público: que supuestamente para poder hacer más de lo que se requiere es tener más plata y más personal. No existe una idea de administrar mejor los recursos escasos, sino de echar más agua a la sopa.
En cuarto lugar, y algo que a mí personalmente me exaspera, es la ligereza con que el vice ministro de egresos interino de Hacienda, señor Roberto Jiménez, se refiere en cuanto a que toda esa nueva contratación de más gente no va a implicar costos adicionales para el país, pues ya había fondos en el presupuesto correspondiente. Así lo señala: “Instituciones como el MOPT lo que hicieron fue ahorrar en otras áreas para así poder usar los recursos en personal, sin que su presupuesto global aumente tanto.” Lo que uno no podría esperar es que, en épocas de crisis económicas de elevada magnitud como la actual, al menos en lo referente al exceso de gastos sobre ingresos que experimenta el gobierno, se hiciera esfuerzos de ahorro, producto de un mejor uso de los recursos que se disponen, al tiempo que se logra un mayor rendimiento en las tareas. Ese es el significado de ahorrar plata: no de gastarla en alguna otra cosa, sino en disminuir el gasto. Ante supuestos problemas para realizar esas obras, no se debería necesariamente gastar los recursos ahorrados en ello, sino mediante una mejor utilización de los recursos existentes. Con esa filosofía del vice ministro interino, lo apropiado es dejar de gastar en algo para hacerlo luego en alguna otra cosa, cuando el esfuerzo debería de dirigirse más bien a “dejar de gastar tanto como antes.”
Además, entre los economistas tenemos muy claro el concepto de costo de oportunidad, que es aquel costo en que se incurre cuando, al hacer algo, se deja de hacer alguna otra cosa. Por ejemplo, si hago un hospital, uso recursos que ya no podré usar en construir una escuela. Por ello, cuando se hace algo, se debe pensar en el costo de lo que se podría haber hecho. Al haber dejado de gastar tanto como antes, se logra un ahorro, que, en momentos en que se amenaza a la ciudadanía con una avalancha de impuestos, coadyuvaría a disminuir el elevad déficit gubernamental. Ese es un buen uso alternativo de esos fondos públicos.
Uno duda de ciertas cosas cuando ve la eficiencia comparativa de los avances de las empresas privadas, en donde esencialmente no media el estado. Por ello, me abstengo del caso de empresas privadas que le brindan el servicio al estado, que muchas veces se atrasan sin que exista una actitud de vigilancia en el cumplimiento de parte del estado (simplemente porque son costos en que no incurre la empresa privada, sino que, más bien, probablemente verá ampliarse su contrato). Pero ahora el argumento parece ser que ni siquiera tienen el personal necesario para hacer esas tareas esenciales en la construcción de esos proyectos de carreteras. ¿No son suficientes los 3.512 funcionarios para que con ellos puedan lograr concluir esas obras necesarias? ¿Se requiere de sociólogos y economistas y de oficinistas y de choferes y hasta de ingenieros, pudiendo tal vez usarse los que han sobrado de la platina? Parece que es que el MOPT sirve para pocas cosas, incluso no para supervisar todo lo relacionado con la construcción apropiada de las vías, tal como bien lo señala el señor Castro, de la Cámara de Construcción. Por ello, en su momento vimos con interés la supuesta eliminación del CONAVI mediante su fusión con el MOPT, y la consecuente reingeniería, pero vemos que la solución elegida no es la de quitar lo que no funciona y, tal vez, trasladarlo a posiciones más productivas (y, si aun así no sirven, pues a despedirlos), sino, por el contrario, contratar más personal y dejar de lado cualquier ahorro de recursos.
Publicado en mis sitios en Facebook, jorge corrales quesada y Jcorralesq Libertad, el 05 de marzo del 2016.