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Jorge Corrales Quesada
15/05/2016, 12:42
DATOS ACERCA DE LA POBREZA EN EL MUNDO
Por Jorge Corrales Quesada
Prefiero acudir a comentarios basados en datos, en vez de acudir a una palabrería
sensiblera que busca apelar a los sentimientos básicos de las personas, sin brindar
ningún argumento razonable, sino más bien excitar la emoción de las personas que los
leen o los escuchan.
Haré mi exposición en dos partes. La primera, que presento hoy, lo es en relación con
el tema de la pobreza, en donde el mantra de los anticapitalistas es que el capitalismo
más bien ha aumentado la pobreza en el mundo. La segunda, que presentaré mañana,
se referirá a otro de esos cuentos, cual es que el capitalismo ha generado una
creciente concentración del ingreso en cada vez menos personas; esto es, que el
capitalismo ha impulsado la concentración del ingreso.
INTRODUCCIÓN
Haré un par de definiciones para tratar correctamente los asuntos y no hacer
deliberadamente una mescolanza impropia entre pobreza y una distribución del ingreso
altamente concentrada. Note que no digo que no exista relación entre ellos, sino que
prefiero separarlos en mis comentarios porque así es mejor ver una faceta de la
pobreza en términos del ingreso per cápita y la otra en la forma en que se distribuye el
producto entre los individuos.
Hago mío la idea que transcribe Pedro Schwartz, “’Si bien la pobreza, la desigualdad y
el crecimiento son tres formas distintas de mirar al mismo objeto (la distribución del
ingreso), los investigadores tradicionalmente han analizado a los tres de forma
separada. El crecimiento (del PIB per cápita) usualmente se relaciona con el cambio
porcentual de la media de la distribución. La pobreza se refiere a la parte integral de la
distribución a la izquierda de una línea particular de pobreza. La desigualdad trata de la
dispersión de la distribución.’ (Tomado de Maxim Pinkovskiy y Xavier Sala-i-Martin,
Parametric Estimations or the World Distribution of Income, Cambridge, Mass.: National
1
Bureau of Economic Research (NBER), Working Paper Series 15433, octubre del 2009,
p. 2).) Por tanto, las tres preguntas deberían de verse como componentes de una
pregunta central acerca de la mejoría del bienestar humano. Déjenme decirles que,
cuando leí este pasaje, para mí fue, en ese momento, un ¡eureka!” (Pedro Schwartz,
Poverty and Inequality, Library of Economics and Liberty, 7 de abril de 2014). Entendida
esta relación, es conveniente para mi exposición analizar primero el tema de la pobreza
y luego el de la distribución del ingreso.
Se ha hablado del capitalismo como promotor de la concentración del ingreso y de
mantener cada vez más pobres en el mundo. De entrada voy a hacer una explicación
conceptual de diferencia que hay entre una extrema distribución desigual y la pobreza,
aunque haya una relación entre ellos. Empiezo por definir lo que es pobreza, esa de la
cual hablan cuando dicen que el número de pobres “ha aumentado” debido al
capitalismo. La medición internacionalmente aceptada de un nivel de pobreza es de $1
al día; esto es, $365 al año. El Banco Mundial señala que “en última instancia es un
monto arbitrario” en mucho por la naturaleza multifacética de la pobreza (la pobreza del
alma de ciertos millonarios, pongo por ejemplo). Pero “para las comparaciones
internacionales (que es lo que se ha estado pretendiendo en ciertos comentarios en
Facebook, que estimularon estos dos míos) el estándar de $1 al día es útil.” (World
Bank, Introduction to Poverty Analysis, Basic Poverty Measurement and Diagnostic
Course , Chapter III: poverty line, p. 42). Posteriormente daré datos con las fuentes
correspondientes, de la enorme reducción que ha habido en la cantidad de personas
pobres de acuerdo con diferentes líneas de pobreza, reducción no sólo en términos
relativos con respecto a la población total, sino que también en números absolutos.
Otros estudiosos del tema, como, por ejemplo, Surjit Bhalla, prefieren un estándar de
$1.50 al día ($547.50 al año), debido a que él considera que esta segunda definición de
línea de pobreza incorpora mejor la tendencia de los ricos a subestimar los gastos en
comparación a como lo hacen los pobres, así como la tendencia de que los ricos no
suelen ser plenamente cubiertos por las encuestas. (Surjit Bhalla, Imagine There’s No
Country: Poverty, Inequality and Growth in the Era of Globalization, Published by the
Institute for International Economics, September 26, 2002, p. p. 11-12).
2
Pero la medida de pobreza es, como tal, distinta del indicador de la distribución del
ingreso. Para dar un ejemplo, se podría tener una nación en donde hay un bajo
porcentaje de su población bajo la línea de pobreza, pero, a la vez, en donde se
presenta una distribución del ingreso altamente desigual. Un posible ejemplo podría ser
Suiza, que en el 2012 tenía un 7.9% de su población bajo la línea de pobreza, pero tal
vez una distribución del ingreso muy concentrada (enfatizo tal vez, pues no tengo el
dato de ella).
De acuerdo con el Gini Index provisto por el Banco Mundial, el coeficiente de Gini de
Suiza, estimado en el año 2012, fue de 31,6; el equivalente para Costa Rica fue 48,6; a
su vez, los coeficientes de Gini para Bolivia y Paraguay, países con una muy elevada
extrema pobreza, fueron, en el 2012, de 48,1 y 48.2, respectivamente. El primero de
ellos con modelos de mercado estatizados y socializados y, el segundo, con modelos
de producción altamente concentrados en pocas manos. O sea, cabe pensar a partir de
estos datos que un país altamente capitalista, como Suiza, puede tender una menor
concentración del ingreso, que iría en contra de que el capitalismo provoca una
concentración del ingreso. A la vez, que países con cierto grado de capitalismo, como
Costa Rica, pueden tener una distribución del ingreso muy parecido a una nación
estatista como Bolivia. Pero no describe la inmutabilidad de la afirmación que el
capitalismo es causa de la concentración de la riqueza, sino que puede deberse a
muchas otras causas.
Ese índice, que usualmente se emplea para medir la desigualdad, se llama el
coeficiente de desigualdad de Gini (hay otros, como por ejemplo el de Theil). Aquel
varía de 0 o completa igualdad hasta 1, total desigualdad. Pero, observe que una
sociedad, por hipótesis, puede tener un muy bajo nivel porcentual de su población
debajo de la línea de pobreza, pero a la vez puede tener una distribución de ingreso
muy desigual (un individuo que está por encima de ese nivel de pobreza obtiene la
totalidad del ingreso). A la vez, una nación puede tener un muy elevado porcentaje de
su ocupación por debajo de la tasa de pobreza, pero, a la vez, un distribución muy
igualitaria del ingreso (se me ocurre, por ejemplo, alguna nación muy pobre de África).
Por eso prefiero tratar separadamente la información acerca de la pobreza de la
3
distribución del ingreso, si bien ambos suelen ser facetas relacionadas con el bienestar
de las personas.
Por ello, es crucial tener muy clara la diferencia entre pobreza y distribución del
ingreso, aunque ambos son temas de nuestro interés, al referirse al bienestar humano.
PRIMERA FALSEDAD: QUE EL CAPITALISMO HA AUMENTADO LA POBREZA
Ahora bien, paso a brindar un conjunto de datos que significan un serio
cuestionamiento a lo que algunas personas señalan acerca de que el capitalismo ha
aumentado la pobreza de la humanidad y promovido una distribución más desigual de
los ingresos.
Voy primero al tema de los datos acerca de pobreza. Destaco la conclusión del libro de
Deepak Lal, distinguido economista de origen indio y ciudadano inglés, quien es
profesor de economía de la Universidad de California, Los Ángeles, y quien por muchos
años se ha dedicado al estudio de la pobreza, la inequidad, el crecimiento y el
desarrollo económico entre otros temas. En su libro Poverty and Progress: Realities
and Myths about Global Poverty (Washington, D. C.: Cato Institute, 2013, p. 2), expone
que “el primer capítulo resume la evidencia que creo es la más creíble para evaluar el
estado de la pobreza en el Tercer Mundo, de acuerdo con la medida convencional del
índice basado en el número de personas que están por debajo de la línea de pobreza
de $1 al día, utilizando el poder de compra de 1993. También resume la evidencia
acerca de cómo ha ascendido Occidente y como lentamente ahora empieza a hacerlo
el Tercer Mundo, desde un nivel de pobreza masiva… Muestro también cómo el rápido
crecimiento generado a partir de la década de los ochenta, durante el segundo período
de globalización, ha conducido al alivio más grande de la pobreza estructural masiva de
la historia humana.”
Con base en estimaciones de Angus Maddison, en The World Economy: A Millenial
Perspective, Paris: Organization for Economic Co-Operation and Development (OECD),
2001), Deepak Lal concluye que los datos muestran como durante la mayor parte de la
historia de la humanidad hasta el año 1000 DC (después de Cristo), “el ingreso per
4
cápita del mundo y de la mayoría de sus regiones era cercano a $450 al año en
términos de dólares de poder adquisitivo constante.” (Lal, Op. Cit., p. p. 9 y 12). Al
comparar esa cifra con el de la pobreza mínima definida por $365 al año, se deduce
que “la masa de la población habría estado en o por debajo de la línea de pobreza. De
esta forma, durante la mayor parte de la historia humana, la norma ha sido la pobreza
estructural masiva.” (Ídem, p. 12).
Los datos los presenta Lal (Ídem, p. p. 10-11; específicamente su tabla 1.1 que se
presenta al final de este comentario) con base en los cálculos de Maddison acerca de
los niveles de la población, del nivel del PIB y del PIB per cápita en sendos cuadros de
su obra citada, página 28.
En el siglo XI se inicia el ascenso de la economía de Europa Occidental, que luego se
reflejó en una gran divergencia entre Occidente y el resto del mundo. “Aunque [tanto
en Occidente como en el resto del mundo] el ingreso per cápita era aproximadamente
el mismo en el año 1000 DC (después de Cristo), ya para 1953 era 5.6 veces más
elevado en el Oeste. Esta aceleración históricamente sin precedentes del crecimiento,
empezó primero lentamente y luego espectacularmente desde mediados del siglo XIX,
lo cual permitió que Occidente finalmente eliminara la pobreza masiva estructural.”
(Ídem, p.p. 17-18). Debe tenerse presenta que muchas de las instituciones propias del
capitalismo (capitalistas mercaderes, mercados, letras de cambio, bancos, etcétera),
pero especialmente los derechos de propiedad, fueron los que permitieron que “la
institución del capitalismo surgiera en una parte de Eurasia en el siglo XI.” (Véase
Deepak Lal, Reviving the Invisible Hand: The Case for Classical Liberalism in the
Twenty-First Century, Princeton: Princeton University Press, 2006).
A partir de las ideas básicas de los ingleses en torno al libre comercio, el patrón oro y el
respeto internacional de un marco legal que salvaguardaba los derechos de propiedad,
se logró una expansión mundial del comercio y del intercambio. Un trabajo de 1985 del
economista Lloyd Reynolds (Economic Growth in the Third World, New Haven,
Connecticut: Yale University Press, 1985, p. 958), señala los años en que, para
diferentes países, se puede considerar en que hay un punto de inflexión, en donde los
países en desarrollo ingresaron a un período de un crecimiento económico sostenido,
5
que se caracteriza por un aumento continuo de los ingresos per cápita, en contraste
con un crecimiento previo de la producción que apenas se mantenía acorde con el
crecimiento de la población.
Veamos algunos de los datos para 12 países que he seleccionado de la lista de
Reynolds de países del tercer mundo (mi elección refleja una preferencia por señalar a
naciones latinoamericanas): Chile, 1940; Brasil, 1850; Argentina, 1860; México, 1876;
Perú, 1880; Colombia, 1885; Cuba, 1900; Venezuela, 1925, China, 1949, India, 1947,
Japón, 188o e Indonesia, 1965). Estos datos de Reynolds se presentan en el cuadro
1.4, página 19 del libro de Lal Poverty and Progress previamente referido y presentado
al final de este comentario.
Uno de los mayores estudiosos del tema, el economista inglés Angus Maddison
escribió en el 2001 lo siguiente, refiriéndose al período 1870-1913: En ese lapso “el PIB
mundial creció anualmente en un 1.3%, en comparación con uno del 0.5% anual entre
1820 y 1870 y de un 0.07% anual entre 1700 y 1820. El aceleramiento se debió a un
progreso tecnológico más rápido y a las fuerzas que lo difundieron liberadas por el
orden económico liberal del cual el Reino Unido fue el principal arquitecto. No fue un
proceso de igualación global, sino que hubo ganancias significativas de los ingresos en
todas las partes del mundo. Australia y los Estados Unidos lograron niveles superiores
a los del Reino Unido allá por el año 1913. El crecimiento fue más rápido que el del
Reino Unido en la mayoría de la Europa Occidental y Oriental, en Irlanda, en todas las
naciones Occidentales que brotaron, en América Latina y en Japón. En India, otras
partes de Asia (excepto China) y en África los avances fueron mucho más modestos,
pero el ingreso per cápita se elevó en más de una cuarta parte entre 1870 y 1913.”
(Cita de Maddison tomada de Lal, Poverty and Progress, Op. Cit., p. 20).
Conocemos luego cómo el orden económico liberal se acabó con la Primera Guerra
Mundial, la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial. Así como que también
América Latina, en el período posterior a la Segunda, abrazó tendencias
proteccionistas, que la aislaron del resto de los países industrializado, los cuales,
impulsados por los Estados Unidos, buscaron reconstruir, al menos parcialmente, el
viejo orden liberal. Reformas aperturistas en dos importantes economías, China con
6
Deng Tsiao Ping en 1979 e India en 1991, marcan un segundo período de
globalización, del cual han formado parte muchas economías de América Latina y de
África. A ello se debe adicionar la caída o implosión en 1991 de las antiguas economías
socialistas, muchas de las cuales se han integrado o reintegrado al nuevo orden
económico liberal.
Esto ha tenido un efecto significativo sobre el crecimiento del ingreso per cápita y, por
tanto, sobre los pobres del mundo, como podemos ver a continuación, con datos que
comparativos que van desde 1500- 1820 y de 1820 al 2001. Para esto acudo a datos
que brindó Angus Maddison en “Measuring and Interpreting World Economic
Performance 1500-2001”, Review of Income and Wealth, Vol. 51, No, 1, mayo de 2005,
p. 12, table 6). A continuación presento un resumen de datos de los niveles del PIB per
cápita en distintos años (en dólares de 1990) y del crecimiento del PIB per cápita en
ciertos períodos:
Es interesante notar lo que señala Maddison en cuanto a cinco fases del capitalismo
entre 1820 al 2001 y lo que denomina como época del capitalismo mercantil que va de
1500 a 1820.
Primero, en lo relevante, su investigación sugiere “que los años 1950-73 fueron la edad
dorada de una época de prosperidad sin paralelo.” El PIB mundial creció a una tasa
anual del 5% y del 3% en términos per cápita. En segundo lugar, que el nivel de
ingreso real per cápita en Occidente pasó de $1.109 en 1820 a $22.509 en el 2001;
7
esto es, aumentó casi 20 veces, durante ese período que se ha llamado “capitalista”.
En tercer lugar, que lo que denomina como “crecimiento económico moderno” en todas
las fases que se han llamado capitalistas (esto es, de 1820 al 2001), “ha sido mucho
más rápido que en los siglos previos. Del 1500 al 1820, el ingreso per cápita del mundo
se elevó de un 0.5% cada año. Entre 1820 y el 2001, se incrementó a un promedio del
1.23% anual, cerca de 25 veces más rápido.” (Maddison, Measuring…, Op. Cit., p. 12).
En adición a lo expuesto, debo referirme a algunos datos que expuso Surjit Bhalla, en
su obra previamente señalada, Imagine There’s No Country. Él reúne información
acerca de la pobreza en todo el mundo, tomando como base una línea de pobreza de
$1.50 al día ($547 al año) en dólares ajustados por la paridad del poder de compra de
1993. Así logra obtener lo que denomina como el coeficiente de personas en situación
de pobreza (CP), que es el porcentaje de la población que está por debajo de aquella
línea de pobreza de $1.50 al día, para el período 1820 al 2000.
Al final de esta primera parte se presenta la figura 9.1, tomada de la página 144 del
capítulo 9 de su libro en mención y que se presente al final de este comentario, la cual
conformada por dos paneles. El primero de los gráficos muestra, para el período 1820-
2000, el cociente de personas en extrema pobreza (menos de $1.50 al día a precios de
1993) como porcentaje de la población total. El segundo gráfico expone el número de
personas pobres (en millones). El este gráfico puede ser obtenido en Internet en el
capítulo 9 de su libro Imagine There’s no Country: Poverty, Inequality and Growth in the
Age of Globalization, en http://bookstore.iie.com/book-store/348.html
8
En el caso del porcentaje de la población mundial que está por debajo de la línea de
pobreza de $1.50 al día, a precios de 1993, los datos del CP (por cociente de pobreza)
del libro de Bhalla, son los siguientes:
9
Los datos consignados por Bhalla de años previos a 1950 provienen del ensayo de
François Bourguignon y Christian Morrisson, Inequality Among World Citizens: 1820-
1992, American Economic Review, Vol. 29, No. 4, setiembre del 2002, p.p. 731y 732 y
los restantes, esto es, de 1950 al 2000, fueron por el propio Surjit Bhalla, Imagine
There’s No Country, Op. Cit., p. 141.
A partir de ellos se pueden definir tres períodos concretos: uno durante la globalización
del siglo XIX; otro es el de entreguerras de 1929 a 1950, en donde la globalización se
detuvo e incluso se revirtió, y el tercero que se inicia a partir de 1950, aunque en
verdad no fue sino hasta 1980 cuando el Tercer Mundo se unió a este segundo
proceso de globalización.
Lal (Poverty and Progress, Op. Cit. p. 21) concluye con cálculos de lo que denomina “el
efecto del crecimiento sobre la pobreza”, que indica el descenso que se produce en el
10
coeficiente de personas en situación de pobreza (CP), ante cada 10% de crecimiento
de los ingresos per cápita. Él demuestra el evidente descenso del coeficiente de
personas en situación de pobreza (CP), tanto durante el siglo XIX, que se podría llamar
como el primer período de globalización, así como en el período actual de
globalización. Asimismo, que dicho coeficiente CP aumentó durante el período
antiglobalización de entreguerras. Señala que “el rendimiento más elevado en términos
de reducción de la pobreza se ha dado a partir de 1980, cuando el Tercer Mundo
empezó a integrarse a la economía mundial.” E indica que “África es la única región en
donde la pobreza no ha declinado y es también la región menos integrada a la
economía global. La declinación mayor ha sido en Asia, pero también la América
Latina y el Oriente Medio han visto declinar su pobreza.”
Lal expone que se ha afirmado que “el crecimiento durante el último período de
globalización no fue pro-pobres. A pesar del rápido crecimiento promovido por la
integración global, se ha dicho [por ejemplo, por Stiglitz] que la pobreza no se ha
reducido en mucho.” (Ídem, p. 25). Bhalla, en su libro antes citado, responde a eso con
la pregunta de “¿si el consumo de aquellos considerados pobres en 1980 (el 44 por
ciento del nivel inferior) creció más rápidamente que el resto de la población en el
período 1980-2000?” Su respuesta: “para el mundo en desarrollo como un todo, los
pobres incrementaron sus ingresos al doble de rápido que aquellos quienes no eran
pobres.” (Ídem, p. 27).
Tengo otros datos adicionales (lo que abunda no daña en este caso). Empezaré
citando parte del resumen introductorio del memorable trabajo del distinguido
economista Angus Maddison, quien dedicó mucha de su vida al estudio del
crecimiento, desarrollo y pobreza en la historia de la humanidad. Dice así:
“Durante el milenio recién pasado, la población del mundo aumentó 22 veces. El
ingreso per cápita se incrementó 13 veces; el Producto Interno Bruto mundial
casi 300 veces. Eso contrasta fuertemente con el milenio precedente, cuando la
población mundial creció tan sólo en un sexto, y no hubo avance en el ingreso
per cápita.
11
Desde el año 1000 hasta 1820 el avance en el ingreso per cápita se dio tan solo
a un lento paso de tortuga –el promedio mundial se elevó cerca de un 50 por
ciento. La mayor parte del crecimiento se dio para acomodar un incremento de 4
veces de la población.
A partir de 1820, el desarrollo mundial ha sido mucho más dinámico. El ingreso
per cápita se elevó en más de ocho veces; la población en más de cinco veces.
El ingreso per cápita no es el único indicador de bienestar. En el largo plazo se
ha presentado un aumento significativo de la esperanza de vida. En el año 1000,
el infante promedio podía esperar vivir alrededor de 24 años. Una tercera parte
moriría en su primer año de vida; el hambre y las epidemias harían estragos
entre los sobrevivientes. Hubo un incremento casi imperceptible hasta 1820,
principalmente en Europa Occidental. La mayor parte de la mejora se ha dado
desde ese entonces. Hoy el infante promedio espera vivir 66 años.
El proceso de crecimiento fue desigual tanto en espacio como en tiempo. El alza
en la esperanza de vida y en el ingreso ha sido más rápido en Europa
Occidental, Norteamérica, Australasia y el Japón. Hacia 1820 este grupo había
avanzado con determinación a un nivel de ingreso que era el doble de aquel del
resto del mundo. Para 1988, la diferencia era de 7 a 1. Entre los Estados Unidos
(líder del mundo actual) y África (la región más pobre) la distancia es ahora de
20 a 1. Esta diferencia continúa aumentando. La divergencia domina, pero no
inexorable. En el último medio siglo, los renacientes países asiáticos han
demostrado que es factible un cierto grado de alcance. Sin embargo, el
crecimiento económico mundial se ha ralentizado sustancialmente a partir de
1973 y el avance de Asia ha sido compensado por el estancamiento o el
retroceso en otras partes.” (Angus Maddison, The World Economy, Op. Cit., p.
17).
Hay otra parte de este trabajo de Maddison, que me interesa destacar:
“La economía mundial tuvo una mejor actuación en la segunda mitad del último
siglo pasado que en otra época de su pasado. El PIB mundial aumento seis
veces desde 1950 a 1998, con un crecimiento promedio de 3.9 por ciento anual
12
en comparación con el 1.6 por ciento promedio de 1820 a 1950 y del 0.3 por
ciento entre 1500 y 1820.
Parte de este aceleramiento sirvió para sostener un crecimiento mayor de la
población, pero el ingreso real per cápita se elevó en un 2.1 por ciento anual
comparado con el 0.9 por ciento de 1820 a 1950, y al 0.05 por ciento entre 1500
y 1820. De esta manera, el crecimiento per cápita fue 42 veces más rápido que
el de la época proto-capitalista y más del doble de rápido que en las primeras 13
décadas de nuestra época capitalista.” (Ídem, p. 125).
En un reciente e interesante estudio, relevante para el caso, fue hecho por dos
economistas, Maxim Pinkovskiy, del Instituto Tecnológico de Massachusetts, y Xavier
Sala-i-Martin de la Universidad de Columbia, y que se citó anteriormente, se arribó a
las siguientes conclusiones, además de otras a las que me referiré en la próxima y
segunda parte de mi comentario, cuando trataré acerca del tema de la distribución del
ingreso. En lo pertinente señalan “1) las tasas de pobreza global declinaron entre 1970
y el 2006. Esto es verdad para líneas de pobreza que van desde $1 al día hasta $10 al
día. 2) Las mediciones en la pobreza global descienden entre 1970 y el 2006 para
líneas de pobreza de $1 al día a $3 al día. El número total de pobres ha declinado en
más de 617 millones si usamos la línea de pobreza de $1 al día hasta de más de 780
millones si usamos la línea de $2 al día. Para líneas de pobreza más altas, las
mediciones de pobreza aumentaron durante los primeros años, pero todas están
descendiendo para el 2006…” (Maxim Pinkovskiy y Xavier Sala-i-Martin, Parametric…,
Op. Cit. p. 38).
Hay datos adicionales significativos que quiero exponer, provenientes del trabajo de
Angus Maddison, cual es el crecimiento del PIB per cápita de ciertas regiones del
mundo, tanto para los lapsos de posguerra 1950-1973 así como 1973-1998.
13
Asimismo, menciono resultados importantes de un estudio de Xavier Sala-i-Martin.
Escribe que “Usando la definición original de pobreza del Banco Mundial ($495 de
ingreso anual), la tasa de pobreza declinó de un 15.4% de la población mundial en
1970 a un 5.7% en el 2000, ¡una declinación por un factor de casi tres! Esto es
especialmente impresionante dado que durante ese mismo período, la población
aumentó casi un 50% (de 3.5 a 5.7 billones de ciudadanos)… el número total de
ciudadanos pobres bajó de 534 millones a 322 millones, una declinación del 50%.”
(Xavier Sala-i-Martin, “The World Distribution of Income: Falling Poverty and…
Convergence. Period,” The Quarterly Journal of Economics, Vol. 121, número 2 de
mayo de 2006 Op. Cit., p. p. 373 y 375).
Continúa señalando que, si se usa una línea de pobreza de $1.50 al día, se “observa
un descripción similar: la tasa de pobreza cayó de un 20% a un 7% en dicho período,
un factor de declinación cercano a 3. La población en estado de pobreza se redujo en
cerca de 300 millones de ciudadanos (de aproximadamente 700 millones de personas
a poco menos de 400 millones. En otras palabras, el número total de ciudadanos
pobres descendió pobres en un 56% en un período en el cual la población aumentó en
un 50%. (Ídem, p. 375).
14
Datos similares se presentan para otros niveles de pobreza de $2 al día ($730 al año) y
de $3 al día ($1440 anuales). En el primer caso, la pobreza bajó a un 30% en 1970 y a
un poco menos del 11% en el 2000. La población en pobreza cayó de cerca de 1.000
millones en 1970 a cerca de 600 millones en el 2000; esto es, bajó un 54% o sea 428
millones de personas. Para el segundo caso, el índice de pobreza declinó de un 47%
en 1970 a un 21% en el 2000. La población pobre (definida bajo esta línea de pobreza
de $1140 al año) se redujo de 1.6 billones a 1.2 billones en el 2000. (Ídem, p. 375).
Finalmente quiero hacer referencia a una información reciente de las Naciones Unidos
que, como parte de sus metas para el desarrollo del milenio, que se propusieron lograr
en 1990, señalaron como primero “reducir a la mitad la proporción de gente con un
nivel de ingreso menor que $1 al día en el lapso entre 1990 y el 2015”. (Naciones
Unidas, Objetivos de Desarrollo del Milenio: Informe de 2013, Nueva York: Naciones
Unidas, 2013, p. 6). Pues bien, resulta que esa meta fue lograda dos años antes de lo
previsto, que era esperado que se lograra para el 2015. Con cierta ironía justificada,
nos dice don Pedro Schwartz que “ahora el consenso en la profesión de la economía
es que, de hecho, la pobreza mundial ha estado en retirada durante más de cuarenta
años. Uno de los primeros campeones en mantener este punto de vista fue Xavier
Sala-i-Martin, de la Universidad de Columbia y de la Escuela de Economía Pompeu
Fabra en Barcelona. Por más de una década, él ha venido luchando por lograr que las
Naciones Unidas y el Banco Mundial admitan que la pobreza había venido cayendo
mucho más rápidamente de lo que se esperaba; y los hechos están de su lado”. (Pedro
Schwartz, Op. Cit., 7 de abril del 2014).
El orden capitalista ha cumplido con creces el objetivo de reducción de la pobreza,
aunque en el camino del progreso del bienestar humano, aún falta más por avanzar. No
hay duda que, en cuanto a la capacidad del capitalismo, tenía razón un pensador quien
en una ocasión escribió lo siguiente:
“La burguesía, a lo largo de su dominio de clase, que cuenta apenas con un siglo
de existencia, ha creado fuerzas productivas más abundantes y más grandiosas
que todas las generaciones pasadas juntas. El sometimiento de las fuerzas de la
naturaleza, el empleo de las máquinas, la aplicación de la química a la industria
15
y a la agricultura, la navegación de vapor, el ferrocarril, el telégrafo eléctrico, la
asimilación para el cultivo de continente enteros, la apertura de ríos a la
navegación, poblaciones enteras surgiendo por encanto, como si salieran de la
tierra. ¿Cuál de los siglos pasados pudo sospechar siquiera que semejantes
fuerzas productivas dormitasen en el seno del trabajo social?” (Carlos Marx, El
Manifiesto Comunista, Primera parte, sin paginación).
Espero que los datos consignados sobre pobreza en este comentario sean útiles para
quienes, con suma facilidad, han señalado que el capitalismo es el culpable del
aumento de la pobreza, cuando la evidencia parece mostrar el tremendo efecto positivo
de ese orden económico en cuanto a reducirla significativamente: pobreza que, con el
paso del tiempo, es cada vez relativamente menor y en donde los pobres son menos
pobres que antes. De hecho ese enorme decrecimiento de la pobreza se ha acelerado
alrededor de inicios del siglo XIX y hasta la actualidad, aunque a veces hay baches en
ese camino. No hay duda que, lo que se conoce como capitalismo, con pleno desarrollo
en el siglo XIX, con su expansión del comercio y del intercambio, dio lugar a un
crecimiento sostenido de la producción que sobrepasó con creces al crecimiento de la
población.
En una segunda parte, en la entrega de mañana, me referiré a datos acerca de la
distribución de los ingresos.
TABLAS Y FIGURAS MENCIONADAS EN EL TEXTO:
Deepak Lal, Poverty and Progress: Realities and Myths about Global Poverty, table 1.1
p. p. 10 y 11.
16
17
Deepak Lal, Poverty and Progress: Realities and Myths about Global Poverty, table 1.4
p. 19.
18
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