Jorge Corrales Quesada
07/01/2016, 17:42
EL ESTADO INEFICIENTE-¿DE QUÉ SIRVEN LOS PRESUPUESTOS?
Por Jorge Corrales Quesada
En los últimos tiempos han aparecido en los medios de comunicación noticias relacionadas con la formulación y ejecución de presupuestos, que me han llamado la atención. Destaca el llamado presidencial para que los diversos entes gasten los fondos asignados en los presupuestos, a fin de llenar necesidades presuntamente insatisfechas y cuyos fondos presupuestarios ya han sido asignados para tal objetivo.
Eso lo había señalado el presidente Solís, por ejemplo, en un comentario precisamente titulado “Luis Guillermo Solís dice que despedirá al ministro que ejecute mal el Presupuesto,” que aparece en La Nación del 24 de noviembre del 2014. Asimismo, en ese mismo medio aparece una información el 22 de mayo del 2015, titulada “Ejecutivo intenta quitar dinero ocioso a las instituciones,” mediante un proyecto que enviaría a la Asamblea Legislativa, “para quitarle a las instituciones el dinero que mantienen ocioso en la Caja Única del Estado.”
Difiero acerca de la necesidad de que el estado ejecute todo lo que pude aparecer en un presupuesto en concreto, dado que, sin duda, allí suelen aparecer muchos proyectos posiblemente innecesarios. Pero, creo que sería conveniente mayor frugalidad del gobierno, en tiempos de un enorme gasto estatal reflejado en déficits del sector público. Por ello, me llama la atención que incluso tuvo que reiterar lo dicho el 24 de noviembre del 2014 (ver arriba), cuando el presidente mencionó que “Directriz para ejecutar presupuesto del 2015 es sólo un recordatorio.” (La Nación, 25 de noviembre del 2014).
Debo imaginar que, en el mejor de los casos, el propósito del gobierno es tratar de reducir algunos gastos innecesarios, aun cuando ya hayan sido debidamente presupuestados, a la vez que busca que se ejecuten otros gastos que ese mismo gobierno considera esenciales, de manera que se lleven a cabo en el período para el cual se les dieron a las instituciones los recursos del caso.
No obstante, aparece recientemente una información en el diario La Extra del 7 de agosto, bajo el titular “BANHVI no ejecuta ni 10% de plata para casas de pobres: A junio de este año,” que atrae mi interés. Es cierto que uno puede cuestionar si destinar esos fondos de vivienda para pobres puede ser lo conveniente, en especial en las circunstancias actuales de la economía, pero es casi indudable negar que esta administración no se caracterizaría por detener fondos dirigidos a vivienda para pobres. Bajo esta definición harto plausible, uno esperaría que el Poder Ejecutivo, en voz del presidente de la República, insistiera en el pleno cumplimiento de la directriz que formuló en noviembre del año pasado, cual es que “para vigilar ejecución eficiente y eficaz de Presupuesto”, en la cual “el incumplimiento injustificado de sus disposiciones [de la directriz] acarreará la remoción del funcionario que no cumpla con esta directriz.”
Según La Extra, “El Banco Hipotecario de la Vivienda (BAHNVI) no ha ejecutado ni el 10% anual asignado a casas para personas cuyo ingreso es menor que el salario mínimo.” En concreto, que de ₡33.000 “millones presupuestados para ese fin, solo se ha ejecutado un 7%, que equivale a ₡3.200 millones”.
¿Será necesario recordarle al presidente que ejecute lo que dijo que haría, si no se cumple con su directriz acerca del manejo indispensable de presupuestos públicos que formuló en noviembre del año pasado? Sabemos que el estado es ineficiente hasta el grado de que usualmente no puede gastar toda la plata que tiene incluida en sus presupuestos (afortunadamente para los contribuyentes no es capaz de gastarla toda), pero esta incapacidad de ejecución me parece que ya raya en lo ridículo.
Publicado en Facebook el 07 de enero de 2016.
Por Jorge Corrales Quesada
En los últimos tiempos han aparecido en los medios de comunicación noticias relacionadas con la formulación y ejecución de presupuestos, que me han llamado la atención. Destaca el llamado presidencial para que los diversos entes gasten los fondos asignados en los presupuestos, a fin de llenar necesidades presuntamente insatisfechas y cuyos fondos presupuestarios ya han sido asignados para tal objetivo.
Eso lo había señalado el presidente Solís, por ejemplo, en un comentario precisamente titulado “Luis Guillermo Solís dice que despedirá al ministro que ejecute mal el Presupuesto,” que aparece en La Nación del 24 de noviembre del 2014. Asimismo, en ese mismo medio aparece una información el 22 de mayo del 2015, titulada “Ejecutivo intenta quitar dinero ocioso a las instituciones,” mediante un proyecto que enviaría a la Asamblea Legislativa, “para quitarle a las instituciones el dinero que mantienen ocioso en la Caja Única del Estado.”
Difiero acerca de la necesidad de que el estado ejecute todo lo que pude aparecer en un presupuesto en concreto, dado que, sin duda, allí suelen aparecer muchos proyectos posiblemente innecesarios. Pero, creo que sería conveniente mayor frugalidad del gobierno, en tiempos de un enorme gasto estatal reflejado en déficits del sector público. Por ello, me llama la atención que incluso tuvo que reiterar lo dicho el 24 de noviembre del 2014 (ver arriba), cuando el presidente mencionó que “Directriz para ejecutar presupuesto del 2015 es sólo un recordatorio.” (La Nación, 25 de noviembre del 2014).
Debo imaginar que, en el mejor de los casos, el propósito del gobierno es tratar de reducir algunos gastos innecesarios, aun cuando ya hayan sido debidamente presupuestados, a la vez que busca que se ejecuten otros gastos que ese mismo gobierno considera esenciales, de manera que se lleven a cabo en el período para el cual se les dieron a las instituciones los recursos del caso.
No obstante, aparece recientemente una información en el diario La Extra del 7 de agosto, bajo el titular “BANHVI no ejecuta ni 10% de plata para casas de pobres: A junio de este año,” que atrae mi interés. Es cierto que uno puede cuestionar si destinar esos fondos de vivienda para pobres puede ser lo conveniente, en especial en las circunstancias actuales de la economía, pero es casi indudable negar que esta administración no se caracterizaría por detener fondos dirigidos a vivienda para pobres. Bajo esta definición harto plausible, uno esperaría que el Poder Ejecutivo, en voz del presidente de la República, insistiera en el pleno cumplimiento de la directriz que formuló en noviembre del año pasado, cual es que “para vigilar ejecución eficiente y eficaz de Presupuesto”, en la cual “el incumplimiento injustificado de sus disposiciones [de la directriz] acarreará la remoción del funcionario que no cumpla con esta directriz.”
Según La Extra, “El Banco Hipotecario de la Vivienda (BAHNVI) no ha ejecutado ni el 10% anual asignado a casas para personas cuyo ingreso es menor que el salario mínimo.” En concreto, que de ₡33.000 “millones presupuestados para ese fin, solo se ha ejecutado un 7%, que equivale a ₡3.200 millones”.
¿Será necesario recordarle al presidente que ejecute lo que dijo que haría, si no se cumple con su directriz acerca del manejo indispensable de presupuestos públicos que formuló en noviembre del año pasado? Sabemos que el estado es ineficiente hasta el grado de que usualmente no puede gastar toda la plata que tiene incluida en sus presupuestos (afortunadamente para los contribuyentes no es capaz de gastarla toda), pero esta incapacidad de ejecución me parece que ya raya en lo ridículo.
Publicado en Facebook el 07 de enero de 2016.