Jorge Corrales Quesada
22/12/2015, 10:02
EL ESTADO INEFICIENTE-IMPORTANTES DATOS FISCALES
Por Jorge Corrales Quesada
Los datos no dejan de ser los datos: usualmente categóricos para comprobar ciertas cosas. Por ello es interesante lo que nos informa La Nación en su edición del 21 de julio, titulado “Gastos de Gobierno crecen más que ingresos durante 28 meses: Desde marzo del 2013, la variación interanual acumulada de las erogaciones va más rápido.”
De acuerdo con los cuadros que se presentan en dicho comentario, es posible derivar información útil para entender en algo la evolución del déficit del gobierno central. La afirmación general es que “el gasto del Gobierno se desaceleró, pero continúa creciendo por encima de los ingresos”. En sencillo: que el gasto del gobierno central ha continuado creciendo en los últimos tiempos, si bien lo hace menos rápidamente que en períodos previos. Si se compara lo sucedido con los gastos totales y los ingresos totales de un período que va del 1 de julio del 2014 al 30 de junio del 2015, con otro de un período similar previo que va del 1 de julio del 2013 al 30 de junio del 2014, se determina el gasto total creció en promedio un 4.2% en esos dos períodos mientras que los ingresos lo hicieron en un 3.1% en dichos lapsos. Esto significa que lo que se denomina el déficit financiero del gobierno central siga creciendo, de manera que, según se muestra en un cuadro contenido en dicho artículo, en términos reales dicho déficit al 30 de junio del 2015 llegó a ser de ₡1.6 billones, lo cual equivale a un 5.7% del valor estimado del PIB para este año.
Algo muy interesante que debe observarse es el comportamiento de los ingresos y gastos totales del gobierno central que se presentan en el cuadro citado, en el plazo que va de diciembre del 2007 a la actualidad. Si bien los ingresos habían empezado a caer desde finales del 2007, su crecimiento seguía siendo superior al crecimiento del gasto y no fue sino hasta aproximadamente enero del 2009 cuando se igualaron las tasas de variación anualizada de cerca de un 5.5%, tanto de un gasto en ascenso como de impuestos en descenso. De ahí en adelante, hasta aproximadamente enero del 2012, los gastos siempre crecieron por encima de los ingresos. Incluso en ese período hubo una etapa de fuerte crecimiento de los egresos, a pesar de que ya desde aproximadamente noviembre del 2009 de nuevo empezaron a crecer los ingresos, pero aun así los egresos siguieron creciendo fuertemente hasta finales de ese año. Este es posiblemente el resultado de la expansión del gasto gubernamental a finales de la segunda administración Arias Sánchez (mayo 2006-mayo 2010).
En resumen, aunque a partir de noviembre del 2009 los ingresos tributarios empezaron a recuperarse, el gasto siempre creció por encima de ese crecimiento de los ingresos. Aquí hay algo importante de destacar: el crecimiento de los ingresos del gobierno central que se tuvo a partir de noviembre del 2009 se asocia con una recuperación de las tasas de crecimiento de la economía, después de la fuerte caída sucedida en los mercados internacionales desde finales del 2008. Ello a pesar de que en dicho período de expansión fuerte de los ingresos (finales del 2009-finales del 2010), el gasto del gobierno central creció aún más.
Cerca de noviembre del 2011, los gastos que había disminuido su crecimiento desde diciembre del año anterior, empezaron a crecer menos que lo que lo hacían los ingresos e incluso hubo un período, que va de aproximadamente diciembre del 2012 a julio del 2013, en que las tasas de crecimiento de los ingresos y los gastos fueron casi iguales. Pero, ya a partir de julio del 2013, de nuevo las tasas de crecimiento de los gastos fueron mayores que las de los ingresos. Desde ese entonces y hasta la fecha, la tasa de crecimiento del gasto del gobierno central ha sido superior a la tasa de crecimiento de los ingresos. Es atendible, eso sí, el hecho de que las amortizaciones de deuda fueron, en este año y en palabras del ministro de Hacienda, “fuertes”, incluso haciendo que el crecimiento de los intereses fuera el doble del aumento del gasto total.
Todo esto parece explicar algo que le permite aseverar a don Rodrigo Bolaños, que en la actualidad “el Gobierno trata de controlar el gasto, pero ahora la menor actividad económica le hace la tarea más difícil, porque los ingresos probablemente se desaceleren con el menor crecimiento de la manufactura fuera de zonas francas y el agro.” Es decir, sigue siendo cierta aquella afirmación que, para tiempos ya idos, formuló en los años cincuenta el ministro de hacienda, don Alfredo Hernández Volio, en cuanto a que la cosecha de café era crucial en el comportamiento de la economía: “el mejor ministro de hacienda es una buena cosecha de café”.
El crecimiento de la economía es el mejor aliado de un crecimiento de los ingresos fiscales. De aquí mi enorme inquietud acerca de que si el gobierno se sale con la suya y logra los aumentos impositivos que ha señalado pretende obtener, eso más bien vaya a provocar un mucho menor crecimiento que el relativamente magro actual de nuestra economía. Ello ocasionaría más bien un descenso en el crecimiento esperado por el gobierno de sus ingresos fiscales como consecuencia de la aprobación de esos mayores tributos. Tal situación podría dar lugar a un rápido recrudecimiento del déficit del gobierno central, con todo y los impuestos que presuntamente puede haber logrado aprobar y que se suponía disminuiría significativamente el déficit. Ello porque no es creíble una política clara de disminución del gasto gubernamental. Recuerden el lema: Más impuestos, más gasto; entonces más déficit; luego más impuestos; otra vez más gasto y así sucesivamente. Pensándolo bien esa parece ser nuestra historia fiscal.
Publicado en Facebook el 22 de diciembre del 2015.
Por Jorge Corrales Quesada
Los datos no dejan de ser los datos: usualmente categóricos para comprobar ciertas cosas. Por ello es interesante lo que nos informa La Nación en su edición del 21 de julio, titulado “Gastos de Gobierno crecen más que ingresos durante 28 meses: Desde marzo del 2013, la variación interanual acumulada de las erogaciones va más rápido.”
De acuerdo con los cuadros que se presentan en dicho comentario, es posible derivar información útil para entender en algo la evolución del déficit del gobierno central. La afirmación general es que “el gasto del Gobierno se desaceleró, pero continúa creciendo por encima de los ingresos”. En sencillo: que el gasto del gobierno central ha continuado creciendo en los últimos tiempos, si bien lo hace menos rápidamente que en períodos previos. Si se compara lo sucedido con los gastos totales y los ingresos totales de un período que va del 1 de julio del 2014 al 30 de junio del 2015, con otro de un período similar previo que va del 1 de julio del 2013 al 30 de junio del 2014, se determina el gasto total creció en promedio un 4.2% en esos dos períodos mientras que los ingresos lo hicieron en un 3.1% en dichos lapsos. Esto significa que lo que se denomina el déficit financiero del gobierno central siga creciendo, de manera que, según se muestra en un cuadro contenido en dicho artículo, en términos reales dicho déficit al 30 de junio del 2015 llegó a ser de ₡1.6 billones, lo cual equivale a un 5.7% del valor estimado del PIB para este año.
Algo muy interesante que debe observarse es el comportamiento de los ingresos y gastos totales del gobierno central que se presentan en el cuadro citado, en el plazo que va de diciembre del 2007 a la actualidad. Si bien los ingresos habían empezado a caer desde finales del 2007, su crecimiento seguía siendo superior al crecimiento del gasto y no fue sino hasta aproximadamente enero del 2009 cuando se igualaron las tasas de variación anualizada de cerca de un 5.5%, tanto de un gasto en ascenso como de impuestos en descenso. De ahí en adelante, hasta aproximadamente enero del 2012, los gastos siempre crecieron por encima de los ingresos. Incluso en ese período hubo una etapa de fuerte crecimiento de los egresos, a pesar de que ya desde aproximadamente noviembre del 2009 de nuevo empezaron a crecer los ingresos, pero aun así los egresos siguieron creciendo fuertemente hasta finales de ese año. Este es posiblemente el resultado de la expansión del gasto gubernamental a finales de la segunda administración Arias Sánchez (mayo 2006-mayo 2010).
En resumen, aunque a partir de noviembre del 2009 los ingresos tributarios empezaron a recuperarse, el gasto siempre creció por encima de ese crecimiento de los ingresos. Aquí hay algo importante de destacar: el crecimiento de los ingresos del gobierno central que se tuvo a partir de noviembre del 2009 se asocia con una recuperación de las tasas de crecimiento de la economía, después de la fuerte caída sucedida en los mercados internacionales desde finales del 2008. Ello a pesar de que en dicho período de expansión fuerte de los ingresos (finales del 2009-finales del 2010), el gasto del gobierno central creció aún más.
Cerca de noviembre del 2011, los gastos que había disminuido su crecimiento desde diciembre del año anterior, empezaron a crecer menos que lo que lo hacían los ingresos e incluso hubo un período, que va de aproximadamente diciembre del 2012 a julio del 2013, en que las tasas de crecimiento de los ingresos y los gastos fueron casi iguales. Pero, ya a partir de julio del 2013, de nuevo las tasas de crecimiento de los gastos fueron mayores que las de los ingresos. Desde ese entonces y hasta la fecha, la tasa de crecimiento del gasto del gobierno central ha sido superior a la tasa de crecimiento de los ingresos. Es atendible, eso sí, el hecho de que las amortizaciones de deuda fueron, en este año y en palabras del ministro de Hacienda, “fuertes”, incluso haciendo que el crecimiento de los intereses fuera el doble del aumento del gasto total.
Todo esto parece explicar algo que le permite aseverar a don Rodrigo Bolaños, que en la actualidad “el Gobierno trata de controlar el gasto, pero ahora la menor actividad económica le hace la tarea más difícil, porque los ingresos probablemente se desaceleren con el menor crecimiento de la manufactura fuera de zonas francas y el agro.” Es decir, sigue siendo cierta aquella afirmación que, para tiempos ya idos, formuló en los años cincuenta el ministro de hacienda, don Alfredo Hernández Volio, en cuanto a que la cosecha de café era crucial en el comportamiento de la economía: “el mejor ministro de hacienda es una buena cosecha de café”.
El crecimiento de la economía es el mejor aliado de un crecimiento de los ingresos fiscales. De aquí mi enorme inquietud acerca de que si el gobierno se sale con la suya y logra los aumentos impositivos que ha señalado pretende obtener, eso más bien vaya a provocar un mucho menor crecimiento que el relativamente magro actual de nuestra economía. Ello ocasionaría más bien un descenso en el crecimiento esperado por el gobierno de sus ingresos fiscales como consecuencia de la aprobación de esos mayores tributos. Tal situación podría dar lugar a un rápido recrudecimiento del déficit del gobierno central, con todo y los impuestos que presuntamente puede haber logrado aprobar y que se suponía disminuiría significativamente el déficit. Ello porque no es creíble una política clara de disminución del gasto gubernamental. Recuerden el lema: Más impuestos, más gasto; entonces más déficit; luego más impuestos; otra vez más gasto y así sucesivamente. Pensándolo bien esa parece ser nuestra historia fiscal.
Publicado en Facebook el 22 de diciembre del 2015.