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Jorge Corrales Quesada
08/12/2015, 09:25
EL ESTADO INEFICIENTE-OTRO FRACASO MÁS DEL ICE
Por Jorge Corrales Quesada

Es que uno no entiende cómo es que se hacen ciertas cosas en el sector público, pues desafían la lógica de cualquier tipo de empresa. Este caso, reportado en La Nación del 21 de julio, bajo el título “ICE gastó $70 millones en banco de datos fracasado: Ganancias no llegan al 1% de lo proyectado por entidad para el primer quinquenio,” muestra el procedimiento totalmente irracional no sólo de cómo fue que se puso en marcha del proyecto, sino también de su fracaso como un producto que supuestamente tenía una fuerte demanda. El trago amargo para los ciudadanos se resume en que el proyecto empezó con un costo estimado de $51.2 millones y, al final de cuentas, ha costado un 40% más; esto es, terminó con un costo de $70 millones. Pero, además, porque también se ha convertido en un “güeso con hormigas” al tratar de venderlo en el país.

Veamos cómo fue que se logró tan notable fracaso. La construcción del proyecto se inició en febrero del 2009, “pero no fue sino hasta 11 meses después cuando [el ICE] presentó la factibilidad.” De manera tal que “el ICE inició la obra sin conocer si era rentable y sin aval del Consejo Directivo.” Esto es para mí inconcebible y podría ser un momento notable en nuestra historia de las incapacidades estatales para hacer bien las cosas. ¿Cómo es posible que se decida iniciar una obra de ese monto (inicialmente de $51.2 millones) sin que existiera un estudio de factibilidad del proyecto? Y ¿cómo es posible que, no es sino casi un año después de iniciada la obra, cuando se presenta el estudio de factibilidad correspondiente? Peor aún, ¿cómo puede ser que se inicie una obra de tal magnitud sin que las autoridades responsables de la institución -el Consejo Directivo- la hubieran aprobado? Y, ¿cómo es que esas mismas autoridades no se dieron cuenta o no hicieron nada cuando ese proyecto se inició y se empezó a construir, sin que ellas la hubieran aprobada previamente, como es lo lógico y lo responsable?

Para enredar más la cosa en cuanto a este inicio tétrico, el periódico expone que “aunque ese inicio fue reportado en el 2009, la Dirección del Proyecto ya había incurrido en gastos millonarios por ‘obras en construcción’ durante el 2008.” Quedemos claro con lo que se lee aquí: el ICE de hecho inició las obras de construcción en el 2008 (al cierre de ese año el plan había avanzado en un 29% del costo del proyecto; casi $15 millones ya se habían sido metido en obras). O sea, no fue en febrero del 2009 cuando las inició, como lo reportó la entidad, sino antes, en el 2008, pero el estudio de factibilidad sí lo presentó 11 meses después de la primera fecha y aún más meses después, si se parte de la segunda y real fecha de inicio de obras.

El desorden fue tal que la Auditoría Financiera del ICE del 2011, de acuerdo con el periódico, “criticó la deficiente dirección del proyecto y la ausencia de controles administrativos. Reveló que los costos reales exponían a la entidad a posibles pérdidas.” Pero pregunto: ¿Dónde es que estaba esa auditoría, que tardó entre dos y tres años (de febrero del 2009 al informe del 2011 y más si el inicio de esas obras se dio en el 2008), para informar debidamente a las autoridades del ICE de que se estaba llevando a cabo tal inversión sin la debida aprobación de esas autoridades? ¿O fue que sí les informaron a éstas, pero ellas no hicieron nada para detenerlo en el momento oportuno, valorar la situación y detenerlo, al no haber sido previamente autorizado por las autoridades correspondientes del ICE?

Además, se cuestiona la pertinencia de datos de demanda de esos servicios por añejos (un estudio del período 2000-2006), que se usó en la justificación del proyecto entregado a principios del 2010, tal como lo consigan la información de prensa. Esto provocó, posiblemente, que el Área de Oferta y Mercadeo del ICE no tuviera en su momento un plan de trabajo en lo comercial y ni siquiera una estimación de las tarifas de costos del servicio para los clientes. El vacío fue tal que, en su momento, aquella Auditoría “viera la vulnerabilidad y urgiera determinar a los responsables de un presunto mal uso de fondos públicos.” Y, ¿adivinen qué? El informe del periódico señala que “hoy [21 de julio, fecha de la información] se desconoce si esa pesquisa se llevó a cabo”. Ya saben ustedes lo que yo pienso al respecto.

Pero aquí no concluye la mala administración. El ICE había calculado que ese proyecto -conocido como CDI por Centro de Datos por Internet- generaría fondos a partir del 2010 y que en cinco años redituaría ingresos estimados en $108 millones. Lo cierto es que el proyectó empezó a operar hasta en el 2012 y a la fecha [21 de julio del 2015] apenas ha logrado ingresos por $650.000. Una diferencia abismal.

El proyecto CDI habilitó lo que se llama “gabinetes”, que me imagino son paquetes o unidades de servicios que se les venderían a los clientes eventuales, pero, dos años y medio después, sólo los ha vendido a 12 clientes (más o menos el 12% de la capacidad vendible instalada en el ICE). En apariencia tan poca demanda se debe a que muchos clientes han establecido sus propios centros de datos (o gabinetes) para resolver sus problemas. ¡Oooops!

En este demencial caso, uno imaginaría que el ICE no pretendería expandir el proyecto inicial (data center) que físicamente ubicó en Guatuso de Cartago, pero -demencial es la palabra más apropiada- el ICE está planeando construir otro “data center” en Liberia, Guanacaste. Ya la Contraloría había intervenido en el primer caso, de acuerdo con el informe de Auditoría DFOE-IFR-IF-02-2014, pero se ha definido como de acceso restringido, por todo aquel cuento de la confidencialidad de ciertas operaciones del ICE. O sea, casi que se nos pretende destinar a mayores golpazos sobre el peculio de los ciudadanos. Me imagino que, de oficio, ya la Contraloría se ha movido para evitar que se lleve a cabo lo que a todas luces parece ser una innecesaria segunda “central de datos”, ante el fracaso estruendoso de la primera.

Tiene toda la razón el ciudadano de estar molesto con este dispendio de sus recursos, con ese despilfarro, con ese desorden con el cual se hacen cosas esenciales y con el cuento del secretismo institucional del ICE, que parece estar diseñado para que los verdaderos dueños de la institución -todos nosotros, los ciudadanos- no sepamos de esos manejos caracterizados por la ineptitud y no sé qué más. ¡Y ya se pretende aumentarnos la electricidad en un 13.7% más! Es que da cólera…

Publicado en Facebook el 08 de diciembre del 2015.