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Jorge Corrales Quesada
30/10/2015, 17:08
EL ESTADO INEFICIENTE-COMO CHANCHOS YENDO AL MATADERO
Por Jorge Corrales Quesada

No sé adónde lo leí, pues nunca me ha tocado observarlo, pero dicen que pocas cosas hacen que uno se agite en un escalofrío, como cuando escucha a los chanchos gemir cuando van camino al matadero: parece que presienten su destino y los gemidos, dicen, son su forma de quejarse, de protestar, por el sino que les espera.
Los ciudadanos tenemos que entender que en el país no va a ser nada fácil deshacerse de los muchos odiosos privilegios que se han venido destapando en los últimos años. Son privilegios porque no nos cubren a todos, sino que se trata de una ventaja especial o exclusiva para un grupo en particular y usualmente bien definido, como son los muy conocidos de ciertos regímenes de pensiones, al igual que convenciones colectivas que protegen a grupos sindicalizados específicos del gobierno.

Con similar muestra de angustia camino al matadero, recientemente se conoció de la acción judicial en contra del Banco Nacional, planteada por más de 400 empleados de esa entidad a causa del “recorte al premio económico que reciben cada año por su desempeño.” Ese es un privilegio, aunque le llamen un derecho, pues les fue concedido por el estado y que, por tanto, puede ser denegado por éste, tal como empieza a suceder. Esa es la diferencia que hay entre los falsos derechos y los llamados derechos humanos, que sí son inseparables de la esencia de las personas: de todas las personas y no de un grupo de ellas.

De acuerdo con un reportaje de La Nación del 23 de junio, que lleva por nombre “Empleados demandan al BN por recortar premio salarial: Banco Nacional bajó incentivo un 3% por orden de la Contraloría y el presidente Solís,” los empleados del Banco “reclaman que se les pague un 43% que se les redujo, al alegar que el incentivo está en la Convención Colectiva del Sindicato del BN.”

El punto es el siguiente: La Contraloría General de la República (CGR) determinó que el BN estaba pagando de más a los trabajadores por el bono conocido como Sistema de Evaluación del Desempeño e Incentivos (SEDI). Dicha bonificación llegó a ser, en promedio, un 29% de las utilidades del BN, cuando el tope máximo debería ser de un 15%. ¿Por qué la diferencia? Pues vean qué rico: la CGR señaló que, de ese 15%, se deberían de costear las cargas asociadas a dicha bonificación, tales como cargas obrero-patronales, aguinaldo, salario escolar y otras obligaciones correspondientes al patrono (el Banco) con el estado. El BN pagaba por aparte estos rubros, elevándose el gasto por encima de aquel 15%. Es decir, en la realidad el Banco estaba desembolsando ese 15%, más aquellos otros gastillos, con lo cual el pago del BN por el privilegio no era de un 15% ¡sino de un 43!, que es el monto que trabajadores del banco ahora pelean para sí ante los tribunales.

Para que tengan una idea del alcance del “bonillo”. En el 2012 el pago del bono del SEDI fue de ₡10.700 millones y, en el 2014, bajo el pago equivalente total al banco de un 29% de sus utilidades, aquél habría ascendido a cerca de ₡12.500 millones (de un total de utilidades del BN de ₡43.300). Con la decisión de la Contraloría y también del presidente Solís, este año el pago al SEDI fue de tan sólo de ₡6.500 millones, que no hay duda de que sigue siendo mucha, pero mucha, plata, en especial cuando ni siquiera se tiene un sistema en el Banco que permita evaluar la productividad de cada empleado. Es un caso de tagarotiquis aguda.

Para que vean el alcance del tal bono, informa La Nación que “más del 90% de los 5.800 empleados del Banco gozan de ese beneficio que, en promedio, equivalía a uno o dos salarios mensuales [me imagino que además del treceavo mes, un catorceavo y hasta un quinceavo: ¡qué delicia!], aunque en algunos casos podría ascender a cuatro [dieciseisavo y diecisieteavo mes: por amor de Dios, ¿por qué de una vez mejor no les damos todo el Banco]. Los miembros de la alta gerencia [grandes responsables del olio], tienen otro sistema de premiación.” (Los textos entre paréntesis cuadrados son míos aquí y en otras partes de mi comentario).

Pero, ¿creen ustedes que hasta aquí llega la “justa” petición de los privilegiados? Pues no, en su alegato legal para que les devuelvan el 43% por ciento que no se les giró, también piden que los jueces les den lo correspondiente a “intereses e indexación.” Además, el que maneja el sindicato del Banco, ya señaló que pretendían “imponer sanciones legales contra el nuevo cálculo, pues “es inadmisible que el patrono [todos nosotros, los ciudadanos] no se haga cargo de las cargas patronales. Esto es lo que ha pasado con este Gobierno, que nos está echando la culpa a toda la fuerza laboral de la situación económica fiscal [qué desfachatez con todos estos privilegios]. El asalariado no se hace millonario con el salario.” Se requiere de cierta cara de ciertos sindicalistas para creer que somos tontos o qué. Como si esa plata de catorce, quince o dieciséis salarios al año, no estuviera saliendo de los bolsillos de los ciudadanos de este país. Les garantizo que todo esto no es más que un disfraz de “justicia social”, cuando se visten de pobres porque no se están haciendo millonarios con ese montón de privilegios que salen de nuestros recursos. Que no se atrevan a decirle que no se están haciendo millonarios con esos sueldos y bonificaciones asombrosos en el Banco Nacional en la cara a un trabajador desempleado o de un obrero que no gana ni por asomo tal vez la mitad de lo que perciben estos “caballeros del trabajo” en todo un año de pulsearla. Pero así es como opera el cinismo y el desprecio a lo justo.

Los juicios le van a costar mucha plata en recursos al estado, a todos nosotros. Esperamos que, cuando se haga justicia ante esta oposición al destete de privilegios, se les pase la cuenta a quienes ahora creen ser dueños de los bancos y no empleados de nosotros, los verdaderos dueños, la ciudadanía, que en última instancia es la que da los recursos para que de ahí les lleguen sus salarios (a menos que crean que el dueño de la inversión llamada Banco Nacional no es de los ciudadanos, sino de ellos.)

Publicado en Facebook el 30 de octubre del 2015.