Jorge Corrales Quesada
14/09/2015, 18:32
EL ESTADO INEFICIENTE-APERTURA A LA PRODUCCIÓN PRIVADA DE ELECTRICIDAD
Por Jorge Corrales Quesada
La posición del ICE en el campo de apertura de la producción de energía en manos privadas, parece ser la misma de siempre: poner trabas a cualquier cosa que signifique que el sector privado participe más en la producción de energía eléctrica, como si incluso fuera más cara que la producida por entes estatales.
Esa visión mezquina de las cosas se refleja hoy en el hecho de que la electricidad en el país es relativamente muy cara, de forma tal que incluso el presidente de la República, en su reciente visita a los Estados Unidos para atraer inversión de ese país hacia Costa Rica, que efectuó a mediados de mayo, tuvo que enfrentar la inquietud de empresas potenciales inversionistas, acerca del elevado costo de nuestra energía, entre otras cosas, que podría disuadirlas de invertir en el país.
Pero, por esos mismos días en que el presidente visitaba a aquel país, en Costa Rica se dio un hecho muy interesante, que nos permite vislumbrar el aporte que la empresa privada podría dar para la generación eléctrica en el país, además de mostrar cómo hay sistemas mediante los cuales ello es posible de llevar a cabo. Me refiero a que, después de 15 años de ser operada por manos privadas -por la empresa Consorcio de Geoenergía del Guanacaste, conformada por la japonesa Marubeni y la estadounidense Oxbow Power- la planta Miravalles III fue devuelta a manos del estado costarricense, representado por el ICE.
Tal empresa produce el 14% de nuestra energía geotérmica y tuvo un costo de $64 millones. Su producción equivale al suministro de energía de 60.000 hogares. Fue el primer contrato hecho en el país bajo el sistema de concesión llamado BOT, por sus siglas en inglés, Build, Operate and Transfer; esto es, Construye, Opere y Transfiera y en la actualidad es la única que, bajo tal esquema, opera en el campo de la energía geotérmica (volcánica, como suele llamársela vulgarmente).
Bajo ese acuerdo productivo, la empresa privada construye la planta (me imagino que sin prohibición del estado por estar ubicada en una zona que se podría considerar como un parque nacional), la opera o administra durante 15 años y, al final de ese plazo, la devuelve a propiedad del estado. De hecho en Costa Rica actualmente hay contratos para ocho empresas bajo el modelo BOT: dos hidroeléctricas, dos eólicas, ambas ya operando, y tres hidroeléctricas y una eólica que están en proceso de construcción. Este es un esquema muy útil para una institución que, como el ICE, no está en una muy restringida situación financiera y el apoyo de producción que le brindan esquemas como el BOT, le podría permitir continuar proveyendo la producción de electricidad que necesita nuestra economía. Ello ojalá que a costos menores que los actuales que al momento enfrenta el ICE, que tanto problema ocasiona para la inversión privada en el país y en el costo para su consumo en los hogares.
El resultado ha sido satisfactorio, según lo han señalado autoridades del gobierno, pero hay cosas que lo confunden a uno: en vez de promoverse que el país disponga de energía más barata, mediante el más amplio concurso de la empresa privada, se quiere prohibir la participación privada en proyectos de energía geotérmica y que sean el ICE el único que la pueda explotar en áreas protegidas de los parques nacionales. Extrañamente, porque han podido confirmar el buen manejo medioambiental que se da dado en el caso de la planta Miravalles III, se ha buscado limitar legalmente que la empresa privada pueda obtener concesiones para producir energía en los parques nacionales (obviamente con serias limitaciones de cuido del medio ambiente y ojalá reponiendo áreas equivalentes a las que se usarían de dichos parques). Probablemente la limitación financiera del ICE podría aliviarse parcialmente si se autoriza que los privados, al igual que los entes públicos o un mixto como el caso expuesto, puedan poner plantas geotérmicas en cualquier parte del país.
Un relato de la devolución de Miravalles III al estado costarricense puede ser leído en La Nación del 14 de mayo, titulado “Planta geotérmica Miravalles III pasa de manos privadas al ICE: Primer proyecto de generación eléctrica particular que le transfieren al Instituto”. Ojalá que pueda servir de lección acerca de cómo, con la cooperación del sector privado, es factible seguir generando la energía en el país, a precios más económicos que los actuales, sin tener que acudir a la quema de combustibles fósiles, hoy por hoy relativamente baratos, pero tal vez no por mucho tiempo. El estado debe buscar dejar de ser tan ineficiente.
Publicado en Facebook el 14 de setiembre del 2015.
Por Jorge Corrales Quesada
La posición del ICE en el campo de apertura de la producción de energía en manos privadas, parece ser la misma de siempre: poner trabas a cualquier cosa que signifique que el sector privado participe más en la producción de energía eléctrica, como si incluso fuera más cara que la producida por entes estatales.
Esa visión mezquina de las cosas se refleja hoy en el hecho de que la electricidad en el país es relativamente muy cara, de forma tal que incluso el presidente de la República, en su reciente visita a los Estados Unidos para atraer inversión de ese país hacia Costa Rica, que efectuó a mediados de mayo, tuvo que enfrentar la inquietud de empresas potenciales inversionistas, acerca del elevado costo de nuestra energía, entre otras cosas, que podría disuadirlas de invertir en el país.
Pero, por esos mismos días en que el presidente visitaba a aquel país, en Costa Rica se dio un hecho muy interesante, que nos permite vislumbrar el aporte que la empresa privada podría dar para la generación eléctrica en el país, además de mostrar cómo hay sistemas mediante los cuales ello es posible de llevar a cabo. Me refiero a que, después de 15 años de ser operada por manos privadas -por la empresa Consorcio de Geoenergía del Guanacaste, conformada por la japonesa Marubeni y la estadounidense Oxbow Power- la planta Miravalles III fue devuelta a manos del estado costarricense, representado por el ICE.
Tal empresa produce el 14% de nuestra energía geotérmica y tuvo un costo de $64 millones. Su producción equivale al suministro de energía de 60.000 hogares. Fue el primer contrato hecho en el país bajo el sistema de concesión llamado BOT, por sus siglas en inglés, Build, Operate and Transfer; esto es, Construye, Opere y Transfiera y en la actualidad es la única que, bajo tal esquema, opera en el campo de la energía geotérmica (volcánica, como suele llamársela vulgarmente).
Bajo ese acuerdo productivo, la empresa privada construye la planta (me imagino que sin prohibición del estado por estar ubicada en una zona que se podría considerar como un parque nacional), la opera o administra durante 15 años y, al final de ese plazo, la devuelve a propiedad del estado. De hecho en Costa Rica actualmente hay contratos para ocho empresas bajo el modelo BOT: dos hidroeléctricas, dos eólicas, ambas ya operando, y tres hidroeléctricas y una eólica que están en proceso de construcción. Este es un esquema muy útil para una institución que, como el ICE, no está en una muy restringida situación financiera y el apoyo de producción que le brindan esquemas como el BOT, le podría permitir continuar proveyendo la producción de electricidad que necesita nuestra economía. Ello ojalá que a costos menores que los actuales que al momento enfrenta el ICE, que tanto problema ocasiona para la inversión privada en el país y en el costo para su consumo en los hogares.
El resultado ha sido satisfactorio, según lo han señalado autoridades del gobierno, pero hay cosas que lo confunden a uno: en vez de promoverse que el país disponga de energía más barata, mediante el más amplio concurso de la empresa privada, se quiere prohibir la participación privada en proyectos de energía geotérmica y que sean el ICE el único que la pueda explotar en áreas protegidas de los parques nacionales. Extrañamente, porque han podido confirmar el buen manejo medioambiental que se da dado en el caso de la planta Miravalles III, se ha buscado limitar legalmente que la empresa privada pueda obtener concesiones para producir energía en los parques nacionales (obviamente con serias limitaciones de cuido del medio ambiente y ojalá reponiendo áreas equivalentes a las que se usarían de dichos parques). Probablemente la limitación financiera del ICE podría aliviarse parcialmente si se autoriza que los privados, al igual que los entes públicos o un mixto como el caso expuesto, puedan poner plantas geotérmicas en cualquier parte del país.
Un relato de la devolución de Miravalles III al estado costarricense puede ser leído en La Nación del 14 de mayo, titulado “Planta geotérmica Miravalles III pasa de manos privadas al ICE: Primer proyecto de generación eléctrica particular que le transfieren al Instituto”. Ojalá que pueda servir de lección acerca de cómo, con la cooperación del sector privado, es factible seguir generando la energía en el país, a precios más económicos que los actuales, sin tener que acudir a la quema de combustibles fósiles, hoy por hoy relativamente baratos, pero tal vez no por mucho tiempo. El estado debe buscar dejar de ser tan ineficiente.
Publicado en Facebook el 14 de setiembre del 2015.