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Jorge Corrales Quesada
20/08/2015, 11:09
EL ESTADO INEFICIENTE-UNA ECONOMÍA QUE NO CRECE Y ANUNCIAN MAYORES IMPUESTOS
Por Jorge Corrales Quesada

Hay una noticia que ya no es noticia, sino que se va convirtiendo en “lo mismo de siempre”. Me refiero a problemas en nuestra economía en momentos en que lo deseable es ver cómo podemos hacerla crecer más. El pasado primero de abril informó La Nación que la “Inversión empresarial crece cada vez menos: Pasó de aumentar 12,25% en el tercer trimestre del 2013 a 3,26% en último del 2014.”

Conocido es el impacto que tuvo sobre nuestra economía la crisis global a partir del 2008. Luego ésta empezó a recuperarse, si bien nunca volvió a alcanzar las tasas de crecimiento de alrededor de un 8-9% del 2006. De acuerdo con datos del Banco Central, que se presentan en un infográfico en el artículo en mención, después de esa recuperación el crecimiento de nuestro PIB ha sido de alrededor de un 5% anual en los últimos años. Es decir, no hemos recuperado aquella excelente tasa de crecimiento de mediados de la década de los 2000.

Lo más preocupante es que esa tasa de crecimiento del PIB en el último año es aún menor que la del año previo. De hecho, con alguna oscilación, el PIB muestra cada vez menores tasas de crecimiento a partir del tercer trimestre del 2013 (con excepción del segundo trimestre del 2014).

A su vez, la inversión de las empresas -conocido en el lenguaje del Banco Central como formación bruta de capital- ha venido cayendo durante los últimos cinco trimestres. Deseo aclarar (en sencillo) que esa formación bruta de capital comprende tanto la adquisición por las firmas de bienes duraderos (o de capital) como de activos productivos durante el período, lo cual incluye maquinaria, edificios, viviendas, obras de infraestructura y otros activos fijos similares. Asimismo, dentro de dicha medida se toman en cuenta las variaciones de los inventarios de las empresas.

No hay duda, entonces, que usualmente habrá una relación importante entre el comportamiento de la formación bruta de capital (llamémosla inversión de las empresas) y el crecimiento de la economía. Casi es de prever que, normalmente, un mayor crecimiento de la inversión de las empresas se traduce en un mayor crecimiento de la producción en la economía.

Aunque el infográfico del artículo de marras de La Nación me parece que presenta un error, cuando llama “gasto de consumo final de los hogares” a lo que es la formación bruta de capital de las empresas, en el texto apropiadamente se indica que “la inversión de las empresas cumplió cinco trimestres consecutivos de desaceleración [crecimiento cada vez menor],” citando fuentes del Banco Central. Y eso es preocupante, pues parece anticiparnos un menor crecimiento económico futuro.

Como explicaciones para dicho descenso, el economista Luis Mesalles indicó que en ese menor crecimiento de la inversión empresarial “influyó una caída en los inventarios, en la que pudo incidir la caída de INTEL,” lo cual es plausible, según la definición arriba comentada de lo que constituye la formación bruta de capital.

Pero también, y creo que acertadamente, el economista Manuel Zúñiga señala que podría deberse a “problemas de competitividad” en nuestra economía y advierte que “postergar las mejoras en materia de competitividad (costo eléctrico e infraestructura vial, regulaciones absurdas, entre otros) ya empieza a pasar la factura a la economía costarricense.” Agrega don Manuel que “esto hace que el sector empresarial sea más cauto en ampliar sus actividades locales y más bien valore continuar sus proyectos en otros países. De ahí que persista un piso del desempleo del 10%.” Me parece que el razonamiento de don Manuel es acertado y hace una muy apropiada advertencia, que bien podrían tomar en cuenta los responsables de la formación de política económica en nuestro país.

Creo que hay un factor importante que estaría jugando un papel crucial en cuanto a determinar una menor inversión de las empresas del país. Me refiero a la perspectiva gubernamental de lograr una muy fuerte aprobación de impuestos en este año, la cual no se ha visto aparejada con una propuesta alternativa de reducción del gasto gubernamental, a pesar de que ello lo prometieron autoridades de gobierno como un antecedente para la aprobación de mayores gravámenes. No hay duda que impuestos más elevados significan un menor rendimiento del capital y, por lo tanto, tales gravámenes afectan negativamente la inversión -creación nueva de bienes de capital- al disminuir la rentabilidad neta de dicha inversión. Esta perspectiva empresarial puede ser encapsulada en la palabra “incertidumbre". Ante la incertidumbre acerca de la política fiscal en la economía, la empresa nacional prefiere abstenerse de arriesgar en nuevas inversiones.

Esto, a su vez, puede explicarnos por qué la nueva inversión extranjera no ha caído tanto en tiempos recientes (observen que digo nueva, pues así aíslo el efecto de la reciente salida de inversiones extranjeras en el país). A pesar de que hay una cierta declinación de la inversión extranjera en el mundo, posiblemente porque mucha de ella se puede estar redirigiendo hacia unos Estados Unidos con un ligero grado de recuperación económica, en Costa Rica el efecto negativo de tal descenso no ha sido tan fuerte, pues los ya potenciales inversionistas y “reinversionistas” han descontado cualquier aumento de impuestos en el país a la inversión extranjera. Tal situación, obviamente, no es el caso de la inversión doméstica, que se espera sea una de las actividades que será gravada fuertemente, según han sido los deseos ya expresados de las autoridades de gobierno (y, si nos referimos al IVA, que presuntamente recaería sobre los consumidores, eso también termina afectando los ingresos de las empresas, pues se esperaría que vendan menos ante el alza en el precio de los bienes y servicios gravados, ya sea que la imposición se da por primera vez o que tan sólo verán aumentar la tasa de imposición sobre las ventas).

¿Habrá captado el gobierno el mensaje de que mayores impuestos ya están desestimulando la inversión privada y, por ende, el crecimiento de la economía y, por tanto, como bien lo advierte don Manuel Zúñiga, también la creación de empleo en la economía? Oídos sordos y acciones necias: ¡qué tristeza!

Publicado en Facebook el 20 de agosto del 2015.