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Jorge Corrales Quesada
14/06/2015, 11:41
EL ESTADO INEFICIENTE-FUERZA Y LUZ SE DERRUMBA
Por Jorge Corrales Quesada

Este comentario que he titulado El Estado Ineficiente-Fuerza y Luz se Derrumba, bien podría haber sido titulado El Estado Ineficiente-Debacle en Fuerza y Luz, agregándole que es una Parte Segunda. El primer comentario lo puse hace dos días en Facebook y, como verán ahora, sigo tratando el tema actual de Fuerza y Luz.

El trabajo acerca del casi fracasado proyecto Balsa Inferior, que hizo Greivin Moya para Telenoticias de Canal 7, presentado entre el 17 y el 19 de febrero en dicha emisora, ejecutado bajo la responsabilidad de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (FyL), es tal vez uno de los mejores de su género en tiempos recientes, no sólo porque la información del desastre casi que ha fluido al público exclusivamente de su parte, sino por el análisis incisivo que hace y, asimismo, porque en todo momento es esclarecedor de las responsabilidades de diferentes partes involucradas en el proyecto.

Dicho proyectó inicialmente se estimó que costaría unos $92.8 millones y terminó en unos $326 millones; esto es, su costo superó a lo inicialmente programado en cerca de 3.5 veces. Se ubica en San Carlos, Alajuela, en el distrito de Florencia, a unos 40 kilómetros de la ciudad de San Ramón. La obra se supone que se iniciaría en el 2009, pero no lo hizo plenamente sino hasta mayo del 2011 y se esperaba que entraría en operación en el 2013. Sin embargo, a la fecha aún no lo ha hecho.

Se estima que, con los costos actualizados arriba mencionados (y que incluso aún se podrían elevar en algo más), el costo de la electricidad podrá significar unas 2 y media veces el precio actual por kilovatio hora (KVh), al que FyL lo adquiere del ICE. Se estima que el KVh de; proyecto terminará costando ₡173,54, en tanto que en el 2014 FyL lo adquirió del ICE en unos ₡69.71. Según indicó el subdirector de la Cámara de Industrias, señor Carlos Montenegro, en una entrevista que le hizo Greivin Moya para el programa arriba citado, aún si el proyecto del Balsa Inferior se dejara por fuera, el costo del KVh promedio de FyL sería de alrededor de unos ₡80, lo cual preocupa a los clientes usuarios de esa empresa.

Asevera el periodista Moya que, desde el año 2005, el ICE dio a conocer sus dudas acerca de la bondad del proyecto original, llamado Balsa Superior, principalmente porque el agua de que se dispondría era insuficiente, lo cual provocó que se cambiara de sitio a lo que ahora se conoce como Balsa Inferior. Éste estaría a cargo plenamente de FyL y se redefinió con una capacidad de producción más limitada que la previa, quedando en unos 37.5 megavatios.

Los costos del entonces nuevo proyecto cambiaron radicalmente. De aquel monto inicial de $92.8 millones, las partidas de gastos experimentaron fuertes incrementos. Veamos por partes algunas de las principales variaciones. Una es que se contrató a la empresa brasileña OAS-Engevix para obras de construcción de la presa, de la toma y de la casa de máquinas, por un monto de $81 millones, así como de una subestación que al principio se estimó en $17 millones, pero concluyó costando unos $20 millones.

(De paso, esa empresa brasileña forma parte del mismo grupo empresarial que pretendió construir la nueva autopista San Ramón-San José. Ambas forman parte del consorcio brasileño OAS, que ha sido cuestionado recientemente en Brasil por algunos escándalos notorios de corrupción en ese país).

Otro segundo factor de costos que se incrementó significativamente fue el relacionado con la contratación que FyL hizo del ICE, para que éste realizara, mediante un contrato de administración, la hechura de los túneles, tuberías de presión, caminos y obras del embalse. Según indicó en la entrevista que le formuló el periodista Moya, el nuevo gerente de electricidad del ICE y nuevo presidente de la Junta Directiva del FyL, señor Luis Pacheco, los montos originalmente estimados para esas obras eran muy bajos, por lo cual el ICE los determinó en $147 millones y que al final de cuentas se elevó a $179 millones. Indicó el señor Pacheco, “por lo menos las obras subterráneas que se nos dieron a nosotros [ICE] y nos dijeron que costaban 120 millones de dólares, al final terminaron costando casi 180 millones de dólares… porque faltaba información…”

Cómo bien expuso Greivin Moya: se dieron números alegres y después todo terminó en una Fuerza y Luz casi financieramente quebrada, a causa del fracaso del proyecto, además de provocar despidos de personal y el cierre de otros proyectos y costos muy elevados que se han de reflejar en un costosísimo precio para los consumidores de FyL. Pero, además, se da una enorme subutilización del proyecto, pues apenas se espera que se use un 36% de la capacidad, lo cual es considerado como muy bajo. Lo peor del caso es que era el proyecto “insigne” de FyL, destinado para suplir de energía en momentos pico, lo cual nos puede explicar esa baja utilización. Aun así, lo increíble es que las actuales autoridades de FyL dicen que, dejar parado al proyecto, saldría más caro que ponerlo a operar; es decir, que al menos se cubrirían los costos variables, pero eso parece ser muy dudoso, dada la baja utilización del proyecto.
También ha indicado Greivin Moya que hay sobrantes muy elevados de materiales que se usarían en las obras, lo cual aún no se ha podido explicar, así como también se dieron modificaciones de los caminos por unos 5 kilómetros y que hay torres de transmisión que fueron construidas y ahora están abandonadas. El costo estimado de esos materiales sobrantes se acerca a $5 millones.

Las responsabilidades ante los hechos expuestos en torno al proyecto Balsa inferior están diseminadas, pero en mucho parecen definidas, empezando por el estudio de factibilidad original realizado por los franceses, que no parece haber sido apropiadamente revisado por FyL, pues no es explicable tanta diferencia entre el costo inicialmente estimado de $92.8 millones y el final de $326 millones. Desde el año 2005, muchos antes del inicio de las obras en el 2011, el ICE había indicado que el proyecto no parecía estar bien.

Por ello, es crucial sentar las responsabilidades que le pueden caber a la empresa francesa Electricité de France, que realizó el estudio inicial, a fin de que explique el descalce descomunal entre el costo proyectado y el final que tuvo. Debe tenerse presente que los estudios iniciales del proyecto, que presuntamente estaban incompletos según han señalado distintas entidades involucradas en el proyecto, resultó de una contratación directa entre FyL y la empresa Electricité de France, que fue finalmente aprobada por la Contraloría General de la República en junio del 2004.

También la empresa FyL parece como que si hubiera ocultado los estudios, pues no es posible que no se haya dado cuenta de la insuficiencia de los cálculos iniciales. Por ello, tiene razón Greivin Moya, al preguntar: “¿Dónde estaban los profesionales a cargo de los estudios?”, asimismo ¿dónde estaban los encargados de los estudios de tierra, como indicó un sindicalista de FyL? Pero, ante todo, fueron los directivos y altos funcionarios de FyL los responsables de la puesta en marcha y ejecución del proyecto. No es posible que ellos no se hayan dado cuenta del diferencial enorme entre los costos iniciales estimados y los costos finales.

Esta responsabilidad también puede recaer en el ICE, que, como es sabido, obtuvo un contrato de parte de FyL para llevar a cabo importantes obras administración, por un monto de $179 millones, que ya de por sí era casi el doble de todo, sí, de todo, el costo inicialmente presupuestado para el proyecto. Debe tenerse muy presente que la relación institucional entre FyL y el ICE es de dependencia de la primera ante la segunda. Esto es, el llamado Grupo ICE está conformado por el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), Radiográfica Costarricense (RACSA) y la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (FyL), en donde el ICE es propietario del 98.6% de las acciones de FyL. ¿Cómo es posible que el ICE, dándose cuenta de los problemas del proyecto, aún antes del inicio de las obras, no haya desempeñado una acción decisiva, que evitara la inconveniente inversión de una subsidiaria que es casi totalmente de su propiedad?

La Junta Directiva de Fuerza y Luz, los ingenieros y gerentes de esa empresa, el mismo personal de FyL, al igual que los franceses de Electricité de France, el ICE, así como OAS-Engevix, al igual que la Contraloría General de la República, que en el 2012 indicó acerca de pérdidas y una pobre rentabilidad del proyecto, tienen mucho que explicar a los costarricenses. El Ministerio Público, obviamente, ya debe de estar actuando institucionalmente al respecto.

Los ciudadanos no debemos aceptar que, de manera alguna, seamos los que paguemos los platos rotos de tan espantosas decisiones, a través de aumentos en el costo de la electricidad que nos vende Fuerza y Luz. Es de suponer que ARESEP no va a permitirlo, pues sería una regalía para una empresa estatal que ha actuado tan ineficiente e irresponsablemente. Con toda franqueza tengo mis dudas de que podamos escapar de pagar más por esa electricidad, a sabiendas de que el estado no sabrá cómo reponer esos fondos tan mal empleados y que preferirá el camino fácil, pero no tan anónimo, de cargarle su ineficiencia al ciudadano consumidor. Pero es hora de que, quien no hace bien las cosas, asuma la responsabilidad y que no espere a que el asunto de FyL quede resuelto con tan sólo la aprobación de ARESEP de una petición de alza del costo de la electricidad de parte de FyL. El tamal no debe de ser pagado por los ciudadanos: que el estado -Fuerza y Luz- apechugue con su torta.

Publicado en mis sitios en Facebook jorge corrales quesada y Jcorralesq Libertad el 14 de junio del 2015.