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Jorge Corrales Quesada
18/05/2015, 21:18
EL ESTADO INEFICIENTE-EL MAL SERVICIO DE INTERNET Y LA SUTEL
Por Jorge Corrales Quesada

Personalmente no estoy muy satisfecho que digamos con el servicio de Internet que pago y recibo. Ya me he aburrido de señalar con anterioridad que posiblemente el problema está en la falta de competencia, pues no son muchas las posibilidades de optar entre diferentes proveedores, pues incluso el negocio de paquetes (Internet más televisión de cable más otras cosas por ahí) hacen que se complique la decisión de cambiar hacia un mejor proveedor. Para mí estas limitaciones surgen por falta de un eficiente organismo regulatorio, que dé lugar esencialmente a una mayor apertura y no al oligopolio hoy existe en tales servicios.

Pero el asunto es aún más complicado, como colijo del artículo de La Nación del 15 de diciembre, que se titula “Gobierno se conforma con Internet de baja velocidad: Propuesta de plan nacional de desarrollo de las telecomunicaciones 2015-2021”.

En ese comentario se señala que “Metas tímidas y difíciles de errar como una Internet de banda ancha con velocidad mínima de dos megabits por segundo (Mbps). Ese es el principal rasgo del nuevo Plan Nacional de Desarrollo de las Telecomunicaciones 2015-2021, del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (MICIT)”.

Debo reconocer mis serias limitaciones de conocimientos de asuntos tecnológicos como éste, pero expreso mi opinión simplemente como consumidor, insatisfecho con la calidad del servicio de Internet que hoy recibo. Por ello, en temas técnicos como éste siempre recuerdo que San José de Costa Rica fue una de las primeras ciudades del mundo en tener alumbrado público. Ese fue el resultado de la iniciativa empresarial del ingeniero Manuel Víctor Dengo, quien a mediados de 1882 obtuvo el derecho exclusivo para desarrollar la energía eléctrica en Costa Rica. Por supuesto, tal derecho no es más que una concesión exclusiva del estado, que habría concitado la fiereza de los oponentes al progreso -de haber existido tal como hoy- quienes suelen pulular cuando se habla de otorgar una concesión a alguna empresa privada, para que lleva a cabo alguna actividad de interés público.

En todo caso, el ingeniero Dengo se asoció con el guatemalteco don Luis Batres (¡inversión extranjera! ¡Maldita sea!), y fundaron la Compañía Eléctrica de Costa Rica. No es claro si San José fue la tercera ciudad del mundo de disfrutar del progreso con el alumbrado eléctrico público, pero sí es un hecho que fue una de las primeras. Por eso, ante la importancia crucial que hoy tiene para la humanidad la existencia de una Internet “decente”, tomaré como meta deseable para nuestro país lo que acerca de Europa señala el comentario periodístico de referencia.

Mientras, aquí el gran plan de desarrollo del gobierno en este campo planea que, hasta el 2021, la mitad de la población (hogares) del país “tenga Internet de banda ancha de dos megabits por segundo (Mbps) como velocidad mínima de conexión,” en donde cada año se iría revisando dicha velocidad, además de lograr el objetivo de tener un millón de nuevas suscripciones a Internet.

Haciendo un contraste entre este objetivo nuestro con el que se busca para la Unión Europea, el cual, según La Nación y con base en el plan de crecimiento Europa 2020, esa región tendría en dos años acceso a todos sus miembros con “30 Mbps de velocidad mínima de acceso y, al menos, 50% de su población con 100 Mbps”. Sobran las palabras acerca de lo atrasados que nos iremos quedando.

Como es usual en este tipo de situaciones, el funcionario público aduce que no puede hacer más debido a la falta de fondos, pero en este caso creo que sería bueno que parte del enorme excedente no utilizado por SUTEL que al cierre de este año podría tener un superávit alrededor de ₡100.000 millones, se empleé en mejorar el acceso de Internet para los ciudadanos en lo que tiene que ver con la parte pública y que los oferentes privados se encarguen de suplir el resto requerido, por el cual se le cobraría a los usuarios, como es lo normal (ojalá que con un mayor grado de competencia).
Lo expuesto no es nada más que un costo impuesto sobre la ciudadanía, que a la fecha carece de un servicio inadecuado de Internet, pero, lo lamentable es que, para llegar a un nivel apropiado como el de la Unión Europea, tal vez, como dice la canción, “pasarán más de mil años”, dado el pasito de tortuga al que nos quiere llevar nuestro ESTADO INEFICIENTE.

Publicado el 20 de marzo del 2015.