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Jorge Corrales Quesada
18/05/2015, 13:40
EL ESTADO INEFICIENTE-OBSTÁCULOS AL DESARROLLO ELÉCTRICO DE COSTA RICA
Por Jorge Corrales Quesada

¿Por qué será que en Costa Rica se ponen tantos obstáculos al progreso? Sabemos que estamos en alitas de cucaracha en cuanto a un suministro adecuado de energía eléctrica y bien que conocemos el alto costo que estamos pagando por ella, lo cual en mucho puede haber incidido en la salida reciente del país de mucha inversión extranjera, pero sobre todo en los bolsillos de los consumidores. Pero cuando hay oportunidades de aumentar la oferta de energía, siempre surgen obstáculos que las impiden.

Recientemente en La Nación del 24 de octubre aparece un artículo titulado “Tres proyectos sobre geotermia esperan autorización legislativa”, el cual muestra los obstáculos que han tenido propuestas para que el país pueda desarrollar esa fuente energética. Incluso un proyecto estatista, que pretende que esa provisión sea exclusiva del ICE, no ha podido ser aprobado y menos otro que busca que la empresa privada también pueda hacerlo.

El tema no es sólo si debe ser el estado, por medio del ICE, el que desarrolle esos proyectos, en vez de usarse toda la capacidad empresarial privada -tal como está sucediendo hoy en día en los países nórdicos, en donde el estado acude cada vez más a la eficiencia empresarial privada para asegurarse la provisión de servicios de interés de la ciudadanía. Se cree, por dogma de fe, que sólo el estado sabe producir energía y que los individuos y sus empresas no saben hacerlo o lo hacen mal. Parece que el mundo se ha detenido en esas mentalidades, que no conciben que al estado lo que debería de interesarle es quién lo produce más barato para los consumidores de su país y no quién sea el que lo produce. No me interesa que un estado ineficiente sea el único que la produce, pues puede salirnos más cara a los usuarios, sino que se aplique la eficiencia de la producción privada, con lo cual podríamos tener esa misma energía a un menor costo.

Pero, aun dejando de lado el tema de si es posible hacer adelgazar un estado excedido de tamaño, a la vez que puede lograrse mejor el objetivo final de servir bien al ciudadano y al menor costo posible, el tema no se define en la Asamblea Legislativa. Lo que el país necesita es tener más energía y a menor costo, no que sea producida específicamente por alguien, como es el estado por medio del ICE.

Muchos de los argumentos para impedir el desarrollo geotérmico en los parques nacionales se sustentan en la conservación de un medio ambiente adecuado. Pero lo cierto es que el país ya ha tenido una buena experiencia en el sentido de producir energía geotérmica con una mínima y tal vez insignificante afectación medioambiental, como es el caso con las cuatro unidades de Miravalles que se desarrollaron entre 1994 y el 2009 y hoy producen 163 megavatios de potencia. Igualmente, es el caso de la planta Pailas I que se inauguró en el 2011 en las estribaciones del volcán Rincón de la Vieja y ya casi está lista Pailas II en la misma zona. Y uno no escucha algo acerca de daños al medio ambiente ocasionado por estos proyectos en cuanto a convertirlos en “indeseables”, incluso de parte de grupos que me atrevo a considerar como “hipersensibles” en cuanto al cuido del medioambiente.

Alguien dirá que esos son proyectos del ICE y que, por tanto, debería de dársele a esa entidad el monopolio de la producción de energía de fuentes geotérmicas, pero eso me parece absurdo, pues lo que debería de determinarse es si la producción geotérmica, ya sea estatal (ICE) o privada, causa daños ambientales, de un costo tal que no haga de esos proyectos algo socialmente rentable, además de que, de ser ese el caso, que no sea posible compensarlos. Pero me parece dogmático considerar que sólo el estado pueda desarrollarlos y no el sector privado, pues, sea quien sea el que los lleve a cabo, debería de estar sujeto a las mismas reglas de juego, particularmente en cuanto a conservación de esas áreas que se podrían considerar como ambientalmente sensibles.

Mientras tanto, el gobierno se mete de otra manera apelando a una especie de resultado mágico de un diálogo nacional, de lo cual, en verdad, si es que algo es “un diálogo nacional”, ya hemos tenido mucha conversación sobre el tema energético en el país y la conclusión principal es que la nación está a punto de tener una funesta escasez de energía barata, con el consiguiente efecto negativo sobre la inversión, empleo e ingresos y, sobre todo, que impida la provisión necesaria de energía que requiere la ciudadanía para su uso cotidiano.

Les apuesto que los burócratas no harán algo sino cuando la situación ya sea insostenible. Lo que posiblemente sucederá es que acudirán a comprar energía -en mucho producida privadamente- en otros países de Centroamérica, por supuesto que a un costo mayor que el que podríamos tenerla si incentiváramos el esfuerzo productivo privado en el suministro de energía.

Publicado el 05 de enero del 2015.