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Jorge Corrales Quesada
25/08/2014, 16:35
PROPUESTA LIBERAL PARA CURAR ENFERMEDADES DE POBRES
Por Jorge Corrales Quesada

Ya he leído en Facebook a algunos quejándose de que el capitalismo de las empresas farmacéuticas las empuja a producir tan sólo aquellas medicinas que les sirven a los ricos y no a los pobres. Que por esa razón no es de esperar una pronta cura al virus conocido como ébola, que azota principalmente a ciudadanos de naciones pobres del oeste de África. Aquella es una verdad a medias y que a veces más bien lo que busca quien la pronuncia no es la verdad de las cosas, sino la ganancia ideológica. Veamos.

En primer lugar mucho de los ricos son grandes contribuyentes con fondos de su propio peculio para la erradicación de enfermedades en naciones pobres, tal como también lo hacen algunas iglesias. No sólo tengo en mente al señor Bill Gates, sino a muchos otros, algunos con menor fanfarria y más silenciosos. Pero el hecho es que hay personas ricas que ejercen la caridad usando para ello riquezas que les son propias.

El segundo hecho crucial es que la investigación farmacéutica suele ser sumamente cara. Incluso cuando se ha buscado una cura para enfermedades de ricos, los costos del desarrollo de medicinas y técnicas han sido muy elevados. Ejemplos actuales de ello son la cura del cáncer, de la gripe o de enfermedades cardíacas.

El tercer hecho básico es que una empresa privada dedicada a la investigación farmacéutica, si no recupera los costos de esa búsqueda de la cura, rápidamente entrará en quiebra y no es de esperar que los críticos de siempre la vayan a sacar a flote y menos a asumir la investigación cuyo costo no se recuperó porque no genera los ingresos debidos.

Ante los dilemas que plantea el caso descrito, voy a señalar la propuesta liberal que formuló un distinguido economista español -catalán por más señas- y profesor de economía en la universidad de Columbia, hasta donde sé. Xavier Salá i Martín escribió un libro muy bonito, aptamente titulado “Economía Liberal para no economistas y no liberales” (Barcelona: Plaza & Janés Editores, S.A., 2002). Propone en sus páginas 141 y 142 lo siguiente:

“…yo sería partidario de que el dinero de los países ricos (al África) se centrara en las ayudas sanitarias…Los gobiernos de países ricos deberían encargarse de la investigación y del desarrollo de medicinas y vacunas. Eso no significa que los gobiernos deban ponerse a investigar en laboratorios públicos. Más bien al contrario. Lo que se debe hacer es incentivar a las empresas farmacéuticas para que hagan las inversiones necesarias para desarrollar tratamientos de las enfermedades que afectan principalmente a los países pobres. Lógicamente, para conseguirlo se deben garantizar a la empresa que descubra las vacunas unos beneficios sustanciosos porque, de lo contrario, la vacuna jamás llegará a descubrirse. El problema es que para que la empresa farmacéutica pueda recuperar la inversión, deberá poner un precio tan elevado que los enfermos africanos no van a poder pagarlo. Y aquí es donde deben intervenir los gobiernos de los países ricos, que han de prometer la compra de un determinado número de vacunas o de tratamientos a precios de mercado. Las vacunas compradas por los países ricos se donarán a los enfermos de los países pobres. De esta manera, se incentiva a la empresa farmacéutica a que investigue las enfermedades que afectan a los países subdesarrollados, se evita que el dinero caiga en manos de funcionarios corruptos y se utilice con finalidades militares o poco productivas.”

Bueno, ahí tienen la propuesta liberal. Eso para que tal vez algunos dejen de hablar con tanta facilidad y sin consecuencias por simplonas aseveraciones ideológicas que a veces lanzan, para culpar al capitalismo de todos los males que sufre la humanidad. Por el contrario, incentivar la capacidad del capitalismo para producir, descubrir e inventar, al tiempo que recupera el costo indudable en que se incurre.

Publicado en mi sitio en Facebook Jcorralesq Libertad el 25 de agosto del 2014.