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Jorge Corrales Quesada
04/03/2014, 10:24
¡QUE NO CREAN QUE SOMOS TONTOS!
Por Jorge Corrales Quesada

Recientemente se denunció el alevoso gasto en vehículos que había realizado el Ministerio de Seguridad, a principios de diciembre recién pasado. El monto total estimado de ese gasto se ha señalado que ascendió a ₡1.953 millones. Lo más importante de dicha denuncia es que el Ministerio había adquirido una serie de vehículos, que los costarricenses tenemos muy presente de que se trata de carros muy lujosos. Específicamente, vehículos marca Toyota Prado, que tienen, cada uno, un valor en el mercado de, aproximadamente, $75.000 (alrededor de ₡40.9 millones, a un tipo de cambio de ₡545 por dólar). Se ha denunciado que esos Prados están destinados básicamente a altos jefes de la policía.

Lo lamentable es la explicación que, ante esa compra, nos ha dado el Ministro de Seguridad Pública, señor Zamora, quien dijo a La Nación que “es importante destacar que cada unidad Prado, que a un particular le cuesta $75.000 en versión de lujo, al Ministerio de Seguridad le cuesta ₡18 millones.” (Aproximadamente unos $33.000 al mismo tipo de cambio que usé arriba).

El periodista señala que Zamora le dijo que ese menor monto se debía “tanto por la exoneración de impuestos como porque se trata de la versión básica, sin lujos”. (La Nación, domingo 5 de marzo del 2014, p. 14A).

Es decir, según el Ministro, el gasto (o inversión, como lo llaman los políticos) de $75.000 que le cuesta a cada ciudadano privado adquirir un Toyota Prado, es una ganga, pues, por una parte, como el gobierno no tiene que pagar impuestos, le sale en tan sólo ₡18 millones.

Aquí hay una clara falacia económica, porque si eso fuera así, cuando se vende ese vehículo al gobierno, ese mismo gobierno deja de recibir impuestos por un monto aproximado de $42.000 (alrededor de ₡22.9 millones al tipo de cambio antes usado). Visto de otra manera, el gobierno podría adquirir todo tipo de carros sin tener que pagar los impuestos correspondientes, para luego vendérnoslos a cada uno de nosotros, a ese mismo precio sin impuestos. Según el gobierno, eso significaría una “economía”, cuando en verdad ese mismo gobierno dejó de recaudar todos esos impuestos.

Por ello, la equiparación que nos hace el Ministro no es válida, pues no es correcto comparar el costo para el gobierno de ese vehículo sin el pago de impuestos, con lo que cada ciudadano tendría que pagar por ese mismo vehículo, pero incluyendo los impuestos.

Por otra parte, la segunda justificación que da el Ministro también es errada. Si, como él dice, se adquirió una “versión básica, sin lujos”, me pregunto por qué no se compraron otros vehículos más baratos. Con ello los costarricenses posiblemente nos hubiéramos ahorrado un montón de plata, que mucho nos cuesta.

Pero hay más. Existe la posibilidad de que, como parte del pago, el Ministerio hubiera entregado a los vendedores de aquellos vehículos, los carros viejos de su propiedad. No sé qué valor habrían tenido de darse este caso, pero lo cierto es que esos vehículos, que hipotéticamente se entregaron como parte del pago, tampoco tuvieron que pagar impuestos cuando inicialmente el gobierno los adquirió hace varios años.

El nuevo dueño ahora podrá vender esos vehículos recibidos a cambio como parte del pago, sin que incluyan el pago correspondiente de impuestos dejados de pagar, lo que significaría un buen negocio para los nuevos dueños, pero no para el fisco.

Si esto último ha sucedido, de lo cual no estoy seguro ni tengo información alguna, excepto cierta experiencia, sería también muy bueno que los costarricenses lo conociéramos.
No es que queremos que nuestra Fuerza Pública “vuelva a ser lo que fue por muchos años: la Cenicienta de las instituciones públicas”. Por el contrario, si evitamos el desperdicio de recursos públicos, tendremos más fondos disponibles para invertir en subsanar las necesidades de nuestra Fuerza Pública.

Publicado en mi sitio en Facebook Jcorralesq :Libertad