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Jorge Corrales Quesada
15/10/2013, 09:06
NECESARIO QUE SE RINDAN CUENTAS
Por Jorge Corrales Quesada

Una vez más, parece que en nuestro país lo normal es que no hay escándalo que dure más de tres días. Por ejemplo, el enorme hueco que surgió al lado de un puente o alcantarilla en la carretera a Limón, puede haberse debido a otra razón diferente de un simple infortunio natural de lluvias abundantes.
En un programa de televisión se mostró a una muchachita, aparentemente vecina del lugar de los hechos, quien señaló que ese derrumbe se veía venir, como consecuencia de un permiso mal otorgado para que una empresa sacara piedras del río en donde se presentó el problema. Si me acuerdo bien, creo que ella no indicó cual fue la entidad que otorgó la concesión para sacar la piedra, pero sí que esa extracción provocó que el cauce del río se desviara, golpeando y erosionando gradualmente la ribera sobre la cual descansaba el puente. El desenlace lo conocemos: resultado de una fuerte lluvia, el río terminó llevándose el puente o la alcantarilla, paralizando por varios días el tránsito en una vía muy importante.
La pregunta obligada es si, cuando se le otorgó la concesión o permiso para que la empresa extrajera piedra del río, ¿se tomó en cuenta que con eso se podría desviar la corriente y provocar los graves daños que efectivamente se dieron? Quien otorgó esa concesión debe dar cuenta de sus actos acerca de cómo y en qué condiciones fue concedida. Un principio básico de la administración pública es dar cuentas de sus acciones a la ciudadanía. Ahora se trata de ponerlo en práctica.
Un problema similar al descrito, parece haberse presentado desde hace buen rato en el cauce del Río Macho, en las cercanías de Orosi. Allí, en apariencia, a causa de la extracción concesionada de piedras, el río se ha desviado y se ha comido tierras, incluso propiedad de terceros.
Si alguien cree que el daño provocado en la carretera a Limón costó tan sólo su reparación, pues está muy equivocado. Los costos del transporte de bienes hacia y desde el exterior, se incrementaron enormemente, al quedar una infinidad de trailers varados durante varios días. También se afectó la movilidad de muchos ciudadanos, lo que significó pérdidas de tiempo, de gasolina, de peajes y, sobre todo, afectando actividades que normalmente llevan a cabo. Todo esto no es una bagatela. Por supuesto que nadie de los responsables pagará por esos costos.
Publicado en La Extra del 15 de octubre del 2013