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Jorge Corrales Quesada
08/10/2013, 14:27
PROBLEMA DE ENDEUDAMIENTO ERA PREVISIBLE
Por Jorge Corrales Quesada

Recientemente circuló la noticia de que el endeudamiento del estado costarricense llegó al 59% del Producto Interno Bruto. Esto se compara desfavorablemente con el del año previo, que fue de un 51% del PIB. No hay duda de que estamos en presencia de un serio problema. Significa que cada uno de nosotros tendrá, en algún momento, que pagar por estas deudas crecientes. También pone a Costa Rica cerca de reglas internacionales de crédito, que endurecen sus condiciones al llegarse a límites cercanos al 60% del PIB. Están equivocados quienes me digan que Estados Unidos o Japón están endeudados en porcentajes mayores y que aún se les presta: una cosa es la capacidad de esas economías para enfrentar su deuda a largo plazo y otra es la nuestra. Los prestamistas suelen ser más estrictos en sus préstamos a naciones relativamente pequeñas, subdesarrolladas.
Era claro que Costa Rica iba a sufrir una fuerte alza de su endeudamiento, pues ese camino los escogieron los gobernantes cuando el pueblo les negó más impuestos. El problema surge por un elevado déficit del sector público, cercano a un 5.5% del PIB. El gobierno buscó financiarlo con impuestos, pero fracasó en su propuesta nefasta. También pudo haberlo financiado con emisión monetaria, pero el Banco Central mantuvo su independencia en cuanto a recibir órdenes de parte del gobierno para así hacerlo. En parte, aumentó los precios de los servicios públicos para disminuirlo, pero lo limitó la fuerte reacción popular en su contra, así como el temor de exceder las predicciones de inflación señaladas por el Banco Central. Por último, y ese fue el camino escogido, el gobierno corrió a endeudarse. Tal resultado lo había señalado mucho tiempo atrás; ahora vienen sus consecuencias.
La irresponsabilidad de este gobierno radica en no aceptar que su déficit resulta de gastar más de lo que recibe. Se ha negado (dice que se ha visto imposibilitado) a reducir el gasto público y escogió financiarlo pidiendo préstamos por todo lado.
El gobierno central no es el único que se ha endeudado. La política del Banco Central de mantener un tipo de cambio no ha sido gratuita. Si bien ya ha tomado medidas, como bajar las tasas de interés que pagaba en colones para reducir la entrada de fondos externos, ha tenido que emplear bonos de estabilización monetaria para recoger el exceso de colones en circulación provocado por ese influjo de capitales. Trata de evitar una muy indeseada inflación. La pregunta crucial es si el Banco Central se ve obligado a actuar de tal manera, para satisfacer un deseo gubernamental de mantener un tipo de cambio artificial.
El endeudamiento no se da tan sólo en el Gobierno Central y en el Banco Central. Las municipalidades también se endeudan cada vez más. Ello podría dar lugar a serios problemas en la economía, como sucedió en Argentina y España. Instituciones públicas como RECOPE y el ICE han usado elevados préstamos para financiar sus gastos. Pero al mismo tiempo se impide que el sector privado pueda, a su cuenta y riesgo, producir electricidad o combustibles. Así veremos cómo proliferará aún más la mala costumbre de endeudarse, sin antes poner en orden sus finanzas. Los gobernantes nos dicen que aquellas instituciones no tienen garantía soberana, pero les apuesto que, si las cosas se enredaran, todos nosotros terminaríamos pagando por esos bejucos.
Publicado en La Extra del 08 de octubre del 2013