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Jorge Corrales Quesada
30/04/2013, 09:58
LA INFORMALIDAD Y LA POBREZA DE LA LEY
Por Jorge Corrales Quesada

Don Enrique Ghersi es coautor del famoso libro “El Otro Sendero”, en el cual se analiza el fenómeno de la informalidad, principalmente en su país, Perú. Nos visitó recientemente para exponer acerca de tan interesante tema, ante unas 150 personas. Su visita fue posible gracias a la Fundación Academia Stvdivm y la ANFE.

La conferencia de don Enrique resaltó dos temas esenciales. Uno de ellos, que el derecho, las leyes, tienen un costo y el otro, que ese costo es relativamente mayor para las personas de menores ingresos.

Se considera que el derecho busca una disminución de los costos de obtener y consolidar la información necesaria para realizar transacciones económicas, de forma que permite utilizar la información más eficientemente, que como lo podría hacer cada persona individualmente.

En una visión tradicional se ha considerado que la ley es gratuita, que no tiene costo alguno, y es criterio usual de los legisladores, que casi cualquier cosa acerca de la cual se legisla, se considere de obligatorio cumplimiento. Así, cualquier ley se hace para que sea cumplida.

Ghersi enfatizó en su charla que no existe tal cosa como que la ley sea gratuita y que, por el contrario, de ella se derivan costos y beneficios para los ciudadanos que están obligados a observarla. El problema surge cuando los beneficios de esa ley no los puede obtener un individuo, pues los costos derivados de su cumplimiento son mayores que los beneficios que se derivan de su vigencia.

La informalidad surge cuando el costo de cumplir con la ley es mayor que el beneficio de tenerla. Las personas se alejan de la ley formal y acuden a arreglos privados que sustituyan aquella ley formal. Podríamos pensar, como ejemplo de ello en nuestro medio, que para un vendedor ambulante el costo de formalizar su negocio (por ejemplo, tener todos los permisos, los libros contables, los contratos necesarios, etcétera) es mayor que los beneficios que obtiene como usufructuario de la ley formal. Por eso, aquel vendedor ambulante simplemente agarrará sus tiliches para venderlos adonde pueda y así montar su negocio informal.

El segundo punto esencial de la charla de don Enrique Ghersi es que este costo es relativamente mayor para el más pobre que para el más rico. La enorme cantidad de regulaciones que, por ejemplo, se requieren para establecer un negocio, usualmente significan un costo muy elevado, que posiblemente será relativamente más fácil de sufragar por el rico, que por el pobre. El rico puede contratar los abogados, contadores, asesores, etcétera, que le faciliten cumplir con los requisitos formales de la ley, mientras que el pobre tal vez tan sólo podrá contar con la opinión de amigos o parientes. Ese costo elevado de cumplir con las leyes, conduce a la informalidad y es posible que hasta a la desobediencia civil. Surge así una paradoja para quienes siempre han considerado a la ley como el fundamento del orden civil.

Gracias a estudios como los de Ghersi, nos es posible entender mejor a fenómenos como el de los vendedores ambulantes, la tugurización de las ciudades, los taxis piratas, lo de “con factura o sin factura”, el subempleo, así como para darnos cuenta de que una reducción de los costos de la ley, podría dar lugar a un enorme crecimiento de la riqueza, para quienes se consideran los grupos más desvalidos de nuestra sociedad.

Publicado en La Extra del 30 de abril del 2013.