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Jorge Corrales Quesada
20/11/2012, 17:11
LA PRÓXIMA POLÍTICA FISCAL DE LOS ESTADOS UNIDOS Y POSIBLES EFECTOS SOBRE LA ECONOMÍA COSTARRICENSE

Por Jorge Corrales Quesada

Al ser relecto, Obama deberá enfrentar la situación que en Estados Unidos se conoce como el abismo fiscal (fiscal cliff en inglés). Lo más probablemente es que habrá un aumento sustancial en los impuestos de ese país, al volverse, a partir del primero de enero del 2013, a las altas tasas previas a la decisión del ex presidente Busch de reducirlas hace varios años. Pero este aumento de las tasas, del cual se excluiría supuestamente a los grupos de ingresos medios, no será suficiente para llenar el excesivo gasto público, lo cual también posiblemente va a requerir meterle un mordisco a las actuales exoneraciones tributarias. De esta manera el gobierno espera que la recaudación tributaria aumente sustancialmente.

Aunque el desenlace de ese abismo fiscal también contiene un descenso significativo del gasto público, muy posiblemente lo hoy previsto será insuficiente para contener el enorme déficit estimado, por lo cual habrá presiones para que sea mayor la reducción del gasto gubernamental. Lo que es posible predecir es que este importante ajuste en las finanzas estatales dará lugar a un descenso importante en la tasa de crecimiento de la economía estadounidense. En resumen, en el 2013 e incluso durante un par de años más, además de preverse un menor crecimiento económico y posiblemente una recesión, habrá un alza importante en los impuestos de ese país y algún grado de reducción del gasto público, si es que efectivamente se pretende lograr algún grado de estabilidad en la economía, al menos en el largo plazo.

Estas decisiones de política fiscal tendrán un efecto interesante sobre la economía costarricense, que en los últimos años se ha visto estimulada por una fuerte inversión extranjera proveniente de los Estados Unidos, no sólo como medio de generación de divisas por exportaciones, sino para la creación de empleo. Ello ha sido especialmente significativo en el marco de un crecimiento débil, como máximo, de la economía costarricense como un todo, durante los últimos tiempos.

Si aumentan los impuestos en Estados Unidos en la forma en que se ha previsto, probablemente provocará una salida de los capitales de ese país hacia naciones en donde el tratamiento tributario sea más favorable. Este flujo es de esperar que sea más importante hacia países que permitan un acceso relativamente barato hacia aquella economía. Con los mayores tributos, especialmente a las ganancias de capital y a las utilidades de las empresas, los rendimientos de las firmas en los Estados Unidos se verán reducidos significativamente, por lo cual los capitales buscarán otros sitios en donde el rendimiento neto después de impuestos resulte ser mayor. Costa Rica, hoy en día, cumple con los requisitos que permitan brindar ese acceso comercial relativamente expedito y económico hacia los Estados Unidos. Asimismo, con base en la experiencia observada en los últimos años, las empresas extranjeras que se ubican en el país, parecen haber logrado una estructura de costos tal, que les permite ese grado de competitividad necesaria en una economía globalizada.

En resumen, Costa Rica, si bien compite con otras naciones en condiciones similares en cuanto al tratamiento tributario de la inversión extranjera, posee un atractivo particular como es su proximidad al mercado estadounidense, lo cual la convierte un lugar al cual las empresas estadounidenses pueden llevar a cabo sus inversiones, sin tener que incurrir en los mayores impuestos que se proyectan en aquel país.

Por otra parte, el paquete recesivo que probablemente se aprobará en este segundo mandato del presidente Obama, ocasionará un descenso en el crecimiento de la economía estadounidense, lo cual se reflejará en una disminución de los ingresos de sus ciudadanos. Al bajar los ingresos de los consumidores estadounidenses, el efecto mundial es claro: habrá un menor gasto en importaciones de aquel país, con lo cual Costa Rica, entre otras naciones, verá disminuidas sus posibilidades de exportación.

Nos enfrentaremos, en mi opinión, ante dos fuerzas opuestas: un mayor atractivo para la inversión estadounidense en Costa Rica y un descenso en la demanda de nuestros productos de exportación hacia los Estados Unidos. Cuál de las dos será más poderosa, será cuestión de verlo con el paso del tiempo. Por supuesto, que de igual manera está por ver el posible efecto en el tipo de cambio, que en mucho dependerá de estas dos fuerzas en contraste.

Publicado en el sitio de ASOJOD el 27 de noviembre del 2012