PDA

Ver la Versión Completa : LOS 8 MILLONES DE DÓLARES CHINOS



Jorge Corrales Quesada
25/09/2012, 11:08
LOS 8 MILLONES DE DÓLARES CHINOS
Por Jorge Corrales Quesada

Empecemos por aclarar que los 8 millones de dólares que supuestamente el gobierno chino le entregó a doña Laura no fueron para ella en lo personal, sino en su condición de Presidenta de la República. Ningún funcionario público puede recibir dádivas por la condición de su cargo. Si hubiera sido ese el caso, no duden que ya hubiera brincado la Contraloría. Por esa razón, la presidenta de alguna manera debe trasladar dichos fondos al erario público. No tengo la más mínima duda de que ella lo hará así. Lo que sí puede hacer doña Laura, en su condición de Presidenta, es, mediante el presupuesto, decir en qué se podrían gastar esos fondos, a menos que en la donación medie alguna regla o acuerdo que lo impida y éste no parece ser el caso.

Ante la desgracia sufrida por el país debido al terremoto de Nicoya, muchos ciudadanos han sugerido que esos aproximadamente 4.000 millones de colones se utilicen en reparar o reconstruir valiosas instalaciones que fueron dañadas: concretamente, se ha sugerido usar esos fondos para restaurar el Hospital de Puntarenas. Es cierto que la inversión requerida podría ser muy superior –algo por determinarse- pero no hay duda que significaría un aporte importante para arreglar algo que la ciudadanía parece considerar como esencial hacerlo pronto. Esos 8 millones de dólares serían un aporte importante.

Pero aparentemente hay varios problemas con tan magnífica idea. La primera es algo que hasta hace poco no se conocía, pues no había sido dicho con anterioridad, cual es que esos fondos sólo podían ser utilizados en adquirir materiales o desarrollar proyectos con productos o empresas de China. Esta forma de ayuda me recuerda la vieja práctica de los préstamos atados, en donde los países usualmente más ricos prestaban a los países hambrientos de recursos externos, en condiciones relativamente mejores a las vigentes en los mercados internacionales, pero sujetos a que se gastaran en maquinaria y equipo producidos en el país que otorgó el financiamiento atado. Lo que parecía muy bueno, resultaba ser una desgracia, porque el costo de esos productos obligadamente importados solía ser muy superior al que se podían adquirir en el mercado internacional. La diferencia en este caso es que no es un préstamo, sino una donación, que, de ser ciertamente atada, tiene el único inconveniente que podía haber sido mejor sin atadura alguna. Eso habrá que chequearlo. De ser así, podría procederse a usar la totalidad de esos recursos como una obra entregada por China o adquiriendo los materiales en ese país.

Lo que no me parece es la afirmación presidencial de sólo “usar una parte” de esos fondos para rehacer el hospital. A menos que haya alguna limitación en la donación a Costa Rica, no hay razón –excepto que el costo de reconstruirlo sea muy bajo- para no invertir la totalidad en dicho proyecto (o en otras construcciones básicas también dañadas). Aunque por obvia comodidad y diplomacia esos recursos le fueron entregados a la presidente, quien en un inicio dijo que ella vería en que se usarían, en realidad es una donación al pueblo costarricense, quien parece opinar que un buen uso sería utilizarla en reconstruir el hospital dañado. Se trata de un buen empleo de los fondos de todos nosotros y posiblemente de evitar un gasto oportunista y politiquero.

Publicado en La Extra del 25 de setiembre del 2012