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Jorge Corrales Quesada
22/08/2012, 15:44
EMBUSTE ECONÓMICO
Por Jorge Corrales Quesada

Francamente me tiene hastiado la perorata de ciertas personas, alegando por la pronta, inmediata, aprobación del nuevo endeudamiento externo del país, hoy paralizado en la Asamblea Legislativa. No me irrita tanto el que no se apruebe con celeridad, sino que se haga ver que es la única solución posible al serio problema fiscal que aún sufre el país.

De acuerdo con datos recientes, la mejora de la economía internacional, que aún está en veremos, ha permitido aumentos importantes en la recaudación de impuestos, pero sobe todo se ha debido a nuevos gravámenes como el impuesto a las sociedades, pero sobre todo, a pesar de su lento crecimiento, porque la economía interna ha crecido, generando un aumento significativo en los impuestos. Debo agregar que, lamentablemente, si bien se ha pretendido evitarlo, el gasto público sigue creciendo, de manera que no ha sido posible reducir significativamente el déficit del sector público como proporción del Producto Interno Bruto. Los datos indican que los ingresos del fisco han crecido en un 11.3% en los primeros siete meses del año, pero el gasto publico, si bien crece menos, lo hace a un 9.6%. Pero el déficit del sector público como porcentaje del PIB a la fecha es de un 2.5%, muy parecido al de los primeros siete meses del año pasado. No hemos avanzado en dicha reducción.

A pesar de la mejora en los ingresos, la reducción del gasto es aún insuficiente como para que se pueda lograr la estabilidad necesaria en la economía. Ante esta situación, la mejora podría lograrse si se aumentaran los impuestos, pero el país ya manifestó su inconformidad con esta medida, o bien que mejore la situación de la economía, de forma tal que genere muchos mayores ingresos al fisco que los hoy percibidos. Pero lograr que la economía crezca más, parece ser muy difícil. Por lo tanto, algunos urgen la aprobación de aquellos préstamos desde el exterior, que permita salir del intríngulis a las finanzas del estado.

Es cierto que con ese endeudamiento se podría salir del paso, pero no resuelve el problema del déficit en tanto no se reduzca aún más el crecimiento del gasto público. Ese préstamo deberá ser pagado con todo e intereses, tal vez ciertamente menores que si se pidiera prestado internamente. La política que se sugiere suena a algo similar a que si, por un gasto desaforado más allá de sus ingresos se está hasta el cuello con la deuda de una tarjeta de crédito, se insista en conseguir una nueva tarjeta para cubrir ese déficit, pero sin que el deudor tenga que reducir su gasto de más: terminaremos más enredado que antes. Ese endeudamiento propuesto no resolverá el problema en tanto este gobierno siga gastando tanto como lo viene haciendo (a pesar de algunos esfuerzos). La única solución pasa por rebajar fuertemente el gasto público y eso no parece estar en la cartera de muchos funcionarios públicos.

Publicado en La Extra del 21 de agosto del 2012