PDA

Ver la Versión Completa : "Libros del mes" en el foro privado "Palestra Económica"



Elisa
25/06/2012, 15:42
La contribución de Jorge Corrales Quesada al crecimiento del foro privado "Palestra Económica" fue importantísima. Tenemos el agrado de presentarles, por primera vez en un sitio web público, los "Libros del Mes" que Jorge Corrales Quesada publicó, a lo largo de varios años, en "Palestra Económica".

Elisa
25/06/2012, 16:12
2002-03-14 EL LIBRO DEL MES


Tengo el libro de Richard E. Flathman, "Toward a Liberalism," (Ithaca, New York:
Cornell University Press, 1989) y lo pongo a la disposición de quien pueda
interesarle (favor llamarme) y, para motivar esto último, me permito traducir su
contratapa. Los paréntesis cuadrados son míos.

"Igualdad, libertad, autoridad, derechos, ciudadanía -estos son algunos de los
temas de los que se preocupan el liberalismo y la teoría política, que son
tratados en este libro por uno de nuestros más importantes teóricos de la
política [en los Estados Unidos]. En un grupo de ensayos intrincadamente
entrelazados, publicados y no publicados previamente, Richard Flathman continúa
con su interés permanente de iluminar el complejo de prácticas e ideas que
llamamos liberalismo.

Flathman muestra porqué y cómo la teoría política puede contribuir a la calidad
de las prácticas morales y políticas sin violar, tal como las teorías empiristas
-y las idealistas- tienden a hacerlo, los compromisos con la individualidad y la
pluralidad. Explorando las tensas pero inevitables relaciones entre liberalismo
y autoridad, él propone una teoría de la ciudadanía democrática moderada por una
apreciación de las formas en que la ciudadanía está involucrada y que aumenta la
autoridad. Flathman examina la relación de los derechos individuales con la
libertad, por una parte, y de la autoridad con el poder, por la otra, y adelanta
un argumento original y poderoso en defensa de un derecho moral y legal por el
aborto bajo demanda.

Fklathman rechaza la búsqueda de una teoría liberal homogénea y basada en la
autoridad. En efecto, él discute que es tal vez por medio de un libro como éste,
en donde los temas y actitudes liberales comunes parecen emerger a partir del
análisis de diversos problemas, que uno llega más cerca de entender el concepto
de 'muchos y diversos' ['manyness'] que, para Flathman, deberán estar en el
corazón deuna perspectiva liberal.

Los teóricos y los políticos que trabajan en teorías sobre el liberalismo, la
moral, lo social y el derecho, así como estudiantes avanzados en estos campos,
obtendrán un gran beneficio de la lectura de Hacia Un Liberalismo.

Richard E Flathman es Profesor del Departamento de Ciencias Políticas de la
Universidad de Johns Hopkins de los Estados Unidos.

Jorge Corrales Quesada

Elisa
25/06/2012, 16:12
2002-04-01 EL LIBRO DEL MES DE ABRIL DEL 2002

De Paul Collier y David Dollar, "Globalization, Growth, and Poverty: Building an
Inclusive World Economy", una publicación conjunta del Banco Mundial y la Oxford
University Press, 2002. Traduzco a continuación el preámbulo escrito por el
Vicepresidente y economista principal del Banco Mundial, Nicholas Stern, quien
además supervisó la obra. Los paréntesis cuadrados son míos. Este libro, en
idioma inglés, también puede ser bajado del siguiente sitio:

http://econ.worldbank.org/prr/structured_doc.php?sp=2477&st=&sd=2857

"La globalización -la integración creciente de las economías y de las sociedades
alrededor del mundo- es un proceso complejo que afecta muchos aspectos de
nuestras vidas. El ataque terrorista a los Estados Unidos el 11 de setiembre
[del 2001] fue uno de los aspectos de la globalización. El crecimiento rápido y
la reducción de la pobreza en China, India y otros países que fueron pobres hace
20 años es otro aspecto. El desarrollo de la internet y la más fácil comunicación
y transporte alrededor del mundo son un tercer aspecto. La extensión del SIDA es
parte de la globalización, tal como lo es el desarrollo acelerado de tecnologías
que posibilitan extender la vida. Algo tan complejo no puede ser analizado en
un solo libro y nuestro objetivo es más humilde que examinar todos los aspectos
de la globalización. El enfoque de nuestra investigación es el impacto que tiene
la integración económica sobre los países en desarrollo y especialmente sobre los
pobres que viven en esas naciones. Cerca de una quinta parte de la población del
mundo vive con menos de $1 al día y eso es inaceptable en un mundo con tal
abundancia. Las preguntas claves que formulamos son si la integración económica
ayuda a reducir la pobreza y cómo puede hacerlo más efectivamente.

Nuestra investigación rinde tres hallazgos principales que tienen que ver con
debates actuales sobre políticas acerca de la globalización. En primer lugar,
países pobres, con alrededor de 3 billones de personas, han irrumpido en los
mercados globales de manufacturas y servicios. Mientras que hace 20 años la
mayoría de las exportaciones de los países en desarrollo era de bienes primarios,
ahora predominan las manufacturas y los servicios. Esta integración exitosa
generalmente ha ayudado a reducir la pobreza. Ejemplos pueden encontrarse en las
provincias de China, en los estados de India y en países como Bangladesh y
Vietnam. Los 'nuevos globalizadores' han experimentado una reducción de la
pobreza en gran escala: durante los años noventas, el número de sus ciudadanos
que estaban en la pobreza declinó en 120 millones. La integración no habría sido
posible sin una gama amplia de reformas domésticas que cubren la gobernabilidad,
el clima de inversión y la provisión de servicios sociales. Pero también
requirió de la acción internacional, que proveyó acceso a los mercados externos,
tecnología y ayuda.

El segundo hallazgo tiene que ver con la inclusión tanto entre países como a lo
interno de ellos. Una de las tendencias globales de las dos últimas décadas que
mayor perturbación causa es que países con cerca de 2 billones de habitantes
están en peligro de quedar marginados de la economía mundial. Los ingresos en
estos países han estado cayendo, la pobreza ha estado creciendo y hoy día
participan menos en el comercio [mundial] en comparación a como lo hicieron hace
20 años. En el extremo, algunos de estos son estados fracasados, tales como
Afganistán o la República Democrática del Congo. El mundo tiene un gran interés
en juego para así ayudar a estos países a integrarse a la economía global y
nosotros destacamos un rango de medidas que podrían facilitarla y conducir a una
mayor inclusión de países en la globalización contemporánea. Estas medidas
oscilan desde un mejor acceso a los mercados de los países ricos hasta mayores
volúmenes de ayuda externa, pero mejor administrada.

Dentro de los países que han tenido éxito en irrumpir en los mercados globales
de manufacturas, la integración, típicamente, no ha conducido a una mayor
desigualdad en los ingresos. Sin embargo, en la globalización existen tanto
ganadores como perdedores. Tanto los dueños de firmas como los trabajadores en
sectores protegidos es posible que pierdan por la liberalización y a causa de la
existencia de una economía más competitiva, mientras que los consumidores y
aquellos quienes encuentren trabajo en las nuevas empresas, estarán entre los
ganadores. Es importante contrarrestar los riesgos de pérdida por medio de la
protección social y tales medidas pueden ser financiadas [affordable] en el
contexto de las ganancias económicas que están experimentando los nuevos países
globalizadores.

Un tercer tema tiene que ver con la estandarización u homogeneización. Encuestas
en diversos países revelan ansiedad acerca de que la integración económica
conducirá a una homogeneización institucional o cultural. Sin embargo, las
sociedades que ya están plenamente integradas a la economía global difieren
enormemente. Entre las naciones más ricas, Japón, Dinamarca y los Estados Unidos
son cada una muy diferentes en términos de cultura, instituciones, políticas
sociales y desigualdad. Entre los países globalizadores en desarrollo, es también
impactante que países como China, India, Malasia y México hayan tomado rutas
diversas hacia la integración y permanecen con características muy propias en
términos de cultura e instituciones. La diversidad puede ser algo más robusta de
lo que popularmente se imagina. Sin embargo, algunos desarrollos recientes en el
intercambio global y en el régimen de inversiones están empujando a los países
hacia una estandarización indeseable. Es importante que los acuerdos de comercio
global y de inversión respeten las libertades de los países, en un rango de áreas
que van desde los derechos de propiedad intelectual, bienes culturales y
protección del medio ambiente, hasta políticas sociales y estándares laborales.
La globalización no necesita de la homogeneización y es importante que la
diversidad sea respetada en los acuerdos internacionales. Existe también el
peligro real de que la imposición de estándares globales pueda ser usada como la
excusa para que resurja el proteccionismo en los países ricos.

En resumen, la integración económica global ha ayudado a reducir la pobreza y no
deberá ser echada atrás. Pero la economía mundial podría ser más incluyente: el
crecimiento de los mercados globales no deberá continuar dejando de lado a 2
billones de personas. Las naciones ricas pueden hacer mucho, tanto a través de
ayuda como con políticas comerciales, para ayudar a que los países actualmente
marginados ingresen en el camino de la integración, el cual ya ha probado ser tan
efectivo para los nuevos globalizadores.

Elisa
25/06/2012, 16:12
2002-04-30 LIBRO DEL MES DE MAYO DEL 2002

David Conway, El Liberalismo Clásico: Un Ideal No Vencido [Classical Liberalism:
The Unvanquished Ideal] (New York: St. Martin's Press, Inc., 1995). Tengo el
libro y si alguien desea leerlo, por favor llámeme para ponernos de acuerdo.

Los años 80s vieron dos importantes eventos históricos; por una parte, un
renacimiento del liberalismo en casi en todo el mundo y, por la otra, la caída
del comunismo de tipo soviético. Pero hoy día se cuestiona si las democracias
liberales de Occidente podrán constituirse en el modelo que deberían seguir las
naciones, en especial cuando los esfuerzos de la Sra. Thatcher y del Presidente
Reagan de poner en practica muchos de los principios liberales han sido
revertidos conforme ha pasado el tiempo, además de que la recesión en algunas de
las principales economías del mundo ha puesto en cuestión la capacidad de esos
países para seguir creciendo conforme con el modelo liberal.

Esto último ha servido para que algunos de inmediato juzguen que las economías
capitalistas se caracterizan por la inestabilidad y volatilidad de sus ciclos
económicos, además de reiterar la existencia de problemas sociales, tales como
crimen creciente, aumento de la drogadicción y desmembramiento de los núcleos
familiares y, en general, un debilitamiento de instituciones sociales básicas,
que impide mantener el control y el bienestar en el mundo occidental.

Esto ha hecho que "muchos se cuestionen si la alternativa capitalista
democrática puede ser algo mejor" que las opciones socialistas previas.
Ciertamente existen pocos admiradores del sistema capitalista y que si bien sus
planteamientos tienen poca influencia directa sobre la opinión pública, tienen
dos efectos indirectos importantes: por una parte, educan a quienes en el futuro
formulan políticas, así como a los medios de comunicación y, en segundo término,
legitiman las recetas de políticas y visión de las clases que influyen más
directamente. Sin embargo, "poco más que eso acerca del capitalismo es
considerado como de algún valor y mucho es considerado como deficiente."

Así, hay tres quejas principales en el mundo intelectual de hoy acerca del
capitalismo. En primer lugar, que el capitalismo democrático crea y perpetúa
formas y grados de desigualdad económica que se considera como moralmente
injustificados. Ejemplares críticos en este sentido, llamados por el autor los
modernos liberales (intervencionistas y estatistas) en contraste con los
liberales clásicos (como se consideran él y yo también), son Rawls, Dworkin,
Nagel, entre otros.

Una segunda queja bastante extendida acerca del capitalismo es que daña, sino
es que del todo destruye, el tejido social, la sensibilidad moral y la cultura de
quienes viven dentro de él. Por ejemplo, los llamados comunitarios, como Sandel,
MacIntyre y Walzer se quejan de que el capitalismo conduce al "empobrecimiento de
la sensibilidad moral de sus miembros."

Y, en tercer lugar, proveniente de la derecha a diferencia de los dos
anteriores, hay la queja de que el "estado liberal democrático es incapaz de
crear y preservar las diferentes condiciones morales requeridas para sustentarse
a sí mismo." Proponentes de esta críticas son, por ejemplo, Scrutton y Gray ( sí,
el antiguo proponente de las ideas liberales clásicas y tratadista de Hayek).

El propósito del libro, nos dice su autor, es "decidir entre los liberales
clásicos y sus oponentes contemporáneos." Para ello, presenta el caso a favor del
liberalismo clásico y un gobierno mínimo, así como enfrenta a la crítica contra
el capitalismo sustentada en la igualdad, al igual que la crítica comunitaria y
también la proveniente del espectro conservador, con el propósito de demostrar
que estas tres posiciones antiliberales no aguantan al escrutinio crítico.

Hay una sección del libro que me complació mucho y que me permito transcribir.
Es cuando el autor señala que "en cuanto las sociedades son afectadas con tales
problemas [como por ejemplo, drogas, pornografía, crimen violento, pobreza en el
tercer mundo, xenofobia, racismo, opresión de las mujeres y contaminación del
medioambiente, para que vean el sabor del texto] eso se debe a que estas
sociedades se conforman muy cercanamente a las panaceas del liberalismo moderno,
en contraste a lo que es el liberalismo clásico. La solución podrá ser encontrada
por las sociedades prosiguiendo en el camino hacia la libertad, tal como la
entendieron los liberales clásicos."

Hay otras partes muy interesantes del libro, como lo es la crítica que hace de
Rawls -autor favorito del intervencionismo redistribucionista- que nos destila
mucho del buen sabor de este libro. Conway considera que no es inmoral, como sí
lo juzga Rawls, que las personas posean mejores perspectivas en su vida a causa
de diferencias no merecidas -tales como, por ejemplo, lo puede ser una mejor
educación que les brindaron sus padres o una "buena" dotación genética ("good
looks", inteligencia). Dado que Rawls concibe a la sociedad como una especie de
aventura cooperativa, de la cual todos participan porque obtienen ventajas mutuas
al hacerlo, en ausencia de cooperación se podría esperar que a las personas las
cosas les irán de manera distinta a causa de sus diferencias en las dotaciones
naturales. En ausencia de cooperación, a algunos individuos con dotaciones
naturales superiores les podría ir mejor que a otros individuos que poseen
dotaciones inferiores. Ante esta diferencia de atributos, no sería algo
arbitrario que les vaya mejor en sus prospectos de vida en comparación con los
menos dotados. Si no hay cooperación y si la cooperación es para que -dotados y
no dotados- obtengan ventajas mutuas, se deduce que "a menos que los principios
de justicia que gobiernan la cooperación social permitan la existencia de
prospectos de vida desiguales, aunque a la vez no sean merecidos, los mejores
dotados podrían concluir con que no se benefician de la cooperación con aquellos
menos dotados -y, por lo tanto, no tienen razón alguna para cooperar. En
consecuencia, y contrario a Rawls, no hay una desviación con respecto a algunos
de los juicios morales [expuestos]... que aquellos con dotaciones naturales
diferentes deban, dadas estas diferencias sin duda alguna no merecidas, disfrutar
de prospectos de vida diferentes los unos de los otros." (p. 32).

Me parece que la defensa actual que este libro hace de los viejos principios
liberales ante el acoso del liberalismo intervencionista (tal como significa en
los Estados Unidos el término liberal), de la crítica comunitaria y la
proveniente de la derecha conservadora, reviste una enorme importancia en la
lucha intelectual de la actualidad en torno a la vigencia del pensamiento
liberal. Recomiendo su lectura a quienes están interesados en temas sobre la
libertad y, más que todo, por quienes se encuentren en las trincheras de la
defensa del viejo espíritu whig.

Jorge Corrales Quesada

Elisa
25/06/2012, 16:12
Si alguien ha leído un libro interesante y nos quiere comunicar parte o un
resumen o comentario bienvenido sea a palestra.


2002-03-30 LIBRO DEL MES DE JUNIO DEL 2002

Lawrence Boland, The Foundations of Economic Method, London: Geo. Allen & Unwin, 1982. El profesor Boland tiene en proceso de revisión este libro y planea una segunda edición. Este puede ser obtenido (además de otras publicaciones suyas sumamente interesantes) en www.sfu.ca/~boland/book1pdf.htm Traduzco lo siguiente a partir de la presentación que de su libro hace Boland en una reciente red de Internet. Los paréntesis cuadrados son míos.

"[Su] principal programa de investigación durante los últimos 25 años ha sido
tratar de que los economistas neoclásicos reconozcan que no sólo es importante
seguir al pensamiento de Friedrich Hayek y reconocer que hay un papel para el
conocimiento en la toma de decisiones, sino también que su suposición común de
que el conocimiento debe ser adquirido por medio de la inducción, es una teoría
falsa del conocimiento o aprendizaje. Específicamente, [Boland] urge a los
economistas neoclásicos a que reconozcan que el conocimiento es como la salud y
no como la riqueza. Esto es, que el conocimiento (diferente del vocabulario en
el lenguaje) no es una cantidad de la cual se puede tener más de ella (Popper
llama a esta versión cuantitativa "la teoría del balde del conocimiento"). En
vez de ello, siguiendo tanto a Sócrates como a Popper, [Boland dice] que el
conocimiento es como la salud, algo que usted puede mejorar.

Se deduce del punto de vista Socrático-Popperiano de la metodología que uno
aprende mediante la crítica y, en particular, descubriendo los errores propios.
Es más, tal como lo reconoció Hayek, la economía neoclásica, con su enfoque
basado en la maximización exitosa, nunca puede explicar la dinámica, puesto que,
sin errores, no habría razón alguna para cambiar. Pero, a menos que reconozcamos
explícitamente que el conocimiento es algo falible y, por lo tanto, posiblemente
falso, nunca podríamos explicar la dinámica económica o, según sea el caso, la
teoría sobre el capital. [Boland está] convencido de que la teoría neoclásica
puede ser reparada y mejorada, aunque tiene mucho trabajo por delante.

Un breve esquema del contenido del libro es el siguiente: La Parte 1 describe lo
que [el autor] llama la "agenda oculta"; esto es, los problemas metodológicos
esenciales que restringen las explicaciones neoclásicas. El capítulo 1 es acerca
de lo que Popper llama el "Problema de la Inducción" (el cual ahora 'todo mundo'
reconoce como sin solución) y su manifestación actual, que [Boland llama] el
"Problema con la Inducción". El capítulo 2 es acerca del individualismo
metodológico y discute cómo los economistas neoclásicos lo dañan al requerir una
versión reductiva, psicologista, la cual hace imposible que surjan modelos
dinámicos satisfactorios.

La Parte 2 del libro aplica la agenda oculta para explicar los problemas
('puzzles') teóricos que eran la moda cuando [Boland escribió su primera
edición]: modelos de desequilibrio (capítulo 3), expectativas racionales
(capítulo 4) y microfundaciones (capítulo 5). Todo esto va a ser reemplazado en
la próxima edición, excepto la parte dedicada al asunto del tiempo en la teoría
económica (capítulo 6). [No por ello dejan de ser interesantes, además de que en
muchas de nuestras facultades aún se enseñan sobre estos temas]

La Parte 3 discute las tres principales formas por las cuales los economistas
neoclásicos tratan de solucionar el "Problema con la Inducción": la economía
positiva (capítulo 7), la economía analítica (esto es, matemática) (capítulo 8) y
el Instrumentalismo (capítulo 9). Toda esta parte [dice Boland que] será
reformada de manera importante en la segunda edición.

La parte 4 discute los puntos de vista comunes existentes hacia 1982 acerca de
la metodología y trata de explicar cómo Popper podía ser incorporado en la
agenda. El capítulo 10 compara el punto de vista de Popper sobre la metodología
con lo que era típico en 1982 (pero, desafortunadamente, esa posición típica de
entonces no ha desaparecido completamente). El capítulo 11 discute como Popper y
Hayek pueden ser incorporados metodológicamente en una economía neoclásica
mejorada. El capítulo 12 presenta el punto de vista del autor de que no existe
tal cosa como "una metodología para todos los propósitos". Por lo tanto, [Boland
aboga] por lo que él llama una "metodología dependiente del tipo de problema",
que presume una aceptación del racionalismo crítico de Popper."

"Para resolver el problema de explicar la dinámica, [Boland inicia] mediante una
formulación de una agenda de investigación nueva, no psicologística,
individualista, basada en la epistemología de Popper y en una versión modificada
del individualismo de Hayek. El lo llama el programa Popper- Hayek para explicar
cualquier proceso dinámico racional."

Los párrafos siguientes tomados del libro de Boland en referencia, podrían dar
al lector una idea de su trabajo (Nota no ahondaré en las fuentes citadas):

"Una base para una explicación individualista de la dinámica.

Para resolver el problema de explicar la dinámica, empezamos formulando una
agenda de investigación nueva, no sicologística, individualista, basada en la
epistemología de Popper y en una versión modificada del individualismo
metodológico de Hayek (basado en Boland, 1978). Nosotros llamamos a esto el
programa Popper-Hayek para explicar cualquier proceso dinámico racional. Para
propósitos de la discusión, separemos las partes esenciales de la agenda
propuesta.

Antijustificacionismo. Primero que todo, se presume que todo conocimiento es
esencialmente teórico, por tanto, basado en conjeturas; segundo, que es
posiblemente cierto, aunque nunca podamos probar su status de verdadero (Popper,
1972, Cap. 3).

Antisicologismo. Se presume que el conocimiento de cada uno es potencialmente
objetivo (Popper, Cap. 1).

Toma de decisiones racionales. Se supone que lo que uno hace en algún punto en
el tiempo depende del conocimiento que uno tenga en ese momento y en la lógica de
la situación en la cual se emplea ese conocimiento (Hayek 1937/48; Hicks, 1973,
1979)

Dinámica situacional. Se supone que los cambios en el comportamiento de uno
pueden resultar de cambios en el conocimiento que uno tenga así como por cambios
previstos o no previstos [Intended or unintended] en la situación de uno (Hayek
1937/48; Shackle, 1972).

Deberá señalarse que este enfoque para resolver el problema de explicar la
dinámica en un marco individualista a corto plazo requiere del rechazo de la
epistemología inductivista de Hayek y su reemplazo por el concepto de Popper de
conocimiento objetivo. Esto último requiere del rechazo del psicologismo. El
primer paso es especificar uno o más actores, en el pasado o en el presente,
quienes hayan estado causando o contribuyendo al cambio en cuestión, y las
teorías que ellos sostuvieron en el momento de sus acciones. Luego, debemos
especificar las consecuencias no previstas de sus acciones, entreteniendo
conjeturas acerca de por qué sus teorías eran falsas. Note que la falsedad de
las teorías puede ser algo desconocido para los actores en el momento; en efecto,
es por medio de estas consecuencias no previstas que los actores en referencia
pueden aprender que su conocimiento es falso. En resumen, este marco asevera que
la economía en el tiempo es una secuencia de consecuencias no previstas de actuar
con base en teorías (sin saberlo) falsas. (Confirmar Hicks, 1965, p. 184; 1979).
(Note que esto no es instrumentalismo, puesto que el status de verdad puede aún
importar)."




Jorge Corrales Quesada

Elisa
25/06/2012, 16:12
Si alguien ha leído un libro interesante y nos quiere comunicar parte o un
resumen o comentario, bienvenido sea a palestra.


2002-06-28 LIBRO DEL MES DE JULIO DEL 2002

Gary S. Becker y Guity Nashat Becker "The Economics of Life," (New York: McGraw-
Hill, 1997). Los paréntesis cuadrados contenidos dentro del texto traducido del
libro son míos. Si alguien desea leer el libro, ya saben cómo y dónde
contactarme.

Este libro presenta una colección de ensayos escritor por el Profesor de
Economía de la Universidad de Chicago, Gary S. Becker, los cuales fueron
revisados por su esposa, la historiadora de la Universidad de Illinois en
Chicago, quien aparece como coautora. Estos ensayos de Becker se han publicado
en la conocida revista de negocios Business Week a través de los años y es una
selección de los más de 130 artículos escritos en el período 1985 -1996.

Mis breves notas están obtenidas del artículo introductorio titulado "De la
torre de marfil a ser un columnista," el cual narra la historia del proceso por
el que este Premio Nóbel de Economía, con la colaboración de su esposa, decidió
extender su influencia más allá de escribir artículos técnicos intelectualmente
poderosos hacia los de temas que fueran del interés del público en general. De
este artículo extraigo los siguientes párrafos que espero queden debidamente
hilvanados, de manera que provoque en los lectores de palestra el interés por
leer el libro (que está a su disposición por mi medio):

"Los numerosos caminos por los cuales los mercados económicos y las políticas
públicas afectan el comportamiento, no son suficientemente apreciados por los
economistas, sin dejar de lado a otras personas.

La economía analiza cómo los mercados, las políticas públicas y otros
acontecimientos afectan al comportamiento de los individuos y de las
organizaciones, que tratan, lo mejor que puedan, de mejorar su situación
compitiendo el uno con el otro por ingresos, trabajos, clientes y, aún, por
prestigio y poder... En este enfoque, el comportamiento depende crucialmente de
los incentivos... En la mayoría de las situaciones, es consistente con el sentido
común que el comportamiento responda a incentivos de la manera expuesta.
Desdichadamente, el sentido común es botado al basurero cuando se discuten los
efectos de las políticas públicas...

El término 'mercado' usualmente connota un camino formal para intercambiar
bienes o activos y establecer precios explícitos... Pero consideramos a los
mercados como acuerdos informalmente estructurados para asignar recursos. Estos
mercados informales pueden usar precios implícitos, en vez de explícitos, para
guiar los recursos hacia quienes los demandan...

El trabajo de Gary Becker ha destacado porque muestra la importancia, tanto de
hacer elecciones con base en un propósito, como de los mercados, no sólo en la
esfera económica, sino también en la vida social y política...

[Ambos autores] están en favor de la libertad individual y de las economías
empresariales privadas, cuyo caso a favor fue presentado por Adam Smith, David
Hume y otros pensadores de los siglos dieciocho y diecinueve...

Por tanto, [dicen] somos liberales en este sentido clásico o europeo, y
preferimos un entorno social, político y descentralizado económicamente, que
permita la libertad de elección, siempre que la libertad de esa persona no
imponga un daño claro y sustancial sobre otros. Esos liberales no son
conservadores en el sentido tradicional de querer preservar el status quo.
Aunque los liberales clásicos reconocen que lo que ha sobrevivido es a menudo
funcional y contribuye al bienestar social, también reconocen que algunas
costumbres y tradiciones muy respetadas en leyes, política y economía, han
sobrevivido debido a la influencia de poderosos grupos de interés que orientan a
la política pública en su favor. Esta es la razón por la cual nuestros artículos
no dudan en abogar por cambios en el status quo a fin de mejorar la eficiencia o
de aumentar las oportunidades de los pobres...
...Los artículos recolectados en este libro contienen recomendaciones sobre
temas importantes y controversiales. Sin ambigüedades, [los autores] se oponen
al gobierno grande y a la planificación central, a la inmigración ilegal, a las
cuotas en el trabajo y para las minorías, a la excepción que se brinda a los
sindicatos de las leyes antimonopólicas, a los pagos de colegiatura altamente
subsidiados que se da a los estudiantes ricos y de clase media en las
universidades estatales, a las restricciones que imponen asociaciones deportivas
[como la NCAA en los Estados Unidos] para que se les pueda pagar a estudiantes
que son, a la vez, atletas, a los límites en el tiempo de servicio de los
miembros del Congreso [de los Estados Unidos], a los sistemas de pago a los
trabajadores basados en las utilidades de las empresas [ESOPs: "Employee Stock
Ownership Plan"] y a otros subsidios a la propiedad de los trabajadores en las
empresas, y a las tarifas y las cuotas -aún cuando sean otras naciones quienes
las imponen.

Pero los artículos no son sólo en 'contra de' ciertos temas. Entre otras cosas,
[los autores] están a favor de vender el derecho de inmigrar legalmente, de una
privatización extensa de las empresas públicas, por la introducción de vales
escolares ["vouchers"] principalmente para los niños pobres, de la legalización
de muchas drogas, en sustituir a un sistema de pensiones de seguridad social
basado en pagos de acuerdo con los ingresos corrientes [pay-as-you-go] por otro
fundamentado en cuentas individuales, de moverse hacia un sistema pleno de
fuerzas armadas voluntarias, de caerle a los padres que fracasan en dar soporte
económico legal a los hijos, en hacer valer los contratos matrimoniales y
acuerdos prenupciales, de promover la libre competencia entre sectas y
denominaciones religiosas, de reformar la Constitución [de los Estados Unidos]
para que los jueces federales sirvan durante plazos sujetos a renovación, en vez
de ser nombrados de por vida, de instituir penas más severas por crímenes graves,
en especial cuando son cometidos con armas, y de cambiar el sistema de bienestar
social ["welfare"] para que se concentre en ayudar a los niños más que a las
madres y a los trabajadores sociales."

Para ayudar a los lectores a localizar temas específicos, en el libro los
artículos se han agrupado bajo categorías amplias, que incluyen regulación,
inversión en capital humano, comercio internacional, inmigración, educación,
mujeres, crimen, el medio ambiente, drogas y otras adicciones, capitalismo,
mercados laborales, comportamiento de las familias, política y gobierno, mercados
accionarios y administración y los ancianos y la seguridad social.

Como señala Becker en su artículo 'When the Wake-Up Call Is from the Nobel
Committee' -'Cuando la llamada telefónica para despertarse viene del Comité del
Premio Nobel- "lo que traté de hacer en estos artículos durante los últimos seis
años y medio es aplicar el mismo tipo de análisis a los temas sociales y de
políticas que son del interés general. Espero que mi Premio Nóbel no me induzca
a pensar que tengo todas las respuestas, y espero que mis artículos puedan
continuar analizando los muchos temas sociales, en donde la forma en que el
economista mira a la vida, tenga algo valioso que decir."

Jorge Corrales Quesada

Elisa
25/06/2012, 16:12
2002-07-29 EL LIBRO DEL MES DE AGOSTO

Xavier Sala i Martín, Economía liberal para no economistas y no liberales
(Barcelona: Plaza & Janés Editores, S.A., 2002). Los paréntesis cuadrados son míos. Asimismo, como en Internet no se cómo poner letras en cursiva, tal como aparecen en el artículo original, las he sustituido por un entrecomillado.

[Sí, el libro está calientito: acaba, en abril, de ser editado y ya tengo una
copia, gracias a un funcionario de la Contraloría quien viajó a un curso en
España y le encargué que, en lo posible, me lo consiguiera. Para los
malpensados, ya le di mis dólares por el costo del libro (no incluye, por
supuesto, el del transporte, así que el amigo me subsidió en algo). Suelo hacer
resúmenes o comentarios de libros, pero en este caso, creo que el prólogo de Joan
Oliver al libro de Sala, "De buenas intenciones, el infierno está abarrotado,"
destila excelentemente el sabor de la obra, por lo cual, lo que voy a hacer, para
estimular sus apetitos, es simplemente reproducir el comentario de Oliver. Luego
de éste, al final, mencionaré algunos de los títulos de los capítulos de la obra
de Sala, la cual, por supuesto, está a su disposición o bien podrían sugerirle a
don Tony Lehmann o a don Carlos Federespiel que la traigan al país para que nos
la vendan. Vale la pena tenerla y leerla.]

" PROLOGO

'De buenas intenciones, el infierno está abarrotado'

Dejándose llevar por su mala cabeza, el señor Xavier Sala i Martín (profesor de
economía en la Columbia University de Nueva York, quien probablemente ustedes
habrán visto alguna vez por la tele [española] vestido con americanas [camisas]
chillonas y corbatas con grandes dibujos) insistió en que en el título de este
libro apareciera la palabra "liberal".

A él, que vive medio año en Nueva York, tres meses en Cataluña -donde ejerce
como profesor de la Universitat Pompeu Fabra-, y tres en Washington, -donde
colabora con el Fondo Monetario Internacional-, le debe parecer que lo de
llamarse liberal queda bien. Pero no sabe dónde se ha metido.

La mayor contribución de un catalán a la bibliografía sobre el liberalismo es la
del insigne eclesiástico Félix Sardá i Salvany, nacido en Sabadell en 1844 y
muerto el año de Nuestro Señor de 1916. Sardá i Salvany pasó a la historia por
la publicación, en 1844, de un libro titulado "El liberalismo es pecado" (en 1999
la editorial Altafulla hizo una edición facsímil que todavía hoy podemos
encontrar). El libro fue un auténtico "bestseller", hasta el punto que en 1891
se llegó a hacer una edición en ocho lenguas (¡ incluidas el catalán, el gallego
y el euskera !). Durante años, los catecismos españoles (como el del famoso
padre Ripalda) incorporaban la pregunta <<¿El liberalismo es pecado?>>, a la
cual, naturalmente, había que responder <<Sí, es pecado>>. Pero Sardá i Salvany
no sólo es un recuerdo de otros tiempos. Hace muy pocos años, el 11 de octubre
de 1992, para conmemorar los quinientos años de algo, el papa Juan Pablo II
canonizó a uno de los más fervientes seguidores del integrista Sardá: san
Ezequiel Moreno y Díaz, muerto en 1906, quien se hizo grabar en su tumba a modo
de epitafio la brillante frase <<El liberalismo es pecado>>. Y aún hoy día los
seguidores de monseñor Lefébvre van por el mundo difundiendo la obra del
eclesiástico vallesano (en Internet es fácil encontrar una adaptación de esta
frase al inglés. "Liberalism is a Sin").

La historia política española hizo que la ideología integrista de Sardá i
Salvany se mantuviera bien viva hasta hace pocos años, y que muchos de los que
hoy tenemos más de cuarenta todavía podamos recordar cómo de pequeños nos
contaban los males del liberalismo, mezclados con los del judaísmo, la masonería
y el marxismo. Curiosamente, aquellos a quienes se intentó inculcar el
falangismo terminamos leyendo las obras completas de Marx, Engels, Lenin y Mao o,
a menudo, adaptaciones como la de Marta Harnecker, que no deferían mucho, en
cuanto al tono, del catecismo del padre Ripalda. Y así nos fueron las cosas.

Una vez más nos contaron que el liberalismo era pecado. Aunque resulte difícil
de creer, Engels, en su estudio sobre la situación de la clase trabajadora en
Inglaterra, también utiliza el término "pecado". Y así fuimos pasando de un
integrismo a otro, pero manteniendo siempre la idea de que el liberalismo es
pecado. Pecado contra la religión, pecado contra la historia, pecado contra los
trabajadores, pecado contra los pobres... Sabiendo que era pecado, pero sin
saber muy bien qué significaba eso del liberalismo. Como decía Unamuno en una
carta abierta a Angel Ganivet (publicada en "El defensor de Granada" en 1898): <<
[...] la constante cantinela de que el liberalismo es pecado, sin que logremos
llegar a saber qué es eso del liberalismo>>.

Y aún nos hallamos en el mismo punto. Todavía hoy una mayoría de nuestra
sociedad, y la práctica totalidad de nuestros intelectuales, periodistas y otros
creadores de opinión, sostienen que eso del liberalismo no es más que una trampa
de los ricos para ahogar a los pobres. Normalmente utilizan el término
"neoliberalismo" y tienen por costumbre acompañarlo del adjetivo "salvaje".
Huelga decir que el "liberalismo salvaje" es el culpable de todos nuestros males:
es el culpable de que en el mundo haya pobres, de que el planeta se caliente, de
que nuestras calles no sean lo bastante seguras o de que las vacas se vuelvan
locas. Todo esto, y mucho más, es culpa del "neoliberalismo salvaje" con la
ayuda inestimable del "pensamiento único", la "globalización" y, según me dijeron
el otro día, "el patrón mundial del consumo".

Ya me explicarán ustedes por qué demonios uno de nuestros mejores economistas,
la máxima autoridad mundial en crecimiento económico [otro libro de Sala i Martín
Economic Growth es el texto más utilizado en el mundo sobre este tema] y un señor
respetado en los foros financieros internacionales quiere colgarse la etiqueta de
"liberal" en un país donde, de pequeños, todos sabíamos que "el liberalismo
es pecado" y ahora que se supone que nos hemos hecho mayores ya hemos aprendido
que "la culpa es del neoliberalismo salvaje".

Posiblemente encontremos una explicación fácil: lo hace para provocar, para
llamar la atención. Por el mismo motivo que se viste con americanas chillonas o
que utiliza el guión corto para escribir su nombre cuando está en Estados Unidos
(Sala-i-Martín) no vaya a ser que los yanquis no se den cuenta de que él es
catalán. Es una explicación fácil, pero no termina de encajar con el personaje.

Y es que Sala i Martín, es que además e usar el guión corto en su nombre y
vestir americanas llamativas, trabaja como un condenado. No es un comediante a
quien le gusta llamar la atención, es un profesor de economía de los buenos, de
los que se pasa horas y horas leyendo, investigando, dirigiendo, escribiendo,
viajando, analizando, pensando... Hace tiempo que lo conozco y que lo trato con
cierta asiduidad, y jamás le he oído pronunciar una opinión gratuita.

Y todavía más importante: a menudo le he oído decir que no sabe nada de nada de
una cuestión determinada. No es cierto; normalmente sabe más sobre ella que todos
los entendidos que se pasan la vida pontificando sobre el bien y el mal. Pero
para él no basta, prefiere no opinar si no sabe "mucho" de una cuestión. Si no
la ha estudiado a fondo y no ha conseguido hacerse su propia opinión personal.
Una opinión que, además, se pueda explicar de un modo claro.

Esta es otra de las grandes virtudes del personaje: saber explicarse. Cuando
habla se le entiende, incluso cuando habla de economía... que suele ser casi
siempre. Como los sabios de verdad, sabe que las explicaciones demasiado
complicadas suelen ser el refugio de los mediocres. Sabe que cuando una idea es
lo suficientemente clara siempre puede ser expuesta de una manera comprensible.
Y también sabe que una parte de su trabajo consiste en conseguir que le
entiendan. Que le entiendan los estudiantes y los colegas, pero también la gente
normal, aquellos que no dominan las técnicas econométricas ni el vocabulario
especializado y que, por ello, son más difíciles de engañar.

Retomemos nuevamente la cuestión. Si el profesor Sala i Martín escribe un libro
como el que tienen en las manos, donde expone de forma clara y rigurosa el
funcionamiento de la economía de nuestros tiempos, y su voluntad no es,
simplemente, provocar, ¿por qué lo titula "Economía liberal para no economistas y
no liberales?"

Pues porque lo cree. Porque, después de estudiar durante muchos años, ha
llegado a la conclusión de que la mejor aproximación a la economía es la que han
hecho los liberales, porque cree que el mundo será mejor si avanza la libertad
económica. Y, en el fondo, es por ello por lo que se toma la molestia de
escribir un libro como éste. Un libro que le dará mucho menos dinero que una
breve intervención en un foro académico. Lo escribe porque quiere que su país,
el nuestro, sea mejor. Y porque está firmemente convencido de que el mundo será
mejor si la libertad económica es mayor. No sólo se lo cree, sino que es capaz
de argumentar de modo entendedor y por eso escribe este libro. Para
explicárnoslo e intentar convencernos.

Intenta convencernos de que <<el gobierno tiene unas obligaciones y que debe
jugar un papel fundamental. Ahora bien, más allá de dichas obligaciones, el
gobierno ha de limitar su acción y dejar que la gente actúe con libertad tanto en
el ámbito económico como en los distintos ámbitos sociales. Ni en la cartera, ni
en la bragueta [la jareta].>>

¡ Ya me estoy imaginando los sarcasmos ¡ ¡ Ahora incluso resultará que el señor
Sala i Martín es un buen samaritano que quiere arreglar el mundo ¡ ¡ Ya sólo
faltaba eso ¡ ¿Cómo nos podemos creer que quiera arreglar el mundo un señor que
dice que quiere pagar pocos impuestos, que dice que la globalización es buena,
que dice que el problema del Tercer Mundo no es la maldad del Primer Mundo y que
quiere que los comercios abran los domingos? [En España está prohibido que los
comercio abran los domingos] ¿Cómo puede ser buena una persona que se atreve a
proclamarse liberal?

La respuesta la da el propio Sala i Martín. <<Soy liberal precisamente porque me
interesa eliminar la pobreza del Tercer Mundo.>> O citando al eminente economista
Paul Krugman, quien afirma que <<el espíritu mercantil y el afán de lucro han
hecho más para un gran número de gente pobre que toda la ayuda humanitaria y
todos los créditos blandos concedidos por todos los gobiernos y todas las ONG del
mundo a la vez.>>

Sala i Martín cree que el trabajo del economista es un trabajo serio que, como
el de cualquier otro profesional (le gusta comparar a los economistas con los
médicos), no se debe medir por las intenciones sino por los resultados. <<La
pregunta realmente importante no es quién es más bueno o solidario, sino cuáles
son las políticas económicas que acabarán consiguiendo que los países pobres
dejen de serlo>>, dice.

Permítanme expresarlo a mi manera, o a la manera de nuestras abuelas: de buenas
intenciones, el infierno está abarrotado.

En las páginas que siguen, el profesor Sala i Martín nos explica que la libertad
económica es el gran motor del progreso humano. Y lo hace no desde las
intenciones o la ideología, sino desde los datos, desde la historia. Datos que
son, al fin y al cabo, los que nos deberían permitir decidir hacia dónde nos
movemos. Si queremos más Estado o más mercado, si queremos más globalización o
más proteccionismo...

Y es en ese terreno, el de los datos y las experiencias históricas
contrastables, donde deberíamos ser capaces, todos, de hablar de economía.

Este libro que tienen en sus manos es una buena ayuda. Permite entender los
mecanismos básicos de funcionamiento de la economía real (la del mercado),
permite ver cuál es el papel del Estado en la economía y permite discutir de casi
todo: de impuestos y de globalización, de horarios comerciales y de progreso
tecnológico, pero también de vacunas, de prostitución o de fútbol.

Aprovechen ustedes el libro. Discutan (discutamos) de manera sensata: con
datos fiables y argumentos contrastados, en la mejor tradición liberal. De eso
se trata.

Joan Oliver"

[Algunos títulos de los ensayos contenidos en el libro:

El papel de los mercados en la economía moderna
Bill Gates y la duquesa de Alba
El papel del gobierno en la economía moderna
Globalización y globofobia
Explotación infantil
Problemas medioambientales
Crisis financiera en el paraíso del sexo
Antiglobalización e intereses creados
El estado del pensamiento liberal]

Jorge Corrales Quesada

Elisa
25/06/2012, 16:13
2002-09-03 LIBRO DEL MES DE SETIEMBRE

EXPLORATIONS IN ECONOMIC LIBERALISM: THE WINCOTT LECTURES, editado por Geoffrey
E. Wood, con un prólogo de Lord Harris of High Cross y con contribuciones de
Jagdish Bhagwati, Milton Friedman, Friedrich A. Hayek, Deepak Lal, James E.
Meade, Sir Alan Peacock, Lord Robbins, Anna J. Schwartz, George E. Stigler y Sir
Alan Walters. Originalmente publicado en Londres por St. Martin?s Press, Inc.,
1996. Dado que en el correo electrónico no se puede enviar en letra cursiva,
cuando en el texto original aparece en dicho tipo de letra, en este texto aparece
subrayado, excepto el caso de títulos de libros, los cuales aparecen
originalmente subrayados y así se conserva en la traducción.

Una vez más les ofrezco este libro (o alguna de las conferencias en él
incluidas), para su lectura, al igual que los anteriores libros del mes, pues ya
saben cómo y dónde contactarme.

Geoffrey E. Wood efectúa un excelente y resumido análisis de cada uno de los
ensayos (en el orden en que parecen en el libro), por lo cual simplemente lo
traduzco. Debo hacer notar que entre los autores hay cuatro Premios Nobel:
Friedman, Meade, Hayek y Stigler.

?Harold Wincott, en cuyo honor fueron pronunciadas las conferencia publicadas en
este volumen, nunca fue un hacedor de política económica en el sentido de alguien
quien trabaja en un ministerio para el gobierno o en un banco central. Pero con
sus comentarios acerca de asuntos financieros y económicos, influyo el clima
intelectual en el cual se tomaron esas decisiones. Como Harold Wincott, ninguno
de los autores de las conferencias impresas en este volumen hizo su carrera en el
gobierno; un buen número, de hecho, sólo trabajó en el gobierno en tiempos de
guerra, y algunos nunca trabajaron allí del todo. Pero todos -aún George
Stigler, quien señaló en una ocasión que él no deseaba cambiar al mundo, sino tan
sólo entenderlo- han influido profundamente tanto en las políticas como en el
clima intelectual en el cual son elaboradas.

Esta breve introducción a los ensayos en este volumen se orienta a poner los
ensayos en sus contextos históricos y a esbozar la influencia que han tenido, y
a ofrecer unas pocas conjeturas acerca de cómo podrán tener influencia en el
futuro. Las conferencias son discutidas en el orden en el cual aparecen en el
volumen, con ocasionales referencias cruzadas.

MILTON FRIEDMAN (1970) -?LA CONTRARREVOLUCION DE LA TEORIA MONETARIA?

En los últimos pocos años se ha reconocido más y más ampliamente que la política
monetaria es importante. Sin control monetario, la inestabilidad económica y,
de acuerdo con que las condiciones monetarias sean muy restringidas o muy laxas,
resultará una deflación o una inflación. En una parte considerable, es gracias a
los esfuerzos de Milton Friedman, el primer conferencista Wincott, que estas
proposiciones, no siempre generalmente aceptadas en la segunda mitad de este
siglo XX, son ahora ampliamente reconocidas y en muchas naciones son las base
para la formulación de políticas.

En su conferencia, el Profesor Friedman primero describe cómo algunas
proposiciones claves relacionadas con el papel del dinero en la economía, fueron
formuladas por Irving Fisher; en particular, la relación de una proporcionalidad
grosso modo entre el crecimiento del dinero y los precios, la distinción entre
tasas nominales y tasas reales de interés y l distinción entre una inflación
prevista y una no prevista. El luego muestra cómo, al seguir los puntos de vista
de Keynes en la Teoría General (aunque no, enfatiza el Profesor Friedman, en el
Tract on Monetary Reform), se rebajó el papel del dinero al proclamarse que la
velocidad de circulación del dinero fluctuaba y compensaba a las variaciones que
se daban de la oferta de dinero. Así l apolítica monetaria perdió su influencia
sobre la actividad económica y fue suplementada en importancia por el componente
del gasto total, el cual es independiente del ingreso corriente ?por lo que hoy
es conocido en los libros de texto como gasto autónomo. Se dice con amplitud que
comprende a la inversión privada y al gasto del gobierno.

Ese cambio fue la ?Revolución?. La ?Contrarrevolución? del título de la
conferencia fue el derrocamiento de esa revolución por una evidencia muy extensa,
mucha de ella debido al propio Friedman y a su trabajo conjunto con Anna Schwartz
(otro de los conferencistas Wincott). Su trabajo condujo a una reinterpretación
de la Gran Depresión, mostrando que fue primariamente resultado de fracasos en la
conducción de la política monetaria. Pero ese dramático episodio no es único ítem
de evidencia. El Profesor Friedman cita varios otros en su conferencia,
incluyendo dos ejemplos impactantes de los Estados Unidos en 1966 y en 1968,
cuando las políticas monetaria y fiscal intentaron impulsar simultáneamente a la
economía en dos direcciones opuestas, y la política monetaria ganó ambas
batallas.

Aún a 25 años de haberse dados esta conferencia, hay en ella una riqueza de
material de la cual, tanto los economistas como quienes formulan políticas,
podrían aprender Existe una explicación de por qué una vez que empieza la
inflación es usualmente difícil detenerla. Hay una explicación de por qué las
tasas de interés son una mala guía para saber si la política monetaria es
restrictiva o expansiva. Y, de la mayor importancia, haya un énfasis acerca de
cuán poco sabemos acerca de los detalles sobre la forma en que opera una economía
y de por qué, por lo tanto, la política monetaria debería ser guiada por reglas
simples en vez de esfuerzos por dirigir con precisión el curso de la economía.

El trabajo es una revisión magistral ?y fácil de leer- de la historia del
pensamiento económico, de la historia económica y de la teoría económica, y
muestra las implicaciones que tienen los tres en la conducción de la política.
Las ideas expresadas en el artículo han influido la formulación de políticas en
países tan apartes geográficamente como Nueva Zelanda e Inglaterra, y a gobiernos
de casi todo el rango de coloraciones políticas.


JAMES MEADE (1971) -?SALARIOS Y PRECIOS EN UNA ECONOMIA MIXTA?

La política monetaria puede, como lo ha discutido Milton Friedman, controlar y
terminar con la inflación. Pero debido a que las expectativas sobre inflación
que mantiene la gente tienden a quedarse atrás del desempeño de la inflación del
momento, pueden surgir aumentos ?tal vez aumentos sustánciales- en el desempleo
durante el proceso. Además, como resulta do, por ejemplo, legislación que
confiere algún grado de poder monopólico a los sindicatos, acuerdos salariales
negociados pueden crear niveles sustanciales de desempleo aún cuando los precios
han sido estabilizados durante algún tiempo y las expectativas rezagadas ya no
están exacerbando las peticiones de aumentos salariales y, en consecuencia, el
desempleo. Estos son los problemas que el Profesor Meade se propone analizar.

El trasfondo histórico en el cual escribió se encuentra resumido en el primer
cuadro de su conferencia. La inflación casi se había duplicado (a partir de un
6.5 por ciento por año) en los cinco años que él analizó; y el desempleo se había
algo menos que duplicado (a partir de un 1.53 por ciento) en el mismo período.
La escala relativa de uno de los problemas que él examinó fue definitivamente
diferente de la que ahora confrontaba la economía inglesa; pero la reconciliación
de precios estables con un nivel de desempleo satisfactoriamente bajo es aún un
problema económico fundamental. ¿Cuáles son las soluciones que propone el
Profesor Meade?

El primeramente considera con cuidado si la inflación es un problema sobre el
cual vale la pena preocuparse. Después de todo, hace notar, si es ?anticipada?
(para usar su término en este contexto) entonces todos los precios y salarios
suben igualmente y nadie aparece sufriendo [1]. Pero la inflación, dice él,
puede también ser ?costosa? ?cuando por una u otra razón, ?los diversos grupos en
la comunidad están actuando de manera tal que efectúan demandas sobre los
recursos reales, tales que... son imposibles de satisfacer?.

Dicha inflación, asevera, vale la pena detenerla. Su preocupación no es tanto
en cómo lograrlo sino como lograr ambos, precios estables y un alto nivel de
empleo. Para ello, se deben satisfacer dos condiciones.

La primera, que el gobierno debe ser capaz, por medio de políticas monetarias y
fiscales, de mantener los gastos monetarios totales al nivel necesario para
proveer un mercado para un nivel de producción asociado con la capacidad de pleno
empleo, a precios monetarios sin inflación; y, segundo, el proceso de
determinación de salarios-precios debe ser tal que asegurar, a este nivel de
capacidad de actividad real asociada con este pleno empleo, tanto que las tasas
de salarios monetarios no son empujadas más rápidamente que en lo que está
creciendo la producción pe cápita y también que los márgenes de utilidades estén
estabilizados.

El problema que él analiza tiene que ver con la segunda de estas dos
condiciones:

el problema de restringir el proceso de fijación de salarios-precios de manera
que se pueda evitar, o reducir en el máximo posible, la inflación de los precios
a niveles de producción asociados con el pleno empleo.

La solución, en principio, es directa. Si un sindicato hace un reclamo salarial
por encima de un cierto porcentaje, ese sindicato pierde varias de las formas en
que se le protege. [2] Estas normalmente confieren a los miembros del sindicato
un poder de negociación mayor que el que tendrían en un mercado abierto. Remover
esa protección hace más difícil que el sindicato pueda dejar fuera del mercado de
puestos de trabajo a otros trabajadores.

Por supuesto que también son seguramente necesarias restricciones similares para
prever un ambiente en que se puedan poner precios monopolísticos. Aquí el
Profesor Meade sugiere que se fortalezca a la comisión antimonopólica. Pero para
ello él no descansa en la acción de la burocracia: él hace que el mercado sea
para su ventaja.

Las compañías deberán ser estimuladas para que distribuyan sus utilidades. ?Si
el financiamiento para el desarrollo de capital proveniente de fondos
reinvertidos es fuertemente desestimulado por el sistema impositivo, las
compañías tendrían que competir por nuevos recursos en los mercados de capitales
abiertos, lo cual promovería la competencia en favor de las empresas nuevas más
promisorias.?

Aún más, y refiriéndose al tema de la última conferencia incluida en este
volumen, el Profesor Meade se pronuncia a favor del libre comercio: ?Pero muy,
muy lejos, la manera más efectiva de promover la competencia y limitar las
presiones monopólicas sería admitir la libre importación de bienes de todas las
fuentes del extranjero...?.

No todas las propuestas del Profesor Meade han sido adoptadas. El mundo
gradualmente ha oscilado, algunas veces hacia delante, otras hacia atrás, pero en
el balance hacia adelante, hacia el libre comercio. Los poderes de los
sindicatos en Inglaterra han sido atacados aunque no por los métodos que él
sugirió. Los resultados tal vez no son muy impactantes; pero si uno compara el
desempleo en Gran Bretaña con los niveles aún más elevados en algunos países en
donde tales poderes no han sido reducidos y aún, tal vez, hasta aumentados,
parece claro que algo se ha ganado.


FRIEDRICH HAYEK (1973) -?LIBERTAD ECONOMICA Y GOBIERNO REPRESENTATIVO?

El poder del monopolio también le interesó a Friedrich Hayek, en su Conferencia
Wincott. Su preocupación era que, para asegurarse que conserva una mayoría, un
gobierno ?comprará el respaldo de grupos particulares si les promete concederles
una ventaja especial.? ¿Cómo puede enfrentarse esto?

Hayek sugiere un egreso a los principios expresados por los teóricos clásicos
del gobierno representativo ?que el congreso debe limitarse a sí mismo a pasar
leyes, ?en el sentido de reglas generales de justa conducta igualmente aplicables
a todos los ciudadanos?.

Esto, dice Hayek, es necesario para prevenir que surjan grupos con monopolios
protegidos, que causan presione inflacionarias y desempleo (tal como lo discutió
Meade), y también inhiben el crecimiento y el cambio de las economías.

Habiendo así definido el problema, Hayek, por la vía de examinar la naturaleza
de las leyes y las diversas formas que puede tomar la legislación, formula una
propuesta que separaría al cuerpo encargado de legislar sobre asuntos de gobierno
del cuerpo encargado de hacer propiamente a las leyes. Hayek reconoce que su
propuesta es una ?construcción utópica?. Su argumento en favor de tal esquema lo
brinda David Hume en su ensayo sobre ?The Idea of a Perfect Conmonwealth?.

En todos los casos, debe resultar ventajoso saber qué es lo mejor de su clase,
que podamos lograr hacer cualquier constitución real o forma de gobierno tan
cerca de aquél como nos sea posible, por medio de alteraciones gentiles e
innovaciones como para no dar lugar a grandes disturbios en la sociedad.


Tal esquema de gobierno todavía no ha sido adoptado. Pero más y más
economistas, comentaristas y políticos se han dado cuenta de, y se han
preocupado, los poderes peligrosos de los grupos de intereses especiales. Se
está progresando.

LORD ROBBINS (1974) -?ASPECTOS DE LA POLITICA ECONOMICA DE LA POSGUERRA?

También Robbins estaba interesado en el desempleo y la inflación. Su objetivo
era revisar cómo la política económica de la Inglaterra posterior a 1950 había
conducido a una aceleración de la inflación, a un desempleo creciente y, en
adición, se aseguró que ?nuestras compras del extranjero fueran mantenidas al
nivel presente tan sólo por medio de un sin precedentes pedir prestado al
exterior?. Por supuesto que Lord Robbins puso al problema en su contexto. El
señaló que el ingreso per cápita había crecido en términos reales en cerca de un
60 por ciento entre 1951 y 1971. Pero esto salía mal en comparación con lo
sucedido en muchos otros países para el mismo período. ¿Por qué?

Se hará un examen breve e incisivo de una variedad de factores. Una imposición
marginal elevada redujo el esfuerzo laboral, tal como también lo hizo sobre el
incentivo y la habilidad para ahorrar. También se dio una política acerca de la
industria. Problemas producidos por la nacionalización ?no tal vez
inevitablemente, pero ciertamente sí en la práctica. También hubo una
?politización y burocratización de la política general que tenía que ver con la
inversión y la política de precios?. Todos estamos familiarizados con ejemplos.
Los precios de las industrias nacionalizadas fueron mantenidos artificialmente
bajos para reducir el índice de precios. La inversión fue frecuentemente
pospuesta para reducir el crecimiento del gasto público de manera que se pudieran
dar reducciones en los impuestos ?algo indeseable no porque las reducciones de
impuestos sean indeseables, sino porque fueron financiados por recortes a la
inversión tan sólo en razón de que la mayoría de los votantes no notarían sus
consecuencias en el corto plazo.

Las prácticas restrictivas fueron dañinas; en efecto, ?Dejando de lado la mala
administración monetaria, veo a las prácticas restrictivas como tal vez el más
serio de nuestros problemas en la actualidad?. Hay leyes contra tales prácticas
cuando son efectuadas por los negocios. ¿Por qué, preguntó Robbins, no se aplican
también a sindicatos y a asociaciones profesionales? Por supuesto que la huelga
debe ser permitida en una sociedad libre ?siempre que (haciendo eco del Profesor
Meade) ?aquellos que dejan de trabajar sufran las plenas consecuencias de su
acción?.

De nuevo, como el Profesor Meade, Lord Robbins estaba preocupado con el daño que
la inflación causaba, y consideró cómo la inflación podía ser detenida. En eso
fue inequívoco: ?pueden existir muchas causas iniciales. Pero todas están sujetas
a la misma condición subyacente, que la oferta de dinero o la base crediticia
?llámela como la llame- fue dejada que aumentara hasta permitir su operación?.
Así, en términos diferentes, hizo eco a la famosa observación que en la
Conferencia Wincott hizo Milton Friedman, que ?la inflación es siempre y en todo
lado un fenómeno monetario.

¿Por qué, entonces, hubo una carencia de voluntad para restringir al crecimiento
del dinero y, por ende, de la inflación? El sugiere que ello se debió a ?un
juramento irrestricto en favor de mantener un nivel de empleo alto? de lo cual
fue testigo la experiencia de los años 30. Primero, observó él, hay ambigüedades
estadísticas con el término pleno empleo. Segundo, no se hacía referencia a los
salarios en aquel juramento; y ?peticiones de aumentos que excedan al incremento
en la productividad, en general, con certeza, producirán desempleo, a menos que
haya la correspondiente inflación?. [3]

El rechazó las políticas de ingresos de los tipos que hasta el momento se habían
intentado, por ser no más que medicinas temporales. Deberíamos, mantuvo, de
evitar ?el desempleo ocasionado por una inflación positiva? (es decir, por una
caída en el nivel general de precios). En vez, deberíamos reducir la tasa de
crecimiento del dinero y por tanto mantener un nivel en promedio estable del
nivel de precios en el curso del tiempo. El principio detrás de esta
recomendación ciertamente ha sido adoptado por varios gobiernos desde que él
escribió; esperemos en que el desempeño mejore con la práctica.


ALAN PEACOCK (1976) -?LA CREDIBILIDAD DE LA ECONOMIA LIBERAL?

La posición básica de Alan Peacock es que ?la política económica liberal
tradicional? está bien fundamentada. Su interés no es defenderla, sino más bien
considerar por qué ?un cuerpo ecléctico de pensamiento económico con una extensa
y honorable tradición?, un cuerpo que en su momento fue popular y ampliamente
aceptado, ahora está ?luchando por sobrevivir en círculos políticos y
gubernamentales, sino es que también en círculos académicos?.

Alan Peacock sigue el enfoque del economista de considerar ambos, la oferta y la
demanda. El sugiere que la oferta ha sido restringida por un cambio en los
incentivos que enfrentan los economistas en la academia. Se valora la exhibición
de habilidades matemáticas y estadísticas. No hay nada malo con eso; pero, como
lo hace notar el Profesor Peacock, la exhibición en un gado considerable se
valora puramente como una exhibición. De si es acompañada por ?visiones
imaginativas sobre la forma en que opera el sistema económico? es visto como algo
menos importante. En segundo lugar, existe una tal ?economía del bienestar?, una
rama de la materia que, inter alia, analiza los ?fracasos del mercado?. Muy a
menudo la recomendación estándar ante el fracaso del mercado es la intervención
del gobierno ?sin consideración al hecho de que tal intervención es costosa y
rara vez perfecta. Hay una ?mezcla curiosa de una observación a menudo penetrante
de cómo es que opera el sistema de mercado con una visión asombrosamente
inocentona del proceso político y burocrático?.

Eso es todo del lado de la oferta. Por qué la demanda no ha corregido esta
situación es el siguiente tópico que analiza el Profesor Peacock. El sugiere que
la carencia de demanda es el resultado de mantener una visión utópica de la
sociedad ?de ser incapaces de reconocer que los recursos son escasos, y de que
estos recursos escasos deben ser asignados entre usos que compiten entre sí. Su
agenda luego se inicia con tratar de iluminar y persuadir a quienes formulan
políticas y a comentaristas. Pero él no se detiene allí. El sugiere que los
intentos para persuadir y para avanzar el conocimiento económico de la población
como un todo, valen la pena y, en adición, urge la consideración de reformas
políticas como las que ha propuesto Friedrich Hayek en una conferencia previa
(Capítulo 3 de este volumen). El sugiere que éstas serán precondiciones
necesarias para llevar a cabo el tipo de programa económico liberal que en última
instancia traerá los mayores beneficios.


ALAN WALTERS (1977) -?LOS ECONOMISTAS Y LA ECONOMIA BRITÁNICA?

Como Robbins antes que él, Alan Walters estaba interesado en con el desempeño de
la economía británica a partir de 1950. Sin embargo, su enfoque consistió en
examinar las teorías que habían influenciado a la formulación de política
económica, para determinar cómo la experiencia las había falsificado y para
discutir qué debería reemplazarlas.

La noción de que existía una relación estable entre el nivel de desempleo y la
tasa de inflación -una ?curva de Phillips? estable- había desaparecido, señaló
él. El dinero importaba para la inflación. Y, de gran importancia, ?ningún
modelo, ya sea monetario o Keynesiano, podía predecir exactamente el desempeño de
la economía en los próximos dos años?. En el curso de su conferencia, Alan
Walters desarrolló estos puntos mediante la discusión tanto de la teoría como de
la evidencia. El consumo (y el ahorro) se comportó en los años 70 muy diferente
de cómo lo señalaban diferentes predicciones. En particular, en 1974-75 el
consumo cayó dramáticamente, y no sólo en Gran Bretaña sino en una buen parte del
mundo occidental. Algunos pronosticadores habían predicho una pequeña caída, y
algunos un alza; ninguno había predicho una gran caída. La supuesta estabilidad
de la función consumo, la relación entre el consumo y el ingreso, es ?una de las
proposiciones de la macroeconomía convencional?. El episodio, a pesar de mucha
racionalización con posterioridad a los hechos, había noqueado tal proposición,
por lo menos en cuanto a que supuestamente había dado asistencia a la predicción.
Esencialmente lo mismo resultó cierto en cuanto a la inversión; completamente
fracasó en comportarse tal como se había predicho. Así fue noqueada otra ayuda
para la predicción.

Luego Alan Walters se volteó hacia los salarios. ¿Eran rígidos en términos
monetarios? ¿Había en ese entonces, tal como (en ese entonces) lo había
proclamado John Hicks, un piso para los salarios reales? La evidencia rechazó
ambas conjeturas.

Continuando con su ataque sobre la posibilidad de realizar predicciones en el
corto plazo, y así sobre el ?fine tunning?, Alan Walters entonces analizó cómo se
forman las expectativas. Tal como él señaló, la gente ?no simplemente extrapola
en el futuro sus experiencias pasadas?. Más bien forman sus expectativas tomando
en cuenta toda la información disponible, incluyendo información acerca del
comportamiento de las autoridades. En tales circunstancias, la política debería
ser guiada por las reglas; porque sólo así puede esperarse una estabilidad en el
comportamiento del sector privado.

Después de una breve revisión acerca de cómo, a pesar de su falsificación, el
Keynesianismo simplificado continuó guiando la política económica, [4] Alan
Walters concluye ofreciendo sus propias propuestas sobre política. Están en dos
partes. Primero hay una técnica; el dinero debería crecer a una tasa estable.
Esto podría prevenir ?algunas de las más salvajes fluctuaciones (en la política
económica)?. Finalmente, revirtiendo a los temas de las conferencias previas,
Alan Walters concluye, primero, discutiendo brevemente por qué persisten las
ideas falsas y, en segundo lugar, sugiriendo, con algún pesimismo, que la demanda
dará lugar a algún nuevo ?Mesías económico?.


GEORGE J. STIGLER (1982) -?LOS PLACERES Y LOS DOLORES DEL CAPITALISMO MODERNO?

En su conferencia, George Stigler se concentró en ?la unidad organizativa
fundamental del capitalismo?. Esa unida des la empresa que realiza negocios y él
examinó los azares del sector negocios. Su evidencia la obtiene de los Estados
Unidos, pero el enfoque analítico es ampliamente aplicable.

Parte de la presunción de que todos los consumidores se benefician con la
existencia de una economía eficiente -aún aquellos que dependen de los programas
gubernamentales de bienestar, pues entre más eficiente es la economía, hay más
para repartir.¿Por qué, entonces, hay tantos controles sobre los negocios, además
de que, con certeza, hay un grupo de interés aparentemente enorme que se opone a
ellos? Su respuesta es que los negocios están selectivamente en favor de los
controles -controles que limitan a la competencia. Estos controles son los
?placeres? del título de esta conferencia. ¿Cuáles son los dolores?

?Los dolores del capitalismo moderno tienen la misma fuente de donde provienen
los placeres.? Los dolores, también, surgen de la regulación. Surgen no del
poder de los grupos de consumidores, sino de los efectos indirectos de derrame
que ocasiona la regulación. Una industria es afectada por la regulación que
beneficia a otra. ?Si el acero es protegido, los usuarios del acero deberán pagar
precios más altos...?.

¿En el balance quién habrá ganado? ¿Los placeres o los dolores? Mediante el
examen de los rendimientos de las acciones, Stigler, notando que han declinado,
concluye en que los dolores han ganado. Por supuesto que esto es un soporte
empírico impactante a las preocupaciones expresadas por otros conferencistas
Wincott, notoriamente por Alan Peacock. ¿Cuáles son las perspectivas desde el
punto de vista de Stigler? A pesar de la propia evidencia que brinda, no son muy
obscuras. Hay industrias pujantes que no son objeto de regulación. Esto va a
ayudar. Pero también debe haber un esfuerzo por aclarar el régimen regulatorio.
Los economistas pueden dar argumentos en favor de éste. Pero deben también
mostrar a los negocios que, en el balance, pierden con la regulación Tan sólo
entonces los defensores más poderosos de la regulación podrán convertirse en sus
oponentes.


DEEPAK LAL (1989) ??LOS LIMITES DE LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL?

Ya sea o no debido a las diferentes conferencistas Wincott -y en algunos casos
la evidencia de su influencia es indisputable- el dirigismo echó para atrás en
los años setentas y ochentas. Las economías crecientemente descansaron en los
mercados y menos en la planificación. Pero, tal como observó Deepak Lal a inicios
de su conferencia, también se dio una paradoja. En tanto que el liberalismo
económico iba ganando la partida en cuanto a la formulación de políticas
domésticas, ?en muchos aspectos del pensamiento y de la acción en las relaciones
económicas internacionales, [parece] que se dio una reencarnación del ?Dogma
Dirigista??.

En su conferencia, Deepak Lal examinó dos aspectos de eso: los planes para la
coordinación internacional de las políticas macroeconómicas y del tipo de cambio,
y la ?aceptación de establecer... un Orden Económico Verde Internacional?.

La base analítica de su artículo es una discusión de la teoría de las
externalidades, Estas son ?los efectos colaterales no compensados [es decir, no
compensados por quienes los causan] resultantes de la actividad e un productor o
un consumidor sobre otros agentes económicos?. Las externalidades son luego
clasificadas en cuatro tipos diferentes. [5]

Utilizando esta clasificación en cuatro tipos, Deepak Lal discute que tan sólo
algunas externalidades requieren de la acción gubernamental para corregir las
ineficiencias el mercado. Muchas externalidades cambian la asignación de
recursos entre los individuos, pero no afectan la eficiencia de esa asignación.

Este análisis e aplica en primer lugar a la ?coordinación internacional de las
políticas?. El Profesor Lal muestra que los argumentos a favor de tal
coordinación son erróneos. Una acción no coordinada produce resultados
diferentes de los que produce una acción coordinada (o, mejor, de los resultados
que produciría una acción coordinada hipotética ideal; los gobiernos no son
perfectos). Pero los resultados de las acciones no coordinadas son eficientes;
los argumentos en pro de la coordinación en efecto suelen ser argumentos en favor
de una redistribución.

Después de repasar, y, similarmente, rechazar, otros argumentos que se esgrimen
en favor de la coordinación de políticas macroeconómicas, el Profesor Lal se
dedica a las ?Externalidades Internacionales del Medio Ambiente?. Aquí él urge a
?que veamos los hechos, y preguntemos cuál deberá ser la respuesta racional a
ellos?. ¿Cuáles son los hechos? Primero, que ni el calentamiento global ni el
enfriamiento global son probables. Segundo, si vemos los rangos de variación de
las temperaturas en el pasado, encontramos que tales variaciones en el futuro no
destruirían, ni aún dañarían, al mundo como un todo. En vez de ello, cambiarían
los lugares en donde sería posible la agricultura productiva y que genere
ganancias. Cambios supuestos en el clima mundial tienen efectos redistributivos
del ingreso; ellos no destruyen la posibilidad de vida. Es entendible que a
algunos grupos no les agrada este efecto redistributivo; pero el deseo de una
parte del mundo de preservar su actual supremacía en una actividad, no es un
fundamento fuerte para que haya una regulación internacional.

El Profesor Lal concluye en que los argumentos internacionales para una
planificación son tn fallidos como los argumentos para que sea en lo doméstico.
No hay base alguna para que se establezca una economía global administrada
justamente en el momento en que las nacionales están colapsando.


ANNA J. SCHWARTZ (1992) -¿TIENEN ALGUN FUTURO LAS CAJAS DE CONVERSION?

En su conferencia, Anna Schwartz consideró una posible solución a un problema
económico básico que enfrentan algunas economías del Este de Europa (y también
otras). Desea ir a un sistema de mercado en funcionamiento, pero, antes de que
tal sistema de mercado, con un conjunto de precios relativos que continuamente
varían, pueda funcionar bien, requiere de un sistema monetario con una moneda que
relativamente sea estable en su valor. Sin tal moneda, no hay una unidad en la
cual los precios puedan ser expresados y las economías pronto revertirían a las
ineficiencias del trueque. Para introducir rápidamente esta moneda, algunos
autores han propuesto que estas economías basen sus sistemas monetarios en ?cajas
de conversión?.

Estos son sistemas en el cual un país fija rígidamente el valor de su moneda a
aquélla de otro país. Para toda la emisión de su moneda, mantiene un respaldo
completo de reservas en activos denominados en la moneda del otro país. En
consecuencia, el país con la caja de conversión importa la política monetaria
desde el otro país; su moneda es tan estable como la es la del país al cual se
ancló. Este esquema parece ser atractivo -en efecto, está cerca de parecerse a
una cura milagrosa para los desórdenes monetarios.

En general, uno debe ser escéptico ante tales curas. Anna Schwartz muestra que
este caso no es la excepción. Después de explicar en detallo qué son las cajas de
conversión, discute algunos ejemplos de cómo operan. Dos factores fueron de
importancia particular. Primero, la moneda a la cual la caja de conversión
decidió adherirse debería ser estable. Segundo, la moneda a la cual la caja de
conversión se ligó tenía que ser emitida por un país con el cual la nación de la
caja de conversión lleva a cabo una parte sustancial de su comercio
internacional. Esto era necesario para evitar fluctuaciones violentas en el
precio de sus biens intercambiados internacionalmente en comparación con los
bienes en general. (Este segundo factor fue lo que condujo a algunos países del
Imperio Británico a adherirse no a la libre esterlina, sino al dólar de los
Estados Unidos).

Hoy día sería difícil encontrar un ancla adecuada para una caja de conversión.
Al momento ningún país tiene un sistema monetario estable, basado en reglas, tal
como en su momento lo brindaba el patrón oro, y la diversificación incrementada
del comercio significa que ahora pocos países tienen un socio comercial
dominante.

Pero no fue por estas razones que declinaron las cajas de conversión. (Aquellas
pocas cajas de conversión que aún existen son significativamente diferentes de la
forma tradicional). La Dra. Schwartz resume de la manera siguiente las razones
por las cuales declinaron: el final de la creencia en la legitimidad de un
Imperio; aceptación de la creencia de que las cajas de conversión afectaban al
desarrollo de los países que las utilizaban; y el hecho de que las cajas de
conversión no permitieron una política monetaria discrecional. Muestra que lo
segundo está equivocado y que lo tercero es una bendición en vez de una
limitante. Sin embargo, por tales razones falaces, las cuales fueron ampliamente
endosadas, las cajas de conversión murieron.

En la sección final de su ensayo, Anna Schwartz considera si podrán ser
revividas. Ella duda que puedan serlo. A pesar de su aparente atractivo
intelectual, concluye la Dra. Schwartz, las cajas de conversión no son ?la onda
del futuro?.

Es de hacer notar que una de las razones por las cuales no lo son, es que los
gobiernos, aunque cada vez se hacen más orientados hacia los mercados en sus
políticas económicas, con todo y todo, todavía no desean comprometerse a sí
mismos a la receta liberal clásica de guiar sus políticas por medio de reglas
preanunciadas.


JAGDISH BHAGWATI (1994) ??LA ?JUSTICIA? DEL LIBRE COMERCIO Y EL NUEVO
PROTECCIONISMO: REFLEXIONES ACERCA DE UNA AGENDA PARA LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DEL
COMERCIO?

Lo primero que el Profesor Bhagwati afirma es que un comercio y unos flujos de
inversión incrementados, los cuales producen un mundo crecientemente
interdependiente, conducirán a ganancias mutuas para todos los países que
participen. Esta afirmación, lo hizo notar, fue una vez rechazada por muchos
países en desarrollo, quienes temían las consecuencias del comercio con los
países desarrollados. Ellos ya han dejado de lado ese temor, pero ahora los
países desarrollados temen comerciar con los subdesarrollados. Este temor,
discute el Profesor Bhagwati, tiene tan poca base como la tenía el que ha
reemplazado. Muestra que el balance de la evidencia es inconsistente con la
afirmación de que el comercio con los países en desarrollo ha dañado a los países
desarrollados, al deprimir, en los Estados Unidos, las ganancias relativas de los
trabajadores sin calificación, y, en Europa, (donde los salarios son menos
flexibles) al aumentar el desempleo. Estos fenómenos -que son ciertos- son
productos de otras influencias.

Luego él examina otros argumentos usados en favor del proteccionismo
-notablemente la protección del medio ambiente y los estándares laborales.
Ninguno de estos argumentos tienen buenas bases. Los países que tienen
diferentes patrones para la protección del medio ambiente son exactamente como
si tuvieran diferentes dotaciones de recursos naturales. Ninguna diferencia
puede justificar la protección. [6] En lo que se refiere a los estándares del
mercado de trabajo, el Profesor Bhagwati primeramente hace notar que ?La noción
de que pueden universalizarse las regulaciones laborales, como sucede con los
derechos humanos y el habeas hábeas, simplemente con llamarlos ?derechos
laborales?, ignora la dificultad que hay en hacer una fácil ecuación entre
estándares laborales que son específicos a las culturas y ?los derechos humanos?
que son universales. El ilustra esto por medio de algunas comparaciones que
muestran que, en muchos casos, los diferentes estándares laborales son
simplemente diferentes, ni mejores (excepto desde la propia perspectiva de la
nación) ni peores. También él discute que el caso claro del trabajo infantil
tampoco es muy claro.

Luego va de los argumentos en favor del proteccionismo hacia los argumentos en
favor del libre comercio regional. El Profesor Bhagwati señala que, si bien en
ciertas áreas particulares tiene sus ventajas, en general es preferible el libre
comercio mundial. Concluye con algunas observaciones acerca de la Organización
Mundial del Comercio, la cual reemplazó al GATT, y con algunos aspectos de
aquélla que pueden ayudar a producir un resultado deseable.


CONCLUSIÓN GENERAL

Las conferencias aquí reimpresas cubren una amplia gama. Pero
independientemente de cual aspecto de la economía fue el tema principal, en cada
caso surgen dos temas. Ellos son la importancia de guiar a la política económica
por medio de un conjunto de reglas claro, anunciado y creíble; y la importancia
de mantener bajo control a las fuerzas monopolísticas, regulatorias y
burocráticas que afectan al cambio y al crecimiento de las economías.

Estos dos temas son centrales al liberalismo que Harold Wincott expuso. Las
destacadas conferencias incluidas en este volumen han impulsado grandemente la
aceptación de estas ideas, y ya han influido sobre las políticas Con el paso del
tiempo, y se hace crecientemente claro qué tan importantes para la prosperidad
económica son estas recomendaciones aparentemente simples y, ciertamente, no
técnicas, su influencia con seguridad será más profunda.


NOTAS

[1] Hoy en día tal inflación no sería tratada tan bondadosamente. Primero
porque parece ser un animal muy raro; y, segundo, porque estudios recientes (por
ejemplo, Barro, 1995) han encontrado que aún tasas bajas de inflación dañan el
crecimiento económico.

[2] Tal como señala el Profesor Meade, tendría que existir un mecanismo que
estableciera qué tan grande fue la petición salarial. Esto es necesario porque
las diferentes partes en una disputa salarial a menudo están en desacuerdo acerca
del tamaño tanto de la petición inicial como del acuerdo final.

[3] A menudo los trabajadores son impulsados a que busquen aumentos iguales a
los incrementos en su productividad. Esto deja de lado que los incrementos en la
producción per cápita pueden reflejar, por ejemplo, la acumulación de capital. Y
también deja de lado la posibilidad de que haya cambiado el balance entre la
demanda y la oferta de distintos tipos de trabajadores, Por supuesto que Robbins
no estaba interesado en la productividad a ese nivel de desagregación. Su
interés era de que los salarios promedio no excedieran a la productividad
promedio de la economía como un todo.

[4] En su conferencia, Milton Friedman provee una descripción breve de por qué
lo que es denominado como Keynesianismo es, al mismo tiempo, una simplificación
e, inter alia, difícilmente lo que Keynes hubiera mantenido si hubiera vivido
hasta los años setentas.

[5] Los orígenes de las clasificaciones son brindados en el artículo del
Profesor Lal.

[6] La única calificación a esto es cuando los diferente estándares
medioambientales tienen efectos indirectos de un tipo particular. Esta
posibilidad fue examinada en detalle, y rechazada, por Deepak Lal, en su
Conferencia Wincott.?

Jorge Corrales Quesada

Elisa
25/06/2012, 16:13
2002-09-30 LIBRO DEL MES DE OCTUBRE DEL 2002

James Bovard, FREEDOM IN CHAINS: THE RISE OF THE SATE AND THE DEMISE OF THE
CITIZEN (New York: St. Martin’s Press, 1999).

Esta no es la primera obra de Bovard. Anteriormente escribió en 1994 "Lost
Rights: The Destruction of American Liberty"; "Shakedown" en 1995; "The Fair
Trade Fraud" en 1991, el cual leí hace varios años, al igual que "The Farm
Fiasco", escrito en 1989. Habiendo conocido estas dos últimas obras de Bovard, era
tan sólo natural que apenas supe que había escrito una nueva, de inmediato
trataría de conseguirla, pues estaba seguro de que la saborearía con gusto
similar. Y no me equivoqué: esta obra de Bovard es endemoniadamente libertaria,
que hace que hasta cualquier discurso de nuestros políticos libertarios criollos
parezca ser tan insulso como una ensalada de nabos.

Esto es así pues Bovard no sólo no se anda por las ramas en estas cuestiones,
sino porque, en mi opinión, también presenta una de las mejores referencias de
las más diversas fuentes que pueden dar lugar a una información detallada e
incisiva sobre los temas que trata. Pero la cuestión no se acaba aquí: Bovard
penetra con su estilete característico hasta lo más profundo del análisis. Expone
con pelos y señales como actúan los humanos cuando tienen el poder en sus manos.
Y sabe hacerlo con humor: no aquél del show periodístico, sino con la mayor
ironía que permita desnudar la hipocresía del estado.

Ustedes sabe que el tema del comercio internacional siempre me ha atraído. Por
ello no olvido un pequeño párrafo de otro libro de Bovard, "The Fair Trade
Fraud", en donde permanentemente desenmascara aquel slogan de "hagan lo que les
digo y no lo que hago", que suele encontrarse con suma frecuencia en el discurso
político de los hipócritas y sepulcros blanqueados. En él narra Bovard la
posición del "zar" del comercio negociado de los Estados Unidos, el famoso U. S.
Trade Representative (que podría traducirse como el Representante Principal del
Comercio Internacional de los Estados Unidos), cuando comenta acerca del comercio
de helados entre Estados Unidos y Canadá (cierto que antes de la vigencia del
NAFTA; no se como será ahora). Dice Bovard: "El Representante Comercial de los
Estados Unidos condenó a Canadá por la cuota que ponía a las exportaciones de
helados desde los Estados Unidos hacia ese país. Pero se le olvidó decir que,
mientras Canadá permitía que se exportara un total de 347.000 kilogramos de
helados por la frontera norte de los Estados Unidos, ese país prohibía que se
exportara desde Canadá ni siquiera un solo cono de helados." Nos hace ver porqué
vale la pena luchar por un verdadero comercio libre y no por ese fraude que en
mucho es el comercio actual que algunos llaman o intentan que sea "justo".

La misma ironía se percibe en la totalidad del nuevo libro de Bovard, "Freedom
in Chains". Lo que he pensado hacer en este comentario al libro del mes de
octubre es referirme brevemente a sus nueve capítulos (en realidad a ocho, porque
el último es tan sólo un resumen), uno tras otro, con lo cual creo que el lector
podrá así interesarse en entrarle a la lectura completa del libro, que como
siempre está a su disposición.

En su INTRODUCCIÓN, Bovard señala que el propósito principal de su obra es
analizar la creencia de que el gobierno es algo que está por encima de los
ciudadanos y que es con su actuación como las personas logran la felicidad. Para
esto empieza por mostrar cuál es la naturaleza del estado y cómo lo que llama "la
teoría del buen gobierno à la Peter Pan"; esto es, "que el gobierno sería algo
maravilloso si tan sólo la gente pudiera creer que tiene poderes mágicos" ha
minado la capacidad de muchos individuos para levantarse por sí mismos por medio
del ejercicio de su libertad.

Dice Bovard: "Confiar en los gobiernos contemporáneos significa dividir a la
humanidad en dos clases: aquellos que pueden ser confiados con el poder para
dirigir las vidas de las otras personas y aquellos a quienes ni siquiera se les
pueda confiar en que puedan dirigir sus propias vidas." Y, para quienes
consideran que lo que aprecian como democracia es lo que les puede proteger del
estado, deben despertarse, pues "la ilusión de la regla de la mayoría es hoy el
gran santificador de los abusos del gobierno –y tal vez la mayor barrera para que
la gente logre entender cuál es la naturaleza del estado."

El planteamiento de Bovard no es la anarquía y por ello señala que, en la vida
actual, "el tema no es si el gobierno debe o puede ser abolido; en vez de eso, el
tema es si el uso de la fuerza debe ser minimizado." Bovard propugna por un
estado minimalista y enfatiza la importancia de su tesis cuando se atreve a
pronosticar que, al menos en los Estados Unidos, país al cual refiere mucho de su
libro, en el futuro la discusión política "será entre aquellos quienes abogan por
un mayor poder del estado y aquellos quienes demandan que el poder del estado sea
recortado."

Esto es, la discusión acerca del tamaño y la forma del estado será lo primordial
en los próximos años y nos recuerda que "el gobierno es fuerza y debemos
considerar cuáles son sus límites apropiados y la sanción moral para esa fuerza".
Ante esto, vale la pena citar algunas preguntas que Bovard formula: "¿Qué le debe
el ciudadano al Estado?, o mejor dicho, ¿qué le debe el ciudadano a los políticos
y a los burócratas, quienes alegan representar y encarnar al Estado? ¿Por qué
proceso metafísico el gobierno se convierte en algo superior a los gobernados?;
la creación de una maquinaria política ¿anula automáticamente todas las
restricciones previas para que una persona pueda interferir con la vida de las
otras personas?".

El segundo capítulo, LA GRAN PRETENSION: EL ESTADO IDEAL Y EL ESTADO REAL, me
posibilitó hablar algunos asuntos con mis dos hijos, estudiantes ambos en cursos
introductorios en la Universidad de Costa Rica, en donde se les ha pedido que
lean algunas obras de Rousseau, Hegel y Marx. No crean que en esa entidad
reverbera una expiación o "dolor de los pecados" por el totalitarismo que ciertos
caracteres propugnaron durante mucho tiempo en dicha universidad, sino que, en el
2002, intentan revivir el ideario holista (de o sobre el todo) que tanto mal le
ha prodigado a la humanidad.

En este capítulo Bovard analiza la evolución histórica de la idea de estado,
como medio para entender su comportamiento actual, pues lo que denomina como la
visión idealista del estado, que surge a partir de Rousseau y Hegel,
principalmente, ha sido germinal para la vasta expansión del estado moderno. Para
Bovard, Rousseau es el precursor del estado moderno, pero "mientras que la
glorificación romántica que Rousseau hace de la democracia es algo bien conocido,
su pasión por el poder ilimitado del gobierno es menos conocida. En un breve
ensayo titulado 'Acerca de la Felicidad Pública,' Rousseau declaró en 1767: 'Dad
al hombre enteramente al Estado o dejadlo enteramente para sí mismo.' Y Rousseau
ciertamente creía que los hombres no podían ser dejados solos para sí mismos."

Hegel, a su vez, fue el glorificador del estado totalitario. Bovard menciona que
"Hegel reveló que el Estado era 'la forma que asume la perfecta
incorporación del Espíritu'... Hegel se opuso a cualquier limite al poder del
gobierno, como cuando señaló que 'el Estado es la mente absoluta, segura de sí
misma, que no reconoce autoridad alguna mas que la propia, que no reconoce reglas
abstractas de lo bueno y lo malo, de lo vergonzoso y lo cruel, astuto y
engañoso... el Estado es... el fin último que posee el máximo derecho contra el
individuo, cuya obligación máxima es ser un miembro del Estado.'"

Estas ideas originan la visión idealista del estado, la cual se traduce en una
creciente sujeción de los ciudadanos a los empleados públicos, en la creencia de
que el gobierno es un ente benévolo. Sin embargo, con el paso del tiempo aquella
"teoría idealista del Estado ha sido reemplazada por la teoría antiséptica
del Estado. Si bien los expertos conceden que el Estado ya no es aquel ente
trascendente, parece que persiste una idea continua de que el gobierno provoca
poco o ningún daño." Ante esto, los individuos deben reconocer que, "en primer
lugar, el gobierno es coercitivo; en segundo lugar, reconocer qué tan extendida
es la coerción o la amenaza de ella y, finalmente, darse cuenta del significado
de esa coerción –tanto para la vida del individuo como para la naturaleza de la
organización política."

El tercer capítulo se titula EL ESPEJISMO DE LIBERTAD QUE BRINDA EL ESTADO DE
BIENESTAR y se refiere a que la libertad que se presenta en un Estado de
Bienestar o un Estado Paternalista está fundada en la pretensión de que el
gobierno es poseedor de una sabiduría y bondad superiores a la que tienen los
individuos, con lo cual se considera que aquél tiene derechos por encima de los
que poseen los ciudadanos, al igual que sobre su propiedad. De nuevo Bovard
acude a Rousseau, quien identifica la libertad de la persona con la dependencia
que se tenga del estado, con lo cual "pavimentó el camino para el socialismo y el
resurgimiento del culto al Estado." La percepción de Bovard descansa en la del
profesor de la Escuela de Economía de Londres, Maurice Cranston, quien en su
libro de 1973, "The Mask of Politics and Other Essays," escribió de Rousseau lo
siguiente: "De toda la lectura de El Contrato Social es claro que Rousseau nunca
ve a las instituciones como una amenaza para la libertad. La imagen de un rey o
de un príncipe ante los ojos de Rousseau es la imagen de un amo y él ve a tales
monarcas como enemigos de la libertad. Pero la imagen del Estado lo emociona de
manera muy diferente... El [Rousseau] dice que las cosas deberían ser arregladas
de forma tal que cada ciudadano sea perfectamente independiente de todos sus
compañeros ciudadanos y 'excesivamente dependiente de la república.' La palabra
'excesivamente' es significativa... porque piensa que tal dependencia nunca podrá
ser lo suficientemente grande: porque la dependencia en el Estado garantiza a los
hombres contra toda dependencia en los hombres, contra 'toute dependance
personnel.'"

Bovard concluye este interesantísimo capítulo señalando que "Una vez que se
reconozca que la acción gubernamental es inherentemente coercitiva, entonces,
cualquier concepto de libertad que se basa en una 'liberalización' que de sí
mismo hace el ciudadano, se convierte en una contradicción en términos. La
libertad que se da en el Estado Paternalista es pre-eminentemente una libertad
donde media la sumisión a los superiores: al hecho de que, si alguien tiene un
trabajo en el gobierno, ya en sí eso es prueba suficiente de que tiene tanto un
derecho como la competencia para ordenar a otros ciudadanos... La libertad del
Estado Paternalista es libertad para hacer lo que los políticos y los burócratas
quieren que usted haga. La idea de darle poder al Estado para que libere al
individuo tiene sentido tan sólo si ese Estado, para su propio beneficio, no
tiene un incentivo para explotar, abusar o poner grilletes a los individuos."

Lo que se menciona como libertad negativa es mejor entendida como la resultante
de la minimización de la coerción, tanto privada como pública. Y nos sirve como
punto de comparación para juzgar los propósitos políticos de los gobiernos. Para
Bovard, "la naturaleza de la acción gubernamental es la base del desacuerdo que
hay entre los proponentes de la libertad 'positiva' y de la libertad real,"
término este último por el cual el autor refiere a la libertad negativa. "Los
proponentes de la llamada libertad positiva rutinariamente toman las promesas
políticas y las acciones gubernamentales por su valor facial", sin tomar en
cuenta que la libertad positiva niega cualquier carácter negativo que pueda tener
la acción del gobierno En contraste, la libertad negativa o ausencia de coerción
"depende de la voluntad de cada ciudadano de respetar los derechos de otros
y de abstenerse de introducirse por la fuerza en las vidas de otros. Depende de
la voluntad de cada persona de interesarse en sus propias cosas y de tolerar las
conductas extrañas, las estupideces y las ordinarieces de otra gente. La
libertad también se basa en que cada persona asuma las responsabilidad derivadas
de sus propias acciones."

El siguiente capítulo (el cuarto) CUIDADORES DE JAULAS Y GUARDIANES: LA
DEMOCRACIA MODERNA, trata del tema del control que ejercen los políticos. Como
dice al autor, el argumento no va en contra de la democracia como tal, sino de
las enormes expectativas que en ocasiones de ella se tiene. Recordemos que ya
Hayek, en una conferencia en 1976 ante el Institute of Public Affairs de
Australia, titulada "¿Whither Democracy?," nos había advertido al respecto, al
señalar que "la democracia no ha probado ser una protección segura contra la
tiranía y la opresión, tal como alguna vez se creyó. Sin embargo, como
convención que permite a cualquier mayoría deshacerse por sí misma de un gobierno
al cual no quiere, la democracia posee un valor inestimable... la palabra mágica,
democracia, se ha convertido en algo tan poderoso, que todas limitaciones al
poder gubernamental que han sido heredadas, se están resquebrajando ante ella...
el problema de hoy en día no es la democracia, sino la democracia ilimitada...
Toda la democracia que hoy conocemos en el mundo occidental es más o menos
democracia ilimitada."

El tema es tratado de manera muy interesante, pues no sólo nos despierta la
inquietud de que la mayor parte de las decisiones en una democracia suelen ser
tomadas por una mayoría que desconoce la clase de legislación que se ha aprobado,
sino que, además, destaca la ignorancia innata de los legisladores -como humanos
limitados que son- pero que suelen recubrirse de un manto de omnisapiencia. El
problema se complica si se toma en cuenta la pretensión modernista, como la
esbozada por Habermas, de que el orden político debe caracterizarse por la
permanente deliberación democrática, cuando lo que suele resultar como víctima
final de todo ese proceso es la libertad individual.

Tal como dice Bovard, aplicando su lógica libertaria al caso de los Estados
Unidos, "la mayor paradoja de [su] democracia contemporánea es que la gente no
confía en los políticos y una mayoría de los ciudadanos cree que el gobierno es
algo demasiado complejo como para entenderlo, pero, sin embargo, las personas
están de acuerdo o apoyan activamente a los políticos que expanden su poder por
encima de ellos."

Mucho del pensamiento moderno acerca de la democracia descansa en las ideas de
Kelsen, quien una vez señaló (en su obra de 1945, "General Theory of Law and the
State") que "un sujeto es políticamente libre en tanto su voluntad individual
esté en armonía con la voluntad 'colectiva' (o 'general') expresada en el orden
social," pero el hecho es que difícilmente tiene una participación efectiva en
la formulación de leyes y edictos que impone el estado. Perdonen que me deje
acarrear por mis sentimientos: No parece ser válido que la libertad mía dependa
de una presunta libertad que me confiere algún grupo o colectivo o mayoría,
puesto que, si ello fuere cierto, podría también quitármela y, como persona
libre, eso me parece inaceptable. No creo que una mayoría, generalmente producto
de una ficción momentánea, pueda imponer controles -que bien pueden hasta ser
ilimitados- sobre mi persona. Comparto con Bovard, que la creencia de que la
regla de una mayoría equivale a libertad es algo inaceptable y que la libertad de
ejercer el voto tiene valor esencialmente como medio para defender mi esfera
propia de libertad.

Para ser justo y evitar interpretaciones equivocadas acerca de lo que Bovard
señala, me permito transcribir el párrafo final de este capítulo: "Este ensayo no
es una proclamación para que se desconfíe de la democracia; es, más bien, una
proclama para que se desconfíe de las pretensiones y falsos alegatos de cualquier
gobierno, independientemente de la aprobación que pretenda obtener. No es un
llamado para rechazar la democracia; más bien, es uno para proteger a la
democracia de quienes quieren destruirla al conducirla al abismo del poder
ilimitado. Idealizar cualquier forma de gobierno es uno de los peores errores
que puede cometer un pueblo libre."

El quinto capítulo del libro se titula LA GLORIFICACION MORAL DEL LEVIATÁN y se
dedica a analizar el caso, principalmente de los Estados Unidos, por el cual los
actos de estado son rodeados de un halo de moralidad, que debilita a los
individuos para enfrentarse a las pretensiones de aquél para intervenir en sus
vidas. Tal vez, teniendo como recuerdo al famoso libro de Orwell, podamos
entender el propósito de este capítulo: "Una mentalidad similar a la que hay en
el libro '1984' se aplica actualmente a las definiciones políticas de justicia
[fairness]. No importa cuántas veces los políticos y los burócratas revisan y
revierten la definición oficial de justicia, la última de ellas se presumirá como
la correcta y todas las previas deberán ser olvidadas." Me trae a la mente el
título de un artículo que escribí hace muchos años: "Con sólo que diga social,
es bueno." Al caso, nada más con que cambiemos una palabra y, ¡eureka!: "Con
sólo que diga que es justo, es bueno." Con sólo agregar a cualquier política el
adjetivo "justo" o "justa", del cielo cae una bendición para poder llevarla a
cabo, aunque aquella usualmente traiga asociada una coerción sobre personas
libres.

Bovard concluye que un "gobierno no puede hacer más justas las vidas de las
personas si las hace menos libres. Reconocer el vacío moral que hay en el centro
del poder gubernamental y cesar de suponer que abunda la justicia en las entrañas
de las decisiones legislativas y regulatorias, son prerrequisitos para pensar con
honestidad acerca de la justicia... El gobierno es una herramienta para aplicar
restricciones, no es una máquina omnisapiente que promulga valores. Aquellos
quienes buscan encontrar sus valores morales en el gobierno rebajarán a la
sociedad a nivel de una clase política conspiradora, en vez de elevarla hacia los
ideales de los filósofos."

El sexto capítulo lleva por nombre SOBERANIA Y ESCLAVITUD POLITICA y trata del
delicado tema de la soberanía, la cual ha sido utilizada por el estado como
justificación para demandar la obediencia de las personas, lo cual hace que
Bovard se pregunte si el estado posee inherentemente alguna sanción superior que
legitime la coerción que ejerce sobre los ciudadanos.

La tesis de Bovard es que "la esencia de la inmunidad soberana del estado yace
en que 'el rey no puede causar daño' ['The king can do no wrong']. Pero, como lo
hizo notar el profesor Jeremy Travis, 'la racionalización más antigua que se
pretendió dar para la inmunidad del soberano... es una perversión de su propósito
histórico, cual era que el rey tenía el privilegio de no causar daño.' Así lo
explicó un abogado inglés como resultado de la caída de Jaime II, 'Cuando un
rey... hace daño, en ese instante deja de ser rey... Dios y la ley están por
encima del Rey.' Pero, en la interpretación estatista contemporánea, la frase
que pretendía impedir a los reyes causar daño a los súbditos se ha convertido en
una licencia para que el gobierno abuse de la ciudadanía."

El capítulo sétimo lleva por título EL PATERNALISMO VERSUS LAS BENDICIONES DE LA
LIBERTAD. En él Bovard continúa resaltando las virtudes de un régimen de
libertad, lo cual tal vez se resume en una cita que hace de Hayek para enfatizar
el valor de la libertad y la importancia que tiene como principio esencial para
la vida y el bienestar de las personas. Dice Hayek en su obra "Law, Legislation
and Liberty," que "puesto que el valor de la libertad descansa en las
oportunidades que brinda ante acciones impredecibles e imprevistas, rara vez
sabemos lo que perdemos cuando se pone alguna restricción específica a la
libertad. Cualquier restricción, cualquiera que sea diferente de la aplicación de
reglas generales, se orientará hacia el logro de algún resultado particular
predecible, pero lo que se impide con dicha limitación usualmente no será
conocido... Nunca podremos darnos cuenta de todos los costos que, por tal
interferencia, tiene el lograr esos resultados específicos. De manera que,
cuando decidimos cada asunto únicamente con base en lo que aparecen como sus
méritos individuales, siempre sobre-estimaremos las ventajas de la dirección
centralizada. Nuestra elección usualmente se presentará como una entre una
ganancia cierta y tangible y la simple probabilidad de prevenir alguna acción
benéfica desconocida llevada a cabo por personas también desconocidas. Si así la
elección entre libertad y coerción es tomada simplemente con base en la
conveniencia, en casi cada caso la libertad estará destinada a ser sacrificada."
Tal vez este es el problema práctico más importante que hoy día enfrentamos las
personas libres: el sacrificio de la libertad por la simple conveniencia de un
momento dado de optar por la coerción que impone el accionar del estado.

El breve capítulo ocho lleva por nombre UNOS POCOS PENSAMIENTOS CERCA DE UN
ORDEN POLÍTICO IDEAL. A pesar de que es difícil señalar con pelos y señales cómo
debería ser un orden liberal, Bovard se atreve a presentar unos pocos principios
o guías que podrían ser considerados al pasar del Leviatán actual a lo que llama
"un nivel superior":

1.- Declaración de Derechos Fundamentales: Bovard expresa que, "Como mínimo el
gobierno debe honrar las promesas que prometió a la ciudadanía... Como dijo
Thomas Jefferson, 'Una declaración de derechos fundamentales es a lo que la gente
tiene derecho ante cualquier gobierno de la tierra...'" Respetar los derechos
fundamentales de las personas es lo que le da legitimidad a un gobierno.

2.- La Regla de la Ley: Como dijo A. V. Dicey en 1885 en su libro "Introduction
to the Study of the Law of the Constitution," la Regla de la Ley se refiere a la
ausencia de un poder arbitrario por parte del gobierno, a la absoluta supremacía
de las leyes en contraste con la influencia del poder arbitrario y a la igualdad
ante la ley. Ante esto, indica Bovard, "Minimizar la arbitrariedad y impedir al
gobierno imponer cortes burocráticas ficticias puede hacer mucho por limitar los
abusos del gobierno."

3.- Impuestos: Bovard considera que, como los políticos siempre encontrarán
formas de poner impuestos, se hace necesario hacer un replanteamiento general
acerca del derecho que tienen para quitarle ingresos a las personas.

4.- Federalismo: Bovard considera que, aunque un sistema federal es preferible a
un sistema de gobierno centralizado, ello no significa que limita el poder
excesivo que puede asumir el estado. Así, señala, "El tema de cuánto poder posee
el gobierno es mucho más importante que la forma en que se divide ese poder."

5.- Política Exterior: Dice Bovard que la tarea principal de un gobierno es la
defensa nacional, pero deberá, en lo posible, estar subordinada a la libertad de
los individuos. Pero ninguna nación tiene derecho a imponer forzadamente sus
valores en otros países.

6.- Ayuda a las Personas Desvalidas: Bovard expresa que "Por siglos, los
gobiernos han brindado alguna ayuda a las personas desvalidas sin convertirse en
fuentes masivas de redistribución." El gobierno debe ayudar a quienes en verdad
no pueden ayudarse a sí mismos.

7.- Ayuda a las Empresas: Con toda contundencia, Bovard dice que "Ningún
gobierno debería darle ni un cinco a las empresas."

8.- Vicios/Crimen: En opinión de Bovard, debe distinguirse entre vicios y
crímenes. Muchos de los mayores abusos del gobierno surgen por la prosecución de
vicios privados, que surgen por errores en el simple deseo humano de buscar la
felicidad propia. Esto calza muy bien con un párrafo del libro de David Conway,
"Classical Liberalism: The Unvanquished Ideal" (previamente reseñado en esta
red): "Algunos pueden creer que todo mundo estaría mejor viviendo en una sociedad
que prohibiera ciertas formas de conductas que, si bien son inocuas, son
moralmente perversas. Sin embargo, a menos que tales formas de conducta puedan
mostrarse que son dañinas a terceros, distintos de quienes las observan, los
seres humanos, pensándolo bien, deberían preferir vivir en sociedades que
permitan tales vicios inofensivos, en comparación con aquéllas en donde el
gobierno tiene licencia para prohibir tal conducta con base en que es perversa o
dañina para quienes las practican."

Para evitar la acusación de que pensamientos como los de Bovard dejan desvalidos
a los menores de edad, es tajante al indicar que "En tanto los adultos tienen
derecho a escoger sus propios vicios, los niños no tiene igual capacidad para
ejercitar la responsabilidad individual." Recuerden que la libertad es una
esfera circunscrita a los adultos, responsables. Por ello, en el marco de lo que
Conway denomina, en su obra previamente citada, como el individualismo con
respecto a los fines, indica que "Esta doctrina señala que, en última instancia,
cada adulto sano es la autoridad final acerca de cuáles formas de actividad y
experiencias son las que aumentan y cuáles disminuyen su propia felicidad
individual." Observe que se habla de "adultos sanos".

9.- La Salud Pública y la Seguridad Pública: Dice Bovard que "El gobierno pude
detectar y frenar la expansión de enfermedades serias... con efectos menores
sobre las libertades de los ciudadanos... podría continuar dando fondos a ciertas
investigaciones médicas... debe ser estructurado de manera tal que minimicen el
impacto sobre posibilidades de acuerdos voluntarios y para el desarrollo de
mejores soluciones que ningún burócrata podría imaginar... Algún tipo de
organización es necesario par arbitrar disputas privadas y penalizar la violencia
privada..." Ya conocemos como Hayek en su obra clásica "Los Fundamentos de la
Libertad," Parte Tercera: La Libertad y el Estado-Providencia, da lugar a
diversas posibilidades de participación del estado en un Orden de Libertad.

10.- Mejorar la Democracia: Bovard expresa que "Cualquier propuesta de reforma
de la democracia debe tomar en cuenta las limitaciones que poseen tanto los
votantes como los legisladores... Cada político deberá ser juzgado de acuerdo con
el grado de poder que él cree que el gobierno merece tener sobre los
ciudadanos... Como dijo Benjamín Constant en 1815 [en 'Political Writings'] 'es
la magnitud de la fuerza y no quienes la poseen, lo que deberá ser denunciado.
Es contra el arma, no contra el brazo que la esgrime, a lo que es necesario
golpear fuertemente. Hay cosas que pesan mucho para la mano del hombre.'"

11.- Es Necesario No Ejercer Coerción: Expresa Bovard que "La coerción se
justifica tan sólo si es para prevenir una mayor coerción. El poder del gobierno
debe ser limitado para proteger a las personas de la agresión de otras, no de su
propia estupidez o debilidad."

12.- Derogar, Derogar, Derogar: Finalmente, opina Bovard, "Para restaurar el
gobierno a su sitio apropiado, se requiere derogar la mayoría de las regulaciones
y estatutos... Un nuevo orden político deberá buscarse construyendo sobre los
principios y las perspicacias de la ley consuetudinaria, para regresar el reloj a
una época cuando las leyes respetaban los contratos y el derecho individual a la
autonomía y al control de su propio destino, y que buscó maximizar la
responsabilidad de cada persona por sus propias acciones."

En resumen, el gobierno mínimo es el único gobierno justo.

A quien tenga interés en leer este libro de Bovard, así como otra de sus obras,
"The Fair Trade Fraud", con gusto se las puedo prestar con carácter devolutivo.
Para ello, ya saben cómo y adónde me pueden localizar. Además, continúan a su
posible disposición lo siguientes libros del mes que han sido objeto de
comentario en palestra:

Febrero, 2002: David Henderson, "The Changing Fortunes of Economic Liberalism:
Yesterday, Today and Tomorrow"
Marzo, 2002: Roger Garrison, "Time and Money: The Macroeconomics of Capital
Structure"
Abril, 2002: Paul Collier and David Dollar, "Globalization, Growth and Poverty:
Building an Inclusive World Economy"
Mayo, 2002: David Conway, "Classical Liberalism: The Unvanquished Ideal"
Junio, 2002: Lawrence E. Boland, "The Foundations of Economic Methodology"
Julio, 2002: Gary Becker y Guity Nashat Becker, "The Economics of Life"
Agosto, 2002: Xavier Salá-i-Martín, "Economía Liberal para no Economistas y no
Liberales"
Setiembre, 2002: Geoffrey E. Wood, editor, "Explorations in Economic Liberalism:
The Wincott Lectures"

Jorge Corrales Quesada

Elisa
25/06/2012, 16:13
2002-10-28 LIBRO DEL MES DE NOVIEMBRE DEL 2002

Se trata del libro editado por David Boaz, "Toward Liberty: The Idea That is
Changing the World" (Washington D. C.: Cato Institute, 2002). Es una
recopilación de 51 ensayos sobre el tema del avance de la idea de la libertad,
publicado en ocasión de la celebración de 25 años de opinión y participación del
Instituto Cato en diversos temas de política pública, relevantes tanto para los
Estados Unidos, que, por tratarse de asuntos que en última instancia son
universales, su conocimiento es útil para cualquier interesado en estos asuntos.
Además de un capítulo introductorio, está dividido en 9 partes, por lo que, a
diferencia del análisis que sobre el libro del mes se ha hecho en ocasiones
anteriores, en ésta mencionaré cada uno de los ensayos escritos por los
diferentes autores, del cual transcribo (y traduzco) alguna idea que allí se
expresa y que considero que puede ser de un interés tal que motive su lectura.
Como es de esperar en el pensamiento liberal, en algunas cosas se estará de
acuerdo y en otras no. De eso se trata. Los paréntesis cuadrados son míos.
Termino manifestándoles que este libro, al igual que los anteriores libros del
mes –cuya lista fue publicada en el libro del mes de octubre- está a su
disposición y para obtenerlo tan sólo es necesario que me contacten.

INTRODUCCIÓN

David Boaz, "Introducción: La Idea que Está Cambiando al Mundo." Vicepresidente
Ejecutivo del Instituto Cato:

"Pero el triunfo del liberalismo de ninguna manera es inevitable. Nunca ha
existido una edad de oro del liberalismo, y nunca la habrá. Aunque parezca que
hayamos dejado atrás algunas de las peores formas de gobierno, no debemos de
olvidar que, durante el siglo que acaba de pasar, hemos sufrido el comunismo, el
fascismo y el nacional socialismo. Armados con la tecnología moderna, estos
regímenes comprobaron ser los más brutales de la historia. Y surgieron en un
momento en que los pensadores liberales creyeron que, por la vía de la
prosperidad y del comercio internacional, se asegurarían la paz y la armonía."
(p. 13)


PRIMERA PARTE: IDEAS Y CONSECUENCIAS

Entrevista a F. A. Hayek el 1 de diciembre de 1982 en el Instituto Cato. Premio
Nóbel en Economía en 1974:

"RESPUESTA DE HAYEK: ...el mercado ha llegado a ser un especie de, tal como lo
llaman los biólogos, órgano sensorial externo o extra-somático, el cual nos
informa de cosas de las cuales físicamente no nos damos cuenta. Nosotros no
podemos ver los beneficios que se derivan de nuestras acciones. No podemos ver de
dónde vienen nuestros beneficios, pero hemos desarrollado un mecanismo que nos
sirve como un órgano de información, que opera muy similarmente a como lo hacen
los órganos sensoriales, pero lo hace de forma tal que nos permite ajustar
nuestra acción a los acontecimientos que están más allá de nuestra percepción
sensorial." (p. 23)

Mario Vargas Llosa, "El Liberalismo entre Dos Milenios." Reconocido novelista
latinoamericano:

"Estos son episodios pintorescos, pero sería un grave error subestimarlos, como
aleteos insignificantes de la idiotez humana. En verdad, ellos son apenas la
crispación paroxística y extrema de un vasto movimiento político e ideológico,
sólidamente implantado en sectores de izquierda, de centro y de derecha, unidos
en su desconfianza tenaz hacia la libertad como instrumento de solución para los
problemas humanos, que han encontrado en este novísimo fantasma edificado por sus
miedos y fobias -el "neoliberalismo", llamado también el "pensamiento único" en
la jerigonza de sociólogos y politólogos- un chivo expiatorio a quien endosar
todas las calamidades presentes y pasadas en la historia universal." (p. 26)

Peter Bauer, "Omitiendo la Realidad." En el 2002 obtuvo el primer Premio Milton
Friedman a la Libertad que otorga el Instituto Cato:

"Esta tendencia a omitir las realidades más sencillas ha minado la confianza, la
seguridad en sí mismo y la postura de Occidente en el arena internacional.
También ha sido el substrato para la aceptación sin crítica alguna de las ideas y
las políticas que dañan a Occidente y mucho más a los pueblos del Tercer Mundo.
Esto no constituye una sorpresa. Los cuerpos políticos y las sociedades que
ignoran la realidad son vulnerables a la adversidad y también a las amenazas que
vienen tanto desde adentro como desde afuera." (p. 51)


SEGUNDA PARTE: CRECIMIENTO ECONOMICO

Milton Friedman, "El Verdadero Almuerzo Gratis: Los Mercados y la Propiedad
Privada." Premio Nóbel en Economía en 1976:

"Algunas veces se me ha asociado con una expresión que no inventé "No existe tal
cosa como un almuerzo gratis." Más bien deseo que se preste mayor atención a otra
que sí inventé... "Nadie gasta el dinero de algún otro tan cuidadosamente como
gasta el propio." Pero todos estos aforismos son verdades a medias... Y en el
mundo económico real, existe un almuerzo gratuito, un extraordinario almuerzo
gratis, y ese almuerzo gratuito son los mercados libres y la propiedad privada."
(p. 55)

William A. Niskanen, "El Soporte Lógico de la Infraestructura de una Economía de
Mercado." Gerente del Instituto Cato:

"...las tres instituciones básicas de una economía de mercado -el soporte lógico
de infraestructura que se requiere- son el sistema jurídico, el sistema contable
y las actitudes culturales... estas instituciones son como un banco que tiene
tres patas, en donde una pata más corta o débil reduce seriamente la estabilidad
del banco. La inversión de personas o del estado en estas tres instituciones es
mucho más importante que los otros elementos de una perestroika radical; en
efecto, estas tres instituciones son un requisito para que otras medidas puedan
tener éxito." (p. 68)

Reuven Brenner, "Las Causas del Crecimiento Económico." Profesor en la Escuela
de Administración de Negocios de la Universidad McGill en Montreal, Canadá:

"¿Cómo podemos estar seguros de que una innovación financiera, un cambio en la
estrategia de una compañía o un cambio en la política gubernamental mejoran o
empeoran a una sociedad? La respuesta es que la mejor estimación que se puede
usar para hacer tales aseveraciones -una vez que se tenga un mercado financiero
profundo y transparente- es la suma del valor total de mercado de las empresas en
una sociedad (el valor de mercado de la deuda y del patrimonio) sumado al valor
de mercado de la deuda gubernamental pendiente de pago. Cuando esta suma aumenta,
significa que ha incrementado la habilidad de la sociedad para generar ingresos y
pagar la deuda, ya sea pública o privada... La razón es sencilla: mercados
financieros desarrollados y relativamente sin estorbos evitan la persistencia de
errores. Así, rápidamente redirigen el uso del capital y se aseguran de que el
ahorro y el capital sean usados más efectivamente." (p. 69)


TERCERA PARTE: EL ESTADO DE BIENESTAR

Joan Kennedy Taylor, "Desregulando a los Pobres." Autora del libro "Reclaiming
the Mainstream: Individualist Feminism Rediscovered":

"Primero se nos dice que la comunidad -esto es, el gobierno- tiene una
obligación moral de alimentar y dar abrigo a los indigentes. Luego se nos dice
que todos los pobres tienen un derecho a recibir fondos, que los mantendrá en un
cierto nivel acorde con los patrones económicos del resto de la comunidad. Y
luego, una vez que resulta evidente el serio problema presupuestario, la
obligación fundamental del gobierno se muestra por sí misma como que del todo no
era algo esencial. Descubrimos que los receptores de la ayuda gubernamental
podrían ser llamados para que trabajen para el gobierno –aún, en muchos casos,
reemplazando a trabajadores sindicalizados del sector público, con empleos en
donde ganan muy por debajo del salario mínimo legal. Podemos ver como tal
argumentación conduce por un camino resbaloso hacia una sociedad más y más
coercitiva y, en última instancia, hacia el tipo de planificación totalitaria que
resuelve los problemas de pobreza y criminalidad mediante la regulación de las
vidas de todos los ciudadanos." (p. 91)

Carolyn L. Weaver, "¿Ha Pasado la Crisis de la Seguridad Social?" Directora de
Estudios sobre Pensiones y Seguridad Social del American Enterprise Institute en
Washington, D. C.:

"...al ver la crisis como algo esencialmente político en su naturaleza y que ha
evolucionado de manera predecible debido a la debilidad institucional del
programa inicial, señala hacia una clara necesidad de reformar al sistema de
forma verdaderamente radical. Desde esta perspectiva, la reforma implica la
introducción de la posibilidad de escoger, de la acción voluntaria o voluntarismo
y de la competencia en la provisión de la Seguridad Social, como únicas
restricciones efectivas sobre el curso futuro del programa." (p. 102)

José Piñera, "El Exito de la Seguridad Social Privatizada en Chile." Ex
Ministro de Trabajo de Chile:

"Decidimos ir en otra dirección: ligar los beneficios a las contribuciones. El
dinero que un trabajador paga dentro del sistema va hacia una cuenta que es de su
propiedad. A la idea la llamamos "un esquema de capitalización"... Por supuesto
que ha habido algunos errores. Hay algunas cosas que podrían ser mejoradas. No
hay tal cosa como la reforma perfecta. Con el tiempo y la experiencia se que
haríamos algunas cosas de otra manera. Pero, en general, puedo decirles que ha
sido un éxito que va más allá de nuestros sueños." (p. p. 105-110)

Michael Tanner, "Terminando con los Programas de Bienestar, Tales como los
Conocemos Hoy en Día." Director de Estudios sobre Salud y Bienestar del Instituto
Cato:

"Los programas de bienestar han fracasado y no pueden ser objeto de reformas.
Es hora de terminar con ellos. En su lugar, la sociedad civil descansaría en un
red fortalecida de caridades privadas... [que] son un medio más efectivo que los
programas gubernamentales de bienestar. En tanto estos brindan incentivos para
que se dé un comportamiento que va en contra de la producción, las caridades
privadas pueden usar su ayuda para promover la autosuficiencia, la mejoría propia
y la independencia. Las caridades privadas pueden individualizar sus enfoques y
atacar los problema específicos que están manteniendo a las personas en la
pobreza. También son mucho mejores en cuanto a dirigir la ayuda hacia aquellos
quienes más la necesitan y en obtener los mayores frutos por cada dólar que se
gasta." (p. 124)

Darcy Olsen, "La Pre-escolaridad y el Estado Niñera." Directora del Instituto
Goldwater en Phoenix, Arizona:

"En todo caso, la conveniencia de una educación preescolar universal no debería
descansar en sólo si la pre-escolaridad funciona. Todavía más básica es la
cuestión moral de si el gobierno debería afianzarse aún más en la educación
escolar de nuestros niños... Las reformas educativas de los años noventas han
enfatizado la descentralización, una mayor participación de los padres y
alternativas privadas -en tanto que la pre-escolaridad universal es un retroceso
hacia la era en que se creía que "el gobierno sabe que es lo mejor para
nosotros."" (p. p. 127-128)


CUARTA PARTE: EL ESTADO REGULADOR

Yale Brozen, "El Elevado Costo de la Regulación Gubernamental." Fue Profesor de
Economía Empresarial en la Universidad de Chicago:

"Hay tres grandes principios generales que definen el ámbito apropiado para la
regulación. El primero, si los costos de la acción o su ausencia caen sobre
quien toma la decisión, no se necesita regulación... El segundo principio es un
corolario del primero. Si los costos no son internalizados... entonces, se
necesita regulación... El tercer principio es que, cuando regulamos, debemos
reconocer que, al incrementar la astringencia de la regulación, incurriremos
progresivamente en costos mayores y progresivamente obtendremos menores
beneficios. Podemos terminar por lograr más de una cosa la cual no vale la pena
tenerla... Para muy diversos tipos de regulación, no se trata de un asunto de
disponer demasiado de una cosa buena. Para muchas de nuestras actividades
regulatorias no estamos obteniendo beneficio alguno." (p. p. 131-133)

Terry L. Anderson y Donald L. Leal, "Capitalismo Medioambiental versus Estatismo
Medioambiental." Investigadores del Political Economy Research Center en
Bozeman, Montana. [Una traducción completa de este ensayo fue puesto
anteriormente en palestra económica]:

"...para los medioambientalistas de cuño [mainstream], la prueba definitoria de
“que tan verde se es” lo constituye la aceptación de más gobierno para lograr
objetivos en el campo del medio ambiente. Típicamente claman por mayor
regulación del medio ambiente y por mayor propiedad gubernamental de la tierra,
ad nauseam. Pero el mensaje del medioambientalismo de libre mercado es que no es
necesario más gobierno para mejorar la calidad del medio ambiente y aún hasta
puede ser adverso para lograr dicho objetivo." (p. 139)

Catherine England, "El Seguro Federal a los Depósitos como Causa de la Crisis de
las Entidades Financieras de Ahorro y Préstamo." Profesora en la Universidad
George Mason en Washington. D. C.:

"El sistema vigente [en 1989] remunera al comportamiento especulativo a expensas
de una administración más prudente. Ha estimulado que los fondos corran, en vez
de alejarse, hacia las instituciones del país peor manejadas y más endeudadas. Y
mientras la estructura que regula a los bancos es vista en la actualidad como una
operación modelo, sus resultados son apreciados tan sólo en comparación con el
fiasco que ha sufrido la industria de ahorros y préstamos. Los bancos enfrentan
incentivos similares hacia la toma excesiva de riesgos, y las fallas en los
sistemas de regulación de la banca y del seguro de depósitos permanecen sin ser
notadas tan sólo porque la atención está puesta en otro lado." (p. 153)

David Boaz, "La Economía Parásita se Aloja en un Nuevo Huésped." Autor del libro
"Libertarianism: A Primer":

"El tema hoy en día [noviembre de 1996] no consiste en si Microsoft es o fue de
hecho un monopolista, aunque los hechos lanzan muchas dudas acerca de tal
alegato. Lo que me preocupa aquí es cómo el gobierno le puso un cebo a Microsoft
para llevarla hacia el sector político de la economía." (p. 155)


QUINTA PARTE: UN MUNDO EN TRANSICION

Edward H. Crane, "Temor y Odio en la Unión Soviética." Presidente del Instituto
Cato. [Narra su vista a la Unión Soviética antes de la caída del socialismo]:

"Cuando ocasionalmente tuvimos la oportunidad de hablar con la gente, ya sea en
un parque o en la calle, había un frase que se nos aparecía una y otra vez. Les
preguntamos si alguna vez habían estado fuera de la Unión Soviética, si alguna
vez habían tenido un carro o si podían cambiar de trabajo si así lo deseaban. La
respuesta, en tanto alzaban los hombros, era a menudo un frío y sin emoción: "Eso
es imposible". Mientras que en nuestra sociedad con frecuencia uno se encuentra
con un sentido de aversión hacia la injusticia o con una determinación para
lograr algún objetivo aunque sea en contra de todas las probabilidades, en la
Unión Soviética simplemente se levantan los hombros. Eso es imposible." (p. 164)

Don Lavoie, "Las Huelgas en Polonia: Los Trabajadores en Contra del Estado de
los Trabajadores." Fue Profesor de Economía en la Universidad George Mason de
Washington, D. C.:

"Las huelgas en Polonia son una indicación del fracaso de la planificación
central... La economía de planificación central funciona sólo en el grado en que
el plan es concientemente burlado, ignorado o ajustado para poder tomar las
decisiones descentralizadas de producción. Ha fracasado contundentemente y por
mucho tiempo, de manera tal que no hace creíbles sus justificaciones ideológicas
y, sin el soporte ideológico, resulta ser un programa sin futuro." (p. 179)

George Gilder, "Dejad que florezcan billones de flores." Economista últimamente
dedicado al área de la tecnología de la información. [Este ensayo fue escrito en
1988]:

"Creo que lo que sucederá es un florecimiento del empresariado en China, que
hará que China sea la economía más rica del mundo en 25 años. ¿Qué cómo lo se?
Porque más que en cualquier otro lado, el pueblo chino está en la delantera de la
edad de la información." (p. 181)

Helen Suzman, "Prospectos para un Cambio Pacífico en Sudáfrica." Ex miembro del
Parlamento Surafricano entre 1953 y 1989:

"Sin embargo, debo enfatizar los factores económicos que, dentro de Sudáfrica,
han sido las fuerzas principales detrás de los cambios que ya han tenido lugar.
Las reservas de empleo [sistema por el cual los trabajadores blancos obtenían los
mejores empleos] desaparecieron porque simplemente no había suficientes blancos
que hicieran el trabajo calificado. Las leyes de movilización interna y de
control de influjos desaparecieron, porque no podían seguir siendo puestas en
práctica, dada la urbanización masiva que resultó de la pobreza en las zonas
rurales y por las oportunidades laborales en las zonas urbanas." (p. 186)

Peter Bauer, "Transición en el Este: Democracia y Mercado." Fue Profesor de la
London School of Economics de 1960 a 1983:

"El Oeste puede influenciar los acontecimiento en el Este... tal influencia
deberá ser enfocada principalmente hacia la promoción del mercado. Por ejemplo,
la ayuda oficial -esto es, subsidios en efectivo o en especie, incluyendo la
asistencia técnica, préstamos blandos y créditos bancarios garantizados por los
gobiernos- si es que del todo debe ser provista, deberá dirigirse hacia los
gobiernos que políticamente estén comprometidos con el sistema de mercado. Si los
gobiernos cambian su curso, tal ayuda deberá ser retirada. La ayuda deberá ser
administrada y asignada por la gente que, por sí misma, está orientada hacia el
mercado. En la realidad, demasiada gente a cargo de esos programas son
indiferentes y hasta opuestos al mercado, aunque hablen falsamente en su favor.
Finalmente, la reducción en las barreras comerciales impuestas por Occidente hará
más por promover los mercados en el Este, que los subsidios oficiales." (p. 198)

Karl R. Popper, "El Camino Comunista Hacia la Auto-esclavitud." Autor del libro
"La Sociedad Abierta y sus Enemigos":

"La caída de la Unión Soviética tal vez puede ser explicada, en última
instancia, por el colapso económico debido a la ausencia de un mercado libre;
esto es, lo que he llamado el primer teorema debido a Mises. Pero pienso que el
segundo teorema, el teorema de la esclavitud debido a Hayek, es aún más
importante para poder entender lo que ha sucedido -y que aún está sucediendo- en
el antiguo Imperio Soviético. Pero este teorema tiene un corolario o apéndice muy
importante. Puede ser formulado tal como sigue:

El camino a la servidumbre conduce a la desaparición de la discusión libre y
racional o, si Usted lo prefiere, del libre mercado de las ideas. Pero esto
tiene el efecto más devastador sobre todo el mundo, incluyendo a los así llamados
líderes. Conduce a una sociedad en donde la verborrea vacía rige todo el tiempo;
una verborrea que consiste en mucho de mentiras expresadas por líderes,
principalmente con no otro propósito que la auto-confirmación y la auto-
glorificación. Pero esto marca el fin de nuestra habilidad para pensar. Ellos
mismos llegan a ser esclavos de sus propias mentiras, como todos los demás. Es
también el fin de su habilidad para gobernar. Ellos desaparecen, aún como
déspotas." (p. p. 201-202)

Douglas Wu, "La Revolución Quieta de los Derechos de Propiedad en China." Laboró
por 16 años en una importante entidad financiera de China. [Este ensayo fue
publicado en el año 2000]:

"Lo que ha sucedido en la zona rural de China durante las últimas dos décadas
puede ser caracterizado como una privatización de facto, en el sentido de que el
proceso ha resultado en que virtualmente todos los medios de producción del
sector agrícola hayan sido transferidos a manos privadas... Los campesinos
chinos aún tienen mucho camino que recorrer para disponer de la legislación
apropiada y de las instituciones que protejan sus legítimos derechos de
propiedad. Sin embargo, lo que ha tenido lugar en el campo chino es una de las
privatizaciones mayores y más exitosas que el mundo jamás haya visto." (p. 213)

Tom G. Palmer, "¿Por qué el Socialismo Colapsó en Europa Oriental?" Director de
la Universidad Cato en el Instituto Cato:

"Me gustaría mencionar una tesis que puede explicar algunos de los
acontecimientos más recientes. Estoy pidiéndola prestada a un erudito húngaro,
Istvan Bibo, quien propuso una tesis acerca de una Europa que consiste de tres
partes: la Occidental, la del Centro-Este y la del Este... La gran diferencia
entre la Europa del Este y la Europa del Oeste es la relativa separación entre la
iglesia y el estado que hay en el Oeste... Así, pueden existir factores
culturales que harán que la transición hacia la libertad sea más fácil para estos
países que para las naciones del Este de Europa. Tal como señala Bibo, los
desarrollos políticos que tuvieron lugar en Europa Occidental -la liberación de
los siervos, etcétera- usualmente no llegó a Europa del Centro-Este sino hasta
200 años después y tomó aún más tiempo para que llegara a la Europa del Este."
(p. p. 219-220)

Václav Klaus, "El Cambio de Sistemas: La Mezcla Delicada de Intenciones y
Espontaneidad." Ex Primer Ministro de la República Checa:

"Mi formación académica y mi experiencia práctica me dicen que el cambio de
sistemas -y eso es lo que hemos venido experimentando al ir desmantelando al
comunismo en nuestros países- es un proceso evolutivo y no un ejercicio de
economía aplicada o de ciencias políticas. Se sustenta en una mezcla compleja de
eventos planeados y no planeados, intencionados y no intencionados o, para
ponerlo de otra manera, es una mezcla de intenciones y de espontaneidad...
Podemos confirmar que una transformación exitosa no es la que resulta de modelos
detallados de reforma que están en manos de políticos reformistas omnipotentes.
Más bien, el éxito depende de la actividad sin restricciones de los seres
humanos, junto con un "modesto constructivismo" al seleccionar las reglas
fundamentales y al definir la política de transformación." (p. p. 222-223)

Ma Lei, "La Educación Privada Surge en China." Profesora del Centro de Estudios
Americanos de la Universidad Fudan en Shangai, China:

"Lo más importante es que la gente de Wenzhou [China] se ha dado cuenta de que
en el mercado todo es armonioso –que uno gana sus ingresos no por medio de la
coerción o la fuerza bruta, sino mediante el servicio que brinda a terceros.
Este reconocimiento ha producido un clima en el cual la industria privada y las
organizaciones privadas -incluyendo las escuelas privadas- pueden prosperar." (p.
230)

James A. Dorn, "El Futuro de China: ¿El Socialismo de Mercado o el Taoísmo de
Mercado?" Profesor de Economía de la Universidad Towson en Maryland:

"Sin embargo, la prosperidad futura dependerá de si China se aleja del camino
artificial del socialismo de mercado y prosigue el camino natural del liberalismo
de mercado. La visión liberal de mercado no es nueva para China; era inherente a
la doctrina taoísta del wu wei desarrollada por Lao Tzu y sus discípulos. Los
líderes de China tan sólo necesitan dejar que el pueblo chino regrese a sus
raíces, para darse cuenta de la sabiduría de dejar que el procesos espontáneo del
mercado organice su vida económica, al tiempo que se limita el gobierno a la
protección de la vida, la libertad y la prosperidad." (p. 242)


SEXTA PARTE: ASUNTOS INTERNACIONALES

Ted Galen Carpenter, "De República a Imperio: La Constitución y la Evolución de
la Política Internacional de los Estados Unidos." Vicepresidente de Estudios
sobre la Defensa y Política Exterior del Instituto Cato:

"Proponentes de la visión global en el siglo XX típicamente afirman que los
desarrollos tecnológicos han hecho de la política "aislacionista" algo obsoleto y
que las naciones amantes de la paz sólo deberían unirse para desbaratar a un
agresor o para evitar ser víctimas de una estrategia de divide y vencerás. Ellos
señalan que las alianzas y otras medidas de seguridad colectivas son, por lo
tanto, esenciales. Pero descansar en la seguridad colectiva, en vez de seguir
estrategias no intervencionistas, constituye un peligroso anacronismo... en la
era termonuclear, los aliados o son superfluos o son profundamente peligrosos."
(p. p. 252-253)

Ted Galen Carpenter, "El Caso en Favor de la Independencia Estratégica de los
Estados Unidos." Autor del libro "Peace and Freedom: Foreign Policy for a
Constitutional Republic":

"Se necesita una nueva política estadounidense de "independencia estratégica"
[que] poseería tres principios básicos. El primero sería una definición de
intereses de seguridad "vitales" que sea más reducida que la definición vaga y
casual utilizada durante la Guerra Fría... El segundo principio sería un énfasis
en la autonomía y flexibilidad de los Estados Unidos en cuanto a la toma de
decisiones... El último principio sería una resistencia a proseguir metas basadas
en la existencia de un "entorno" internacional ambicioso... Sin duda que los
estadounidenses estarían más contentos con un mundo compuesto de naciones
democráticas y pacíficas, pero tal meta no se puede lograr –al menos a un nivel
de costo y riesgo aceptables para los Estrados Unidos" (p. 260)


Ivan Eland, "¿La Intervención en Ultramar de los Estados Unidos Alimenta al
Terrorismo?" Director de Estudios sobre Políticas de Defensa en el Instituto
Cato:

"Todos los ejemplos de ataques terroristas a los Estados Unidos pueden ser
explicados como una represalia por la intervención estadounidense en el
exterior... implica que los Estados Unidos podría reducir sustancialmente la
probabilidad de ataques terroristas catastróficos si redujera su perfil militar
fuera del país... necesita adoptar una nueva política que utilice la fuerza
militar sólo en última instancia, como defensa de sus intereses nacionales
verdaderamente esenciales." (p. 272)

Gary Dempsey, "¿Una Empresa Descabellada?" Autor del libro "Fool's Errands:
America's Recent Encounters with Nation Building":

"...varias lecciones importantes pueden aprenderse de las acciones de Washington
para reconstruir naciones... Una... que es una empresa descabellada cuando el
pueblo norteamericano no está preparado para sacrificar su sangre y recursos en
un lugar al cual consideran que no es importante estratégicamente... Una segunda
lección es que la reconstrucción de naciones resulta ser una empresa descabellada
si el país en cuestión no está "maduro" para tales efectos... Una tercera... es
cuando perpetúa un "dilema de seguridad" entre dos lados previamente opuestos en
una disputa sangrienta... Una cuarta lección es que la reedificación de una
nación es una empresa descabellada cuando una de las facciones del país que se
intenta reconstruir no ha cedido en sus objetivos de la época de la guerra." ( p.
p. 285-286)


SÉPTIMA PARTE: COMERCIO Y FINANZAS INTERNACIONALES

Alan Greenspan, "La Globalización de las Finanzas." Presidente de la Reserva
Federal de los Estados Unidos:

"...debemos reconocer que, si fuere cierto que la tecnología es la que ha
transmitido el estrés actual a los mercados, la tecnología podría ser usada para
contenerlo. Una ampliación y mejora de los sistemas internos que las
instituciones financieras tienen para la administración de riesgos, posiblemente
constituye la medida más efectiva contra la inestabilidad potencial incrementada
del sistema financiero global. Otra es mejorar la eficiencia de los sistemas de
pagos en el mundo." (p. 296)

Milton Friedman, "Usando al Mercado para el Desarrollo Social." Autor del libro
"Capitalism and Freedom":

"En resumen, hay mejores y peores formas de privatizar una economía
centralizada, pero no existe una fórmula mágica que permita cambiar sin dolor una
economía de mando hacia una economía de intercambio voluntario. Sin embargo, las
retribuciones de hacerlo son tan grandes que, si el cambio se puede hacer, los
costos de las transiciones serán vistos como algo menor. Debe darse un tributo a
los actuales líderes de China [continental] por reconocer que las ganancias
potenciales reducen los costos de la transición al mínimo, así como por estar
involucrados en un esfuerzo serio de llevar a cabo tal transición." (p. 307)

Brink Lindsay, "El Libre Comercio de Abajo Hacia Arriba." Autor del libro
"Against the Dead Hand":

"No se necesita de negociaciones para que se dé una liberalización comercial;
después de todo, la apertura a los mercados más dramática, sucedida durante las
dos décadas que acaban de pasar, se ha dado mediante reformas unilaterales a
nivel nacional. Es más, las negociaciones, si se conducen incorrectamente,
pueden de hecho minar la causa del libre comercio. Sin embargo, cuando los
acuerdos comerciales internacionales se estructuran adecuadamente, pueden brindar
un suplemento útil para la liberalización puramente unilateral." (p. p. 318-319)

Ian Vásquez, "La Crisis Asiática: Por qué el FMI no debe Intervenir." Director
del Proyecto sobre la Libertad Económica Mundial del Instituto Cato:

"Utilizar al Fondo Monetario Internacional para sacar de apuros económicos a un
país que experimenta una crisis monetaria o de deuda, es una mala idea por tres
razones. La primera razón es que da origen a un riesgo moral... Las sacadas de
apuros que hace el FMI imponen otra carga sobre los ciudadanos comunes y
corrientes y es que no funcionan bien... Y la tercera razón... es que debilitan
soluciones de mercado que son superiores y menos costosas." (p. p. 321-324)


OCTAVA PARTE: LEY Y LIBERTAD

Antonin Scalia, "Los Asuntos Económicos vistos como Asuntos Humanos." Juez de la
Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos:

"...permítanme sugerir que la petición para crear (o si Usted lo prefiere, para
"reestablecer") garantías económicas en la constitución, confunden la naturaleza
y el efecto del proceso de ponerlas en la constitución... Una garantía puede
aparecer en las palabras de la Constitución, pero cuando la sociedad deja de
creer perdurablemente en ella, no tiene ningún efecto viviente... No sugiero que
introducirlas en la constitución no tenga efectos en cuanto a ayudar a la
sociedad para preservar el acatamiento de sus principios fundamentales. Este es
el efecto verdadero de una constitución. Pero el acatamiento viene primero y,
después, la preservación... Si Usted está interesado en las libertades
económicas, entonces, el primer paso es recordar a la sociedad esa creencia en su
importancia, que (no lo dudo) fue compartida por los fundadores de la república."
(p. 335)

Richard A. Epstein, "La Revisión de un Caso por una Corte Superior: Reconocer de
que Hay Dos Tipos de Error." Profesor de Derecho en la Universidad de Chicago:

"La teoría del constitucionalismo, tal como la entiendo, trata de encontrar
formas para minimizar los abusos que emanan de la avaricia legislativa, por una
parte, y de la incompetencia judicial, por la otra. No existe, por lo que se
sabe, una tercera alternativa a este triste estado de cosas. Lo que me temo está
errado con la argumentación de Scalia [ver ensayo inmediato anterior] es esto: Al
enfocarse exclusivamente en los defectos que encuentra en la parte judicial del
proceso, tiende a ignorar los poderosos defectos que abundan en la parte
legislativa del proceso. Nuestra Constitución refleja una desconfianza
generalizada hacia el proceso político de gobernar –un alto grado de aversión al
riesgo. Es por ello que sabiamente extiende los poderes del gobierno entre
diferentes instituciones mediante un sistema de frenos y contrapesos. No brindar
un freno (o que, al menos, no sea efectivo) sobre el poder legislativo de regular
las libertades económicas, es concentrar el poder en formas que son
inconsistentes con la aversión al riesgo. Permitir que las cortes desechen
legislación, mas nunca pasarla, ayuda a controlar el abuso político sin que se
debiliten las características propias de las ramas separadas del gobierno." (p.
339)

Paul Craig Roberts, "La Protección Constitucional de la Libertad Económica."
Miembro del Institute for Political Economy en Washington D. C.:

"Hoy en día, habiendo sido testigo del crecimiento de los gobiernos
constitucionales, tanto en poder como en tamaño, mucho más allá de lo que lo
hicieron las monarquías absolutas del pasado, hemos aprendido que los impuestos
deben ser tratados explícitamente como un asunto constitucional. El impuesto a
la renta debería estar explícitamente prohibido con base en que constituye una
violación directa de la libertad económica. Al mismo tiempo, debemos darnos
cuenta de las demandas de más ingresos que hace el moderno estado rapaz. La
Constitución debería especificar tanto la forma como la cantidad de imposición
permitidos. Yo recomendaría un impuesto al gasto o al valor agregado que sea
uniforme y especificaría que, en ningún momento, los ingresos del estado podrían
exceder a un 20 por ciento del ingreso nacional." (p. 351)

Robert Higgs y Charlotte Twight, "La Emergencia Nacional y la Erosión de los
Derechos a la Propiedad Privada." Higgs edita la revista "Independent Review" y
Twight es profesora de Economía en la Universidad Estatal Boise, en Idaho,
Estados Unidos:

"La historia de los Estados Unidos en el Siglo XX provee fuerte evidencia de que
las derogatorias del derecho de propiedad privado en una democracia liberal
ocurren principalmente durante las emergencias nacionales y que, una vez
conculcados, los derechos privados no vuelven a ganar su ámbito previo." (p. 368)

Roger Pilon, "Las Olvidadas Novena y Décima Enmiendas Constitucionales."
Director del Centro sobre Estudios Constitucionales del Instituto Cato:

"La primacía del individuo. La idea de la igualdad moral, definida como la
igualdad de derechos. El fundamento último de los derechos descansa en la
propiedad y en la promesa –no en la necesidad, o en el deseo, o en la aspiración,
o en cualquier otra noción valorativa. La presunción en favor del reino
voluntario, privado. La sospecha acerca del poder público. Estos son los
elementos de la ley superior, de la sociedad libre, de la visión que la Novena y
la Décima Enmiendas Constitucionales [de los Estados Unidos] se propusieron
asegurar. Es una visión que el moderno poder judicial haría bien en volver a
mirar." (p. 378)

Sheldon Richman, "La Privacidad como un Derecho a la Propiedad." Editor de la
revista "Ideas on Liberty":

"Ambos, los intervencionistas y los conservadores, no interpretan bien el tema
de la privacidad... Ambos enfoques permiten a sus adherentes menospreciar la
mayoría de las libertades y exaltar las pocas libertades que sus filosofías
políticas y morales respectivas permiten. Afortunadamente hay una alternativa
coherente y objetiva al derecho de privacidad arbitrario que poseen los
intervencionistas y a la noción apretujada y circunscrita a cláusulas de la
libertad constitucional mantenida por los conservadores. Es un modelo de
privacidad anclado en los derechos naturales de propiedad (empezando con la
propiedad que de sí mismos tienen los seres humanos)." (p. 385)

Nadine Strossen, "El Espeluznante Legado Constitucional de Clinton." Profesora
de la Escuela de Derecho de Nueva York y Presidenta de la American Civil
Liberties Union:

"La regla de la ley no es simplemente algo sobre el orden y la regularidad, sino
también sobre la justicia. Y central a este lado sustantivo de la regla de la
ley está el respeto por los derechos de expresión y la privacidad. En el grado en
que el gobierno abuse de tales derechos básicos, no puede reclamar que está
operando bajo la regla de la ley. Lamentablemente, en este sentido el récord de
la administración Clinton deja mucho que desear." (p. 388)

David Boaz y Timothy Lynch, "La Guerra Contra las Drogas." Boaz edita la revista
"Libertarian Reader" y Lynch es Director del Proyecto sobre Justicia
Criminal del Instituto Cato:

"El Congreso [de los Estados Unidos] haría bien en repeler la Ley sobre
Sustancias Controladas de 1970, cerrar la Administración para la Aplicación de
Leyes contra las Drogas, y dejar que sean los estados los que fijen sus propias
políticas en lo que tiene que ver con drogas que actualmente son ilegales. Harían
bien en tratar a la marihuana, a la cocaína y a la heroína en la misma forma en
que la mayoría de los estados actualmente tratan al alcohol: Debería ser legal
que negocios bajo permiso especial vendan tales drogas a los adultos. La venta de
drogas a los niños, tal como lo es la de alcohol a los niños, deberá permanecer
siendo ilegal. También deberá ser ilegal manejar bajo la influencia de drogas.
De aplicar tal política, el Congreso [de los Estado Unidos] habría reconocido que
nuestra política actual en contra de las drogas ha fracasado." (p. 406)


NOVENA PARTE: DEMOCRACIA Y CULTURA

Tom G. Palmer, "Los Mitos Acerca del Individualismo." Fue editor de la revista
"Humane Studies Review":

"El liberalismo [libertarianismo lo llama el autor] en su base no es una teoría
metafísica acerca de la primacía de lo individual sobre lo abstracto, mucho menos
una teoría absurda acerca de “individuos abstractos”. Ni es un rechazo de la
tradición ausente de valores éticos, tal como Kirk y otros conservadores lo han
expresado. Más bien, es una teoría política que emergió como respuesta al
crecimiento ilimitado del poder del estado. El liberalismo obtiene su fuerza de
una fusión poderosa entre una teoría normativa acerca de las fuentes morales y
políticas y los límites de las obligaciones y una teoría positiva que explica las
fuentes del orden: cada persona tiene el derecho a ser libre, y las personas
libres pueden producir el orden espontáneamente, sin un poder ordenador que esté
por encima de ellos." (p. 413)

David Boaz, "Derechos y Responsabilidades." Co-editor del "Cato Handbook for
Congress":

"Sin embargo, cuando los liberales [libertarios los llama el autor] omiten los
valores morales en sus análisis sociales, están ignorando las lecciones brindadas
por sus mentores intelectuales. Adam Smith escribió "La Teoría de los
Sentimientos Morales." F. A. Hayek enfatizó la importancia de la moral y la
tradición. Ayn Rand expuso un código estricto de ética personal. Los trabajos
de Thomas Szasz desafían a los reduccionistas y behavioristas mediante un
compromiso con las viejas ideas del bien y del mal, de lo correcto y de lo
incorrecto, y de la responsabilidad por las decisiones que uno toma. Charles
Murray enfatiza el valor y, en efecto, la necesidad que se tiene de la comunidad
y de la responsabilidad. Los liberales deberían hacer más por aclarar el papel
que la responsabilidad moral tiene en su filosofía. Sin embargo, correctamente
continuarán enfatizando que el gobierno puede minar los valores necesarios para
que haya una sociedad libre -honestidad, confianza en sí mismo, razón, ahorro,
educación, tolerancia, disciplina, propiedad, contrato y familia- pero que no los
puede inculcar." (p. 421)

P. J. O’Rourke, "El Derecho de Hacer lo que a Uno le Plazca y de Asumir sus
Consecuencias." Autor del libro "Parliament of Whores":

"Hay tan sólo un derecho humano básico y es el derecho a hacer lo que a uno le
plazca. Y con él viene el único deber humano básico, cual es el deber de asumir
las consecuencias de ello." (p. 423)

David Boaz, "¿Son los Libertarios Anti-Gobierno?" Editor del libro "Liberating
Schools: Education in the Inner City":

"De manera que si [los liberales o libertarios, como los llama el autor] no
somos anti-gobierno y tampoco, ciertamente, estamos en favor de gobiernos
pequeños o débiles, ¿cómo describiríamos a la posición liberal? Para responder a
esa pregunta debemos regresar a la Declaración de la Independencia y a la
Constitución [de los Estados Unidos]. Los liberales generalmente apoyan a un
gobierno que sea formado con el consentimiento de los gobernados y diseñado para
lograr ciertos propósitos limitados. Tanto la forma de gobierno como los límites
a sus poderes deberán estar especificados en una constitución, y el desafío para
cualquier sociedad consiste en mantener al gobierno bajo restricción y limitado,
de manera que los individuos puedan progresar y resolver problemas en una
sociedad libre y civil. Así, los liberales no son "anti-gobierno." Los
liberales están en favor de un gobierno constitucional, limitado -limitado no
sólo en cuanto al tamaño, sino, y esto es de una mayor importancia, en cuanto a
la extensión de sus poderes." (p. 427)

Dick Armey, "Creando un Mundo de Personas Libres." Miembro del Congreso de los
Estados Unidos:

"¿Qué es lo de Hayek que enojó tanto a un ala incómoda de la izquierda? Fue la
aseveración de que, en el largo plazo, el paternalismo estatista era tan dañino
para la humanidad, como lo eran el fascismo o el comunismo. El estatismo, dijo
él, difiere de estos dos males tan sólo en cuanto al grado, mas no en especie.
Hayek era un hombre humilde, genuinamente humilde ante la realidad. Y esa
humildad le dio a sus palabras la fortaleza de la honestidad y la audacia de la
verdad. Y por eso los intervencionistas no lo podían perdonar." (p. p. 428-429)

Tyler Cowen. "¿Está Nuestra Cultura en Declive?" Profesor de Economía de la
Universidad George Mason en Washington, D. C.:

"La corriente actual de pesimismo cultural, expresada en diversas formas tanto
por la izquierda como por la derecha, sugiere que nuestra cultura está en un
proceso de corrupción y de declinación. La izquierda concluye en que se necesita
el patrocinio gubernamental de las artes, mientras que la derecha a menudo
favorece el patrocinio gubernamental de la cultura tradicional. Pero un estudio
de la evidencia brinda razones fuertes para el optimismo cultural y la confianza
en que una sociedad moderna estimulará la creatividad y diversidad artísticas."
(p. 433)

Walter E. Williams, "Los Programas Gubernamentales de Acción Afirmativa no
Pueden Ser Remendados." Profesor de Economía en la Universidad George Mason en
Washington, D. C.:

"En términos más generales, la asignación gubernamental de los recursos resulta
ser un juego de suma cero, primariamente porque el gobierno no tiene recursos que
le son propios. Cuando el gobierno le da a algunos ciudadanos cupones
alimenticios, subsidios por las cosechas, o pagos por ayudas ante desastres, los
que reciben tales generosidades son quienes ganan. Los perdedores son
identificados cuando se pregunta: ¿de dónde adquiere el gobierno esos recursos
para dar tan generosamente? Para que el gobierno le pueda dar a algunos
ciudadanos, debe tomarlo de otros ciudadanos por la vía de la intimidación, de la
amenaza, de la coerción. Aquellos quienes pierden sus derechos sobre sus
ingresos, para financiar la generosidad de los gobiernos, son los perdedores."
(p. 444)

Edward H. Crane, "El Futuro de la Libertad." Fundador del Instituto Cato:

"Se estima que en 1772, cuando había 775.000.000 personas habitando el mundo,
sólo 33.000.000 de ellos vivían bajo gobiernos relativamente libres. Casi un 95
por ciento de la humanidad vivía vidas, descritas por el historiador Arthur
Young, de "esclavos miserables de tiranos despóticos." Tan tarde como 1848, de
acuerdo con Stanley Engerman, los siervos en Austria constituían cerca del 72 por
ciento de su población y, en Hungría, cerca del 50 por ciento. Desde esa
perspectiva, hemos avanzado mucho.

Otra medición: el ingreso per cápita del mundo (en dólares constantes) era de
$100 en 1800; hacia 1900 era de $500, el año entrante [2001] será cercano a $5000
y a finales de siglo [XXI] algunas estimaciones señalan que podría llegar a ser
superior a $40.000; o sea, más alto que el ingreso promedio de hoy en Occidente.
Por supuesto que podría resultar ser aún mucho mayor...

El mundo está avanzando hacia el pluralismo, el capitalismo y la sociedad civil.
Eso tomará tiempo, pero sucederá. Sucederá porque al crecer la comunidad
mundial, al irnos conociendo más el uno al otro y trabajar el uno con el otro
alrededor del mundo, con independencia del proceso político, la sociedad civil
florecerá. Crecientemente los grupos de ciudadanos y los institutos que analizan
las políticas, mostrarán el camino. Me recuerda aquella famosa frase del
político francés Alexandre Ledru-Rollin, quien dijo durante la revolución de
París en 1848, que "Allí va el pueblo. Debo seguirlo, porque soy su líder." Los
políticos y la sociedad política no son la respuesta. El gran experimento de los
Estados Unidos como una sociedad civil, proclamado con base en el respeto a la
dignidad de los seres humanos individuales, libres de las manos codiciosas de los
políticos, es la respuesta." (p. p. 452 y 460)

Jorge Corrales Quesada

Elisa
25/06/2012, 16:13
2002-11-27 LIBRO DEL MES DE DICIEMBRE DEL 2002

Stephen Moore y Richard Noyes, editores, "Dollars and Nonsense; Correcting the
News Media Top Economic Myths" (Alexandria, Virginia: Media Research Center,
2001).

En los Estados Unidos existe el Centro para Investigación de los Medios (Media
Research Center), el cual tiene como uno de sus objetivos tratar de "corregir
concepciones erradas en los medios de comunicación acerca de la libre empresa" y
proveer "la verdad acerca del sesgo que existe en los medios de comunicación del
sistema ["establishment"] contra la libertad de empresa."

Resulta interesante destacar algunos de los encabezados que han aparecido en
importantes medios de comunicación en los Estados Unidos y que, en opinión del
autor del capítulo introductorio, Stephen Moore, constituyen ejemplos de carencia
de sentido (el que hayan aparecido en los Estados Unidos, no significa que no
exista un paralelo en nuestro país: en ambos se cuecen habas):

· La economía crea un número récord de nuevos empleos; el reporte causa serias
preocupaciones en Wall Street.
· Aumentan los salarios; los economistas advierten acerca de un resurgimiento de
la inflación.
· Se dispara el gasto de los consumidores: el Banco Central de los Estados
Unidos (Fed) se preocupa por un recalentamiento de la economía.
· Alza en el dólar tiene nerviosos a los economistas sobre un déficit en el
comercio internacional.
· La caída en el dólar es un signo bienvenido de que una economía tórrida se
está enfriando.
· Descenso en el crecimiento del sector manufacturero puede permitir al Banco
Central (Fed) mantener bajas las tasas de interés.
· La venta de nuevas viviendas cae a su nivel más bajo en cinco años; analistas
se sienten aliviados al ver ahora un aterrizaje suave de la economía.
· Recortes tributarios podrían hacer más daño que bien a la economía de los
Estados Unidos.

Como observarán, algunos de estos titulares nos "parece" que tienen sentido, de
manera que resulta interesante ver lo que este pequeño librito nos comenta al
respecto. Pero, antes de mencionar los breves ensayos de destacados economistas
que la obra contiene, vale la pena plantearse una pregunta que se hace Moore:
¿Qué es lo que explica la mitología económica que en estos días pasa por ser
noticia? Un factor que él señala es una especie de mentalidad de horda que se
observa entre periodistas (dicho sea con todo respeto), puesto que ideas
claramente erradas son sumamente extendidas, pero la culpa suele recaer en los
propia profesión de los economistas, en mucho porque no han sabido enseñar las
lecciones universales básicas de esa disciplina.

Es por ello que esta publicación se propone "proveer algunas directrices
prácticas que ayuden a reporteros y editores de medios escritos, radiofónicos y
de televisión, para que mejoren su cobertura de la economía moderna de los
Estados Unidos" (y de Costa Rica también).

Moore señala la existencia de cuatro categorías de error periodístico en las
cuales caen esos mitos. A una de ellas la denomina "un sesgo poderoso hacia el
pesimismo," en que el problema radica, no en que las noticias no sean cubiertas,
sino que son distorsionadas, de manera tal que destacan el lado malo de noticias
buenas. En respaldo de esta categoría, cita la apreciación (estén o no Ustedes
de acuerdo con ella) del destacado periodista Michael Prowse, del diario
londinense Financial Times, quien dijo una vez que "Los Estados Unidos tenían una
reputación peor que la que se merecen. La televisión comercial y el cine
presentan una imagen grotescamente distorsionada de la vida moderna en los
Estados Unidos. La tendencia de los extranjeros de golpear a este país se ve
estimulada por la misma apertura de la sociedad, la cual asegura que cualquier
vicio posible -que va desde la corrupción política hasta las bajas calificaciones
logradas en los exámenes escolares- es mostrado en un desfile por todo el mundo.
Otros países tratan de esconder sus pecados en el interés del progreso. Los
gringos toman un gran deleite en exponer los suyos."

La siguiente categoría es bautizada por Moore como "una confianza excesiva en
fuentes no confiables". Dice que el problema no es solamente que se acude a
personas que tienen pocos resultados en su haber ("track records") sino que
también se accede a expertos falsos en lo que concierne a la cobertura de temas
tales como el medio ambiente, la población, la escasez de recursos y la
producción mundial de alimentos. Moore cita, como ejemplo, la referencia que se
suele hacer de un artículo escrito en 1981 por Lester Brown, del Worldwatch
Institute, en el cual afirma que "se acabó el período en que había seguridad en
la oferta mundial de alimentos. Al continuar presionando la demanda contra la
oferta, inevitablemente los precios reales de los alimentos aumentarán," cuando
lo cierto ha sido que más bien han bajado los precios reales de los alimentos.
Otro caso de malos expertos frecuentemente usados por los periodistas, al cual se
refiere Moore, es el de Paul Ehrlich, quien una vez dijo que "la batalla por la
humanidad se había terminado. Cientos de millones de personas se van a morir de
hambre." Esto me trae a colación la famosa predicción (entre otras similares)
hecha en los años sesentas por el Club de Roma, el cual dijo que en el año 2000
el precio del barril de petróleo excedería a los $100, afirmación que en su
momento aparecía hasta en la sopa de los medios y que hoy han dejado en el
olvido, no por lo grotesco de tal aseveración, sino porque ya no es una noticia
que impacte.

La tercera categoría la denomina Moore como "un sesgo en favor del
intervencionismo gubernamental." Dice que los periodistas generalmente acuden a
preguntar a los burócratas en Washington sobre cómo resolverían ellos los
problemas, ya sean reales o imaginarios, al tiempo que dejan de lado las
opiniones de personas que no creen en el intervencionismo gubernamental, quienes
usualmente son vistos como retrógrados o caarentes de compasión. En el campo
internacional, cuando los medios cubren a otras naciones, suelen hacer énfasis en
su fe en los resultados positivos de la actividad del estado y de la poca
confianza que tienen en los mercados libres. El autor pone como ejemplo de ello
un comentario en la CNN de su reportera estrella Christiane Amanpour, diez años
después de la caída del socialismo soviético, quien en 1999 dijo: "muchos están
diciendo que el capitalismo desenfrenado que siguió al comunismo ha desatado la
miseria sobre ciudadanos quienes previamente habían tenido satisfechas todas sus
necesidades sociales, especialmente en la antigua Unión Soviética." Moore señala
que "el fracaso de los medios para explicar rutinariamente las deficiencias y las
consecuencias no previstas de la intervención del estado posiblemente se
catalogue como uno de los mayores pecados por omisión de nuestros tiempos."

La última categoría de Moore, en la cual encajan los mitos económicos usualmente
perpetuados por los medios, es "un fracaso en captar las nuevas reglas de la
economía en la era de la información." Aquí yo difiero del autor en cuanto a
enfatizar que los periodistas (así como muchos economistas) no se han dado cuenta
que las viejas reglas de la economía han cambiado. Por el contrario, considero
que las reglas siguen siendo básicamente las mismas, si bien algunas
instituciones han evolucionado.

Finalmente, el autor deja a los reporteros siete sencillas reglas que les
permitirían entender lo que Moore denomina como una nueva economía (en mi
opinión, no se trata de nada nuevo, puesto que muchos economistas y pensadores ya
las habían señalado mucho tiempo atrás):

· "la inflación es siempre y en todo lado un fenómeno monetario," es una
sencilla regla de política monetaria acuñada por Milton Friedman hace unos
cuarenta años y que hoy en día tiene más validez que nunca.
· Los salarios aumentan al aumentar la productividad.
· Cuando usted le pone impuestos a algo, obtiene menos de ello; cuando usted
grava menos a algo, obtiene más de eso.
· Una moneda fuerte es signo de una economía fuerte.
· Eso de déficit comercial no tiene sentido.
· El crecimiento económico es algo bueno (No existe tal cosa como una curva de
Phillips por la cual se puede optar entre inflación y crecimiento).
· Los mercados funcionan: el modelo de planificación central es un fracaso.

A continuación se indican los breves y diferentes ensayos, que el libro denomina
como "Mitos de los Medios", así como quienes son sus autores:

· Capítulo 1: "El gasto y los déficit gubernamentales estimulan a la economía",
por Milton Friedman (Premio Nóbel en Economía).
· Capítulo 2: "El crecimiento económico causa inflación", por Lawrence Kudlow
(Comentarista de asuntos económicos para la CNBC).
· Capítulo 3: "La reducción de impuestos siempre ocasiona un descenso en las
recaudaciones tributarias", por Arthur Laffer y Stephen Moore (Laffer fue asesor
del Presidente Reagan y Moore es miembro del Instituto Cato).
· Capítulo 4: "Los déficit en el comercio internacional son malas noticias para
la economía de los Estados Unidos", por Brian Wesbury (Autor del libro "The New
Era of Wealth", editado por McGraw-Hill)..
· Capítulo 5: "Hay mucha gente y pocos recursos naturales", por Nicholas
Eberstadt (Miembro del Centro para Estudios sobre Población y Desarrollo de la
Universidad de Harvard).
· Capítulo 6: "Los Estados Unidos deberían ser más como Europa", por William A.
Niskanen (Presidente del Instituto Cato).
· Capítulo 7: "Una clase media en proceso de desaparición", por W. Michael Cox
(Vicepresidente del Banco de Reserva Federal de Dallas).
· Capítulo 8: "La desregulación daña a los consumidores", por Robert W. Crandall
(Miembro del Instituto Brookings).
· Capítulo 9: "Los Estados Unidos están sufriendo de una crisis de insuficiencia
de ahorros", por William G. Gale (Miembro del Instituto Brookings).
· Capítulo 10: "¿Por qué los economistas estadounidenses no pueden predecir el
futuro?", por David Hale (Economista principal del Zurich Group).

Posiblemente con la lectura de estos breves ensayos Ustedes terminarán por estar
en descuerdo con algunos de los aspectos allí tratados (tal vez yo no tanto),
pero ciertamente les obligará a pensar, lo cual es siempre muy conveniente.

A quienes tengan interés en leer este libro de Moore y Noyes, con gusto se los
puedo prestar con carácter devolutivo. Para ello, ya saben cómo y adónde se me
localiza. Además, continúan a su posible disposición los siguientes libros del
mes que han sido objeto de comentario en palestra:

Febrero, 2002: David Henderson, "The Changing Fortunes of Economic Liberalism:
Yesterday, Today and Tomorrow"
Marzo, 2002: Roger Garrison, "Time and Money: The Macroeconomics of Capital
Structure"
Abril, 2002: Paul Collier and David Dollar, "Globalization, Growth and Poverty:
Building an Inclusive World Economy"
Mayo, 2002: David Conway, "Classical Liberalism: The Unvanquished Ideal"
Junio, 2002: Lawrence E. Boland, "The Foundations of Economic Methodology"
Julio, 2002: Gary Becker y Guity Nashat Becker, "The Economics of Life"
Agosto, 2002: Xavier Salá-i-Martín, "Economía Liberal para no Economistas y no
Liberales"
Setiembre, 2002: Geoffrey E. Wood, editor, "Explorations in Economic Liberalism:
The Wincott Lectures"
Octubre del 2002: James Bovard, "Freedom in Chains: The rise of the sate and the
demise of the citizen"
Noviembre del 2002: David Boaz, "Toward Liberty: The Idea That is Changing the
World".


Jorge Corrales Quesada

Elisa
25/06/2012, 16:13
Les recuerdo que siempre será bienvenida la publicación que alguno de ustedes
desee hacer en palestra comentando o resumiendo algún libro que hayan leído
recientemente (o hace muchos tiempo atrás) y que juzguen podría ser de nuestro
interés o beneficio.

2002-12-17 LIBRO DEL MES DE ENERO DEL 2003

Richard M. Ebeling, editor, "Austrian Economics: A Reader", The Ludwig von Mises
Lecture Series, Vol. 18 (Hillsdale, Michigan: Hillsdale College Press, 1991).

Esta obra presenta un resumen de algunas de la más importantes contribuciones a
la llamada Escuela de Economía Austriaca, aunque, como sucede casi siempre, uno
suele pensar en varias que quedaron afuera, más que en las que se incluyen. Sin
embargo, creo que, para el lector interesado en los temas Austriacos, este libro
presenta una cobertura adecuada de los principales que se suelen asociar con esta
escuela de pensamiento.

La forma en que organizo este comentario del libro del mes es la siguiente:
primero traduzco algunos párrafos importantes de la introducción que hace
Ebeling, en donde destaca las principales características del pensamiento de la
Escuela de Economía Austriaca. De seguido, presento la lista de los 34 artículos
que se incluyen en las 6 secciones principales que estructuran al libro y
finalmente presentaré los párrafos más importantes de tres de los artículos allí
incluidos y que llamaron mi interés para leerlos en esta ocasión.

Según la introducción del profesor Ebeling, las concepciones esenciales que
constituyen las tres piedras cúbicas sobre las que se edifica la Escuela de
Economía Austriaca, son: el individualismo metodológico, el subjetivismo
metodológico y las consecuencias no previstas de la acción humana y las "leyes"
de la Economía. Cuando aparece un paréntesis cuadrado, este es mío, así como la
traducción de los textos.

"EL INDIVIDUALISMO METODOLÓGICO.

Empezando con Carl Menger, los Austriacos han enfatizado que todo fenómeno
económico y social empieza con, y lo es en última instancia, el resultado de las
acciones e interacciones de los individuos, cuyos actos generan resultados que se
observan en un mercado. Cualquier teoría acerca del fenómeno del mercado que no
pueda exitosamente trazar sus conclusiones sin acudir a un retorno a una lógica
de la acción y elección humanas, resulta ser una teoría incompleta e
insatisfactoria. Como resultado, durante los últimos cincuenta años, los
Austriacos han sido particularmente críticos de la mayor parte de la
macroeconomía. Han señalado que analizar en términos de estadísticas agregadas
las fluctuaciones de toda una economía, tanto en el empleo como en la producción,
y las alzas y bajas en el nivel general de precios y de salarios, equivale a la
sonrisa sin el gato [se refiere al cuento de Alicia en el País de las Maravilla,
obra de Lewis Carroll, en el cual, en lo alto de un árbol, únicamente se divisaba
la sonrisa del gato risón, mas no su cara]. Los agregados estadísticos resultan
de conjuntar múltiples decisiones individuales que se dan en el mercado. A menos
que uno pueda exitosamente seguir la pista a estos residuos estadísticos de
acciones pasadas, hasta llegar a su origen en términos de una teoría coherente de
la elección individual, poco de valor se ha explicado: por "explicado" entendemos
a una teoría convincente de las cadenas causales que hayan creado esas
fluctuaciones de las magnitudes macroeconómicas. Durante la mayor parte de los
últimos cincuenta años [Ebeling publicó este ensayo en 1991], por lo general los
economistas han fracasado en tales intentos."

[Aprovecho para resaltar la presentación sistemática que el economista Austriaco
Steven Horwitz hace en su reciente libro "Microfoundations and Macroeconomics: An
Austrian Perspective" (New York: Routledge, 2000), en donde integra tres temas
ligados a economistas Austriacos -la teoría sobre los ciclos económicos de Mises
y Hayek, la idea de una banca libre o un sistema monetario totalmente de mercado
(como lo sugieren White y Selgin) y las teorías pre-Keynesianas de desequilibrio
monetario (revitalizadas por, entre otros, Leland Yeager, Axel Lejonhufvud y
Miguel Angel Rodríguez)- de manera que responde a una pregunta que él se formula,
"¿existe una macroeconomía Austriaca?," con un definitivo: "...sí existe una
macroeconomía Austriaca que está con vida y goza de buena salud" (Op. Cit., p.
2).

También sobresale el reciente libro de Roger W. Garrison, "Time and Money: The
Macroeconomics of Capital Structure" (New York: Routledge, 2001), quien basado en
teorías de Hayek sobre el capital, introduce al análisis macroeconómico
tradicional el concepto de la estructura inter-temporal del capital, con lo cual
sustituye a la macroeconomía tradicional fundamentada en el funcionamiento de los
mercados de trabajo, por una basada en cómo es que opera el mercado de capital,
lo que, en criterio del autor, permite un "verdadero acoplamiento real entre los
aspectos de corto y largo plazo del mercado" y "da un entendimiento superior de
la naturaleza de la variación cíclica en la economía y señala el camino para una
macroeconomía más completa basada en el capital." (Op. Cit., p. 5). Como
observarán los lectores, hay un buen prospecto para el desarrollo de una
macroeconomía basada en el enfoque Austriaco. De paso, ambos libros, el de
Garrison y el de Horwitz pueden ser obtenidos bajo préstamo por mi medio.]

[Continúo con la traducción de la introducción del profesor Ebeling]:

"EL SUBJETIVISMO METODOLOGICO

Los fenómenos del mercado tienen su origen en las acciones de los individuos.
Pero, al contrario de los supuestos que generalmente se usan en la teoría de la
competencia perfecta, los actores del mercado no realizan sus elecciones con base
en un conocimiento perfecto. Al contrario, si los actores tuvieran tal
conocimiento perfecto, tendría muy poco sentido la noción que nos da el sentido
común acerca de qué es lo que significa elegir. Significa seleccionar entre
alternativas, pero, si el conocimiento fuera perfecto, no habría una elección
verdadera. Dado que el agente tendría conocimiento perfecto de qué es lo que
requieren los eventos presentes y futuros, sólo podría hacer lo que ese futuro le
dicta y demanda que haga.

Tampoco el problema se resuelve si se asume un supuestos diferente sobre las
probabilidades estadísticas de los resultados del mercado. La mayoría, si no es
que todos, de los resultados del mercado poseen características y calidades que
los hacen históricamente "únicos" y, por lo tanto, son irreducibles a clases
homogéneas de hechos a las que se les pueden aplicar métodos estadísticos. Es
más, la mayoría, si no es que todas las decisiones en el mercado, requieren que,
para que quien toma las decisiones obtenga ganancias y evite pérdidas, efectúe
juicios acerca de la forma específica en que resultarán las cosas en el mercado
como consecuencia de sus acciones. Por lo tanto, conocer la probabilidad de un
resultado, a partir de una serie hipotética de eventos, resulta insuficiente para
un amplio rango de decisiones que se deben tomar en un mercado.

Como resultado, los Austriacos han tratado de desarrollar una teoría de la
acción humana y del proceso de mercado basada en el punto de vista del actor, en
vez de imponerle un conjunto de supuestos hipotéticos acerca del comportamiento y
la información. Tales supuestos bien pueden facilitar el análisis para establecer
determinados resultados del mercado, pero no tienen éxito en explicar cómo es que
de hecho operan los mercados, dado que los actores verdaderos en el mercado
operan con una perspectiva distinta y un conocimiento diferentes de los que el
economista, para propósitos de su teoría, les han dotado. Por lo tanto, los
Austriacos han señalado que el fenómeno del mercado debe ser analizado dentro de
un marco teórico construido a partir del conocimiento, intenciones y expectativas
de los propios actores. Esta noción de construir una teoría a partir del punto
de vista del actor es lo que los Austriacos dan a entender por subjetivismo
metodológico.

LAS CONSECUENCIAS NO PREVISTAS DE LA ACCION HUMANA Y LAS "LEYES" EN ECONOMIA

Si los actores en las arenas del mercado y de la sociedad llevan a cabo
decisiones por las cuales eligen y realizan acciones con un conocimiento
imperfecto, esto significa que muchos de los resultados y consecuencias de sus
elecciones y acciones tendrán elementos y aspectos no previstos. Los Austriacos
señalan que la imperfección y la extensión limitada del conocimiento humano
significan que es lógicamente imposible predecir a plenitud los eventos que se
dan en el mercado y en la sociedad. Así mismo, que tampoco podemos saber cómo
reaccionarán los actores ante aquellos eventos en el futuro que no fueron
anticipados y que sus propias acciones han ayudado a generar. Eso no podrá
saberse sino hasta que se materializan aquellas consecuencias no previstas y que
se convierten en parte del conocimiento de los actores, sobre cuya base se
tomarán acciones y decisiones ulteriores.

Esta idea ha conducido a los Austriacos a señalar que "las "leyes" de la
economía son fundamentalmente relaciones lógicas y no relaciones empíricas".
Todo lo que puede ser "predicho" son resultados y consecuencias lógicas y
formales que necesariamente se derivan de la limitante de la escasez, cuando se
estudia bajo una variedad de marcos alternativos e hipotéticos. Otra forma de
decir esto es que las leyes de la economía son relaciones del tipo, "si tal cosa,
entonces, tal otra sucede". Los juicios informados pueden ser efectuados por los
actores en el mercado en lo que tiene que ver con cambios futuros en la oferta y
la demanda, o en las "elasticidades" de la demanda y la oferta, o en las tasas de
cambio de varios factores o magnitudes a lo largo del tiempo. Pero todos los
intentos por descubrir empíricamente relaciones económicas predecibles, han
resultado más bien ser simples quimeras. Esta incapacidad para descubrir leyes
empíricas de la economía debería haber sido, por sí misma, algo predecible. Los
fenómenos del mercado surgen de las acciones y decisiones humanas; las acciones y
elecciones humanas surgen del conocimiento, expectativas, creencias y
preferencias que cada individuo mantiene; y los individuos no pueden saber en el
presente lo que en el futuro será su conocimiento, expectativas, creencias o
preferencias; por tanto, la forma específica que las cosas tendrán en el futuro,
en lo que concierne al mercado, serán siempre inherentemente impredecibles."

[Hasta aquí la traducción de partes de la introducción al libro de referencia,
escrita por el profesor Richard M. Ebeling, p. p. xiii-xvi.]

Lista de los 34 artículos y sus autores compendiados en el libro de este mes
(están en idioma inglés):

SECCION I: LA ESCUELA AUSTRICA –CONSIDERADA HISTORICAMENTE

1.- Economía Austriaca –Una Bibliografía Anotada: Los Economistas Austriacos,
por Richard M. Ebeling.

2.- La Importancia de la Escuela de Economía Austriaca en la Historia de las
Ideas, por Ludwig M. Lachmann.


SECCION II: FILOSOFIA Y METODO DE LA ESCUELA AUSTRIACA

3.- Economía Austriaca –Una Bibliografía Anotada: Metodología de la Escuela
Austriaca, por Richard M. Ebeling.

4.- Extractos de El Individualismo y la Filosofía de las Ciencias Sociales, por
Murray N. Rothbard.

5.- Ciencia Social y Ciencia Natural, por Ludwig von Mises.

6.- El Método Individualista y el "Compuesto" de las Ciencias Sociales, por
Friedrich A. Hayek.

7.- Extractos de La Sociedad Humana, por Ludwig von Mises.

8.- Los Resultados de la Acción Humana y no del Diseño Humano, por Friedrich A.
Hayek.

9.- La Medición como un Método Científico en Economía, por Leland B. Yeager.

10.- Praxeología y Econometría: Una Crítica a la Economía Positivista, por Mario
J. Rizzo.

11.- El Entendimiento Teórico de Aquellos Fenómenos Sociales que no son un
Producto del Acuerdo o de Legislación Positiva, sino Resultados No Previstos del
Desarrollo Histórico, por Carl Menger.

SECCION III: EL PUNTO DE VISTA AUSTRIACO DEL PROCESO DE MERCADO

12.- La Cataláctica Lógica versus la Cataláctica Matemática, por Ludwig von
Mises.

13.- La Administración de las Utilidades, por Ludwig von Mises.

14.- El Uso del Conocimiento en la Sociedad, por Friedrich A. Hayek.

15.- El Significado de Competencia, por Friedrich A. Hayek.

16.- Costo y Elección –El Punto de Vista Austriaco versus el Convencional, por
E. C. Pasour, Jr.

17.- La Primacía del Descubrimiento Empresarial, por Israel M. Kirzner.


SECCION IV: LA TEORIA AUSTRIACA DEL INTERES Y DEL DINERO

18.- Extractos de El Capital y el Interés, Volumen II: Teoría Positiva del
Capital, por Eugen von Böhm-Bawerk.

19.- La Función de los Ahorros, por L. G. Bostedo.

20.- La Función del Ahorro, por Eugen von Böhm-Bawerk.

21.- La Preferencia en el Tiempo, por Murray N. Rothbard.

22.- Extractos de Los Intereses, por Vernon A. Mund.

23.- Complementaridad y Sustituibilidad en la Teoría del Capital, por Ludwig M.
Lachmann.

24.- Ludwig von Mises y la Teoría del Capital y del Interés, por Israel M.
Kirzner.


SECCION V: LA TEORIA AUSTRIACA DEL DINERO Y DEL CICLO DE LOS NEGOCIOS

25.- Acerca del Origen del Dinero, por Carl Menger.

26.- La No Neutralidad del Dinero, por Ludwig von Mises.

27.- ¿Puede Ayudar la Estabilización de los Precios?, por M. A. Abrams.

28.- Coordinación Inter-Temporal y la Mano Invisible: Una Perspectiva Austriaca
acerca de la Visión Keynesiana, por Roger W. Garrison.


SECCION VI: SISTEMAS ECONOMICOS COMPARADOS –LA PERSPECTIVA AUSTRIACA

29.- Capitalismo versus Socialismo, por Ludwig von Mises.

30.- Extractos de La Sociedad Libre y Próspera: Socialismo e Intervensionismo,
por Ludwig von Mises.

31.- ¿Por Qué los Peores Se Colocan a la Cabeza?, por Friedrich A. Hayek.

32.- Los Peligros de la Regulación: Un Enfoque del Mercado como Proceso, por
Israel M. Kirzner.

33.- Los Efectos Distributivos de la Política Económica, por Oskar Morgenstern.

34.- La Economía de Mercado y la Distribución de la Riqueza, por Ludwig M.
Lachmann.

He decidido resumir tres ensayos del libro. En primer lugar, "La Importancia de
la Escuela Austriaca de Economía en la Historia de las Ideas," por Ludwig M.
Lachmann, para lo cual traduzco los párrafos que, en mi criterio, son los más
importantes e interesante, el cual se publicó originalmente en la obra editada
por W. E. Grinder, "Capital, Expectations, and the Market Process: Essays on the
Theory of the Market Economy" (Kansas City: Sheed, Andrews and McMeel, Inc.,
1977). Lachmann fue profesor de economía en las Universidades de Nueva York y de
Witwatersrand en Johannesburgo, Sur Africa. [La traducción y los paréntesis
cuadrados son míos; asimismo, las páginas citadas se refieren, a menos que se
haga notar otra cosa, al libro del mes bajo comentario].

Dice Lachmann que "la importancia de la escuela Austriaca en el mundo de las
ideas tal vez puede encontrar su expresión más creativa en su apreciación de que
el ser humano aparece como el actor central en los acontecimientos económicos...
en donde las relaciones económicas fluyen de actos de la mente que deben ser
"entendidos"; esto es, que su origen, su importancia y sus efectos deben ser
explicados dentro del marco de nuestra "experiencia común" de la acción humana" y
que "también es importante, para entender la escuela Austriaca, destacar que en
ella, en contraste con la escuela Clásica [principalmente la de Ricardo y sus
discípulos], los seres humanos son percibidos como altamente desiguales... Este
hecho es exactamente lo que enfatiza la teoría subjetiva del valor." (p. 24).

Y agrega, "finalmente... el concepto Clásico de valor sufre un cambio
fundamental. El valor no es una "sustancia" inherente a los bienes. El concepto
central... es la evaluación, un acto de la mente. El valor ahora consiste en una
relación que se da con una mente que evalúa." (p. 24).

Asimismo, Lachmann expresa que "la teoría Austriaca necesita de la dimensión
tiempo, puesto que la acción humana es posible tan sólo en él.... Para los
Austriacos su verdadero objeto de interés son las transacciones tomadas en el
curso del tiempo, pues la acción humana está orientada a formular planes y todos
los planes requieren de la dimensión tiempo." (p. p. 27-28).

Y, de acuerdo con Lachmann, "lo que era más importante para los Austriacos [más
que las fuerzas que existían en un mercado en un momento dado] era tomar en
cuenta la necesidad continua, en un mundo de cambio constante, de adaptar los
planes económicos a tales cambios. Esto porque en dicho mundo no era posible
lograr una condición de equilibrio general. Vemos así como los planes económicos
tienen un lugar central en la teoría Austriaca, en tanto que queda relegado el
nexo general del fenómeno de mercado." (p. 28).

La teoría del cálculo económico y la centralidad de los planes dio lugar a una
lógica de la elección que pragmáticamente involucraba el uso de fines y medios
[logic of choice], cuya formulación clara Lachmann se la adscribe a Ludwig von
Mises. Pero Hayek fue mucho más allá de la lógica pura de la elección, pues,
como dice Lachmann, "lo que importa aquí es, antes que nada, el estado del
conocimiento como la fuente de la acción humana y del proceso de cambio a través
del tiempo..." [El método para entender en Economía] "se justifica por el hecho
de que toda acción humana... se orienta a formular planes... son construcciones
lógicas inmanentes al curso de la acción. Un plan le sirve al agente económico
como una guía; uno se orienta por él. Así, las ciencias sociales pueden usar los
planes como un medio para interpretar [el sentido de la acción]." (p. 32)

Para Lachmann, lo que motiva la acción de los individuos es "una lógica del
éxito [en donde] sus categorías son los medios y los fines... en la vida
económica la mayoría de la gente lo que busca es el éxito. Luchar por tener
éxito como lo que da sentido a la acción humana es lo que garantiza la validez de
la lógica de la elección." (p. 32).

Finalmente destaca Lachmann que "ha tomado al plan económico que formula el
individuo como el prototipo del esquema de pensamiento que yace en la base de la
acción, principalmente a cuenta de la importancia central que tiene en la teoría
económica Austriaca. Esto no tiene un paralelo en el estudio del mundo físico"
Pero además de los datos naturales y la acción esperada o real de otras personas,
"hay ciertos esquemas supra-individuales de pensamiento, concretamente,
instituciones, a los cuales deben adaptarse los esquemas de pensamiento de primer
orden, los planes, y que sirven, por tanto y en cierto grado, para la
coordinación de los planes individuales." (p. 36).

El segundo ensayo que me interesó leer fue el de E. C. Pasour, Jr., "Costo y
Elección –El Punto de Vista Austriaco versus el Convencional", atraído sin duda
por mi amplio desconocimiento del tema así como del autor. Este artículo se
publicó originalmente en el Journal of Libertarian Studies, Vol. 2, No. 4, 1978.
Pasour es Profesor Emérito de Economía Agrícola en la Universidad del Estado de
Carolina del Norte, en Raleigh, Carolina del Norte.

Pasour empieza señalando que los "políticos y la mayoría de los economistas
(excepto los pertenecientes a la escuela Austriaca) han asumido que los costos
relevantes para las decisiones sobre producción pueden, en efecto, ser
definidos... [pero] los costos que influyen en la toma de decisiones son
inherentemente subjetivos y no están sujetos a una medición objetiva..." (p.
281).

Indica que "los economistas Austriacos (y virtualmente todos los demás) definen
al costo en términos del costo de oportunidad... [que] en cualquier decisión
representa el valor de las oportunidades dejadas de tomar como resultado de la
decisión que se llevó a cabo... enfatiza la relación entre el acto de escoger que
lleva a cabo quien toma decisiones y las oportunidades que se dejaron de lado...
Este costo, en tanto que influye en la elección, se basa en las expectativas de
quien toma las decisiones y las cuales no pueden ser descubiertas por alguna otra
persona... nadie es capaz de valorar con exactitud cuál es el valor de la
alternativa que se sacrificó por quien tomó la decisión. Así, tal como se
enfatiza y reconoce por los Austriacos, el costo de oportunidad de cualquier
actividad es algo inherentemente subjetivo... Aún cuando tanto los economistas
Austriacos como los convencionales aceptan la definición de costo en términos del
costo de oportunidad, tal cosa es consistente únicamente con el enfoque
subjetivista básico de los Austriacos." (p. p. 282-283).

Dice Pasour que "los teóricos neoclásicos convencionales asumen que los costos
son algo objetivo; esto es, que el costo de producción puede ser determinado por
observadores externos. En la teoría neoclásica típicamente se toma al precio de
mercado de los recursos usados en la producción como una estimación del costo de
oportunidad... Sin embargo, el proceso de planeación ex ante inevitablemente
involucra un juicio subjetivo de parte del empresario. Sumar los gastos de
producción es un procedimiento objetivo, pero no brinda el costo de producción
relevante que influye en el comportamiento del empresario." (p. 283). Tal como
expuso James Buchanan en su artículo "¿Es la Economía una Ciencia de la
Elección?", en Ibídem, ¿What Should Economists Do? (Indianapolis: Liberty Press, 1979) [y
originalmente en el libro editado por Erich Streissler, Roads to Freedom –Essays
in Honour of Friedrich A. von Hayek, (New York: Augustus M. Kelley, 1969], "por
su naturaleza, elegir no puede ser algo que es predeterminado y, a la vez,
permanecer siendo una elección." (p. 40 del libro de Buchanan arriba mencionado)

El profesor Pasour expone que "en la teoría económica neoclásica, se asume que
se conocen los costos y los ingresos... El enfoque subjetivista Austriaco, por
otra parte, enfatiza el hecho de que tales datos no podrían, en efecto, ser
asumidos como dados por parte de quien toma decisiones. En realidad, una de las
funciones claves del empresario es estimar los costos e ingresos probables cuando
escoge entre planes de producción o estrategias alternativas... es cierto que
algunos economistas, a quienes usualmente no se les identifica con la escuela
Austriaca, en el tema de costos están más con la tradición subjetivista Austriaca
que con la tradición objetivista convencional Neo-Marshalliana. James Buchanan y
Ronald Coase son buenos ejemplos de ello." (p. 285).

Y nos refiere a Coase, al señalar Pasour que "el costo para quien toma
decisiones involucra una evaluación ex ante de resultados futuros inciertos.
Puesto que el futuro es siempre algo incierto, la evaluación de los resultados
futuros variará de persona a persona y será influida por numerosos factores,
entre los cuales se incluye a la actitud que se tenga ante el riesgo. El
resultado es que el costo, en cuanto influye en la toma de decisiones, pierde su
contenido objetivo." (p. 285).

Pasour luego expone una serie de implicaciones de la diferencia entre la
subjetividad y la objetividad de los costos. Así, por ejemplo, en el campo de la
metodología dice que "el uso de estimaciones objetivas de costos no constituye un
problema en cuanto sean consideradas como datos para ser usados por el empresario
y no en cuanto a costos que influyen en las escogencias. Sin embargo, en la
teoría neoclásica surge un serio problema cuando para propósitos normativos se
utilizan estimaciones "objetivas" de costos hechas por observadores externos y se
asume que representan los costos apropiados para la toma de decisiones del
momento; es decir, para la teoría de la elección." (p. p. 289-290).

También dicha diferencia resulta útil en el contexto de la regulación económica,
pues mucha de ésta requiere la determinación de costos competitivos. Señala
Pasour que "en vista de los problema de medición, no debería constituir una
sorpresa que estudios económicos encuentren que el efecto de las comisiones
regulatorias sobre las tasas de rendimiento sea irrelevante [por ejemplo, los
hallazgos de George Stigler y Claire Friedland, "What Can Regulators Regulate?
The Case of Electricity," Journal of Law and Economics, Vol. 5, octubre de 1962]
y que "la naturaleza subjetiva de los costos también traiga los mismos problemas
para la agencias reguladoras encargadas de fijar los precios en función del
"interés público"." (p. p. 291-292).

Finalmente, esa diferencia conceptual es útil al valorar la eficiencia
económica. Por "eficiencia económica, definida significativamente, se entiende
que quien toma las decisiones no tiene una alternativa que sea preferida en el
momento en que se toma la decisión, dadas las circunstancias. Cuando se reconoce
la naturaleza subjetiva del costo, resulta claro que, para el observador externo
resulta imposible identificar cualquier acción o decisión como ineficiente o
irracional en términos de los costos y los beneficios experimentados por quien
toma las decisiones al momento de hacerlo." (p. 293).

Finalmente, como tercer artículo decidí releer una parte del libro de Friedrich
A. Hayek, Camino de Servidumbre (San José, Costa Rica: Universidad Autónoma de
Centro América, 1986), que en el libro que se comenta aparece en forma de
artículo y lleva por título "¿Por Qué los Peores Se Colocan a la Cabeza?". Es el
capítulo 10 del libro de Hayek arriba citado (que de paso tiene un breve prólogo
escrito por nuestro desparecido amigo Alberto Di Mare). No crean que decidí
volver a leerlo para tratar de entenderme a mí mismo y resolver algún problema
existencial, sino que únicamente concitó mi curiosidad cuando en las primeras
líneas Hayek cita la famosa expresión de Lord Acton: "Todo poder corrompe, y el
poder absoluto corrompe absolutamente". Con su relectura intento obtener
explicaciones para tantas cosas que hoy observo a mi alrededor, pero que también
se vivieron en el pasado y que tal vez, ojalá que no resulte así, se vivirán en
el futuro. Como ustedes bien saben, Hayek recibió el Premio Nóbel en Economía en
1974. Las páginas de referencia que se citan corresponde a la edición en español
arriba citada.

Desde el inicio, Hayek nos advierte acerca de la creencia de que "los rasgos más
repulsivos de los regímenes totalitarios se deben al accidente histórico de
haberlos establecido grupos de guardias negras y criminales," ante lo cual,
naturalmente, se pregunta si "¿es que el mismo tipo de sistema [totalitario], si
fuera necesario para lograr fines importantes, no podrían instaurarlo gentes
decentes, para bien de la comunidad general?" (p. p. 171-172). A esto responde:
"Hay fuertes razones para creer que los que nos parecen los rasgos peores de
los sistemas totalitarios existentes no son subproductos accidentales, sino
fenómenos que el totalitarismo tiene que producir por fuerza más temprano o más
tarde. De la misma manera que el gobernante democrático que se dispone a
planificar la vida económica tendrá pronto que enfrentarse con la alternativa de
asumir poderes dictatoriales o abandonar sus planes, así el dictador totalitario
pronto tendrá que elegir entre prescindir de la moral ordinaria o fracasar. Esta
es la razón de que los faltos de escrúpulos y los aventureros tengan más
probabilidades de éxito en una sociedad que tiende hacia el totalitarismo." (p.
172)

Señala Hayek que "aunque estemos dispuestos a pensar que, cuando la aspiración a
un sistema colectivista surge de elevados motivos morales, este sistema tiene que
ser la cuna de las más altas virtudes; la verdad es que no hay razón para que un
sistema realce necesariamente aquellas cualidades que sirven al propósito para el
que fue creado." (p. 173). Poco antes de que se instaure un sistema totalitario,
Hayek dice que es “ la demanda de acción resuelta y diligente por parte del
estado... el elemento dominante en la situación, y el disgusto por la lenta y
embarazosa marcha del procedimiento democrático convierte la acción por la acción
en objetivo. Entonces, el hombre o el partido que parece lo bastante fuerte y
resuelto para “hacer marchar las cosas” es quien ejerce la mayor atracción.” (p.
p. 173-174).

Hayek nos advierte que “hay tres razones principales para que semejante grupo,
numeroso y fuerte, con opiniones bastante homogéneas, no lo formen,
probablemente, los mejores, sino los peores elementos de cualquier sociedad... En
primer lugar, es probablemente cierto que, en general, cuanto más se eleva la
educación y la inteligencia de los individuos, más se diferencian sus opiniones y
sus gustos y menos probable es que lleguen a un acuerdo sobre una particular
jerarquía de valores. Corolario de esto es que, si deseamos un alto grado de
uniformidad y semejanza de puntos de vista, tenemos que descender a las regiones
de principios morales e intelectuales más bajos, donde prevalecen los más
primitivos y “comunes” instintos y gustos." (p. 175).

Continúa, "entra aquí el segundo principio negativo de selección: será capaz de
obtener el apoyo de todos los dóciles y crédulos, que no tienen firmes
convicciones propias, sino que están dispuestos a aceptar un sistema de valores
confeccionado si se machaca en sus orejas con suficiente fuerza y frecuencia” y
que “con el esfuerzo deliberado del demagogo hábil, entra el tercero y quizá más
importante elemento negativo de selección para la forja de un cuerpo de
seguidores estrechamente coherente y homogéneo. Parece casi una ley de la
naturaleza humana que le es más fácil a la gente ponerse de acuerdo sobre un
programa negativo, sobre el odio a un enemigo, sobre la envidia a los que viven
mejor, que sobre una tarea positiva. La contraposición del "nosotros" y el
"ellos", la lucha contra los ajenos al grupo, parece ser un ingrediente
esencial de todo credo que enlace sólidamente a un grupo para la acción común."
(p. 176).

Continúa Hayek: "Una de las contradicciones inherentes a la filosofía
colectivista está en que, como descansa en la moral social humanitaria que el
individualismo ha desarrollado, sólo puede practicarse dentro de un grupo
relativamente pequeño... Si la "comunidad" o el estado son antes que el
individuo; si tienen fines propios, independientes y superiores a los
individuales, sólo aquellos individuos que laboran para dichos fines pueden ser
considerados como miembros de la comunidad... varios factores contribuyen a
reforzar la tendencia del colectivismo a hacerse particularista y cerrado. De
éstos, uno de los más importantes radica en que, como la aspiración del individuo
a identificarse con un grupo es muy frecuentemente el resultado de un sentimiento
de inferioridad, su aspiración sólo podrá satisfacerse si la condición de miembro
del grupo le confiere alguna superioridad sobre los extraños... Cuando actúan en
nombre de un grupo, las gentes parecen liberadas de muchas de las restricciones
morales que dominan su conducta como individuos dentro de un grupo." (p. p.
178-180).

De acuerdo con Hayek, "mientras a los grandes escritores políticos
individualistas del siglo XIX, a Lord Acton o a Jacob Burckhardt, y hasta a los
socialistas contemporáneos nuestros que, como Bertrand Russell, han heredado la
tradición liberal, el poder en sí les ha parecido siempre el archidiablo, para el
colectivista puro es por sí mismo una meta... Es, más aún, el resultado de la
necesidad en que se ven los colectivistas, para alcanzar su meta, de crear un
poder –el poder de unos hombres sobre otros hombres- de magnitud jamás antes
conocida, y la consecuencia de que su éxito depende de la medida en que logren
ese poder." (p. p. 181-182).

Para Hayek, "de los dos rasgos centrales de todo sistema colectivista, la
necesidad de un conjunto de fines comúnmente aceptados por el grupo y el supremo
deseo de dar al grupo el poder máximo para alcanzar estos fines, surge un sistema
de moral social definido... es el de privar a la conciencia individual de toda
libertad para aplicar sus propias normas y ni siquiera dar una normas generales
que se obliga o se permite al individuo observar en todas las circunstancias...
El principio de que el fin justifica los medios se considera en la ética
individualista como la negación de toda moral social. En la ética colectivista se
convierte necesariamente en la norma suprema; no hay, literalmente, nada que el
colectivista consecuente no tenga que estar dispuesto a hacer si sirve "al bien
del conjunto", porque el "bien del conjunto" es el único criterio para él, de lo
que debe hacerse." (p. p. 183-184).

De acuerdo con Hayek, "mientras la masa de los ciudadanos del estado totalitario
muestra a menudo devoción altruista hacia un ideal, aunque sea uno que nos
repugne, la cual les hace aprobar e incluso realizar tales actos, no puede
decirse lo mismo en defensa de quienes dirigen su política. Para ser un elemento
útil en la conducción de un estado totalitario no basta que un hombre esté
dispuesto a aceptar especiosas justificaciones para viles hazañas; tiene que
estar activamente dispuesto a romper con toda norma moral que alguna vez haya
conocido, si se considerase necesario para el logro del fin que se le ha
encomendado... No deben tener ideales propios a cuya realización aspiren, ni
ideas acerca del bien o del mal que puedan interferir con las intenciones del
líder... Los únicos gustos que se satisfacen son el del poder como tal, el placer
de ser obedecido y el de formar parte de una máquina eficaz e inmensamente
poderosa a la cual todo tiene que dejar paso." (p. p. 188-189).

Y termina Hayek, "por consiguiente, así como hay poco que pueda inducir a los
hombres que son justos, según nuestros criterios, a pretender posiciones
directivas en la máquina totalitaria, y mucho para apartarlos, habrá especiales
oportunidades para los brutales y los faltos de escrúpulos. Habrá tareas que
cumplir cuya maldad, vistas en sí, nadie pondrá en duda, pero que tienen que
llevarse a cabo en servicio de algún fin superior y han de ejecutarse con la
misma destreza y eficiencia que cualquier otra. Y como habrá necesidad de actos
intrínsecamente malos, que todos los influidos por la moral tradicional se
resistirán a tomar sobre sí, la disposición para realizar actos perversos se
convierte en un camino para el ascenso y el poder." (p. p. 189).

Una vez más les recuerdo que si desean leer este libro bajo comentario, así como
cualquiera de los cerca de diez libros del mes que previamente he comentado en
palestra, pues ya saben como pueden obtenerlo por mi medio. Y que pasen una
Feliz Navidad y un 2003 pleno de satisfacciones.

Jorge Corrales Quesada

Elisa
25/06/2012, 16:13
2002-03-03 LIBRO DEL MES DE MARZO

No se si ustedes se han dado cuenta de que, en la página 2 del periódico La
República, todos los días se entrevista a personas consideradas exitosas y que
dos de las preguntas que se les formulan son: (1) que diga cual es su libro
favorito y (2) que indique cual fue el último libro que leyó. Siempre nombran
las obras que han leído. Eso me llena de optimismo, pues muestra que en esta
sociedad las personas leen. Es por ello que vuelvo a invitar a los apreciados
miembros de palestra, para que envíen comentarios o resúmenes de los libros de
interés que hayan leído recientemente, pues llegar a conocer de ellos nos podría
beneficiar a todos.

El libro del mes de marzo es The Elgar Companion to Austrian Economics, editado
por Peter J. Boettke (Edward Elgar: Cheltenham, Inglaterra, 1994), el cual
presenta una colección de 87 ensayos escritos por lo más graneado de pensadores a
quienes, con los problemas obvios que tiene una clasificación de esta índole, se
les puede considerar como integrantes actuales de la llamada escuela de economía
austriaca.

Dado que uno de los objetivos que intento lograr con estos "libros del mes" es
que sirva como fuente bibliográfica para los integrantes de palestra, a pesar de
que esta publicación contiene numerosos ensayos, les presento una lista de ellos
y sus autores, por si a algún miembro de palestra le interesa la lectura
particular de alguno. Además, reflejando mis preferencias, expondré (traduciré)
brevemente las principales ideas contenidas en 10 de esos ensayos; uno por cada
sección del libro bajo comentario.

Los artículos contenidos en el libro (traduzco sus títulos) y sus
correspondiente autores son los siguientes:

1.- Introducción, por Peter Boettke, de la Universidad George Mason, Washington,
D.C.

PARTE I: METODOLOGÍA Y CONCEPTOS TEORICOS DE LA ECONOMIA AUSTRIACA

A.- PRINCIPIOS METODOLOGICOS

2.- El Individualismo Metodológico, por Gregory B. Christainsen, de la
Universidad del Estado de California en Hayward, California.
3.- El Subjetivismo, por Steven Horwitz, de la Universidad Saint Lawrence,
Canton, Nueva York.
4.- El Mercado Visto como un Proceso, por Sanford Ikeda, de la Universidad del
Estado de Nueva York en Purchase, Nueva York.

B.- FUNDAMENTOS FILOSOFICOS

5.- El Aristotelismo, el Apriorismo, el Esencialismo, por Barry Smith, de la
Universidad del Estado de Nueva York en Buffalo, Nueva York.
6.- La Fenomenología y la Economía, por G. B. Madison, de la Universidad
McMaster, Hamilton, Canadá.
7.- El Formalismo en la Economía del Siglo Veinte, por Arjo Klamer, de la
Universidad Erasmus, Rotterdam, Holanda.
8.- La Revolución Interpretativa, por Don Lavoie, de la Universidad George
Mason, Washington, D.C.
9.- La Causalidad y la Causalidad Genética en la Teoría Económica, por Robin
Cowan, de la Universidad de Western Ontario, London, Canadá.
10.- La Metodología de los Tipos Ideales en Economía, por Roger G. Koppl, de la
Universidad Fairleigh Dickinson, Madison, Nueva Jersey.
11.- La Praxeología, por David L. Prychitko, anteriormente de la Universidad del
Estado de Nueva York en Oswego, Nueva York.

C.- CONCEPTOS Y PRINCIPIOS DE LA TEORÍA ECONOMICA

12.- La Utilidad Marginal, por Jack High, anteriormente de la Universidad de
Harvard, Boston, Massachussets.
13.- Los Costos, por Mario J. Rizzo, de la Universidad de Nueva York, Nueva
York.
14.- La Competencia, por Mark Addleson, de la Universidad George Mason,
Washington, D.C.
15.- El Empresariado, por Israel M. Kirzner, de la Universidad de Nueva York,
Nueva York.
16.- El Tiempo en Economía, por Mario J. Rizzo, autor del libro "The Economics
of Time and Ignorance", Routledge. 1996.
17.- El Riesgo y la Incertidumbre, por Richard Langlois, Universidad de
Connecticut en Storrs, Connecticut.
18.- La Productividad Marginal, por Walter Block, Universidad de Loyola, Nueva
Orleans, Louisiana.
19.- La Eficiencia, por Roy E. Cordato, Universidad Campbell, Carolina del
Norte.
20.- La Oferta y la Demanda, por Paul Heyne, Universidad de Washington, Seattle,
Washington.
21.- Las Pérdidas y las Ganancias, por Charles W. Baird, Universidad del Estado
de California en Hayward, California.
22.- La Teoría Austriaca del Precio, por Jack High, Universidad George Mason,
Washington, D.C.
23.- La Rivalidad Diferente a la de Precios, por W. Duncan Reekie, Universidad
de Witwatersrand, Johannesburgo, Africa del Sur.
24.- La Economía de la Información, por P.D.F. Strydom, Sankorp Ltd, Standton,
Africa del Sur.
25.- Los Precios y el Conocimiento, por Esteban F. Thomsen, Techint, Buenos
Aires, Argentina.
26.- Los Límites de la Firma, por Richard Langlois, autor junto con Paul L
Robertson del libro "Empresas, Mercados y Cambio Económico", Barcelona; Proyecto
A Ediciones, 2000.
27.- El Teorema de Coase, por Donald J. Boudreaux, anteriormente de la
Universidad Clemson, Carolina del Sur.
28.- Los Sistemas que se Organizan por Sí Mismos, por Friedrich Hinterberger,
Universidad Justus Liebig, Gossen, Alemania.
29.- Las Explicaciones de la "Mano Invisible", por Roger G. Koppl, autor del
libro "Big Players and the Economic Theory of Expectations", Palgrave Macmillan,
New York, 2002.
30.- El Orden Espontáneo, por Ulrich Fehl, Universidad Philipps, Marburg,
Alemania.

PARTE II: CAMPOS DE INVESTIGACION

31.- La Teoría del Capital, por Peter Lewin, Universidad de Dallas, Irving,
Texas.
32.- La Teoría Austriaca del Ciclo de los Negocios, por Robert J. Batemarco,
Marymount College, Tarrytown, Nueva York.
33.- Los Sistemas Económicos Comparados, por David L. Prychitko, Universidad de
Northern Michigan, Marquette, Michigan.
34.- La Economía de las Finanzas, por Mark Skousen, Rollins College, Winter
Park, Florida.
35.- La Organización Industrial, por Jerome Ellig, Universidad George Mason,
Washington D.C.
36.- La Teoría Monetaria Internacional, por Joseph T. Salerno, Universidad Pace,
Nueva York.
37.- La Economía del Trabajo, por Don Bellante, Universidad de South Florida,
Tampa, Florida.
38.- El Derecho y la Economía, por Donald J. Boudreaux, Universidad George
Mason, Washington D.C.
39.- La Filosofía del Derecho, por Bruce L. Benson, Universidad del Estado de
Florida, Tallahassee, Florida.
40.- La Teoría de los Bienes Públicos, por Anthony de Jasay, académico
independiente, Palvel, Francia.
41.- La Economía de la Elección Pública, por Charles K. Rowley, Universidad
George Mason, Washington D.C.
42.- La Teoría Económica de la Regulación, por Gary M. Anderson, Universidad del
Estado de California en Northridge, California.
43.- La Economía de los Recursos Naturales, por Charles N. Steele, Universidad
de Nueva York, Nueva York.
44.- La Economía Austriaca del Bienestar, por Tyler Cowen, Universidad George
Mason, Washington, D.C.

PARTE III: ECONOMIA APLICADA Y POLITICA PUBLICA

A.- FILOSOFIA POLITICA

45.- El Valor-Libertad, por Israel M. Kirzner, autor del libro "Discovery and
the Capitalist Process", Chicago: The University of Chicago Press, 1985.
46.- El Liberalismo Clásico y la Escuela Austriaca, por Ralph Raico, Universidad
del Estado de Nueva York en Buffalo, Nueva York.
47.- El Utilitarismo por Leland B. Yeager, Universidad de Auburn, Auburn,
Alabama.
48.- La Teoría del Contrato Social por Viktor Vanberg, Universidad George Mason,
Washington, D.C.

B.- ANÁLISIS ECONOMICO DE LA POLITICA PUBLICA

49.- El Intervencionismo, por Sanford Ikeda, autor del libro "Dynamics of the
Mixed Economy", New York: Routledge, 1997.
50.- La Economía Política del Control de Precios, por E.C. Pasour, Universidad
del Estado de Carolina del Norte, Raleigh, Carolina del Norte.
51.- La Economía de la Prohibición, por Mark Thornton, Universidad de Auburn,
Auburn, Alabama.
52.- La Economía del Género y de la Raza, por Deborah Walker, Universidad de
Loyola, Nueva Orleans, Lousiana.
53.- La Curva de Phillips, por Don Bellante, anteriormente en la Universidad de
Auburn, Auburn, Alabama.
54.- Los Impuestos, por Roy Cordato, autor del libro "Welfare Economics and
Externalities in an Open Ended Universe", New York: Kluwer Academic Publishers,
1992.
55.- La Organización Industrial y la Escuela Austriaca, por Thomas J. DiLorenzo,
Universidad de Loyola, Baltimore, Maryland.
56.- La Publicidad, por Robert Hébert, Universidad de Auburn, Auburn, Alabama.
57.- Las Fusiones y el Mercado del Control Corporativo, por Peter G. Klein,
Universidad de California en Berkeley, California.
58.- La Inflación, por Steven Horwitz, autor del libro "Microfoundations and
Macroeconomics: An Austrian Perspective", New York: Routledge, 2000.
59.- La Banca Libre, por Kevin Dowd, Universidad Sheffield Hallam, Inglaterra.
60.- La Historia de la Banca Libre, por Kurt Schuler, académico independiente,
Arlington, Virginia.
61.- La Regulación Financiera, por Randall S. Kroszner, Universidad de Chicago,
Chicago, Illinois.
62.- El Ciclo Político de los Negocios, por Richard E. Wagner, Universidad
George Mason, Washington, D.C.
63.- La Gran Depresión, por Mark Skousen, autor del libro "Structure of
Production", New York: New York University Press, 1990.
64.- El Colapso del Comunismo y la Reforma Post-Comunista, por James A. Dorn,
Universidad Estatal Towson, Baltimore, Maryland.
65.- La Privatización, por Zenon Zygmont, Reed College, Portland, Oregon.

PARTE IV: HISTORIA DEL PENSAMIENTO Y ESCUELAS Y ENFOQUES ALTERNATIVOS

A.- LOS DEBATES CLASICOS

66.- El Methodenstreit, por Samuel Bostaph, Universidad de Dallas, Irving,
Texas.
67.- El Debate entre Böhm-Bawerk y Hilferding, por Peter Rosner, Universidad de
Viena, Austria.
68.- El Debate Macroeconómico entre Hayek y Keynes, por William N. Butos,
Trinity College, Hartford, Connecticut.
69.- El Debate acerca del Cálculo en el Socialismo, por Karen I. Vaughn,
Universidad George Mason, Washington, D.C.

B.- PRECURSORES Y ALTERNATIVAS

70.- Los Ultimos Escolásticos, por Alejandro A. Chafuén, Fundación Atlas para la
Investigación Económica, Fairfax, Virginia.
71.- Los Predecesores Alemanes de la Escuela Austriaca, por Eric W. Streissler,
Universidad de Viena, Austria.
72..- La Teoría Alemana del Mercado como Proceso, por Wolfgang Kerber, Instituto
Walter Eucken, Freiburg, Alemania.
73.- La Escuela de Friburgo acerca del Derecho y la Economía, por M.E. Streit,
Instituto Max Planck para la Investigación de los Sistemas Económicos, Jena.
Alemania.
74.- Los Marxismos y los Mercados como Procesos, por David L. Prychitko, autor
del libro "Marxism and Workers' Self Management", Westport, Connecticut:
Greenwood Publishing Group, 1991.
75.- La Macroeconomía Pre-Keynesiana, por Leland B. Yeager, autor del libro "The
Fluttering Veil: Essays on Monetary Disequilibrium", Indianapolis, Indiana:
Liberty Fund Inc., 1997.
76.- La Escuela de Economía Austriaca y el (Viejo) Institucionalismo
Estadounidense, por Malcolm Rutherford, Universidad de Victoria, Canadá.
77.- La "Nueva" Economía Institucional, por Richard Langlois, editor, junto con
Tony Fu-Lai Yu y Paul L. Robertson, del libro "Alternative Theories of the Firm",
Cheltenham, Inglaterra: Edward Elgar, en prensa, 2003.
78.- La Economía Evolucionaria, por Ulrich Witt, Universidad Albert-Ludwigs,
Freiburg, Alemania.
79.- Los ¿Modelos Austriacos? Posibilidades de la Computación Evolucionaria, por
Don Lavoie, coautor, con Emily Chamlee-Wright, del libro "Culture and Enterprise:
The Development, Representation, and Morality of Business", New York:: Routledge,
2000.
80.- Las Instituciones Sociales y La Teoría de Juegos, por Andrew Schotter,
Universidad del Estado de Nueva York, Nueva York.
81.- El Monetarismo, por John B. Egger, Universidad Estatal Towson, Baltimore,
Maryland.
82.- La Economía del Lado de la Oferta, por Roy E. Cordato, coautor, con Sheldon
L. Richman, de "Tax Rate vs Tax Base: A Public Choice Perspective on the
Consequences for the Growth of Government," Journal of Libertarian Studies, VIII,
1, 1986.
83.- La Nueva Economía Clásica, por Kevin D. Hoover, Universidad de California
en Davis, California.
84.- La Nueva Economía Keynesiana, por Sean Keenan, Universidad del Estado de
Nueva York, Nueva York.
85.- Los Nuevos Ricardianos, por Fiona C. Maclachlan, Manhattan College,
Riverdale, Nueva York.
86.- La Nueva Economía Monetaria, por Tyler Cowen y Randall S. Kroszner, el
primero autor del libro "In Praise of Commercial Culture", Cambridge,
Massachussets: Harvard University Press, 1998 y el segundo, coautor con Tyler
Cowen, del libro "Explorations in the New Monetary Economics", Cambridge: Basil
Blackwell, 1994.


PARTE V: CONCLUSION

87.- Los Caminos Futuros Alternativos para la Economía Austriaca, por Peter J.
Boettke, autor del libro "Calculation and Coordination: Essays on Socialism and
Transitional Political Economy", New York: Routledge, 2001.


A continuación se presentan breves resúmenes de las principales ideas que se
presentan en diez artículos.


1.- INTRODUCCIÓN, por Peter Boettke.

En su opinión "la escuela de Economía austriaca no es monolítica. Hay varias
tendencias o sub-culturas dentro de la escuela austriaca contemporánea. Están,
por ejemplo, quienes piensan que la economía austriaca es una rama de la escuela
neoclásica, que es la corriente principal en Economía; están quienes ven a la
escuela como representante de una alternativa radical a la corriente principal; y
están aquellos quienes principalmente ven la escuela como formando parte de un
programa más amplio de teoría social. Es más, esta divergencia de opinión no es
un fenómeno reciente. La tensión entre diferentes interpretaciones de la escuela
austriaca puede sentirse a través de su historia... [si bien] persistió algo
radicalmente diferente acerca de la escuela austriaca de economía: (1) no fue
matemática, (2) a menudo fue filosófica, (3) la naturaleza dinámica de la
actividad económica estuvo en el centro de la escena, y (4) lidió con temas
sociales y políticos que estaban más allá de la producción e intercambio del
mercado."

Prosigue Boettke: "Continúan los debates entre y dentro de las diversas
facciones acerca de temas fundamentales, como la extensión del subjetivismo, el
uso de modelos de equilibrio, la naturaleza de la elección humana, los
fundamentos metodológicos de las ciencias humanas, el papel de la teoría política
y la relación de los argumentos éticos con la ciencia económica."

Continúa: "En esta tradición “del enfoque austriaco”, la tarea de la Economía es
dual; primero, el economista debe hacer inteligible el fenómeno económico en
términos de la acción humana como propósito; segundo, el economista debe trazar
las consecuencias no previstas de esas acciones. Para lograr tales objetivos,
los austriacos creen que es necesario aferrarse a tres principios metodológicos
básicos: (1) el individualismo metodológico, (2) el subjetivismo metodológico, y
(3) la atención teórica deberá descansar en procesos, más que en estados de
equilibrio."


2. EL MERCADO VISTO COMO UN PROCESO, por Sanford Ikeda.

En opinión de Ikeda, "el mayor desafío para alguien entrenado en la economía
neoclásica estándar e interesado en descubrir el sentido de la teoría austriaca
del mercado visto como un proceso, es reconocer la existencia de una "ignorancia
radical". Ser ignorante radicalmente difiere de ser ignorante por elección, o
"racionalmente ignorante", porque la primera refleja el profundo
desconocimiento de un actor acerca de algún aspecto del mundo que es relevante
cuando se escoge."

Agrega que "...los intercambios en el mercado pueden no llevarse a cabo debido a
los altos costos de información, o porque los actores no se dan cuenta a plenitud
de la existencia de una doble coincidencia de deseos, independientemente de si
los costos de información son bajos o inexistentes... En el contexto del proceso
de mercado, el "empresariado" consiste, en esencia, en estar alerta a casos en
que, debido a la presencia de la ignorancia radical, los recursos son
sobrevaluados o subvaluados con respecto a usos alternativos... la función social
del empresariado, su carácter normativo, involucra el descubrimiento de
inconsistencias y errores, con respecto a las preferencias subyacentes de los
actores en el mercado, generados por la ignorancia radical."

Continúa: "También impulsando al proceso de revelar errores está un incremento
por parte de los actores en darse cuenta de la posibilidad de ganancias, quienes
tienden a proseguir un descubrimiento empresarial en una línea de actividad, lo
cual promueve un proceso de búsqueda de ganancias espontáneo y caracterizado por
la rivalidad... En resumen, el "proceso de mercado" es un orden espontáneo
sostenido por un marco institucional en el cual predominan el libre intercambio y
la propiedad privada, y que emerge de los propósitos esencialmente independientes
de los actores individuales, quienes efectúan planes a la luz de la ignorancia
parcial y del cambio no anticipado."

Ikeda señala que "los criterios basados en el equilibrio, necesariamente tienen
que ver principalmente con estados finales [end states], en donde todos los
ajustes que llevan al equilibrio han tomado su lugar y ha cesado la actividad
empresarial. En contraste, el criterio normativo basado en un proceso, tendría
que ver menos con el grado en el cual las condiciones actuales del mercado se
desvían de un estado final ideal, y se enfoca más bien a si existen condiciones
en el mercado... que facilitan el descubrimiento de errores basados en el
mercado."

Posteriormente expone que "en el modelo del mercado como proceso... la
competencia y el monopolio no son opuestos polares, tal como lo indica la teoría
neoclásica. En vez de ello, ambos coexisten... ambos son fenómenos de no
equilibrio y no son sintetizados en una construcción de equilibrio híbrida... el
monopolio en una línea de producción única puede reducir en cierto grado la
competencia en la totalidad del sistema... pero, por otra parte, puede estimular
la competencia, al proteger las ganancias durante el tiempo suficiente para
asegurar utilidades a los innovadores, de manera que, en el neto, tales
monopolios protegen al proceso de mercado."

Y concluye en que, "para resumir nuestra discusión acerca del carácter del
mercado visto como un proceso, contrastemos sus características más importantes
en comparación con aquéllas de un mercado en equilibrio. Un mercado en
equilibrio posee, cualesquiera sea su estructura, las siguientes propiedades:

1. Hay una coordinación completa (expectativas que se refuerzan mutuamente)
entre los planes de los agentes individuales, en donde estos planes son también
consistentes con las preferencias subyacentes, la tecnología y los recursos.
2. el comportamiento es "racional", en el sentido de que, céteris páribus, dada
toda la información relevante, los agentes maximizan la utilidad, escogiendo los
medios de menor costo para satisfacer sus preferencias dadas.
3. Todo cambio es predecible, eliminando la posibilidad de errores genuinos, de
arrepentimientos y de sorpresas.
4. Las pérdidas o ganancias económicas, siendo inconsistentes con el equilibrio,
son inexistentes o están en proceso de desaparición.
5. Prevalecen los precios de equilibrio, asegurando la consistencia de los
planes entre individuos y con los datos subyacentes.
6. Dados los costos de transacción, el mercado asigna los recursos hacia sus
usos más valorados.

Los rasgos contrastantes del mercado visto como un proceso, son los siguientes:

1. Los planes de por lo menos algunos actores están en conflicto y son
inconsistentes con los datos subyacentes, aun cuando la coordinación parcial
preserva un cierto grado de coherencia en el mercado.
2. La acción "tiene un propósito", en donde los actores buscan mejorar su
percepción del estado del mundo, aunque conocen algo menos que la totalidad de
medios disponibles para hacerlo.
3. Siendo incompleto su conocimiento de los datos relevantes, los actores
experimentan el error, el cambio impredecible, el arrepentimiento y la sorpresa.
4. Son esenciales las pérdidas y ganancias económicas, persistentes y
recurrentes.
5. Existen precios que no son de equilibrio, que reflejan la descoordinación,
pero señalan oportunidades para un plan de ajuste que da lugar a ganancias.
6. La presencia del error ocasiona una asignación ineficiente de recursos, que
el mercado tiende a corregir."


3. LA CAUSALIDAD Y LA CAUSALIDAD GENÉTICA EN LA TEORÍA ECONÓMICA, por Robin
Cowan.

El expone que "En contraste con el método del equilibrio, el enfoque de
causalidad genética ve la causalidad en Economía desde dos puntos de vista: en
cuanto se relaciona con la toma de decisiones del individuo y en cuanto se
relaciona con el proceso del mercado. El primero se refiere a la causa de una
decisión o acción particular, en tanto que la última trata de la secuencia de
decisiones que dan lugar a los resultados generales en el mercado... El análisis
de causalidad genética de la toma de decisiones individuales enfatiza el papel de
los motivos y de los deseos como causa de la acción humana... El análisis
clásico de la competencia se centró en una visión de causalidad genética del
proceso de mercado, debido a que su concepción de competencia era una de un
comportamiento basado en la rivalidad, en vez de un tipo particular de
equilibrio... El inicio del alejamiento del análisis de causalidad puede
observarse en Cournot y en Ricardo, quienes dejaron de lado los efectos
inmediatos de los cambios en la economía y se concentraron en los resultados
finales del proceso competitivo."

Posteriormente señala que Hayek "vio que el tema central era mostrar como un
estado de equilibrio es, o puede ser, obtenido a partir de un proceso de
desequilibrio. El enfoque de Hayek a este problema descansaba mucho en la
tradición de causalidad genética. El vio al mercado como un proceso de
adquisición y de transmisión del conocimiento. Desde este punto de vista, el
equilibrio se define en términos de las creencias de los agentes, en el sentido
de que se logra cuando los planes de los agentes sean mutuamente compatibles.
Cuando todos los agentes pueden llevar a cabo sus planes, no hay razón para que
la gente revise sus creencias acerca del mundo... y se llega a un estado de
equilibrio [steady state]. Pero, cuando algunos planes se frustran, debe haber
agentes cuyas predicciones fueron incorrectas y que, por tanto, revisarán sus
creencias... y subsecuentemente sus planes. De esta manera, el proceso de
causalidad en el mercado consiste en la adquisición y diseminación del
conocimiento: los agentes aprenden tanto acerca del mundo externo objetivo como
de lo que otros agentes planean hacer y, por medio de sus acciones, comunican
este conocimiento a otros agentes. Estos cambios en las creencias continúan
hasta que todos los planes sean compatibles; esto es, hasta que exista una
compatibilidad subyacente o equilibrio de creencias."


4. EL TIEMPO EN ECONOMÍA, por Mario J. Rizzo.

Para este autor, "la concepción dinámica del tiempo; esto es, la percepción
subjetiva del paso del tiempo, es hoy en día... exclusivamente austriaca... el
proceso de planificación toma lugar en el tiempo al vivirse (la visión dinámica
del tiempo) en tanto que los contenidos del plan en sí mismos son distribuidos en
el tiempo espacializado e intelectualizado (la visión estática del tiempo)."

"La concepción dinámica del tiempo fue formulada, en la era moderna, por las
tradiciones filosóficas que surgieron de los trabajos de Henri Bergson y de
Edmund Husserl... la concepción dinámica del tiempo es un producto resultante del
enfoque austriaco tradicional en el plan, como centro del análisis económico...
el tiempo dinámico o Bergsoniano involucra el crecimiento del conocimiento cuando
los individuos hacen planes o los revisan. Al experimentar el tiempo, es tiempo
como aprendizaje de la experiencia o, puesto de otra manera, la experiencia
temporal "es" un aprendizaje... La distinción crucial entre las concepciones
estática y dinámica del tiempo yace en la memoria y la anticipación. El universo
estático de la mecánica Newtoniana es uno, ya sea sin memoria o sin anticipación
Cada momento es aislado de su predecesor o de su sucesor, de la misma forma en
que los puntos en una línea están radicalmente separados el uno del otro... El
tiempo al vivirse, el tiempo al experimentarse, está intrínsecamente ligado a la
memoria del pasado y a la anticipación del futuro."

Prosigue Rizzo, "Paradójicamente, es la misma continuidad en el tiempo bajo la
perspectiva Bergsoniana, la que es responsable de la producción continua de
novedades. El paso del tiempo es un flujo de experiencias nuevas en cuanto a que
el presente "es distinto del pasado" o, más precisamente, diferente de la memoria
que se tiene de él... Estas novedades se deben fundamentalmente a los cambios,
algunas veces sutiles, del punto de vista individual, al crecer su conocimiento
mediante la ampliación de la memoria... en tanto que la novedad es una
característica inevitable del tiempo vivido (tiempo real, tiempo Bergsoniano), la
significación práctica de esa novedad varía con las circunstancias. En
principio, sin embargo, cambio y novedad son las normas..."

Concluye Rizzo: "la atención que se pone al proceso de planificación es una
resultante natural del interés austriaco sobre el desequilibrio y, por tanto, con
la revisión de los planes. El proceso de revisar los planes, así como el de
hacerlos desde un inicio, toma lugar en el tiempo, al vivirse éste... Nadie duda
que el subjetivismo ha sido un elemento crítico en el desarrollo de la economía
austriaca... cuando se le aplica al tiempo, produce "conciencia del tiempo". La
conciencia del tiempo implica una diferenciación entre el pasado, el presente y
el futuro. Y no puede existir tal diferenciación sin que haya novedades. ¿Qué
nos permitiría distinguir, en un mundo temporal "homogéneo", un período de tiempo
de otro? Claramente, nada. Sin embargo, la novedad puede existir tan sólo si se
hace referencia a un pasado diferenciado -a un pasado que existe en la memoria.
Así, la conciencia del tiempo implica tanto novedad como continuidad dinámica.
Estos dos pilares de la concepción dinámica del tiempo -la concepción de Bergson-
son derivados del subjetivismo que por mucho tiempo ha sostenido la escuela
austriaca."


5. LA ECONOMÍA AUSTRIACA DEL BIENESTAR, por Tyler Cowen.

Cowen señala que "en la economía neoclásica, la economía del bienestar se
sustenta en la teoría del óptimo Paretiano y en la aplicación práctica del
análisis de costo-beneficio... El punto de vista austriaco que se ha desarrollado
se basa, en diferentes grados, en los principios subyacentes del subjetivismo,
del individualismo metodológico y en la visión del mercado como un proceso
dinámico."

"La economía del bienestar Paretiana ha resuelto el problema del Wertfreiheit
(ausencia de juicios de valor) aceptando ciertos supuesto éticos subyacentes...
[en tanto] que los economistas austriacos se han enfocado en los temas
fundamentales que involucran una relación entre ética y economía... [con ello]
han anticipado la reciente revolución Post-Paretiana en la economía del bienestar
(Amartya Sen, el nuevo cardinalismo, etcétera). Sin embargo, no han tratado
explícitamente la mayoría de temas que se debaten en la literatura
Post-Paretiana."

Señala Cowen que "los austriacos han criticado a la teoría Paretiana por su
marco de medios y fines dados... En contrate, los austriacos enfatizan la
innovación y el descubrimiento de posibilidades previamente desconocidas, en vez
de las técnicas de optimización matemática.

El análisis de costo-beneficio también ha estado sujeto a mucha de la crítica
austriaca. Por su misma naturaleza, el análisis de costo-beneficio debe sumar
magnitudes monetarias y agregar individuos diferentes. Numerosos austriacos han
discutido que este procedimiento viola al individualismo metodológico, además de
que asume que los costos relevantes son medidos objetivamente... Muchos ensayos
de austriacos acerca de la economía del bienestar enfatizan la naturaleza cargada
de juicios de valor que están en los juicios de eficiencia o de política
pública."

Concluye Cowan que, en el análisis de la economía del bienestar, hay desorden en
el campo austriaco y que "los enfoques austriacos vigentes comparten cierta
insatisfacción común con la economía del bienestar Paretiana, pero que no ha
habido acuerdo acerca de una alternativa que sea operacional y aún hasta
coherente. Es posible que los enfoques austriacos continúen siendo
caracterizados por su escepticismo acerca de las prácticas neoclásicas, más que
por la construcción de un conjunto de métodos alternativos para el economista
normativo. Si esto constituye una fortaleza o una debilidad de los enfoques
austriacos actuales, probablemente dependerá del punto de visto propio que se
tenga acerca de la relación entre la ética y la economía."


6. EL LIBERALISMO CLÁSICO Y LA ESCUELA AUSTRIACA, por Ralph Raico.

Raico señala que "la base teórica del liberalismo clásico... es la concepción de
que la sociedad civil esencialmente se autorregula cuando sus miembros son libres
de actuar dentro de los muy amplios límites de sus derechos individuales. Entre
estos, el derecho a la propiedad privada, incluyendo la libertad de contrato y la
libre disposición del propio trabajo que uno realiza, disfruta de una elevada
prioridad. Históricamente, el liberalismo ha desplegado una hostilidad a la
acción del estado, por lo cual busca reducirlo al mínimo."

En cuanto a la relación de la escuela austriaca con el liberalismo, Raico señala
que "su neutralidad en lo que tiene que ver con los valores y, por tanto, con las
ideologías, puede ser aceptada en el sentido formal de que no hay doctrinas
austriacas que den lugar a posiciones liberales, sin que haya una interposición
de juicios de valor particulares. Sin embargo, tanto oponentes como partidarios
de la escuela austriaca han reconocido las múltiples conexiones que hay entre la
escuela austriaca y el liberalismo. Estos ligámenes existen en los campos de la
metodología, de la teoría económica... y en el desarrollo histórico de la
escuela."

En cuanto al área de la metodología, señala Raico que "el individualismo
metodológico ha sido un pilar de la economía austriaca... implica la eliminación
de sistemas holísticos que tratan a entidades tales como raza, nación o clase
como si fueran primarios que no pueden ser objeto de una reducción (una de las
razones de la oposición al pensamiento austriaco provenientes de la derecha y de
la izquierda). Así... este procedimiento tiene el efecto de excluir algunas
ideologías importantes como incompatibles con el liberalismo, tales como el
Marxismo clásico y variedades de racismos e hipernacionalismos..."

Continúa exponiendo: "Algunos escritores marxistas han criticado a la
metodología austriaca por supuestamente atrofiar el entendimiento de la realidad
social, al concentrarse en la sicología de individuos aislados, atomísticos, y
con ello desviar la atención lejos de preguntas cruciales de "economía política"
que han sido el centro de atención de la economía clásica (incluyendo al
marxismo). Sin embargo, el enfoque de abstracción austriaca tiene que ver
–necesariamente- con su teoría. Es cierto que la mayoría de los austriacos se
han negado a "aplicar" su teoría para resolver historias concretas, "de la vida
real", pero esta omisión no es intrínseca a su enfoque económico..."

Continúa Raico: "una característica ligada a la metodología austriaca es su
"subjetivismo"... El subjetivismo austriaco encuentra análogos en
modalidades liberales esenciales, tales como individualidad, creatividad
individual, y diferencias y desigualdades entre los individuos... Al combatir las
ideologías autoritarias, los liberales históricamente se enfocaron en el ser
humano individual como la fuente originaria de la creatividad y del progreso
social. De esto derivaron la mayor y más general demanda del liberalismo, cual
es la necesidad de conceder la amplitud máxima posible a la libertad individual
para escoger y para actuar."

En cuanto a la política económica, "la metodología individualista y subjetivista
de los austriacos tiende a producir un escepticismo en relación con los modelos
macroeconómicos de la economía tradicional, con sus supuestos de que varias
magnitudes globales interactúan la uno sobre la otra -una precondición para tanta
intervención estatal en la economía. El subjetivismo austriaco genera un
escepticismo similar hacia la economía del bienestar convencional..."

Raico prosigue su exposición señalando que "La individualidad posee una conexión
íntima, tal vez aún hasta lógica, con la diversidad, y los austriacos, en
contraste con la economía neoclásica, acentúan el papel de la diversidad en la
vida económica. En el grado en que se acentúe la diversidad y las diferencias
individuales, se hace más problemático un enfoque estatista hacia la política...
Que la individualidad implica desigualdad es afirmado tanto por la economía
austriaca como por la filosofía social liberal."

En lo que respecta a la teoría económica, dice Raico que "en el grado en que los
principios austriacos refutan la posibilidad de un socialismo viable, obviamente
le brindan un soporte al caso liberal... Además, el análisis austriaco del
mercado visto como un proceso rechaza ciertas acciones socialistas, como, por
ejemplo, ver el total de los ingresos de los individuos y de las empresas dentro
de una jurisdicción, como si fuera una especie de "queque nacional", el cual
puede ser dividido al gusto de cualquiera... Pero, probablemente, las bases más
convincentes para ligar la economía austriaca y el libre mercado tienen que ver
con la concepción general de la vida económica propuesta por los austriacos,
comenzando por Menger... En contraste con los economistas clásicos, quienes
vieron al sistema capitalista como produciendo la mayor cantidad posible de
bienes materiales, el punto de vista de Menger fue que el sistema capitalista era
"un patrón de gobernabilidad económica ejercido por las preferencias del
consumidor" (más tarde W. H. Hutt usó para esto el término "soberanía del
consumidor")."

Continúa Raico: "Otro objeto de interés para los austriacos también forjó una
conexión estrecha con el liberalismo... Desde sus inicios, la escuela austriaca
fue notoria por su énfasis en el "orden espontáneo" en la sociedad..."

En lo referente al desarrollo histórico de la escuela austriaca y su relación en
el liberalismo, indica Raico que "aún cuando la orientación generalmente liberal
de la teoría austriaca fue reconocida desde épocas tempranas, menor acuerdo se ha
logrado en cuanto al grado de apego al laissez-faire por parte de los fundadores
de la escuela. En tanto que Friedrich von Wieser fue muy obviamente estatista,
las posiciones precisas de Eugen von Böhm-Bawerk y, sobre todo, de Carl Menger,
han sido objeto de disputa... En especial, empezando por Mises y Hayek, los
ligámenes de los economistas austriacos con el liberalismo han sido fuertes y
extendidos. Mises y Hayek fueron por sí mismos probablemente los dos pensadores
liberales más eminentes del siglo veinte... Hayek, en particular, también se
dedicó a estudiar la historia intelectual del liberalismo, exponiendo en su
artículo "Individualism: True and False" una versión de esa historia, que tiende
a dar soporte a su propia inclinación liberal."


7. EL INTERVENCIONISMO, por Sanford Ikeda.

Ikeda define al intervencionismo como "la doctrina o sistema basado en el
principio del uso limitado de los poderes discrecionales del estado
(intervención) para tratar problemas identificados con la propiedad privada de
los medios de producción o con un proceso de mercado no regulado... el
intervencionismo es causa de la llamada "economía mixta"... para sus partidarios,
el intervencionismo aparece como un sistema económico alternativo, que yace entre
los extremos del capitalismo del laissez-faire y el socialismo puro -una mezcla
ideal de ambos sistemas, que logra evitar los peores aspectos de cada uno de
ellos".

Continúa Ikeda: "hay tres presuposiciones que se encuentran debajo del concepto
de intervencionismo: (1) que el intervencionismo es un sistema económico
alternativo, lógicamente consistente e intelectualmente defendible; (2) que el
estado es capaz de identificar los "fracasos del capitalismo", de determinar la
importancia relativa de estos fracasos y de construir un programa coherente de
intervención limitada, el cual, desde el punto de vista de sus proponentes,
logrará un resultado más deseable que el problema que intentó resolver; y (3) que
el estado está libre de la influencia de coaliciones redistributivas y de un
comportamiento auto-interesado ["self-interested"] de sus propios agentes."

Con respecto a lo que Ikeda denomina la crítica austriaca de Ludwig von Mises al
intervencionismo, señala que "los actores en busca de ganancias, tanto en los
procesos de mercado como en los procesos políticos, tienden a responder a
intervenciones particulares de formas que frustran o le dan la vuelta alrededor
de esas intervenciones y que... las autoridades fracasaron en anticipar. Debido
a estas respuestas, hay una tendencia para que el intervencionismo "dé lugar a un
estado de cosas que -desde el punto de vista de sus mismos proponentes- resulta
ser mucho más indeseable que el estado previo que se intentó alterar" (Mises,
1977). Los problemas acumulados de la intervención por partes ["piecemeal"] debe
conducir inevitablemente a quienes hacen la política, a escoger entre una
planificación gubernamental más coherente y completa (socialismo) o una
interferencia mínima con el proceso de mercado (capitalismo). En este sentido,
el intervencionismo "se derrota a sí mismo"."

En opinión de Ikeda, "para los austriacos, una de las más importantes
contribuciones de la teoría de la elección pública a la crítica general al
intervencionismo, es su análisis penetrante de los efectos perniciosos del
comportamiento estrechamente auto-interesado en el proceso político, del
desperdicio asociado con el uso de la coerción y de la compulsión para
redistribuir la riqueza, así como de las fuerzas que influyen en el tamaño del
gobierno."

En lo que trata del intervencionismo enfocado como un proceso, señala Ikeda que
"una política que implemente la doctrina del intervencionismo pone en movimiento
una serie de efectos que crean resultados que, aún aquellos quienes inicialmente
favorecieron las políticas, consideran como indeseables. Oportunidades no
esperadas, de ganancias creadas por la intervención y actores ansiosos, quienes
buscan oportunidades, se combinan para producir estos resultados. La respuesta
típica de las autoridades es expandir aún más la extensión de la actividad
estatal, aunque esto de ninguna manera es inevitable, pues, aunque sea poco
probable, es posible que aquellas reduzcan la actividad estatal en esos instantes
críticos. Así, uno puede mirar al intervencionismo como un proceso dinámico, no
de equilibrio, en donde las decisiones de los actores, parcialmente ignorantes,
brindan la dinámica interna que impulsa la economía mixta."

Concluye Ikeda señalando que "en el análisis del intervencionismo como un
proceso, la ausencia de un conocimiento completo o la existencia de, al menos,
ignorancia parcial "genuina" (en contraste con la ignorancia "racional"
ocasionada por costos de información elevados), juega un papel indispensable para
crear las condiciones que producen los efectos colaterales inesperados del
intervencionismo... este es el problema del conocimiento... [cuya] presencia
significa no sólo que los proponentes del intervencionismo serán incapaces de
predecir todas las repercusiones negativas de sus políticas antes de embarcarse
en ellas, sino que, también, pasará mucho tiempo antes de que se den cuenta de
estas repercusiones. Entre tanto, la economía puede haberse movido muy lejos en
el camino hacia el colectivismo, promovida por tendencias ideológicas
estatistas."


8. EL DEBATE MACROECONÓMICO ENTRE HAYEK Y KEYNES, por William N. Butos.

Indica el profesor Butos que "Hayek y Keynes condujeron su debate en un nivel
técnico muy abstracto y dirigido a especialistas en teoría monetaria... Para
Hayek significó presentar la teoría de "Wicksell-Mises" acerca del ciclo
económico y la teoría austriaca del capital... El debate reveló profundas y
generalizadas diferencias entre los puntos de vista de Hayek y de Keynes acerca
de la operación de la economía de mercado... El terreno de su debate fue la
teoría monetaria, pero en su sustancia fue acerca de las propiedades de
auto-ajuste y de coordinación que posee una economía de mercado."

Según Butos, el llamado ""nuevo enfoque" de Keynes involucraba el empleo del
marco Wickselliano de ahorro-inversión, para aseverar que el ingreso agregado se
elevaría o caería dependiendo de si los ahorros eran mayores o menores que la
inversión... Si los ahorros excedían a la inversión... ocurriría una contracción
acumulativa, porque el ingreso no sería suficiente para comprar la producción
agregada a precios que cubrieran los costos. El desequilibrio persiste, junto
con un desempleo creciente y con precios y producción en descenso, a menos que se
reduzcan los ahorros, aumente la inversión o que "cese toda la producción"
(Keynes, 1971)"... el mensaje esencial de Keynes, así como su visión, son
esencialmente claros en que un sistema de mercado descentralizado está sujeto a
inestabilidades crónicas y que no posee mecanismos auto-correctores de mercado,
que sean lo suficientemente robustos como para sobrepasar (o neutralizar) estas
inestabilidades, sin que exista una intervención de terceros."

Indica Butos que "Hayek persistentemente atacó los puntos teóricos centrales de
Keynes, incluyendo, entre otros, la teoría de la inversión ("el tema más oscuro
del libro"), la definición de ahorro, las "ecuaciones fundamentales" de Keynes
acerca de los niveles de precios, de la producción y de los bienes de consumo, la
teoría de los precios de los activos y, por supuesto, la descripción de Keynes
del ciclo económico.

Hayek expone que el Tratado de Keynes no es tan sólo un trabajo sin terminar,
tal como el mismo Keynes lo reconoce (Keynes, 1971), sino que su supra-estructura
teórica no estaba refinada y era idiosincrásica... Así, de acuerdo con Hayek, al
tratar el proceso de producción como "un todo integral", Keynes, forzosamente, es
incapaz de analizar "la posibilidad de fluctuaciones entre... etapas" (Hayek,
1931)... La ironía de la crítica de Hayek radica en que, el Keynes
macro-orientado, emplea una definición de ganancias que resulta apropiada cuando
se la aplica a un único empresario, pero que es inapropiada y conduce al error
cuando se la aplica a todos los empresarios. El que "los agregados del señor
Keynes esconden los más esenciales mecanismos de cambio" emerge como un tema
persistente en la crítica de Hayek al Tratado de Keynes."

Butos señala que "en contraste con Keynes, Hayek niega que un incremento en el
ahorro provoque un descenso neto en la demanda y que la inversión no se elevará
para mantener una igualdad con el ahorro. Dado que Keynes asume en el Tratado
que las decisiones de inversión dependen de las ganancias anticipadas y de la
tasa de interés (o bancaria), un exceso de ahorros o una deficiencia de inversión
parecerían corregibles mediante una reducción de la tasa de interés de mercado,
correspondiente a una ahora menor tasa natural de interés, tal como lo indica el
incremento en los ahorros. Keynes, sin embargo, descartó este mecanismo
coordinador. El alegó que los ahorros no son canalizados a la inversión; sino
que, en vez de ello, debido a "una visión a la baja excesiva" ["excesive
bearishness"], son acumulados (o, en su terminología, colocados en "depósitos
bancarios"), lo cual impide la baja que se requiere de la tasa de interés de
mercado. Hayek señala que el supuesto de Keynes plantea el alegato imposible de
que cualquier "exceso de depósitos" creado por el sistema bancario necesariamente
irá a "acumularse", sin que ello afecte la tasa de interés de mercado."

"En el Tratado y en la Teoría General, la explicación de Keynes al ciclo de los
negocios se centra en la inestabilidad de la inversión... La economía fracasa
porque es incapaz de coordinar efectivamente los planes intertemporales. Si bien
los detalles específicos del argumento de Keynes varían entre el Tratado y la
Teoría General, en esencia el alegato en ambos es que o los mercados
intertemporales no existen o que, si existen, generan resultados perversos en
forma de deflación de precios o de una reducción de la producción agregada.
Keynes prácticamente ignora la crítica formulada por Hayek de que el Tratado
niega los mecanismos de los mercados intertemporales."

Agrega Butos que "Hayek no respondió específicamente a los planteamientos de la
Teoría General... Pero en esto también el retiro de Hayek puede haber sido
oportuno: a mediados de los años treintas, la teoría monetaria de Hayek y sus
posiciones políticas estaban perdiendo mucho de su atractivo, debido a la
depresión continua y a un clamor creciente por un mayor activismo económico del
gobierno... era evidente que Keynes iba ganando decisivamente la batalla
política.

El período posterior a la publicación de la Teoría General y durante los años
entreguerras fue un época de gran actividad intelectual para Hayek. Tres áreas
de investigación -la teoría del capital, "el problema del conocimiento" y el
ciclo de los negocios- pueden brevemente citarse como áreas de un interés
continuo para Hayek a partir de 1936, las cuales tienen que ver con preguntas
íntimamente ligadas al debate con Keynes. Hayek, debe recordarse, señaló que el
marco teórico de el Tratado de Keynes fracasaba porque carecía de una teoría
coherente del capital.

Durante los años treintas y cuarentas, los artículos de Hayek acerca del
"conocimiento" exponen que el sistema de precios, debido a que funciona
eficientemente como una red de información, permite que los mercados
intertemporales coordinen efectivamente los planes individuales. A pesar de la
inevitabilidad de nuestra ignorancia como resultado de la descentralización del
conocimiento, la coordinación de planes no requiere de un conocimiento completo,
ni, en contraste con el pensamiento de Keynes, tampoco el conocimiento incompleto
requiere que los mercados sean manejados por los "espíritus animales"."


9. LA ESCUELA DE FRIBURGO ACERCA DEL DERECHO Y LA ECONOMÍA, por M. E. Streit.

Expone Strait que "por su enfoque en las propiedades funcionales del marco
institucional de los sistemas económicos, la escuela de Friburgo acerca del
derecho y la economía pertenece a aquellas tradiciones en el pensamiento
económico que reciben un atención renovada cuando se hacen intentos para tratar
con los problemas de la transformación.

La tradición es usualmente retrotraída, entre sus fundadores, al economista
Walter Eucken... Sin embargo, el verdadero empuje intelectual se desarrolló como
resultado de la cooperación espontánea de economistas y de juristas, quienes se
unieron a la Universidad de Friburgo en los años treintas [como Hans
Groβmann-Doerth, Franz Böhm y, posteriormente, Friedrich A. Lutz, Karl Friedrich
Mayer, Paul Hensel, Fritz W. Mayer, Hans Willgerodt, Hans O. Lenel y, a finales
de su vida, Friedrich Hayek]."

Streit indica que "metodológicamente, la escuela formuló una nueva posición en
lo que se refiere a la relación entre historia y teoría. Económica y
políticamente, la contención del poder para asegurar una sociedad libre fue su
principal foco de acción... En vez de una "generalización de la abstracción",
Eucken estaba convencido de que debería ser posible identificar ciertas formas
elementales recurrentes en la vida económica... Esto condujo a sus formas
básicas de un sistema económico: la dirigida centralizadamente y la economía del
intercambio. En cuanto a esta última, para él el tema institucionalmente
importante era: "si muchas unidades económicas individuales, aunque efectúen sus
planes independientemente, dependen de e intercambian la una con la otra... surge
entonces la pregunta acerca de la forma del sistema de relaciones de intercambio.
¿Cuáles son las reglas del juego?"

La respuesta de Eucken fue Humeana [de Hume] en el sentido de que enfatizó la
propiedad privada, la libertad de contratación y la responsabilidad, como
"principios constitutivos" de un "orden competitivo". En cuanto a
principios adicionales, aquel de "mercados abiertos" refleja su insistencia en la
competencia como el elemento de control que previene a la propiedad privada de
conducir a abusos económicos y sociales. Para él, la "cuestión social" no era,
como lo creía la escuela histórica, el resultado de una competencia excesiva,
sino insuficiente, reflejando el fracaso del estado en determinar y preservar el
marco de un orden competitivo.

En tanto la competencia no fuera reconocida como un elemento constitutivo del
sistema económico, el cual merecía la protección y soporte de la legislación...
no había una posibilidad jurisdiccional de reafirmar el uso de la libertad para
contratar y comerciar. Sin embargo, darle un estatus legal a la libertad de
competir, requería no sólo de pensar en términos de sistemas económicos, sino
también como un juicio de valor, al igual que la apreciación de la
conformabilidad legal de los sistemas económicos... En lo que tiene que ver con
el marco legal de la economía, la solución específica encontrada por Böhm fue la
concepción de una constitución económica. Esto refleja el reconocimiento de que
las reglas que gobiernan la autonomía individual en un sistema de mercado, así
como aquellas que aseguran el control de su uso por medio de la competencia,
tienen que ser consideradas como complementarias, en vista del conflicto básico
entre libertad y poder. La estructura de la constitución económica corresponde a
la constitución política de un gobierno bajo la ley ("Rechtsstaat"): por una
parte, la autonomía es otorgada a aquellos a quienes les es confiado hacer leyes
y gobernar, pero, puesto que, por otro lado, la autonomía tiende a brindar
oportunidades de ejercitar el poder, se requiere una combinación sofisticada de
frenos y contrapesos para prevenir el uso de tal poder arbitrario."

Streit concluye señalando que "de los logros analíticos que pertenecen al perfil
científico de la Escuela, al menos cinco deberían mencionarse. (1) La crítica
bien fundamentada, basada institucionalmente, de la planificación económica
colectivista... (2) La demostración de que las instituciones son importantes para
el funcionamiento del sistema de mercado... (3) El reconocimiento de lo que
podría llamarse la "ética de las reglas"... (4) El escepticismo, con base
histórica y teórica, sobre las posibilidades de dirigir el proceso de
coordinación del mercado en una economía moderna, de una manera útil, y, aún más,
de poner en práctica tal política... (5) El énfasis puesto en la interdependencia
entre varios subsistemas de la sociedad, los cuales deben tomarse en cuenta
cuando se reestructuran y adaptan las instituciones correspondientes."


10. CAMINOS FUTUROS ALTERNATIVOS PARA LA ECONOMÍA AUSTRIACA por Peter J.
Boettke.

En opinión del editor del libro, Peter Boettke, "la corriente principal de la
economía no puede explicar satisfactoriamente la dinámica de la actividad de
mercado, mucho menos la recurrencia de crisis macroeconómicas, el problema del
intervencionismo y la regulación, las crisis fiscales de los estados
paternalistas democráticos, el fracaso de la planificación para el desarrollo y
el colapso de los regímenes socialistas a fines de los años ochentas. Sin
embargo, estas anomalías no son vistas como una amenaza seria para el enfoque
dominante del análisis económico. Los economistas austriacos parecen estar bien
situados como para ofrecer una alternativa, pero son incapaces de quebrar el
formidable edificio del "establishment" académico en el campo de la economía."

Boettke expresa que "puesto que las cuestiones que los economistas austriacos
desean preguntar no se prestan por sí mismas en un alto grado para una
formulación matemática, su trabajo es sistemáticamente eliminado de las mejores
revistas especializadas en economía. Como resultado, la economía austriaca
permanece siendo una cultura de libros, mas que una escuela de pensamiento
orientada a publicaciones en revistas"... [sin embargo], "sería un desastre
científico si los economistas austriacos trataran de aislarse a sí mismos de los
argumentos teóricos y empíricos de la corriente principal de la economía y de
otros economistas de corrientes diferentes... Pero, a menos que los austriacos
logren cambiar las preguntas básicas que otros economistas consideran útiles de
plantearse, hasta ese entonces la corriente principal de la economía permanecerá
impávida frente al mensaje austriaco... Con el despertar de la filosofía de la
ciencia posterior al positivismo, los economistas austriacos deben estar en
capacidad de obtener una mejor audiencia para sus puntos de vista acerca de la
economía y de la sociedad."

Boettke considera que Stiglitz ha dado lugar a una revolución en el pensamiento
económico y que "aquellos que están trabajando dentro de la tradición austriaca
necesitan dirigir su atención al trabajo de Stiglitz, [cuya revolución] está
basada en construir modelos económicos utilizando las técnicas estándares, pero
con los supuestos de información imperfecta, de la interacción estratégica y de
una estructura imperfecta de los mercados. Los austriacos se encuentran a sí
mismos en una situación peculiar, pues están en mucho de acuerdo con la crítica
de Stiglitz al "irrealismo" y a lo inadecuado del núcleo perfectamente
competitivo de la economía neoclásica tradicional, pero no encuentran promisorias
las implicaciones teóricas de la alternativa de Stiglitz. La teoría de la
imperfección de las estructuras de mercados y sus implicaciones para la política
antimonopólica, la nueva teoría sobre el comercio internacional y sus argumentos
en favor de un papel para una política comercial estratégica, el Nuevo
Keynesianismo y el teorema de los salarios de eficiencia, y la nueva teoría del
socialismo de mercado, todos encuentran antecedentes al trabajo de Stiglitz en
teoría pura. Es más, Stiglitz ha hecho contribuciones fundamentales a todos
estos desarrollos Si los austriacos quieren ser "jugadores" en los debates
modernos, deben atender los argumentos teóricos y de política pública que se
siguen de su variante a la economía neoclásica."

En cuanto a las áreas en las que, en opinión de Boettke, el enfoque austriaco
puede realizar importantes aportes al conocimiento, destaca que "tal vez el punto
principal exclusivo de la teoría austriaca del mercado considerado como un
proceso es su entendimiento de una economía usuaria de capital... Hay ciertas
proposiciones substantivas de la teoría austriaca del capital que pueden
utilizarse adecuadamente para lograr puntos dentro de la literatura de la
corriente principal. El capital no es homogéneo, tal como se asume en la teoría
del crecimiento estándar, sino que es heterogéneo y tiene usos específicos.
Combinaciones únicas de bienes de capital forman la estructura del capital en
cualquier economía... Una teoría austriaca más dinámica acerca de la economía
usuaria de capital, en combinación con las proposiciones teóricas de que (1) una
gran porción del conocimiento relevante para la toma de decisiones económicas
dentro de un sistema económico se transmite por medio de movimientos en los
previos relativos, y (2) que el dinero es inherentemente no neutral, también
podría ofrecer el escenario apropiado para una reconstrucción moderna de la
teoría austriaca del ciclo de los negocios, que pueda ser ofrecida como una
alternativa viable a las teorías contemporáneas acerca del ciclo de los negocios,
incluyendo al enfoque real del ciclo económico.

Una reconstruida teoría austriaca del capital también serviría como base para
una perspectiva alternativa sobre la economía del desarrollo... Es más, la
economía austriaca posee cierta ventaja comparativa en estas discusiones. A
través de la historia de la escuela, siempre ha puesto una atención significativa
a la infraestructura política y legal de la organización social. El desarrollo
económico es primariamente una cuestión de instituciones legales y políticas, y
de prácticas culturales, no de ayuda externa o de planificación gubernamental."

Además, "el interés austriaco tradicional con el tema institucional sugiere que
el trabajo del nuevo institucionalismo debería ser particularmente relevante para
los estudiosos que intentan desarrollar aún más la economía austriaca... Otro
campo en el cual los austriacos tienen una afinidad natural es el de la ley y la
economía... La organización industrial y la moneda y la banca representan dos de
las corrientes principales en donde los austriacos han hecho aportes
significativos en las dos últimas décadas... la metodología y la historia del
pensamiento son vitalmente importantes. Las contribuciones a la economía técnica
no recibirán la audiencia apropiada a menos que se respete la posición filosófica
de los austriacos con respecto a las ciencias del hombre. De manera que es
necesaria la segunda estratagema del radicalismo filosófico dentro de la economía
austriaca. Plantear un reclamo filosófico en contra de la corriente principal de
la economía ayuda a construir puentes y mejorar la argumentación propia en formas
que, de otra manera, sería obviadas... En primer lugar, los economistas
austriacos no son los únicos desilusionados con la corriente económica principal.
Segundo, aún entre quienes no están desilusionados, hay algunos que encuentran a
la filosofía de la economía como una vocación interesante."

Continúa Boettke, "parte de la estrategia del radicalismo filosófico es la
construcción de coaliciones con otras escuelas de economía heterodoxas. Los
post-Keynesianos, los institucionalistas, los neo-Ricardianos y los Marxistas
podrán estar de acuerdo con los austriacos en que la economía neoclásica puede
ser reemplazada por una economía filosóficamente más sofisticada y más
realista... Construir una coalición efectiva para desafiar la hegemonía del
neoclasicismo, sin embargo, es tan sólo una primera etapa, puesto que, una vez
que el paradigma neoclásico sea deconstruido, la pregunta será que paradigma
alternativo lo reemplazará.

La economía técnica y la estrategia del radicalismo filosófico están
relacionadas la una con la otra de una manera simbiótica y no están en
conflicto... La estrategia de una teoría social interdisciplinaria combina las
dos primeras estrategias y busca llevar los puntos de vista austriacos a
audiencias disciplinarias adicionales."

Termina Boettke señalando que "el destino de la economía austriaca yace en las
manos de sus practicantes. Depende de quienes encuentran persuasivo este
enfoque, producir la escolaridad de alta calidad que, a su vez, persuadirá a
otros académicos."

Recuerden que, si a alguien le interesa leer el libro reseñado o alguno de sus
ensayos, pueden solicitármelos.

Jorge Corrales Quesada

Elisa
25/06/2012, 16:13
2003-03-31 LIBRO DEL MES DE ABRIL DEL 2003

Corresponde a David D. Friedman, "Law’s Order: What Economics Has to Do with Law
and Why It Matters" ["El Orden de la Ley: Qué Es Lo Que La Economía Tiene Que
Ver Con El Derecho y Por Qué Eso Importa"] (Princeton, New Jersey: Princeton
University Press, 2000).

Hace poco leí que la estupidez es hereditaria, de acuerdo con uno de los
descubridores del ADN, el Dr. Watson, quien es también un creyente en el uso de
técnicas genéticas para resolver problemas como este de la estupidez, entre
muchas otras cosas. A mi me ha llamado la atención de que haya hijos muy dotados
de padre (o padres) muy dotados (y no voy a referirme cuando en una ocasión se lo
comenté a uno de ellos quien es miembro de palestra: su respuesta fue que
probablemente era porque imitaban el esfuerzo de estudio que realiza el padre y
no por razones genéticas). David es hijo de Milton Friedman, uno de los
economistas más notables de los últimos tiempos y por varios años ha destacado
por sus propios méritos. Esto lo podrán ustedes atestiguar cuando lean este
libro tan interesante en un campo en el cual la Economía ha hecho grandes avances
en los últimos años. En todo caso, si usted es partidario del inductivismo,
podría encontrar un fundamento en el caso de David, de que la inteligencia (tal
como la estupidez, según Watson) es hereditaria, aunque tal vez, como me señaló
aquel amigo, lo sea por la imitación de hijo a padre.

En un artículo escrito por James Buchanan hace varios años [James Buchanan,
"Economics and Its Scientific Neighbors”, en Sherman Roy Krupp, editor, "The
Structure of Economic Science: Essays on Methodology" (Englewood Cliffs, New
Jersey: Prentice-Hall, 1966) y reproducido en James M. Buchanan, "What Should
Economists Do?" (Indianapolis, Ind.: Liberty Press, 1979)], señala que "El medio
por el cual los seres humanos imponen restricciones a su propia interacción, del
uno con el otro, lo brinda el derecho. Los principios simples de la Economía
imponen limitaciones sobre la operación de estas restricciones... Las leyes que
se hacen en ignorancia de los principios simples de la Economía, pueden causar un
daño grave; sin embargo, observamos poco progreso en el reconocimiento de las
limitaciones que la Economía impone sobre la Legislación. Esta es la frustración
permanente de los economistas, quienes quieren ver a su ciencia aplicada en la
práctica." (p. p. 130-131 de la última obra citada).

El libro de Friedman va mucho más allá de este análisis de la necesidad de que
se apliquen principios de economía básicos cuando se diseñan las leyes. El
enfoque de Friedman consiste en "tratar de entender los sistemas de reglas
legales mediante la pregunta acerca de las consecuencias que producirán en un
mundo en el cual los individuos racionales ajustan sus acciones a las reglas
jurídicas que enfrentan.(p. 4). Indica que el “enfoque económico opera en dos
direcciones. Empezando con un objetivo, brindan una forma de evaluar las reglas
legales, de decidir qué tan bien logran su objetivo. Empezando... con un sistema
de reglas jurídicas, brinda una forma de entenderlo –averiguando cuál es el
objetivo que se pretende lograr." (p. 4)

Dice Friedman que "una objeción al enfoque económico para entender la lógica de
la ley es que tal vez ella no tenga lógica. Otra y muy diferente objeción es que
la ley tiene una lógica, pero tiene que ver, o debería tener que ver, no con la
eficiencia económica, sino con la justicia." Ante esto brinda dos respuestas:
"la primera es que la justicia no da una descripción adecuada de la ley,
tanto porque es irrelevante para un número sorprendentemente elevado de temas
legales y porque no disponemos de una teoría adecuada sobre qué es lo que hace
que algunas reglas sean justas y otras injustas... Mi segunda respuesta es que en
muchos casos, aunque probablemente no en todos, resulta que las reglas que
pensamos que habíamos apoyado por ser justas, son de hecho eficientes." (p. 5)

Este libro de Friedman contiene cuatro partes muy definidas: una primera tiene
que ver con conceptos básicos tales como racionalidad, eficiencia económica,
externalidades, el valor de la vida, la economía de la asignación de riesgos y
muchas otras cosas, en tanto que la segunda sección trata de la aplicación de la
economía a áreas básicas del derecho, las que uno podrá encontrar en un curso de
primer año de esa carrera.

La tercera parte contiene una sección dedicada al análisis comparativo de
sistemas jurídicos, otro sobre por qué existen tanto el derecho penal como el
civil, los cuales en la realidad tienen que ver con lo mismo y sobre si se podría
tener un único sistema legal, para, finalmente, ver el pro y el contra de la
aseveración de que la ley , por lo menos lo que él llama "la ley hecha por un
juez", que me parece que es una forma de referirse al derecho consuetudinario, es
económicamente eficiente.

La última sección contiene un resumen de lo aprendido sobre sistemas de reglas
jurídicas.

Para darles una probadita del sabor del libro, les traduzco tres pequeñas partes
que espero puedan servir de estímulo a su lectura:

"Las reglas legales deberán ser juzgadas por la estructura de incentivos que
establecen y por las consecuencias de que la gente altere su comportamiento como
respuesta a estos incentivos.

Los temas del crimen y del contrato no son las únicas partes de la ley en las
cuales es útil el enfoque económico. Las multas a la velocidad tienen como
propósito, no ser una forma extraña de impuestos, sino una manera para hacer que
el interés de los choferes sea conducir más lentamente. La ley penal determina
qué sucede cuando la gente se involucra en accidentes de tránsito y, por lo
tanto, afectan el incentivo para hacer cosas que pueden conducir a enredarse en
un accidente de vehículos, tales como no revisar los frenos del carro, manejar
borracho o no manejar del todo. Las reglas de procedimientos civiles determinan
qué tipo de información los litigantes tienen derecho a demandar el uno del otro
y, con ello, afectar el incentivo para que las empresas tengan (o no tengan)
registros, que investiguen (o no investiguen) problemas relacionados con sus
productos que pueden convertirse en objeto de litigios, de demandar o de no
demandar. Las leyes sobre el divorcio determinan bajo qué circunstancias usted
puede salirse de un matrimonio, lo cual constituye una de las cosas relevantes
cuando uno se decide casar. El sujeto del análisis económico de la ley es la
ley. Toda ella." (Páginas 11-12).

En una segunda instancia, en una sección titulada "El Asesino de Vudú Racional:
¿Debemos penalizar los intentos imposibles?", Friedman nos expone lo siguiente:

"Al explicar por qué es que intentamos penalizar los intentos de asesinato,
discutí que era una forma de penalización ex ante. Cuando se dispara a la gente,
algunas veces se la mata, de manera que lo penalizamos aún cuando se falle al
disparar. Pero, ¿qué sucede en el caso en que estoy intentado un asesinato
mediante un método que nunca ha funcionado, tal como ponerle alfileres a una
muñeca de vudú? ¿Deberá ser una conducta criminal? ¿Debemos penalizar los
intentos imposibles?

El argumento en su contra es obvio: Ponerle alfileres a muñecas de vudú no causa
daño, entonces, ¿por qué penalizarlo? ¿Por qué pagar el costo de agarrar gente e
introducirla en una cárcel para disuadir un comportamiento que no tenemos razón
para disuadirlo?

Para considerar en qué está errado este argumento, imagínese que estoy
considerando cometer un asesinato por medio de una de dos formas –veneno o vudú.
El veneno que estoy pensando usar es invariablemente letal, en tanto que
colocarle alfileres a una muñeca de vudú no tendrá efecto alguno sobre la
esperanza de vida de la víctima potencial. Si soy conciente de estos hechos,
escogería o veneno o del todo no intentar el crimen. El problema surge porque no
me doy cuenta de esos hechos. Se que uno de los métodos funciona y que el otro
no, pero no se cuál es cuál. La regla legal que estamos considerando es
"Intentos por la vía de medios imposibles no son punibles". Puesto que no se
cuál método es imposible (si lo supiera, no me molestaría en usarlo), eso no se
traduce, para mi, en que "intentos por vudú no son punibles".

Dado que no estoy seguro cuál es el método que funciona, debo tomar en cuenta en
mis cálculos la probabilidad de que escoja al equivocado. Si los intentos
imposibles no son punibles, entonces escoger equivocadamente significa que no
tendré éxito en mi asesinato, pero tampoco seré penalizado, aún si se me
agarrara. Si los intentos imposibles son punibles, me arriesgo de usar un método
imposible y ser penalizado por así hacerlo. Este riesgo es uno de los costos que
debo tomar en cuenta al decidir asesinar o no a alguien.

De manera que una política de penalizar los intentos imposibles tiende a
disuadir los asesinatos reales, asesinatos con veneno, por gente que no sabe que,
si lo que piensan es un veneno, de hecho funciona. El costo de esa disuasión es
que, alguna gente que es capturada en esos intentos que de hecho son imposibles,
debe ser penalizada por hacer tal cosa.

Aún si la penalización de intentos imposibles brinda alguna disuasión ¿no
tendría más sentido lograr tal disuasión penalizando en vez de aquellos a los
intentos posibles (y los asesinatos exitosos), de manera que los esfuerzos se
concentran en quienes es más posible que hagan daño? La respuesta es que lo
sería si pudiéramos imponer sin costos las penas adecuadas. Regresamos de nuevo
al argumento de ex post/ex ante.

Penalizar el resultado brinda una mejor forma de poner la pena en donde cause el
mayor bien –después de todo, algunos de quienes intentan el asesinato por el
vudú saben perfectamente bien que el vudú no funciona y simplemente adoptan una
postura para que los vean sus amigos menos informados. Pero penalizar los
intentos, aún los imposibles, nos permite incrementar la probabilidad de
penalización y con ello lograr la misma disuasión, pero con penalizaciones menos
costosas.

Una forma diferente de formular el mismo argumento consiste en suponer que
existe una pena máxima que estamos dispuestos a imponer –vida en prisión, pero no
ejecución, o ejecución, pero no con tortura. Suplementar la penalización máxima
por asesinato con una pena menor por intentos no exitosos, nos permite
incrementar el costo ex ante del intento para el asesino potencial. Podemos
incrementarlo aún más, incluyendo la penalización por intentos imposibles.

Una cuestión que usted puede encontrar un poco extraña en esta discusión es el
supuesto de que el comportamiento de los asesinos de vudú se verá afectado por
los incentivos brindados por las reglas legales. ¿Qué tan posible es que alguien
quien es lo suficientemente irracional como para creer en el vudú, esté lo
suficientemente informado acerca de la ley, como para saber si los intentos
imposibles son penalizados o no, o como para ser lo suficientemente prudente como
para que le importe?

Una respuesta es que, si bien la racionalidad no es siempre una manera exacta
para predecir el comportamiento, es la mejor herramienta de la cual disponemos –y
la ignorancia que hay en parte de la vida no garantiza la irracionalidad o la
ignorancia en otras partes de ella. Todos nosotros, después de todo, obtenemos
de gente alrededor nuestro muchas de nuestras creencias acerca de lo que funciona
o no funciona, y una persona racional puede aceptar creencias irracionales si
todo mundo que uno conoce las acepta.

Otro respuesta consiste en señalar que los intentos imposibles no se limitan al
vudú. El vudú es posible que no mate a nadie, pero tampoco lo es disparar a un
árbol. Tratar de robar de un bolsillo vacío es un comportamiento perfectamente
racional, pero difícilmente es algo que concluirá en un éxito. Hay un cierto
sentido en que todos los intentos fracasados son imposibles, pero juzgados por lo
que sabemos, una vez que han fallado.

Vista desde esta perspectiva, la cuestión de penalizar los intentos imposibles
es simplemente la cuestión de si los intentos se deben penalizar. En cualquier
forma que se presente, el argumento esencial es el mismo: Puesto que alguien no
sabe que su intento es imposible antes de realizarlo, el conocimiento de que
siempre será penalizado aún si resulta ser un imposible, ya sea en el intento
obvio del vudú o en el sentido más sutil de robar un bolsillo que está vacío,
constituye un incentivo para no llevar a cabo el intento." (Páginas 81-83).

Finalmente, en una sección que Friedman titula "Propiedad, Contrato, Daños y
Crimen en Tres Párrafos", nos dice lo siguiente:

"En un sistema de propiedad privada necesitamos alguna manera de definir cuáles
son los límites de mi propiedad, no sólo en términos de un espacio físico, sino
también en un espacio de derechos –qué usos de la propiedad de mi vecino violan
mis derechos en la mía y viceversa. Necesitamos alguna forma de determinar quién
posee una pieza particular de propiedad y de establecer derechos de propiedad
sobre propiedad que previamente no tenía dueño. Necesitamos de mecanismos para
aplicar esta reglas y para resolver disputas acerca de ellas. Y esto debe
generalizarse a partir del caso especial de la propiedad real –la propiedad de la
tierra- al caso más general que incluye la propiedad de las cosas y la propiedad
intelectual. Por lo tanto, es necesaria una ley de la propiedad, que incluya a
la propiedad intelectual.

Una de las cosas que puedo hacer con mi propiedad es vendérsela a usted. Parte
de la razón por la cual funciona la toma descentralizada de decisiones es que
permite que las cosas, y los derechos en las cosas, se muevan, por la vía del
comercio, hacia cualquier persona que más las valoran. Para que este mecanismo
funcione más allá de los casos sencillos (le doy mi manzana a cambio de su
naranja), necesitamos de los contratos, acuerdos que especifican las obligaciones
mutuas de las partes en intercambios más complicados. Los contratos pueden
conducir a desacuerdos en su interpretación, honestos o no, y, como tal,
requieren de algún cuerpo de reglas que determine cuándo existe un contrato y
cómo habrán de resolverse las disputas. Aún en el caso más simple de intercambio,
necesitamos que haya suficientes reglas legales que determinen si yo estaba
intercambiando mi manzana por su naranja, en cuyo caso son ahora mi naranja y su
manzana, o si simplemente le estaba permitiendo que sostuviera mi manzana
mientras yo inspeccionaba su naranja. De aquí surge la ley de contratos.

Para prevenirme de violar una regla legal, debe haber algún mecanismo para hacer
que exista algo que no me gusta que suceda cuando yo haga algo. Ese mecanismo,
cualesquiera que sea, también tendrá que ver con casos en el cual una parte cree
que se ha violado una regla, en tanto que el otro no considera que sea así. Por
lo tanto, necesitamos de la ley civil [tort law] y de la ley penal [criminal law]
para especificar los derechos relevantes y los mecanismos por los cuales son
puestos en vigencia [enforced], y requerimos de reglas de procedimientos y de un
sistema de cortes para resolver las disputas." (Páginas 311-312).

Recomiendo la lectura de este libro, tal como lo hago con los siguientes libres
de mes que he publicado en palestra y que ustedes saben cómo pueden obtenerlos
(simplemente me llaman por teléfono):

Febrero, 2002: David Henderson, "The Changing Fortunes of Economic Liberalism:
Yesterday, Today and Tomorrow"
Marzo, 2002: Roger Garrison, "Time and Money: The Macroeconomics of Capital
Structure"
Abril, 2002: Paul Collier and David Dollar, "Globalization, Growth and Poverty:
Building an Inclusive World Economy"
Mayo, 2002: David Conway, "Classical Liberalism: The Unvanquished Ideal"
Junio, 2002: Lawrence E. Boland, "The Foundations of Economic Methodology"
Julio, 2002: Gary Becker y Guity Nashat Becker, "The Economics of Life"
Agosto, 2002: Xavier Salá-i-Martín, "Economía Liberal para no Economistas y no
Liberales"
Setiembre, 2002: Geoffrey E. Wood, editor, "Explorations in Economic Liberalism:
The Wincott Lectures"
Octubre, 2002: James Bovard, "Freedom in Chains: The rise of the sate and the
demise of the citizen"
Noviembre, 2002: David Boaz, "Toward Liberty: The Idea That is Changing the
World"
Diciembre, 2002: Stephen Moore y Richard Noyes, editores, "Dollars and Nonsense;
Correcting the News Media Top Economic Myths"
Enero, 2003: Richard M. Ebeling, editor, "Austrian Economics: A Reader",
Febrero, 2003: Joshua Muravchik, "Heaven on Earth: The Rise and Fall of
Socialism"
Marzo, 2003: Peter Boettke, editor, "The Elgar Companion to Austrian Economics"

Jorge Corrales Quesada

Elisa
25/06/2012, 16:13
2003-05-02 LIBRO DEL MES DE MAYO DEL 2003

Corresponde en esta ocasión a la obra de J. C. Lester, Escape from Leviathan:
Liberty, Welfare and Anarchy Reconciled, [Huida desde el Leviatán: Reconciliando
la Libertad, el Bienestar y la Anarquía] (New York: St. Martin’s Press, 2000).
El profesor Lester es un destacado intelectual del llamado campo libertario,
aunque el propósito de este libro, según lo indica el autor, surge del hecho de
que los "liberales clásicos, los modernos libertarios, y generalmente los
economistas pro-mercado, a menudo aparecen en favor de la tesis –al menos
implícitamente- de que hay una compatibilidad práctica entre la libertad y el
bienestar en el mercado. Sin embargo, tales argumentos rara vez son claros,
consistentes, comprensivos y sin que se acuda a la moral... Mi libro intenta
rectificar esto, clarificando los aspectos filosóficos de la tesis de la
compatibilidad: su intención principal es ser un complemento filosófico a la
literatura científica social relevante." (p. 1)

Hace pocos días un gran amigo me dijo -medio burlonamente- cuando le comenté que
muy pocos miembros de palestra me habían solicitado alguno de los libros que
había comentado y que les había ofrecido prestar para que lo leyeran, que era
porque yo sólo leía y comentaba libros de economía, lo cual no es cierto, como
pueden derivarlo de la lista al final de este comentario. En esta ocasión este
es un libro sobre temas filosóficos, pero que también tiene enorme trascendencia
para el análisis económico, político y, en general, de las disciplinas llamadas
por algunos ciencias sociales.

En vez de comentar este libro, que apenas estoy empezando a ojearlo, me parece
que resulta más afortunado traducir un buen comentario que a este libro le hizo
un destacado estudioso de Adam Smith y filósofo como Lester, el profesor de la
Escuela de Filosofía de la Universidad de Alabama, James R. Otteson. Se trata
del interesante y erudito comentario que formuló Otteson al libro de Lester en la
revista The Independent Review, Vol. 6, No. 1 del verano del 2001, el cual, de
seguido, traduzco (los paréntesis cuadrados son míos):

""Huida desde el Leviatán" de J. C. Lester es un libro vigorizante. Empieza
así: "Hay tan sólo una cosa en el mundo que es, en serio, moralmente equivocada,
y esa cosa es la política [¿no se si usted prefiere que se la traduzca por
politiquería?. Recuerde que los paréntesis cuadrados son míos]... Si usted me
dice qué cosa es la que le preocupa en el mundo, entonces, puedo a menudo llegar
adonde está usted y decirle cómo es la política la causa de ella, o cómo la
política la exacerba considerablemente, o por qué es que usted debería de cambiar
sus opiniones no-liberales" (p. 1). El autor no continúa con una explicación de
todos los problemas del mundo en términos de la política, pero adopta como su
hipótesis de trabajo lo que él llama la "tesis de la compatibilidad" –que la
libertad, el bienestar y el libre mercado son fundamentalmente consistentes- y
defiende esta tesis en contra de todos los contendores. El principal activo del
libro es su ataque tenaz y persistente a los detractores de la anarquía de
propiedad privada por la cual aboga el autor. Pero este activo es
simultáneamente un pasivo: Lester no arguye "en favor de" su posición; en vez de
ello, debate que las objeciones más plausibles en su contra fracasan. Esta
táctica le da al libro un tono algo desagradable de estar a la defensiva y, más
significativo aún, limita la persuasión final que se quiere lograr con la tesis
central del libro. [No se desanime: continúe leyendo y verá luego].

La argumentación de Lester posee dos características especialmente inusuales.
La primera es su posición de que la tesis de la compatibilidad es "no moral".
Lester da a entender que se puede defender la compatibilidad de la libertad, el
bienestar y el libre mercado sin hacer uso del ulterior alegato moral de que la
libertad (o el bienestar o el libre mercado) "deberían" ser protegidos o
ampliados. En vez de ello, defiende la posición negativa de que aquellos quienes
discuten tal consistencia –John Rawls, Alan Ryan, John Gray y otros- han
fracasado en probar su caso. Segundo, en respuesta a la objeción que algunos
pueden formular de que su caso negativo no es suficiente, Lester alega que su
adhesión a la "epistemología racionalista crítica" Popperiana anula cualquier
argumento, en una defensa directa de su tesis de compatibilidad, porque él
vislumbra a la tesis como una "conjetura osada" [bold conjecture], la cual, de
acuerdo con el filósofo de la ciencia Karl Popper, puede ser falsificada por los
datos o por los argumentos, mas no puede ser probada como verdadera. Por lo
tanto, Lester no intenta persuadir a sus lectores de que su tesis es plausible.
Simplemente explica lo que conlleva, muestra cómo fines aparentemente
irreconciliables son, en efecto, consistentes dentro de su tesis, y muestra que
él (aún) no ha encontrado una objeción que sea válida. El resume la estrategia
del libro tal como sigue: "este libro no empieza por los primeros principios y de
ahí en adelante intenta construir hacia arriba hasta llegar a conclusiones bien
justificadas. Este no es un intento de probar, demostrar o exponer que la
libertad y el bienestar son congruentes en un mercado. Es simplemente una
defensa filosófica y económica de esta osada conjetura, ante un número de puntos
de vista, inevitablemente restringidos, que son inconsistentes con aquélla" (p.
6). [Esto se pone más interesante]. Si el proyecto de Lester tiene éxito,
entonces, de acuerdo con la epistemología Popperiana, su teoría habría sido
"corroborada", no probada. Sin embargo, la pregunta permanece: ¿Qué
fundamentos habrán dado los argumentos de Lester para, de hecho, creer en su
teoría?

Aunque yo diría que el proyecto de Lester está incompleto (este libro debería
ser el volumen 2, en tanto que la exposición sistemática y la defensa de su tesis
deberían de haber aparecido como el volumen 1) [el cual no existe], dejemos de
lado este asunto y examinemos qué es lo que él hace, lo cual es en sí
interesante. Consideremos las defensas que Lester hace de su tesis ante tres
objeciones centrales.

Primera Objeción: La gente no se interesa únicamente por lo propio
[self-interested], de manera que fracasa cualquier sistema económico o político
que se sustente en ello –por ejemplo, el capitalismo de libre mercado. Lester,
como respuesta, señala que somos auto-interesados en el sentido de que somos
maximizadores resueltos [con intención] de nuestros propios fines [purposeful
maximizers] (p. p. 11-16). Señala, correctamente desde mi punto de vista, que es
difícil lograr algún sentido de la conducta humana bajo algún otro supuesto y, es
más, eso parece ser confirmado por la introspección –cada uno de nosotros se ve a
sí mismo actuando resueltamente con el propósito de satisfacer sus deseos. De
manera tal que nuestro entendimiento acerca de acciones benevolentes, interesadas
en otros, debe, de alguna manera, ser coherente con esta concepción general de la
acción humana. Sin embargo, esta aseveración no es lo mismo que el auto-interés
estrecho que con frecuencia los detractores dicen que los defensores del libre
mercado adscriben a los seres humanos. Lester arguye que los fines que deseamos
pueden y a menudo contienen el bien o los intereses de otras personas (p. 37).
De manera que la objeción falla: Todo lo que se requiera en la posición de Lester
es que la gente rutinariamente actúe como si fuera motivada por su deseo de
satisfacer lo que ella percibe como su deseo mayor o más apremiante, cualquiera
que sea éste.

Segunda Objeción: Las nociones libertarias (o liberales, como las entendemos
aquí] fracasan porque es imposible respetar plenamente la propiedad de terceros.
Invadir la propiedad ajena es algo inevitable (piense en los ejemplos de David
Friedman [que casualmente trata en el libro del mes de abril que previamente
reseñé para palestra] tales como que las luces del patio de mi casa "afectan" a
su propiedad); por lo tanto, tenemos que administrar nuestros asuntos humanos en
términos de alguna otra consideración acerca de lo que se considera como esencial
[desiderata], diferente de simplemente proteger la propiedad privada y la
libertad individual. Ante esto, la respuesta de Lester es sugerir un criterio
que minimizará el conflicto a la vez que maximiza la libertad [vean qué
interesante]: propone una concepción de libertad como "la ausencia de
restricciones provocadas sobre la gente por otras personas o, más precisamente,
gente interactuando voluntariamente sin que se obligue, se interfiera o que se
imponga la una sobre la otra –excepto para prevenir o reparar una restricción,
interferencia o imposición que se ha provocado" (p. 58). Lester entiende al
"costo" como una pérdida de algo que una persona quiere; por lo tanto, es
subjetivo y, por ello, no se le pueden endosar las objeciones obvias de que se
intenta una medición objetiva. Este criterio da respuesta a los problemas
Friedmanianos, al crear la posibilidad de usurpaciones que son moralmente
permitidas. Por ejemplo, no hay violaciones de derechos que del todo no puedan
ser admitidas; los daños son asuntos de grado y susceptibles tanto de valoración
como de la indemnización correspondiente (p. p. 108-113). El peligro con esta
estrategia es que, con esta visión de Lester, de hecho se requerirán algunas
acciones a las que se resistirá el absolutista de los derechos de propiedad, pero
el beneficio de este punto de vista es que, su insistencia en minimizar "los
costos que se imponen", tenderá tanto a que sea redundante para los intereses de
todas las partes involucradas, así como que continúe la interacción social a la
luz de algunas (probablemente menores) violaciones.

Tercera Objeción: Las nociones libertarias [liberales] fracasan porque todas
asumen implícitamente que ciertos tipos de libertad son más importantes que
otros. No existe tal cosa como una maximización de la libertad así en sencillo
["simpliciter"], por lo tanto, debido a que todas las teorías implican que se
infrinja una u otra libertad, no puede haber, con base tan sólo en estos
argumentos, objeción a las concepciones de estado de bienestar [welfarism], al
progresismo y similares. Esta objeción es especialmente apropiada para el punto
de visto expuesto por Lester, dado que él alega defender la libertad con base en
fundamentos "no morales" (p. p. 60-61, 75 y passim). Lester resuelve esta
objeción, de nuevo, sustentándose en su definición de "libertad" como la ausencia
de costos que se imponen sobre otros. Al decir que respetar la libertad
significa minimizar el costo que se impone sobre otros, puede evitar la antipatía
del todo o la nada [the all-or-nothing antipathy]: Para Lester "la libertad
admite grados" (p. 59), pero lo hace utilizando un criterio relativamente
objetivo. Lester llama a su posición "libertarianismo contingentemente
deontológico" (p. 57), por el que da a entender que "si" la libertad va a ser
maximizada (por cualquier razón), la regla de minimizar los costos impuestos a
otros evita las dificultades que enfrentan otros puntos de vista y que, de todas
maneras, parece que calza mejor con lo que la mayoría de la gente entiende por el
término "libertad". El continúa su libro deduciendo una concepción de propiedad
(incluyendo la propiedad intelectual y las reglas de la adquisición original o
inicial); concepciones de lo que son los crímenes, los daños y las penas
apropiadas; y resoluciones a dificultades de larga data –tales como el dilema del
hombre libre-esclavo y los problemas inevitables de los bienes públicos- lo cual
hace a partir de su concepción de libertad y que sugiere la superioridad de su
concepto sobre otras concepciones. No todos los argumentos de Lester sobre estas
razones son convincentes, pero todos son interesantes y tomados en conjunto le
dan credibilidad a su alegato de que su posición puede ser defendida mejor que lo
pueden ser nociones de libertades, de un estado de bienestar [welfarist],
socialistas o democráticas, que compiten con la suya.

Una argumento que Lester formula será de interés particular para los economistas
y los filósofos: hace una defensa limitada de las comparaciones interpersonales
de utilidad (CIUs). Por mucho tiempo una objeción estándar a algunas escuelas de
economía ha sido que las CIUs son imposibles de hacer, porque no existe una cosa
objetiva que corresponda con la utilidad de una persona y, por lo tanto, no hay
una d objetiva que permita comparar la utilidad de una persona con la de otra.
Aunque algunos economistas hablan de "útiles" ["utils"], de hecho no existen los
útiles y no tienen sentido alguno esquemas que pretendan sumar las utilidades de
los individuos bajo esquemas distributivos alternativos, para determinar cuál
esquema es el que hace que "todo mundo" esté mejor. La contribución de Lester
consiste en analizar que, si bien es cierto que no se pueden hacer CIUs con la
precisión que se requiere, por ejemplo, para hacer comparaciones de Pareto (p.
152), sin embargo, algunas comparaciones son posibles. He aquí su argumento: "un
caso claro de comparación de utilidad entre personas es cuando A valora "x" (de
ello deriva alguna utilidad) y B es indiferente acerca de "x" (obtiene cero
utilidad de ello). Se deduce que A valora a "x" ('algo') más que lo que hace B
('cero'). De aquí hay un pequeño paso para comparar un caso en que A valora
fuertemente a "x" y B tiene tan sólo una pequeña preferencia por "x". Y así
sucesivamente.” (p. 153).

Este argumento posee cierta plausibilidad intuitiva y le permite a Lester
aseverar que su esquema de anarquía basada en la propiedad sería mejor "en su
totalidad" o "para todo el mundo" en comparación con otros esquemas. El problema
surge cuando se trata de decir "cuánta más" utilidad A obtiene de "x" comparado
con B. La posición de Lester es más fuerte cuando compara utilidad cero con
alguna utilidad, pero esa comparación es un caso especial; el caso con mayor
posibilidad de que se presente es aquél en el cual se intenta comparar el aumento
o disminución de utilidad relativa de las partes involucradas, y aquí no es claro
a qué podría apelar Lester. Aún así, Lester tiene un punto al aseverar que, si
del todo rechazamos a las CIUs, entonces, los economistas "pro-mercado" que
aceptan el criterio de Pareto, no estarían en capacidad de "consistentemente
aconsejar cambios de cualquier sistema de reglas de propiedad que no está basado
en el mercado, a menos que cada persona individualmente se sienta mejor" (p. p.
153-154). De manera que, tal vez, deba estudiarse de nuevo este asunto de las
CIUs.

Al fin de cuentas, el principal valor del libro de Lester es ser algo así como
un catálogo de argumentos que defienden al pensamiento político libertario
[liberal] o anarquista, en contra de varios detractores y sus objeciones. No
todas las defensas funcionan y, en algunos casos, los rechazos que hace Lester
son algo apresurados; sin embargo, él ofrece muchos discernimientos interesantes
y novedosos. Permanezco desilusionado en cuanto a que no se dedicara a defender
directamente su propia tesis y tengo la esperanza de que en el futuro él afloje
su compromiso con la epistemología Popperiana y decida llevar a cabo tal defensa.
Sin embargo, entre tanto, la refutación de las objeciones es un servicio valioso
en sí mismo y Lester llena muy bien esa tarea."

Hasta aquí el comentario del profesor Otteson y, antes de terminar mi
comentario, deseo citar la página vi del libro de Lester:

"Nada dentro del estado,
todo contra el estado,
todo fuera del estado. [1]

Nota al pie 1: Esto revierte la definición de fascismo de Benito Mussolini (tal
como aparece en la entrada "fascismo" que se cita en The Blackwell Encyclopedia
of Political Thought [Miller, 1987, 1501]). El anarco-libertarianismo o
anarquismo basado en la propiedad privada es lo opuesto del fascismo."

Recomiendo la lectura de este libro, tal como lo he hecho con los anteriores
libres de mes que he publicado en palestra y que ustedes saben cómo podrían
leerlos (simplemente me llaman por teléfono):

Febrero, 2002: David Henderson, "The Changing Fortunes of Economic Liberalism:
Yesterday, Today and Tomorrow"
Marzo, 2002: Roger Garrison, "Time and Money: The Macroeconomics of Capital
Structure"
Abril, 2002: Paul Collier and David Dollar, "Globalization, Growth and Poverty:
Building an Inclusive World Economy"
Mayo, 2002: David Conway, "Classical Liberalism: The Unvanquished Ideal"
Junio, 2002: Lawrence E. Boland, "The Foundations of Economic Methodology"
Julio, 2002: Gary Becker y Guity Nashat Becker, "The Economics of Life"
Agosto, 2002: Xavier Salá-i-Martín, "Economía Liberal para no Economistas y no
Liberales"
Setiembre, 2002: Geoffrey E. Wood, editor, "Explorations in Economic Liberalism:
The Wincott Lectures"
Octubre, 2002: James Bovard, "Freedom in Chains: The rise of the sate and the
demise of the citizen"
Noviembre, 2002: David Boaz, "Toward Liberty: The Idea That is Changing the
World"
Diciembre, 2002: Stephen Moore y Richard Noyes, editores, "Dollars and Nonsense;
Correcting the News Media Top Economic Myths"
Enero, 2003: Richard M. Ebeling, editor, "Austrian Economics: A Reader",
Febrero, 2003: Joshua Muravchik, "Heaven on Earth: The Rise and Fall of
Socialism"
Marzo, 2003: Peter Boettke, editor, "The Elgar Companion to Austrian Economics"
Abril, 2003: David D. Friedman, "Law’s Order: What Economics Has to Do with Law
and Why It Matters".

Jorge Corrales Quesada

Elisa
25/06/2012, 16:13
2003-06-02 LIBRO DEL MES DE JUNIO DEL 2003

Para algunos buenos amigos que alegan que en los "libros del mes" tan sólo hago
referencia a libros de economía, en esta ocasión (aunque verán como eso de la
economía sigue siendo importante) trato el libro de Bjørn Lomborg, The Skeptical
Environmentalist: Measuring the Real State of the World [El Medioambientalista
Escéptico: Midiendo el Estado Real del Mundo] (Cambridge, United Kingdom:
Cambridge University Press, 2001). Bjørn Lomborg es profesor asociado de
Estadística en el Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Aarhus,
Dinamarca y, cabe resaltarlo, por ser este un libro principalmente acerca de
ecología y, sobre todo, de datos, que él fue miembro del movimiento -radical,
para algunos- Greenpeace.

Se cuenta una historia muy interesante acerca del origen de este libro. El
economista Julian Simon era un convencido de las virtudes del libre mercado como
medio para lograr el bienestar y el progreso de la humanidad. Nunca olvidaré su
demoledor libro antimaltusiano The Ultimate Resource [El Recurso Primordial]
[Princeton: Princeton University Press, 1981], que luego amplió a The Ultimate
Resource 2 [El Recurso Primordial 2] [Princeton: Princeton University Press,
1996], en el cual formuló una poderosa crítica al gurú del control de la
natalidad Paul Ehrlich, quien, en la mejor vena de quienes siempre predicen un
futuro angustiante para la humanidad, había abogado por limitar el número de
nacimientos, similar a como en el pasado lo había hecho el Club de Roma, el cual
había predicho hambrunas devastadoras en todo el orbe, como medio para evitar
desastres que casi terminarían con la especie humana.

Pues bien, Simon era un optimista acerca del destino que aguardaba al hombre, en
mucho debido al éxito desplegado por los sistemas de mercado. El ecologista
Lomborg leyó estas exposiciones de Simon –quien a su vez era muy crítico de un
ecologismo irracional, cuyas propuestas y estudios más bien conducirían a un
descenso en el bienestar- y decidió estudiar todas sus afirmaciones, junto con
sus estudiantes, para mostrar que el trabajo de Simon era técnicamente espurio.
Lomborg, en lo profesional, es igualmente un hombre serio y su libro El
Medioambientalista Escéptico reseña el resultado de estas investigaciones, que lo
llevan a concluir con una idea clave: "no debe dejarse que las organizaciones
medioambientales, que los grupos empresariales que ejercen influencias ante los
gobiernos para que esos les favorezcan con sus acciones, o que los medios de
comunicación, sean los únicos que presentan verdades y prioridades. En vez de
ello, debemos luchar por un balance democrático cuidadoso del debate sobre el
medio ambiente, mediante el conocimiento de los hechos más importantes y de las
conexiones de las áreas esenciales de nuestro mundo. Es mi esperanza que este
libro contribuya a tal entendimiento."

El libro de Lomborg provocó un enorme debate principalmente por ataques
provenientes de ciertas organizaciones dedicadas a la investigaciones de asuntos
medioambientales, las cuales pretendieron descalificar su labor. Parte de esto
resulta entendible, porque muchas de ellas dependen de investigaciones
financiadas por gobiernos y entidades que devengaban rentas derivadas de una
preocupación en asuntos del medio ambiente. Tan acre fue la reacción en contra
de este libro, que, después de que la prestigiosa revista The Economist publicara
en su edición del 31 de enero del 2002 un artículo al respecto bajo el título "En
Defensa de la Ciencia", en el cual señaló en su encabezado que "La furia
inspirada por un nuevo libro es extraordinaria y formula algunas preguntas",
debió publicar otro posteriormente, el 9 de enero del 2003, bajo el título de
"Control del Pensamiento", en el cual expresa que "El Comité Danés sobre
Deshonestidad Científica dijo lo siguiente sobre ese libro: Hablando
objetivamente, la publicación del trabajo en consideración se juzga que cae
dentro del concepto de deshonestidad científica." Ante ello The Economist
concluye en que "La decisión del panel de ese Comité –hablando objetivamente- es
incompetente y vergonzosa.""

Antes de continuar mi exposición, para que vean como muchos de estos
planteamientos de promotores celosos de un medioambiente que se considera que
casi no puede ser tocado por el hombre, y los cuales suelen ser lugares comunes y
expresados casi sin cuestionamiento alguno en los medios de comunicación, en
foros políticos y en la academia, deberían, como todo, estar sujetas al
escrutinio y la crítica constante. Como ejemplo de esto, aprovecho para
traducirles un mensaje que tiene que ver con el calentamiento de la tierra y que
hace un cierto tiempo me envió el miembro de palestra Larry Willmore. Este es
tomado de Robert Matthews, "Middle Ages were warmer than today, say scientists"
["La Edad Media fue más caliente que lo es la actualidad, dicen científicos"],
Daily Telegraph, 8 de abril del 2003:

"Los hallazgos (de un grupo de la Universidad de Harvard) comprobaron que el
mundo experimentó un Período Tibio Medieval, entre los siglos IX y XIV, con
temperaturas significativamente más altas aún que las de hoy en día.

Ellos también confirman aseveraciones de que una Pequeña Edad de Hielo se dio
alrededor del año 1300, durante la cual el mundo se enfrió dramáticamente. A
partir de 1900, el mundo de nuevo ha empezado a calentarse –pero aún falta para
que llegue a tener las temperaturas tibias de la Edad Media." El artículo señala
que esto fue aseverado por el Dr. Philip Stott, profesor emérito de biogeografía
de la Universidad de Londres, quien le dijo al Daily Telegraph que "lo que se ha
olvidado en todo esto de la discusión acerca del calentamiento global es un
sentido apropiado de la historia". Mejor dicho no puede serlo.

Me imagino que estos juicios míos pueden haber provocado su curiosidad por leer
la obra de Lomborg, que una vez más está a su disposición de la forma que ustedes
ya conocen. Como comentario de esta obra traduzco uno que aparece en la
revista Regulation de la primavera del 2002, escrito por Richard L. Gordon, quien
es profesor emérito de economía de los minerales en la Universidad del Estado de
Pennsylvania, el cual lleva por título "Desafiando a los Verdes". Los paréntesis
cuadrados son míos:

"Al enfatizar su conversión de miembro de Greenpeace, el estadístico danés Bjørn
Lomborg y su nuevo libro El Medioambientalista Escéptico, ha provocado mucha
atención en los medios. El libro es un resumen amplio, a menudo sin detenerse ni
siquiera para respirar, pero es valioso en cuanto al estado del medio ambiente y
de los efectos humanos sobre él. El autor concluye en que, contrario a las
polémicas sobre el medio ambiente, el calentamiento global y otras "amenazas”
medioambientales han sido sobredimensionadas. No sorprende que el grupo
dirigente Verde [Green establishment] vehemente, pero irracionalmente, haya
atacado esa conclusión".

Los lectores de Regulación y de muchas otras publicaciones de Instituto Cato que
han desafiado los alegatos de los medioambientalistas, por supuesto que están
familiarizados con los argumentos de Lomborg. En efecto, el autor inicia su
libro con una explicación de porqué el cambio en su corazón al intentar y
fracasar en refutar los trabajos del desaparecido Julian Simon (trabajo
patrocinado por Cato). Así escribe Lomborg este episodio:

"En el otoño [nórdico] de 1997, tuve un grupo de estudio con 10 de los mejores
estudiantes que tenía, en donde tratamos de examinar a Simon en su totalidad.
Honestamente, esperábamos mostrar que la mayoría de lo que Simon decía era simple
propaganda de la ultraderecha de los Estados Unidos. Y sí, no todo lo que decía
era correcto, pero –contrario a nuestras expectativas- resultó que una cantidad
sorprendentemente grande de sus posiciones soportaron el escrutinio y entraban en
un conflicto con lo que nosotros creíamos saber. El aire en el mundo
desarrollado se estaba contaminando menos, no más; la gente en el mundo en
desarrollo no estaba sufriendo de hambre cada vez más, sino menos, y así por el
estilo."

El escepticismo de Lomborg ante el movimiento Verde, por supuesto que no es algo
único. Dado que ni él ni Simon lo reconocen adecuadamente, la crítica al
medioambientalismo está muy difundida. Cada tema que se presenta bajo la
sombrilla del medioambientalismo está sujeto a muchos desafíos y existen muchos
otros compendios amplios al respecto. En particular, la visión de Simon acerca
de los recursos naturales, que Lomborg adopta, es, en lo cual Simon fracasó en
hacerlo notar, el punto de vista estándar que hay entre los economistas
especialistas de este campo.

Las principales virtudes del libro de Lomborg son que brinda un visión muy
amplia de la promoción del alarmismo y constituye un resumen extenso,
generalmente bien hecho, de todos los temas. Tal como se indicó antes, sus
análisis trasmiten adecuadamente las objeciones a casi todos los temores, los
cuales él busca desactivar.

LOS CAPITULOS CENTRALES

El amplio texto de El Medioambientalista Escéptico tiene 338 páginas ávidamente
ilustradas, de las cuales 73 son introducciones, resúmenes de secciones o
conclusiones. Eso deja sólo 265 páginas que Lomborg dedica a alrededor de 222
tópicos cubiertos bajo cuatro encabezados generales –bienestar humano
(económico), disponibilidad de recursos naturales, contaminación y problemas del
mañana. El espacio dedicado a cada uno de estos tópicos es breve, en donde sólo
las secciones dedicadas al calentamiento global y a los químicos exceden a las19
hojas; de aquí que el libro lo deja a uno sin aliento. Este formato resulta ser
sorprendentemente bueno, la única cosa en que falla es en un tratamiento de tres
páginas sobre la contaminación del aire interno en las edificaciones, en el cual
el autor muestra mucho menos escepticismo acerca de los alegatos de los Verdes,
que lo que la literatura crítica sugiere sería lo apropiado.

CALENTAMIENTO GLOBAL. El capítulo acerca del calentamiento global tiene tanta
calidad como amplitud. En él, el autor señala que, aún cuando acepta que el
calentamiento es algo real, no queda claro que su corrección sea una buena
inversión y que los esfuerzos anti-calentamiento, como el Protocolo de Kyoto,
impondrían costos muy elevados a cambio de beneficios limitados. Lomborg
reconoce la dudosa economía que está detrás de alegatos imposibles acerca de que
el calentamiento global se curaría dando ganancias, si se pusieran en práctica
todas las opciones atractivas, pero que han sido denegadas, para reducir el uso
de energía. También indica que tales alegatos surgen invariablemente desde
organizaciones promotoras sin experiencia en tomar decisiones sobre temas de
energía.

Aún hasta percibe el problema clásico que se da con promotores del
medioambientalismo: muchos de ellos tienen una desconfianza interna profunda
acerca del progreso material. Los Verdes justifican cada iniciativa por su
contribución general para disminuir el progreso económico –un patrón que se
aplica al caso del calentamiento global.

El mismo análisis de alta calidad se encuentra en todo su libro. Si bien breve,
la discusión de Lomborg acerca de la disponibilidad de recursos naturales, capta
bien los temas. Sus tratamientos de otros temas tradicionales del medio ambiente
también son sólidos, dejando de lado su ya mencionado escepticismo mínimo en el
caso de los alegatos acerca de la contaminación en la calidad del aire interno de
las edificaciones.

LA LETANÍA

Tal como es típico del escepticismo de trabajos acerca de aseveraciones
medioambientalistas, Lomborg brinda una visión global sobre el pesimismo
prevaleciente en cuanto al medio ambiente y acerca de la aceptación frecuente de
un planteamiento estereotipado pleno de alegatos oscuros provenientes de
medioambientalistas, a lo cual él se refiere como "la Letanía". Haciendo notar
aseveraciones sobredimensionadas que hacen Verdes como el presidente del
Instituto Worldwatch, Lester Brown, Paul R. Ehrlich y otros, Lomborg escribe:

"Por mucho tiempo se nos ha dictado la Letanía. Lester Brown y un ejército
entero de organizaciones medioambientalistas, presuntas autoridades y políticos,
nos han advertido acerca de la debacle inminente. Este mensaje ha tenido un
enorme impacto social y político. El libro del ex presidente Al Gore, Earth in
the Balance [La Tierra en la Balanza], es un excelente ejemplo de ese estado de
ánimo. El primer párrafo de su conclusión lo afirma con toda claridad: "La
civilización industrial moderna, tal como está organizada en este momento, está
colisionando violentamente con el sistema ecológico de nuestro planeta.""

El análisis de Lomborg del contraste que hay entre la realidad y la militancia
medioambientalista está llevado a cabo de manera excelente, aunque su argumento
acerca de por qué las predicciones sobre el destino fatal en el medio ambiente
continúan ganando la atención de los medios –porque el desastre constituye
noticia- es un punto ya conocido.

PRIORIDADES. Su capítulo final es particularmente valioso porque se basa en la
proposición estándar del análisis económico hacia la militancia (y todo lo
demás) medioambientalista: tener que escoger [trade offs] es algo inevitable.
Llamar a un problema "urgente" o "colisión violenta" (para pedir prestado el
término de Gore) resulta un mecanismo conveniente, pero siempre malo, para
escoger. Distinguir a un problema como "medioambiental" no requiere
automáticamente, como reza la Letanía, que se le dé un carácter prioritario.

En la Letanía, suenan las alarmas sin tomar en cuenta su impacto. Tal como
sugiere Lomborg, las políticas sobre el medio ambiente dirigen fondos hacia
acciones que remueven un pequeño peligro, en tanto que son negados en el alivio
del hambre o en la provisión de agua potable limpia. El enfatiza la necesidad de
priorizar y ese es precisamente el mensaje que un economista como yo desea
escuchar. Dado que él no lo dice, la raíz de los problemas medioambientales y de
la mayoría de los problemas de política pública yace en el fracaso de reconocer
el aspecto económico.

,Aunque no lo enfatiza tan efectivamente como lo hace Simon, Lomborg percibe el
punto fuerte en el análisis de Simon, cual es reconocer que el establecimiento y
el reajuste de prioridades naturalmente toma su lugar en una economía progresista
de mercado. Dado que aún ni Simon lo asevera, la esencia de la Letanía es su
ignorancia acerca de la disciplina de la economía. Los Ehrlichs del mundo
persistentemente yerran al ignorar las verdades económicas (concientemente así lo
es en el caso de Ehrlich). Las economías están perpetuamente introduciendo
innovaciones y adaptándose a los cambios [shocks]. En contraste, la Letanía
niega la flexibilidad. Eso produce el error persistente que fue objeto de la
desaprobación de Simon.

VALORACIÓN GENERAL

Por sí misma, la publicidad lograda hace que este sea un libro que deban leer
aquellos quienes estén seriamente interesados en los debates acerca del medio
ambiente. Pero también se beneficiará al lector ocasional. Para estar en lo
seguro, el trabajo es muy selectivo en cuanto a constituirse en la introducción
ideal para una lectura ulterior, pero no existe una alternativa mejor. Lomborg
brinda suficientes muestras para conducir a los lectores hacia material
suplementario importante.

El Medioambientalista Escéptico posee grandes virtudes para un lector que quiere
leer acerca de un tema concreto. Las ventajas incluyen su amplitud, su
exactitud, su novedad, su lucidez y su desapasionamiento. Al final de cuentas,
Lomborg se modera en su tratamiento de los alarmistas y se contenta con describir
los abusos, sin mostrar una indignación al estilo de Simon. (Será interesante
ver cómo reacciona a calumnias permanentes similares a las que encaró Simon. La
revista Scientific American, en su edición de enero [del 2002] dedicó 11 páginas
de diatribas contra el libro por parte de cuatro airados “científicos”). [Por si
es de su interés, en la página de Verdes Individualistas –iGreen- aparece la
respuesta de Lomborg –a quien la revista amenazó con demandarlo si no quitaba de
su sitio personal la transcripción de artículo original que Scientific American
publicó en enero del 2002; ver la respuesta de Lomborg en http://www.igreens.org.uk/scientific_american_and_lomborg.htm]

Como reacción ante lo inadecuado de la documentación de los medioambientalistas,
Lomborg presenta en su libro 2.930 notas y una bibliografía de 71 páginas que
contiene (según su propia contabilidad) cerca de 1.800 menciones. Como era de
esperar con tan amplio estudio, la lectura es selectiva, pero muy perspicaz. El
cubre afirmaciones alarmistas, la literatura científica, reportes de gobiernos
nacionales y de agencias internacionales, y otros escritos escépticos.

FUENTES. Los críticos vitriólicos de Lomborg han atacado oportunísticamente
omisiones en su investigación. Sin embargo, tales omisiones son inevitables.
Por lo general, el autor logra encontrar y usar visiones generales que le
conducen en la dirección correcta. Por ejemplo, al discutir sobre los beneficios
del calentamiento global, él se basa en diversos estudios del Panel Internacional
sobre el Control del Clima (IPCC) [Internactional Panel on Climate Control] y, en
discusiones acerca del impacto económico, en una publicación de un simposio del
año 1999 en la revista Energy Journal. El ataque de Stephen Schneider en la
revista Scientific American, al capítulo de Lomborg sobre el calentamiento
global, lo descarta por tener una dependencia indebida de fuentes secundarias,
pero Schneider fracasa cuando no menciona que la fuente dominante es el IPCC, la
que Schneider alaba como la autoridad definitiva. (Yo debería mencionar que
Schneider ataca a Lomborg por su carencia de experiencia "científica", pero
procede luego a formular extensos comentarios iletrados [illiterate] acerca de
economía, tales como endosar la fantasía de la oportunidad de una conservación
inexplotada).

En el ámbito de los metales y de la energía (en lo cual yo me especializo),
Lomborg es similarmente selectivo. El se basa fuertemente en Simon y en algunos
análisis generales: por ejemplo, él limita su examen de M. A. Adelman (el
proponente principal de los puntos de vista que Lomborg adoptó acerca del
petróleo) a material tomado de un breve capítulo de una recopilación acerca de
esos temas que Simon editó. Esta dependencia mínima demuestra la consistencia
del autor; no sólo omite material de alguno de los alarmistas, sino también de
material que hubiera brindado soporte adicional a sus argumentos.

En cuanto a la mecánica, las referencias que hace Lomborg son innecesariamente
complejas. Sus notas al pie de página aparecen al final del texto y da tan sólo
da menciones sumarias de las referencias (por ejemplo, "IPCC 1992:78"). El
método que se utiliza ampliamente, de incluir tales citas en el texto al píe de
la página, habría eliminado el paso extra de visitar las notas al final para
poder identificar cada fuente. (Este problema se agrava por la existencia de
errores tipográficos y de peculiaridades que obstaculizan la identificación de la
entrada bibliográfica relevante).

Mi única objeción importante a la bibliografía de Lomborg es que se limita a las
fuentes citadas. Una contribución suya más profunda, más crítica, habría sido
incluir y citar trabajos que brindan información adicional importante para los
lectores. El omite varias presentaciones previas de puntos de vista generalmente
escépticos acerca del medioambientalismo, así como virtualmente toda la
literatura sobre energía y otros recursos minerales, e importantes recopilaciones
sobre temas concretos (por ejemplo, contaminación del aire en el interior de las
edificaciones, químicos y calentamiento global).

CONCLUSIÓN. Dejando de lado estas críticas, el libro de Lomborg constituye una
importante contribución a la creciente literatura que es justificadamente
escéptica de los alegatos del movimiento medioambientalista. Tanto aquellos
recién llegados al debate, como aquellos bien versados en los argumentos,
encontrarán valiosa la lectura de El Medioambientalista Escéptico."


Recomiendo la lectura de este libro, tal como lo hice con los anteriores libros
del mes que he publicado en palestra y que ya saben cómo pueden leerlos (tan sólo
con llamarme por teléfono y ponernos de acuerdo):

Febrero, 2002: David Henderson, "The Changing Fortunes of Economic Liberalism:
Yesterday, Today and Tomorrow"
Marzo, 2002: Roger Garrison, "Time and Money: The Macroeconomics of Capital
Structure"
Abril, 2002: Paul Collier and David Dollar, "Globalization, Growth and Poverty:
Building an Inclusive World Economy"
Mayo, 2002: David Conway, "Classical Liberalism: The Unvanquished Ideal"
Junio, 2002: Lawrence E. Boland, "The Foundations of Economic Methodology"
Julio, 2002: Gary Becker y Guity Nashat Becker, "The Economics of Life"
Agosto, 2002: Xavier Salá-i-Martín, "Economía Liberal para no Economistas y no
Liberales"
Setiembre, 2002: Geoffrey E. Wood, editor, "Explorations in Economic Liberalism:
The Wincott Lectures"
Octubre, 2002: James Bovard, "Freedom in Chains: The rise of the sate and the
demise of the citizen"
Noviembre, 2002: David Boaz, "Toward Liberty: The Idea That is Changing the
World"
Diciembre, 2002: Stephen Moore y Richard Noyes, editores, "Dollars and Nonsense;
Correcting the News Media Top Economic Myths"
Enero, 2003: Richard M. Ebeling, editor, "Austrian Economics: A Reader",
Febrero, 2003: Joshua Muravchik, "Heaven on Earth: The Rise and Fall of
Socialism"
Marzo, 2003: Peter Boettke, editor, "The Elgar Companion to Austrian Economics"
Abril, 2003: David D. Friedman, "Law’s Order: What Economics Has to Do with Law
and Why It Matters".
Mayo, 2003: J. C. Lester, "Escape from Leviathan: Liberty, Welfare and Anarchy
Reconciled".

Jorge Corrales Quesada

Elisa
25/06/2012, 16:13
2003-06-27 LIBRO DEL MES DE JULIO DEL 2003

A partir de este mes se presentará una variación importante con respecto a los
anteriores libros del mes que desde febrero del 2002 he venido enviando a
Palestra. Al contrario de los previos, a partir de este libro del mes sólo haré
una cita del autor, la publicación y un muy breve resumen de uno o dos párrafos
acercad de su contenido. Creo que es mi deber explicar el porqué de la enorme
variación en el libro del mes, reflejo de un fracaso en las intenciones que me
motivaron inicialmente. Una de ellas es que toma mucho de mi tiempo el
prepararlos en la forma previa y, la más importante, es que parece no ser de
mucha utilidad, pues, en todo ese tiempo de envíos a Palestra, si acaso ha habido
un par de comentarios respecto de ellos y tan sólo dos personas me han pedido que
les preste el libro que siempre les he ofrecido para leerlo. Se que muchos están
muy ocupados como para leer libros, pero también me deja un sinsabor si es que en
Costa Rica se leen libros de esta naturaleza (por que si fuera por la página dos
diaria de La República, verán como "todos" leen). Incluso alguien en su momento
me dijo que sólo comentaba libros de Economía e hice un esfuerzo para acudir a
otra temática, tal como filosofía, ecología, política, pero... igual fracaso; tal
vez el problema no es Jorge Corrales o que la lectura aburre o que no hay tiempo.
Pero ahora hago este nuevo intento e igual que siempre, éste y todos los libros
anteriores están a su disposición.

El libro del mes de julio del 2003 es de Gordon Tullock, Arthur Sheldon y Gordon
L. Brady, Government Failure: A Primer in Public Choice (Washington, D. C.: Cato
Institute, 2002).

Muestra el fracaso del argumento de "fracaso del mercado" que se utiliza en
muchas ocasiones como justificación para que el estado intervenga subsanando
dicho problema. Se supone que dicha intervención es tal que corrige la
ineficiencia derivada del "fracaso del mercado", sin que se haga referencia no
sólo al costo que tiene toda intervención, sino si esa intervención pública es
capaz de corregir aquella ineficiencia. Todo esto último se conoce como "el
fracaso del estado" y los autores dan muestras de muchas experiencias de
intervención estatal que no sólo ha fallado en corregir las presuntas fallas del
mercado, sino que su resultado ha sido peor. Esto es, que la medicina ha sido
peor que la enfermedad. Salud.

Jorge Corrales

Elisa
25/06/2012, 16:13
2003-08-01 LIBRO DEL MES DE AGOSTO DEL 2003

Se trata del libro de Charles Adams, For Good and Evil: The Impact of Taxes on
the Course of Civilization [Para Bien o para Mal: El Impacto de los Impuestos
Sobre el Curso de la Civilización], segunda edición (Lanham, Maryland: Madison
Books, 1999). Nota: la palabra "course" en inglés también significa maldición,
así que no se confundan de antemano por aquello de que piensen que los impuestos
son una maldición.

Lo mejor es traducir el preámbulo que del libro hace Alvin Rabushka, de la
Institución Hoover de la Universidad de Stanford y destacado proponente de la
gran reforma al sistema tributario federal de los Estados Unidos: sustituir a
esa impresionante maraña tributaria por un único impuesto del 10% a todos los
ingresos, sin excepciones. Debo hace notar lo que Rabushka escribe refiriéndose
a un libro previo sobre impuestos de Charles Adams, titulado “Fight, Flight,
Fraud: The Story of Taxation” [Lucha, Fuga y Fraude: La Historia de la
Tributación], lo cual es igualmente aplicable a esta segunda edición del nuevo
libro de Adams.

Charles Adams es un especialista en derecho tributario internacional y ha
escrito diversos ensayos sobre impuestos. Ha sido conferencista sobre historia
de la tributación en los Archivos Nacionales de los Estados Unidos, la
Universidad George Mason, la Universidad de Rochester, en Nueva York, la
Universidad de Toronto, Canadá y la Universidad de Nueva York y está asociado,
entre otros, al Instituto Ludwig von Mises en la Universidad Auburn en Alabama.

Escribe Rabushka:

“En 1982 Charles Adams publicó un libro maravilloso titulado “Fight, Flight,
Fraud: The Story of Taxation”. Yo tengo dos copias. Mantengo una a mano en mi
oficina para cuando necesito hacer referencias y la otra está en mi casa. (Serán
reemplazadas por dos copias de “For Good and Evil: The Impact of Taxes on the
Course of Civilization”). Las consulto frecuentemente para encontrar anécdotas
de tonterías tributarias, así como para efectuar referencias bibliográficas en
mis propias investigaciones. Puedo decirles honestamente que en el curso de
quince años [Rabushka escribió esto en 1993] de efectuar investigaciones
profesionales y de escribir sobre temas tributarios, yo pondría a la historia de
la tributación de Charles Adams en el punto absolutamente más alto de la lista de
lecturas acerca del tema.

“Fight, Flight, Fraud” fue entretenido, informativo, y pleno de lecciones acerca
de por qué la tributación es algo importante. Me deleita decirles a todo el
mundo que los orígenes de la historia documentada están inseparablemente ligados
con la de la imposición opresiva. El amanecer de la historia, de hace unos seis
mil años, se descubrió en forma de unos conos de arcilla cuneiformes excavados en
Lagash, Sumeria, que se ubica en la fértil llanura entre el Tigris y el Eufrates
en el moderno Iraq. Y ¿qué estaba grabado en esos conos?. Que los Sumerios
temían más a los recaudadores de impuestos que a sus señores o a sus reyes. ¡Plus
ça change, plus la même chose!.

Tengo muchas otras historias favoritas. La Piedra de Roseta, por ejemplo, cuyo
texto en jeroglíficos, demóticos, y en idioma griego fue la clave para revelar
las historias del Antiguo Egipto, de lo que trataba era acerca de una inmunidad
tributaria. Lo cual es, por supuesto, la razón por la que estaba escrita en una
piedra y no en un papiro.

Otro ejemplo es el de la próspera Isla de Rodas, que cobró un impuesto del 2 por
ciento por utilizar comercialmente sus muelles. Rodas perdió el 85 por ciento de
su comercio en un año después, cuando Roma estableció un puerto libre de
impuestos en la Isla de Delos. El libre comercio, y no la guerra, fue lo que le
permitió a Roma derribar la supremacía comercial de Rodas. Y Roma, por sí misma,
cayó, no por las manos de los Hunos, sino a causa de la evasión fiscal, cuando
los terratenientes ricos pensaron en esquemas ingeniosos, uno tras otro, para
escapar de los impuestos, dejando al estado sin recursos para defenderse por sí
mismo. “Fight, Flight, Fraud” es una mina de oro para los productores de series
de televisión.

Diez años más tarde, Charles Adams ha traído a este continente una nueva
historia de la tributación. En “For Good and Evil” agrega no solo material nuevo
sino también capítulos adicionales a un cuerpo de investigación y de exposición
que ya es de por sí impresionante, que cubre civilizaciones antiguas, las Eras
Griega y Romana, la Edad Media, la evolución de los estados en Europa Occidental
y Oriental, los Aztecas y la historia de la imposición en los Estados Unidos. Un
nuevo capítulo describe las economías milagrosas de Japón, Hong Kong, Singapur,
Taiwán y Corea del Sur, las cuales pusieron en práctica bajos impuestos y trata
la economía del enfoque de oferta, aún antes de que Reagan popularizara al
término. Otro nuevo capítulo muestra como las constituciones de los estados
protegen a los contribuyentes, al darles controles constitucionales sobre los
impuestos y el gasto. Tal vez el más famoso de estos sea la Proposición 13,
producto del cerebro del fallecido Howard Jervis, el cual limita las tasas del
impuesto sobre la propiedad en California a un 1 por ciento del valor en efectivo
de la vivienda.

Adams también agrega un nuevo capítulo, "Taming the Monster" ["Domando al
Monstruo"]. Propone varias reformas, decididamente en favor del contribuyente,
que hacen que los impuestos sean para bien y no para mal. Entre ellas incluye
hacer una ofensa criminal de cualquier extorsión tributaria por parte de
funcionarios gubernamentales, permitir que los contribuyentes puedan demandar a
las autoridades tributarias por deshonestidad [misconduct], y otorgar a los
votantes poderes para revocar [recall] a directores regionales de la Tributación
Directa [Internal Revenue Service, supuestamente electos popularmente]. Tal vez
la reforma más importante sea la propuesta de cambio de un régimen de tributación
directa a uno de imposición indirecta, para minimizar los poderes que tiene el
gobierno para convertirse en un intruso en los asuntos privados de las personas.

Mi recomendación favorita es la de deshacerse de todo el sistema de impuesto
sobre la renta federal de los Estados Unidos, sustituyéndolo en favor de un
gravamen único del 10 por ciento, sin que hayan excepciones "especiales". El
impuesto uniforme del 10 por ciento aparece bien fundamentado en varios miles de
años de la historia de Israel, Roma, Grecia y la Antigua China.

Los diez años que hay entre las publicaciones de "Fight, Flight, Fraud" y "For
Good and Evil" fueron bien puestos por Adams a un uso productivo. Ofrece a los
lectores varias sutilezas aprendidas de la historia de la tributación. Primero,
los buenos sistemas tributarios se convierten en malos, a menos que los
ciudadanos sean capaces de restringir a sus gobiernos, los cuales tienen una
propensión normal para ajustar su gasto a los voraces apetitos innatos, y no a
sus billeteras. Segundo, la civilización tiende a auto-destruirse con una
imposición excesiva. Tercero, la moderación es un principio importante en el
diseño y la puesta en práctica de cualquier sistema tributario. El principio de
moderación incluye la selección de las tasas tributarias y de las penas por
evasión, el carácter de intrusión que tiene la recolección de impuestos y la
necesidad de tratar a los contribuyentes de manera igual, evitando una severa
progresión o una severa regresividad.

¡Que tengan una feliz lectura! Y esperemos que nuestros gobernantes elegidos,
nombrados o, según sea el caso, auto-ungidos, tomen a pecho las admoniciones de
Adams."


Jorge Corrales Quesada

Elisa
25/06/2012, 16:33
2002-04-01 EL LIBRO DEL MES DE ABRIL DEL 2002

De Paul Collier y David Dollar, "Globalization, Growth, and Poverty: Building an
Inclusive World Economy", una publicación conjunta del Banco Mundial y la Oxford
University Press, 2002. Traduzco a continuación el preámbulo escrito por el
Vicepresidente y economista principal del Banco Mundial, Nicholas Stern, quien
además supervisó la obra. Los paréntesis cuadrados son míos. Este libro, en
idioma inglés, también puede ser bajado del siguiente sitio:

http://econ.worldbank.org/prr/structured_doc.php?sp=2477&st=&sd=2857

"La globalización -la integración creciente de las economías y de las sociedades
alrededor del mundo- es un proceso complejo que afecta muchos aspectos de
nuestras vidas. El ataque terrorista a los Estados Unidos el 11 de setiembre
[del 2001] fue uno de los aspectos de la globalización. El crecimiento rápido y
la reducción de la pobreza en China, India y otros países que fueron pobres hace
20 años es otro aspecto. El desarrollo de la internet y la más fácil comunicación
y transporte alrededor del mundo son un tercer aspecto. La extensión del SIDA es
parte de la globalización, tal como lo es el desarrollo acelerado de tecnologías
que posibilitan extender la vida. Algo tan complejo no puede ser analizado en
un solo libro y nuestro objetivo es más humilde que examinar todos los aspectos
de la globalización. El enfoque de nuestra investigación es el impacto que tiene
la integración económica sobre los países en desarrollo y especialmente sobre los
pobres que viven en esas naciones. Cerca de una quinta parte de la población del
mundo vive con menos de $1 al día y eso es inaceptable en un mundo con tal
abundancia. Las preguntas claves que formulamos son si la integración económica
ayuda a reducir la pobreza y cómo puede hacerlo más efectivamente.

Nuestra investigación rinde tres hallazgos principales que tienen que ver con
debates actuales sobre políticas acerca de la globalización. En primer lugar,
países pobres, con alrededor de 3 billones de personas, han irrumpido en los
mercados globales de manufacturas y servicios. Mientras que hace 20 años la
mayoría de las exportaciones de los países en desarrollo era de bienes primarios,
ahora predominan las manufacturas y los servicios. Esta integración exitosa
generalmente ha ayudado a reducir la pobreza. Ejemplos pueden encontrarse en las
provincias de China, en los estados de India y en países como Bangladesh y
Vietnam. Los 'nuevos globalizadores' han experimentado una reducción de la
pobreza en gran escala: durante los años noventas, el número de sus ciudadanos
que estaban en la pobreza declinó en 120 millones. La integración no habría sido
posible sin una gama amplia de reformas domésticas que cubren la gobernabilidad,
el clima de inversión y la provisión de servicios sociales. Pero también
requirió de la acción internacional, que proveyó acceso a los mercados externos,
tecnología y ayuda.

El segundo hallazgo tiene que ver con la inclusión tanto entre países como a lo
interno de ellos. Una de las tendencias globales de las dos últimas décadas que
mayor perturbación causa es que países con cerca de 2 billones de habitantes
están en peligro de quedar marginados de la economía mundial. Los ingresos en
estos países han estado cayendo, la pobreza ha estado creciendo y hoy día
participan menos en el comercio [mundial] en comparación a como lo hicieron hace
20 años. En el extremo, algunos de estos son estados fracasados, tales como
Afganistán o la República Democrática del Congo. El mundo tiene un gran interés
en juego para así ayudar a estos países a integrarse a la economía global y
nosotros destacamos un rango de medidas que podrían facilitarla y conducir a una
mayor inclusión de países en la globalización contemporánea. Estas medidas
oscilan desde un mejor acceso a los mercados de los países ricos hasta mayores
volúmenes de ayuda externa, pero mejor administrada.

Dentro de los países que han tenido éxito en irrumpir en los mercados globales
de manufacturas, la integración, típicamente, no ha conducido a una mayor
desigualdad en los ingresos. Sin embargo, en la globalización existen tanto
ganadores como perdedores. Tanto los dueños de firmas como los trabajadores en
sectores protegidos es posible que pierdan por la liberalización y a causa de la
existencia de una economía más competitiva, mientras que los consumidores y
aquellos quienes encuentren trabajo en las nuevas empresas, estarán entre los
ganadores. Es importante contrarrestar los riesgos de pérdida por medio de la
protección social y tales medidas pueden ser financiadas [affordable] en el
contexto de las ganancias económicas que están experimentando los nuevos países
globalizadores.

Un tercer tema tiene que ver con la estandarización u homogeneización. Encuestas
en diversos países revelan ansiedad acerca de que la integración económica
conducirá a una homogeneización institucional o cultural. Sin embargo, las
sociedades que ya están plenamente integradas a la economía global difieren
enormemente. Entre las naciones más ricas, Japón, Dinamarca y los Estados Unidos
son cada una muy diferentes en términos de cultura, instituciones, políticas
sociales y desigualdad. Entre los países globalizadores en desarrollo, es también
impactante que países como China, India, Malasia y México hayan tomado rutas
diversas hacia la integración y permanecen con características muy propias en
términos de cultura e instituciones. La diversidad puede ser algo más robusta de
lo que popularmente se imagina. Sin embargo, algunos desarrollos recientes en el
intercambio global y en el régimen de inversiones están empujando a los países
hacia una estandarización indeseable. Es importante que los acuerdos de comercio
global y de inversión respeten las libertades de los países, en un rango de áreas
que van desde los derechos de propiedad intelectual, bienes culturales y
protección del medio ambiente, hasta políticas sociales y estándares laborales.
La globalización no necesita de la homogeneización y es importante que la
diversidad sea respetada en los acuerdos internacionales. Existe también el
peligro real de que la imposición de estándares globales pueda ser usada como la
excusa para que resurja el proteccionismo en los países ricos.

En resumen, la integración económica global ha ayudado a reducir la pobreza y no
deberá ser echada atrás. Pero la economía mundial podría ser más incluyente: el
crecimiento de los mercados globales no deberá continuar dejando de lado a 2
billones de personas. Las naciones ricas pueden hacer mucho, tanto a través de
ayuda como con políticas comerciales, para ayudar a que los países actualmente
marginados ingresen en el camino de la integración, el cual ya ha probado ser tan
efectivo para los nuevos globalizadores.

Elisa
25/06/2012, 16:33
2002-04-30 LIBRO DEL MES DE MAYO DEL 2002

David Conway, El Liberalismo Clásico: Un Ideal No Vencido [Classical Liberalism:
The Unvanquished Ideal] (New York: St. Martin's Press, Inc., 1995). Tengo el
libro y si alguien desea leerlo, por favor llámeme para ponernos de acuerdo.

Los años 80s vieron dos importantes eventos históricos; por una parte, un
renacimiento del liberalismo en casi en todo el mundo y, por la otra, la caída
del comunismo de tipo soviético. Pero hoy día se cuestiona si las democracias
liberales de Occidente podrán constituirse en el modelo que deberían seguir las
naciones, en especial cuando los esfuerzos de la Sra. Thatcher y del Presidente
Reagan de poner en practica muchos de los principios liberales han sido
revertidos conforme ha pasado el tiempo, además de que la recesión en algunas de
las principales economías del mundo ha puesto en cuestión la capacidad de esos
países para seguir creciendo conforme con el modelo liberal.

Esto último ha servido para que algunos de inmediato juzguen que las economías
capitalistas se caracterizan por la inestabilidad y volatilidad de sus ciclos
económicos, además de reiterar la existencia de problemas sociales, tales como
crimen creciente, aumento de la drogadicción y desmembramiento de los núcleos
familiares y, en general, un debilitamiento de instituciones sociales básicas,
que impide mantener el control y el bienestar en el mundo occidental.

Esto ha hecho que "muchos se cuestionen si la alternativa capitalista
democrática puede ser algo mejor" que las opciones socialistas previas.
Ciertamente existen pocos admiradores del sistema capitalista y que si bien sus
planteamientos tienen poca influencia directa sobre la opinión pública, tienen
dos efectos indirectos importantes: por una parte, educan a quienes en el futuro
formulan políticas, así como a los medios de comunicación y, en segundo término,
legitiman las recetas de políticas y visión de las clases que influyen más
directamente. Sin embargo, "poco más que eso acerca del capitalismo es
considerado como de algún valor y mucho es considerado como deficiente."

Así, hay tres quejas principales en el mundo intelectual de hoy acerca del
capitalismo. En primer lugar, que el capitalismo democrático crea y perpetúa
formas y grados de desigualdad económica que se considera como moralmente
injustificados. Ejemplares críticos en este sentido, llamados por el autor los
modernos liberales (intervencionistas y estatistas) en contraste con los
liberales clásicos (como se consideran él y yo también), son Rawls, Dworkin,
Nagel, entre otros.

Una segunda queja bastante extendida acerca del capitalismo es que daña, sino
es que del todo destruye, el tejido social, la sensibilidad moral y la cultura de
quienes viven dentro de él. Por ejemplo, los llamados comunitarios, como Sandel,
MacIntyre y Walzer se quejan de que el capitalismo conduce al "empobrecimiento de
la sensibilidad moral de sus miembros."

Y, en tercer lugar, proveniente de la derecha a diferencia de los dos
anteriores, hay la queja de que el "estado liberal democrático es incapaz de
crear y preservar las diferentes condiciones morales requeridas para sustentarse
a sí mismo." Proponentes de esta críticas son, por ejemplo, Scrutton y Gray ( sí,
el antiguo proponente de las ideas liberales clásicas y tratadista de Hayek).

El propósito del libro, nos dice su autor, es "decidir entre los liberales
clásicos y sus oponentes contemporáneos." Para ello, presenta el caso a favor del
liberalismo clásico y un gobierno mínimo, así como enfrenta a la crítica contra
el capitalismo sustentada en la igualdad, al igual que la crítica comunitaria y
también la proveniente del espectro conservador, con el propósito de demostrar
que estas tres posiciones antiliberales no aguantan al escrutinio crítico.

Hay una sección del libro que me complació mucho y que me permito transcribir.
Es cuando el autor señala que "en cuanto las sociedades son afectadas con tales
problemas [como por ejemplo, drogas, pornografía, crimen violento, pobreza en el
tercer mundo, xenofobia, racismo, opresión de las mujeres y contaminación del
medioambiente, para que vean el sabor del texto] eso se debe a que estas
sociedades se conforman muy cercanamente a las panaceas del liberalismo moderno,
en contraste a lo que es el liberalismo clásico. La solución podrá ser encontrada
por las sociedades prosiguiendo en el camino hacia la libertad, tal como la
entendieron los liberales clásicos."

Hay otras partes muy interesantes del libro, como lo es la crítica que hace de
Rawls -autor favorito del intervencionismo redistribucionista- que nos destila
mucho del buen sabor de este libro. Conway considera que no es inmoral, como sí
lo juzga Rawls, que las personas posean mejores perspectivas en su vida a causa
de diferencias no merecidas -tales como, por ejemplo, lo puede ser una mejor
educación que les brindaron sus padres o una "buena" dotación genética ("good
looks", inteligencia). Dado que Rawls concibe a la sociedad como una especie de
aventura cooperativa, de la cual todos participan porque obtienen ventajas mutuas
al hacerlo, en ausencia de cooperación se podría esperar que a las personas las
cosas les irán de manera distinta a causa de sus diferencias en las dotaciones
naturales. En ausencia de cooperación, a algunos individuos con dotaciones
naturales superiores les podría ir mejor que a otros individuos que poseen
dotaciones inferiores. Ante esta diferencia de atributos, no sería algo
arbitrario que les vaya mejor en sus prospectos de vida en comparación con los
menos dotados. Si no hay cooperación y si la cooperación es para que -dotados y
no dotados- obtengan ventajas mutuas, se deduce que "a menos que los principios
de justicia que gobiernan la cooperación social permitan la existencia de
prospectos de vida desiguales, aunque a la vez no sean merecidos, los mejores
dotados podrían concluir con que no se benefician de la cooperación con aquellos
menos dotados -y, por lo tanto, no tienen razón alguna para cooperar. En
consecuencia, y contrario a Rawls, no hay una desviación con respecto a algunos
de los juicios morales [expuestos]... que aquellos con dotaciones naturales
diferentes deban, dadas estas diferencias sin duda alguna no merecidas, disfrutar
de prospectos de vida diferentes los unos de los otros." (p. 32).

Me parece que la defensa actual que este libro hace de los viejos principios
liberales ante el acoso del liberalismo intervencionista (tal como significa en
los Estados Unidos el término liberal), de la crítica comunitaria y la
proveniente de la derecha conservadora, reviste una enorme importancia en la
lucha intelectual de la actualidad en torno a la vigencia del pensamiento
liberal. Recomiendo su lectura a quienes están interesados en temas sobre la
libertad y, más que todo, por quienes se encuentren en las trincheras de la
defensa del viejo espíritu whig.

Jorge Corrales Quesada

Elisa
25/06/2012, 16:33
Si alguien ha leído un libro interesante y nos quiere comunicar parte o un
resumen o comentario bienvenido sea a palestra.


2002-05-30 LIBRO DEL MES DE JUNIO DEL 2002

Lawrence Boland, The Foundations of Economic Method, London: Geo. Allen & Unwin, 1982. El profesor Boland tiene en proceso de revisión este libro y planea una segunda edición. Este puede ser obtenido (además de otras publicaciones suyas sumamente interesantes) en www.sfu.ca/~boland/book1pdf.htm Traduzco lo siguiente a partir de la presentación que de su libro hace Boland en una reciente red de Internet. Los paréntesis cuadrados son míos.

"[Su] principal programa de investigación durante los últimos 25 años ha sido
tratar de que los economistas neoclásicos reconozcan que no sólo es importante
seguir al pensamiento de Friedrich Hayek y reconocer que hay un papel para el
conocimiento en la toma de decisiones, sino también que su suposición común de
que el conocimiento debe ser adquirido por medio de la inducción, es una teoría
falsa del conocimiento o aprendizaje. Específicamente, [Boland] urge a los
economistas neoclásicos a que reconozcan que el conocimiento es como la salud y
no como la riqueza. Esto es, que el conocimiento (diferente del vocabulario en
el lenguaje) no es una cantidad de la cual se puede tener más de ella (Popper
llama a esta versión cuantitativa "la teoría del balde del conocimiento"). En
vez de ello, siguiendo tanto a Sócrates como a Popper, [Boland dice] que el
conocimiento es como la salud, algo que usted puede mejorar.

Se deduce del punto de vista Socrático-Popperiano de la metodología que uno
aprende mediante la crítica y, en particular, descubriendo los errores propios.
Es más, tal como lo reconoció Hayek, la economía neoclásica, con su enfoque
basado en la maximización exitosa, nunca puede explicar la dinámica, puesto que,
sin errores, no habría razón alguna para cambiar. Pero, a menos que reconozcamos
explícitamente que el conocimiento es algo falible y, por lo tanto, posiblemente
falso, nunca podríamos explicar la dinámica económica o, según sea el caso, la
teoría sobre el capital. [Boland está] convencido de que la teoría neoclásica
puede ser reparada y mejorada, aunque tiene mucho trabajo por delante.

Un breve esquema del contenido del libro es el siguiente: La Parte 1 describe lo
que [el autor] llama la "agenda oculta"; esto es, los problemas metodológicos
esenciales que restringen las explicaciones neoclásicas. El capítulo 1 es acerca
de lo que Popper llama el "Problema de la Inducción" (el cual ahora 'todo mundo'
reconoce como sin solución) y su manifestación actual, que [Boland llama] el
"Problema con la Inducción". El capítulo 2 es acerca del individualismo
metodológico y discute cómo los economistas neoclásicos lo dañan al requerir una
versión reductiva, psicologista, la cual hace imposible que surjan modelos
dinámicos satisfactorios.

La Parte 2 del libro aplica la agenda oculta para explicar los problemas
('puzzles') teóricos que eran la moda cuando [Boland escribió su primera
edición]: modelos de desequilibrio (capítulo 3), expectativas racionales
(capítulo 4) y microfundaciones (capítulo 5). Todo esto va a ser reemplazado en
la próxima edición, excepto la parte dedicada al asunto del tiempo en la teoría
económica (capítulo 6). [No por ello dejan de ser interesantes, además de que en
muchas de nuestras facultades aún se enseñan sobre estos temas]

La Parte 3 discute las tres principales formas por las cuales los economistas
neoclásicos tratan de solucionar el "Problema con la Inducción": la economía
positiva (capítulo 7), la economía analítica (esto es, matemática) (capítulo 8) y
el Instrumentalismo (capítulo 9). Toda esta parte [dice Boland que] será
reformada de manera importante en la segunda edición.

La parte 4 discute los puntos de vista comunes existentes hacia 1982 acerca de
la metodología y trata de explicar cómo Popper podía ser incorporado en la
agenda. El capítulo 10 compara el punto de vista de Popper sobre la metodología
con lo que era típico en 1982 (pero, desafortunadamente, esa posición típica de
entonces no ha desaparecido completamente). El capítulo 11 discute como Popper y
Hayek pueden ser incorporados metodológicamente en una economía neoclásica
mejorada. El capítulo 12 presenta el punto de vista del autor de que no existe
tal cosa como "una metodología para todos los propósitos". Por lo tanto, [Boland
aboga] por lo que él llama una "metodología dependiente del tipo de problema",
que presume una aceptación del racionalismo crítico de Popper."

"Para resolver el problema de explicar la dinámica, [Boland inicia] mediante una
formulación de una agenda de investigación nueva, no psicologística,
individualista, basada en la epistemología de Popper y en una versión modificada
del individualismo de Hayek. El lo llama el programa Popper- Hayek para explicar
cualquier proceso dinámico racional."

Los párrafos siguientes tomados del libro de Boland en referencia, podrían dar
al lector una idea de su trabajo (Nota no ahondaré en las fuentes citadas):

"Una base para una explicación individualista de la dinámica.

Para resolver el problema de explicar la dinámica, empezamos formulando una
agenda de investigación nueva, no sicologística, individualista, basada en la
epistemología de Popper y en una versión modificada del individualismo
metodológico de Hayek (basado en Boland, 1978). Nosotros llamamos a esto el
programa Popper-Hayek para explicar cualquier proceso dinámico racional. Para
propósitos de la discusión, separemos las partes esenciales de la agenda
propuesta.

Antijustificacionismo. Primero que todo, se presume que todo conocimiento es
esencialmente teórico, por tanto, basado en conjeturas; segundo, que es
posiblemente cierto, aunque nunca podamos probar su status de verdadero (Popper,
1972, Cap. 3).

Antisicologismo. Se presume que el conocimiento de cada uno es potencialmente
objetivo (Popper, Cap. 1).

Toma de decisiones racionales. Se supone que lo que uno hace en algún punto en
el tiempo depende del conocimiento que uno tenga en ese momento y en la lógica de
la situación en la cual se emplea ese conocimiento (Hayek 1937/48; Hicks, 1973,
1979)

Dinámica situacional. Se supone que los cambios en el comportamiento de uno
pueden resultar de cambios en el conocimiento que uno tenga así como por cambios
previstos o no previstos [Intended or unintended] en la situación de uno (Hayek
1937/48; Shackle, 1972).

Deberá señalarse que este enfoque para resolver el problema de explicar la
dinámica en un marco individualista a corto plazo requiere del rechazo de la
epistemología inductivista de Hayek y su reemplazo por el concepto de Popper de
conocimiento objetivo. Esto último requiere del rechazo del psicologismo. El
primer paso es especificar uno o más actores, en el pasado o en el presente,
quienes hayan estado causando o contribuyendo al cambio en cuestión, y las
teorías que ellos sostuvieron en el momento de sus acciones. Luego, debemos
especificar las consecuencias no previstas de sus acciones, entreteniendo
conjeturas acerca de por qué sus teorías eran falsas. Note que la falsedad de
las teorías puede ser algo desconocido para los actores en el momento; en efecto,
es por medio de estas consecuencias no previstas que los actores en referencia
pueden aprender que su conocimiento es falso. En resumen, este marco asevera que
la economía en el tiempo es una secuencia de consecuencias no previstas de actuar
con base en teorías (sin saberlo) falsas. (Confirmar Hicks, 1965, p. 184; 1979).
(Note que esto no es instrumentalismo, puesto que el status de verdad puede aún
importar)."




Jorge Corrales Quesada

Elisa
25/06/2012, 16:33
Si alguien ha leído un libro interesante y nos quiere comunicar parte o un
resumen o comentario, bienvenido sea a palestra.


2002-06-28 LIBRO DEL MES DE JULIO DEL 2002

Gary S. Becker y Guity Nashat Becker "The Economics of Life," (New York: McGraw-
Hill, 1997). Los paréntesis cuadrados contenidos dentro del texto traducido del
libro son míos. Si alguien desea leer el libro, ya saben cómo y dónde
contactarme.

Este libro presenta una colección de ensayos escritor por el Profesor de
Economía de la Universidad de Chicago, Gary S. Becker, los cuales fueron
revisados por su esposa, la historiadora de la Universidad de Illinois en
Chicago, quien aparece como coautora. Estos ensayos de Becker se han publicado
en la conocida revista de negocios Business Week a través de los años y es una
selección de los más de 130 artículos escritos en el período 1985 -1996.

Mis breves notas están obtenidas del artículo introductorio titulado "De la
torre de marfil a ser un columnista," el cual narra la historia del proceso por
el que este Premio Nóbel de Economía, con la colaboración de su esposa, decidió
extender su influencia más allá de escribir artículos técnicos intelectualmente
poderosos hacia los de temas que fueran del interés del público en general. De
este artículo extraigo los siguientes párrafos que espero queden debidamente
hilvanados, de manera que provoque en los lectores de palestra el interés por
leer el libro (que está a su disposición por mi medio):

"Los numerosos caminos por los cuales los mercados económicos y las políticas
públicas afectan el comportamiento, no son suficientemente apreciados por los
economistas, sin dejar de lado a otras personas.

La economía analiza cómo los mercados, las políticas públicas y otros
acontecimientos afectan al comportamiento de los individuos y de las
organizaciones, que tratan, lo mejor que puedan, de mejorar su situación
compitiendo el uno con el otro por ingresos, trabajos, clientes y, aún, por
prestigio y poder... En este enfoque, el comportamiento depende crucialmente de
los incentivos... En la mayoría de las situaciones, es consistente con el sentido
común que el comportamiento responda a incentivos de la manera expuesta.
Desdichadamente, el sentido común es botado al basurero cuando se discuten los
efectos de las políticas públicas...

El término 'mercado' usualmente connota un camino formal para intercambiar
bienes o activos y establecer precios explícitos... Pero consideramos a los
mercados como acuerdos informalmente estructurados para asignar recursos. Estos
mercados informales pueden usar precios implícitos, en vez de explícitos, para
guiar los recursos hacia quienes los demandan...

El trabajo de Gary Becker ha destacado porque muestra la importancia, tanto de
hacer elecciones con base en un propósito, como de los mercados, no sólo en la
esfera económica, sino también en la vida social y política...

[Ambos autores] están en favor de la libertad individual y de las economías
empresariales privadas, cuyo caso a favor fue presentado por Adam Smith, David
Hume y otros pensadores de los siglos dieciocho y diecinueve...

Por tanto, [dicen] somos liberales en este sentido clásico o europeo, y
preferimos un entorno social, político y descentralizado económicamente, que
permita la libertad de elección, siempre que la libertad de esa persona no
imponga un daño claro y sustancial sobre otros. Esos liberales no son
conservadores en el sentido tradicional de querer preservar el status quo.
Aunque los liberales clásicos reconocen que lo que ha sobrevivido es a menudo
funcional y contribuye al bienestar social, también reconocen que algunas
costumbres y tradiciones muy respetadas en leyes, política y economía, han
sobrevivido debido a la influencia de poderosos grupos de interés que orientan a
la política pública en su favor. Esta es la razón por la cual nuestros artículos
no dudan en abogar por cambios en el status quo a fin de mejorar la eficiencia o
de aumentar las oportunidades de los pobres...
...Los artículos recolectados en este libro contienen recomendaciones sobre
temas importantes y controversiales. Sin ambigüedades, [los autores] se oponen
al gobierno grande y a la planificación central, a la inmigración ilegal, a las
cuotas en el trabajo y para las minorías, a la excepción que se brinda a los
sindicatos de las leyes antimonopólicas, a los pagos de colegiatura altamente
subsidiados que se da a los estudiantes ricos y de clase media en las
universidades estatales, a las restricciones que imponen asociaciones deportivas
[como la NCAA en los Estados Unidos] para que se les pueda pagar a estudiantes
que son, a la vez, atletas, a los límites en el tiempo de servicio de los
miembros del Congreso [de los Estados Unidos], a los sistemas de pago a los
trabajadores basados en las utilidades de las empresas [ESOPs: "Employee Stock
Ownership Plan"] y a otros subsidios a la propiedad de los trabajadores en las
empresas, y a las tarifas y las cuotas -aún cuando sean otras naciones quienes
las imponen.

Pero los artículos no son sólo en 'contra de' ciertos temas. Entre otras cosas,
[los autores] están a favor de vender el derecho de inmigrar legalmente, de una
privatización extensa de las empresas públicas, por la introducción de vales
escolares ["vouchers"] principalmente para los niños pobres, de la legalización
de muchas drogas, en sustituir a un sistema de pensiones de seguridad social
basado en pagos de acuerdo con los ingresos corrientes [pay-as-you-go] por otro
fundamentado en cuentas individuales, de moverse hacia un sistema pleno de
fuerzas armadas voluntarias, de caerle a los padres que fracasan en dar soporte
económico legal a los hijos, en hacer valer los contratos matrimoniales y
acuerdos prenupciales, de promover la libre competencia entre sectas y
denominaciones religiosas, de reformar la Constitución [de los Estados Unidos]
para que los jueces federales sirvan durante plazos sujetos a renovación, en vez
de ser nombrados de por vida, de instituir penas más severas por crímenes graves,
en especial cuando son cometidos con armas, y de cambiar el sistema de bienestar
social ["welfare"] para que se concentre en ayudar a los niños más que a las
madres y a los trabajadores sociales."

Para ayudar a los lectores a localizar temas específicos, en el libro los
artículos se han agrupado bajo categorías amplias, que incluyen regulación,
inversión en capital humano, comercio internacional, inmigración, educación,
mujeres, crimen, el medio ambiente, drogas y otras adicciones, capitalismo,
mercados laborales, comportamiento de las familias, política y gobierno, mercados
accionarios y administración y los ancianos y la seguridad social.

Como señala Becker en su artículo 'When the Wake-Up Call Is from the Nobel
Committee' -'Cuando la llamada telefónica para despertarse viene del Comité del
Premio Nobel- "lo que traté de hacer en estos artículos durante los últimos seis
años y medio es aplicar el mismo tipo de análisis a los temas sociales y de
políticas que son del interés general. Espero que mi Premio Nóbel no me induzca
a pensar que tengo todas las respuestas, y espero que mis artículos puedan
continuar analizando los muchos temas sociales, en donde la forma en que el
economista mira a la vida, tenga algo valioso que decir."

Jorge Corrales Quesada

Elisa
25/06/2012, 16:33
2002-07-29 EL LIBRO DEL MES DE AGOSTO

Xavier Sala i Martín, Economía liberal para no economistas y no liberales
(Barcelona: Plaza & Janés Editores, S.A., 2002). Los paréntesis cuadrados son míos. Asimismo, como en Internet no se cómo poner letras en cursiva, tal como aparecen en el artículo original, las he sustituido por un entrecomillado.

[Sí, el libro está calientito: acaba, en abril, de ser editado y ya tengo una
copia, gracias a un funcionario de la Contraloría quien viajó a un curso en
España y le encargué que, en lo posible, me lo consiguiera. Para los
malpensados, ya le di mis dólares por el costo del libro (no incluye, por
supuesto, el del transporte, así que el amigo me subsidió en algo). Suelo hacer
resúmenes o comentarios de libros, pero en este caso, creo que el prólogo de Joan
Oliver al libro de Sala, "De buenas intenciones, el infierno está abarrotado,"
destila excelentemente el sabor de la obra, por lo cual, lo que voy a hacer, para
estimular sus apetitos, es simplemente reproducir el comentario de Oliver. Luego
de éste, al final, mencionaré algunos de los títulos de los capítulos de la obra
de Sala, la cual, por supuesto, está a su disposición o bien podrían sugerirle a
don Tony Lehmann o a don Carlos Federespiel que la traigan al país para que nos
la vendan. Vale la pena tenerla y leerla.]

" PROLOGO

'De buenas intenciones, el infierno está abarrotado'

Dejándose llevar por su mala cabeza, el señor Xavier Sala i Martín (profesor de
economía en la Columbia University de Nueva York, quien probablemente ustedes
habrán visto alguna vez por la tele [española] vestido con americanas [camisas]
chillonas y corbatas con grandes dibujos) insistió en que en el título de este
libro apareciera la palabra "liberal".

A él, que vive medio año en Nueva York, tres meses en Cataluña -donde ejerce
como profesor de la Universitat Pompeu Fabra-, y tres en Washington, -donde
colabora con el Fondo Monetario Internacional-, le debe parecer que lo de
llamarse liberal queda bien. Pero no sabe dónde se ha metido.

La mayor contribución de un catalán a la bibliografía sobre el liberalismo es la
del insigne eclesiástico Félix Sardá i Salvany, nacido en Sabadell en 1844 y
muerto el año de Nuestro Señor de 1916. Sardá i Salvany pasó a la historia por
la publicación, en 1844, de un libro titulado "El liberalismo es pecado" (en 1999
la editorial Altafulla hizo una edición facsímil que todavía hoy podemos
encontrar). El libro fue un auténtico "bestseller", hasta el punto que en 1891
se llegó a hacer una edición en ocho lenguas (¡ incluidas el catalán, el gallego
y el euskera !). Durante años, los catecismos españoles (como el del famoso
padre Ripalda) incorporaban la pregunta <<¿El liberalismo es pecado?>>, a la
cual, naturalmente, había que responder <<Sí, es pecado>>. Pero Sardá i Salvany
no sólo es un recuerdo de otros tiempos. Hace muy pocos años, el 11 de octubre
de 1992, para conmemorar los quinientos años de algo, el papa Juan Pablo II
canonizó a uno de los más fervientes seguidores del integrista Sardá: san
Ezequiel Moreno y Díaz, muerto en 1906, quien se hizo grabar en su tumba a modo
de epitafio la brillante frase <<El liberalismo es pecado>>. Y aún hoy día los
seguidores de monseñor Lefébvre van por el mundo difundiendo la obra del
eclesiástico vallesano (en Internet es fácil encontrar una adaptación de esta
frase al inglés. "Liberalism is a Sin").

La historia política española hizo que la ideología integrista de Sardá i
Salvany se mantuviera bien viva hasta hace pocos años, y que muchos de los que
hoy tenemos más de cuarenta todavía podamos recordar cómo de pequeños nos
contaban los males del liberalismo, mezclados con los del judaísmo, la masonería
y el marxismo. Curiosamente, aquellos a quienes se intentó inculcar el
falangismo terminamos leyendo las obras completas de Marx, Engels, Lenin y Mao o,
a menudo, adaptaciones como la de Marta Harnecker, que no deferían mucho, en
cuanto al tono, del catecismo del padre Ripalda. Y así nos fueron las cosas.

Una vez más nos contaron que el liberalismo era pecado. Aunque resulte difícil
de creer, Engels, en su estudio sobre la situación de la clase trabajadora en
Inglaterra, también utiliza el término "pecado". Y así fuimos pasando de un
integrismo a otro, pero manteniendo siempre la idea de que el liberalismo es
pecado. Pecado contra la religión, pecado contra la historia, pecado contra los
trabajadores, pecado contra los pobres... Sabiendo que era pecado, pero sin
saber muy bien qué significaba eso del liberalismo. Como decía Unamuno en una
carta abierta a Angel Ganivet (publicada en "El defensor de Granada" en 1898): <<
[...] la constante cantinela de que el liberalismo es pecado, sin que logremos
llegar a saber qué es eso del liberalismo>>.

Y aún nos hallamos en el mismo punto. Todavía hoy una mayoría de nuestra
sociedad, y la práctica totalidad de nuestros intelectuales, periodistas y otros
creadores de opinión, sostienen que eso del liberalismo no es más que una trampa
de los ricos para ahogar a los pobres. Normalmente utilizan el término
"neoliberalismo" y tienen por costumbre acompañarlo del adjetivo "salvaje".
Huelga decir que el "liberalismo salvaje" es el culpable de todos nuestros males:
es el culpable de que en el mundo haya pobres, de que el planeta se caliente, de
que nuestras calles no sean lo bastante seguras o de que las vacas se vuelvan
locas. Todo esto, y mucho más, es culpa del "neoliberalismo salvaje" con la
ayuda inestimable del "pensamiento único", la "globalización" y, según me dijeron
el otro día, "el patrón mundial del consumo".

Ya me explicarán ustedes por qué demonios uno de nuestros mejores economistas,
la máxima autoridad mundial en crecimiento económico [otro libro de Sala i Martín
Economic Growth es el texto más utilizado en el mundo sobre este tema] y un señor
respetado en los foros financieros internacionales quiere colgarse la etiqueta de
"liberal" en un país donde, de pequeños, todos sabíamos que "el liberalismo
es pecado" y ahora que se supone que nos hemos hecho mayores ya hemos aprendido
que "la culpa es del neoliberalismo salvaje".

Posiblemente encontremos una explicación fácil: lo hace para provocar, para
llamar la atención. Por el mismo motivo que se viste con americanas chillonas o
que utiliza el guión corto para escribir su nombre cuando está en Estados Unidos
(Sala-i-Martín) no vaya a ser que los yanquis no se den cuenta de que él es
catalán. Es una explicación fácil, pero no termina de encajar con el personaje.

Y es que Sala i Martín, es que además e usar el guión corto en su nombre y
vestir americanas llamativas, trabaja como un condenado. No es un comediante a
quien le gusta llamar la atención, es un profesor de economía de los buenos, de
los que se pasa horas y horas leyendo, investigando, dirigiendo, escribiendo,
viajando, analizando, pensando... Hace tiempo que lo conozco y que lo trato con
cierta asiduidad, y jamás le he oído pronunciar una opinión gratuita.

Y todavía más importante: a menudo le he oído decir que no sabe nada de nada de
una cuestión determinada. No es cierto; normalmente sabe más sobre ella que todos
los entendidos que se pasan la vida pontificando sobre el bien y el mal. Pero
para él no basta, prefiere no opinar si no sabe "mucho" de una cuestión. Si no
la ha estudiado a fondo y no ha conseguido hacerse su propia opinión personal.
Una opinión que, además, se pueda explicar de un modo claro.

Esta es otra de las grandes virtudes del personaje: saber explicarse. Cuando
habla se le entiende, incluso cuando habla de economía... que suele ser casi
siempre. Como los sabios de verdad, sabe que las explicaciones demasiado
complicadas suelen ser el refugio de los mediocres. Sabe que cuando una idea es
lo suficientemente clara siempre puede ser expuesta de una manera comprensible.
Y también sabe que una parte de su trabajo consiste en conseguir que le
entiendan. Que le entiendan los estudiantes y los colegas, pero también la gente
normal, aquellos que no dominan las técnicas econométricas ni el vocabulario
especializado y que, por ello, son más difíciles de engañar.

Retomemos nuevamente la cuestión. Si el profesor Sala i Martín escribe un libro
como el que tienen en las manos, donde expone de forma clara y rigurosa el
funcionamiento de la economía de nuestros tiempos, y su voluntad no es,
simplemente, provocar, ¿por qué lo titula "Economía liberal para no economistas y
no liberales?"

Pues porque lo cree. Porque, después de estudiar durante muchos años, ha
llegado a la conclusión de que la mejor aproximación a la economía es la que han
hecho los liberales, porque cree que el mundo será mejor si avanza la libertad
económica. Y, en el fondo, es por ello por lo que se toma la molestia de
escribir un libro como éste. Un libro que le dará mucho menos dinero que una
breve intervención en un foro académico. Lo escribe porque quiere que su país,
el nuestro, sea mejor. Y porque está firmemente convencido de que el mundo será
mejor si la libertad económica es mayor. No sólo se lo cree, sino que es capaz
de argumentar de modo entendedor y por eso escribe este libro. Para
explicárnoslo e intentar convencernos.

Intenta convencernos de que <<el gobierno tiene unas obligaciones y que debe
jugar un papel fundamental. Ahora bien, más allá de dichas obligaciones, el
gobierno ha de limitar su acción y dejar que la gente actúe con libertad tanto en
el ámbito económico como en los distintos ámbitos sociales. Ni en la cartera, ni
en la bragueta [la jareta].>>

¡ Ya me estoy imaginando los sarcasmos ¡ ¡ Ahora incluso resultará que el señor
Sala i Martín es un buen samaritano que quiere arreglar el mundo ¡ ¡ Ya sólo
faltaba eso ¡ ¿Cómo nos podemos creer que quiera arreglar el mundo un señor que
dice que quiere pagar pocos impuestos, que dice que la globalización es buena,
que dice que el problema del Tercer Mundo no es la maldad del Primer Mundo y que
quiere que los comercios abran los domingos? [En España está prohibido que los
comercio abran los domingos] ¿Cómo puede ser buena una persona que se atreve a
proclamarse liberal?

La respuesta la da el propio Sala i Martín. <<Soy liberal precisamente porque me
interesa eliminar la pobreza del Tercer Mundo.>> O citando al eminente economista
Paul Krugman, quien afirma que <<el espíritu mercantil y el afán de lucro han
hecho más para un gran número de gente pobre que toda la ayuda humanitaria y
todos los créditos blandos concedidos por todos los gobiernos y todas las ONG del
mundo a la vez.>>

Sala i Martín cree que el trabajo del economista es un trabajo serio que, como
el de cualquier otro profesional (le gusta comparar a los economistas con los
médicos), no se debe medir por las intenciones sino por los resultados. <<La
pregunta realmente importante no es quién es más bueno o solidario, sino cuáles
son las políticas económicas que acabarán consiguiendo que los países pobres
dejen de serlo>>, dice.

Permítanme expresarlo a mi manera, o a la manera de nuestras abuelas: de buenas
intenciones, el infierno está abarrotado.

En las páginas que siguen, el profesor Sala i Martín nos explica que la libertad
económica es el gran motor del progreso humano. Y lo hace no desde las
intenciones o la ideología, sino desde los datos, desde la historia. Datos que
son, al fin y al cabo, los que nos deberían permitir decidir hacia dónde nos
movemos. Si queremos más Estado o más mercado, si queremos más globalización o
más proteccionismo...

Y es en ese terreno, el de los datos y las experiencias históricas
contrastables, donde deberíamos ser capaces, todos, de hablar de economía.

Este libro que tienen en sus manos es una buena ayuda. Permite entender los
mecanismos básicos de funcionamiento de la economía real (la del mercado),
permite ver cuál es el papel del Estado en la economía y permite discutir de casi
todo: de impuestos y de globalización, de horarios comerciales y de progreso
tecnológico, pero también de vacunas, de prostitución o de fútbol.

Aprovechen ustedes el libro. Discutan (discutamos) de manera sensata: con
datos fiables y argumentos contrastados, en la mejor tradición liberal. De eso
se trata.

Joan Oliver"

[Algunos títulos de los ensayos contenidos en el libro:

El papel de los mercados en la economía moderna
Bill Gates y la duquesa de Alba
El papel del gobierno en la economía moderna
Globalización y globofobia
Explotación infantil
Problemas medioambientales
Crisis financiera en el paraíso del sexo
Antiglobalización e intereses creados
El estado del pensamiento liberal]

Jorge Corrales Quesada

Elisa
25/06/2012, 16:34
2002-09-03 LIBRO DEL MES DE SETIEMBRE

EXPLORATIONS IN ECONOMIC LIBERALISM: THE WINCOTT LECTURES, editado por Geoffrey
E. Wood, con un prólogo de Lord Harris of High Cross y con contribuciones de
Jagdish Bhagwati, Milton Friedman, Friedrich A. Hayek, Deepak Lal, James E.
Meade, Sir Alan Peacock, Lord Robbins, Anna J. Schwartz, George E. Stigler y Sir
Alan Walters. Originalmente publicado en Londres por St. Martin?s Press, Inc.,
1996. Dado que en el correo electrónico no se puede enviar en letra cursiva,
cuando en el texto original aparece en dicho tipo de letra, en este texto aparece
subrayado, excepto el caso de títulos de libros, los cuales aparecen
originalmente subrayados y así se conserva en la traducción.

Una vez más les ofrezco este libro (o alguna de las conferencias en él
incluidas), para su lectura, al igual que los anteriores libros del mes, pues ya
saben cómo y dónde contactarme.

Geoffrey E. Wood efectúa un excelente y resumido análisis de cada uno de los
ensayos (en el orden en que parecen en el libro), por lo cual simplemente lo
traduzco. Debo hacer notar que entre los autores hay cuatro Premios Nobel:
Friedman, Meade, Hayek y Stigler.

?Harold Wincott, en cuyo honor fueron pronunciadas las conferencia publicadas en
este volumen, nunca fue un hacedor de política económica en el sentido de alguien
quien trabaja en un ministerio para el gobierno o en un banco central. Pero con
sus comentarios acerca de asuntos financieros y económicos, influyo el clima
intelectual en el cual se tomaron esas decisiones. Como Harold Wincott, ninguno
de los autores de las conferencias impresas en este volumen hizo su carrera en el
gobierno; un buen número, de hecho, sólo trabajó en el gobierno en tiempos de
guerra, y algunos nunca trabajaron allí del todo. Pero todos -aún George
Stigler, quien señaló en una ocasión que él no deseaba cambiar al mundo, sino tan
sólo entenderlo- han influido profundamente tanto en las políticas como en el
clima intelectual en el cual son elaboradas.

Esta breve introducción a los ensayos en este volumen se orienta a poner los
ensayos en sus contextos históricos y a esbozar la influencia que han tenido, y
a ofrecer unas pocas conjeturas acerca de cómo podrán tener influencia en el
futuro. Las conferencias son discutidas en el orden en el cual aparecen en el
volumen, con ocasionales referencias cruzadas.

MILTON FRIEDMAN (1970) -?LA CONTRARREVOLUCION DE LA TEORIA MONETARIA?

En los últimos pocos años se ha reconocido más y más ampliamente que la política
monetaria es importante. Sin control monetario, la inestabilidad económica y,
de acuerdo con que las condiciones monetarias sean muy restringidas o muy laxas,
resultará una deflación o una inflación. En una parte considerable, es gracias a
los esfuerzos de Milton Friedman, el primer conferencista Wincott, que estas
proposiciones, no siempre generalmente aceptadas en la segunda mitad de este
siglo XX, son ahora ampliamente reconocidas y en muchas naciones son las base
para la formulación de políticas.

En su conferencia, el Profesor Friedman primero describe cómo algunas
proposiciones claves relacionadas con el papel del dinero en la economía, fueron
formuladas por Irving Fisher; en particular, la relación de una proporcionalidad
grosso modo entre el crecimiento del dinero y los precios, la distinción entre
tasas nominales y tasas reales de interés y l distinción entre una inflación
prevista y una no prevista. El luego muestra cómo, al seguir los puntos de vista
de Keynes en la Teoría General (aunque no, enfatiza el Profesor Friedman, en el
Tract on Monetary Reform), se rebajó el papel del dinero al proclamarse que la
velocidad de circulación del dinero fluctuaba y compensaba a las variaciones que
se daban de la oferta de dinero. Así l apolítica monetaria perdió su influencia
sobre la actividad económica y fue suplementada en importancia por el componente
del gasto total, el cual es independiente del ingreso corriente ?por lo que hoy
es conocido en los libros de texto como gasto autónomo. Se dice con amplitud que
comprende a la inversión privada y al gasto del gobierno.

Ese cambio fue la ?Revolución?. La ?Contrarrevolución? del título de la
conferencia fue el derrocamiento de esa revolución por una evidencia muy extensa,
mucha de ella debido al propio Friedman y a su trabajo conjunto con Anna Schwartz
(otro de los conferencistas Wincott). Su trabajo condujo a una reinterpretación
de la Gran Depresión, mostrando que fue primariamente resultado de fracasos en la
conducción de la política monetaria. Pero ese dramático episodio no es único ítem
de evidencia. El Profesor Friedman cita varios otros en su conferencia,
incluyendo dos ejemplos impactantes de los Estados Unidos en 1966 y en 1968,
cuando las políticas monetaria y fiscal intentaron impulsar simultáneamente a la
economía en dos direcciones opuestas, y la política monetaria ganó ambas
batallas.

Aún a 25 años de haberse dados esta conferencia, hay en ella una riqueza de
material de la cual, tanto los economistas como quienes formulan políticas,
podrían aprender Existe una explicación de por qué una vez que empieza la
inflación es usualmente difícil detenerla. Hay una explicación de por qué las
tasas de interés son una mala guía para saber si la política monetaria es
restrictiva o expansiva. Y, de la mayor importancia, haya un énfasis acerca de
cuán poco sabemos acerca de los detalles sobre la forma en que opera una economía
y de por qué, por lo tanto, la política monetaria debería ser guiada por reglas
simples en vez de esfuerzos por dirigir con precisión el curso de la economía.

El trabajo es una revisión magistral ?y fácil de leer- de la historia del
pensamiento económico, de la historia económica y de la teoría económica, y
muestra las implicaciones que tienen los tres en la conducción de la política.
Las ideas expresadas en el artículo han influido la formulación de políticas en
países tan apartes geográficamente como Nueva Zelanda e Inglaterra, y a gobiernos
de casi todo el rango de coloraciones políticas.


JAMES MEADE (1971) -?SALARIOS Y PRECIOS EN UNA ECONOMIA MIXTA?

La política monetaria puede, como lo ha discutido Milton Friedman, controlar y
terminar con la inflación. Pero debido a que las expectativas sobre inflación
que mantiene la gente tienden a quedarse atrás del desempeño de la inflación del
momento, pueden surgir aumentos ?tal vez aumentos sustánciales- en el desempleo
durante el proceso. Además, como resulta do, por ejemplo, legislación que
confiere algún grado de poder monopólico a los sindicatos, acuerdos salariales
negociados pueden crear niveles sustanciales de desempleo aún cuando los precios
han sido estabilizados durante algún tiempo y las expectativas rezagadas ya no
están exacerbando las peticiones de aumentos salariales y, en consecuencia, el
desempleo. Estos son los problemas que el Profesor Meade se propone analizar.

El trasfondo histórico en el cual escribió se encuentra resumido en el primer
cuadro de su conferencia. La inflación casi se había duplicado (a partir de un
6.5 por ciento por año) en los cinco años que él analizó; y el desempleo se había
algo menos que duplicado (a partir de un 1.53 por ciento) en el mismo período.
La escala relativa de uno de los problemas que él examinó fue definitivamente
diferente de la que ahora confrontaba la economía inglesa; pero la reconciliación
de precios estables con un nivel de desempleo satisfactoriamente bajo es aún un
problema económico fundamental. ¿Cuáles son las soluciones que propone el
Profesor Meade?

El primeramente considera con cuidado si la inflación es un problema sobre el
cual vale la pena preocuparse. Después de todo, hace notar, si es ?anticipada?
(para usar su término en este contexto) entonces todos los precios y salarios
suben igualmente y nadie aparece sufriendo [1]. Pero la inflación, dice él,
puede también ser ?costosa? ?cuando por una u otra razón, ?los diversos grupos en
la comunidad están actuando de manera tal que efectúan demandas sobre los
recursos reales, tales que... son imposibles de satisfacer?.

Dicha inflación, asevera, vale la pena detenerla. Su preocupación no es tanto
en cómo lograrlo sino como lograr ambos, precios estables y un alto nivel de
empleo. Para ello, se deben satisfacer dos condiciones.

La primera, que el gobierno debe ser capaz, por medio de políticas monetarias y
fiscales, de mantener los gastos monetarios totales al nivel necesario para
proveer un mercado para un nivel de producción asociado con la capacidad de pleno
empleo, a precios monetarios sin inflación; y, segundo, el proceso de
determinación de salarios-precios debe ser tal que asegurar, a este nivel de
capacidad de actividad real asociada con este pleno empleo, tanto que las tasas
de salarios monetarios no son empujadas más rápidamente que en lo que está
creciendo la producción pe cápita y también que los márgenes de utilidades estén
estabilizados.

El problema que él analiza tiene que ver con la segunda de estas dos
condiciones:

el problema de restringir el proceso de fijación de salarios-precios de manera
que se pueda evitar, o reducir en el máximo posible, la inflación de los precios
a niveles de producción asociados con el pleno empleo.

La solución, en principio, es directa. Si un sindicato hace un reclamo salarial
por encima de un cierto porcentaje, ese sindicato pierde varias de las formas en
que se le protege. [2] Estas normalmente confieren a los miembros del sindicato
un poder de negociación mayor que el que tendrían en un mercado abierto. Remover
esa protección hace más difícil que el sindicato pueda dejar fuera del mercado de
puestos de trabajo a otros trabajadores.

Por supuesto que también son seguramente necesarias restricciones similares para
prever un ambiente en que se puedan poner precios monopolísticos. Aquí el
Profesor Meade sugiere que se fortalezca a la comisión antimonopólica. Pero para
ello él no descansa en la acción de la burocracia: él hace que el mercado sea
para su ventaja.

Las compañías deberán ser estimuladas para que distribuyan sus utilidades. ?Si
el financiamiento para el desarrollo de capital proveniente de fondos
reinvertidos es fuertemente desestimulado por el sistema impositivo, las
compañías tendrían que competir por nuevos recursos en los mercados de capitales
abiertos, lo cual promovería la competencia en favor de las empresas nuevas más
promisorias.?

Aún más, y refiriéndose al tema de la última conferencia incluida en este
volumen, el Profesor Meade se pronuncia a favor del libre comercio: ?Pero muy,
muy lejos, la manera más efectiva de promover la competencia y limitar las
presiones monopólicas sería admitir la libre importación de bienes de todas las
fuentes del extranjero...?.

No todas las propuestas del Profesor Meade han sido adoptadas. El mundo
gradualmente ha oscilado, algunas veces hacia delante, otras hacia atrás, pero en
el balance hacia adelante, hacia el libre comercio. Los poderes de los
sindicatos en Inglaterra han sido atacados aunque no por los métodos que él
sugirió. Los resultados tal vez no son muy impactantes; pero si uno compara el
desempleo en Gran Bretaña con los niveles aún más elevados en algunos países en
donde tales poderes no han sido reducidos y aún, tal vez, hasta aumentados,
parece claro que algo se ha ganado.


FRIEDRICH HAYEK (1973) -?LIBERTAD ECONOMICA Y GOBIERNO REPRESENTATIVO?

El poder del monopolio también le interesó a Friedrich Hayek, en su Conferencia
Wincott. Su preocupación era que, para asegurarse que conserva una mayoría, un
gobierno ?comprará el respaldo de grupos particulares si les promete concederles
una ventaja especial.? ¿Cómo puede enfrentarse esto?

Hayek sugiere un egreso a los principios expresados por los teóricos clásicos
del gobierno representativo ?que el congreso debe limitarse a sí mismo a pasar
leyes, ?en el sentido de reglas generales de justa conducta igualmente aplicables
a todos los ciudadanos?.

Esto, dice Hayek, es necesario para prevenir que surjan grupos con monopolios
protegidos, que causan presione inflacionarias y desempleo (tal como lo discutió
Meade), y también inhiben el crecimiento y el cambio de las economías.

Habiendo así definido el problema, Hayek, por la vía de examinar la naturaleza
de las leyes y las diversas formas que puede tomar la legislación, formula una
propuesta que separaría al cuerpo encargado de legislar sobre asuntos de gobierno
del cuerpo encargado de hacer propiamente a las leyes. Hayek reconoce que su
propuesta es una ?construcción utópica?. Su argumento en favor de tal esquema lo
brinda David Hume en su ensayo sobre ?The Idea of a Perfect Conmonwealth?.

En todos los casos, debe resultar ventajoso saber qué es lo mejor de su clase,
que podamos lograr hacer cualquier constitución real o forma de gobierno tan
cerca de aquél como nos sea posible, por medio de alteraciones gentiles e
innovaciones como para no dar lugar a grandes disturbios en la sociedad.


Tal esquema de gobierno todavía no ha sido adoptado. Pero más y más
economistas, comentaristas y políticos se han dado cuenta de, y se han
preocupado, los poderes peligrosos de los grupos de intereses especiales. Se
está progresando.

LORD ROBBINS (1974) -?ASPECTOS DE LA POLITICA ECONOMICA DE LA POSGUERRA?

También Robbins estaba interesado en el desempleo y la inflación. Su objetivo
era revisar cómo la política económica de la Inglaterra posterior a 1950 había
conducido a una aceleración de la inflación, a un desempleo creciente y, en
adición, se aseguró que ?nuestras compras del extranjero fueran mantenidas al
nivel presente tan sólo por medio de un sin precedentes pedir prestado al
exterior?. Por supuesto que Lord Robbins puso al problema en su contexto. El
señaló que el ingreso per cápita había crecido en términos reales en cerca de un
60 por ciento entre 1951 y 1971. Pero esto salía mal en comparación con lo
sucedido en muchos otros países para el mismo período. ¿Por qué?

Se hará un examen breve e incisivo de una variedad de factores. Una imposición
marginal elevada redujo el esfuerzo laboral, tal como también lo hizo sobre el
incentivo y la habilidad para ahorrar. También se dio una política acerca de la
industria. Problemas producidos por la nacionalización ?no tal vez
inevitablemente, pero ciertamente sí en la práctica. También hubo una
?politización y burocratización de la política general que tenía que ver con la
inversión y la política de precios?. Todos estamos familiarizados con ejemplos.
Los precios de las industrias nacionalizadas fueron mantenidos artificialmente
bajos para reducir el índice de precios. La inversión fue frecuentemente
pospuesta para reducir el crecimiento del gasto público de manera que se pudieran
dar reducciones en los impuestos ?algo indeseable no porque las reducciones de
impuestos sean indeseables, sino porque fueron financiados por recortes a la
inversión tan sólo en razón de que la mayoría de los votantes no notarían sus
consecuencias en el corto plazo.

Las prácticas restrictivas fueron dañinas; en efecto, ?Dejando de lado la mala
administración monetaria, veo a las prácticas restrictivas como tal vez el más
serio de nuestros problemas en la actualidad?. Hay leyes contra tales prácticas
cuando son efectuadas por los negocios. ¿Por qué, preguntó Robbins, no se aplican
también a sindicatos y a asociaciones profesionales? Por supuesto que la huelga
debe ser permitida en una sociedad libre ?siempre que (haciendo eco del Profesor
Meade) ?aquellos que dejan de trabajar sufran las plenas consecuencias de su
acción?.

De nuevo, como el Profesor Meade, Lord Robbins estaba preocupado con el daño que
la inflación causaba, y consideró cómo la inflación podía ser detenida. En eso
fue inequívoco: ?pueden existir muchas causas iniciales. Pero todas están sujetas
a la misma condición subyacente, que la oferta de dinero o la base crediticia
?llámela como la llame- fue dejada que aumentara hasta permitir su operación?.
Así, en términos diferentes, hizo eco a la famosa observación que en la
Conferencia Wincott hizo Milton Friedman, que ?la inflación es siempre y en todo
lado un fenómeno monetario.

¿Por qué, entonces, hubo una carencia de voluntad para restringir al crecimiento
del dinero y, por ende, de la inflación? El sugiere que ello se debió a ?un
juramento irrestricto en favor de mantener un nivel de empleo alto? de lo cual
fue testigo la experiencia de los años 30. Primero, observó él, hay ambigüedades
estadísticas con el término pleno empleo. Segundo, no se hacía referencia a los
salarios en aquel juramento; y ?peticiones de aumentos que excedan al incremento
en la productividad, en general, con certeza, producirán desempleo, a menos que
haya la correspondiente inflación?. [3]

El rechazó las políticas de ingresos de los tipos que hasta el momento se habían
intentado, por ser no más que medicinas temporales. Deberíamos, mantuvo, de
evitar ?el desempleo ocasionado por una inflación positiva? (es decir, por una
caída en el nivel general de precios). En vez, deberíamos reducir la tasa de
crecimiento del dinero y por tanto mantener un nivel en promedio estable del
nivel de precios en el curso del tiempo. El principio detrás de esta
recomendación ciertamente ha sido adoptado por varios gobiernos desde que él
escribió; esperemos en que el desempeño mejore con la práctica.


ALAN PEACOCK (1976) -?LA CREDIBILIDAD DE LA ECONOMIA LIBERAL?

La posición básica de Alan Peacock es que ?la política económica liberal
tradicional? está bien fundamentada. Su interés no es defenderla, sino más bien
considerar por qué ?un cuerpo ecléctico de pensamiento económico con una extensa
y honorable tradición?, un cuerpo que en su momento fue popular y ampliamente
aceptado, ahora está ?luchando por sobrevivir en círculos políticos y
gubernamentales, sino es que también en círculos académicos?.

Alan Peacock sigue el enfoque del economista de considerar ambos, la oferta y la
demanda. El sugiere que la oferta ha sido restringida por un cambio en los
incentivos que enfrentan los economistas en la academia. Se valora la exhibición
de habilidades matemáticas y estadísticas. No hay nada malo con eso; pero, como
lo hace notar el Profesor Peacock, la exhibición en un gado considerable se
valora puramente como una exhibición. De si es acompañada por ?visiones
imaginativas sobre la forma en que opera el sistema económico? es visto como algo
menos importante. En segundo lugar, existe una tal ?economía del bienestar?, una
rama de la materia que, inter alia, analiza los ?fracasos del mercado?. Muy a
menudo la recomendación estándar ante el fracaso del mercado es la intervención
del gobierno ?sin consideración al hecho de que tal intervención es costosa y
rara vez perfecta. Hay una ?mezcla curiosa de una observación a menudo penetrante
de cómo es que opera el sistema de mercado con una visión asombrosamente
inocentona del proceso político y burocrático?.

Eso es todo del lado de la oferta. Por qué la demanda no ha corregido esta
situación es el siguiente tópico que analiza el Profesor Peacock. El sugiere que
la carencia de demanda es el resultado de mantener una visión utópica de la
sociedad ?de ser incapaces de reconocer que los recursos son escasos, y de que
estos recursos escasos deben ser asignados entre usos que compiten entre sí. Su
agenda luego se inicia con tratar de iluminar y persuadir a quienes formulan
políticas y a comentaristas. Pero él no se detiene allí. El sugiere que los
intentos para persuadir y para avanzar el conocimiento económico de la población
como un todo, valen la pena y, en adición, urge la consideración de reformas
políticas como las que ha propuesto Friedrich Hayek en una conferencia previa
(Capítulo 3 de este volumen). El sugiere que éstas serán precondiciones
necesarias para llevar a cabo el tipo de programa económico liberal que en última
instancia traerá los mayores beneficios.


ALAN WALTERS (1977) -?LOS ECONOMISTAS Y LA ECONOMIA BRITÁNICA?

Como Robbins antes que él, Alan Walters estaba interesado en con el desempeño de
la economía británica a partir de 1950. Sin embargo, su enfoque consistió en
examinar las teorías que habían influenciado a la formulación de política
económica, para determinar cómo la experiencia las había falsificado y para
discutir qué debería reemplazarlas.

La noción de que existía una relación estable entre el nivel de desempleo y la
tasa de inflación -una ?curva de Phillips? estable- había desaparecido, señaló
él. El dinero importaba para la inflación. Y, de gran importancia, ?ningún
modelo, ya sea monetario o Keynesiano, podía predecir exactamente el desempeño de
la economía en los próximos dos años?. En el curso de su conferencia, Alan
Walters desarrolló estos puntos mediante la discusión tanto de la teoría como de
la evidencia. El consumo (y el ahorro) se comportó en los años 70 muy diferente
de cómo lo señalaban diferentes predicciones. En particular, en 1974-75 el
consumo cayó dramáticamente, y no sólo en Gran Bretaña sino en una buen parte del
mundo occidental. Algunos pronosticadores habían predicho una pequeña caída, y
algunos un alza; ninguno había predicho una gran caída. La supuesta estabilidad
de la función consumo, la relación entre el consumo y el ingreso, es ?una de las
proposiciones de la macroeconomía convencional?. El episodio, a pesar de mucha
racionalización con posterioridad a los hechos, había noqueado tal proposición,
por lo menos en cuanto a que supuestamente había dado asistencia a la predicción.
Esencialmente lo mismo resultó cierto en cuanto a la inversión; completamente
fracasó en comportarse tal como se había predicho. Así fue noqueada otra ayuda
para la predicción.

Luego Alan Walters se volteó hacia los salarios. ¿Eran rígidos en términos
monetarios? ¿Había en ese entonces, tal como (en ese entonces) lo había
proclamado John Hicks, un piso para los salarios reales? La evidencia rechazó
ambas conjeturas.

Continuando con su ataque sobre la posibilidad de realizar predicciones en el
corto plazo, y así sobre el ?fine tunning?, Alan Walters entonces analizó cómo se
forman las expectativas. Tal como él señaló, la gente ?no simplemente extrapola
en el futuro sus experiencias pasadas?. Más bien forman sus expectativas tomando
en cuenta toda la información disponible, incluyendo información acerca del
comportamiento de las autoridades. En tales circunstancias, la política debería
ser guiada por las reglas; porque sólo así puede esperarse una estabilidad en el
comportamiento del sector privado.

Después de una breve revisión acerca de cómo, a pesar de su falsificación, el
Keynesianismo simplificado continuó guiando la política económica, [4] Alan
Walters concluye ofreciendo sus propias propuestas sobre política. Están en dos
partes. Primero hay una técnica; el dinero debería crecer a una tasa estable.
Esto podría prevenir ?algunas de las más salvajes fluctuaciones (en la política
económica)?. Finalmente, revirtiendo a los temas de las conferencias previas,
Alan Walters concluye, primero, discutiendo brevemente por qué persisten las
ideas falsas y, en segundo lugar, sugiriendo, con algún pesimismo, que la demanda
dará lugar a algún nuevo ?Mesías económico?.


GEORGE J. STIGLER (1982) -?LOS PLACERES Y LOS DOLORES DEL CAPITALISMO MODERNO?

En su conferencia, George Stigler se concentró en ?la unidad organizativa
fundamental del capitalismo?. Esa unida des la empresa que realiza negocios y él
examinó los azares del sector negocios. Su evidencia la obtiene de los Estados
Unidos, pero el enfoque analítico es ampliamente aplicable.

Parte de la presunción de que todos los consumidores se benefician con la
existencia de una economía eficiente -aún aquellos que dependen de los programas
gubernamentales de bienestar, pues entre más eficiente es la economía, hay más
para repartir.¿Por qué, entonces, hay tantos controles sobre los negocios, además
de que, con certeza, hay un grupo de interés aparentemente enorme que se opone a
ellos? Su respuesta es que los negocios están selectivamente en favor de los
controles -controles que limitan a la competencia. Estos controles son los
?placeres? del título de esta conferencia. ¿Cuáles son los dolores?

?Los dolores del capitalismo moderno tienen la misma fuente de donde provienen
los placeres.? Los dolores, también, surgen de la regulación. Surgen no del
poder de los grupos de consumidores, sino de los efectos indirectos de derrame
que ocasiona la regulación. Una industria es afectada por la regulación que
beneficia a otra. ?Si el acero es protegido, los usuarios del acero deberán pagar
precios más altos...?.

¿En el balance quién habrá ganado? ¿Los placeres o los dolores? Mediante el
examen de los rendimientos de las acciones, Stigler, notando que han declinado,
concluye en que los dolores han ganado. Por supuesto que esto es un soporte
empírico impactante a las preocupaciones expresadas por otros conferencistas
Wincott, notoriamente por Alan Peacock. ¿Cuáles son las perspectivas desde el
punto de vista de Stigler? A pesar de la propia evidencia que brinda, no son muy
obscuras. Hay industrias pujantes que no son objeto de regulación. Esto va a
ayudar. Pero también debe haber un esfuerzo por aclarar el régimen regulatorio.
Los economistas pueden dar argumentos en favor de éste. Pero deben también
mostrar a los negocios que, en el balance, pierden con la regulación Tan sólo
entonces los defensores más poderosos de la regulación podrán convertirse en sus
oponentes.


DEEPAK LAL (1989) ??LOS LIMITES DE LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL?

Ya sea o no debido a las diferentes conferencistas Wincott -y en algunos casos
la evidencia de su influencia es indisputable- el dirigismo echó para atrás en
los años setentas y ochentas. Las economías crecientemente descansaron en los
mercados y menos en la planificación. Pero, tal como observó Deepak Lal a inicios
de su conferencia, también se dio una paradoja. En tanto que el liberalismo
económico iba ganando la partida en cuanto a la formulación de políticas
domésticas, ?en muchos aspectos del pensamiento y de la acción en las relaciones
económicas internacionales, [parece] que se dio una reencarnación del ?Dogma
Dirigista??.

En su conferencia, Deepak Lal examinó dos aspectos de eso: los planes para la
coordinación internacional de las políticas macroeconómicas y del tipo de cambio,
y la ?aceptación de establecer... un Orden Económico Verde Internacional?.

La base analítica de su artículo es una discusión de la teoría de las
externalidades, Estas son ?los efectos colaterales no compensados [es decir, no
compensados por quienes los causan] resultantes de la actividad e un productor o
un consumidor sobre otros agentes económicos?. Las externalidades son luego
clasificadas en cuatro tipos diferentes. [5]

Utilizando esta clasificación en cuatro tipos, Deepak Lal discute que tan sólo
algunas externalidades requieren de la acción gubernamental para corregir las
ineficiencias el mercado. Muchas externalidades cambian la asignación de
recursos entre los individuos, pero no afectan la eficiencia de esa asignación.

Este análisis e aplica en primer lugar a la ?coordinación internacional de las
políticas?. El Profesor Lal muestra que los argumentos a favor de tal
coordinación son erróneos. Una acción no coordinada produce resultados
diferentes de los que produce una acción coordinada (o, mejor, de los resultados
que produciría una acción coordinada hipotética ideal; los gobiernos no son
perfectos). Pero los resultados de las acciones no coordinadas son eficientes;
los argumentos en pro de la coordinación en efecto suelen ser argumentos en favor
de una redistribución.

Después de repasar, y, similarmente, rechazar, otros argumentos que se esgrimen
en favor de la coordinación de políticas macroeconómicas, el Profesor Lal se
dedica a las ?Externalidades Internacionales del Medio Ambiente?. Aquí él urge a
?que veamos los hechos, y preguntemos cuál deberá ser la respuesta racional a
ellos?. ¿Cuáles son los hechos? Primero, que ni el calentamiento global ni el
enfriamiento global son probables. Segundo, si vemos los rangos de variación de
las temperaturas en el pasado, encontramos que tales variaciones en el futuro no
destruirían, ni aún dañarían, al mundo como un todo. En vez de ello, cambiarían
los lugares en donde sería posible la agricultura productiva y que genere
ganancias. Cambios supuestos en el clima mundial tienen efectos redistributivos
del ingreso; ellos no destruyen la posibilidad de vida. Es entendible que a
algunos grupos no les agrada este efecto redistributivo; pero el deseo de una
parte del mundo de preservar su actual supremacía en una actividad, no es un
fundamento fuerte para que haya una regulación internacional.

El Profesor Lal concluye en que los argumentos internacionales para una
planificación son tn fallidos como los argumentos para que sea en lo doméstico.
No hay base alguna para que se establezca una economía global administrada
justamente en el momento en que las nacionales están colapsando.


ANNA J. SCHWARTZ (1992) -¿TIENEN ALGUN FUTURO LAS CAJAS DE CONVERSION?

En su conferencia, Anna Schwartz consideró una posible solución a un problema
económico básico que enfrentan algunas economías del Este de Europa (y también
otras). Desea ir a un sistema de mercado en funcionamiento, pero, antes de que
tal sistema de mercado, con un conjunto de precios relativos que continuamente
varían, pueda funcionar bien, requiere de un sistema monetario con una moneda que
relativamente sea estable en su valor. Sin tal moneda, no hay una unidad en la
cual los precios puedan ser expresados y las economías pronto revertirían a las
ineficiencias del trueque. Para introducir rápidamente esta moneda, algunos
autores han propuesto que estas economías basen sus sistemas monetarios en ?cajas
de conversión?.

Estos son sistemas en el cual un país fija rígidamente el valor de su moneda a
aquélla de otro país. Para toda la emisión de su moneda, mantiene un respaldo
completo de reservas en activos denominados en la moneda del otro país. En
consecuencia, el país con la caja de conversión importa la política monetaria
desde el otro país; su moneda es tan estable como la es la del país al cual se
ancló. Este esquema parece ser atractivo -en efecto, está cerca de parecerse a
una cura milagrosa para los desórdenes monetarios.

En general, uno debe ser escéptico ante tales curas. Anna Schwartz muestra que
este caso no es la excepción. Después de explicar en detallo qué son las cajas de
conversión, discute algunos ejemplos de cómo operan. Dos factores fueron de
importancia particular. Primero, la moneda a la cual la caja de conversión
decidió adherirse debería ser estable. Segundo, la moneda a la cual la caja de
conversión se ligó tenía que ser emitida por un país con el cual la nación de la
caja de conversión lleva a cabo una parte sustancial de su comercio
internacional. Esto era necesario para evitar fluctuaciones violentas en el
precio de sus biens intercambiados internacionalmente en comparación con los
bienes en general. (Este segundo factor fue lo que condujo a algunos países del
Imperio Británico a adherirse no a la libre esterlina, sino al dólar de los
Estados Unidos).

Hoy día sería difícil encontrar un ancla adecuada para una caja de conversión.
Al momento ningún país tiene un sistema monetario estable, basado en reglas, tal
como en su momento lo brindaba el patrón oro, y la diversificación incrementada
del comercio significa que ahora pocos países tienen un socio comercial
dominante.

Pero no fue por estas razones que declinaron las cajas de conversión. (Aquellas
pocas cajas de conversión que aún existen son significativamente diferentes de la
forma tradicional). La Dra. Schwartz resume de la manera siguiente las razones
por las cuales declinaron: el final de la creencia en la legitimidad de un
Imperio; aceptación de la creencia de que las cajas de conversión afectaban al
desarrollo de los países que las utilizaban; y el hecho de que las cajas de
conversión no permitieron una política monetaria discrecional. Muestra que lo
segundo está equivocado y que lo tercero es una bendición en vez de una
limitante. Sin embargo, por tales razones falaces, las cuales fueron ampliamente
endosadas, las cajas de conversión murieron.

En la sección final de su ensayo, Anna Schwartz considera si podrán ser
revividas. Ella duda que puedan serlo. A pesar de su aparente atractivo
intelectual, concluye la Dra. Schwartz, las cajas de conversión no son ?la onda
del futuro?.

Es de hacer notar que una de las razones por las cuales no lo son, es que los
gobiernos, aunque cada vez se hacen más orientados hacia los mercados en sus
políticas económicas, con todo y todo, todavía no desean comprometerse a sí
mismos a la receta liberal clásica de guiar sus políticas por medio de reglas
preanunciadas.


JAGDISH BHAGWATI (1994) ??LA ?JUSTICIA? DEL LIBRE COMERCIO Y EL NUEVO
PROTECCIONISMO: REFLEXIONES ACERCA DE UNA AGENDA PARA LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DEL
COMERCIO?

Lo primero que el Profesor Bhagwati afirma es que un comercio y unos flujos de
inversión incrementados, los cuales producen un mundo crecientemente
interdependiente, conducirán a ganancias mutuas para todos los países que
participen. Esta afirmación, lo hizo notar, fue una vez rechazada por muchos
países en desarrollo, quienes temían las consecuencias del comercio con los
países desarrollados. Ellos ya han dejado de lado ese temor, pero ahora los
países desarrollados temen comerciar con los subdesarrollados. Este temor,
discute el Profesor Bhagwati, tiene tan poca base como la tenía el que ha
reemplazado. Muestra que el balance de la evidencia es inconsistente con la
afirmación de que el comercio con los países en desarrollo ha dañado a los países
desarrollados, al deprimir, en los Estados Unidos, las ganancias relativas de los
trabajadores sin calificación, y, en Europa, (donde los salarios son menos
flexibles) al aumentar el desempleo. Estos fenómenos -que son ciertos- son
productos de otras influencias.

Luego él examina otros argumentos usados en favor del proteccionismo
-notablemente la protección del medio ambiente y los estándares laborales.
Ninguno de estos argumentos tienen buenas bases. Los países que tienen
diferentes patrones para la protección del medio ambiente son exactamente como
si tuvieran diferentes dotaciones de recursos naturales. Ninguna diferencia
puede justificar la protección. [6] En lo que se refiere a los estándares del
mercado de trabajo, el Profesor Bhagwati primeramente hace notar que ?La noción
de que pueden universalizarse las regulaciones laborales, como sucede con los
derechos humanos y el habeas hábeas, simplemente con llamarlos ?derechos
laborales?, ignora la dificultad que hay en hacer una fácil ecuación entre
estándares laborales que son específicos a las culturas y ?los derechos humanos?
que son universales. El ilustra esto por medio de algunas comparaciones que
muestran que, en muchos casos, los diferentes estándares laborales son
simplemente diferentes, ni mejores (excepto desde la propia perspectiva de la
nación) ni peores. También él discute que el caso claro del trabajo infantil
tampoco es muy claro.

Luego va de los argumentos en favor del proteccionismo hacia los argumentos en
favor del libre comercio regional. El Profesor Bhagwati señala que, si bien en
ciertas áreas particulares tiene sus ventajas, en general es preferible el libre
comercio mundial. Concluye con algunas observaciones acerca de la Organización
Mundial del Comercio, la cual reemplazó al GATT, y con algunos aspectos de
aquélla que pueden ayudar a producir un resultado deseable.


CONCLUSIÓN GENERAL

Las conferencias aquí reimpresas cubren una amplia gama. Pero
independientemente de cual aspecto de la economía fue el tema principal, en cada
caso surgen dos temas. Ellos son la importancia de guiar a la política económica
por medio de un conjunto de reglas claro, anunciado y creíble; y la importancia
de mantener bajo control a las fuerzas monopolísticas, regulatorias y
burocráticas que afectan al cambio y al crecimiento de las economías.

Estos dos temas son centrales al liberalismo que Harold Wincott expuso. Las
destacadas conferencias incluidas en este volumen han impulsado grandemente la
aceptación de estas ideas, y ya han influido sobre las políticas Con el paso del
tiempo, y se hace crecientemente claro qué tan importantes para la prosperidad
económica son estas recomendaciones aparentemente simples y, ciertamente, no
técnicas, su influencia con seguridad será más profunda.


NOTAS

[1] Hoy en día tal inflación no sería tratada tan bondadosamente. Primero
porque parece ser un animal muy raro; y, segundo, porque estudios recientes (por
ejemplo, Barro, 1995) han encontrado que aún tasas bajas de inflación dañan el
crecimiento económico.

[2] Tal como señala el Profesor Meade, tendría que existir un mecanismo que
estableciera qué tan grande fue la petición salarial. Esto es necesario porque
las diferentes partes en una disputa salarial a menudo están en desacuerdo acerca
del tamaño tanto de la petición inicial como del acuerdo final.

[3] A menudo los trabajadores son impulsados a que busquen aumentos iguales a
los incrementos en su productividad. Esto deja de lado que los incrementos en la
producción per cápita pueden reflejar, por ejemplo, la acumulación de capital. Y
también deja de lado la posibilidad de que haya cambiado el balance entre la
demanda y la oferta de distintos tipos de trabajadores, Por supuesto que Robbins
no estaba interesado en la productividad a ese nivel de desagregación. Su
interés era de que los salarios promedio no excedieran a la productividad
promedio de la economía como un todo.

[4] En su conferencia, Milton Friedman provee una descripción breve de por qué
lo que es denominado como Keynesianismo es, al mismo tiempo, una simplificación
e, inter alia, difícilmente lo que Keynes hubiera mantenido si hubiera vivido
hasta los años setentas.

[5] Los orígenes de las clasificaciones son brindados en el artículo del
Profesor Lal.

[6] La única calificación a esto es cuando los diferente estándares
medioambientales tienen efectos indirectos de un tipo particular. Esta
posibilidad fue examinada en detalle, y rechazada, por Deepak Lal, en su
Conferencia Wincott.?

Jorge Corrales Quesada

Elisa
25/06/2012, 16:34
2002-09-30 LIBRO DEL MES DE OCTUBRE DEL 2002

James Bovard, FREEDOM IN CHAINS: THE RISE OF THE SATE AND THE DEMISE OF THE
CITIZEN (New York: St. Martin’s Press, 1999).

Esta no es la primera obra de Bovard. Anteriormente escribió en 1994 "Lost
Rights: The Destruction of American Liberty"; "Shakedown" en 1995; "The Fair
Trade Fraud" en 1991, el cual leí hace varios años, al igual que "The Farm
Fiasco", escrito en 1989. Habiendo conocido estas dos últimas obras de Bovard, era
tan sólo natural que apenas supe que había escrito una nueva, de inmediato
trataría de conseguirla, pues estaba seguro de que la saborearía con gusto
similar. Y no me equivoqué: esta obra de Bovard es endemoniadamente libertaria,
que hace que hasta cualquier discurso de nuestros políticos libertarios criollos
parezca ser tan insulso como una ensalada de nabos.

Esto es así pues Bovard no sólo no se anda por las ramas en estas cuestiones,
sino porque, en mi opinión, también presenta una de las mejores referencias de
las más diversas fuentes que pueden dar lugar a una información detallada e
incisiva sobre los temas que trata. Pero la cuestión no se acaba aquí: Bovard
penetra con su estilete característico hasta lo más profundo del análisis. Expone
con pelos y señales como actúan los humanos cuando tienen el poder en sus manos.
Y sabe hacerlo con humor: no aquél del show periodístico, sino con la mayor
ironía que permita desnudar la hipocresía del estado.

Ustedes sabe que el tema del comercio internacional siempre me ha atraído. Por
ello no olvido un pequeño párrafo de otro libro de Bovard, "The Fair Trade
Fraud", en donde permanentemente desenmascara aquel slogan de "hagan lo que les
digo y no lo que hago", que suele encontrarse con suma frecuencia en el discurso
político de los hipócritas y sepulcros blanqueados. En él narra Bovard la
posición del "zar" del comercio negociado de los Estados Unidos, el famoso U. S.
Trade Representative (que podría traducirse como el Representante Principal del
Comercio Internacional de los Estados Unidos), cuando comenta acerca del comercio
de helados entre Estados Unidos y Canadá (cierto que antes de la vigencia del
NAFTA; no se como será ahora). Dice Bovard: "El Representante Comercial de los
Estados Unidos condenó a Canadá por la cuota que ponía a las exportaciones de
helados desde los Estados Unidos hacia ese país. Pero se le olvidó decir que,
mientras Canadá permitía que se exportara un total de 347.000 kilogramos de
helados por la frontera norte de los Estados Unidos, ese país prohibía que se
exportara desde Canadá ni siquiera un solo cono de helados." Nos hace ver porqué
vale la pena luchar por un verdadero comercio libre y no por ese fraude que en
mucho es el comercio actual que algunos llaman o intentan que sea "justo".

La misma ironía se percibe en la totalidad del nuevo libro de Bovard, "Freedom
in Chains". Lo que he pensado hacer en este comentario al libro del mes de
octubre es referirme brevemente a sus nueve capítulos (en realidad a ocho, porque
el último es tan sólo un resumen), uno tras otro, con lo cual creo que el lector
podrá así interesarse en entrarle a la lectura completa del libro, que como
siempre está a su disposición.

En su INTRODUCCIÓN, Bovard señala que el propósito principal de su obra es
analizar la creencia de que el gobierno es algo que está por encima de los
ciudadanos y que es con su actuación como las personas logran la felicidad. Para
esto empieza por mostrar cuál es la naturaleza del estado y cómo lo que llama "la
teoría del buen gobierno à la Peter Pan"; esto es, "que el gobierno sería algo
maravilloso si tan sólo la gente pudiera creer que tiene poderes mágicos" ha
minado la capacidad de muchos individuos para levantarse por sí mismos por medio
del ejercicio de su libertad.

Dice Bovard: "Confiar en los gobiernos contemporáneos significa dividir a la
humanidad en dos clases: aquellos que pueden ser confiados con el poder para
dirigir las vidas de las otras personas y aquellos a quienes ni siquiera se les
pueda confiar en que puedan dirigir sus propias vidas." Y, para quienes
consideran que lo que aprecian como democracia es lo que les puede proteger del
estado, deben despertarse, pues "la ilusión de la regla de la mayoría es hoy el
gran santificador de los abusos del gobierno –y tal vez la mayor barrera para que
la gente logre entender cuál es la naturaleza del estado."

El planteamiento de Bovard no es la anarquía y por ello señala que, en la vida
actual, "el tema no es si el gobierno debe o puede ser abolido; en vez de eso, el
tema es si el uso de la fuerza debe ser minimizado." Bovard propugna por un
estado minimalista y enfatiza la importancia de su tesis cuando se atreve a
pronosticar que, al menos en los Estados Unidos, país al cual refiere mucho de su
libro, en el futuro la discusión política "será entre aquellos quienes abogan por
un mayor poder del estado y aquellos quienes demandan que el poder del estado sea
recortado."

Esto es, la discusión acerca del tamaño y la forma del estado será lo primordial
en los próximos años y nos recuerda que "el gobierno es fuerza y debemos
considerar cuáles son sus límites apropiados y la sanción moral para esa fuerza".
Ante esto, vale la pena citar algunas preguntas que Bovard formula: "¿Qué le debe
el ciudadano al Estado?, o mejor dicho, ¿qué le debe el ciudadano a los políticos
y a los burócratas, quienes alegan representar y encarnar al Estado? ¿Por qué
proceso metafísico el gobierno se convierte en algo superior a los gobernados?;
la creación de una maquinaria política ¿anula automáticamente todas las
restricciones previas para que una persona pueda interferir con la vida de las
otras personas?".

El segundo capítulo, LA GRAN PRETENSION: EL ESTADO IDEAL Y EL ESTADO REAL, me
posibilitó hablar algunos asuntos con mis dos hijos, estudiantes ambos en cursos
introductorios en la Universidad de Costa Rica, en donde se les ha pedido que
lean algunas obras de Rousseau, Hegel y Marx. No crean que en esa entidad
reverbera una expiación o "dolor de los pecados" por el totalitarismo que ciertos
caracteres propugnaron durante mucho tiempo en dicha universidad, sino que, en el
2002, intentan revivir el ideario holista (de o sobre el todo) que tanto mal le
ha prodigado a la humanidad.

En este capítulo Bovard analiza la evolución histórica de la idea de estado,
como medio para entender su comportamiento actual, pues lo que denomina como la
visión idealista del estado, que surge a partir de Rousseau y Hegel,
principalmente, ha sido germinal para la vasta expansión del estado moderno. Para
Bovard, Rousseau es el precursor del estado moderno, pero "mientras que la
glorificación romántica que Rousseau hace de la democracia es algo bien conocido,
su pasión por el poder ilimitado del gobierno es menos conocida. En un breve
ensayo titulado 'Acerca de la Felicidad Pública,' Rousseau declaró en 1767: 'Dad
al hombre enteramente al Estado o dejadlo enteramente para sí mismo.' Y Rousseau
ciertamente creía que los hombres no podían ser dejados solos para sí mismos."

Hegel, a su vez, fue el glorificador del estado totalitario. Bovard menciona que
"Hegel reveló que el Estado era 'la forma que asume la perfecta
incorporación del Espíritu'... Hegel se opuso a cualquier limite al poder del
gobierno, como cuando señaló que 'el Estado es la mente absoluta, segura de sí
misma, que no reconoce autoridad alguna mas que la propia, que no reconoce reglas
abstractas de lo bueno y lo malo, de lo vergonzoso y lo cruel, astuto y
engañoso... el Estado es... el fin último que posee el máximo derecho contra el
individuo, cuya obligación máxima es ser un miembro del Estado.'"

Estas ideas originan la visión idealista del estado, la cual se traduce en una
creciente sujeción de los ciudadanos a los empleados públicos, en la creencia de
que el gobierno es un ente benévolo. Sin embargo, con el paso del tiempo aquella
"teoría idealista del Estado ha sido reemplazada por la teoría antiséptica
del Estado. Si bien los expertos conceden que el Estado ya no es aquel ente
trascendente, parece que persiste una idea continua de que el gobierno provoca
poco o ningún daño." Ante esto, los individuos deben reconocer que, "en primer
lugar, el gobierno es coercitivo; en segundo lugar, reconocer qué tan extendida
es la coerción o la amenaza de ella y, finalmente, darse cuenta del significado
de esa coerción –tanto para la vida del individuo como para la naturaleza de la
organización política."

El tercer capítulo se titula EL ESPEJISMO DE LIBERTAD QUE BRINDA EL ESTADO DE
BIENESTAR y se refiere a que la libertad que se presenta en un Estado de
Bienestar o un Estado Paternalista está fundada en la pretensión de que el
gobierno es poseedor de una sabiduría y bondad superiores a la que tienen los
individuos, con lo cual se considera que aquél tiene derechos por encima de los
que poseen los ciudadanos, al igual que sobre su propiedad. De nuevo Bovard
acude a Rousseau, quien identifica la libertad de la persona con la dependencia
que se tenga del estado, con lo cual "pavimentó el camino para el socialismo y el
resurgimiento del culto al Estado." La percepción de Bovard descansa en la del
profesor de la Escuela de Economía de Londres, Maurice Cranston, quien en su
libro de 1973, "The Mask of Politics and Other Essays," escribió de Rousseau lo
siguiente: "De toda la lectura de El Contrato Social es claro que Rousseau nunca
ve a las instituciones como una amenaza para la libertad. La imagen de un rey o
de un príncipe ante los ojos de Rousseau es la imagen de un amo y él ve a tales
monarcas como enemigos de la libertad. Pero la imagen del Estado lo emociona de
manera muy diferente... El [Rousseau] dice que las cosas deberían ser arregladas
de forma tal que cada ciudadano sea perfectamente independiente de todos sus
compañeros ciudadanos y 'excesivamente dependiente de la república.' La palabra
'excesivamente' es significativa... porque piensa que tal dependencia nunca podrá
ser lo suficientemente grande: porque la dependencia en el Estado garantiza a los
hombres contra toda dependencia en los hombres, contra 'toute dependance
personnel.'"

Bovard concluye este interesantísimo capítulo señalando que "Una vez que se
reconozca que la acción gubernamental es inherentemente coercitiva, entonces,
cualquier concepto de libertad que se basa en una 'liberalización' que de sí
mismo hace el ciudadano, se convierte en una contradicción en términos. La
libertad que se da en el Estado Paternalista es pre-eminentemente una libertad
donde media la sumisión a los superiores: al hecho de que, si alguien tiene un
trabajo en el gobierno, ya en sí eso es prueba suficiente de que tiene tanto un
derecho como la competencia para ordenar a otros ciudadanos... La libertad del
Estado Paternalista es libertad para hacer lo que los políticos y los burócratas
quieren que usted haga. La idea de darle poder al Estado para que libere al
individuo tiene sentido tan sólo si ese Estado, para su propio beneficio, no
tiene un incentivo para explotar, abusar o poner grilletes a los individuos."

Lo que se menciona como libertad negativa es mejor entendida como la resultante
de la minimización de la coerción, tanto privada como pública. Y nos sirve como
punto de comparación para juzgar los propósitos políticos de los gobiernos. Para
Bovard, "la naturaleza de la acción gubernamental es la base del desacuerdo que
hay entre los proponentes de la libertad 'positiva' y de la libertad real,"
término este último por el cual el autor refiere a la libertad negativa. "Los
proponentes de la llamada libertad positiva rutinariamente toman las promesas
políticas y las acciones gubernamentales por su valor facial", sin tomar en
cuenta que la libertad positiva niega cualquier carácter negativo que pueda tener
la acción del gobierno En contraste, la libertad negativa o ausencia de coerción
"depende de la voluntad de cada ciudadano de respetar los derechos de otros
y de abstenerse de introducirse por la fuerza en las vidas de otros. Depende de
la voluntad de cada persona de interesarse en sus propias cosas y de tolerar las
conductas extrañas, las estupideces y las ordinarieces de otra gente. La
libertad también se basa en que cada persona asuma las responsabilidad derivadas
de sus propias acciones."

El siguiente capítulo (el cuarto) CUIDADORES DE JAULAS Y GUARDIANES: LA
DEMOCRACIA MODERNA, trata del tema del control que ejercen los políticos. Como
dice al autor, el argumento no va en contra de la democracia como tal, sino de
las enormes expectativas que en ocasiones de ella se tiene. Recordemos que ya
Hayek, en una conferencia en 1976 ante el Institute of Public Affairs de
Australia, titulada "¿Whither Democracy?," nos había advertido al respecto, al
señalar que "la democracia no ha probado ser una protección segura contra la
tiranía y la opresión, tal como alguna vez se creyó. Sin embargo, como
convención que permite a cualquier mayoría deshacerse por sí misma de un gobierno
al cual no quiere, la democracia posee un valor inestimable... la palabra mágica,
democracia, se ha convertido en algo tan poderoso, que todas limitaciones al
poder gubernamental que han sido heredadas, se están resquebrajando ante ella...
el problema de hoy en día no es la democracia, sino la democracia ilimitada...
Toda la democracia que hoy conocemos en el mundo occidental es más o menos
democracia ilimitada."

El tema es tratado de manera muy interesante, pues no sólo nos despierta la
inquietud de que la mayor parte de las decisiones en una democracia suelen ser
tomadas por una mayoría que desconoce la clase de legislación que se ha aprobado,
sino que, además, destaca la ignorancia innata de los legisladores -como humanos
limitados que son- pero que suelen recubrirse de un manto de omnisapiencia. El
problema se complica si se toma en cuenta la pretensión modernista, como la
esbozada por Habermas, de que el orden político debe caracterizarse por la
permanente deliberación democrática, cuando lo que suele resultar como víctima
final de todo ese proceso es la libertad individual.

Tal como dice Bovard, aplicando su lógica libertaria al caso de los Estados
Unidos, "la mayor paradoja de [su] democracia contemporánea es que la gente no
confía en los políticos y una mayoría de los ciudadanos cree que el gobierno es
algo demasiado complejo como para entenderlo, pero, sin embargo, las personas
están de acuerdo o apoyan activamente a los políticos que expanden su poder por
encima de ellos."

Mucho del pensamiento moderno acerca de la democracia descansa en las ideas de
Kelsen, quien una vez señaló (en su obra de 1945, "General Theory of Law and the
State") que "un sujeto es políticamente libre en tanto su voluntad individual
esté en armonía con la voluntad 'colectiva' (o 'general') expresada en el orden
social," pero el hecho es que difícilmente tiene una participación efectiva en
la formulación de leyes y edictos que impone el estado. Perdonen que me deje
acarrear por mis sentimientos: No parece ser válido que la libertad mía dependa
de una presunta libertad que me confiere algún grupo o colectivo o mayoría,
puesto que, si ello fuere cierto, podría también quitármela y, como persona
libre, eso me parece inaceptable. No creo que una mayoría, generalmente producto
de una ficción momentánea, pueda imponer controles -que bien pueden hasta ser
ilimitados- sobre mi persona. Comparto con Bovard, que la creencia de que la
regla de una mayoría equivale a libertad es algo inaceptable y que la libertad de
ejercer el voto tiene valor esencialmente como medio para defender mi esfera
propia de libertad.

Para ser justo y evitar interpretaciones equivocadas acerca de lo que Bovard
señala, me permito transcribir el párrafo final de este capítulo: "Este ensayo no
es una proclamación para que se desconfíe de la democracia; es, más bien, una
proclama para que se desconfíe de las pretensiones y falsos alegatos de cualquier
gobierno, independientemente de la aprobación que pretenda obtener. No es un
llamado para rechazar la democracia; más bien, es uno para proteger a la
democracia de quienes quieren destruirla al conducirla al abismo del poder
ilimitado. Idealizar cualquier forma de gobierno es uno de los peores errores
que puede cometer un pueblo libre."

El quinto capítulo del libro se titula LA GLORIFICACION MORAL DEL LEVIATÁN y se
dedica a analizar el caso, principalmente de los Estados Unidos, por el cual los
actos de estado son rodeados de un halo de moralidad, que debilita a los
individuos para enfrentarse a las pretensiones de aquél para intervenir en sus
vidas. Tal vez, teniendo como recuerdo al famoso libro de Orwell, podamos
entender el propósito de este capítulo: "Una mentalidad similar a la que hay en
el libro '1984' se aplica actualmente a las definiciones políticas de justicia
[fairness]. No importa cuántas veces los políticos y los burócratas revisan y
revierten la definición oficial de justicia, la última de ellas se presumirá como
la correcta y todas las previas deberán ser olvidadas." Me trae a la mente el
título de un artículo que escribí hace muchos años: "Con sólo que diga social,
es bueno." Al caso, nada más con que cambiemos una palabra y, ¡eureka!: "Con
sólo que diga que es justo, es bueno." Con sólo agregar a cualquier política el
adjetivo "justo" o "justa", del cielo cae una bendición para poder llevarla a
cabo, aunque aquella usualmente traiga asociada una coerción sobre personas
libres.

Bovard concluye que un "gobierno no puede hacer más justas las vidas de las
personas si las hace menos libres. Reconocer el vacío moral que hay en el centro
del poder gubernamental y cesar de suponer que abunda la justicia en las entrañas
de las decisiones legislativas y regulatorias, son prerrequisitos para pensar con
honestidad acerca de la justicia... El gobierno es una herramienta para aplicar
restricciones, no es una máquina omnisapiente que promulga valores. Aquellos
quienes buscan encontrar sus valores morales en el gobierno rebajarán a la
sociedad a nivel de una clase política conspiradora, en vez de elevarla hacia los
ideales de los filósofos."

El sexto capítulo lleva por nombre SOBERANIA Y ESCLAVITUD POLITICA y trata del
delicado tema de la soberanía, la cual ha sido utilizada por el estado como
justificación para demandar la obediencia de las personas, lo cual hace que
Bovard se pregunte si el estado posee inherentemente alguna sanción superior que
legitime la coerción que ejerce sobre los ciudadanos.

La tesis de Bovard es que "la esencia de la inmunidad soberana del estado yace
en que 'el rey no puede causar daño' ['The king can do no wrong']. Pero, como lo
hizo notar el profesor Jeremy Travis, 'la racionalización más antigua que se
pretendió dar para la inmunidad del soberano... es una perversión de su propósito
histórico, cual era que el rey tenía el privilegio de no causar daño.' Así lo
explicó un abogado inglés como resultado de la caída de Jaime II, 'Cuando un
rey... hace daño, en ese instante deja de ser rey... Dios y la ley están por
encima del Rey.' Pero, en la interpretación estatista contemporánea, la frase
que pretendía impedir a los reyes causar daño a los súbditos se ha convertido en
una licencia para que el gobierno abuse de la ciudadanía."

El capítulo sétimo lleva por título EL PATERNALISMO VERSUS LAS BENDICIONES DE LA
LIBERTAD. En él Bovard continúa resaltando las virtudes de un régimen de
libertad, lo cual tal vez se resume en una cita que hace de Hayek para enfatizar
el valor de la libertad y la importancia que tiene como principio esencial para
la vida y el bienestar de las personas. Dice Hayek en su obra "Law, Legislation
and Liberty," que "puesto que el valor de la libertad descansa en las
oportunidades que brinda ante acciones impredecibles e imprevistas, rara vez
sabemos lo que perdemos cuando se pone alguna restricción específica a la
libertad. Cualquier restricción, cualquiera que sea diferente de la aplicación de
reglas generales, se orientará hacia el logro de algún resultado particular
predecible, pero lo que se impide con dicha limitación usualmente no será
conocido... Nunca podremos darnos cuenta de todos los costos que, por tal
interferencia, tiene el lograr esos resultados específicos. De manera que,
cuando decidimos cada asunto únicamente con base en lo que aparecen como sus
méritos individuales, siempre sobre-estimaremos las ventajas de la dirección
centralizada. Nuestra elección usualmente se presentará como una entre una
ganancia cierta y tangible y la simple probabilidad de prevenir alguna acción
benéfica desconocida llevada a cabo por personas también desconocidas. Si así la
elección entre libertad y coerción es tomada simplemente con base en la
conveniencia, en casi cada caso la libertad estará destinada a ser sacrificada."
Tal vez este es el problema práctico más importante que hoy día enfrentamos las
personas libres: el sacrificio de la libertad por la simple conveniencia de un
momento dado de optar por la coerción que impone el accionar del estado.

El breve capítulo ocho lleva por nombre UNOS POCOS PENSAMIENTOS CERCA DE UN
ORDEN POLÍTICO IDEAL. A pesar de que es difícil señalar con pelos y señales cómo
debería ser un orden liberal, Bovard se atreve a presentar unos pocos principios
o guías que podrían ser considerados al pasar del Leviatán actual a lo que llama
"un nivel superior":

1.- Declaración de Derechos Fundamentales: Bovard expresa que, "Como mínimo el
gobierno debe honrar las promesas que prometió a la ciudadanía... Como dijo
Thomas Jefferson, 'Una declaración de derechos fundamentales es a lo que la gente
tiene derecho ante cualquier gobierno de la tierra...'" Respetar los derechos
fundamentales de las personas es lo que le da legitimidad a un gobierno.

2.- La Regla de la Ley: Como dijo A. V. Dicey en 1885 en su libro "Introduction
to the Study of the Law of the Constitution," la Regla de la Ley se refiere a la
ausencia de un poder arbitrario por parte del gobierno, a la absoluta supremacía
de las leyes en contraste con la influencia del poder arbitrario y a la igualdad
ante la ley. Ante esto, indica Bovard, "Minimizar la arbitrariedad y impedir al
gobierno imponer cortes burocráticas ficticias puede hacer mucho por limitar los
abusos del gobierno."

3.- Impuestos: Bovard considera que, como los políticos siempre encontrarán
formas de poner impuestos, se hace necesario hacer un replanteamiento general
acerca del derecho que tienen para quitarle ingresos a las personas.

4.- Federalismo: Bovard considera que, aunque un sistema federal es preferible a
un sistema de gobierno centralizado, ello no significa que limita el poder
excesivo que puede asumir el estado. Así, señala, "El tema de cuánto poder posee
el gobierno es mucho más importante que la forma en que se divide ese poder."

5.- Política Exterior: Dice Bovard que la tarea principal de un gobierno es la
defensa nacional, pero deberá, en lo posible, estar subordinada a la libertad de
los individuos. Pero ninguna nación tiene derecho a imponer forzadamente sus
valores en otros países.

6.- Ayuda a las Personas Desvalidas: Bovard expresa que "Por siglos, los
gobiernos han brindado alguna ayuda a las personas desvalidas sin convertirse en
fuentes masivas de redistribución." El gobierno debe ayudar a quienes en verdad
no pueden ayudarse a sí mismos.

7.- Ayuda a las Empresas: Con toda contundencia, Bovard dice que "Ningún
gobierno debería darle ni un cinco a las empresas."

8.- Vicios/Crimen: En opinión de Bovard, debe distinguirse entre vicios y
crímenes. Muchos de los mayores abusos del gobierno surgen por la prosecución de
vicios privados, que surgen por errores en el simple deseo humano de buscar la
felicidad propia. Esto calza muy bien con un párrafo del libro de David Conway,
"Classical Liberalism: The Unvanquished Ideal" (previamente reseñado en esta
red): "Algunos pueden creer que todo mundo estaría mejor viviendo en una sociedad
que prohibiera ciertas formas de conductas que, si bien son inocuas, son
moralmente perversas. Sin embargo, a menos que tales formas de conducta puedan
mostrarse que son dañinas a terceros, distintos de quienes las observan, los
seres humanos, pensándolo bien, deberían preferir vivir en sociedades que
permitan tales vicios inofensivos, en comparación con aquéllas en donde el
gobierno tiene licencia para prohibir tal conducta con base en que es perversa o
dañina para quienes las practican."

Para evitar la acusación de que pensamientos como los de Bovard dejan desvalidos
a los menores de edad, es tajante al indicar que "En tanto los adultos tienen
derecho a escoger sus propios vicios, los niños no tiene igual capacidad para
ejercitar la responsabilidad individual." Recuerden que la libertad es una
esfera circunscrita a los adultos, responsables. Por ello, en el marco de lo que
Conway denomina, en su obra previamente citada, como el individualismo con
respecto a los fines, indica que "Esta doctrina señala que, en última instancia,
cada adulto sano es la autoridad final acerca de cuáles formas de actividad y
experiencias son las que aumentan y cuáles disminuyen su propia felicidad
individual." Observe que se habla de "adultos sanos".

9.- La Salud Pública y la Seguridad Pública: Dice Bovard que "El gobierno pude
detectar y frenar la expansión de enfermedades serias... con efectos menores
sobre las libertades de los ciudadanos... podría continuar dando fondos a ciertas
investigaciones médicas... debe ser estructurado de manera tal que minimicen el
impacto sobre posibilidades de acuerdos voluntarios y para el desarrollo de
mejores soluciones que ningún burócrata podría imaginar... Algún tipo de
organización es necesario par arbitrar disputas privadas y penalizar la violencia
privada..." Ya conocemos como Hayek en su obra clásica "Los Fundamentos de la
Libertad," Parte Tercera: La Libertad y el Estado-Providencia, da lugar a
diversas posibilidades de participación del estado en un Orden de Libertad.

10.- Mejorar la Democracia: Bovard expresa que "Cualquier propuesta de reforma
de la democracia debe tomar en cuenta las limitaciones que poseen tanto los
votantes como los legisladores... Cada político deberá ser juzgado de acuerdo con
el grado de poder que él cree que el gobierno merece tener sobre los
ciudadanos... Como dijo Benjamín Constant en 1815 [en 'Political Writings'] 'es
la magnitud de la fuerza y no quienes la poseen, lo que deberá ser denunciado.
Es contra el arma, no contra el brazo que la esgrime, a lo que es necesario
golpear fuertemente. Hay cosas que pesan mucho para la mano del hombre.'"

11.- Es Necesario No Ejercer Coerción: Expresa Bovard que "La coerción se
justifica tan sólo si es para prevenir una mayor coerción. El poder del gobierno
debe ser limitado para proteger a las personas de la agresión de otras, no de su
propia estupidez o debilidad."

12.- Derogar, Derogar, Derogar: Finalmente, opina Bovard, "Para restaurar el
gobierno a su sitio apropiado, se requiere derogar la mayoría de las regulaciones
y estatutos... Un nuevo orden político deberá buscarse construyendo sobre los
principios y las perspicacias de la ley consuetudinaria, para regresar el reloj a
una época cuando las leyes respetaban los contratos y el derecho individual a la
autonomía y al control de su propio destino, y que buscó maximizar la
responsabilidad de cada persona por sus propias acciones."

En resumen, el gobierno mínimo es el único gobierno justo.

A quien tenga interés en leer este libro de Bovard, así como otra de sus obras,
"The Fair Trade Fraud", con gusto se las puedo prestar con carácter devolutivo.
Para ello, ya saben cómo y adónde me pueden localizar. Además, continúan a su
posible disposición lo siguientes libros del mes que han sido objeto de
comentario en palestra:

Febrero, 2002: David Henderson, "The Changing Fortunes of Economic Liberalism:
Yesterday, Today and Tomorrow"
Marzo, 2002: Roger Garrison, "Time and Money: The Macroeconomics of Capital
Structure"
Abril, 2002: Paul Collier and David Dollar, "Globalization, Growth and Poverty:
Building an Inclusive World Economy"
Mayo, 2002: David Conway, "Classical Liberalism: The Unvanquished Ideal"
Junio, 2002: Lawrence E. Boland, "The Foundations of Economic Methodology"
Julio, 2002: Gary Becker y Guity Nashat Becker, "The Economics of Life"
Agosto, 2002: Xavier Salá-i-Martín, "Economía Liberal para no Economistas y no
Liberales"
Setiembre, 2002: Geoffrey E. Wood, editor, "Explorations in Economic Liberalism:
The Wincott Lectures"

Jorge Corrales Quesada

Elisa
25/06/2012, 16:34
2002-10-28 LIBRO DEL MES DE NOVIEMBRE DEL 2002

Se trata del libro editado por David Boaz, "Toward Liberty: The Idea That is
Changing the World" (Washington D. C.: Cato Institute, 2002). Es una
recopilación de 51 ensayos sobre el tema del avance de la idea de la libertad,
publicado en ocasión de la celebración de 25 años de opinión y participación del
Instituto Cato en diversos temas de política pública, relevantes tanto para los
Estados Unidos, que, por tratarse de asuntos que en última instancia son
universales, su conocimiento es útil para cualquier interesado en estos asuntos.
Además de un capítulo introductorio, está dividido en 9 partes, por lo que, a
diferencia del análisis que sobre el libro del mes se ha hecho en ocasiones
anteriores, en ésta mencionaré cada uno de los ensayos escritos por los
diferentes autores, del cual transcribo (y traduzco) alguna idea que allí se
expresa y que considero que puede ser de un interés tal que motive su lectura.
Como es de esperar en el pensamiento liberal, en algunas cosas se estará de
acuerdo y en otras no. De eso se trata. Los paréntesis cuadrados son míos.
Termino manifestándoles que este libro, al igual que los anteriores libros del
mes –cuya lista fue publicada en el libro del mes de octubre- está a su
disposición y para obtenerlo tan sólo es necesario que me contacten.

INTRODUCCIÓN

David Boaz, "Introducción: La Idea que Está Cambiando al Mundo." Vicepresidente
Ejecutivo del Instituto Cato:

"Pero el triunfo del liberalismo de ninguna manera es inevitable. Nunca ha
existido una edad de oro del liberalismo, y nunca la habrá. Aunque parezca que
hayamos dejado atrás algunas de las peores formas de gobierno, no debemos de
olvidar que, durante el siglo que acaba de pasar, hemos sufrido el comunismo, el
fascismo y el nacional socialismo. Armados con la tecnología moderna, estos
regímenes comprobaron ser los más brutales de la historia. Y surgieron en un
momento en que los pensadores liberales creyeron que, por la vía de la
prosperidad y del comercio internacional, se asegurarían la paz y la armonía."
(p. 13)


PRIMERA PARTE: IDEAS Y CONSECUENCIAS

Entrevista a F. A. Hayek el 1 de diciembre de 1982 en el Instituto Cato. Premio
Nóbel en Economía en 1974:

"RESPUESTA DE HAYEK: ...el mercado ha llegado a ser un especie de, tal como lo
llaman los biólogos, órgano sensorial externo o extra-somático, el cual nos
informa de cosas de las cuales físicamente no nos damos cuenta. Nosotros no
podemos ver los beneficios que se derivan de nuestras acciones. No podemos ver de
dónde vienen nuestros beneficios, pero hemos desarrollado un mecanismo que nos
sirve como un órgano de información, que opera muy similarmente a como lo hacen
los órganos sensoriales, pero lo hace de forma tal que nos permite ajustar
nuestra acción a los acontecimientos que están más allá de nuestra percepción
sensorial." (p. 23)

Mario Vargas Llosa, "El Liberalismo entre Dos Milenios." Reconocido novelista
latinoamericano:

"Estos son episodios pintorescos, pero sería un grave error subestimarlos, como
aleteos insignificantes de la idiotez humana. En verdad, ellos son apenas la
crispación paroxística y extrema de un vasto movimiento político e ideológico,
sólidamente implantado en sectores de izquierda, de centro y de derecha, unidos
en su desconfianza tenaz hacia la libertad como instrumento de solución para los
problemas humanos, que han encontrado en este novísimo fantasma edificado por sus
miedos y fobias -el "neoliberalismo", llamado también el "pensamiento único" en
la jerigonza de sociólogos y politólogos- un chivo expiatorio a quien endosar
todas las calamidades presentes y pasadas en la historia universal." (p. 26)

Peter Bauer, "Omitiendo la Realidad." En el 2002 obtuvo el primer Premio Milton
Friedman a la Libertad que otorga el Instituto Cato:

"Esta tendencia a omitir las realidades más sencillas ha minado la confianza, la
seguridad en sí mismo y la postura de Occidente en el arena internacional.
También ha sido el substrato para la aceptación sin crítica alguna de las ideas y
las políticas que dañan a Occidente y mucho más a los pueblos del Tercer Mundo.
Esto no constituye una sorpresa. Los cuerpos políticos y las sociedades que
ignoran la realidad son vulnerables a la adversidad y también a las amenazas que
vienen tanto desde adentro como desde afuera." (p. 51)


SEGUNDA PARTE: CRECIMIENTO ECONOMICO

Milton Friedman, "El Verdadero Almuerzo Gratis: Los Mercados y la Propiedad
Privada." Premio Nóbel en Economía en 1976:

"Algunas veces se me ha asociado con una expresión que no inventé "No existe tal
cosa como un almuerzo gratis." Más bien deseo que se preste mayor atención a otra
que sí inventé... "Nadie gasta el dinero de algún otro tan cuidadosamente como
gasta el propio." Pero todos estos aforismos son verdades a medias... Y en el
mundo económico real, existe un almuerzo gratuito, un extraordinario almuerzo
gratis, y ese almuerzo gratuito son los mercados libres y la propiedad privada."
(p. 55)

William A. Niskanen, "El Soporte Lógico de la Infraestructura de una Economía de
Mercado." Gerente del Instituto Cato:

"...las tres instituciones básicas de una economía de mercado -el soporte lógico
de infraestructura que se requiere- son el sistema jurídico, el sistema contable
y las actitudes culturales... estas instituciones son como un banco que tiene
tres patas, en donde una pata más corta o débil reduce seriamente la estabilidad
del banco. La inversión de personas o del estado en estas tres instituciones es
mucho más importante que los otros elementos de una perestroika radical; en
efecto, estas tres instituciones son un requisito para que otras medidas puedan
tener éxito." (p. 68)

Reuven Brenner, "Las Causas del Crecimiento Económico." Profesor en la Escuela
de Administración de Negocios de la Universidad McGill en Montreal, Canadá:

"¿Cómo podemos estar seguros de que una innovación financiera, un cambio en la
estrategia de una compañía o un cambio en la política gubernamental mejoran o
empeoran a una sociedad? La respuesta es que la mejor estimación que se puede
usar para hacer tales aseveraciones -una vez que se tenga un mercado financiero
profundo y transparente- es la suma del valor total de mercado de las empresas en
una sociedad (el valor de mercado de la deuda y del patrimonio) sumado al valor
de mercado de la deuda gubernamental pendiente de pago. Cuando esta suma aumenta,
significa que ha incrementado la habilidad de la sociedad para generar ingresos y
pagar la deuda, ya sea pública o privada... La razón es sencilla: mercados
financieros desarrollados y relativamente sin estorbos evitan la persistencia de
errores. Así, rápidamente redirigen el uso del capital y se aseguran de que el
ahorro y el capital sean usados más efectivamente." (p. 69)


TERCERA PARTE: EL ESTADO DE BIENESTAR

Joan Kennedy Taylor, "Desregulando a los Pobres." Autora del libro "Reclaiming
the Mainstream: Individualist Feminism Rediscovered":

"Primero se nos dice que la comunidad -esto es, el gobierno- tiene una
obligación moral de alimentar y dar abrigo a los indigentes. Luego se nos dice
que todos los pobres tienen un derecho a recibir fondos, que los mantendrá en un
cierto nivel acorde con los patrones económicos del resto de la comunidad. Y
luego, una vez que resulta evidente el serio problema presupuestario, la
obligación fundamental del gobierno se muestra por sí misma como que del todo no
era algo esencial. Descubrimos que los receptores de la ayuda gubernamental
podrían ser llamados para que trabajen para el gobierno –aún, en muchos casos,
reemplazando a trabajadores sindicalizados del sector público, con empleos en
donde ganan muy por debajo del salario mínimo legal. Podemos ver como tal
argumentación conduce por un camino resbaloso hacia una sociedad más y más
coercitiva y, en última instancia, hacia el tipo de planificación totalitaria que
resuelve los problemas de pobreza y criminalidad mediante la regulación de las
vidas de todos los ciudadanos." (p. 91)

Carolyn L. Weaver, "¿Ha Pasado la Crisis de la Seguridad Social?" Directora de
Estudios sobre Pensiones y Seguridad Social del American Enterprise Institute en
Washington, D. C.:

"...al ver la crisis como algo esencialmente político en su naturaleza y que ha
evolucionado de manera predecible debido a la debilidad institucional del
programa inicial, señala hacia una clara necesidad de reformar al sistema de
forma verdaderamente radical. Desde esta perspectiva, la reforma implica la
introducción de la posibilidad de escoger, de la acción voluntaria o voluntarismo
y de la competencia en la provisión de la Seguridad Social, como únicas
restricciones efectivas sobre el curso futuro del programa." (p. 102)

José Piñera, "El Exito de la Seguridad Social Privatizada en Chile." Ex
Ministro de Trabajo de Chile:

"Decidimos ir en otra dirección: ligar los beneficios a las contribuciones. El
dinero que un trabajador paga dentro del sistema va hacia una cuenta que es de su
propiedad. A la idea la llamamos "un esquema de capitalización"... Por supuesto
que ha habido algunos errores. Hay algunas cosas que podrían ser mejoradas. No
hay tal cosa como la reforma perfecta. Con el tiempo y la experiencia se que
haríamos algunas cosas de otra manera. Pero, en general, puedo decirles que ha
sido un éxito que va más allá de nuestros sueños." (p. p. 105-110)

Michael Tanner, "Terminando con los Programas de Bienestar, Tales como los
Conocemos Hoy en Día." Director de Estudios sobre Salud y Bienestar del Instituto
Cato:

"Los programas de bienestar han fracasado y no pueden ser objeto de reformas.
Es hora de terminar con ellos. En su lugar, la sociedad civil descansaría en un
red fortalecida de caridades privadas... [que] son un medio más efectivo que los
programas gubernamentales de bienestar. En tanto estos brindan incentivos para
que se dé un comportamiento que va en contra de la producción, las caridades
privadas pueden usar su ayuda para promover la autosuficiencia, la mejoría propia
y la independencia. Las caridades privadas pueden individualizar sus enfoques y
atacar los problema específicos que están manteniendo a las personas en la
pobreza. También son mucho mejores en cuanto a dirigir la ayuda hacia aquellos
quienes más la necesitan y en obtener los mayores frutos por cada dólar que se
gasta." (p. 124)

Darcy Olsen, "La Pre-escolaridad y el Estado Niñera." Directora del Instituto
Goldwater en Phoenix, Arizona:

"En todo caso, la conveniencia de una educación preescolar universal no debería
descansar en sólo si la pre-escolaridad funciona. Todavía más básica es la
cuestión moral de si el gobierno debería afianzarse aún más en la educación
escolar de nuestros niños... Las reformas educativas de los años noventas han
enfatizado la descentralización, una mayor participación de los padres y
alternativas privadas -en tanto que la pre-escolaridad universal es un retroceso
hacia la era en que se creía que "el gobierno sabe que es lo mejor para
nosotros."" (p. p. 127-128)


CUARTA PARTE: EL ESTADO REGULADOR

Yale Brozen, "El Elevado Costo de la Regulación Gubernamental." Fue Profesor de
Economía Empresarial en la Universidad de Chicago:

"Hay tres grandes principios generales que definen el ámbito apropiado para la
regulación. El primero, si los costos de la acción o su ausencia caen sobre
quien toma la decisión, no se necesita regulación... El segundo principio es un
corolario del primero. Si los costos no son internalizados... entonces, se
necesita regulación... El tercer principio es que, cuando regulamos, debemos
reconocer que, al incrementar la astringencia de la regulación, incurriremos
progresivamente en costos mayores y progresivamente obtendremos menores
beneficios. Podemos terminar por lograr más de una cosa la cual no vale la pena
tenerla... Para muy diversos tipos de regulación, no se trata de un asunto de
disponer demasiado de una cosa buena. Para muchas de nuestras actividades
regulatorias no estamos obteniendo beneficio alguno." (p. p. 131-133)

Terry L. Anderson y Donald L. Leal, "Capitalismo Medioambiental versus Estatismo
Medioambiental." Investigadores del Political Economy Research Center en
Bozeman, Montana. [Una traducción completa de este ensayo fue puesto
anteriormente en palestra económica]:

"...para los medioambientalistas de cuño [mainstream], la prueba definitoria de
“que tan verde se es” lo constituye la aceptación de más gobierno para lograr
objetivos en el campo del medio ambiente. Típicamente claman por mayor
regulación del medio ambiente y por mayor propiedad gubernamental de la tierra,
ad nauseam. Pero el mensaje del medioambientalismo de libre mercado es que no es
necesario más gobierno para mejorar la calidad del medio ambiente y aún hasta
puede ser adverso para lograr dicho objetivo." (p. 139)

Catherine England, "El Seguro Federal a los Depósitos como Causa de la Crisis de
las Entidades Financieras de Ahorro y Préstamo." Profesora en la Universidad
George Mason en Washington. D. C.:

"El sistema vigente [en 1989] remunera al comportamiento especulativo a expensas
de una administración más prudente. Ha estimulado que los fondos corran, en vez
de alejarse, hacia las instituciones del país peor manejadas y más endeudadas. Y
mientras la estructura que regula a los bancos es vista en la actualidad como una
operación modelo, sus resultados son apreciados tan sólo en comparación con el
fiasco que ha sufrido la industria de ahorros y préstamos. Los bancos enfrentan
incentivos similares hacia la toma excesiva de riesgos, y las fallas en los
sistemas de regulación de la banca y del seguro de depósitos permanecen sin ser
notadas tan sólo porque la atención está puesta en otro lado." (p. 153)

David Boaz, "La Economía Parásita se Aloja en un Nuevo Huésped." Autor del libro
"Libertarianism: A Primer":

"El tema hoy en día [noviembre de 1996] no consiste en si Microsoft es o fue de
hecho un monopolista, aunque los hechos lanzan muchas dudas acerca de tal
alegato. Lo que me preocupa aquí es cómo el gobierno le puso un cebo a Microsoft
para llevarla hacia el sector político de la economía." (p. 155)


QUINTA PARTE: UN MUNDO EN TRANSICION

Edward H. Crane, "Temor y Odio en la Unión Soviética." Presidente del Instituto
Cato. [Narra su vista a la Unión Soviética antes de la caída del socialismo]:

"Cuando ocasionalmente tuvimos la oportunidad de hablar con la gente, ya sea en
un parque o en la calle, había un frase que se nos aparecía una y otra vez. Les
preguntamos si alguna vez habían estado fuera de la Unión Soviética, si alguna
vez habían tenido un carro o si podían cambiar de trabajo si así lo deseaban. La
respuesta, en tanto alzaban los hombros, era a menudo un frío y sin emoción: "Eso
es imposible". Mientras que en nuestra sociedad con frecuencia uno se encuentra
con un sentido de aversión hacia la injusticia o con una determinación para
lograr algún objetivo aunque sea en contra de todas las probabilidades, en la
Unión Soviética simplemente se levantan los hombros. Eso es imposible." (p. 164)

Don Lavoie, "Las Huelgas en Polonia: Los Trabajadores en Contra del Estado de
los Trabajadores." Fue Profesor de Economía en la Universidad George Mason de
Washington, D. C.:

"Las huelgas en Polonia son una indicación del fracaso de la planificación
central... La economía de planificación central funciona sólo en el grado en que
el plan es concientemente burlado, ignorado o ajustado para poder tomar las
decisiones descentralizadas de producción. Ha fracasado contundentemente y por
mucho tiempo, de manera tal que no hace creíbles sus justificaciones ideológicas
y, sin el soporte ideológico, resulta ser un programa sin futuro." (p. 179)

George Gilder, "Dejad que florezcan billones de flores." Economista últimamente
dedicado al área de la tecnología de la información. [Este ensayo fue escrito en
1988]:

"Creo que lo que sucederá es un florecimiento del empresariado en China, que
hará que China sea la economía más rica del mundo en 25 años. ¿Qué cómo lo se?
Porque más que en cualquier otro lado, el pueblo chino está en la delantera de la
edad de la información." (p. 181)

Helen Suzman, "Prospectos para un Cambio Pacífico en Sudáfrica." Ex miembro del
Parlamento Surafricano entre 1953 y 1989:

"Sin embargo, debo enfatizar los factores económicos que, dentro de Sudáfrica,
han sido las fuerzas principales detrás de los cambios que ya han tenido lugar.
Las reservas de empleo [sistema por el cual los trabajadores blancos obtenían los
mejores empleos] desaparecieron porque simplemente no había suficientes blancos
que hicieran el trabajo calificado. Las leyes de movilización interna y de
control de influjos desaparecieron, porque no podían seguir siendo puestas en
práctica, dada la urbanización masiva que resultó de la pobreza en las zonas
rurales y por las oportunidades laborales en las zonas urbanas." (p. 186)

Peter Bauer, "Transición en el Este: Democracia y Mercado." Fue Profesor de la
London School of Economics de 1960 a 1983:

"El Oeste puede influenciar los acontecimiento en el Este... tal influencia
deberá ser enfocada principalmente hacia la promoción del mercado. Por ejemplo,
la ayuda oficial -esto es, subsidios en efectivo o en especie, incluyendo la
asistencia técnica, préstamos blandos y créditos bancarios garantizados por los
gobiernos- si es que del todo debe ser provista, deberá dirigirse hacia los
gobiernos que políticamente estén comprometidos con el sistema de mercado. Si los
gobiernos cambian su curso, tal ayuda deberá ser retirada. La ayuda deberá ser
administrada y asignada por la gente que, por sí misma, está orientada hacia el
mercado. En la realidad, demasiada gente a cargo de esos programas son
indiferentes y hasta opuestos al mercado, aunque hablen falsamente en su favor.
Finalmente, la reducción en las barreras comerciales impuestas por Occidente hará
más por promover los mercados en el Este, que los subsidios oficiales." (p. 198)

Karl R. Popper, "El Camino Comunista Hacia la Auto-esclavitud." Autor del libro
"La Sociedad Abierta y sus Enemigos":

"La caída de la Unión Soviética tal vez puede ser explicada, en última
instancia, por el colapso económico debido a la ausencia de un mercado libre;
esto es, lo que he llamado el primer teorema debido a Mises. Pero pienso que el
segundo teorema, el teorema de la esclavitud debido a Hayek, es aún más
importante para poder entender lo que ha sucedido -y que aún está sucediendo- en
el antiguo Imperio Soviético. Pero este teorema tiene un corolario o apéndice muy
importante. Puede ser formulado tal como sigue:

El camino a la servidumbre conduce a la desaparición de la discusión libre y
racional o, si Usted lo prefiere, del libre mercado de las ideas. Pero esto
tiene el efecto más devastador sobre todo el mundo, incluyendo a los así llamados
líderes. Conduce a una sociedad en donde la verborrea vacía rige todo el tiempo;
una verborrea que consiste en mucho de mentiras expresadas por líderes,
principalmente con no otro propósito que la auto-confirmación y la auto-
glorificación. Pero esto marca el fin de nuestra habilidad para pensar. Ellos
mismos llegan a ser esclavos de sus propias mentiras, como todos los demás. Es
también el fin de su habilidad para gobernar. Ellos desaparecen, aún como
déspotas." (p. p. 201-202)

Douglas Wu, "La Revolución Quieta de los Derechos de Propiedad en China." Laboró
por 16 años en una importante entidad financiera de China. [Este ensayo fue
publicado en el año 2000]:

"Lo que ha sucedido en la zona rural de China durante las últimas dos décadas
puede ser caracterizado como una privatización de facto, en el sentido de que el
proceso ha resultado en que virtualmente todos los medios de producción del
sector agrícola hayan sido transferidos a manos privadas... Los campesinos
chinos aún tienen mucho camino que recorrer para disponer de la legislación
apropiada y de las instituciones que protejan sus legítimos derechos de
propiedad. Sin embargo, lo que ha tenido lugar en el campo chino es una de las
privatizaciones mayores y más exitosas que el mundo jamás haya visto." (p. 213)

Tom G. Palmer, "¿Por qué el Socialismo Colapsó en Europa Oriental?" Director de
la Universidad Cato en el Instituto Cato:

"Me gustaría mencionar una tesis que puede explicar algunos de los
acontecimientos más recientes. Estoy pidiéndola prestada a un erudito húngaro,
Istvan Bibo, quien propuso una tesis acerca de una Europa que consiste de tres
partes: la Occidental, la del Centro-Este y la del Este... La gran diferencia
entre la Europa del Este y la Europa del Oeste es la relativa separación entre la
iglesia y el estado que hay en el Oeste... Así, pueden existir factores
culturales que harán que la transición hacia la libertad sea más fácil para estos
países que para las naciones del Este de Europa. Tal como señala Bibo, los
desarrollos políticos que tuvieron lugar en Europa Occidental -la liberación de
los siervos, etcétera- usualmente no llegó a Europa del Centro-Este sino hasta
200 años después y tomó aún más tiempo para que llegara a la Europa del Este."
(p. p. 219-220)

Václav Klaus, "El Cambio de Sistemas: La Mezcla Delicada de Intenciones y
Espontaneidad." Ex Primer Ministro de la República Checa:

"Mi formación académica y mi experiencia práctica me dicen que el cambio de
sistemas -y eso es lo que hemos venido experimentando al ir desmantelando al
comunismo en nuestros países- es un proceso evolutivo y no un ejercicio de
economía aplicada o de ciencias políticas. Se sustenta en una mezcla compleja de
eventos planeados y no planeados, intencionados y no intencionados o, para
ponerlo de otra manera, es una mezcla de intenciones y de espontaneidad...
Podemos confirmar que una transformación exitosa no es la que resulta de modelos
detallados de reforma que están en manos de políticos reformistas omnipotentes.
Más bien, el éxito depende de la actividad sin restricciones de los seres
humanos, junto con un "modesto constructivismo" al seleccionar las reglas
fundamentales y al definir la política de transformación." (p. p. 222-223)

Ma Lei, "La Educación Privada Surge en China." Profesora del Centro de Estudios
Americanos de la Universidad Fudan en Shangai, China:

"Lo más importante es que la gente de Wenzhou [China] se ha dado cuenta de que
en el mercado todo es armonioso –que uno gana sus ingresos no por medio de la
coerción o la fuerza bruta, sino mediante el servicio que brinda a terceros.
Este reconocimiento ha producido un clima en el cual la industria privada y las
organizaciones privadas -incluyendo las escuelas privadas- pueden prosperar." (p.
230)

James A. Dorn, "El Futuro de China: ¿El Socialismo de Mercado o el Taoísmo de
Mercado?" Profesor de Economía de la Universidad Towson en Maryland:

"Sin embargo, la prosperidad futura dependerá de si China se aleja del camino
artificial del socialismo de mercado y prosigue el camino natural del liberalismo
de mercado. La visión liberal de mercado no es nueva para China; era inherente a
la doctrina taoísta del wu wei desarrollada por Lao Tzu y sus discípulos. Los
líderes de China tan sólo necesitan dejar que el pueblo chino regrese a sus
raíces, para darse cuenta de la sabiduría de dejar que el procesos espontáneo del
mercado organice su vida económica, al tiempo que se limita el gobierno a la
protección de la vida, la libertad y la prosperidad." (p. 242)


SEXTA PARTE: ASUNTOS INTERNACIONALES

Ted Galen Carpenter, "De República a Imperio: La Constitución y la Evolución de
la Política Internacional de los Estados Unidos." Vicepresidente de Estudios
sobre la Defensa y Política Exterior del Instituto Cato:

"Proponentes de la visión global en el siglo XX típicamente afirman que los
desarrollos tecnológicos han hecho de la política "aislacionista" algo obsoleto y
que las naciones amantes de la paz sólo deberían unirse para desbaratar a un
agresor o para evitar ser víctimas de una estrategia de divide y vencerás. Ellos
señalan que las alianzas y otras medidas de seguridad colectivas son, por lo
tanto, esenciales. Pero descansar en la seguridad colectiva, en vez de seguir
estrategias no intervencionistas, constituye un peligroso anacronismo... en la
era termonuclear, los aliados o son superfluos o son profundamente peligrosos."
(p. p. 252-253)

Ted Galen Carpenter, "El Caso en Favor de la Independencia Estratégica de los
Estados Unidos." Autor del libro "Peace and Freedom: Foreign Policy for a
Constitutional Republic":

"Se necesita una nueva política estadounidense de "independencia estratégica"
[que] poseería tres principios básicos. El primero sería una definición de
intereses de seguridad "vitales" que sea más reducida que la definición vaga y
casual utilizada durante la Guerra Fría... El segundo principio sería un énfasis
en la autonomía y flexibilidad de los Estados Unidos en cuanto a la toma de
decisiones... El último principio sería una resistencia a proseguir metas basadas
en la existencia de un "entorno" internacional ambicioso... Sin duda que los
estadounidenses estarían más contentos con un mundo compuesto de naciones
democráticas y pacíficas, pero tal meta no se puede lograr –al menos a un nivel
de costo y riesgo aceptables para los Estrados Unidos" (p. 260)


Ivan Eland, "¿La Intervención en Ultramar de los Estados Unidos Alimenta al
Terrorismo?" Director de Estudios sobre Políticas de Defensa en el Instituto
Cato:

"Todos los ejemplos de ataques terroristas a los Estados Unidos pueden ser
explicados como una represalia por la intervención estadounidense en el
exterior... implica que los Estados Unidos podría reducir sustancialmente la
probabilidad de ataques terroristas catastróficos si redujera su perfil militar
fuera del país... necesita adoptar una nueva política que utilice la fuerza
militar sólo en última instancia, como defensa de sus intereses nacionales
verdaderamente esenciales." (p. 272)

Gary Dempsey, "¿Una Empresa Descabellada?" Autor del libro "Fool's Errands:
America's Recent Encounters with Nation Building":

"...varias lecciones importantes pueden aprenderse de las acciones de Washington
para reconstruir naciones... Una... que es una empresa descabellada cuando el
pueblo norteamericano no está preparado para sacrificar su sangre y recursos en
un lugar al cual consideran que no es importante estratégicamente... Una segunda
lección es que la reconstrucción de naciones resulta ser una empresa descabellada
si el país en cuestión no está "maduro" para tales efectos... Una tercera... es
cuando perpetúa un "dilema de seguridad" entre dos lados previamente opuestos en
una disputa sangrienta... Una cuarta lección es que la reedificación de una
nación es una empresa descabellada cuando una de las facciones del país que se
intenta reconstruir no ha cedido en sus objetivos de la época de la guerra." ( p.
p. 285-286)


SÉPTIMA PARTE: COMERCIO Y FINANZAS INTERNACIONALES

Alan Greenspan, "La Globalización de las Finanzas." Presidente de la Reserva
Federal de los Estados Unidos:

"...debemos reconocer que, si fuere cierto que la tecnología es la que ha
transmitido el estrés actual a los mercados, la tecnología podría ser usada para
contenerlo. Una ampliación y mejora de los sistemas internos que las
instituciones financieras tienen para la administración de riesgos, posiblemente
constituye la medida más efectiva contra la inestabilidad potencial incrementada
del sistema financiero global. Otra es mejorar la eficiencia de los sistemas de
pagos en el mundo." (p. 296)

Milton Friedman, "Usando al Mercado para el Desarrollo Social." Autor del libro
"Capitalism and Freedom":

"En resumen, hay mejores y peores formas de privatizar una economía
centralizada, pero no existe una fórmula mágica que permita cambiar sin dolor una
economía de mando hacia una economía de intercambio voluntario. Sin embargo, las
retribuciones de hacerlo son tan grandes que, si el cambio se puede hacer, los
costos de las transiciones serán vistos como algo menor. Debe darse un tributo a
los actuales líderes de China [continental] por reconocer que las ganancias
potenciales reducen los costos de la transición al mínimo, así como por estar
involucrados en un esfuerzo serio de llevar a cabo tal transición." (p. 307)

Brink Lindsay, "El Libre Comercio de Abajo Hacia Arriba." Autor del libro
"Against the Dead Hand":

"No se necesita de negociaciones para que se dé una liberalización comercial;
después de todo, la apertura a los mercados más dramática, sucedida durante las
dos décadas que acaban de pasar, se ha dado mediante reformas unilaterales a
nivel nacional. Es más, las negociaciones, si se conducen incorrectamente,
pueden de hecho minar la causa del libre comercio. Sin embargo, cuando los
acuerdos comerciales internacionales se estructuran adecuadamente, pueden brindar
un suplemento útil para la liberalización puramente unilateral." (p. p. 318-319)

Ian Vásquez, "La Crisis Asiática: Por qué el FMI no debe Intervenir." Director
del Proyecto sobre la Libertad Económica Mundial del Instituto Cato:

"Utilizar al Fondo Monetario Internacional para sacar de apuros económicos a un
país que experimenta una crisis monetaria o de deuda, es una mala idea por tres
razones. La primera razón es que da origen a un riesgo moral... Las sacadas de
apuros que hace el FMI imponen otra carga sobre los ciudadanos comunes y
corrientes y es que no funcionan bien... Y la tercera razón... es que debilitan
soluciones de mercado que son superiores y menos costosas." (p. p. 321-324)


OCTAVA PARTE: LEY Y LIBERTAD

Antonin Scalia, "Los Asuntos Económicos vistos como Asuntos Humanos." Juez de la
Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos:

"...permítanme sugerir que la petición para crear (o si Usted lo prefiere, para
"reestablecer") garantías económicas en la constitución, confunden la naturaleza
y el efecto del proceso de ponerlas en la constitución... Una garantía puede
aparecer en las palabras de la Constitución, pero cuando la sociedad deja de
creer perdurablemente en ella, no tiene ningún efecto viviente... No sugiero que
introducirlas en la constitución no tenga efectos en cuanto a ayudar a la
sociedad para preservar el acatamiento de sus principios fundamentales. Este es
el efecto verdadero de una constitución. Pero el acatamiento viene primero y,
después, la preservación... Si Usted está interesado en las libertades
económicas, entonces, el primer paso es recordar a la sociedad esa creencia en su
importancia, que (no lo dudo) fue compartida por los fundadores de la república."
(p. 335)

Richard A. Epstein, "La Revisión de un Caso por una Corte Superior: Reconocer de
que Hay Dos Tipos de Error." Profesor de Derecho en la Universidad de Chicago:

"La teoría del constitucionalismo, tal como la entiendo, trata de encontrar
formas para minimizar los abusos que emanan de la avaricia legislativa, por una
parte, y de la incompetencia judicial, por la otra. No existe, por lo que se
sabe, una tercera alternativa a este triste estado de cosas. Lo que me temo está
errado con la argumentación de Scalia [ver ensayo inmediato anterior] es esto: Al
enfocarse exclusivamente en los defectos que encuentra en la parte judicial del
proceso, tiende a ignorar los poderosos defectos que abundan en la parte
legislativa del proceso. Nuestra Constitución refleja una desconfianza
generalizada hacia el proceso político de gobernar –un alto grado de aversión al
riesgo. Es por ello que sabiamente extiende los poderes del gobierno entre
diferentes instituciones mediante un sistema de frenos y contrapesos. No brindar
un freno (o que, al menos, no sea efectivo) sobre el poder legislativo de regular
las libertades económicas, es concentrar el poder en formas que son
inconsistentes con la aversión al riesgo. Permitir que las cortes desechen
legislación, mas nunca pasarla, ayuda a controlar el abuso político sin que se
debiliten las características propias de las ramas separadas del gobierno." (p.
339)

Paul Craig Roberts, "La Protección Constitucional de la Libertad Económica."
Miembro del Institute for Political Economy en Washington D. C.:

"Hoy en día, habiendo sido testigo del crecimiento de los gobiernos
constitucionales, tanto en poder como en tamaño, mucho más allá de lo que lo
hicieron las monarquías absolutas del pasado, hemos aprendido que los impuestos
deben ser tratados explícitamente como un asunto constitucional. El impuesto a
la renta debería estar explícitamente prohibido con base en que constituye una
violación directa de la libertad económica. Al mismo tiempo, debemos darnos
cuenta de las demandas de más ingresos que hace el moderno estado rapaz. La
Constitución debería especificar tanto la forma como la cantidad de imposición
permitidos. Yo recomendaría un impuesto al gasto o al valor agregado que sea
uniforme y especificaría que, en ningún momento, los ingresos del estado podrían
exceder a un 20 por ciento del ingreso nacional." (p. 351)

Robert Higgs y Charlotte Twight, "La Emergencia Nacional y la Erosión de los
Derechos a la Propiedad Privada." Higgs edita la revista "Independent Review" y
Twight es profesora de Economía en la Universidad Estatal Boise, en Idaho,
Estados Unidos:

"La historia de los Estados Unidos en el Siglo XX provee fuerte evidencia de que
las derogatorias del derecho de propiedad privado en una democracia liberal
ocurren principalmente durante las emergencias nacionales y que, una vez
conculcados, los derechos privados no vuelven a ganar su ámbito previo." (p. 368)

Roger Pilon, "Las Olvidadas Novena y Décima Enmiendas Constitucionales."
Director del Centro sobre Estudios Constitucionales del Instituto Cato:

"La primacía del individuo. La idea de la igualdad moral, definida como la
igualdad de derechos. El fundamento último de los derechos descansa en la
propiedad y en la promesa –no en la necesidad, o en el deseo, o en la aspiración,
o en cualquier otra noción valorativa. La presunción en favor del reino
voluntario, privado. La sospecha acerca del poder público. Estos son los
elementos de la ley superior, de la sociedad libre, de la visión que la Novena y
la Décima Enmiendas Constitucionales [de los Estados Unidos] se propusieron
asegurar. Es una visión que el moderno poder judicial haría bien en volver a
mirar." (p. 378)

Sheldon Richman, "La Privacidad como un Derecho a la Propiedad." Editor de la
revista "Ideas on Liberty":

"Ambos, los intervencionistas y los conservadores, no interpretan bien el tema
de la privacidad... Ambos enfoques permiten a sus adherentes menospreciar la
mayoría de las libertades y exaltar las pocas libertades que sus filosofías
políticas y morales respectivas permiten. Afortunadamente hay una alternativa
coherente y objetiva al derecho de privacidad arbitrario que poseen los
intervencionistas y a la noción apretujada y circunscrita a cláusulas de la
libertad constitucional mantenida por los conservadores. Es un modelo de
privacidad anclado en los derechos naturales de propiedad (empezando con la
propiedad que de sí mismos tienen los seres humanos)." (p. 385)

Nadine Strossen, "El Espeluznante Legado Constitucional de Clinton." Profesora
de la Escuela de Derecho de Nueva York y Presidenta de la American Civil
Liberties Union:

"La regla de la ley no es simplemente algo sobre el orden y la regularidad, sino
también sobre la justicia. Y central a este lado sustantivo de la regla de la
ley está el respeto por los derechos de expresión y la privacidad. En el grado en
que el gobierno abuse de tales derechos básicos, no puede reclamar que está
operando bajo la regla de la ley. Lamentablemente, en este sentido el récord de
la administración Clinton deja mucho que desear." (p. 388)

David Boaz y Timothy Lynch, "La Guerra Contra las Drogas." Boaz edita la revista
"Libertarian Reader" y Lynch es Director del Proyecto sobre Justicia
Criminal del Instituto Cato:

"El Congreso [de los Estados Unidos] haría bien en repeler la Ley sobre
Sustancias Controladas de 1970, cerrar la Administración para la Aplicación de
Leyes contra las Drogas, y dejar que sean los estados los que fijen sus propias
políticas en lo que tiene que ver con drogas que actualmente son ilegales. Harían
bien en tratar a la marihuana, a la cocaína y a la heroína en la misma forma en
que la mayoría de los estados actualmente tratan al alcohol: Debería ser legal
que negocios bajo permiso especial vendan tales drogas a los adultos. La venta de
drogas a los niños, tal como lo es la de alcohol a los niños, deberá permanecer
siendo ilegal. También deberá ser ilegal manejar bajo la influencia de drogas.
De aplicar tal política, el Congreso [de los Estado Unidos] habría reconocido que
nuestra política actual en contra de las drogas ha fracasado." (p. 406)


NOVENA PARTE: DEMOCRACIA Y CULTURA

Tom G. Palmer, "Los Mitos Acerca del Individualismo." Fue editor de la revista
"Humane Studies Review":

"El liberalismo [libertarianismo lo llama el autor] en su base no es una teoría
metafísica acerca de la primacía de lo individual sobre lo abstracto, mucho menos
una teoría absurda acerca de “individuos abstractos”. Ni es un rechazo de la
tradición ausente de valores éticos, tal como Kirk y otros conservadores lo han
expresado. Más bien, es una teoría política que emergió como respuesta al
crecimiento ilimitado del poder del estado. El liberalismo obtiene su fuerza de
una fusión poderosa entre una teoría normativa acerca de las fuentes morales y
políticas y los límites de las obligaciones y una teoría positiva que explica las
fuentes del orden: cada persona tiene el derecho a ser libre, y las personas
libres pueden producir el orden espontáneamente, sin un poder ordenador que esté
por encima de ellos." (p. 413)

David Boaz, "Derechos y Responsabilidades." Co-editor del "Cato Handbook for
Congress":

"Sin embargo, cuando los liberales [libertarios los llama el autor] omiten los
valores morales en sus análisis sociales, están ignorando las lecciones brindadas
por sus mentores intelectuales. Adam Smith escribió "La Teoría de los
Sentimientos Morales." F. A. Hayek enfatizó la importancia de la moral y la
tradición. Ayn Rand expuso un código estricto de ética personal. Los trabajos
de Thomas Szasz desafían a los reduccionistas y behavioristas mediante un
compromiso con las viejas ideas del bien y del mal, de lo correcto y de lo
incorrecto, y de la responsabilidad por las decisiones que uno toma. Charles
Murray enfatiza el valor y, en efecto, la necesidad que se tiene de la comunidad
y de la responsabilidad. Los liberales deberían hacer más por aclarar el papel
que la responsabilidad moral tiene en su filosofía. Sin embargo, correctamente
continuarán enfatizando que el gobierno puede minar los valores necesarios para
que haya una sociedad libre -honestidad, confianza en sí mismo, razón, ahorro,
educación, tolerancia, disciplina, propiedad, contrato y familia- pero que no los
puede inculcar." (p. 421)

P. J. O’Rourke, "El Derecho de Hacer lo que a Uno le Plazca y de Asumir sus
Consecuencias." Autor del libro "Parliament of Whores":

"Hay tan sólo un derecho humano básico y es el derecho a hacer lo que a uno le
plazca. Y con él viene el único deber humano básico, cual es el deber de asumir
las consecuencias de ello." (p. 423)

David Boaz, "¿Son los Libertarios Anti-Gobierno?" Editor del libro "Liberating
Schools: Education in the Inner City":

"De manera que si [los liberales o libertarios, como los llama el autor] no
somos anti-gobierno y tampoco, ciertamente, estamos en favor de gobiernos
pequeños o débiles, ¿cómo describiríamos a la posición liberal? Para responder a
esa pregunta debemos regresar a la Declaración de la Independencia y a la
Constitución [de los Estados Unidos]. Los liberales generalmente apoyan a un
gobierno que sea formado con el consentimiento de los gobernados y diseñado para
lograr ciertos propósitos limitados. Tanto la forma de gobierno como los límites
a sus poderes deberán estar especificados en una constitución, y el desafío para
cualquier sociedad consiste en mantener al gobierno bajo restricción y limitado,
de manera que los individuos puedan progresar y resolver problemas en una
sociedad libre y civil. Así, los liberales no son "anti-gobierno." Los
liberales están en favor de un gobierno constitucional, limitado -limitado no
sólo en cuanto al tamaño, sino, y esto es de una mayor importancia, en cuanto a
la extensión de sus poderes." (p. 427)

Dick Armey, "Creando un Mundo de Personas Libres." Miembro del Congreso de los
Estados Unidos:

"¿Qué es lo de Hayek que enojó tanto a un ala incómoda de la izquierda? Fue la
aseveración de que, en el largo plazo, el paternalismo estatista era tan dañino
para la humanidad, como lo eran el fascismo o el comunismo. El estatismo, dijo
él, difiere de estos dos males tan sólo en cuanto al grado, mas no en especie.
Hayek era un hombre humilde, genuinamente humilde ante la realidad. Y esa
humildad le dio a sus palabras la fortaleza de la honestidad y la audacia de la
verdad. Y por eso los intervencionistas no lo podían perdonar." (p. p. 428-429)

Tyler Cowen. "¿Está Nuestra Cultura en Declive?" Profesor de Economía de la
Universidad George Mason en Washington, D. C.:

"La corriente actual de pesimismo cultural, expresada en diversas formas tanto
por la izquierda como por la derecha, sugiere que nuestra cultura está en un
proceso de corrupción y de declinación. La izquierda concluye en que se necesita
el patrocinio gubernamental de las artes, mientras que la derecha a menudo
favorece el patrocinio gubernamental de la cultura tradicional. Pero un estudio
de la evidencia brinda razones fuertes para el optimismo cultural y la confianza
en que una sociedad moderna estimulará la creatividad y diversidad artísticas."
(p. 433)

Walter E. Williams, "Los Programas Gubernamentales de Acción Afirmativa no
Pueden Ser Remendados." Profesor de Economía en la Universidad George Mason en
Washington, D. C.:

"En términos más generales, la asignación gubernamental de los recursos resulta
ser un juego de suma cero, primariamente porque el gobierno no tiene recursos que
le son propios. Cuando el gobierno le da a algunos ciudadanos cupones
alimenticios, subsidios por las cosechas, o pagos por ayudas ante desastres, los
que reciben tales generosidades son quienes ganan. Los perdedores son
identificados cuando se pregunta: ¿de dónde adquiere el gobierno esos recursos
para dar tan generosamente? Para que el gobierno le pueda dar a algunos
ciudadanos, debe tomarlo de otros ciudadanos por la vía de la intimidación, de la
amenaza, de la coerción. Aquellos quienes pierden sus derechos sobre sus
ingresos, para financiar la generosidad de los gobiernos, son los perdedores."
(p. 444)

Edward H. Crane, "El Futuro de la Libertad." Fundador del Instituto Cato:

"Se estima que en 1772, cuando había 775.000.000 personas habitando el mundo,
sólo 33.000.000 de ellos vivían bajo gobiernos relativamente libres. Casi un 95
por ciento de la humanidad vivía vidas, descritas por el historiador Arthur
Young, de "esclavos miserables de tiranos despóticos." Tan tarde como 1848, de
acuerdo con Stanley Engerman, los siervos en Austria constituían cerca del 72 por
ciento de su población y, en Hungría, cerca del 50 por ciento. Desde esa
perspectiva, hemos avanzado mucho.

Otra medición: el ingreso per cápita del mundo (en dólares constantes) era de
$100 en 1800; hacia 1900 era de $500, el año entrante [2001] será cercano a $5000
y a finales de siglo [XXI] algunas estimaciones señalan que podría llegar a ser
superior a $40.000; o sea, más alto que el ingreso promedio de hoy en Occidente.
Por supuesto que podría resultar ser aún mucho mayor...

El mundo está avanzando hacia el pluralismo, el capitalismo y la sociedad civil.
Eso tomará tiempo, pero sucederá. Sucederá porque al crecer la comunidad
mundial, al irnos conociendo más el uno al otro y trabajar el uno con el otro
alrededor del mundo, con independencia del proceso político, la sociedad civil
florecerá. Crecientemente los grupos de ciudadanos y los institutos que analizan
las políticas, mostrarán el camino. Me recuerda aquella famosa frase del
político francés Alexandre Ledru-Rollin, quien dijo durante la revolución de
París en 1848, que "Allí va el pueblo. Debo seguirlo, porque soy su líder." Los
políticos y la sociedad política no son la respuesta. El gran experimento de los
Estados Unidos como una sociedad civil, proclamado con base en el respeto a la
dignidad de los seres humanos individuales, libres de las manos codiciosas de los
políticos, es la respuesta." (p. p. 452 y 460)

Jorge Corrales Quesada

Elisa
25/06/2012, 16:34
2002-11-27 LIBRO DEL MES DE DICIEMBRE DEL 2002

Stephen Moore y Richard Noyes, editores, "Dollars and Nonsense; Correcting the
News Media Top Economic Myths" (Alexandria, Virginia: Media Research Center,
2001).

En los Estados Unidos existe el Centro para Investigación de los Medios (Media
Research Center), el cual tiene como uno de sus objetivos tratar de "corregir
concepciones erradas en los medios de comunicación acerca de la libre empresa" y
proveer "la verdad acerca del sesgo que existe en los medios de comunicación del
sistema ["establishment"] contra la libertad de empresa."

Resulta interesante destacar algunos de los encabezados que han aparecido en
importantes medios de comunicación en los Estados Unidos y que, en opinión del
autor del capítulo introductorio, Stephen Moore, constituyen ejemplos de carencia
de sentido (el que hayan aparecido en los Estados Unidos, no significa que no
exista un paralelo en nuestro país: en ambos se cuecen habas):

· La economía crea un número récord de nuevos empleos; el reporte causa serias
preocupaciones en Wall Street.
· Aumentan los salarios; los economistas advierten acerca de un resurgimiento de
la inflación.
· Se dispara el gasto de los consumidores: el Banco Central de los Estados
Unidos (Fed) se preocupa por un recalentamiento de la economía.
· Alza en el dólar tiene nerviosos a los economistas sobre un déficit en el
comercio internacional.
· La caída en el dólar es un signo bienvenido de que una economía tórrida se
está enfriando.
· Descenso en el crecimiento del sector manufacturero puede permitir al Banco
Central (Fed) mantener bajas las tasas de interés.
· La venta de nuevas viviendas cae a su nivel más bajo en cinco años; analistas
se sienten aliviados al ver ahora un aterrizaje suave de la economía.
· Recortes tributarios podrían hacer más daño que bien a la economía de los
Estados Unidos.

Como observarán, algunos de estos titulares nos "parece" que tienen sentido, de
manera que resulta interesante ver lo que este pequeño librito nos comenta al
respecto. Pero, antes de mencionar los breves ensayos de destacados economistas
que la obra contiene, vale la pena plantearse una pregunta que se hace Moore:
¿Qué es lo que explica la mitología económica que en estos días pasa por ser
noticia? Un factor que él señala es una especie de mentalidad de horda que se
observa entre periodistas (dicho sea con todo respeto), puesto que ideas
claramente erradas son sumamente extendidas, pero la culpa suele recaer en los
propia profesión de los economistas, en mucho porque no han sabido enseñar las
lecciones universales básicas de esa disciplina.

Es por ello que esta publicación se propone "proveer algunas directrices
prácticas que ayuden a reporteros y editores de medios escritos, radiofónicos y
de televisión, para que mejoren su cobertura de la economía moderna de los
Estados Unidos" (y de Costa Rica también).

Moore señala la existencia de cuatro categorías de error periodístico en las
cuales caen esos mitos. A una de ellas la denomina "un sesgo poderoso hacia el
pesimismo," en que el problema radica, no en que las noticias no sean cubiertas,
sino que son distorsionadas, de manera tal que destacan el lado malo de noticias
buenas. En respaldo de esta categoría, cita la apreciación (estén o no Ustedes
de acuerdo con ella) del destacado periodista Michael Prowse, del diario
londinense Financial Times, quien dijo una vez que "Los Estados Unidos tenían una
reputación peor que la que se merecen. La televisión comercial y el cine
presentan una imagen grotescamente distorsionada de la vida moderna en los
Estados Unidos. La tendencia de los extranjeros de golpear a este país se ve
estimulada por la misma apertura de la sociedad, la cual asegura que cualquier
vicio posible -que va desde la corrupción política hasta las bajas calificaciones
logradas en los exámenes escolares- es mostrado en un desfile por todo el mundo.
Otros países tratan de esconder sus pecados en el interés del progreso. Los
gringos toman un gran deleite en exponer los suyos."

La siguiente categoría es bautizada por Moore como "una confianza excesiva en
fuentes no confiables". Dice que el problema no es solamente que se acude a
personas que tienen pocos resultados en su haber ("track records") sino que
también se accede a expertos falsos en lo que concierne a la cobertura de temas
tales como el medio ambiente, la población, la escasez de recursos y la
producción mundial de alimentos. Moore cita, como ejemplo, la referencia que se
suele hacer de un artículo escrito en 1981 por Lester Brown, del Worldwatch
Institute, en el cual afirma que "se acabó el período en que había seguridad en
la oferta mundial de alimentos. Al continuar presionando la demanda contra la
oferta, inevitablemente los precios reales de los alimentos aumentarán," cuando
lo cierto ha sido que más bien han bajado los precios reales de los alimentos.
Otro caso de malos expertos frecuentemente usados por los periodistas, al cual se
refiere Moore, es el de Paul Ehrlich, quien una vez dijo que "la batalla por la
humanidad se había terminado. Cientos de millones de personas se van a morir de
hambre." Esto me trae a colación la famosa predicción (entre otras similares)
hecha en los años sesentas por el Club de Roma, el cual dijo que en el año 2000
el precio del barril de petróleo excedería a los $100, afirmación que en su
momento aparecía hasta en la sopa de los medios y que hoy han dejado en el
olvido, no por lo grotesco de tal aseveración, sino porque ya no es una noticia
que impacte.

La tercera categoría la denomina Moore como "un sesgo en favor del
intervencionismo gubernamental." Dice que los periodistas generalmente acuden a
preguntar a los burócratas en Washington sobre cómo resolverían ellos los
problemas, ya sean reales o imaginarios, al tiempo que dejan de lado las
opiniones de personas que no creen en el intervencionismo gubernamental, quienes
usualmente son vistos como retrógrados o caarentes de compasión. En el campo
internacional, cuando los medios cubren a otras naciones, suelen hacer énfasis en
su fe en los resultados positivos de la actividad del estado y de la poca
confianza que tienen en los mercados libres. El autor pone como ejemplo de ello
un comentario en la CNN de su reportera estrella Christiane Amanpour, diez años
después de la caída del socialismo soviético, quien en 1999 dijo: "muchos están
diciendo que el capitalismo desenfrenado que siguió al comunismo ha desatado la
miseria sobre ciudadanos quienes previamente habían tenido satisfechas todas sus
necesidades sociales, especialmente en la antigua Unión Soviética." Moore señala
que "el fracaso de los medios para explicar rutinariamente las deficiencias y las
consecuencias no previstas de la intervención del estado posiblemente se
catalogue como uno de los mayores pecados por omisión de nuestros tiempos."

La última categoría de Moore, en la cual encajan los mitos económicos usualmente
perpetuados por los medios, es "un fracaso en captar las nuevas reglas de la
economía en la era de la información." Aquí yo difiero del autor en cuanto a
enfatizar que los periodistas (así como muchos economistas) no se han dado cuenta
que las viejas reglas de la economía han cambiado. Por el contrario, considero
que las reglas siguen siendo básicamente las mismas, si bien algunas
instituciones han evolucionado.

Finalmente, el autor deja a los reporteros siete sencillas reglas que les
permitirían entender lo que Moore denomina como una nueva economía (en mi
opinión, no se trata de nada nuevo, puesto que muchos economistas y pensadores ya
las habían señalado mucho tiempo atrás):

· "la inflación es siempre y en todo lado un fenómeno monetario," es una
sencilla regla de política monetaria acuñada por Milton Friedman hace unos
cuarenta años y que hoy en día tiene más validez que nunca.
· Los salarios aumentan al aumentar la productividad.
· Cuando usted le pone impuestos a algo, obtiene menos de ello; cuando usted
grava menos a algo, obtiene más de eso.
· Una moneda fuerte es signo de una economía fuerte.
· Eso de déficit comercial no tiene sentido.
· El crecimiento económico es algo bueno (No existe tal cosa como una curva de
Phillips por la cual se puede optar entre inflación y crecimiento).
· Los mercados funcionan: el modelo de planificación central es un fracaso.

A continuación se indican los breves y diferentes ensayos, que el libro denomina
como "Mitos de los Medios", así como quienes son sus autores:

· Capítulo 1: "El gasto y los déficit gubernamentales estimulan a la economía",
por Milton Friedman (Premio Nóbel en Economía).
· Capítulo 2: "El crecimiento económico causa inflación", por Lawrence Kudlow
(Comentarista de asuntos económicos para la CNBC).
· Capítulo 3: "La reducción de impuestos siempre ocasiona un descenso en las
recaudaciones tributarias", por Arthur Laffer y Stephen Moore (Laffer fue asesor
del Presidente Reagan y Moore es miembro del Instituto Cato).
· Capítulo 4: "Los déficit en el comercio internacional son malas noticias para
la economía de los Estados Unidos", por Brian Wesbury (Autor del libro "The New
Era of Wealth", editado por McGraw-Hill)..
· Capítulo 5: "Hay mucha gente y pocos recursos naturales", por Nicholas
Eberstadt (Miembro del Centro para Estudios sobre Población y Desarrollo de la
Universidad de Harvard).
· Capítulo 6: "Los Estados Unidos deberían ser más como Europa", por William A.
Niskanen (Presidente del Instituto Cato).
· Capítulo 7: "Una clase media en proceso de desaparición", por W. Michael Cox
(Vicepresidente del Banco de Reserva Federal de Dallas).
· Capítulo 8: "La desregulación daña a los consumidores", por Robert W. Crandall
(Miembro del Instituto Brookings).
· Capítulo 9: "Los Estados Unidos están sufriendo de una crisis de insuficiencia
de ahorros", por William G. Gale (Miembro del Instituto Brookings).
· Capítulo 10: "¿Por qué los economistas estadounidenses no pueden predecir el
futuro?", por David Hale (Economista principal del Zurich Group).

Posiblemente con la lectura de estos breves ensayos Ustedes terminarán por estar
en descuerdo con algunos de los aspectos allí tratados (tal vez yo no tanto),
pero ciertamente les obligará a pensar, lo cual es siempre muy conveniente.

A quienes tengan interés en leer este libro de Moore y Noyes, con gusto se los
puedo prestar con carácter devolutivo. Para ello, ya saben cómo y adónde se me
localiza. Además, continúan a su posible disposición los siguientes libros del
mes que han sido objeto de comentario en palestra:

Febrero, 2002: David Henderson, "The Changing Fortunes of Economic Liberalism:
Yesterday, Today and Tomorrow"
Marzo, 2002: Roger Garrison, "Time and Money: The Macroeconomics of Capital
Structure"
Abril, 2002: Paul Collier and David Dollar, "Globalization, Growth and Poverty:
Building an Inclusive World Economy"
Mayo, 2002: David Conway, "Classical Liberalism: The Unvanquished Ideal"
Junio, 2002: Lawrence E. Boland, "The Foundations of Economic Methodology"
Julio, 2002: Gary Becker y Guity Nashat Becker, "The Economics of Life"
Agosto, 2002: Xavier Salá-i-Martín, "Economía Liberal para no Economistas y no
Liberales"
Setiembre, 2002: Geoffrey E. Wood, editor, "Explorations in Economic Liberalism:
The Wincott Lectures"
Octubre del 2002: James Bovard, "Freedom in Chains: The rise of the sate and the
demise of the citizen"
Noviembre del 2002: David Boaz, "Toward Liberty: The Idea That is Changing the
World".


Jorge Corrales Quesada

Elisa
25/06/2012, 16:34
Les recuerdo que siempre será bienvenida la publicación que alguno de ustedes
desee hacer en palestra comentando o resumiendo algún libro que hayan leído
recientemente (o hace muchos tiempo atrás) y que juzguen podría ser de nuestro
interés o beneficio.

2002-12-17 LIBRO DEL MES DE ENERO DEL 2003

Richard M. Ebeling, editor, "Austrian Economics: A Reader", The Ludwig von Mises
Lecture Series, Vol. 18 (Hillsdale, Michigan: Hillsdale College Press, 1991).

Esta obra presenta un resumen de algunas de la más importantes contribuciones a
la llamada Escuela de Economía Austriaca, aunque, como sucede casi siempre, uno
suele pensar en varias que quedaron afuera, más que en las que se incluyen. Sin
embargo, creo que, para el lector interesado en los temas Austriacos, este libro
presenta una cobertura adecuada de los principales que se suelen asociar con esta
escuela de pensamiento.

La forma en que organizo este comentario del libro del mes es la siguiente:
primero traduzco algunos párrafos importantes de la introducción que hace
Ebeling, en donde destaca las principales características del pensamiento de la
Escuela de Economía Austriaca. De seguido, presento la lista de los 34 artículos
que se incluyen en las 6 secciones principales que estructuran al libro y
finalmente presentaré los párrafos más importantes de tres de los artículos allí
incluidos y que llamaron mi interés para leerlos en esta ocasión.

Según la introducción del profesor Ebeling, las concepciones esenciales que
constituyen las tres piedras cúbicas sobre las que se edifica la Escuela de
Economía Austriaca, son: el individualismo metodológico, el subjetivismo
metodológico y las consecuencias no previstas de la acción humana y las "leyes"
de la Economía. Cuando aparece un paréntesis cuadrado, este es mío, así como la
traducción de los textos.

"EL INDIVIDUALISMO METODOLÓGICO.

Empezando con Carl Menger, los Austriacos han enfatizado que todo fenómeno
económico y social empieza con, y lo es en última instancia, el resultado de las
acciones e interacciones de los individuos, cuyos actos generan resultados que se
observan en un mercado. Cualquier teoría acerca del fenómeno del mercado que no
pueda exitosamente trazar sus conclusiones sin acudir a un retorno a una lógica
de la acción y elección humanas, resulta ser una teoría incompleta e
insatisfactoria. Como resultado, durante los últimos cincuenta años, los
Austriacos han sido particularmente críticos de la mayor parte de la
macroeconomía. Han señalado que analizar en términos de estadísticas agregadas
las fluctuaciones de toda una economía, tanto en el empleo como en la producción,
y las alzas y bajas en el nivel general de precios y de salarios, equivale a la
sonrisa sin el gato [se refiere al cuento de Alicia en el País de las Maravilla,
obra de Lewis Carroll, en el cual, en lo alto de un árbol, únicamente se divisaba
la sonrisa del gato risón, mas no su cara]. Los agregados estadísticos resultan
de conjuntar múltiples decisiones individuales que se dan en el mercado. A menos
que uno pueda exitosamente seguir la pista a estos residuos estadísticos de
acciones pasadas, hasta llegar a su origen en términos de una teoría coherente de
la elección individual, poco de valor se ha explicado: por "explicado" entendemos
a una teoría convincente de las cadenas causales que hayan creado esas
fluctuaciones de las magnitudes macroeconómicas. Durante la mayor parte de los
últimos cincuenta años [Ebeling publicó este ensayo en 1991], por lo general los
economistas han fracasado en tales intentos."

[Aprovecho para resaltar la presentación sistemática que el economista Austriaco
Steven Horwitz hace en su reciente libro "Microfoundations and Macroeconomics: An
Austrian Perspective" (New York: Routledge, 2000), en donde integra tres temas
ligados a economistas Austriacos -la teoría sobre los ciclos económicos de Mises
y Hayek, la idea de una banca libre o un sistema monetario totalmente de mercado
(como lo sugieren White y Selgin) y las teorías pre-Keynesianas de desequilibrio
monetario (revitalizadas por, entre otros, Leland Yeager, Axel Lejonhufvud y
Miguel Angel Rodríguez)- de manera que responde a una pregunta que él se formula,
"¿existe una macroeconomía Austriaca?," con un definitivo: "...sí existe una
macroeconomía Austriaca que está con vida y goza de buena salud" (Op. Cit., p.
2).

También sobresale el reciente libro de Roger W. Garrison, "Time and Money: The
Macroeconomics of Capital Structure" (New York: Routledge, 2001), quien basado en
teorías de Hayek sobre el capital, introduce al análisis macroeconómico
tradicional el concepto de la estructura inter-temporal del capital, con lo cual
sustituye a la macroeconomía tradicional fundamentada en el funcionamiento de los
mercados de trabajo, por una basada en cómo es que opera el mercado de capital,
lo que, en criterio del autor, permite un "verdadero acoplamiento real entre los
aspectos de corto y largo plazo del mercado" y "da un entendimiento superior de
la naturaleza de la variación cíclica en la economía y señala el camino para una
macroeconomía más completa basada en el capital." (Op. Cit., p. 5). Como
observarán los lectores, hay un buen prospecto para el desarrollo de una
macroeconomía basada en el enfoque Austriaco. De paso, ambos libros, el de
Garrison y el de Horwitz pueden ser obtenidos bajo préstamo por mi medio.]

[Continúo con la traducción de la introducción del profesor Ebeling]:

"EL SUBJETIVISMO METODOLOGICO

Los fenómenos del mercado tienen su origen en las acciones de los individuos.
Pero, al contrario de los supuestos que generalmente se usan en la teoría de la
competencia perfecta, los actores del mercado no realizan sus elecciones con base
en un conocimiento perfecto. Al contrario, si los actores tuvieran tal
conocimiento perfecto, tendría muy poco sentido la noción que nos da el sentido
común acerca de qué es lo que significa elegir. Significa seleccionar entre
alternativas, pero, si el conocimiento fuera perfecto, no habría una elección
verdadera. Dado que el agente tendría conocimiento perfecto de qué es lo que
requieren los eventos presentes y futuros, sólo podría hacer lo que ese futuro le
dicta y demanda que haga.

Tampoco el problema se resuelve si se asume un supuestos diferente sobre las
probabilidades estadísticas de los resultados del mercado. La mayoría, si no es
que todos, de los resultados del mercado poseen características y calidades que
los hacen históricamente "únicos" y, por lo tanto, son irreducibles a clases
homogéneas de hechos a las que se les pueden aplicar métodos estadísticos. Es
más, la mayoría, si no es que todas las decisiones en el mercado, requieren que,
para que quien toma las decisiones obtenga ganancias y evite pérdidas, efectúe
juicios acerca de la forma específica en que resultarán las cosas en el mercado
como consecuencia de sus acciones. Por lo tanto, conocer la probabilidad de un
resultado, a partir de una serie hipotética de eventos, resulta insuficiente para
un amplio rango de decisiones que se deben tomar en un mercado.

Como resultado, los Austriacos han tratado de desarrollar una teoría de la
acción humana y del proceso de mercado basada en el punto de vista del actor, en
vez de imponerle un conjunto de supuestos hipotéticos acerca del comportamiento y
la información. Tales supuestos bien pueden facilitar el análisis para establecer
determinados resultados del mercado, pero no tienen éxito en explicar cómo es que
de hecho operan los mercados, dado que los actores verdaderos en el mercado
operan con una perspectiva distinta y un conocimiento diferentes de los que el
economista, para propósitos de su teoría, les han dotado. Por lo tanto, los
Austriacos han señalado que el fenómeno del mercado debe ser analizado dentro de
un marco teórico construido a partir del conocimiento, intenciones y expectativas
de los propios actores. Esta noción de construir una teoría a partir del punto
de vista del actor es lo que los Austriacos dan a entender por subjetivismo
metodológico.

LAS CONSECUENCIAS NO PREVISTAS DE LA ACCION HUMANA Y LAS "LEYES" EN ECONOMIA

Si los actores en las arenas del mercado y de la sociedad llevan a cabo
decisiones por las cuales eligen y realizan acciones con un conocimiento
imperfecto, esto significa que muchos de los resultados y consecuencias de sus
elecciones y acciones tendrán elementos y aspectos no previstos. Los Austriacos
señalan que la imperfección y la extensión limitada del conocimiento humano
significan que es lógicamente imposible predecir a plenitud los eventos que se
dan en el mercado y en la sociedad. Así mismo, que tampoco podemos saber cómo
reaccionarán los actores ante aquellos eventos en el futuro que no fueron
anticipados y que sus propias acciones han ayudado a generar. Eso no podrá
saberse sino hasta que se materializan aquellas consecuencias no previstas y que
se convierten en parte del conocimiento de los actores, sobre cuya base se
tomarán acciones y decisiones ulteriores.

Esta idea ha conducido a los Austriacos a señalar que "las "leyes" de la
economía son fundamentalmente relaciones lógicas y no relaciones empíricas".
Todo lo que puede ser "predicho" son resultados y consecuencias lógicas y
formales que necesariamente se derivan de la limitante de la escasez, cuando se
estudia bajo una variedad de marcos alternativos e hipotéticos. Otra forma de
decir esto es que las leyes de la economía son relaciones del tipo, "si tal cosa,
entonces, tal otra sucede". Los juicios informados pueden ser efectuados por los
actores en el mercado en lo que tiene que ver con cambios futuros en la oferta y
la demanda, o en las "elasticidades" de la demanda y la oferta, o en las tasas de
cambio de varios factores o magnitudes a lo largo del tiempo. Pero todos los
intentos por descubrir empíricamente relaciones económicas predecibles, han
resultado más bien ser simples quimeras. Esta incapacidad para descubrir leyes
empíricas de la economía debería haber sido, por sí misma, algo predecible. Los
fenómenos del mercado surgen de las acciones y decisiones humanas; las acciones y
elecciones humanas surgen del conocimiento, expectativas, creencias y
preferencias que cada individuo mantiene; y los individuos no pueden saber en el
presente lo que en el futuro será su conocimiento, expectativas, creencias o
preferencias; por tanto, la forma específica que las cosas tendrán en el futuro,
en lo que concierne al mercado, serán siempre inherentemente impredecibles."

[Hasta aquí la traducción de partes de la introducción al libro de referencia,
escrita por el profesor Richard M. Ebeling, p. p. xiii-xvi.]

Lista de los 34 artículos y sus autores compendiados en el libro de este mes
(están en idioma inglés):

SECCION I: LA ESCUELA AUSTRICA –CONSIDERADA HISTORICAMENTE

1.- Economía Austriaca –Una Bibliografía Anotada: Los Economistas Austriacos,
por Richard M. Ebeling.

2.- La Importancia de la Escuela de Economía Austriaca en la Historia de las
Ideas, por Ludwig M. Lachmann.


SECCION II: FILOSOFIA Y METODO DE LA ESCUELA AUSTRIACA

3.- Economía Austriaca –Una Bibliografía Anotada: Metodología de la Escuela
Austriaca, por Richard M. Ebeling.

4.- Extractos de El Individualismo y la Filosofía de las Ciencias Sociales, por
Murray N. Rothbard.

5.- Ciencia Social y Ciencia Natural, por Ludwig von Mises.

6.- El Método Individualista y el "Compuesto" de las Ciencias Sociales, por
Friedrich A. Hayek.

7.- Extractos de La Sociedad Humana, por Ludwig von Mises.

8.- Los Resultados de la Acción Humana y no del Diseño Humano, por Friedrich A.
Hayek.

9.- La Medición como un Método Científico en Economía, por Leland B. Yeager.

10.- Praxeología y Econometría: Una Crítica a la Economía Positivista, por Mario
J. Rizzo.

11.- El Entendimiento Teórico de Aquellos Fenómenos Sociales que no son un
Producto del Acuerdo o de Legislación Positiva, sino Resultados No Previstos del
Desarrollo Histórico, por Carl Menger.

SECCION III: EL PUNTO DE VISTA AUSTRIACO DEL PROCESO DE MERCADO

12.- La Cataláctica Lógica versus la Cataláctica Matemática, por Ludwig von
Mises.

13.- La Administración de las Utilidades, por Ludwig von Mises.

14.- El Uso del Conocimiento en la Sociedad, por Friedrich A. Hayek.

15.- El Significado de Competencia, por Friedrich A. Hayek.

16.- Costo y Elección –El Punto de Vista Austriaco versus el Convencional, por
E. C. Pasour, Jr.

17.- La Primacía del Descubrimiento Empresarial, por Israel M. Kirzner.


SECCION IV: LA TEORIA AUSTRIACA DEL INTERES Y DEL DINERO

18.- Extractos de El Capital y el Interés, Volumen II: Teoría Positiva del
Capital, por Eugen von Böhm-Bawerk.

19.- La Función de los Ahorros, por L. G. Bostedo.

20.- La Función del Ahorro, por Eugen von Böhm-Bawerk.

21.- La Preferencia en el Tiempo, por Murray N. Rothbard.

22.- Extractos de Los Intereses, por Vernon A. Mund.

23.- Complementaridad y Sustituibilidad en la Teoría del Capital, por Ludwig M.
Lachmann.

24.- Ludwig von Mises y la Teoría del Capital y del Interés, por Israel M.
Kirzner.


SECCION V: LA TEORIA AUSTRIACA DEL DINERO Y DEL CICLO DE LOS NEGOCIOS

25.- Acerca del Origen del Dinero, por Carl Menger.

26.- La No Neutralidad del Dinero, por Ludwig von Mises.

27.- ¿Puede Ayudar la Estabilización de los Precios?, por M. A. Abrams.

28.- Coordinación Inter-Temporal y la Mano Invisible: Una Perspectiva Austriaca
acerca de la Visión Keynesiana, por Roger W. Garrison.


SECCION VI: SISTEMAS ECONOMICOS COMPARADOS –LA PERSPECTIVA AUSTRIACA

29.- Capitalismo versus Socialismo, por Ludwig von Mises.

30.- Extractos de La Sociedad Libre y Próspera: Socialismo e Intervensionismo,
por Ludwig von Mises.

31.- ¿Por Qué los Peores Se Colocan a la Cabeza?, por Friedrich A. Hayek.

32.- Los Peligros de la Regulación: Un Enfoque del Mercado como Proceso, por
Israel M. Kirzner.

33.- Los Efectos Distributivos de la Política Económica, por Oskar Morgenstern.

34.- La Economía de Mercado y la Distribución de la Riqueza, por Ludwig M.
Lachmann.

He decidido resumir tres ensayos del libro. En primer lugar, "La Importancia de
la Escuela Austriaca de Economía en la Historia de las Ideas," por Ludwig M.
Lachmann, para lo cual traduzco los párrafos que, en mi criterio, son los más
importantes e interesante, el cual se publicó originalmente en la obra editada
por W. E. Grinder, "Capital, Expectations, and the Market Process: Essays on the
Theory of the Market Economy" (Kansas City: Sheed, Andrews and McMeel, Inc.,
1977). Lachmann fue profesor de economía en las Universidades de Nueva York y de
Witwatersrand en Johannesburgo, Sur Africa. [La traducción y los paréntesis
cuadrados son míos; asimismo, las páginas citadas se refieren, a menos que se
haga notar otra cosa, al libro del mes bajo comentario].

Dice Lachmann que "la importancia de la escuela Austriaca en el mundo de las
ideas tal vez puede encontrar su expresión más creativa en su apreciación de que
el ser humano aparece como el actor central en los acontecimientos económicos...
en donde las relaciones económicas fluyen de actos de la mente que deben ser
"entendidos"; esto es, que su origen, su importancia y sus efectos deben ser
explicados dentro del marco de nuestra "experiencia común" de la acción humana" y
que "también es importante, para entender la escuela Austriaca, destacar que en
ella, en contraste con la escuela Clásica [principalmente la de Ricardo y sus
discípulos], los seres humanos son percibidos como altamente desiguales... Este
hecho es exactamente lo que enfatiza la teoría subjetiva del valor." (p. 24).

Y agrega, "finalmente... el concepto Clásico de valor sufre un cambio
fundamental. El valor no es una "sustancia" inherente a los bienes. El concepto
central... es la evaluación, un acto de la mente. El valor ahora consiste en una
relación que se da con una mente que evalúa." (p. 24).

Asimismo, Lachmann expresa que "la teoría Austriaca necesita de la dimensión
tiempo, puesto que la acción humana es posible tan sólo en él.... Para los
Austriacos su verdadero objeto de interés son las transacciones tomadas en el
curso del tiempo, pues la acción humana está orientada a formular planes y todos
los planes requieren de la dimensión tiempo." (p. p. 27-28).

Y, de acuerdo con Lachmann, "lo que era más importante para los Austriacos [más
que las fuerzas que existían en un mercado en un momento dado] era tomar en
cuenta la necesidad continua, en un mundo de cambio constante, de adaptar los
planes económicos a tales cambios. Esto porque en dicho mundo no era posible
lograr una condición de equilibrio general. Vemos así como los planes económicos
tienen un lugar central en la teoría Austriaca, en tanto que queda relegado el
nexo general del fenómeno de mercado." (p. 28).

La teoría del cálculo económico y la centralidad de los planes dio lugar a una
lógica de la elección que pragmáticamente involucraba el uso de fines y medios
[logic of choice], cuya formulación clara Lachmann se la adscribe a Ludwig von
Mises. Pero Hayek fue mucho más allá de la lógica pura de la elección, pues,
como dice Lachmann, "lo que importa aquí es, antes que nada, el estado del
conocimiento como la fuente de la acción humana y del proceso de cambio a través
del tiempo..." [El método para entender en Economía] "se justifica por el hecho
de que toda acción humana... se orienta a formular planes... son construcciones
lógicas inmanentes al curso de la acción. Un plan le sirve al agente económico
como una guía; uno se orienta por él. Así, las ciencias sociales pueden usar los
planes como un medio para interpretar [el sentido de la acción]." (p. 32)

Para Lachmann, lo que motiva la acción de los individuos es "una lógica del
éxito [en donde] sus categorías son los medios y los fines... en la vida
económica la mayoría de la gente lo que busca es el éxito. Luchar por tener
éxito como lo que da sentido a la acción humana es lo que garantiza la validez de
la lógica de la elección." (p. 32).

Finalmente destaca Lachmann que "ha tomado al plan económico que formula el
individuo como el prototipo del esquema de pensamiento que yace en la base de la
acción, principalmente a cuenta de la importancia central que tiene en la teoría
económica Austriaca. Esto no tiene un paralelo en el estudio del mundo físico"
Pero además de los datos naturales y la acción esperada o real de otras personas,
"hay ciertos esquemas supra-individuales de pensamiento, concretamente,
instituciones, a los cuales deben adaptarse los esquemas de pensamiento de primer
orden, los planes, y que sirven, por tanto y en cierto grado, para la
coordinación de los planes individuales." (p. 36).

El segundo ensayo que me interesó leer fue el de E. C. Pasour, Jr., "Costo y
Elección –El Punto de Vista Austriaco versus el Convencional", atraído sin duda
por mi amplio desconocimiento del tema así como del autor. Este artículo se
publicó originalmente en el Journal of Libertarian Studies, Vol. 2, No. 4, 1978.
Pasour es Profesor Emérito de Economía Agrícola en la Universidad del Estado de
Carolina del Norte, en Raleigh, Carolina del Norte.

Pasour empieza señalando que los "políticos y la mayoría de los economistas
(excepto los pertenecientes a la escuela Austriaca) han asumido que los costos
relevantes para las decisiones sobre producción pueden, en efecto, ser
definidos... [pero] los costos que influyen en la toma de decisiones son
inherentemente subjetivos y no están sujetos a una medición objetiva..." (p.
281).

Indica que "los economistas Austriacos (y virtualmente todos los demás) definen
al costo en términos del costo de oportunidad... [que] en cualquier decisión
representa el valor de las oportunidades dejadas de tomar como resultado de la
decisión que se llevó a cabo... enfatiza la relación entre el acto de escoger que
lleva a cabo quien toma decisiones y las oportunidades que se dejaron de lado...
Este costo, en tanto que influye en la elección, se basa en las expectativas de
quien toma las decisiones y las cuales no pueden ser descubiertas por alguna otra
persona... nadie es capaz de valorar con exactitud cuál es el valor de la
alternativa que se sacrificó por quien tomó la decisión. Así, tal como se
enfatiza y reconoce por los Austriacos, el costo de oportunidad de cualquier
actividad es algo inherentemente subjetivo... Aún cuando tanto los economistas
Austriacos como los convencionales aceptan la definición de costo en términos del
costo de oportunidad, tal cosa es consistente únicamente con el enfoque
subjetivista básico de los Austriacos." (p. p. 282-283).

Dice Pasour que "los teóricos neoclásicos convencionales asumen que los costos
son algo objetivo; esto es, que el costo de producción puede ser determinado por
observadores externos. En la teoría neoclásica típicamente se toma al precio de
mercado de los recursos usados en la producción como una estimación del costo de
oportunidad... Sin embargo, el proceso de planeación ex ante inevitablemente
involucra un juicio subjetivo de parte del empresario. Sumar los gastos de
producción es un procedimiento objetivo, pero no brinda el costo de producción
relevante que influye en el comportamiento del empresario." (p. 283). Tal como
expuso James Buchanan en su artículo "¿Es la Economía una Ciencia de la
Elección?", en Ibídem, ¿What Should Economists Do? (Indianapolis: Liberty Press, 1979) [y
originalmente en el libro editado por Erich Streissler, Roads to Freedom –Essays
in Honour of Friedrich A. von Hayek, (New York: Augustus M. Kelley, 1969], "por
su naturaleza, elegir no puede ser algo que es predeterminado y, a la vez,
permanecer siendo una elección." (p. 40 del libro de Buchanan arriba mencionado)

El profesor Pasour expone que "en la teoría económica neoclásica, se asume que
se conocen los costos y los ingresos... El enfoque subjetivista Austriaco, por
otra parte, enfatiza el hecho de que tales datos no podrían, en efecto, ser
asumidos como dados por parte de quien toma decisiones. En realidad, una de las
funciones claves del empresario es estimar los costos e ingresos probables cuando
escoge entre planes de producción o estrategias alternativas... es cierto que
algunos economistas, a quienes usualmente no se les identifica con la escuela
Austriaca, en el tema de costos están más con la tradición subjetivista Austriaca
que con la tradición objetivista convencional Neo-Marshalliana. James Buchanan y
Ronald Coase son buenos ejemplos de ello." (p. 285).

Y nos refiere a Coase, al señalar Pasour que "el costo para quien toma
decisiones involucra una evaluación ex ante de resultados futuros inciertos.
Puesto que el futuro es siempre algo incierto, la evaluación de los resultados
futuros variará de persona a persona y será influida por numerosos factores,
entre los cuales se incluye a la actitud que se tenga ante el riesgo. El
resultado es que el costo, en cuanto influye en la toma de decisiones, pierde su
contenido objetivo." (p. 285).

Pasour luego expone una serie de implicaciones de la diferencia entre la
subjetividad y la objetividad de los costos. Así, por ejemplo, en el campo de la
metodología dice que "el uso de estimaciones objetivas de costos no constituye un
problema en cuanto sean consideradas como datos para ser usados por el empresario
y no en cuanto a costos que influyen en las escogencias. Sin embargo, en la
teoría neoclásica surge un serio problema cuando para propósitos normativos se
utilizan estimaciones "objetivas" de costos hechas por observadores externos y se
asume que representan los costos apropiados para la toma de decisiones del
momento; es decir, para la teoría de la elección." (p. p. 289-290).

También dicha diferencia resulta útil en el contexto de la regulación económica,
pues mucha de ésta requiere la determinación de costos competitivos. Señala
Pasour que "en vista de los problema de medición, no debería constituir una
sorpresa que estudios económicos encuentren que el efecto de las comisiones
regulatorias sobre las tasas de rendimiento sea irrelevante [por ejemplo, los
hallazgos de George Stigler y Claire Friedland, "What Can Regulators Regulate?
The Case of Electricity," Journal of Law and Economics, Vol. 5, octubre de 1962]
y que "la naturaleza subjetiva de los costos también traiga los mismos problemas
para la agencias reguladoras encargadas de fijar los precios en función del
"interés público"." (p. p. 291-292).

Finalmente, esa diferencia conceptual es útil al valorar la eficiencia
económica. Por "eficiencia económica, definida significativamente, se entiende
que quien toma las decisiones no tiene una alternativa que sea preferida en el
momento en que se toma la decisión, dadas las circunstancias. Cuando se reconoce
la naturaleza subjetiva del costo, resulta claro que, para el observador externo
resulta imposible identificar cualquier acción o decisión como ineficiente o
irracional en términos de los costos y los beneficios experimentados por quien
toma las decisiones al momento de hacerlo." (p. 293).

Finalmente, como tercer artículo decidí releer una parte del libro de Friedrich
A. Hayek, Camino de Servidumbre (San José, Costa Rica: Universidad Autónoma de
Centro América, 1986), que en el libro que se comenta aparece en forma de
artículo y lleva por título "¿Por Qué los Peores Se Colocan a la Cabeza?". Es el
capítulo 10 del libro de Hayek arriba citado (que de paso tiene un breve prólogo
escrito por nuestro desparecido amigo Alberto Di Mare). No crean que decidí
volver a leerlo para tratar de entenderme a mí mismo y resolver algún problema
existencial, sino que únicamente concitó mi curiosidad cuando en las primeras
líneas Hayek cita la famosa expresión de Lord Acton: "Todo poder corrompe, y el
poder absoluto corrompe absolutamente". Con su relectura intento obtener
explicaciones para tantas cosas que hoy observo a mi alrededor, pero que también
se vivieron en el pasado y que tal vez, ojalá que no resulte así, se vivirán en
el futuro. Como ustedes bien saben, Hayek recibió el Premio Nóbel en Economía en
1974. Las páginas de referencia que se citan corresponde a la edición en español
arriba citada.

Desde el inicio, Hayek nos advierte acerca de la creencia de que "los rasgos más
repulsivos de los regímenes totalitarios se deben al accidente histórico de
haberlos establecido grupos de guardias negras y criminales," ante lo cual,
naturalmente, se pregunta si "¿es que el mismo tipo de sistema [totalitario], si
fuera necesario para lograr fines importantes, no podrían instaurarlo gentes
decentes, para bien de la comunidad general?" (p. p. 171-172). A esto responde:
"Hay fuertes razones para creer que los que nos parecen los rasgos peores de
los sistemas totalitarios existentes no son subproductos accidentales, sino
fenómenos que el totalitarismo tiene que producir por fuerza más temprano o más
tarde. De la misma manera que el gobernante democrático que se dispone a
planificar la vida económica tendrá pronto que enfrentarse con la alternativa de
asumir poderes dictatoriales o abandonar sus planes, así el dictador totalitario
pronto tendrá que elegir entre prescindir de la moral ordinaria o fracasar. Esta
es la razón de que los faltos de escrúpulos y los aventureros tengan más
probabilidades de éxito en una sociedad que tiende hacia el totalitarismo." (p.
172)

Señala Hayek que "aunque estemos dispuestos a pensar que, cuando la aspiración a
un sistema colectivista surge de elevados motivos morales, este sistema tiene que
ser la cuna de las más altas virtudes; la verdad es que no hay razón para que un
sistema realce necesariamente aquellas cualidades que sirven al propósito para el
que fue creado." (p. 173). Poco antes de que se instaure un sistema totalitario,
Hayek dice que es “ la demanda de acción resuelta y diligente por parte del
estado... el elemento dominante en la situación, y el disgusto por la lenta y
embarazosa marcha del procedimiento democrático convierte la acción por la acción
en objetivo. Entonces, el hombre o el partido que parece lo bastante fuerte y
resuelto para “hacer marchar las cosas” es quien ejerce la mayor atracción.” (p.
p. 173-174).

Hayek nos advierte que “hay tres razones principales para que semejante grupo,
numeroso y fuerte, con opiniones bastante homogéneas, no lo formen,
probablemente, los mejores, sino los peores elementos de cualquier sociedad... En
primer lugar, es probablemente cierto que, en general, cuanto más se eleva la
educación y la inteligencia de los individuos, más se diferencian sus opiniones y
sus gustos y menos probable es que lleguen a un acuerdo sobre una particular
jerarquía de valores. Corolario de esto es que, si deseamos un alto grado de
uniformidad y semejanza de puntos de vista, tenemos que descender a las regiones
de principios morales e intelectuales más bajos, donde prevalecen los más
primitivos y “comunes” instintos y gustos." (p. 175).

Continúa, "entra aquí el segundo principio negativo de selección: será capaz de
obtener el apoyo de todos los dóciles y crédulos, que no tienen firmes
convicciones propias, sino que están dispuestos a aceptar un sistema de valores
confeccionado si se machaca en sus orejas con suficiente fuerza y frecuencia” y
que “con el esfuerzo deliberado del demagogo hábil, entra el tercero y quizá más
importante elemento negativo de selección para la forja de un cuerpo de
seguidores estrechamente coherente y homogéneo. Parece casi una ley de la
naturaleza humana que le es más fácil a la gente ponerse de acuerdo sobre un
programa negativo, sobre el odio a un enemigo, sobre la envidia a los que viven
mejor, que sobre una tarea positiva. La contraposición del "nosotros" y el
"ellos", la lucha contra los ajenos al grupo, parece ser un ingrediente
esencial de todo credo que enlace sólidamente a un grupo para la acción común."
(p. 176).

Continúa Hayek: "Una de las contradicciones inherentes a la filosofía
colectivista está en que, como descansa en la moral social humanitaria que el
individualismo ha desarrollado, sólo puede practicarse dentro de un grupo
relativamente pequeño... Si la "comunidad" o el estado son antes que el
individuo; si tienen fines propios, independientes y superiores a los
individuales, sólo aquellos individuos que laboran para dichos fines pueden ser
considerados como miembros de la comunidad... varios factores contribuyen a
reforzar la tendencia del colectivismo a hacerse particularista y cerrado. De
éstos, uno de los más importantes radica en que, como la aspiración del individuo
a identificarse con un grupo es muy frecuentemente el resultado de un sentimiento
de inferioridad, su aspiración sólo podrá satisfacerse si la condición de miembro
del grupo le confiere alguna superioridad sobre los extraños... Cuando actúan en
nombre de un grupo, las gentes parecen liberadas de muchas de las restricciones
morales que dominan su conducta como individuos dentro de un grupo." (p. p.
178-180).

De acuerdo con Hayek, "mientras a los grandes escritores políticos
individualistas del siglo XIX, a Lord Acton o a Jacob Burckhardt, y hasta a los
socialistas contemporáneos nuestros que, como Bertrand Russell, han heredado la
tradición liberal, el poder en sí les ha parecido siempre el archidiablo, para el
colectivista puro es por sí mismo una meta... Es, más aún, el resultado de la
necesidad en que se ven los colectivistas, para alcanzar su meta, de crear un
poder –el poder de unos hombres sobre otros hombres- de magnitud jamás antes
conocida, y la consecuencia de que su éxito depende de la medida en que logren
ese poder." (p. p. 181-182).

Para Hayek, "de los dos rasgos centrales de todo sistema colectivista, la
necesidad de un conjunto de fines comúnmente aceptados por el grupo y el supremo
deseo de dar al grupo el poder máximo para alcanzar estos fines, surge un sistema
de moral social definido... es el de privar a la conciencia individual de toda
libertad para aplicar sus propias normas y ni siquiera dar una normas generales
que se obliga o se permite al individuo observar en todas las circunstancias...
El principio de que el fin justifica los medios se considera en la ética
individualista como la negación de toda moral social. En la ética colectivista se
convierte necesariamente en la norma suprema; no hay, literalmente, nada que el
colectivista consecuente no tenga que estar dispuesto a hacer si sirve "al bien
del conjunto", porque el "bien del conjunto" es el único criterio para él, de lo
que debe hacerse." (p. p. 183-184).

De acuerdo con Hayek, "mientras la masa de los ciudadanos del estado totalitario
muestra a menudo devoción altruista hacia un ideal, aunque sea uno que nos
repugne, la cual les hace aprobar e incluso realizar tales actos, no puede
decirse lo mismo en defensa de quienes dirigen su política. Para ser un elemento
útil en la conducción de un estado totalitario no basta que un hombre esté
dispuesto a aceptar especiosas justificaciones para viles hazañas; tiene que
estar activamente dispuesto a romper con toda norma moral que alguna vez haya
conocido, si se considerase necesario para el logro del fin que se le ha
encomendado... No deben tener ideales propios a cuya realización aspiren, ni
ideas acerca del bien o del mal que puedan interferir con las intenciones del
líder... Los únicos gustos que se satisfacen son el del poder como tal, el placer
de ser obedecido y el de formar parte de una máquina eficaz e inmensamente
poderosa a la cual todo tiene que dejar paso." (p. p. 188-189).

Y termina Hayek, "por consiguiente, así como hay poco que pueda inducir a los
hombres que son justos, según nuestros criterios, a pretender posiciones
directivas en la máquina totalitaria, y mucho para apartarlos, habrá especiales
oportunidades para los brutales y los faltos de escrúpulos. Habrá tareas que
cumplir cuya maldad, vistas en sí, nadie pondrá en duda, pero que tienen que
llevarse a cabo en servicio de algún fin superior y han de ejecutarse con la
misma destreza y eficiencia que cualquier otra. Y como habrá necesidad de actos
intrínsecamente malos, que todos los influidos por la moral tradicional se
resistirán a tomar sobre sí, la disposición para realizar actos perversos se
convierte en un camino para el ascenso y el poder." (p. p. 189).

Una vez más les recuerdo que si desean leer este libro bajo comentario, así como
cualquiera de los cerca de diez libros del mes que previamente he comentado en
palestra, pues ya saben como pueden obtenerlo por mi medio. Y que pasen una
Feliz Navidad y un 2003 pleno de satisfacciones.

Jorge Corrales Quesada

Elisa
25/06/2012, 16:34
2002-03-31 LIBRO DEL MES DE ABRIL DEL 2003

Corresponde a David D. Friedman, "Law’s Order: What Economics Has to Do with Law
and Why It Matters" ["El Orden de la Ley: Qué Es Lo Que La Economía Tiene Que
Ver Con El Derecho y Por Qué Eso Importa"] (Princeton, New Jersey: Princeton
University Press, 2000).

Hace poco leí que la estupidez es hereditaria, de acuerdo con uno de los
descubridores del ADN, el Dr. Watson, quien es también un creyente en el uso de
técnicas genéticas para resolver problemas como este de la estupidez, entre
muchas otras cosas. A mi me ha llamado la atención de que haya hijos muy dotados
de padre (o padres) muy dotados (y no voy a referirme cuando en una ocasión se lo
comenté a uno de ellos quien es miembro de palestra: su respuesta fue que
probablemente era porque imitaban el esfuerzo de estudio que realiza el padre y
no por razones genéticas). David es hijo de Milton Friedman, uno de los
economistas más notables de los últimos tiempos y por varios años ha destacado
por sus propios méritos. Esto lo podrán ustedes atestiguar cuando lean este
libro tan interesante en un campo en el cual la Economía ha hecho grandes avances
en los últimos años. En todo caso, si usted es partidario del inductivismo,
podría encontrar un fundamento en el caso de David, de que la inteligencia (tal
como la estupidez, según Watson) es hereditaria, aunque tal vez, como me señaló
aquel amigo, lo sea por la imitación de hijo a padre.

En un artículo escrito por James Buchanan hace varios años [James Buchanan,
"Economics and Its Scientific Neighbors”, en Sherman Roy Krupp, editor, "The
Structure of Economic Science: Essays on Methodology" (Englewood Cliffs, New
Jersey: Prentice-Hall, 1966) y reproducido en James M. Buchanan, "What Should
Economists Do?" (Indianapolis, Ind.: Liberty Press, 1979)], señala que "El medio
por el cual los seres humanos imponen restricciones a su propia interacción, del
uno con el otro, lo brinda el derecho. Los principios simples de la Economía
imponen limitaciones sobre la operación de estas restricciones... Las leyes que
se hacen en ignorancia de los principios simples de la Economía, pueden causar un
daño grave; sin embargo, observamos poco progreso en el reconocimiento de las
limitaciones que la Economía impone sobre la Legislación. Esta es la frustración
permanente de los economistas, quienes quieren ver a su ciencia aplicada en la
práctica." (p. p. 130-131 de la última obra citada).

El libro de Friedman va mucho más allá de este análisis de la necesidad de que
se apliquen principios de economía básicos cuando se diseñan las leyes. El
enfoque de Friedman consiste en "tratar de entender los sistemas de reglas
legales mediante la pregunta acerca de las consecuencias que producirán en un
mundo en el cual los individuos racionales ajustan sus acciones a las reglas
jurídicas que enfrentan.(p. 4). Indica que el “enfoque económico opera en dos
direcciones. Empezando con un objetivo, brindan una forma de evaluar las reglas
legales, de decidir qué tan bien logran su objetivo. Empezando... con un sistema
de reglas jurídicas, brinda una forma de entenderlo –averiguando cuál es el
objetivo que se pretende lograr." (p. 4)

Dice Friedman que "una objeción al enfoque económico para entender la lógica de
la ley es que tal vez ella no tenga lógica. Otra y muy diferente objeción es que
la ley tiene una lógica, pero tiene que ver, o debería tener que ver, no con la
eficiencia económica, sino con la justicia." Ante esto brinda dos respuestas:
"la primera es que la justicia no da una descripción adecuada de la ley,
tanto porque es irrelevante para un número sorprendentemente elevado de temas
legales y porque no disponemos de una teoría adecuada sobre qué es lo que hace
que algunas reglas sean justas y otras injustas... Mi segunda respuesta es que en
muchos casos, aunque probablemente no en todos, resulta que las reglas que
pensamos que habíamos apoyado por ser justas, son de hecho eficientes." (p. 5)

Este libro de Friedman contiene cuatro partes muy definidas: una primera tiene
que ver con conceptos básicos tales como racionalidad, eficiencia económica,
externalidades, el valor de la vida, la economía de la asignación de riesgos y
muchas otras cosas, en tanto que la segunda sección trata de la aplicación de la
economía a áreas básicas del derecho, las que uno podrá encontrar en un curso de
primer año de esa carrera.

La tercera parte contiene una sección dedicada al análisis comparativo de
sistemas jurídicos, otro sobre por qué existen tanto el derecho penal como el
civil, los cuales en la realidad tienen que ver con lo mismo y sobre si se podría
tener un único sistema legal, para, finalmente, ver el pro y el contra de la
aseveración de que la ley , por lo menos lo que él llama "la ley hecha por un
juez", que me parece que es una forma de referirse al derecho consuetudinario, es
económicamente eficiente.

La última sección contiene un resumen de lo aprendido sobre sistemas de reglas
jurídicas.

Para darles una probadita del sabor del libro, les traduzco tres pequeñas partes
que espero puedan servir de estímulo a su lectura:

"Las reglas legales deberán ser juzgadas por la estructura de incentivos que
establecen y por las consecuencias de que la gente altere su comportamiento como
respuesta a estos incentivos.

Los temas del crimen y del contrato no son las únicas partes de la ley en las
cuales es útil el enfoque económico. Las multas a la velocidad tienen como
propósito, no ser una forma extraña de impuestos, sino una manera para hacer que
el interés de los choferes sea conducir más lentamente. La ley penal determina
qué sucede cuando la gente se involucra en accidentes de tránsito y, por lo
tanto, afectan el incentivo para hacer cosas que pueden conducir a enredarse en
un accidente de vehículos, tales como no revisar los frenos del carro, manejar
borracho o no manejar del todo. Las reglas de procedimientos civiles determinan
qué tipo de información los litigantes tienen derecho a demandar el uno del otro
y, con ello, afectar el incentivo para que las empresas tengan (o no tengan)
registros, que investiguen (o no investiguen) problemas relacionados con sus
productos que pueden convertirse en objeto de litigios, de demandar o de no
demandar. Las leyes sobre el divorcio determinan bajo qué circunstancias usted
puede salirse de un matrimonio, lo cual constituye una de las cosas relevantes
cuando uno se decide casar. El sujeto del análisis económico de la ley es la
ley. Toda ella." (Páginas 11-12).

En una segunda instancia, en una sección titulada "El Asesino de Vudú Racional:
¿Debemos penalizar los intentos imposibles?", Friedman nos expone lo siguiente:

"Al explicar por qué es que intentamos penalizar los intentos de asesinato,
discutí que era una forma de penalización ex ante. Cuando se dispara a la gente,
algunas veces se la mata, de manera que lo penalizamos aún cuando se falle al
disparar. Pero, ¿qué sucede en el caso en que estoy intentado un asesinato
mediante un método que nunca ha funcionado, tal como ponerle alfileres a una
muñeca de vudú? ¿Deberá ser una conducta criminal? ¿Debemos penalizar los
intentos imposibles?

El argumento en su contra es obvio: Ponerle alfileres a muñecas de vudú no causa
daño, entonces, ¿por qué penalizarlo? ¿Por qué pagar el costo de agarrar gente e
introducirla en una cárcel para disuadir un comportamiento que no tenemos razón
para disuadirlo?

Para considerar en qué está errado este argumento, imagínese que estoy
considerando cometer un asesinato por medio de una de dos formas –veneno o vudú.
El veneno que estoy pensando usar es invariablemente letal, en tanto que
colocarle alfileres a una muñeca de vudú no tendrá efecto alguno sobre la
esperanza de vida de la víctima potencial. Si soy conciente de estos hechos,
escogería o veneno o del todo no intentar el crimen. El problema surge porque no
me doy cuenta de esos hechos. Se que uno de los métodos funciona y que el otro
no, pero no se cuál es cuál. La regla legal que estamos considerando es
"Intentos por la vía de medios imposibles no son punibles". Puesto que no se
cuál método es imposible (si lo supiera, no me molestaría en usarlo), eso no se
traduce, para mi, en que "intentos por vudú no son punibles".

Dado que no estoy seguro cuál es el método que funciona, debo tomar en cuenta en
mis cálculos la probabilidad de que escoja al equivocado. Si los intentos
imposibles no son punibles, entonces escoger equivocadamente significa que no
tendré éxito en mi asesinato, pero tampoco seré penalizado, aún si se me
agarrara. Si los intentos imposibles son punibles, me arriesgo de usar un método
imposible y ser penalizado por así hacerlo. Este riesgo es uno de los costos que
debo tomar en cuenta al decidir asesinar o no a alguien.

De manera que una política de penalizar los intentos imposibles tiende a
disuadir los asesinatos reales, asesinatos con veneno, por gente que no sabe que,
si lo que piensan es un veneno, de hecho funciona. El costo de esa disuasión es
que, alguna gente que es capturada en esos intentos que de hecho son imposibles,
debe ser penalizada por hacer tal cosa.

Aún si la penalización de intentos imposibles brinda alguna disuasión ¿no
tendría más sentido lograr tal disuasión penalizando en vez de aquellos a los
intentos posibles (y los asesinatos exitosos), de manera que los esfuerzos se
concentran en quienes es más posible que hagan daño? La respuesta es que lo
sería si pudiéramos imponer sin costos las penas adecuadas. Regresamos de nuevo
al argumento de ex post/ex ante.

Penalizar el resultado brinda una mejor forma de poner la pena en donde cause el
mayor bien –después de todo, algunos de quienes intentan el asesinato por el
vudú saben perfectamente bien que el vudú no funciona y simplemente adoptan una
postura para que los vean sus amigos menos informados. Pero penalizar los
intentos, aún los imposibles, nos permite incrementar la probabilidad de
penalización y con ello lograr la misma disuasión, pero con penalizaciones menos
costosas.

Una forma diferente de formular el mismo argumento consiste en suponer que
existe una pena máxima que estamos dispuestos a imponer –vida en prisión, pero no
ejecución, o ejecución, pero no con tortura. Suplementar la penalización máxima
por asesinato con una pena menor por intentos no exitosos, nos permite
incrementar el costo ex ante del intento para el asesino potencial. Podemos
incrementarlo aún más, incluyendo la penalización por intentos imposibles.

Una cuestión que usted puede encontrar un poco extraña en esta discusión es el
supuesto de que el comportamiento de los asesinos de vudú se verá afectado por
los incentivos brindados por las reglas legales. ¿Qué tan posible es que alguien
quien es lo suficientemente irracional como para creer en el vudú, esté lo
suficientemente informado acerca de la ley, como para saber si los intentos
imposibles son penalizados o no, o como para ser lo suficientemente prudente como
para que le importe?

Una respuesta es que, si bien la racionalidad no es siempre una manera exacta
para predecir el comportamiento, es la mejor herramienta de la cual disponemos –y
la ignorancia que hay en parte de la vida no garantiza la irracionalidad o la
ignorancia en otras partes de ella. Todos nosotros, después de todo, obtenemos
de gente alrededor nuestro muchas de nuestras creencias acerca de lo que funciona
o no funciona, y una persona racional puede aceptar creencias irracionales si
todo mundo que uno conoce las acepta.

Otro respuesta consiste en señalar que los intentos imposibles no se limitan al
vudú. El vudú es posible que no mate a nadie, pero tampoco lo es disparar a un
árbol. Tratar de robar de un bolsillo vacío es un comportamiento perfectamente
racional, pero difícilmente es algo que concluirá en un éxito. Hay un cierto
sentido en que todos los intentos fracasados son imposibles, pero juzgados por lo
que sabemos, una vez que han fallado.

Vista desde esta perspectiva, la cuestión de penalizar los intentos imposibles
es simplemente la cuestión de si los intentos se deben penalizar. En cualquier
forma que se presente, el argumento esencial es el mismo: Puesto que alguien no
sabe que su intento es imposible antes de realizarlo, el conocimiento de que
siempre será penalizado aún si resulta ser un imposible, ya sea en el intento
obvio del vudú o en el sentido más sutil de robar un bolsillo que está vacío,
constituye un incentivo para no llevar a cabo el intento." (Páginas 81-83).

Finalmente, en una sección que Friedman titula "Propiedad, Contrato, Daños y
Crimen en Tres Párrafos", nos dice lo siguiente:

"En un sistema de propiedad privada necesitamos alguna manera de definir cuáles
son los límites de mi propiedad, no sólo en términos de un espacio físico, sino
también en un espacio de derechos –qué usos de la propiedad de mi vecino violan
mis derechos en la mía y viceversa. Necesitamos alguna forma de determinar quién
posee una pieza particular de propiedad y de establecer derechos de propiedad
sobre propiedad que previamente no tenía dueño. Necesitamos de mecanismos para
aplicar esta reglas y para resolver disputas acerca de ellas. Y esto debe
generalizarse a partir del caso especial de la propiedad real –la propiedad de la
tierra- al caso más general que incluye la propiedad de las cosas y la propiedad
intelectual. Por lo tanto, es necesaria una ley de la propiedad, que incluya a
la propiedad intelectual.

Una de las cosas que puedo hacer con mi propiedad es vendérsela a usted. Parte
de la razón por la cual funciona la toma descentralizada de decisiones es que
permite que las cosas, y los derechos en las cosas, se muevan, por la vía del
comercio, hacia cualquier persona que más las valoran. Para que este mecanismo
funcione más allá de los casos sencillos (le doy mi manzana a cambio de su
naranja), necesitamos de los contratos, acuerdos que especifican las obligaciones
mutuas de las partes en intercambios más complicados. Los contratos pueden
conducir a desacuerdos en su interpretación, honestos o no, y, como tal,
requieren de algún cuerpo de reglas que determine cuándo existe un contrato y
cómo habrán de resolverse las disputas. Aún en el caso más simple de intercambio,
necesitamos que haya suficientes reglas legales que determinen si yo estaba
intercambiando mi manzana por su naranja, en cuyo caso son ahora mi naranja y su
manzana, o si simplemente le estaba permitiendo que sostuviera mi manzana
mientras yo inspeccionaba su naranja. De aquí surge la ley de contratos.

Para prevenirme de violar una regla legal, debe haber algún mecanismo para hacer
que exista algo que no me gusta que suceda cuando yo haga algo. Ese mecanismo,
cualesquiera que sea, también tendrá que ver con casos en el cual una parte cree
que se ha violado una regla, en tanto que el otro no considera que sea así. Por
lo tanto, necesitamos de la ley civil [tort law] y de la ley penal [criminal law]
para especificar los derechos relevantes y los mecanismos por los cuales son
puestos en vigencia [enforced], y requerimos de reglas de procedimientos y de un
sistema de cortes para resolver las disputas." (Páginas 311-312).

Recomiendo la lectura de este libro, tal como lo hago con los siguientes libres
de mes que he publicado en palestra y que ustedes saben cómo pueden obtenerlos
(simplemente me llaman por teléfono):

Febrero, 2002: David Henderson, "The Changing Fortunes of Economic Liberalism:
Yesterday, Today and Tomorrow"
Marzo, 2002: Roger Garrison, "Time and Money: The Macroeconomics of Capital
Structure"
Abril, 2002: Paul Collier and David Dollar, "Globalization, Growth and Poverty:
Building an Inclusive World Economy"
Mayo, 2002: David Conway, "Classical Liberalism: The Unvanquished Ideal"
Junio, 2002: Lawrence E. Boland, "The Foundations of Economic Methodology"
Julio, 2002: Gary Becker y Guity Nashat Becker, "The Economics of Life"
Agosto, 2002: Xavier Salá-i-Martín, "Economía Liberal para no Economistas y no
Liberales"
Setiembre, 2002: Geoffrey E. Wood, editor, "Explorations in Economic Liberalism:
The Wincott Lectures"
Octubre, 2002: James Bovard, "Freedom in Chains: The rise of the sate and the
demise of the citizen"
Noviembre, 2002: David Boaz, "Toward Liberty: The Idea That is Changing the
World"
Diciembre, 2002: Stephen Moore y Richard Noyes, editores, "Dollars and Nonsense;
Correcting the News Media Top Economic Myths"
Enero, 2003: Richard M. Ebeling, editor, "Austrian Economics: A Reader",
Febrero, 2003: Joshua Muravchik, "Heaven on Earth: The Rise and Fall of
Socialism"
Marzo, 2003: Peter Boettke, editor, "The Elgar Companion to Austrian Economics"

Jorge Corrales Quesada

Elisa
25/06/2012, 16:34
2002-05-12 LIBRO DEL MES DE MAYO DEL 2003

Corresponde en esta ocasión a la obra de J. C. Lester, Escape from Leviathan:
Liberty, Welfare and Anarchy Reconciled, [Huida desde el Leviatán: Reconciliando
la Libertad, el Bienestar y la Anarquía] (New York: St. Martin’s Press, 2000).
El profesor Lester es un destacado intelectual del llamado campo libertario,
aunque el propósito de este libro, según lo indica el autor, surge del hecho de
que los "liberales clásicos, los modernos libertarios, y generalmente los
economistas pro-mercado, a menudo aparecen en favor de la tesis –al menos
implícitamente- de que hay una compatibilidad práctica entre la libertad y el
bienestar en el mercado. Sin embargo, tales argumentos rara vez son claros,
consistentes, comprensivos y sin que se acuda a la moral... Mi libro intenta
rectificar esto, clarificando los aspectos filosóficos de la tesis de la
compatibilidad: su intención principal es ser un complemento filosófico a la
literatura científica social relevante." (p. 1)

Hace pocos días un gran amigo me dijo -medio burlonamente- cuando le comenté que
muy pocos miembros de palestra me habían solicitado alguno de los libros que
había comentado y que les había ofrecido prestar para que lo leyeran, que era
porque yo sólo leía y comentaba libros de economía, lo cual no es cierto, como
pueden derivarlo de la lista al final de este comentario. En esta ocasión este
es un libro sobre temas filosóficos, pero que también tiene enorme trascendencia
para el análisis económico, político y, en general, de las disciplinas llamadas
por algunos ciencias sociales.

En vez de comentar este libro, que apenas estoy empezando a ojearlo, me parece
que resulta más afortunado traducir un buen comentario que a este libro le hizo
un destacado estudioso de Adam Smith y filósofo como Lester, el profesor de la
Escuela de Filosofía de la Universidad de Alabama, James R. Otteson. Se trata
del interesante y erudito comentario que formuló Otteson al libro de Lester en la
revista The Independent Review, Vol. 6, No. 1 del verano del 2001, el cual, de
seguido, traduzco (los paréntesis cuadrados son míos):

""Huida desde el Leviatán" de J. C. Lester es un libro vigorizante. Empieza
así: "Hay tan sólo una cosa en el mundo que es, en serio, moralmente equivocada,
y esa cosa es la política [¿no se si usted prefiere que se la traduzca por
politiquería?. Recuerde que los paréntesis cuadrados son míos]... Si usted me
dice qué cosa es la que le preocupa en el mundo, entonces, puedo a menudo llegar
adonde está usted y decirle cómo es la política la causa de ella, o cómo la
política la exacerba considerablemente, o por qué es que usted debería de cambiar
sus opiniones no-liberales" (p. 1). El autor no continúa con una explicación de
todos los problemas del mundo en términos de la política, pero adopta como su
hipótesis de trabajo lo que él llama la "tesis de la compatibilidad" –que la
libertad, el bienestar y el libre mercado son fundamentalmente consistentes- y
defiende esta tesis en contra de todos los contendores. El principal activo del
libro es su ataque tenaz y persistente a los detractores de la anarquía de
propiedad privada por la cual aboga el autor. Pero este activo es
simultáneamente un pasivo: Lester no arguye "en favor de" su posición; en vez de
ello, debate que las objeciones más plausibles en su contra fracasan. Esta
táctica le da al libro un tono algo desagradable de estar a la defensiva y, más
significativo aún, limita la persuasión final que se quiere lograr con la tesis
central del libro. [No se desanime: continúe leyendo y verá luego].

La argumentación de Lester posee dos características especialmente inusuales.
La primera es su posición de que la tesis de la compatibilidad es "no moral".
Lester da a entender que se puede defender la compatibilidad de la libertad, el
bienestar y el libre mercado sin hacer uso del ulterior alegato moral de que la
libertad (o el bienestar o el libre mercado) "deberían" ser protegidos o
ampliados. En vez de ello, defiende la posición negativa de que aquellos quienes
discuten tal consistencia –John Rawls, Alan Ryan, John Gray y otros- han
fracasado en probar su caso. Segundo, en respuesta a la objeción que algunos
pueden formular de que su caso negativo no es suficiente, Lester alega que su
adhesión a la "epistemología racionalista crítica" Popperiana anula cualquier
argumento, en una defensa directa de su tesis de compatibilidad, porque él
vislumbra a la tesis como una "conjetura osada" [bold conjecture], la cual, de
acuerdo con el filósofo de la ciencia Karl Popper, puede ser falsificada por los
datos o por los argumentos, mas no puede ser probada como verdadera. Por lo
tanto, Lester no intenta persuadir a sus lectores de que su tesis es plausible.
Simplemente explica lo que conlleva, muestra cómo fines aparentemente
irreconciliables son, en efecto, consistentes dentro de su tesis, y muestra que
él (aún) no ha encontrado una objeción que sea válida. El resume la estrategia
del libro tal como sigue: "este libro no empieza por los primeros principios y de
ahí en adelante intenta construir hacia arriba hasta llegar a conclusiones bien
justificadas. Este no es un intento de probar, demostrar o exponer que la
libertad y el bienestar son congruentes en un mercado. Es simplemente una
defensa filosófica y económica de esta osada conjetura, ante un número de puntos
de vista, inevitablemente restringidos, que son inconsistentes con aquélla" (p.
6). [Esto se pone más interesante]. Si el proyecto de Lester tiene éxito,
entonces, de acuerdo con la epistemología Popperiana, su teoría habría sido
"corroborada", no probada. Sin embargo, la pregunta permanece: ¿Qué
fundamentos habrán dado los argumentos de Lester para, de hecho, creer en su
teoría?

Aunque yo diría que el proyecto de Lester está incompleto (este libro debería
ser el volumen 2, en tanto que la exposición sistemática y la defensa de su tesis
deberían de haber aparecido como el volumen 1) [el cual no existe], dejemos de
lado este asunto y examinemos qué es lo que él hace, lo cual es en sí
interesante. Consideremos las defensas que Lester hace de su tesis ante tres
objeciones centrales.

Primera Objeción: La gente no se interesa únicamente por lo propio
[self-interested], de manera que fracasa cualquier sistema económico o político
que se sustente en ello –por ejemplo, el capitalismo de libre mercado. Lester,
como respuesta, señala que somos auto-interesados en el sentido de que somos
maximizadores resueltos [con intención] de nuestros propios fines [purposeful
maximizers] (p. p. 11-16). Señala, correctamente desde mi punto de vista, que es
difícil lograr algún sentido de la conducta humana bajo algún otro supuesto y, es
más, eso parece ser confirmado por la introspección –cada uno de nosotros se ve a
sí mismo actuando resueltamente con el propósito de satisfacer sus deseos. De
manera tal que nuestro entendimiento acerca de acciones benevolentes, interesadas
en otros, debe, de alguna manera, ser coherente con esta concepción general de la
acción humana. Sin embargo, esta aseveración no es lo mismo que el auto-interés
estrecho que con frecuencia los detractores dicen que los defensores del libre
mercado adscriben a los seres humanos. Lester arguye que los fines que deseamos
pueden y a menudo contienen el bien o los intereses de otras personas (p. 37).
De manera que la objeción falla: Todo lo que se requiera en la posición de Lester
es que la gente rutinariamente actúe como si fuera motivada por su deseo de
satisfacer lo que ella percibe como su deseo mayor o más apremiante, cualquiera
que sea éste.

Segunda Objeción: Las nociones libertarias (o liberales, como las entendemos
aquí] fracasan porque es imposible respetar plenamente la propiedad de terceros.
Invadir la propiedad ajena es algo inevitable (piense en los ejemplos de David
Friedman [que casualmente trata en el libro del mes de abril que previamente
reseñé para palestra] tales como que las luces del patio de mi casa "afectan" a
su propiedad); por lo tanto, tenemos que administrar nuestros asuntos humanos en
términos de alguna otra consideración acerca de lo que se considera como esencial
[desiderata], diferente de simplemente proteger la propiedad privada y la
libertad individual. Ante esto, la respuesta de Lester es sugerir un criterio
que minimizará el conflicto a la vez que maximiza la libertad [vean qué
interesante]: propone una concepción de libertad como "la ausencia de
restricciones provocadas sobre la gente por otras personas o, más precisamente,
gente interactuando voluntariamente sin que se obligue, se interfiera o que se
imponga la una sobre la otra –excepto para prevenir o reparar una restricción,
interferencia o imposición que se ha provocado" (p. 58). Lester entiende al
"costo" como una pérdida de algo que una persona quiere; por lo tanto, es
subjetivo y, por ello, no se le pueden endosar las objeciones obvias de que se
intenta una medición objetiva. Este criterio da respuesta a los problemas
Friedmanianos, al crear la posibilidad de usurpaciones que son moralmente
permitidas. Por ejemplo, no hay violaciones de derechos que del todo no puedan
ser admitidas; los daños son asuntos de grado y susceptibles tanto de valoración
como de la indemnización correspondiente (p. p. 108-113). El peligro con esta
estrategia es que, con esta visión de Lester, de hecho se requerirán algunas
acciones a las que se resistirá el absolutista de los derechos de propiedad, pero
el beneficio de este punto de vista es que, su insistencia en minimizar "los
costos que se imponen", tenderá tanto a que sea redundante para los intereses de
todas las partes involucradas, así como que continúe la interacción social a la
luz de algunas (probablemente menores) violaciones.

Tercera Objeción: Las nociones libertarias [liberales] fracasan porque todas
asumen implícitamente que ciertos tipos de libertad son más importantes que
otros. No existe tal cosa como una maximización de la libertad así en sencillo
["simpliciter"], por lo tanto, debido a que todas las teorías implican que se
infrinja una u otra libertad, no puede haber, con base tan sólo en estos
argumentos, objeción a las concepciones de estado de bienestar [welfarism], al
progresismo y similares. Esta objeción es especialmente apropiada para el punto
de visto expuesto por Lester, dado que él alega defender la libertad con base en
fundamentos "no morales" (p. p. 60-61, 75 y passim). Lester resuelve esta
objeción, de nuevo, sustentándose en su definición de "libertad" como la ausencia
de costos que se imponen sobre otros. Al decir que respetar la libertad
significa minimizar el costo que se impone sobre otros, puede evitar la antipatía
del todo o la nada [the all-or-nothing antipathy]: Para Lester "la libertad
admite grados" (p. 59), pero lo hace utilizando un criterio relativamente
objetivo. Lester llama a su posición "libertarianismo contingentemente
deontológico" (p. 57), por el que da a entender que "si" la libertad va a ser
maximizada (por cualquier razón), la regla de minimizar los costos impuestos a
otros evita las dificultades que enfrentan otros puntos de vista y que, de todas
maneras, parece que calza mejor con lo que la mayoría de la gente entiende por el
término "libertad". El continúa su libro deduciendo una concepción de propiedad
(incluyendo la propiedad intelectual y las reglas de la adquisición original o
inicial); concepciones de lo que son los crímenes, los daños y las penas
apropiadas; y resoluciones a dificultades de larga data –tales como el dilema del
hombre libre-esclavo y los problemas inevitables de los bienes públicos- lo cual
hace a partir de su concepción de libertad y que sugiere la superioridad de su
concepto sobre otras concepciones. No todos los argumentos de Lester sobre estas
razones son convincentes, pero todos son interesantes y tomados en conjunto le
dan credibilidad a su alegato de que su posición puede ser defendida mejor que lo
pueden ser nociones de libertades, de un estado de bienestar [welfarist],
socialistas o democráticas, que compiten con la suya.

Una argumento que Lester formula será de interés particular para los economistas
y los filósofos: hace una defensa limitada de las comparaciones interpersonales
de utilidad (CIUs). Por mucho tiempo una objeción estándar a algunas escuelas de
economía ha sido que las CIUs son imposibles de hacer, porque no existe una cosa
objetiva que corresponda con la utilidad de una persona y, por lo tanto, no hay
una d objetiva que permita comparar la utilidad de una persona con la de otra.
Aunque algunos economistas hablan de "útiles" ["utils"], de hecho no existen los
útiles y no tienen sentido alguno esquemas que pretendan sumar las utilidades de
los individuos bajo esquemas distributivos alternativos, para determinar cuál
esquema es el que hace que "todo mundo" esté mejor. La contribución de Lester
consiste en analizar que, si bien es cierto que no se pueden hacer CIUs con la
precisión que se requiere, por ejemplo, para hacer comparaciones de Pareto (p.
152), sin embargo, algunas comparaciones son posibles. He aquí su argumento: "un
caso claro de comparación de utilidad entre personas es cuando A valora "x" (de
ello deriva alguna utilidad) y B es indiferente acerca de "x" (obtiene cero
utilidad de ello). Se deduce que A valora a "x" ('algo') más que lo que hace B
('cero'). De aquí hay un pequeño paso para comparar un caso en que A valora
fuertemente a "x" y B tiene tan sólo una pequeña preferencia por "x". Y así
sucesivamente.” (p. 153).

Este argumento posee cierta plausibilidad intuitiva y le permite a Lester
aseverar que su esquema de anarquía basada en la propiedad sería mejor "en su
totalidad" o "para todo el mundo" en comparación con otros esquemas. El problema
surge cuando se trata de decir "cuánta más" utilidad A obtiene de "x" comparado
con B. La posición de Lester es más fuerte cuando compara utilidad cero con
alguna utilidad, pero esa comparación es un caso especial; el caso con mayor
posibilidad de que se presente es aquél en el cual se intenta comparar el aumento
o disminución de utilidad relativa de las partes involucradas, y aquí no es claro
a qué podría apelar Lester. Aún así, Lester tiene un punto al aseverar que, si
del todo rechazamos a las CIUs, entonces, los economistas "pro-mercado" que
aceptan el criterio de Pareto, no estarían en capacidad de "consistentemente
aconsejar cambios de cualquier sistema de reglas de propiedad que no está basado
en el mercado, a menos que cada persona individualmente se sienta mejor" (p. p.
153-154). De manera que, tal vez, deba estudiarse de nuevo este asunto de las
CIUs.

Al fin de cuentas, el principal valor del libro de Lester es ser algo así como
un catálogo de argumentos que defienden al pensamiento político libertario
[liberal] o anarquista, en contra de varios detractores y sus objeciones. No
todas las defensas funcionan y, en algunos casos, los rechazos que hace Lester
son algo apresurados; sin embargo, él ofrece muchos discernimientos interesantes
y novedosos. Permanezco desilusionado en cuanto a que no se dedicara a defender
directamente su propia tesis y tengo la esperanza de que en el futuro él afloje
su compromiso con la epistemología Popperiana y decida llevar a cabo tal defensa.
Sin embargo, entre tanto, la refutación de las objeciones es un servicio valioso
en sí mismo y Lester llena muy bien esa tarea."

Hasta aquí el comentario del profesor Otteson y, antes de terminar mi
comentario, deseo citar la página vi del libro de Lester:

"Nada dentro del estado,
todo contra el estado,
todo fuera del estado. [1]

Nota al pie 1: Esto revierte la definición de fascismo de Benito Mussolini (tal
como aparece en la entrada "fascismo" que se cita en The Blackwell Encyclopedia
of Political Thought [Miller, 1987, 1501]). El anarco-libertarianismo o
anarquismo basado en la propiedad privada es lo opuesto del fascismo."

Recomiendo la lectura de este libro, tal como lo he hecho con los anteriores
libres de mes que he publicado en palestra y que ustedes saben cómo podrían
leerlos (simplemente me llaman por teléfono):

Febrero, 2002: David Henderson, "The Changing Fortunes of Economic Liberalism:
Yesterday, Today and Tomorrow"
Marzo, 2002: Roger Garrison, "Time and Money: The Macroeconomics of Capital
Structure"
Abril, 2002: Paul Collier and David Dollar, "Globalization, Growth and Poverty:
Building an Inclusive World Economy"
Mayo, 2002: David Conway, "Classical Liberalism: The Unvanquished Ideal"
Junio, 2002: Lawrence E. Boland, "The Foundations of Economic Methodology"
Julio, 2002: Gary Becker y Guity Nashat Becker, "The Economics of Life"
Agosto, 2002: Xavier Salá-i-Martín, "Economía Liberal para no Economistas y no
Liberales"
Setiembre, 2002: Geoffrey E. Wood, editor, "Explorations in Economic Liberalism:
The Wincott Lectures"
Octubre, 2002: James Bovard, "Freedom in Chains: The rise of the sate and the
demise of the citizen"
Noviembre, 2002: David Boaz, "Toward Liberty: The Idea That is Changing the
World"
Diciembre, 2002: Stephen Moore y Richard Noyes, editores, "Dollars and Nonsense;
Correcting the News Media Top Economic Myths"
Enero, 2003: Richard M. Ebeling, editor, "Austrian Economics: A Reader",
Febrero, 2003: Joshua Muravchik, "Heaven on Earth: The Rise and Fall of
Socialism"
Marzo, 2003: Peter Boettke, editor, "The Elgar Companion to Austrian Economics"
Abril, 2003: David D. Friedman, "Law’s Order: What Economics Has to Do with Law
and Why It Matters".

Jorge Corrales Quesada

Elisa
25/06/2012, 16:34
2003-06-02 LIBRO DEL MES DE JUNIO DEL 2003

Para algunos buenos amigos que alegan que en los "libros del mes" tan sólo hago
referencia a libros de economía, en esta ocasión (aunque verán como eso de la
economía sigue siendo importante) trato el libro de Bjørn Lomborg, The Skeptical
Environmentalist: Measuring the Real State of the World [El Medioambientalista
Escéptico: Midiendo el Estado Real del Mundo] (Cambridge, United Kingdom:
Cambridge University Press, 2001). Bjørn Lomborg es profesor asociado de
Estadística en el Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Aarhus,
Dinamarca y, cabe resaltarlo, por ser este un libro principalmente acerca de
ecología y, sobre todo, de datos, que él fue miembro del movimiento -radical,
para algunos- Greenpeace.

Se cuenta una historia muy interesante acerca del origen de este libro. El
economista Julian Simon era un convencido de las virtudes del libre mercado como
medio para lograr el bienestar y el progreso de la humanidad. Nunca olvidaré su
demoledor libro antimaltusiano The Ultimate Resource [El Recurso Primordial]
[Princeton: Princeton University Press, 1981], que luego amplió a The Ultimate
Resource 2 [El Recurso Primordial 2] [Princeton: Princeton University Press,
1996], en el cual formuló una poderosa crítica al gurú del control de la
natalidad Paul Ehrlich, quien, en la mejor vena de quienes siempre predicen un
futuro angustiante para la humanidad, había abogado por limitar el número de
nacimientos, similar a como en el pasado lo había hecho el Club de Roma, el cual
había predicho hambrunas devastadoras en todo el orbe, como medio para evitar
desastres que casi terminarían con la especie humana.

Pues bien, Simon era un optimista acerca del destino que aguardaba al hombre, en
mucho debido al éxito desplegado por los sistemas de mercado. El ecologista
Lomborg leyó estas exposiciones de Simon –quien a su vez era muy crítico de un
ecologismo irracional, cuyas propuestas y estudios más bien conducirían a un
descenso en el bienestar- y decidió estudiar todas sus afirmaciones, junto con
sus estudiantes, para mostrar que el trabajo de Simon era técnicamente espurio.
Lomborg, en lo profesional, es igualmente un hombre serio y su libro El
Medioambientalista Escéptico reseña el resultado de estas investigaciones, que lo
llevan a concluir con una idea clave: "no debe dejarse que las organizaciones
medioambientales, que los grupos empresariales que ejercen influencias ante los
gobiernos para que esos les favorezcan con sus acciones, o que los medios de
comunicación, sean los únicos que presentan verdades y prioridades. En vez de
ello, debemos luchar por un balance democrático cuidadoso del debate sobre el
medio ambiente, mediante el conocimiento de los hechos más importantes y de las
conexiones de las áreas esenciales de nuestro mundo. Es mi esperanza que este
libro contribuya a tal entendimiento."

El libro de Lomborg provocó un enorme debate principalmente por ataques
provenientes de ciertas organizaciones dedicadas a la investigaciones de asuntos
medioambientales, las cuales pretendieron descalificar su labor. Parte de esto
resulta entendible, porque muchas de ellas dependen de investigaciones
financiadas por gobiernos y entidades que devengaban rentas derivadas de una
preocupación en asuntos del medio ambiente. Tan acre fue la reacción en contra
de este libro, que, después de que la prestigiosa revista The Economist publicara
en su edición del 31 de enero del 2002 un artículo al respecto bajo el título "En
Defensa de la Ciencia", en el cual señaló en su encabezado que "La furia
inspirada por un nuevo libro es extraordinaria y formula algunas preguntas",
debió publicar otro posteriormente, el 9 de enero del 2003, bajo el título de
"Control del Pensamiento", en el cual expresa que "El Comité Danés sobre
Deshonestidad Científica dijo lo siguiente sobre ese libro: Hablando
objetivamente, la publicación del trabajo en consideración se juzga que cae
dentro del concepto de deshonestidad científica." Ante ello The Economist
concluye en que "La decisión del panel de ese Comité –hablando objetivamente- es
incompetente y vergonzosa.""

Antes de continuar mi exposición, para que vean como muchos de estos
planteamientos de promotores celosos de un medioambiente que se considera que
casi no puede ser tocado por el hombre, y los cuales suelen ser lugares comunes y
expresados casi sin cuestionamiento alguno en los medios de comunicación, en
foros políticos y en la academia, deberían, como todo, estar sujetas al
escrutinio y la crítica constante. Como ejemplo de esto, aprovecho para
traducirles un mensaje que tiene que ver con el calentamiento de la tierra y que
hace un cierto tiempo me envió el miembro de palestra Larry Willmore. Este es
tomado de Robert Matthews, "Middle Ages were warmer than today, say scientists"
["La Edad Media fue más caliente que lo es la actualidad, dicen científicos"],
Daily Telegraph, 8 de abril del 2003:

"Los hallazgos (de un grupo de la Universidad de Harvard) comprobaron que el
mundo experimentó un Período Tibio Medieval, entre los siglos IX y XIV, con
temperaturas significativamente más altas aún que las de hoy en día.

Ellos también confirman aseveraciones de que una Pequeña Edad de Hielo se dio
alrededor del año 1300, durante la cual el mundo se enfrió dramáticamente. A
partir de 1900, el mundo de nuevo ha empezado a calentarse –pero aún falta para
que llegue a tener las temperaturas tibias de la Edad Media." El artículo señala
que esto fue aseverado por el Dr. Philip Stott, profesor emérito de biogeografía
de la Universidad de Londres, quien le dijo al Daily Telegraph que "lo que se ha
olvidado en todo esto de la discusión acerca del calentamiento global es un
sentido apropiado de la historia". Mejor dicho no puede serlo.

Me imagino que estos juicios míos pueden haber provocado su curiosidad por leer
la obra de Lomborg, que una vez más está a su disposición de la forma que ustedes
ya conocen. Como comentario de esta obra traduzco uno que aparece en la
revista Regulation de la primavera del 2002, escrito por Richard L. Gordon, quien
es profesor emérito de economía de los minerales en la Universidad del Estado de
Pennsylvania, el cual lleva por título "Desafiando a los Verdes". Los paréntesis
cuadrados son míos:

"Al enfatizar su conversión de miembro de Greenpeace, el estadístico danés Bjørn
Lomborg y su nuevo libro El Medioambientalista Escéptico, ha provocado mucha
atención en los medios. El libro es un resumen amplio, a menudo sin detenerse ni
siquiera para respirar, pero es valioso en cuanto al estado del medio ambiente y
de los efectos humanos sobre él. El autor concluye en que, contrario a las
polémicas sobre el medio ambiente, el calentamiento global y otras "amenazas”
medioambientales han sido sobredimensionadas. No sorprende que el grupo
dirigente Verde [Green establishment] vehemente, pero irracionalmente, haya
atacado esa conclusión".

Los lectores de Regulación y de muchas otras publicaciones de Instituto Cato que
han desafiado los alegatos de los medioambientalistas, por supuesto que están
familiarizados con los argumentos de Lomborg. En efecto, el autor inicia su
libro con una explicación de porqué el cambio en su corazón al intentar y
fracasar en refutar los trabajos del desaparecido Julian Simon (trabajo
patrocinado por Cato). Así escribe Lomborg este episodio:

"En el otoño [nórdico] de 1997, tuve un grupo de estudio con 10 de los mejores
estudiantes que tenía, en donde tratamos de examinar a Simon en su totalidad.
Honestamente, esperábamos mostrar que la mayoría de lo que Simon decía era simple
propaganda de la ultraderecha de los Estados Unidos. Y sí, no todo lo que decía
era correcto, pero –contrario a nuestras expectativas- resultó que una cantidad
sorprendentemente grande de sus posiciones soportaron el escrutinio y entraban en
un conflicto con lo que nosotros creíamos saber. El aire en el mundo
desarrollado se estaba contaminando menos, no más; la gente en el mundo en
desarrollo no estaba sufriendo de hambre cada vez más, sino menos, y así por el
estilo."

El escepticismo de Lomborg ante el movimiento Verde, por supuesto que no es algo
único. Dado que ni él ni Simon lo reconocen adecuadamente, la crítica al
medioambientalismo está muy difundida. Cada tema que se presenta bajo la
sombrilla del medioambientalismo está sujeto a muchos desafíos y existen muchos
otros compendios amplios al respecto. En particular, la visión de Simon acerca
de los recursos naturales, que Lomborg adopta, es, en lo cual Simon fracasó en
hacerlo notar, el punto de vista estándar que hay entre los economistas
especialistas de este campo.

Las principales virtudes del libro de Lomborg son que brinda un visión muy
amplia de la promoción del alarmismo y constituye un resumen extenso,
generalmente bien hecho, de todos los temas. Tal como se indicó antes, sus
análisis trasmiten adecuadamente las objeciones a casi todos los temores, los
cuales él busca desactivar.

LOS CAPITULOS CENTRALES

El amplio texto de El Medioambientalista Escéptico tiene 338 páginas ávidamente
ilustradas, de las cuales 73 son introducciones, resúmenes de secciones o
conclusiones. Eso deja sólo 265 páginas que Lomborg dedica a alrededor de 222
tópicos cubiertos bajo cuatro encabezados generales –bienestar humano
(económico), disponibilidad de recursos naturales, contaminación y problemas del
mañana. El espacio dedicado a cada uno de estos tópicos es breve, en donde sólo
las secciones dedicadas al calentamiento global y a los químicos exceden a las19
hojas; de aquí que el libro lo deja a uno sin aliento. Este formato resulta ser
sorprendentemente bueno, la única cosa en que falla es en un tratamiento de tres
páginas sobre la contaminación del aire interno en las edificaciones, en el cual
el autor muestra mucho menos escepticismo acerca de los alegatos de los Verdes,
que lo que la literatura crítica sugiere sería lo apropiado.

CALENTAMIENTO GLOBAL. El capítulo acerca del calentamiento global tiene tanta
calidad como amplitud. En él, el autor señala que, aún cuando acepta que el
calentamiento es algo real, no queda claro que su corrección sea una buena
inversión y que los esfuerzos anti-calentamiento, como el Protocolo de Kyoto,
impondrían costos muy elevados a cambio de beneficios limitados. Lomborg
reconoce la dudosa economía que está detrás de alegatos imposibles acerca de que
el calentamiento global se curaría dando ganancias, si se pusieran en práctica
todas las opciones atractivas, pero que han sido denegadas, para reducir el uso
de energía. También indica que tales alegatos surgen invariablemente desde
organizaciones promotoras sin experiencia en tomar decisiones sobre temas de
energía.

Aún hasta percibe el problema clásico que se da con promotores del
medioambientalismo: muchos de ellos tienen una desconfianza interna profunda
acerca del progreso material. Los Verdes justifican cada iniciativa por su
contribución general para disminuir el progreso económico –un patrón que se
aplica al caso del calentamiento global.

El mismo análisis de alta calidad se encuentra en todo su libro. Si bien breve,
la discusión de Lomborg acerca de la disponibilidad de recursos naturales, capta
bien los temas. Sus tratamientos de otros temas tradicionales del medio ambiente
también son sólidos, dejando de lado su ya mencionado escepticismo mínimo en el
caso de los alegatos acerca de la contaminación en la calidad del aire interno de
las edificaciones.

LA LETANÍA

Tal como es típico del escepticismo de trabajos acerca de aseveraciones
medioambientalistas, Lomborg brinda una visión global sobre el pesimismo
prevaleciente en cuanto al medio ambiente y acerca de la aceptación frecuente de
un planteamiento estereotipado pleno de alegatos oscuros provenientes de
medioambientalistas, a lo cual él se refiere como "la Letanía". Haciendo notar
aseveraciones sobredimensionadas que hacen Verdes como el presidente del
Instituto Worldwatch, Lester Brown, Paul R. Ehrlich y otros, Lomborg escribe:

"Por mucho tiempo se nos ha dictado la Letanía. Lester Brown y un ejército
entero de organizaciones medioambientalistas, presuntas autoridades y políticos,
nos han advertido acerca de la debacle inminente. Este mensaje ha tenido un
enorme impacto social y político. El libro del ex presidente Al Gore, Earth in
the Balance [La Tierra en la Balanza], es un excelente ejemplo de ese estado de
ánimo. El primer párrafo de su conclusión lo afirma con toda claridad: "La
civilización industrial moderna, tal como está organizada en este momento, está
colisionando violentamente con el sistema ecológico de nuestro planeta.""

El análisis de Lomborg del contraste que hay entre la realidad y la militancia
medioambientalista está llevado a cabo de manera excelente, aunque su argumento
acerca de por qué las predicciones sobre el destino fatal en el medio ambiente
continúan ganando la atención de los medios –porque el desastre constituye
noticia- es un punto ya conocido.

PRIORIDADES. Su capítulo final es particularmente valioso porque se basa en la
proposición estándar del análisis económico hacia la militancia (y todo lo
demás) medioambientalista: tener que escoger [trade offs] es algo inevitable.
Llamar a un problema "urgente" o "colisión violenta" (para pedir prestado el
término de Gore) resulta un mecanismo conveniente, pero siempre malo, para
escoger. Distinguir a un problema como "medioambiental" no requiere
automáticamente, como reza la Letanía, que se le dé un carácter prioritario.

En la Letanía, suenan las alarmas sin tomar en cuenta su impacto. Tal como
sugiere Lomborg, las políticas sobre el medio ambiente dirigen fondos hacia
acciones que remueven un pequeño peligro, en tanto que son negados en el alivio
del hambre o en la provisión de agua potable limpia. El enfatiza la necesidad de
priorizar y ese es precisamente el mensaje que un economista como yo desea
escuchar. Dado que él no lo dice, la raíz de los problemas medioambientales y de
la mayoría de los problemas de política pública yace en el fracaso de reconocer
el aspecto económico.

,Aunque no lo enfatiza tan efectivamente como lo hace Simon, Lomborg percibe el
punto fuerte en el análisis de Simon, cual es reconocer que el establecimiento y
el reajuste de prioridades naturalmente toma su lugar en una economía progresista
de mercado. Dado que aún ni Simon lo asevera, la esencia de la Letanía es su
ignorancia acerca de la disciplina de la economía. Los Ehrlichs del mundo
persistentemente yerran al ignorar las verdades económicas (concientemente así lo
es en el caso de Ehrlich). Las economías están perpetuamente introduciendo
innovaciones y adaptándose a los cambios [shocks]. En contraste, la Letanía
niega la flexibilidad. Eso produce el error persistente que fue objeto de la
desaprobación de Simon.

VALORACIÓN GENERAL

Por sí misma, la publicidad lograda hace que este sea un libro que deban leer
aquellos quienes estén seriamente interesados en los debates acerca del medio
ambiente. Pero también se beneficiará al lector ocasional. Para estar en lo
seguro, el trabajo es muy selectivo en cuanto a constituirse en la introducción
ideal para una lectura ulterior, pero no existe una alternativa mejor. Lomborg
brinda suficientes muestras para conducir a los lectores hacia material
suplementario importante.

El Medioambientalista Escéptico posee grandes virtudes para un lector que quiere
leer acerca de un tema concreto. Las ventajas incluyen su amplitud, su
exactitud, su novedad, su lucidez y su desapasionamiento. Al final de cuentas,
Lomborg se modera en su tratamiento de los alarmistas y se contenta con describir
los abusos, sin mostrar una indignación al estilo de Simon. (Será interesante
ver cómo reacciona a calumnias permanentes similares a las que encaró Simon. La
revista Scientific American, en su edición de enero [del 2002] dedicó 11 páginas
de diatribas contra el libro por parte de cuatro airados “científicos”). [Por si
es de su interés, en la página de Verdes Individualistas –iGreen- aparece la
respuesta de Lomborg –a quien la revista amenazó con demandarlo si no quitaba de
su sitio personal la transcripción de artículo original que Scientific American
publicó en enero del 2002; ver la respuesta de Lomborg en http://www.igreens.org.uk/scientific_american_and_lomborg.htm]

Como reacción ante lo inadecuado de la documentación de los medioambientalistas,
Lomborg presenta en su libro 2.930 notas y una bibliografía de 71 páginas que
contiene (según su propia contabilidad) cerca de 1.800 menciones. Como era de
esperar con tan amplio estudio, la lectura es selectiva, pero muy perspicaz. El
cubre afirmaciones alarmistas, la literatura científica, reportes de gobiernos
nacionales y de agencias internacionales, y otros escritos escépticos.

FUENTES. Los críticos vitriólicos de Lomborg han atacado oportunísticamente
omisiones en su investigación. Sin embargo, tales omisiones son inevitables.
Por lo general, el autor logra encontrar y usar visiones generales que le
conducen en la dirección correcta. Por ejemplo, al discutir sobre los beneficios
del calentamiento global, él se basa en diversos estudios del Panel Internacional
sobre el Control del Clima (IPCC) [Internactional Panel on Climate Control] y, en
discusiones acerca del impacto económico, en una publicación de un simposio del
año 1999 en la revista Energy Journal. El ataque de Stephen Schneider en la
revista Scientific American, al capítulo de Lomborg sobre el calentamiento
global, lo descarta por tener una dependencia indebida de fuentes secundarias,
pero Schneider fracasa cuando no menciona que la fuente dominante es el IPCC, la
que Schneider alaba como la autoridad definitiva. (Yo debería mencionar que
Schneider ataca a Lomborg por su carencia de experiencia "científica", pero
procede luego a formular extensos comentarios iletrados [illiterate] acerca de
economía, tales como endosar la fantasía de la oportunidad de una conservación
inexplotada).

En el ámbito de los metales y de la energía (en lo cual yo me especializo),
Lomborg es similarmente selectivo. El se basa fuertemente en Simon y en algunos
análisis generales: por ejemplo, él limita su examen de M. A. Adelman (el
proponente principal de los puntos de vista que Lomborg adoptó acerca del
petróleo) a material tomado de un breve capítulo de una recopilación acerca de
esos temas que Simon editó. Esta dependencia mínima demuestra la consistencia
del autor; no sólo omite material de alguno de los alarmistas, sino también de
material que hubiera brindado soporte adicional a sus argumentos.

En cuanto a la mecánica, las referencias que hace Lomborg son innecesariamente
complejas. Sus notas al pie de página aparecen al final del texto y da tan sólo
da menciones sumarias de las referencias (por ejemplo, "IPCC 1992:78"). El
método que se utiliza ampliamente, de incluir tales citas en el texto al píe de
la página, habría eliminado el paso extra de visitar las notas al final para
poder identificar cada fuente. (Este problema se agrava por la existencia de
errores tipográficos y de peculiaridades que obstaculizan la identificación de la
entrada bibliográfica relevante).

Mi única objeción importante a la bibliografía de Lomborg es que se limita a las
fuentes citadas. Una contribución suya más profunda, más crítica, habría sido
incluir y citar trabajos que brindan información adicional importante para los
lectores. El omite varias presentaciones previas de puntos de vista generalmente
escépticos acerca del medioambientalismo, así como virtualmente toda la
literatura sobre energía y otros recursos minerales, e importantes recopilaciones
sobre temas concretos (por ejemplo, contaminación del aire en el interior de las
edificaciones, químicos y calentamiento global).

CONCLUSIÓN. Dejando de lado estas críticas, el libro de Lomborg constituye una
importante contribución a la creciente literatura que es justificadamente
escéptica de los alegatos del movimiento medioambientalista. Tanto aquellos
recién llegados al debate, como aquellos bien versados en los argumentos,
encontrarán valiosa la lectura de El Medioambientalista Escéptico."


Recomiendo la lectura de este libro, tal como lo hice con los anteriores libros
del mes que he publicado en palestra y que ya saben cómo pueden leerlos (tan sólo
con llamarme por teléfono y ponernos de acuerdo):

Febrero, 2002: David Henderson, "The Changing Fortunes of Economic Liberalism:
Yesterday, Today and Tomorrow"
Marzo, 2002: Roger Garrison, "Time and Money: The Macroeconomics of Capital
Structure"
Abril, 2002: Paul Collier and David Dollar, "Globalization, Growth and Poverty:
Building an Inclusive World Economy"
Mayo, 2002: David Conway, "Classical Liberalism: The Unvanquished Ideal"
Junio, 2002: Lawrence E. Boland, "The Foundations of Economic Methodology"
Julio, 2002: Gary Becker y Guity Nashat Becker, "The Economics of Life"
Agosto, 2002: Xavier Salá-i-Martín, "Economía Liberal para no Economistas y no
Liberales"
Setiembre, 2002: Geoffrey E. Wood, editor, "Explorations in Economic Liberalism:
The Wincott Lectures"
Octubre, 2002: James Bovard, "Freedom in Chains: The rise of the sate and the
demise of the citizen"
Noviembre, 2002: David Boaz, "Toward Liberty: The Idea That is Changing the
World"
Diciembre, 2002: Stephen Moore y Richard Noyes, editores, "Dollars and Nonsense;
Correcting the News Media Top Economic Myths"
Enero, 2003: Richard M. Ebeling, editor, "Austrian Economics: A Reader",
Febrero, 2003: Joshua Muravchik, "Heaven on Earth: The Rise and Fall of
Socialism"
Marzo, 2003: Peter Boettke, editor, "The Elgar Companion to Austrian Economics"
Abril, 2003: David D. Friedman, "Law’s Order: What Economics Has to Do with Law
and Why It Matters".
Mayo, 2003: J. C. Lester, "Escape from Leviathan: Liberty, Welfare and Anarchy
Reconciled".

Jorge Corrales Quesada

Elisa
25/06/2012, 16:34
2003-07-27 LIBRO DEL MES DE JULIO DEL 2003

A partir de este mes se presentará una variación importante con respecto a los
anteriores libros del mes que desde febrero del 2002 he venido enviando a
Palestra. Al contrario de los previos, a partir de este libro del mes sólo haré
una cita del autor, la publicación y un muy breve resumen de uno o dos párrafos
acercad de su contenido. Creo que es mi deber explicar el porqué de la enorme
variación en el libro del mes, reflejo de un fracaso en las intenciones que me
motivaron inicialmente. Una de ellas es que toma mucho de mi tiempo el
prepararlos en la forma previa y, la más importante, es que parece no ser de
mucha utilidad, pues, en todo ese tiempo de envíos a Palestra, si acaso ha habido
un par de comentarios respecto de ellos y tan sólo dos personas me han pedido que
les preste el libro que siempre les he ofrecido para leerlo. Se que muchos están
muy ocupados como para leer libros, pero también me deja un sinsabor si es que en
Costa Rica se leen libros de esta naturaleza (por que si fuera por la página dos
diaria de La República, verán como "todos" leen). Incluso alguien en su momento
me dijo que sólo comentaba libros de Economía e hice un esfuerzo para acudir a
otra temática, tal como filosofía, ecología, política, pero... igual fracaso; tal
vez el problema no es Jorge Corrales o que la lectura aburre o que no hay tiempo.
Pero ahora hago este nuevo intento e igual que siempre, éste y todos los libros
anteriores están a su disposición.

El libro del mes de julio del 2003 es de Gordon Tullock, Arthur Sheldon y Gordon
L. Brady, Government Failure: A Primer in Public Choice (Washington, D. C.: Cato
Institute, 2002).

Muestra el fracaso del argumento de "fracaso del mercado" que se utiliza en
muchas ocasiones como justificación para que el estado intervenga subsanando
dicho problema. Se supone que dicha intervención es tal que corrige la
ineficiencia derivada del "fracaso del mercado", sin que se haga referencia no
sólo al costo que tiene toda intervención, sino si esa intervención pública es
capaz de corregir aquella ineficiencia. Todo esto último se conoce como "el
fracaso del estado" y los autores dan muestras de muchas experiencias de
intervención estatal que no sólo ha fallado en corregir las presuntas fallas del
mercado, sino que su resultado ha sido peor. Esto es, que la medicina ha sido
peor que la enfermedad. Salud.

Jorge Corrales

Elisa
25/06/2012, 16:34
2003-08-01 LIBRO DEL MES DE AGOSTO DEL 2003

Se trata del libro de Charles Adams, For Good and Evil: The Impact of Taxes on
the Course of Civilization [Para Bien o para Mal: El Impacto de los Impuestos
Sobre el Curso de la Civilización], segunda edición (Lanham, Maryland: Madison
Books, 1999). Nota: la palabra "course" en inglés también significa maldición,
así que no se confundan de antemano por aquello de que piensen que los impuestos
son una maldición.

Lo mejor es traducir el preámbulo que del libro hace Alvin Rabushka, de la
Institución Hoover de la Universidad de Stanford y destacado proponente de la
gran reforma al sistema tributario federal de los Estados Unidos: sustituir a
esa impresionante maraña tributaria por un único impuesto del 10% a todos los
ingresos, sin excepciones. Debo hace notar lo que Rabushka escribe refiriéndose
a un libro previo sobre impuestos de Charles Adams, titulado “Fight, Flight,
Fraud: The Story of Taxation” [Lucha, Fuga y Fraude: La Historia de la
Tributación], lo cual es igualmente aplicable a esta segunda edición del nuevo
libro de Adams.

Charles Adams es un especialista en derecho tributario internacional y ha
escrito diversos ensayos sobre impuestos. Ha sido conferencista sobre historia
de la tributación en los Archivos Nacionales de los Estados Unidos, la
Universidad George Mason, la Universidad de Rochester, en Nueva York, la
Universidad de Toronto, Canadá y la Universidad de Nueva York y está asociado,
entre otros, al Instituto Ludwig von Mises en la Universidad Auburn en Alabama.

Escribe Rabushka:

“En 1982 Charles Adams publicó un libro maravilloso titulado “Fight, Flight,
Fraud: The Story of Taxation”. Yo tengo dos copias. Mantengo una a mano en mi
oficina para cuando necesito hacer referencias y la otra está en mi casa. (Serán
reemplazadas por dos copias de “For Good and Evil: The Impact of Taxes on the
Course of Civilization”). Las consulto frecuentemente para encontrar anécdotas
de tonterías tributarias, así como para efectuar referencias bibliográficas en
mis propias investigaciones. Puedo decirles honestamente que en el curso de
quince años [Rabushka escribió esto en 1993] de efectuar investigaciones
profesionales y de escribir sobre temas tributarios, yo pondría a la historia de
la tributación de Charles Adams en el punto absolutamente más alto de la lista de
lecturas acerca del tema.

“Fight, Flight, Fraud” fue entretenido, informativo, y pleno de lecciones acerca
de por qué la tributación es algo importante. Me deleita decirles a todo el
mundo que los orígenes de la historia documentada están inseparablemente ligados
con la de la imposición opresiva. El amanecer de la historia, de hace unos seis
mil años, se descubrió en forma de unos conos de arcilla cuneiformes excavados en
Lagash, Sumeria, que se ubica en la fértil llanura entre el Tigris y el Eufrates
en el moderno Iraq. Y ¿qué estaba grabado en esos conos?. Que los Sumerios
temían más a los recaudadores de impuestos que a sus señores o a sus reyes. ¡Plus
ça change, plus la même chose!.

Tengo muchas otras historias favoritas. La Piedra de Roseta, por ejemplo, cuyo
texto en jeroglíficos, demóticos, y en idioma griego fue la clave para revelar
las historias del Antiguo Egipto, de lo que trataba era acerca de una inmunidad
tributaria. Lo cual es, por supuesto, la razón por la que estaba escrita en una
piedra y no en un papiro.

Otro ejemplo es el de la próspera Isla de Rodas, que cobró un impuesto del 2 por
ciento por utilizar comercialmente sus muelles. Rodas perdió el 85 por ciento de
su comercio en un año después, cuando Roma estableció un puerto libre de
impuestos en la Isla de Delos. El libre comercio, y no la guerra, fue lo que le
permitió a Roma derribar la supremacía comercial de Rodas. Y Roma, por sí misma,
cayó, no por las manos de los Hunos, sino a causa de la evasión fiscal, cuando
los terratenientes ricos pensaron en esquemas ingeniosos, uno tras otro, para
escapar de los impuestos, dejando al estado sin recursos para defenderse por sí
mismo. “Fight, Flight, Fraud” es una mina de oro para los productores de series
de televisión.

Diez años más tarde, Charles Adams ha traído a este continente una nueva
historia de la tributación. En “For Good and Evil” agrega no solo material nuevo
sino también capítulos adicionales a un cuerpo de investigación y de exposición
que ya es de por sí impresionante, que cubre civilizaciones antiguas, las Eras
Griega y Romana, la Edad Media, la evolución de los estados en Europa Occidental
y Oriental, los Aztecas y la historia de la imposición en los Estados Unidos. Un
nuevo capítulo describe las economías milagrosas de Japón, Hong Kong, Singapur,
Taiwán y Corea del Sur, las cuales pusieron en práctica bajos impuestos y trata
la economía del enfoque de oferta, aún antes de que Reagan popularizara al
término. Otro nuevo capítulo muestra como las constituciones de los estados
protegen a los contribuyentes, al darles controles constitucionales sobre los
impuestos y el gasto. Tal vez el más famoso de estos sea la Proposición 13,
producto del cerebro del fallecido Howard Jervis, el cual limita las tasas del
impuesto sobre la propiedad en California a un 1 por ciento del valor en efectivo
de la vivienda.

Adams también agrega un nuevo capítulo, "Taming the Monster" ["Domando al
Monstruo"]. Propone varias reformas, decididamente en favor del contribuyente,
que hacen que los impuestos sean para bien y no para mal. Entre ellas incluye
hacer una ofensa criminal de cualquier extorsión tributaria por parte de
funcionarios gubernamentales, permitir que los contribuyentes puedan demandar a
las autoridades tributarias por deshonestidad [misconduct], y otorgar a los
votantes poderes para revocar [recall] a directores regionales de la Tributación
Directa [Internal Revenue Service, supuestamente electos popularmente]. Tal vez
la reforma más importante sea la propuesta de cambio de un régimen de tributación
directa a uno de imposición indirecta, para minimizar los poderes que tiene el
gobierno para convertirse en un intruso en los asuntos privados de las personas.

Mi recomendación favorita es la de deshacerse de todo el sistema de impuesto
sobre la renta federal de los Estados Unidos, sustituyéndolo en favor de un
gravamen único del 10 por ciento, sin que hayan excepciones "especiales". El
impuesto uniforme del 10 por ciento aparece bien fundamentado en varios miles de
años de la historia de Israel, Roma, Grecia y la Antigua China.

Los diez años que hay entre las publicaciones de "Fight, Flight, Fraud" y "For
Good and Evil" fueron bien puestos por Adams a un uso productivo. Ofrece a los
lectores varias sutilezas aprendidas de la historia de la tributación. Primero,
los buenos sistemas tributarios se convierten en malos, a menos que los
ciudadanos sean capaces de restringir a sus gobiernos, los cuales tienen una
propensión normal para ajustar su gasto a los voraces apetitos innatos, y no a
sus billeteras. Segundo, la civilización tiende a auto-destruirse con una
imposición excesiva. Tercero, la moderación es un principio importante en el
diseño y la puesta en práctica de cualquier sistema tributario. El principio de
moderación incluye la selección de las tasas tributarias y de las penas por
evasión, el carácter de intrusión que tiene la recolección de impuestos y la
necesidad de tratar a los contribuyentes de manera igual, evitando una severa
progresión o una severa regresividad.

¡Que tengan una feliz lectura! Y esperemos que nuestros gobernantes elegidos,
nombrados o, según sea el caso, auto-ungidos, tomen a pecho las admoniciones de
Adams."


Jorge Corrales Quesada

Elisa
25/06/2012, 16:34
2003-08-21 LIBRO DEL MES DE SETIEMBRE DEL 2003

Se trata del libro editado por Fred E. Foldvary y Daniel B. Klein, The Half-Life
of Policy Rationales: How New Technology Affects Old Policy Issues [La Media
Vida de la Lógica de las Políticas] (New York: New York University Press, 2003).

Este libro parece caer a pelo dada la reciente inquietud presentada en palestra
en torno a los monopolios naturales. Precisamente a ello se refieren los autores
cuando señalan, en una sección titulada "La tecnología disuelve el argumento del
monopolio natural" que "los llamados servicios públicos [utilities] –agua,
alcantarillados, electricidad, gas natural, telefonía y televisión por cable-
durante mucho tiempo se han caracterizado por una red o parrilla [grill]
interconectada, por la cual el agua, el gas y los electrones se distribuyen desde
fuentes centrales a usuarios en todas las comunidades. La construcción y la
operación del sistema de distribución involucran grandes costos iniciales que son
irreversibles. Agregar usuarios al sistema implica bajos costos marginales, y
distribuir los productos requiere de bajos costos en ese momento. Así, en la
forma en que usualmente se presenta, un sistema de distribución único continúa
disfrutando de economías de escala, al ir agregándose volumen con el transcurso
del tiempo. Por lo tanto, la estructura de costos dará lugar a que, en un
mercado libre, surja un único proveedor: el monopolio natural. Este proveedor
único puede luego cobrar precios altos, producir cantidades menores y de peor
calidad, y obtener utilidades excesivas. Los competidores potenciales no
entrarían y con ello ocasionar una baja en los precios, porque, una vez que hayan
invertido en un sistema para competir, la firma existente [incumbent] reduciría
su precio y posiblemente ocasionaría pérdidas a ambas empresas. De manera que
nadie sería tan tonto como para desafiar al monopolista. Empleando este
razonamiento, los reguladores y los intervencionistas han argumentado que el
gobierno debería de supervisar tales servicios públicos y controlar sus precios.

Cualesquiera que sea la validez histórica del argumento del monopolio natural,
es claro que, en muchas áreas de servicios, la tecnología ha proporcionado
alternativas al proveedor tradicional, alternativas que desmienten los supuestos
tradicionales acerca de los costos y de los requisitos de integración. Es más,
el cambio rápido en sí mismo complica los problemas de los reguladores y de los
planificadores. Tal como lo indicara Milton Friedman [Capitalism and Freedom
(Chicago: The University of Chicago Press, 1962, p. 28)] "Sin embargo, en una
sociedad en que se cambia rápidamente, las condiciones que dan lugar a un
monopolio técnico frecuentemente varían y me sospecho que tanto la regulación
pública como el monopolio público es menos posible que en esas condiciones puedan
responder a tales cambios... si se les compara con un monopolio privado."

Dicho esto, el libro contiene un artículo de Alvin Lowi, Jr. y de Clayde Wayne
Crews, Jr., "Technology and Electricity: Overcoming the Umbilical Mentality,"
otro también de Lowi, "Avoiding the Grid: Technology and the Decentralization of
Water," y uno de Rick Geddes, "Technological Change and the Case for Government
Intervention in Postal Services," todos los cuales se refieren a las alternativos
que la tecnología ha permitido, en esas áreas, al argumento del monopolio
natural.

El tema general de la obra es que, lo que se ha llamado el fracaso del mercado y
las consecuentes sugerencias para la intervención del estado, dependen de los
costos de transacción, al afectar de alguna manera un intercambio fructífero en
que las partes que intervienen ganan. Los autores señalan que "mejores
tecnologías reducen tales costos. Puede verse que la aplicación de la teoría del
fracaso del mercado posee apenas una media vida, tecnológicamente hablando,
después de la cual se disuelve su validez." Así, los avances tecnológicos, dicen
los autores, "tienden a eliminar las imperfecciones aparentes del mercado, como
son la no exclusión, los costos de información o de aseguramiento y el monopolio
natural. ". Y agregan que, si bien los cambios en la tecnología pueden dar lugar
a una mayor intervención del estado, al dispone con dichos cambio de un mayor
conocimiento y capacidades, eso se logra también para la empresa privada, por lo
que, "si ambos son técnicamente capaces de, digamos, producir tomates, el simple
argumento de los incentivos nos recomienda a la empresa privada," además de que
el sistema de empresa privada generalmente crea incentivos para que sus
participantes busquen producir lo que es bueno para la sociedad.

En el libro hay artículos que tratan sobre las formas de medir, de excluir y de
cobrar que permiten que el mercado funcione, sin quedar sujeto al argumento del
fracaso del mercado (por ejemplo, para el caso las emisiones de vehículos que
sean importantes y para la conservación y el uso de recursos marinos). También
hay artículos que se refieren a esquemas que aseguren la calidad del servicio y
la protección de los consumidores (por ejemplo, hay uno muy interesante sobre las
licencias necesarias para ejercer la medicina en los Estados Unidos –algo similar
a aquí con el Colegio de Médicos- que también podría servir como marco de
análisis sobre la colegiación obligatoria que pretende el Colegio de Economistas,
que se dice es compulsiva con el pretexto –si alguien así se los quiere creer- de
asegurar la calidad de sus profesionales y con ello proteger a los consumidores
potenciales del engaño).

Espero que su interés por leer este libro sea alentado con este comentario tan
breve e incompleto. Asimismo, les incluyo la lista de los previos libros del mes
que he referido en palestra, por si a alguien le interesara ojear alguno de
ellos:

Febrero, 2002: David Henderson, "The Changing Fortunes of Economic Liberalism:
Yesterday, Today and Tomorrow"
Marzo, 2002: Roger Garrison, "Time and Money: The Macroeconomics of Capital
Structure"
Abril, 2002: Paul Collier and David Dollar, "Globalization, Growth and Poverty:
Building an Inclusive World Economy"
Mayo, 2002: David Conway, "Classical Liberalism: The Unvanquished Ideal"
Junio, 2002: Lawrence E. Boland, "The Foundations of Economic Methodology"
Julio, 2002: Gary Becker y Guity Nashat Becker, "The Economics of Life"
Agosto, 2002: Xavier Salá-i-Martín, "Economía Liberal para no Economistas y no
Liberales"
Setiembre, 2002: Geoffrey E. Wood, editor, "Explorations in Economic Liberalism:
The Wincott Lectures"
Octubre, 2002: James Bovard, "Freedom in Chains: The rise of the sate and the
demise of the citizen"
Noviembre, 2002: David Boaz, "Toward Liberty: The Idea That is Changing the
World"
Diciembre, 2002: Stephen Moore y Richard Noyes, editores, "Dollars and Nonsense;
Correcting the News Media Top Economic Myths"
Enero, 2003: Richard M. Ebeling, editor, "Austrian Economics: A Reader",
Febrero, 2003: Joshua Muravchik, "Heaven on Earth: The Rise and Fall of
Socialism"
Marzo, 2003: Peter Boettke, editor, "The Elgar Companion to Austrian Economics"
Abril, 2003: David D. Friedman, "Law's Order: What Economics Has to Do with Law
and Why It Matters".
Mayo, 2003: J. C. Lester, "Escape from Leviathan: Liberty, Welfare and Anarchy
Reconciled".
Junio, 2003: Bjørn Lomborg, "The Skeptical Environmentalist: Measuring the Real
State of the World".
Julio, 2003: Gordon Tullock, Arthur Sheldon y Gordon L. Brady, "Government
Failure: A Primer in Public Choice".
Agosto, 2003: Charles Adams, "For Good and Evil: The Impact of Taxes on the
Course of Civilization".

Ya saben cómo pedírmelo.

Jorge Corrales Quesada