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Jorge Corrales Quesada
05/06/2012, 11:59
EL PAPEL DEL EMPRESARIO EN EL ANÁLISIS ECONÓMICO: 5.- EL APORTE DE KIRZNER
Por Jorge Corrales Quesada

El aporte de Kirzner acerca del papel del empresario en una economía

Para Kirzner,

“…el elemento crucial de la función empresarial está en la habilidad de ver oportunidades no explotadas, cuya existencia previa significó que el equilibrio inicial del flujo circular era ilusorio –eso, lejos de ser un estado de equilibrio, representaba una situación de desequilibrio inevitablemente destinada a ser alterada… El empresario es la fuerza equilibradora cuya actividad responde a las tensiones existentes y efectúa aquellas correcciones por las que esas oportunidades no explotadas habían estado clamando.” (Israel M. Kirzner, Competition and Entrepreneurship, Chicago: The University of Chicago Press, 1973, p. 127.)

El aporte distintivo de Kirzner a la teoría de la empresariedad radica en la explicación de por qué ésta debe ser vista como un estado de alerta, en donde el empresario descubre oportunidades para apropiarse de ganancias. Su concepción fue influida por su condición de haber sido alumno de Mises, de quien ya hemos destacado la importancia de ese atributo o condición de estar alerta, como explicación de la acción del empresario en un proceso de mercado. En criterio de Boettke y Sautet,

“La brillantez de Kirzner radica en la forma en que él abrió el marco cerrado de la microeconomía tradicional al introducir el elemento empresarial. Desde el punto de vista de Walras, los precios son parámetros que ningún agente puede influenciar… los agentes son pasivos, en el sentido de que no originan cambios; simplemente responden como robots a la situación del mercado y a los incentivos ofrecidos por los precios paramétricos… eso no podía explicar cómo se determinan los precios. Tal como lo vislumbró Kirzner, el problema del empresariado como una categoría analítica, surge del discernimiento de que no podemos explicar la existencia de una simple novedad (y de la utilidad pura) en relación con los factores productivos que ya están en uso.” (Peter Boettke and Frederic Sautet, The Genius of Mises and the Brilliance of Kirzner, en Annual Proceedings of the Wealth and Well-Being of Nations, Vol. 3, 2001, p. 39).

En su análisis, Kirzner parte de una situación inicial de equilibrio, en la cual el individuo está alerta ante posibilidades de obtener una ganancia, si bien dicha posición inicial se caracteriza porque todas las oportunidades de ganancias han sido apropiadas. El papel del empresario es el de descubrir las preferencias de los consumidores, en un marco de ignorancia parcial. Este es su ámbito de acción: descubrir errores. Se puede hablar en términos de un empresario-descubridor. Este descubrimiento de la información es algo inesperado y no planeado. El agente central del proceso, el empresario, como parte de la acción humana de todos los individuos en un marco de incertidumbre, impulsa el proceso de mercado, dado su liderazgo, estado de alerta, iniciativa y empuje. A partir de una situación de desequilibrio, en que los precios no reflejan las preferencias verdaderas de los agentes, la posibilidad de obtener ganancias le incentiva a descubrir los gustos verdaderos y las preferencias de los consumidores, en un proceso por el cual se extiende toda esa información al mercado.

El proceso empresarial Kizneriano consta de dos partes. En una primera instancia, el empresario alerta descubre errores y actúa para corregirlos, dándole a los consumidores soberanos un producto que cumpla con sus expectativas. Es decir, en un cierto momento, usa el conocimiento disperso que puede existir en una economía y, al notar el error, actúa para corregirlo, lo cual significa que, con sus acciones, restaura el equilibrio. Este es un caso simple de un solo período, de un momento dado.
Pero su conocimiento es parcial y no perfecto. En una segunda instancia, como el empresario vive en un mundo de ignorancia, se requiere que tome en cuenta el factor incertidumbre. El estado de alerta que debe observar el empresario debe tomar también en cuenta sus expectativas acerca de la realidad del mundo futuro. Es decir, extiende su modelo de un solo período a un caso de períodos múltiples, lo que le permite incorporar el concepto de incertidumbre. Para tener éxito, para tener ganancias, ahora deberá tener presente no sólo el arbitraje de precios del momento, sino también visón, audacia y creatividad al actuar, lo cual significa que, de alguna manera, tendrá que tomar en cuenta el arbitraje futuro.

Dada esta ignorancia, el empresario, obligado a escoger, actúa con la expectativa de que su impresión subjetiva se aproxime a la realidad que va mostrándose gradualmente ante sus ojos. Con el fin de tratar con el problema de la incertidumbre, el empresario debe estar alerta, que no es sino la propensión del hombre de formular una imagen del futuro. Así, él actúa creyendo que esa imagen que formula, es la realidad del futuro. La especulación del empresario acerca de qué tan correctas son sus apreciaciones sobre el futuro, forma parte de su estado de alerta.

El papel que desempeñan las ganancias en la conducta del empresario es generar la situación de alerta que le permite detectar oportunidades; esto es, hace posible que se dé el proceso de descubrimiento. El empresario se da cuenta de que tiene ante sí una posibilidad real de ganancias y frente a ello es que actúa; es decir, las ganancias que motivan la acción del empresario son ganancias ex ante. Podrá equivocarse, pero él mismo u otro empresario se dará cuenta (estará alerta) de otras ganancias posibles, que motivarán que actúe. Así la acción humana tiene un propósito, cual es estar alerta ante dicha posibilidades.

A largo plazo, este proceso de aprendizaje, de descubrimiento a que va siendo expuesto gradualmente en el proceso de mercado, significa que aquel empresario, quien usa el conocimiento disperso, produce un conocimiento que va más allá de su conocimiento individual y que es trasladado al mercado como un todo, expresado mediante los precios Tal como señala Sandye Gloria-Palermo,

“La alerta de los empresarios Kiznerianos permite a todos los participantes en el mercado, descubrir los datos que realmente conforman la economía en general. La empresariedad conduce al equilibrio, pues permite el descubrimiento y la diseminación de la información necesaria para construir planes coordinados y, de esta manera, brinda un remedio para el estado de ignorancia en el cual los individuos toman sus decisiones.” (Sandye Gloria-Palermo, The Evolution of Austrian Economics: From Menger to Lachmann, New York: Routledge, 1999, p. 113.)

El empresario Kizneriano es un descubridor en un mundo de ignorancia en donde, en una primera instancia, es la información imperfecta la que impide el equilibrio instantáneo. Al darse cuenta de las posibilidades de ganancias, al descubrirlas y tratar de resolver los desequilibrios, requiere de nuevo conocimiento, lo cual exige que deba escoger. Por ello, la función empresarial en esencia tiene que ver con el cambio en el conocimiento, su descubrimiento, su diseminación y su reacción ante el cambio en la información de que se dispone. Kirzner hace uso aquí de la concepción desarrollada por Hayek acerca de la competencia como un proceso de descubrimiento (y no como un estado de cosas, como sucede en el análisis de equilibrio neoclásico), la cual vale la pena repetir aquí:

“El uso del conocimiento ampliamente disperso en una sociedad con una extensa división del trabajo, no puede descansar en individuos que conozcan todos los usos específicos, a los cuales pueden ponerse cosas bien conocidas de su ambiente individual. Los precios dirigen su atención hacia lo que vale la pena descubrir acerca de las ofertas en el mercado de diversas cosas y servicios… El conocimiento del cual yo hablo consiste más bien en una capacidad de descubrir circunstancias particulares, que llegan a ser efectivas tan sólo si quienes poseen ese conocimiento son informados por el mercado, acerca de qué cosas o servicios son requeridas y qué tan urgentemente lo son. Esto debe ser suficiente para indicar la índole del conocimiento al que me he venido refiriendo, cuando llamo a la competencia un proceso de descubrimiento.” (Friedrich A. Hayek, Competition as a Discovery Procedure, en Chiaki Nishiyama y Kurt R. Leube, editores, The Essence of Hayek, Stanford, Ca.: Hoover Institution Press, 1984, p. p. 256-257).

Para Kirzner, el comportamiento de los empresarios conduce a un equilibrio, al permitir el descubrimiento y la diseminación de la información necesarios para la elaboración de planes coordinados de los individuos. Si bien es comprensible que el empresario pueda cometer errores, el proceso de descubrimiento del orden económico permite, a su vez, que otros empresarios más hábiles puedan detectar esas oportunidades de obtener ganancias y, en consonancia, de actuar para eliminar el error así originado. Por ello, para Kirzner el comportamiento del empresario es un factor que conduce a la coordinación de los planes individuales: esto es, al equilibrio.

El empresario de Mises constituye una fuerza equilibradora, pero para Kirzner la función va más allá: de la de ser un empresario atento a las oportunidades de ganancias, pero que, cuando actúa en tal sentido, descubre el orden implícito en el proceso de mercado, que puede ser usado por otros participantes.

Kirzner expuso que

“Para mi los cambios que inicia el empresario son siempre hacia el estado hipotético de equilibrio; esos son cambios que surgen en respuesta a patrones existentes de decisiones erradas, un patrón caracterizado por oportunidades echadas de menos. El empresario, desde mi punto de vista, da lugar a ajustes mutuos en aquellos elementos discordantes que resultaron de la previa ignorancia del mercado.” (Israel Kirzner, Competition and Entrepreneurship, Chicago: The University of Chicago Press, 1973, p. 73 y citado (aunque está en desacuerdo con lo que considera es tan sólo una opinión y no una prueba analítica) en Sandye Gloria-Palermo, Op. Cit., p. 105. La letra en cursiva es de Kirzner.)

Publicado en ASOJOD el 05 de junio del 2012.