PDA

Ver la Versión Completa : ENGAÑO EN LO ESENCIAL



Jorge Corrales Quesada
15/05/2012, 10:10
ENGAÑO EN LO ESENCIAL
Por Jorge Corrales Quesada

En la tradición, en la costumbre, en las clases de Cívica, en las escuelas de Derecho, en muchos discursos políticos, se nos ha afirmado y hemos creído que en una República, como Costa Rica, la soberanía reside en su pueblo; esto es, que es por el consentimiento de los ciudadanos que existe un gobierno.

Se nos ha dicho que nuestra voluntad, nuestra soberanía, la ejercemos por medio de nuestra Asamblea Legislativa; por ello se habla de una democracia representativa, en la cual el diputado representa la voluntad del pueblo que lo eligió. Lo contrario es una democracia directa, en donde cada ciudadano ejerce su voluntad soberana, institución que nos acerca a instituciones como el referendo, por ejemplo. Nuestro sistema político actual enfatiza tal delegación de la soberanía, pero por la forma como hoy se eligen los diputados, por una papeleta que presenta un partido político determinado, Usted no vota directamente por el ciudadano que desearía que lo representara. Usted vota por el montón de candidatos que conforman una papeleta de ese partido político. Usted no sabe a quién escogió mediante su voto. Le enfatizo lo dicho en forma de pregunta: ¿Acaso conoce Usted quién es el diputado que se supone que Usted votó, por él o ella, para que representara su poder soberano en la Asamblea Legislativa?

Desde tiempo atrás he venido abogando por la elección directa de los diputados, por saber por quién se está votando. Transcribo párrafos que escribí el 25 de octubre de 1974:

“Así, actualmente en nuestro país, existen listas únicas para los diputados de cada partido político. Es natural que en el momento de la formulación de las listas de diputados, los partidos traten de que los que encabecen las papeletas, dado que tienen mayores posibilidades de ser electos, sean las mejores personas. Sin embargo, como todo en la vida, a veces los que encabezan las papeletas no necesariamente resultan ser los mejores legisladores en el momento de actuar.
El lector se ve forzado a votar por la papeleta de un partido en el cual…hay algunos que aparentemente son buenos y otros que, evidentemente, no son tan eficientes. Sin embargo, si nos ponemos a pensar en forma muy amplia, en las papeletas de otros partidos políticos en los cuales uno puede votar, existen también personas específicas a las cuales uno considera potencialmente, excelentes diputados.
La alternativa sería que el votante pudieran votar directamente por “su diputado”… sería interesante pensar en la posibilidad de que el votante en un distrito específico electoral… al cual le corresponde estar representado por un diputado, pueda votar por “su candidato”, entre distintas personas alternativas de distintos partidos políticos”. (El texto completo aparece en el sitio latforum.org, Obra Escrita de Jorge Corrales Quesada, La Nación 1970-1979)

Me he enterado con alguna satisfacción que ya hay un grupo de ciudadanos que está propugnando por esta idea: cuenten desde ya con mi apoyo, porque francamente entristece que, en todos estos años, los políticos no hayan querido devolver la soberanía en quien verdaderamente reside: los ciudadanos.
Me atrevo a pensar de que si no se ponen en práctica medidas como ésta, el pueblo terminará levantándose en busca de una mejor representación de su soberanía innata. La oportunidad de tener mejores y más honestos diputados la está exigiendo el pueblo. Hoy tenemos un congreso, que no solo es presidido por un ex convicto (ojalá regenerado), como si no hubieran existido otras posibilidades de escoger un ciudadano mejor calificado. Pero también en la Asamblea Legislativa hay diputados que han sido mencionados como acosadores u hostigadores de compañeras, otros están en tribunales acusados de extorsión, entre otros delitos horrendos, así como por intentos de pasar cobros falsos (estafar al pueblo) al Tribunal Supremo de Elecciones por actividades no realizadas en recientes elecciones. Y hay quienes poseen largos procedimientos ante la Contraloría o ya han sido declarados culpables de delitos.

La elección directa de diputados no resolverá todos estos problemas de inmoralidad y delincuencia, pero contribuirá a lograr mayor transparencia, un aireamiento, de los aspirantes. Ojalá, y esta es una prueba de fuego cuya omisión sería muy reveladora, que algún o algunos grupos políticos y muchos ciudadanos acojan esta idea para que al país disponga de la reforma legislativa necesaria. No otra cosa merece un pueblo soberano, que, ante hechos como los conocidos, cada día pierde más su confianza en las instituciones democráticas.

Publicado en La Extra del15 de mayo del 2012.