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Elisa
13/03/2012, 08:42
VA A DEPENDER DEL ESTADO

La Nación, 08 de junio de 1975.

Varios de los opositores a la fundación de la Universidad Autónoma de Centro América, han dicho que la universidad privada va a terminar solicitando financiamiento al Estado. Alegan que llegará un momento, nunca definido, en que aquélla va a carecer de dinero y, al empezar a renquear, tendrá que requerir subsidios estatales, agravando la ya precaria existencia de las universidades públicas, que verán reducirse los recursos provenientes del Estado.

Este argumento para oponerse a la creación de una universidad privada es simplemente absurdo. Lo anterior supone que el Estado es sencillamente un ente que no tiene la capacidad de decir no. Supongamos que dentro de 50 años o los que sea la universidad privada solicita un subsidio estatal. (Enfatizo la palabra “supongamos”, porque no hay necesidad de que ello sea así). Pues bien, ¿existe alguna obligación que exija al Estado a que dé dicho subsidio? El Estado puede perfectamente negarse y punto y que la universidad privada se las arregle como pueda.

Es más, los recursos que el Estado actualmente cataliza a las universidades estatales se verían relativamente aumentados al crearse una universidad privada. Esto sucede porque, al ampliarse la posibilidad de elección de los estudiantes costarricenses para estudiar adónde lo deseen, posiblemente hará que muchos de ellos escojan a la Universidad Autónoma de Centro América, de manera que no habría una demanda tan elevada por los servicios de las universidades estatales. Es decir, va a tenerse mayor campo en las universidades públicas. Esto permite, entonces, o que vayan más estudiantes a todas las universidades o que, dado un número menor de estudiantes en las universidades públicas, podría obtenerse un nivel mucho mayor de ingresos por cada estudiante.

Otra cosa, que lo afirmo como ex profesor de la Universidad de Costa Rica y sabido por cualquier ciudadano que ejerza la docencia en esa universidad, la burocratización ha llegado a niveles intolerables, que ha obstaculizado la flexibilidad que requiere una universidad moderna. Saben los estudiantes costarricenses, mejor que nadie, de los problemas con la burocratización que aqueja a la Universidad de Costa Rica (acerca de la de Heredia no lo sé y el Tecnológico no tiene este problema), lo que requiere de esfuerzos para matricularse en los cursos; que el papel verde, que el papel amarillo, que el blanco, que la computadora, que en una tarjeta aparece aplazado falsamente o por un error en un curso, etcétera. Es una verdadera tortura medieval trasplantada a la utopía negativa de George Orwell.

Esta burocratización ha creado una destrucción total de la relación alumno-profesor ¿Cómo demonios podrá el profesor recordar los nombres y si acaso los rostros de 75 o 100 alumnos en una clase? Por más que trate uno de encontrar a los alumnos destacados, estos se ven sumidos en una masa informe de estudiantes, muchos de ellos deseosos de aprender pero obligados a estudiar bajo un sistema docente que los ahoga, que los hace mediocres, que los masifica,
Esta enorme burocratización de la educación universitaria estatal es una de las causas culpables de que no haya financiamiento suficiente para las universidades públicas. Es un corolario de la ineficiencia, de la masificación, de la burocratización y del fraude que se le ocasiona al estudiante que desea aprender y no lo logra.

Lo siento por quienes arguyen que una universidad privada es “mala” porque necesariamente requiere de fondos públicos. Esto sucede si se crea un Frankestein crematófago, como la Universidad de Costa Rica, y en donde existe un Estado que no se atreve a decir no ante cualquier petición de subsidio.