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Elisa
13/03/2012, 08:19
LA DESNACIONALIZACIÓN DEL ICE

La Nación, 28 de octubre de 1974.

Actualmente se debate en una comisión especial de la Asamblea Legislativa acerca de la “desnacionalización” del ICE, debido al alto monto del endeudamiento externo de esta institución.

La Asociación de Empleados del ICE (ASDEICE) arguye que existe una dependencia financiera del Instituto con el Banco Mundial (BIRF) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), debido a que los préstamos de estas instituciones financieras imponen serias ataduras a la autonomía del ICE, así como el hecho de que operan “con créditos de usura (que) afectan gravemente al consumidor y al ahorro nacional en perjuicio del ICE”.

Existen varias consideraciones que hacer al respecto. En primer lugar, si bien es deseable que ninguno de los préstamos contenga ataduras, las instituciones financieras deben estar seguras de que los fondos prestados sean utilizados de la mejor manera posible, para que así se aseguren de la rentabilidad de su inversión. De esta manera, es indispensable que los recursos escasos, relativos a la demanda tan elevada de préstamos que tienen dichas instituciones, sean asignados hacia aquellas actividades más productivas. En la vida diaria nadie va a querer prestarle a un mal pagador.

En segundo lugar, tanto el BID como el Banco Mundial tienen una estructura de préstamos relativamente no atada, porque, por lo menos en el caso del segundo banco, sus miembros integrantes son como 150 países, en los cuales puede el país prestamista adquirir libremente sus productos. Es verdad que no pueden comprar en algunos países (entre ellos los socialistas), pero esto es así porque de dichos países no han aceptado colaborar con el desarrollo de los países escasos de capitales, aportando fondos libres de ataduras inaceptables “especialmente de carácter político”.

Es necesario aclarar que, el bien es deseable poder gastar esos préstamos en cualquier país del mundo en que ellos sean más baratos, tampoco debemos olvidar que el ICE nunca ha cerrado sus puertas a proyectos de financiamiento de otras instituciones financieras internacionales. Si lo que los directivos de ASDEICE desean es que no acepten créditos de países que no forman parte de las instituciones financieras internacionales (entre ellos los socialistas), creo que el ICE no se negaría a aceptar una propuesta financiera en mejores condiciones de las que actualmente obtiene. De paso, en general la política de créditos externos que conceden muchos de los llamados países socialistas es financieramente más onerosa que la de aquellos concedidos por el BID y el Banco Mundial y, en muchos casos, los préstamos son concedidos en forma de compra exclusiva en el mismo país que les prestó los fondos. Es más, a veces el préstamo mismo es en especie; por ejemplo, en maquinarias que no necesariamente son las más baratas ni las mejores.

En tercer lugar, es necesario destacar que el país se beneficia con los préstamos provenientes de instituciones financieras internacionales. Esto simple y llanamente porque permite utilizar ahorros externos en inversión interna. Así, si a alguien se le ocurriera sugerir que las inversiones del ICE sean financiadas, digamos, por el Estado, el que ya no les da ninguna subvención, está dejando de lado el hecho de que esos fondos vendrán al ICE a costas de otros proyectos del Estado, por lo cual el costo de dichos fondos para el pueblo no sería cero, sino que sería lo que se deja de ganar al retirar esos fondos hacia otros usos.

Y si los señores del ASDEICE desean que los préstamos del Banco Mundial sean gastados en países socialistas, hay dos naciones, Rumania y Yugoslavia, que son también miembros del Banco Mundial, por lo cual, tal vez ante sus ojos ahora iluminados, pueda cambiar la perspectiva de la supuesta monstruosidad que son las instituciones financieras de desarrollo internacional. Honestamente, creo que hay mucha majadería en el asunto, puesto que existe más bien una ventaja en endeudarse actualmente con instituciones financieras que prestan con intereses relativamente subsidiados, dada la escasez mundial de capitales.