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Elisa
12/03/2012, 21:52
SOBRE EL BANCO POPULAR

La Nación, 06 de setiembre de 1973. Colaboración de la ANFE.

Los principales fines para los que fue creado el Banco Popular consisten en promover el ahorro de los trabajadores y en aprobarles crédito a ellos, así como a las asociaciones de desarrollo comunal, municipalidades, cooperativas y sindicatos.

La pregunta que debe plantearse es si el Banco Popular logra sus dos propósitos básicos en relación con los trabajadores: el fomento del ahorro y la satisfacción racional de sus necesidades de crédito.

Uno de los factores que explican la cantidad de ahorros es el tipo de interés que el Banco paga. Podemos esperar que, a mayor tasa de interés que se pague por los ahorros, mayor es el incentivo para que el ahorro se mantenga y se posponga el consumo.

Partiendo de esta hipótesis acerca de la relación entre la tasa de interés y la cantidad de ahorros, el Banco Popular decidió, muy acertadamente, elevar el tipo de interés por encima de aquél que pagan los bancos comerciales por los depósitos a plazo. Así, en tanto que los bancos comerciales pagan el 4% anual por los depósitos en cuentas de ahorros, el Banco Popular capitaliza en 6% anual los ahorros allí depositados.

El problema que debe analizarse es si este ahorro, ahorro forzoso que impone a los trabajadores asalariados y a los patronos para beneficio de los primeros, es, dadas las circunstancias por las que atraviesa la economía costarricense, capaz de lograr la meta principal de formación de ahorro de los trabajadores.
Aparte del carácter coercitivo por medio del cual opera el Banco, con la consiguiente distorsión en la asignación de los recursos; independientemente del efecto que sobre la demanda de trabajo tiene el gravamen que recae sobre el patrón, e independientemente del problema que tanto ha señalado ANFE, de que este ahorro forzado pretende una protección social y sólo se da, al igual que toda la protección social, únicamente a los trabajadores con patrón fijo y salario asegurado y sobre todo se da tanto más cuanto mayor sea el salario ̶ nos referimos a la cuota del patrono ̶ hay dos factores muy importantes que exigen un cambio en la forma en que actualmente opera el Banco Popular.

En primer lugar, muy probablemente la tasa de inflación que está sufriendo la economía costarricense; o sea, el alza en el nivel de precios, es mayor que la tasa de 6% anual de interés que el Banco Popular paga sobre los depósitos de ahorros. Si el alza en el nivel general de precios es mayor que el tipo de interés pagado por el Banco, tiene el efecto de reducir el capital del ahorrante. Un ejemplo permite aclarar la situación. Supongamos que a un trabajador se le retienen ¢100.00 de sus ingresos durante un año, como ahorro en el Banco Popular. Al final del año, el trabajador tendrá a su favor los ¢100.00 retenidos más el 6% de interés que ganó durante el año; o sea, un total de ¢106.00. Si suponemos que el nivel general de precios en Costa Rica se elevó en 10% durante el año, lo cual no parece estar muy alejado de la realidad, el trabajador necesitará de ¢110.00 para poder adquirir los mismos bienes que a principios de año le costaban ¢100.00. Por lo tanto, a pesar de que el Banco Popular le paga al trabajador ¢6.00 en intereses, éste sufre un faltante de ¢4.00 para quedar en las mismas condiciones económicas que a principios del año De esta manera, la fijación legal de los tipos de interés de los depósitos a plazo, unido al carácter forzoso del ahorro, además del proceso inflacionario que reduce el poder adquisitivo de la moneda, conspiran conjuntamente para disminuir el capital del trabajador ahorrante.

Se ha esbozado el argumento de que el propósito fundamental del Banco es la educación del trabajador, de manera que éste aprenda la virtud y beneficio del ahorro. Creemos que, dado este fin, lo mejor que puede recibir el trabajador es el pago apropiado al rendimiento de sus ahorros, de acuerdo con lo que el mercado de fondos determina como rentabilidad de la posposición del consumo. No es por medio de la descapitalización de los ahorros del trabajador como se le muestran a éste las ventajas de ahorrar. La lógica nos señala un comportamiento distinto al realizado por el Banco, única manera de que se aumente el incentivo al ahorro del trabajador. Aquí se aplica el de decir de “por favor, no me hagan favores”.

Existen formas alternativas de promover la formación de ahorros. Por ejemplo, la integración de cooperativas de ahorro, el suministro de información de oportunidades de inversión, incluyendo el rendimiento de valores bursátiles, la formación, especialmente en fábricas, de grupos de pequeños inversionistas, la promoción de crear activos financieros con un valor facial bajo y otras. Por lo tanto, en vez de penalizar al ahorrante, deberá facilitársele los medios y mecanismos necesarios para estimular su abstención del consumo.

En segundo lugar, se arguye que el trabajador que ahorra en el Banco Popular tiene acceso a préstamos con tipos de interés favorables en comparación con los existentes en el mercado nacional, de manera que, se dice, la falta de equidad derivada del bajo tipo de interés que se paga por los ahorros del trabajador en una economía con inflación, se ve compensada con la habilidad de disponer de fondos a un bajo costo.

La falacia de este argumento estriba en que se identifica a los oferentes de ahorros con los demandantes de estos fondos. Si bien es cierto que, como un todo, quienes ahorran en el Banco Popular son los mismos a quienes se les prestan los fondos (o sea, los demandantes), nada garantiza que sean, en particular, los mismos individuos tomados aisladamente. De manera que el sistema institucional del Banco Popular castiga al ahorrante individual y subsidia a aquél quien gasta esos ahorros. Es decir, castiga al que se abstiene de consumir para favorecer al que se abstiene de ahorrar. Además, es muy posible que la mayor parte de los créditos otorgados por el Banco Popular, con excepción de los créditos para la construcción de vivienda, los cuales constituyen una inversión real, se han canalizado a líneas de crédito con un carácter dedicado eminentemente al consumo, Esto se debe, en gran parte, a la ausencia de una política definida de inversiones por parte del Banco Popular.

En resumen, podemos decir que el Banco Popular no cumple con su función de promotor de los ahorros del trabajador, al no tomar en cuenta el proceso inflacionario vigente en Costa Rica. La prueba más fehaciente de esto es la enorme aglomeración de cuentahabientes que retiran sus fondos del Banco. Es muy deseable que la forma de operación el Banco, así como las metas para las cuales éste fue creado, sean objeto de una revisión completa, ojalá en un corto plazo, por aquellos interesados en su existencia.